--ANGELES DE HIELO---
las amazonas de atenea
prólogo:
Aqui comienza nuestra historia...como nos convertimos en valkirias,mujeres caballeros protectoras de atenea,nuestro nombre es selene y nicole,apodadas angeles de hielo.Todo comenzó en el orfanato...nuestro destino estaba ya escrito al nacer y nuestras vidas quedarian ligadas junto con la de nuestras otras amigas,tambien amazonas,¿nuestro deber?proteger a la diosa de la sabiduria y de la tierra,Atenea y a nuestro caballero,aquel con el que compartiamos constelacion y un destino,yo encontré el mio en aquel edificio gris...¿alguna vez habeis conocido a una persona y habeis sentido como si la conocierais antes?¿habeis sentido amor a primera vista? ¿aun siendo una niña?yo conoci al angel mas hermoso que pude imaginar que existiera,sus cabellos dorados brillaban y sus ojos celestes me envolvian cada vez que los miraba...y mi vida quedó irremediablemente ligada a la suya desde el primer momento en que lo vi...supe que el era el hombre de mi vida,si,se que es exagerado,pero me robó el corazon...y mi destinó quedó unido al suyo,mas tarde selene conoceria su propio destino...aunque se negara a admitirlo...estaba escrito que aquel caballero seria para ella...asi comenzó nuestra odiesea de convertirnos en amazonas,en ser las mas fuertes y en proteger a nuestro amor y a la tierra.
Cap 1.Pasado de Selene.
1. Niña sola busca padres
Aún me acuerdo de mi vida
antes de convertirme en lo que soy: una valquiria, una mujer
caballero, esta historia se remonta a cuando yo tenía cinco
años.
En el orfanato hacía frío, estábamos
todas las niñas juntas, en nuestro rincón, cerca de esa
estufa, estábamos todas (parecía que nuestra amistad
había sido elegida a propósito, pues en un futuro nos
reencontraríamos): Nicole, Ginnie, Rebeca, Milena, Arwen,
Litos(si alguien más se apunta que no se sienta excluida, es
que no se seguro quien participa), yo, una chica de ojos verdes y
pelo negro siempre había sido muy cariñosa, y era
feliz, a mi manera, en el orfanato, ese mismo día la dueña
me dijo que quería hablar conmigo, llena de pánico me
levanté y seguí a Mariellle (que así se
llamaba).
Tras andar un poco encontré el despacho de
Marielle, ella me introdujo dentro y me senté en un sillón,
ella ocupaba otro en el otro lado de la mesa y me miró con
gesto extraño:
- Selene, ¿no te gustaría
estar fuera de aquí?
- Si, pero me sentiría triste
sino me encontrara con todos vosotros
- Pequeña, te hemos
encontrado unos padres, pero podrás venir a visitarnos siempre
que quieras, te lo prometo- mis ojo brillaban ante la inminente
salida de las lágrimas, pero las contuve con esfuerzo.
- Yo
no quiero unos padres
- Son muy buenas personas, y te querrán
mucho, pero debes irte con ellos, te los voy a presentar- tocó
su interfono y en unos minutos una pareja bastante joven entraba por
la puerta, la mujer tenía unos preciosos cabellos castaños
y era preciosa, sus ojos verdes marcaban aún más la
blancura de su piel, el su marido era moreno y bastante guapo, me
agazapé en el sillón y los miré a hurtadillas
-
Selene- me dijo Marielle- éstos son tus padres adoptivos, Lei
y Gabriela Kazama, vámos salúdales- no podía
moverme, era como si mis piernas se hubiesen quedados adheridas al
sillón, la señora Gabriela se acercó a mí
y me tocó el cabello cariñosamente, yo me eché
hacia atrás instintivamente, pero su tacto y ese olor a
azucenas me agradaron, el señor Kazama me cogió en
brazos y me sonrió, en ese momento pensé que me caerían
bien, y llena de dudas me soltaron de nuevo en el suelo
-Selene-dijo
mi futura madre- espero que podamos llegar a ser amigos, ¿quieres
venirte a casa con nosotros?
- Me encantaría, pero tengo
muchas amigas aquí y no quiero separarme de ellos
- Selene,
os vais a separar de todos modos- dijo Marielle- así que
déjate de cosas, despídete de ellas y vete con estos
señores- bajé la cabeza y salí del cuarto para
despedirme de la que hasta entonces había sido mi única
familia, cuando llegué las encontré jugando con
nuestras muñecas de trapo, Nicole y Milena me saludaron y yo
las mire a todas con lágrimas en los ojos, la pequeña
Rebeca fue la primera en hablar:
- Selene, ¿qué
pasa?
- Me voy de aquí, ya tengo padres
-¿Cómo?-
dijo Nicole angustiada- ¿qué te vas?
- Si
- Te
vamos a echar mucho de menos- dijo Milena (otra morenita muy guapa)
mientras me abrazaba.
Todas nos juntamos en un abrazo
silencioso y mis padres llegaron luego, le di la mano a mi madre y
dije adiós a las chicas con la mano, ellas me devolvieron el
saludo con lágrimas en los ojos. Se quedaron con otro grupito
de niños que nos hacían compañía y entre
los que se encontraba el que en un futuro sería mi
maestro.
Subí a un coche oscuro en busca de mi destino, y
allí lo encontré, una gran casa estaba ante mis ojos,
no solté la mano de mi madre ni un segundo, tenía tanto
miedo, ella me acariciaba cariñosa el pelo, mi nueva vida
empezaba.
2. Cuatro años más tarde: Una perdida irremplazable
- ¡Mamá!- grité con mis
recién cumplidos nueve años- ¿dónde está
la cazadora verde?
- Está en el primer cajón
La
saqué rápidamente y me la puse, ese día iríamos
al zoo y tenía muchas ganas, en los cuatro años que
habían pasado me había convertido en toda una señorita,
y quería con locura a mis padres
Mi padre estaba en su
despacho y entré con cautela para echarme en su cuello:
-
Papi, ¿cuándo nos vamos, que los leones se van a
dormir
- Selene, espera un minuto, siempre tan impaciente- solapé
los labios y salí del despacho echa un guiñapo, me
senté en la sala del ordenador y me distraje jugando a un
videojuego, llamé a mi madre, pero ésta no me escuchó,
seguí gritando, estaba furiosa, me levanté y fui a su
cuarto y ahí la encontré: tirada en el suelo con un
bote de pastillas a su lado y con los ojos cerrados, solté un
grito desgarrador, mi padre acudió al instante, pero era
tarde, mi querida madre se había quitado la vida.
Las
siguientes semanas fueron lo peor de mi vida con diferencia, mi padre
y yo no habíamos quedado solos.
3. El primer desengaño amoroso
Era el día de mi cumpleaños número quince me pasó otra cosa bastante dolorosa, llevaba tres meses saliendo con un chico llamado Ethan, ese día me regaló unos preciosos pendientes en forma de luna y me juró amor eterno, él fue muy importante para mí porque fue mi primer amor, pero por la noche había quedado con mi mejor amiga, se llamaba Laura y quedábamos casi todos los días. Fue a su casa y llamé al timbre.
- Hola Selene- me dijo
al entrar, llevaba puesta una sábana alrededor del cuerpo y
estaba muy despeinada
- ¿Qué ha pasado aquí,
parece ser que la mosquita muerta ha perdido la virginidad, ¿eh,
y antes que yo, ¿con quién ha sido, dime, dime
-
Pues con un chico que conocí hace poco, no sí si es el
mejor momento, tú me entiendes...
- Enseguida me...- una
voz de sobra conocida para mí me llegó desde el cuarto
de Laura, sin preámbulo entré en su cuarto y me
encontré a mi novio MI NOVIO, desnudo en la cama de mi mejor
amiga
- Selene...- se puso blanco como el papel- te lo puedo
explicar no es lo que parece
- Creo que si es lo que parece, de
hecho lo es de sobra- me desembarazacé de los pendientes que
me había regalado y se los lancé a la cara, luego en un
ataque de ira irracional me tiré encima de él y le di
un puñetazo, sin haberme dado cuenta de mi puño
irradiaba hielo, y del puñetazo que le dí le dejé
en la mandíbula un resto de escarcha, Laura, Ethan y yo nos
quedamos confusos, pero mi ira no cedió, luego al pasar por el
lado de Laura le dije en tono sobervio:
- Espero que estés
embarazada y tus padres te echen de casa, maldita zorra- a ella le di
una sonora bofetada y salí llena de sentimientos
contradictorios.
Andé con rapidez y llegué a un parque donde había unos niños jugando, me senté en un banco y mis lágrimas caían como ríos, me sentía sola, desgraciada, me pase un dedo por los ojos y miró mis manos "¿por que me tenían que pasar esas cosas a mí?", de pronto alguien se acercó, era mi padre, que pasaba por allí de vuelta del trabajo, me miró con el corazón encogido y se sentó a mil lado:
- Mi
amor, ¿qué pasa?
- Odio a los hombres, papá,
Ethan se ha acostado con Laura, y ella era mi mejor amiga
- No
llores, cielo, no llores, que no pasa nada, era un cerdo, no te
merecía, ahora estás triste, pero con el tiempo verás
como llega alguien que te vuelva loca, ya lo verás
- ¿Cómo
tú con mamá?
- Exactamente, a demás ese chico
no te convenía nada, era un niñato, creo que deberías
tener un novio un poco mayor, ¿no crees?
-Papá, por
favor- lentamente comenzamos a andar hacía casa- no es momento
de pensar en eso
Seguimos caminando con paso ligero y llegamos
enseguida a mi casa, ahora era mi padre el único en el que
podía confiar y no entendía lo del puño de
hielo, así que se lo dije:
-Papá, ¿es
posible que en un ataque de ira a una persona le salga hielo de la
mano?- a mi padre se le cayó de las manos la cuchara con la
que removía la sopa
- Pues no se, ¿dónde has
leído eso, pequeña?- recogió la cuchara con
manos de mantequilla
- Hace poco me paso a mi, le di un puñetazo
a Ethan y el congelé la cara
- Quizás te lo
imaginaste
- No, pero será algo físico, ¿no?
-
Posiblemente sea eso- dijo mi papi sin mirarme, la verdad es que
estaba muy nervioso y no entendí porqué en ese momento,
aunque en un futuro no muy lejano lo sabría absolutamente
todo
4. Traca final: Corazón roto en mil pedazos
Dos
años más tarde, era verano, acababa de empezar el
verano y yo iba a hacer la carrera de Psicología, estaba en la
piscina de atrás de casa con dos nuevas amigas, cuando ocurrió
algo que cambiaría mi vida de raíz:
- Selene, trae
más zumo, anda- me dijo Karian con una sonrisa muy simpática
(como toda ella)
- Bueno, ¿tú quieres algo, Tyra?-
pregunté mientras me envolvía en una toalla
- Un
zumo también, gracias, Selene
Salí del patio y me
encontré a mi padre hablando con un joven de cabellos
azulados, ni les presté atención, aunque el joven fuera
guapo, saludé con educación, cogí el zumo y
volví a la piscina, me quité la toalla, acerqué
el zumo al borde de la pisci y me tiré dentro.
- Ahí
lo tenéis, coged si queréis, mi padre estaba hablando
con un pedazo de tío que no veaís
- ¿Cómo
era? preguntó Karian mientras se echaba zumo en su vaso
-
Pues alto, de ojos azules, pelo azulón, bastante fuerte y con
una melena lisa, pero la verdad es que no me fijé-Tyra me miró
divertida
-Para no haberte fijado lo describes perfect
Dimos
un par de brazadas y mi padre apareció en el patio con ese
hombre tan guapo, nos colocamos al borde de la piscina y mi padre se
acercó, yo me mire con inquietud y se puso de cuclillas
delante de nosotras para hablarme:
- Selene, ese joven quiere
hablar contigo de algo muy importante, hazme el favor de escucharlo
todo y comprenderlo
- ¿No me habrás apalabrado una
boda con algún cliente, no papá?- le dije muy seria,
Karian y Tyra se morían de risa
- No, es algo sobre tus
padres, los de verdad- salí de la piscina en un santiamén
y me puso la toalla, me coloqué las chanclas y me recogí
el pelo en una cola y me dirigía hacia él, la verdad es
que de cerca era aún más guapo
- Hola, yo soy
Selene, ¿en qué te puedo ayudar?- me observaba desde su
frío aspecto imperturbable
- Mi nombre es Camus de Acuario-
el nombre me sonó muy raro, pero no dije nada- y quiero hablar
con usted, señorita Kazama
- Hablame de tú sino te
importa y dime lo que sea
- Bien, ¿has oído hablar
de la orden de la caballería?
- Umm, según dicen los
libros es un movimiento de la Edad Media, los templarios eran
caballeros sino me equivoco
- No esa caballería, la actual,
la del zodiaco- nos sentamos en un banco del patio y nos observamos
-
No tengo ni idea- él me miró con incredulidad y me
explicó todo, la reencarnación de Athenea, los
caballeros que la protegían, sus poderes, el mal que se
avecinaba, me sentí muy rara, pero no veían la conexión
conmigo
- ... tienes cualidades para ser una amazona de Athenea,
estamos seguros, y es más para ser una valkiria- volvió
al usted de golpe.
Tanta mezcla de mitologías me hizo
sentir un escalofrío por la espalda y me quedé
callada
- Escúchame, puedes hacer que de tus puños
salgo hielo, ¿verdad?
- Solo lo he hecho una vez y fue
porque estaba muy enfadada, y eso debe tener alguna explicación
física
- No, Selene, escúchame- me cogió la
cara con su mano para que no volviera a desviar la mirada- yo también
puedo hacerlo, yo soy el caballero de acuario, y se que tienes
potencial, queremos que te unas a los caballeros de hielo,
¿entiendes?- sus manos heladas me produjeron un placer
indescriptible, más que cualquiera de los beso que me dio
Ethan
- Si, si, pero no puedo irme, no quiero, y menos para luchar
por alguien que ni conozco- intenté zafarme de su helada mano,
pero ese influjo no se rompía
- Estás destinada, lo
estás, y te entrenarás para ello, quieras o no, iremos
a Siberia y serás valkiria
-¿Cómo demonios
puedo saber que tienes razón y no pensar que sea mentira?-
conseguí al fin que su mano se quitara de mi cara
- Diles a
tus amigas que salgan del agua
- ¡Tyra, Karian, fuera del
agua, ahora!- ellas se miraron confusas y salieron para ponerse las
toallas y sentarse junto a mi padre en unas tumbonas que teníamos
en el jardín.
Camus levantó una de sus manos y de
ella emanó una riada azul, apuntó al agua y ésta
se congeló al instante, volvió a mirarme.
-Ahora
quiero ver lo que haces tú- mi boca se abrió hasta
niveles sobrehumanos, ¿cómo lo habría hecho?
-
Yo no puedo hacer eso- me cogió la mano y tiró de mí
-
Si puedes hacerlo, y lo harás- me puso frente a la piscina y
me empujó al centro, mi padre y mis amigas gritaban
desesperados- sino lo haces caerás al agua helado, he hecho
una capa fina, así que debes recomponerla
- ¡Maldito
cabrón!- grité histérica, el hielo comenzaba a
resquebrajarse- ¡¡¡hijo de puta!- y donde tenía
mi pie derecho se desprendió del resto del bloque
- Hazlo,
maldita sea- me dijo él
Estaba tan enfadada que empecé
a notar ese frío de nuevo, el que sentí cuando supe que
Ethan había hecho el amor con Laura, el hielo seguía
resquebrajándose, casi tenía los pies en el fondo, pero
la ira que sentí cuando le miré se interpuso y sin
darme cuenta apunté con el puño a la piscina e hice una
pequeña capa de hielo bajo mis pies que me hizo permanecer a
salvo.
Camus se sonrió así mismo, andó
por la piscina (mientras lo hacía la capa de hielo se volvía
más gruesa), llegó a mi altura, me puso la mano para
que la cogiera, la tomé y andamos hasta fuera de la piscina
-
¿Ahora me crees?
- Si, si, creo que con estos poderes no
puedo ser una chica normal, pero mi padre me dijo que tenía
información de mis padres, los de verdad
- Ah si, tus
padres, los recuerdo, a ellos les dijimos que debías ser
amazona, tuvieron tanto miedo que te mandaron al orfanato, a tí
y al resto de las chicas que estaban destinadas a ser valkirias, el
patriarca se puso muy violento, aún lo recuerdo, pero no les
hizo nada, tus padres murieron hace poco, lo siento- esos ojos tan
gélidos me dolieron
- No creo que lo sientas, ¿qué
sabrás tú?
- Selene- sus manos se acomodaron en mis
hombros- por favor, será mejor que nos vayamos cuanto antes,
por favor, prepara ropa de abriga, nos vamos a Siberia, dile adiós
a tu padre y a tus amigas y nos vamos, aquí te espero, no
debes tener miedo, no va a pasar nada.
EL HIELO
A las
dos horas salíamos hacía el aeropuerto, mi padre me
pedía perdón por no haberme dicho nada de aquello, tomé
sus manos y le dije que no ocurría nada, mis amigas me
abrazaron y prometieron escribir, ahora empezaba el momento de la
verdad.
Camus puso su mano en mi hombro y subimos al avión,
iba muy poca gente, y yo no paraba de mirar por al ventana, el
llevaba una sudadera negra y unos vaqueros azules, se sentó
junto a mí y se contempló las manos
- ¿Tú
serás el que nos entrene?- la posibilidad de que fuera a
hacerlo él me daba ganas de vomitar, lo odiaba por haberme
arrancado de mi vida
- No, no, lo hará mi alumno Hyoga, es
el más aventajado y creo que es un poco mayor que tú
-
Pues que bien, me sonaba ese nombre y no sabía porqué-
y miré la ventana
- Eres una malcriada- se puso unos cascos
que repartieron y se quedó dormido, yo estaba muy nerviosa y
saqué de mi bolsa lápiz y papel y dibujé la
silueta de su cara mientras dormía, lo observé y me lo
guarde, en unas horas estaríamos en esa tierra helada y yerma
que me decía el caballero de Acuario
El roce de una
mano fría en la cara me despertó, era él, el
pesado, abrí los ojos con dificultad y le miré:
-¿Qué
pasa, coño?- es lo que atiné a decir
- Hemos
llegado, mal hablada- era tan estúpido que daban ganas de
partirle la cabeza. Nos levantamos y salimos al frío del
invierno, me puse un polar, una bufanda y unos guantes y salí
con mis cosas, un joven rubio de ojos azules nos esperaba en el
aeropuerto, se acercó con decisión.
- Maestro, ¿qué
tal el viaje?- atinó a decir, la verdad es que era mono, y se
le veía simpático, peor no entendí como podía
llevar solo una camiseta sin mangas con el frío que hacía
-
Estoy bien, mira, esta es Selene, futura valkiria, mal hablada, este
es Hyoga
- Hola Hyoga - le tendí la mano enguantada, él
me la tomó y me sonrió con una sonrisa de oreja a
oreja
Lentamente nos dirigimos a una cabaña bastante
grande donde me dejaron, cuatro chicas miraban el fuego de espaldas,
me deshice del abrigo, la bufanda y los guantes y me acerqué a
ellas, me miraron y las dos nos sorprendimos:
-
Ginnie,Milena,rebeca,Nicole!
