"Muñeca de Porcelana"

Por Kuruma Chidori

Capítulo 4 "Nada es como antes"

-¡Vamos! Apresúrate Inuyasha, quiero llegar lo más pronto posible.- Dijo de mala gana el hombre de cabellos oscuros y ojos azulados.

Miroku se encontraba en el departamento de Inuyasha esperando a que este terminara de arreglar los papeles de la oficina para poder ir en busca de Sango Tanaka. Eran cerca de las diez de la noche, temprano considerando a lo que se dedicaba "la señorita de fuerte temple", pero Miroku sentía la presión en el pecho de verla lo más pronto posible.

Suspirando pesadamente dejó su cuerpo recargado en una de las paredes blancas. Para él la noche sólo era el oleaje de un mar turbio que le traía recuerdos cruelmente acertados, como la tarde nublada de abril en que los policías llegaron a su casa cuando él era niño diciendo que no encontraron a Sango y Kohaku Watanabe después del trágico fallecimiento de sus padres.

-Ya, ya, no te enfades- Dijo fastidiado y con voz ronca el joven de mirada dorada.

Miroku salió de su ensimismamiento y le dirigió una sonrisa nerviosa.

-Entonces vamos.

Los dos se dirigieron a la calle no sin antes tomar sus costosas chaquetas. El tiempo comenzaba a enfriar poco a poco hasta que sentían que se les calaban los huesos. La calle débilmente iluminaba por la tenue luz que emanaba de las luces de la ciudad guiaron a los dos hombres de aspecto adinerado hasta el auto negro del ojiazul.

-¿Cuándo saldrá del taller mecánico tu auto?- Preguntó interesado Miroku.

-Una o dos semanas- Respondió con tono de fastidio Inuyasha al recordar la razón de que su vehículo se hallara en tan malas condiciones.

-Para la otra vez deja las llaves fuera del alcance de Shippo mi estimado amigo- Miroku profirió una estridente carcajada al ver la mueca de disgusto de Inuyasha.

Inuyasha era el segundo de los hijos de la familia Shigeru, contaba con veintiún años, la misma edad que su mejor amigo desde la preparatoria Miroku. Su medio hermano mayor Sesshomaru era un hombre de éxito, trabajador en exceso, frío y por lo regular altanero. No se tocaba el corazón ante nada si se trataba de llegar a sus metas, y era a sabiendas de todos que este engañaba a su novia y prometida Ayame Shirou con cualquier mujerzuela que se le insinuara. En cambio, Shippo Shigeru era harina de otro costal. Todo menos trabajador y responsable, la palabra frialdad no existía en su vocabulario. Como decía su madre, Shippo era aún joven, le gustaban las aventuras, era alegre y para Inuyasha... realmente molesto. El menor de los tres hijos Shigeru tenía diecisiete años.

Inuyasha arrugaba cada vez más el ceño recordando como su "dulce hermanito" había tomado las llaves de su auto sin permiso y lo había estrellado cuando con sus amigos se dedicaron a hacer carreras en plena avenida transitada. Por suerte, según Inutaisho Shigeru, ninguno de los muchachos se había dañado...

"Sólo mi auto, ¿verdad padre?" Pensó Inuyasha mientras una vena palpitaba en su sien.

-Calma, calma- Le tranquilizó Miroku invitándole a subir de una buena vez al vehículo negro.- No te enfades, a mi me agrada Shippo, deberías ser un poco más como él- Exclamó sonriente.

-¿Ser como ese chiquillo bueno para nada? ¡Feh! No gracias.

Aquél día en que Shippo se había encargado de "arreglar" su vehículo era contigua a las fiestas de fin de año. Por lo mismo, tanto Sesshomaru como él pasaron la noche en casa de sus padres dejando ahí sus autos... Obviamente Shippo no era tan estúpido como para tomar el carro de Inutaisho o pero aún... el del egocéntrico Sesshomaru.

-Sólo que Shippo tomó el tuyo- Comentó Miroku adivinando los pensamientos de su amigo.

-Así es- afirmó Inuyasha cada vez más molesto- ese pequeño zorro...

-¡Vaya! Ya le dices como lo llama "tu" Kikyo- agregó el de ojos azules.

-¡Ya cállate!- le reprendió su amigo para finalizar la conversación. Aunque ahora que lo pensaba... él no le había dicho nada a Kikyo acerca de que saldría con Miroku esa noche, como tampoco se había detenido a pensar en ella al aceptar ir a un prostíbulo con su amigo.

Miroku suspiró notablemente divertido. Después de un par de minutos dobló a la esquina y se estacionó frente a la entrada de una casa en malas condiciones, de un aspecto descuidado. Claramente se notaba que aquella estructura era bella, sólo le hacía falta algo de limpieza.

-¿Aquí?- Una mueca de asco se dibujó en el rostro malhumorado de Inuyasha al salir del auto y observar el lugar.

-Sí, aquí, y deja de poner tus carotas feas, mejor entremos.- Miroku cerró con llave la portezuela del vehículo y se dirigió a paso rápido a la entrada, el chico de ojos ambarinos le seguía algo desconfiado.

No habían ni llegado a la puerta cuando un hombre de cola de caballo oscura, piel tostada y ojos verdes llamó su atención.

-Supongo que vienen por una chica. Yo soy el encargado de asignar a las chicas a estas horas.- La mueca de Kouga era de molestia, desde aquel momento, Inuyasha le miró de muy mal humor, era obvio que esos dos no harían buenas migas.

-No precisamente, vengo a ver a una chica. La otra noche estaba en compañía de una joven, y deseo hablar con ella.- Miroku sonrió torpemente.

Kouga alzó una ceja y cruzó los brazos.

-¿Y se puede saber quién es la chica?

-Sí... su nombre es Sango Tanaka.

-¿Tanaka?- Kouga parecía sorprendido. Sango no era de las chicas que dieran su nombre... y estaba seguro que aquel no era su apellido, en todo caso, el hombre no parecía mala persona, por lo que después de un par de segundos de meditación, decidió llamar a la castaña.

-Vengan conmigo.- Les indicó Kouga entrando a la casa seguido de los otros chicos.

Tal como se lo había imaginado Inuyasha, la casa estaría peor por dentro que por fuera. Kouga los llevó hasta la habitación de Sango, la cual estaba silenciosa. El chico de ojos verdes suspiró y llamó a la mujer.

-¿Sango? Aquí te buscan dos hombres.

Segundos después la joven salió de la habitación cubierta solamente por una bata color crema transparente que dejaba casi nada a la imaginación, mientras que su cabello suelto caía libremente hasta la cintura. El sonrojo fue inmediato para Inuyasha y Miroku, en cambio Kouga, estaba inmutable.

El rostro cansado de la muchacha cambió súbitamente a uno de sorpresa.

-U-usted... ¿Qué... qué demonios hace aquí? Me parece que le había dicho que me dejase en paz...

-Miroku, vámonos de aquí ¿quieres?- Pidió Inuyasha fastidiado, y sintiéndose incómodo.

-Ahora no Inuyasha.- Le cortó el chico.

Miroku sonrió más confiado. Inuyasha parecía aturdido, nunca había estado en uno de esos lugares, y ese tipo de chicas nunca había sido su debilidad tomando en cuenta que estaba comprometido con su novia Kikyo. (Wajaja! Si que soy mala xD) Pero sin tomarle atención a la tal Sango, su mirada se había fijado en una silueta femenina de piel blanca como la porcelana y espesa cabellera azabache.

-¡Espere! ¿Qué le sucede?- Gritó escandalizada Kagome al ser sacada de la habitación a empujones por un hombre desaliñado de aspecto ebrio. Un hilillo de sangre se escapaba de su hinchado labio inferior. Cubierta apenas por una delgada sábana, Kagome acabó en el suelo al recibir una bofetada del hombre.

Kouga al ver esto, se dispuso a rescatar a la chica como era su deber, más sin embargo Inuyasha se le adelantó propinándole un golpe al pobre ebrio. Kagome ahogó un grito ante esto, fue levantada delicadamente por el joven de vestimentas rojizas. Inuyasha sacó un pañuelo blanco de sus ropas y limpió delicadamente la sangre de los rojos labios de la mujer.

-Gra-gracias... -Musitó incrédula.

-¡Kagome-chan!- Exclamó asustada Sango corriendo hacia su amiga y abrazándola.- ¿Estás bien? ¡Cómo se atreve ese estúpido!

Kagome no sabía si llorar o reír por la situación. Kouga miraba inmensamente molesto a Inuyasha, no soportaba que aquel tipo tocara a la mujer que interiormente reclamaba como "suya"

-Sí... estoy... bien.- Titubeó un tanto adolorida pero aún sorprendida porque aquel chico de ojos ambarinos que tenía pinta de adinerado se hubiera molestado en ayudarle.- Pero tu no te preocupes.... anda con tu amigo y hablen tranquilos.- Sonrió.

Un sonrojo tiñó el asustado rostro de la aludida.

"Si tan sólo supieras cuan amigo era Miroku..." Pensó enternecida por las palabras de su nueva amiga.

Miroku sabía que debía aprovechar aquella oportunidad y jalándola del brazo la guió hasta la habitación y cerró la puerta tras de sí.

-¿Qué es lo que deseas de mi?- Preguntó amenazante, deseando que no se tratase de lo que creía.- ¡Le repito que no quiero verlo por aquí!.- La muchacha lo apuntó con el dedo índice.

-Pues sólo deseaba... hablar.- Miroku no se inmutaba por la reacción de su joven "amiga".

-¿Hablar? Miroku, tú y yo no tenemos nada de que...- Sango paró en seco. ¡Qué había hecho! Le había llamado por su nombre de pila cuando se suponía que no estaba emparentada con el sujeto.

El ojiazul le miró entre confuso y sorprendido... ¿Cómo es que sabía su nombre? Eso verdaderamente era fuera de lo común... no lo recordaba, ¿se lo habría dicho él?

Pero el gesto de arrepentimiento de la joven, y la manera en que comenzó a jugar frenéticamente con un mechón de su cabello le trajo recuerdos...

Su amiga siempre hacía eso cuando estaba nerviosa... era realmente divertido ver como la chiquilla de nueve años se jalaba las coletas frente a él cuando este comentaba sobre su "futura boda"...

"Podría ser..." Miroku miró entre emocionado y acongojado a Sango, deseó abrazarla pero...

-El apellido...- Miroku la tomó de los hombros.- Tu apellido es Watanabe ¿cierto?

Sango ahogó un grito de sorpresa al verse descubierta; pero se mantuvo en incómodo y sofocante silencio, no podía hablar, no con esos zafiros viéndola tan intensamente.

-Miroku... yo...

-Yo no te había dicho mi nombre...- Las lágrimas de emoción contenida se agolpaban en sus azules ojos, deseaba tanto abrazarle y besar esas ruborizadas mejillas. Pero aún no lo podía creer... era su Sango.- Tú... tú eres Sango Watanabe... mi mejor amiga...

Un fuerte estremecimiento se apoderó de sus sentidos al verse rodeada por los fuertes brazos del hombre. Su bata color crema se veía impregnada de aquel caro perfume masculino, el sonrojo de sus mejillas ya era demasiado notorio, al igual que las vagas lágrimas que surcaban sus mejillas tibias. Era demasiada su dicha en esos instantes, se sintió como la niña de diez años antes, cuando jugaba con Miroku y Kohaku... cuando era tan feliz. Pero no debía engañarse, era otra... era otro.

Sin poder contenerse, sus mismos brazos rodearon el cuello de Miroku, acercó sus labios al oído de este y...

-Yo no soy quien tu crees... perdóneme.- Susurró, sintiendo como su corazón era herido profundamente al verse en la cruel necesidad de mentirle a Miroku...

Pero no quería engañarse más; nada podría ser como antes.

Miroku abrió los ojos al oír aquellas palabras.

De un rápido movimiento, lo empujó y se apartó de él, abrió la puerta de la habitación y le echó fuera sin decir ni una sola palabra. Miroku quedó fuera en el pasillo con la mirada aún impregnada del líquido salino, ahora inevitable e imposible de ocultar. Estaba seguro... la chica era "su" Sango... pero al mismo tiempo, le dolía tanto el haberla encontrado en un lugar como ese...

Miró a su amigo que aún se hallaba con la chica de cabellos negros, Kouga miraba esa escena con repugnancia, tratando de apartar a "ese tipo" de la muchacha, sin resultados favorables.

-Inuyasha... vayámonos ya.- Miroku siguió de largo sin detenerse a agradecer a Kouga quien solo se cruzó de brazos, sin darle importancia a ese detalle.

-Yo...- Inuyasha miró fijo a Kagome quien no salía de su sorpresa.- Nos vemos...

-A-adiós...- Kagome se levantó con ayuda de Inuyasha y después este salió tras su amigo.

-¡Feh! Ojalá no vuelvan...- Bufó indignado el joven de piel tostada y ojos verdes.

-... ¡Disculpa! Pero... ¿cómo te llamas?- Gritó Kagome al muchacho que le había parecido tan encantador.

El muchacho le miró sonriente.

-Inuyasha Shigeru...

Kagome sonrió con un tiñe rojo en sus mejillas.

Continuará...

Fic dedicado con cariño a mi oka virtual y mi amiga Aiosami, espero estés muy bien linda n.n recuerda que este fic es totalmente tuyo.

Konnichiwa Minna-san! Lamento la demora, últimamente es lo único que digo en mis actualizaciones. No he tenido muchas ideas para escribir, a lo que siento que este capítulo es bastante irrelevante y está tal vez algo confuso (además de muy corto), perdonen también por eso, prometo esforzarme más para que la historia mejore poco a poco.

Aquí se descubre más sobre la vida y la familia de Inuyasha, deseaba meter a Shippo, y no encontré un papel más divertido que como el hermanito menor de los dos perros jeje, espero que lo del auto de Inuyasha les haya causado gracia o cuando menos, una sonrisa robada.

Lo de Sango tal vez les haya parecido algo "rápido" puesto que incluso yo creía que el descubrimiento de Miroku hacia ella, sería ya por los capítulos finales, pero digamos que yo quería darle un giro distinto a lo comúnmente usado en el mundo de los fics (es que creo era demasiado obvio) en cuanto a lo de Kagome, fue vil relleno, pero creo que buen comienzo para esta parejita.

De antemano aviso que la pareja de Sesshomaru será Kagura y no Rin. Advierto pues luego sé que podré recibir peticiones que lamento no poder cumplir. Si piensan en Ayame/Kouga... es lo más probable, solo que las cosas serán muy simples y lentas, no se imaginan cuanto me cuesta escribir de ellos dos.

Pasando a los agradecimientos, lamento mucho informar que me han quitado el internet, a lo que sólo publicaré en un ciber, así que, como ya se imaginarán, es algo problemático escribir uno a uno los agradecimientos (Wa! Y a mi que me encanta extenderme es ellos!!!) por lo que no lo haré. Sólo diré que de verdad, sus opiniones son muy importantes para mi y me animan a seguir, espero que esto no disminuya sus deseos de mandarme el review. Pero les digo, que si tienen preguntas respecto al fic o cualquier otra cosa, háganmelas saber en el review y yo las responderé...

Y muchas gracias con las múltiples palabras sobre Anita-chan, pero no hay que ser tan duros, acepto que en mis notas del capítulo dos me excedí, a lo que abiertamente, si Anita-chan lee esto, le pido una disculpa por mi comportamiento tan infantil. Gracias de nuevo a TODOS!!!!!! Y déjenme review chi??

Cap. Dedicado a Aio, a mis hermanas Yashi y Sayo, a prima Yuzu (por recordarme todo el tiempo este fiki Linda!)

Se cuidan mucho! Un beso:

Kuruma Chidori (IYA! P)

Contacto: kirara1114(a)hotmail(.)com

(a)Arroba

(.) punto