Capítulo 6: En el Claro de Luna

"Todo hombre es como la Luna: con una cara oscura que a nadie enseña."

Mark Twain

-¡¿Qué parte de déjame y vete no entendiste Potter?!!

El chico no respondió sino que siguió caminando como en un trance, sentía que si abría la boca, el poco alimento que había logrado ingerir realizaría un sorprendente viaje de su estómago hacia el mundo exterior. Podía sentir la espalda empapada en sudor y era más que consiente del temblor de sus rodillas, esa noche había resultado por demás….perturbadora.

Snape no le reprendió, suficiente había tenido el chico por una noche, en cuanto habían arribado a las orillas de Newcastle upon Tyne el hombre había comprendido que algo estaba mal, y cuando encontraron los primeros cuerpos supo de inmediato que estaban en un gran problema, al parecer los mortífagos habían sabido de los movimientos de los aurores y les habían estado esperando, y los resultados yacían en el ensangrentado escenario.

-¡Potter!- Le llamó el hombre por enésima vez, estaba más preocupado que enojado con el chico, no se suponía que su primera misión fuese así, no de esa manera. Lo que había sucedido aquella noche no era algo que cualquiera pudiese vivir y permanecer inalterable.

El chico se detuvo y unos ojos carente de emociones le miraron.-¿Si señor?- La voz fue suave, casi apática, y sin embargo ronca, algo que era de esperarse después de tantos gritos…

-Será mejor que vayas con la enfermera…-Dijo el hombre señalando varias cortadas en el rostro de Harry, el cual se pasó una mano por el rostro, manchando sus dedos del cálido líquido rojo emanando de las heridas, miró la sangre con el mismo aburrimiento, en gran contraste a las emociones que había expresado tan sólo horas antes, después de que los mortífagos cayesen sobre ellos. Ni siquiera habían dado dos pasos después de aparecerse cuando fueron desarmados y amarrados a unos postes.

Tres horas antes…

Después de que la cabeza le dejase de dar vueltas por el golpe recibido de su atacante, Harry vio el barrio abandonado donde se encontraban, el ambiente olía fuertemente a humedad, basura, humo y aquel olor metálico que le perseguía en sueños…sangre, aquel amargo e inconfundible olor.

-Bueno, bueno ¡qué tenemos aquí!¡Dos más!- Dijo uno de los mortífagos con voz chillona, luego le levantó el rostro a Harry y rió burlonamente- Eh! ¿Qué les parece?¡Tenemos aquí un Auror recién salido del nido! ¿No deberías estar con tu mami pequeño?

El coro de risas que siguió al comentario le hizo mirar a su alrededor, Snape estaba atado a su lado junto a otras tres personas que no alcanzaba a ver, estaban rodeados por al menos una docena de mortífagos. Se oyó un grito ahogado y un hombre fue arrojado al piso justo en medio del medio círculo que formaban los mortífagos, los cuales se pusieron hombro con hombre formando una media luna y Harry reconoció en seguida aquel acomode, la diversión de aquellos psicópatas estaba por comenzar, ¿Cuántas veces no había visto el mismo procedimiento en sus pesadillas?...

-¡Crucio!- Fue la primera maldición seguida de los gritos y las crueles risas, igual que en sus sueños, Harry no pudo apartar la vista del Auror que se estremecía en el suelo en agonía. Y sólo pudo agradecer que no fuese Voldemort el que efectuaba la maldición.

Después otros dos Aurores fueron desatados para entretención de los mortífagos, uno un hombre alto de unos cuarenta años, la otra una mujer joven de facciones firmes. Otros dos mortífagos se unieron al espectáculo y un cuarto se fue acercando a Harry con la intención de hacer lo mismo cuando se oyó un nuevo grupo de mortífagos llegar y en medio de las risas y gritos Harry pudo distinguir con horror el llanto de un niño.

-¡Je!¡¿Con que aún queda una escoria muggle con vida?!

-¡Tráiganlo aquí!!

Un aterrado niño de unos nueve años fue depositado con un golpe en el suelo y Harry empezó a luchar contra sus ataduras.

-¡DESGRACIADOS NO SE ATREVAN!!

Snape a su lado le mandó una mirada de advertencia que Harry pasó totalmente por alto, un mortífago se acercó a él y le tomó con fuerza por el rostro obligándole a mirar directamente al chico.

-Cálmate aurorcito, tú sigues después de que acabemos que esa rata, mientras tanto…¿Porqué no disfrutas del espectáculo?

Una cosa era ver las "diversiones" de los mortífagos en sus sueños y otra diferente era presenciarlo directamente, los gritos, la sangre, el humo y el polvo, todo era demasiado real, al menos en sus pesadillas había una ligera barrera que le separaba de aquellas atrocidades, aún no sabía cómo había sobrevivido la noche sin volverse loco.

Los gritos de las víctimas se mezclaban con los suyos propios, mientras sentía la rabia crecer en su interior, luego sin que alguien supiera cómo sus ataduras reventaron y el mortífago que le sujetaba fue despedido. De igual manera su propia varita salió volando de uno de los bolsillos de los enmascarados y fue a dar a su mano.

-¡¿Qué demonios?!- Luego de la nada apareció un grupo de Aurores y empezó una lucha encarnizada, ignorando los gritos de Snape Harry se fue abriendo paso entre los combatientes, aturdiendo a uno o dos mortífagos, hasta que por fin divisó una pequeña figura tendida en medio de la calle, con cuidado acomodó el pequeño cuerpo entre sus brazos.

-¡Oye!!¡¿Me escuchas?!!!- El pequeño abrió los ojos nublados por el dolor, y le miró con auténtico pánico, la respiración forzada, Harry le sonrió con suavidad mientras le acomodaba el enredado pelo- Shh…tranquilo, todo va a estar bien, pero quiero que permanezcas despierto, ¿puedes hacer eso?

El pequeño le miró evaluadoramente y asintió con debilidad tomándole con fuerza de su túnica.-…¿Mamá?...

Harry le miró y le sonrió de nuevo- No te preocupes estoy seguro de que ella está bien, ahora agárrate muy fuerte de mi ¿si?

Cubriéndole con su capa el chico empezó a correr lejos de la pelea apretando el pequeño cuerpo contra él. Apenas se había alejado cuando una mano le atrajo al interior de una de las ruinosas viviendas que les rodeaban.

-¡¿Qué demonios estás pensando Potter?!!!- Frente a él se encontraba una mujer alta y de aspecto intimidante vestida como Auror. La puerta se abrió de nuevo y Snape entró por ella luciendo absolutamente furioso.

-¡Potter!!¿Cómo es que sigues aquí?!!

-¡No podía dejarle aquí!!-Gritó el chico señalando el pequeño cuerpo entre sus brazos.-¡Necesita un sanador!!

La bruja se acercó al chico y una mirada de dolor cruzó su rostro para desaparecer casi al instante, afuera la lucha se iba acercando a ellos, al parecer también los refuerzos de los mortífagos habían llegado.

-¿La encontraron?- Preguntó Snape de golpe a la mujer, ésta negó con la cabeza mientras seguía inspeccionando al niño.

-No, fue una trampa, no había nadie aquí….ya nos estaban esperando. Snape tienen que salir de aquí, son demasiados y no hay razón para que estén aquí…

-¿Y el niño?- Los dos adultos le miraron y la mujer desvió la mirada mientras Snape le quitaba al niño con suavidad. Levantó su varita y el pequeño cerró los ojos con un suave suspiro.

-Es todo lo que podemos hacer por el Potter, ahora vámonos…

-¡¿Qué?!!¡Lo vana dejar aquí?!!!!

-¿Qué quieres que haga Potter? ¡¿Acaso no viste la maldición que le hicieron?!!¡¡¿Quieres que los despierte para que pase sus últimos momentos de vida en una completa agonía?!!

-¡Tenemos que llevarle a un hospital!!

-¡Deja de compórtate como un imbécil y piensa en lo que dices!¡No hay nada, NADA, que podamos hacer, ese niño ya está muerto y el infierno se va a congelar antes de que sea yo el que prolongue su sufrimiento innecesariamente!!

-¡Entonces qué??!!¡Le vamos a dejar aquí así anda más!!¿Vamos a sentarnos a esperar que muera?!!!

-No Potter tu y Snape se van a largar en este maldito instante, suficientes pérdidas hemos tenido hoy!!-Le dijo con dureza la mujer, luego tomó al niño entre sus brazos y le envolvió con cuidado en su capa- él tiene razón- dijo más suavemente- Ya no hay nada que hacer por él…váyanse..

-¡Pero…!

-¡Potter….es suficiente!. Esto es una orden de uno de tus superiores y como miembro de la orden obedecerás ¿Entendido?- Dijo el hombre y Harry cerró la boca y con una mano tambaleante y una última mirada a la mujer y al niño tomó el pendiente entre sus manos desapareciendo.

En Hogwarts….

Harry siguió mirando la sangre en su mano, hasta que otra mano se cerró sobre la suya quitándola de enfrente.

-No fue tu culpa…no había nada que hacer…-Susurró Snape con aquel mismo tono de voz tan suave, y Harry estaba empezando a odiar que lo usase, le hacía sentir a salvo y tan seguro, sólo para que al día siguiente Snape se volviese a comportar….bueno como Snape.

-¿En verdad?- Preguntó Harry con frialdad y Snape le soltó de inmediato.- Estaré bien, no es nada que no haya visto antes.

Harry se dio la vuelta y empezó a caminar hacia su dormitorio, mientras tanto Snape quedó pegado en su sitio ¿Nada que no haya visto antes?¡¿Qué demonios había significado eso?!.

Cuando por fin salió de su estupor Harry se había perdido de vista y por experiencias pasadas Severus sabía que sería imposible encontrarle. No, en verdad las cosas no debían de haber salido de esa manera, tan sólo iban a recoger a una informante que se escondía en esos lugares, se suponía que iba a ser una misión sencilla sin demasiados sobresaltos, no una maldita carnicería. Primero tenía que ver a Albus.

Cuando Ron escuchó aquellos rotos sollozos en medio de la noche primero pensó en Neville, sin embargo de inmediato volvió su atención hacia la cama de su mejor amigo, se levantó procurando no hacer ruido, y abrió las cortinas de su cama para encontrarse con una figura arrodillada junto a la cama, la cara enterrada en el colchón.

-¿Harry?

Los sollozos cesaron al instante y la figura se levantó.

-Lo siento Ron, vuelve a la cama no es nada..

-¿Otra pesadilla?, hace mucho que no tenías una..

Harry hizo un sonido indefinido y luego se introdujo con movimientos torpes en la cama.

-Si Ron…sólo fue una pesadilla…una demasiado real….-Luego cerró las cortinas y Ron comenzó a llamarle, hasta que Dean le aventó un almohadazo.

-En verdad Ron ¡¿Quieres callarte de una buena vez?!!

Ron le mandó una mirada asesina y con último vistazo hacia la cama de su amigo, cerró de nuevo sus cortinas, ya hablaría de ello con Harry en la mañana, bueno…si le veía, cosa que no sucedía demasiado últimamente.

Harry agradeció mentalmente a Dean y se metió a la cama, estaba temblando de frío, a pesar de que la habitación estaba cálida, a su alrededor las sombras se habían juntado por docenas, ya había empezado a comprender su comportamiento, siempre se presentaban cuando se sentía enojado o triste, y desaparecían casi por completo en los pocos momentos en que se sentía casi calmado, pero nunca le dejaban, nunca. Cansado dejó caer su cabeza en la almohada, no quería dormir, pero tampoco se sentía con fuerzas de hacer algo más.

¿Puedo salir….?

Harry abrió los ojos y de inmediato sintió auqel suave calor emanando de debajo de la almohada, con cuidado sacó el estuche de su violín de la tela en que le había envuelto, pero no abrió los seguros que mantenían dentro al instrumento.

¿Puedo salir?- Preguntó de nuevo el instrumento con suavidad, Harry pasó una mano temblorosa por la superficie, en verdad quería abrir el estuche y sacar el instrumento, pero no podía, tenía que ser fuerte, un poco más, sólo tenía que aguantar un poco más…

Puedo oir el llanto de tu alma, ¿porqué ya no me dejas calmarlo?, ¿porqué quieres alejarme?

Harry cerró los ojos ante la acusación de su insrumento, si aquel isntrumento siempre le había calmado.

FLASHBACK

Los vecinos del número 9 de Privet Drive miraron con desaprobación la desgarbada figura del chico Potter del número cuatro, por suerte su hijo no era como aquel chico, no el pequeño Davis jamás sería como ese muchacho, por lo que habían oido de los demás vecinos el chico era bastante peligroso, bueno, debería de serlo si sus propios tíos tenían que mandarlo al instituto San Bruto para delincuentes incurable, y por la reputación del otro chico Dursley de seguro ese Potter era aún peor.

Harry por su lado seguía caminando mientras evitaba las miradas que le dirigían, ya sabía lo que vería en ellas: reprobación, desprecio y cierto temor. Apretó con suavidad la bolsa de basura que llevaba en brazos, sólo había habido una persona en aquel lugar que jamás le había dirigido esas miradas, pero haacía más de cuatro años que no le había visto, a pesar de que ella había prometido escribirle sus cartas nunca habían llegado, ahora a sus catorce años le parecía más que probable que los Dursley fuesen los responsables, ¿pensaría Melissa que no había querido responderle?.

Por fin llegó a una casa abandonada, la misma en que había psado tantas horas de pequeño, no sabía en realidad que le había impulsado a ir a ese lugar, sólo se había despertado varios días antes con la necesidad de ir, de volver a la casa de la mujer que le había enseñado tanto, incluso a veces le había parecido que era una voz la que le impulsaba, pero en esos momentos sólo estaban él y su violín así que en realidad no había explicación…

La casa estaba exactamente igual de cómo la había dejado la anciana, la misma pintura crema con detalles de flores en el amrco d ela puerta, ahora ya desgastadas, era una casa hermosa, pero después de que la anciana s emudase nadie la había comprado, la verdad es que Harry le agradaba que así fuera. Mirando a su alrededor entró disimuladamete, los Dursley ya estaban acostumbrados a sus paseos y de seguro no les extrañaria sua suencia de la casa. Siempre y cuando regresara antes que Dudley no habría problema.

Cerró la puerta con cuidado y entró a la casa, y su corazón se encongió ante la visión, donde antes habían estado colgados hermosos paisajes y cuadros ahora sólo quedaba las apredes desnudas, el papel tapiz estaba sucio y roto en varios lugares.

¿Qué hacía en ese lugar? ¿Para que había regresado?

Toca…

El chico miró frenético a su alrededor, estaba seguro de haber escuchado una voz, luego de varios minutos de silencio por fin se inclinó y abrió al bolsa sacando de ella su violín, luego se quedó muy quieto, ¿Qué tocar?

Aspirando suavemente izo lo que siempre hacía, dejó que sus manos dictasen el programa, era una melodía suave y triste, lenta y al mismo tiempo tenía un matiz reconfortante. No se había sentido así desde hacía tanto. Por primera vez los gritos que le atormentaban en su cabeza se habían reducido a murmullos, la imagen del rostro de Cedric era sustituido por el de su querida amiga. Por fin pudo sacar de su mente aquellas horribles imágenes de aquel cementerio.

Ya sabía la razón por la que había ido a esa casa, ahí se sentía seguro, ahí se encontraban guardados muchos de sus recuerdos mas preciados, quería volver a ver a Melissa, necesitaba verla, pero ¿dónde buscar? Y ¿cómo? Ni Dumbledore ni el ministerio le dejarían ir por ahí solo y tampoco podía arriesgarse a ser descubierto. Se sentía tan sólo….

Miró por la ventana y pudo ver como la luz iba disminuyendo, guardó el violín de nuevo y le sonrió, se sentía mucho más ligero, aún podía sentir en el fondo de su ser aquel miedo y aquella culpa que le ahogaban, pero ahora ya podía respirar mejor.

FIN DEL FLASHBACK

Los corredores llenos de estudiantes normalmente bulliciosos, ahora habían redoblado el barullo con escasos días para las vacaciones de navidad el ambiente estaba por demás alegre, los adornos esparcidos por todo el castillo, las luces y colores dándole vida a las normalmente grises paredes, varios alumnos de primero estaban ayudando a Hagrid a colgar unas extrañas esferas peludas a una de los árboles, uno de ellos lanzó un grito cuando una de las esferas le lamió la mano mientras los demás estallaban en risas. Desde el otro lado del pasillo Harry les observaba con cierta melancolía, ¿acaso alguna vez había sido tan despreocupado?, ¿tan inocente?.

-¡Hey Harry!!!- Le saludó el gigante y como uno el grupo de primer año se volvió a verle, al parecer este año había vuelto a ser el héroe y la población de Hogwarts había decidido tratarle como tal, sólo que Harry no sabía si odiaba más que le mirara como un loco inestable o como el niño-que-vivió.

-Hola Hagrid, veo que los árboles de este años son más grandes…- El gigante sonrió y señaló un vendaje en su mano izquierda.

-Si, y no te imaginas lo que tuve que hacer para conseguirles, ¡vaya muchacho estás muy pálido! ¿Seguro que no te has resfriado?, porque sabes tengo este remedio de mi abuela que.

-¡No!..eh quiero decir..no te preocupes no es nada!- El gigante le sonrió mientras le tomaba por los hombros y se alejaban del grupo de niños que aún fingían decorar el árbol mientras toda su atención estaba en la conversación del los dos más grandes.

-Y dime ¿cómo has estado? Desde que empezó el año apenas y te he visto…

-Bien ya sabes he estado ocupado con las clases y bueno el director…-El hombre asintió y Harry le extendió un paquete amarrado cuidadosamente.

-Se que es un poco temprano para un regalo de navidad pero quería que tuvieses esto, pero no quiero que lo abras aún..

El guardabosques miró el paquete con curiosidad pero lo guardó en uno de los múltiples bolsillos de su práctico abrigo.

-eh..¿cómo han estado las cosas en el bosque?

-Bueno ahora que lo dices han estado pasando cosas raras

-Ah si?- Dijo Harry mientras miraba distraídamente por una de las ventanas.-¿Cómo que?

-Bueno en realidad no lo sé muy bien, los animales se están comportando raro, y les preguntaría a los centauros pero creo que no es una buena idea considerando lo molestos que están por lo del año pasado….además por todo el bosque están creciendo estas flores extrañas, sobre todo en ese lugar…

-¿Ese lugar?

-Si, esas ruinas en el bosque en realidad están cerca del lado norte, el lugar está plagado de esas cosas, ¿porqué los preguntas?¿no estarás planeando ir allí de nuevo?

Harry se rió, una risa que le sonó hueca pero que al parecer tranquilizó a su amigo- No Hagrid, sólo estaba preocupado de que los centauros estuviesen armando una revolución en contra del castillo o algo así.

-Bueno no lo harán- dijo el hombre con firmeza- no pasaría ni un día cuando tendrían todo un grupo de hombre del ministerio invadiendo el bosque y eso es lo que menos quieren esos cabezas huecas.

-Si bueno, eso es cierto….-Harry volvió a desviar su mirada hacia el bosque, mientras Hagrid empezaba a platicar algo relacionado con una nueva cruza que estaba criando, si era como lo había pensado, al parecer esa noche la capa de su padre se internaría de nuevo en el bosque, con Harry Potter debajo de ella.

Normalmente Snape era un instructor duro y exigente, pero últimamente parecía decidido a dejar exhausto a Harry, tal vez pensaba que si le cansaba lo suficiente el chico olvidaría lo sucedido en aquella misión.

Después de aquella noche el director le había hablado, Lupin le había reconfortado diciéndole que no había sido su culpa, incluso Hill se había aparecido por el castillo, por influencia de su madre supuso Harry, para ver cómo estaba, ninguno parecía tragarse el cuento de que estaba bien y Harry era perfectamente consiente de que todos los profesores y sus amigos le observaban más de cerca, como si tuvieran miedo de que hiciese algo extraño.

Lo último que necesitaba en esos momentos era atención dirigida hacia su persona, necesitaba tener todo listo para el ataque, especialmente Ron y Hermione se estaban convirtiendo en verdaderos problemas, le seguían por todos lados y no le dejaban nunca solo, no sabía exactamente cuanto les habían contado, pero era claro que tenían instrucciones de no dejarle solo, lo cual representaba un serio problema para sus planes.

Desde aquella visión de los planes del ataque de Voldemort Harry había estado investigando que exactamente tenía de especial aquella fecha, el 21 de diciembre…..cuatro días antes de Navidad, desde luego era el solsticio de invierno, ¿pero que relación tendría esto con la magia antigua?, su respuesta había requerido una ardua investigación en la biblioteca y más específicamente en la sección prohibida.

Aparentemente la magia primitiva resultaba especialmente fuerte durante ciertos días del años, especialmente solsticios y equinoccios, también otras situaciones lograban aumentar fuertemente la potencia de determinados rituales y hechizos: luna llena, luna nueva, eclipses y alineaciones de planetas y estrellas. Y daba la pequeña casualidad de que ese año el solsticio de invierno resultaría por demás peculiar, primero que nada por ser el día más corto del año esto daba por ende la noche más larga, y aunque la luna estaría completamente llena también se iba a dar un evento peculiar, un eclipse lunar, lo que al mismo tiempo daría la alineación de la tierra el sol y la luna aunque tan sólo fuese por unos instantes.

Harry no tenía que ser un genio para darse cuenta de que a eso se refería Voldemort con sus palabras, sólo quedaba una interrogante, ¿dónde encontraría Voldemort un lugar para anclar la magia?, se requería un lugar especial y de preferencia antiguo, ubicado en la posición exacta, ni siquiera el mago más poderoso era capaz de construir y planear un altar de tal magnitud en tan poco tiempo sin equivocarse. Fue cuando Harry recordó una plática con el guardabosques acerca de un extraño claro en medio del bosque en medio del cual se encontraban las más curiosas ruinas, y cuando Hagrid le había dicho que las flores de Serene estaban invadiendo el bosque sólo significaba que la luna estaría especialmente cerca. ¿Qué más se podía desear para un hechizo potencialmente mortal?, sólo que Voldemort no había anticipado los planes de cierto Gryffindor, si las cosas resultaban bien el anima fortia lograría absorber los poderes del ritual de Voldemort y combinándolos con todos los poderes de Harry…. El chico se estremeció ante la idea, una cosa era usar toda su magia, pero ¿qué tan fuerte sería aquel hechizo de Voldemort?

Dejando aquellos pensamientos para su posterior análisis Harry se puso la capa invisible y la ató con fuerza a su cuello, luego salió con cuidado del castillo apretando fuertemente capa y el collar que le haría pasar inadvertido a través de las barreras de Dumbledore.

Apenas se había adentrado unos metros en el bosque cuando se detuvo y se escondió detrás de unos grandes árboles, doblando con cuidado la capa invisible la cubrió con la negra del colegio y luego puso ambas entre las enredadas raíces de un viejo árbol. Luego se mantuvo muy quieto escuchando cualquier sonido extraño a su alrededor, sus sentidos estaba alertas y sus ojos muy abiertos, una o dos sombras cruzaron su vista, pero ya estaba más que acostumbrado a su presencia.

Dando un último vistazo a su alrededor aspiró con profundidad y con facilidad se transformó en un imponente caballo negro y se internó entre los árboles, parecía aparecer y desaparecer entre la oscuridad de la noche mientras iba avanzando por el bosque en un rápido trote apenas sin hacer ruido, como un fantasma. Harry resopló con fuerza casi alegremente, hacía tanto que no se transformaba en su forma animaga que casi había olvidado aquella gloriosa sensación, la libertad que le brindaba aquella figura, el espíritu salvaje de aquel animal dentro de él, a su alrededor, la ligereza de sus patas mientras corrían por el bosque como si conociese el terreno desde siempre, se sentía casi libre, no, se sentía libre, y vivo.

Con un sonido sordo la última de las estacas desapareció del suelo donde había estado firmemente clavada minutos antes. Guardando su varita Snape suspiró con cansancio, aquella noche la sesión había sido especialmente dura, tanto para Potter como para él mismo, y sin embargo se con los resultados. Potter era, debía admitirlo, un mago muy poderoso, y apenas tenía dieciséis años…

Esa noche le había puesto una serie de obstáculos especialmente difícil completamente seguro de que Potter fallaría antes siquiera de haber completado la mitad de la prueba y sin embargo el chico la había terminado, no sin una buen par de golpes y más de una maldición sobre su cuerpo. Pero el punto es que Snape había pensado que el chico no iba siquiera a ser capaz de terminar aquella prueba, no por falta de poder, sino más bien de concentración, sobre todo después de aquella desastrosa misión…

Esa era otra cosa que le preocupaba de Potter, había esperado que el chico se hundiese aún más después de haber presenciado aquel "espectáculo", y si el chico son duda había estado conmocionado pero bastaron unas horas para que volviese a la normalidad, además aquel comentario le había dejado intrigado "Estaré bien, no es nada que no haya visto antes.", por supuesto que sabía de aquella conexión del chico con el señor tenebroso, pero, ¿hasta que punto?, ¿qué tanto contacto había tenido Harry con aquella retorcida mente?, ¿Qué había presenciado a través de los ojos de aquel monstruo?, Snape contuvo un estremecimiento ante aquella idea, sabía por experiencia propia que aquellas "sesiones" dirigidas por el mismo Lord resultaban ser las más….perturbadoras, por decirlo suavemente.

Otro misterio más para sumarlo al rompecabezas que empezaba a ser Harry Potter, ¿cuánto había detrás de aquel inocente rostro?¿Detrás de aquellos magníficos ojos? ¿Qué secretos guardaban aquellos suaves labios…? ¡¡BASTA!! Gritó una voz en su cabeza, la misma que deseaba estrellar contra un árbol. ¡Por esa exacta razón había decidido distanciarse del chico!. El simple recuerdo de aquel inocente beso le hacía estremecer desde lo más profundo de su ser. Y eso, simplemente era algo que no se podía permitir, no ahora, no nunca.

Desapareciendo con su varita los últimos restos del campo de entrenamiento, el hombre empezó a caminar entre los árboles sin siquiera darse cuenta de ese echo. Simplemente había jurado a todos y cada uno de los dioses que recordaba alejarse lo más posible del chico, olvidando el apellido, ignorando el echo de que fuesen alumno y profesor, incluso dejando de lado cinco años de aversión y mutuo desagrado, había una razón sobre todas que le impedía si quiera pensar en el chico como algo más que un alumno, y eso era porque el chico le importaba, en verdad le importaba, porque debajo de aquel aspecto valiente y heroico podía reconocer un ser frágil y terriblemente cicatrizado, podía ver incluso parte de él mismo en la profundidad de aquella atormentada mirada. ¿Cómo podía aprovecharse de aquella debilidad?¿Cómo robarle ese último pedazo de inocencia?, ¿Cómo exigirle su corazón y su cuerpo sin poderle dar nada a cambio?.

Además había una razón más, Harry estaba empezando a confiar en él, el chico probablemente se sentía solo, ¿cómo no habiendo perdido tanto en tan poco tiempo?, él mismo aún después de tantos años aún llevaba dentro aquel vacío. Ahora se encontraba demasiado perdido como para distinguir sus sentimientos con claridad, incluso si su tonta mente se había echo a la idea de que estaba enamorado de Severus Snape, tan solo faltaría un poco de tiempo para que se diese cuenta de la realidad, ¡por Merlín la simple idea de que el chico le quisiese era ridícula!, incluso si el Gryffindor así lo creía tarde o temprano tendría que salir de su estúpida ilusión, ¿y que si para hacerlo entrar en razón tenía que lastimarle un poco? Harry era fuerte, saldría adelante y entonces en verdad encontraría alguien a quien amar, alguien que le correspondiese, alguien correcto, alguna bruja con quien criar un ejército de pequeñas besti..Potters, con que llenar una gran casa, alguien que mereciese su amor.

No él, ciertamente no Severus Snape, si, sólo era una etapa, es decir, ¿qué le esperaba a su lado?, nada, absolutamente nada bueno. ¿Qué tenía para ofrecer a semejante criatura?, ¿Qué le daría a cambio de su corazón? ¿Un asqueroso brebaje para curar llagas?, no, ¡No iba a permitir que Harry hiciese tal estupidez!, luego se lo agradecería.

-Cuando en verdad sea feliz con alguien más…

Un ruido le sacó de sus pensamiento y se encontró de pronto en las profundidades del bosque prohibido, maldiciendo mentalmente se quedo completamente quieto, esperando captar de nuevo aquel sonido, miró hacia el cielo y entre los árboles pudo distinguir el cuarto creciente de la luna, "Al menos no hay que preocuparse de hombre lobo", pensó con algo de alivio, no nunca había tenido suerte con esas criaturas. Sin embargo había muchos otros peligros en el bosque y Snape se halló haciendo una lista mentalmente de ellos, luego volvió a escucharlo, fue un resoplido, y si el bosque no hubiese estado en completo silencio jamás le habría escuchado, aguzando la vista entonces vio una gran sombra negra cruzar con gracia entre los árboles.

Cualquier mago sabe que de entre todas las decisiones, la de seguir a una enorme sombra negra, de desconocida naturaleza, en medio de un bosque lleno de algunos de los más mortales animales mágicos justo a la mitad de la noche, armado únicamente con una varita y sin contar con algún plan resulta sin lugar a duda la mayor estupidez del mundo.

La sombra se detuvo y pudo distinguir la silueta de un equino, luego desapareció en un silencioso galope, ¿qué hacía semejante criatura en el bosque prohibido?¿Sería salvaje?. Picado por la curiosidad le siguió empleando toda la habilidad que había adquirido como espía, la criatura siguió avanzando y el hombre pudo notar en su marcha un alegre ritmo casi como si fuese saltando como un potrillo. Luego pudo ver como iba con la cabeza gacha como buscando algo, y sin previo aviso empezó un galope más rápido hasta que se detuvo en un claro y el hombre se dio cuenta de que era lo que el animal había estado siguiendo, se hallaban en un claro en el corazón del bosque, el suelo estaba cubierto de unas plantas de aspecto por demás vulgar, cientos de pálidos capullos grises se alzaban al cielo, y Severus vió la pálida luna brillando justo en medio de aquel claro, sin lugar a duda todo el lugar sería iluminado en la luna llena.

Manteniéndose escondido entre los árboles divisó a la criatura moviéndose entre los límites de los árboles como si temiera ser visto, pasaron unos minutos y luego empezó a caminar hacia unas ruinas en el centro del claro y bajo la luz de la luna por fin pudo ver la figura completa del hermoso corcel y se quedó sin aliento ante la visión, parecía hecho del mismo material que la oscuridad del cielo, además de la crin y la cola, las patas estaban cubiertas de un largo pelaje negro azabache, que, a pesar de la oscuridad parecían brillar con una extraña luz propia, era una visión magnífica y al mismo tiempo perturbante, aquella criatura de un negro tan puro que no resultaba maligna, sin embargo si inquietante, se movía con la gracia propia del unicornio más puro, casi sin hacer ruido, el largo pelo negro casi flotando con cada movimiento de la cabeza, era largo y bastante grande, pero al mismo tiempo era de una complexión delicada y ágil.

Y de pronto la imagen de un muchacho de ojos verdes se le apareció en la mente, y Severus frunció el ceño ¿porqué había pensado en Potter exactamente en aquel momento?. Siguió observando como el corcel daba varias vueltas a las ruinas olfateando aquí y allá y por fin se recostó con gracia en el suelo mientras miraba el cielo como contemplando las estrellas, si, una criatura magnífica sin lugar a dudas. Moviéndose muy lentamente el hombre se fue deslizando entre los árboles buscando acortar la distancia entre el animal y él.

Harry disminuyó su marcha hasta volverla un ligero trote mientras iba buscando entre el piso del bosque las elusivas florecillas, por allí y por allá pudo distinguir las delgadas y pálidas guías de las plantas con sus diminutas hojas de un pálido verde, y de vez en cuando un pequeño capullo grisáceo se elevaba entre el revoltijo de ramas y hojas, cualquiera las hubiese pasado por alto, sin embargo Harry sabía que su verdadera gloria no se revelaría hasta el solsticio….a pesar de la oscuridad podía ver a la perfección las plantas y cada detalle del bosque, en realidad aún no estaba completamente seguro de que clase de animal era, visión nocturna, una especie de predilección por la oscuridad y los lugares húmedos, esa extraña agilidad y, muy para su agrado, una tremenda velocidad y resistencia, y sospechaba de otras habilidades que aún no lograba descubrir dado que en realidad no había pasado demasiado tiempo en aquella forma.

Fue siguiendo el rastro de las plantas mientras iba admirando el paisaje nocturno sin darse cuenta de que era seguido muy de cerca, por fin llegó hasta un claro y volvió su atención hasta el centro de ese, y resopló molesto ante el estado lamentable del altar, después de unos minutos avanzó y empezó a inspeccionar el montículo de tierra y piedras y pudo ver que a pesar de su primera impresión en realidad no estaba tan mal. Luego vio con apreciación como cada parte del lugar estaba cubierto por las flores de Serene, en clara referencia a sus propiedades. Satisfecho con su inspección se "sentó" entre las plantas teniendo cuidado de no aplastar demasiadas y se halló perdido en sus pensamientos mientras miraba ausentemente el cielo estrellado. Después de que hiciera la gran estupidez de besar a ese sujeto éste se había comportado como un perfecto bastardo, nada fuera de lo usual, sin embargo Harry extrañaba esos momentos después de los entrenamientos en que los dos se quedaban en silencio mirando el paisaje o el cielo, le dolía esa actitud, podía aceptar sus burlas, los comentarios hirientes, pero no esa indiferencia, como si ese momento no hubiese sido más significativo que si hubiesen estado discutiendo sobre pociones.

Había querido hablar con él pero nunca parecía ser el momento adecuado, y después de esa misión….bueno, aún estaba molesto, al menos en sus sueños sabia que no podía interferir de manera alguna sin importar cuanto lo desease, después de todo en sus sueños era menos que un fantasma, pero esta vez había estado ahí, en carne y hueso, y todo había sido igual o peor, el abandonar a ese niño le había dolido terriblemente y estaba furioso con Snape por obligarle a hacerlo, si, él mismo sabía que aunque le hubiesen llevado al mismo San Mugo el resultado hubiese sido el mismo, pero eso no evitaba que el peso de su muerte se sumara al que ya llevaba sobre su conciencia, ¿cuántos más antes de que esa pesadilla terminara? ¿Cuándo acabaría su tormento?, con suerte antes de ese mes terminase, sólo un poco más..

Tan perdido se hallaba en sus pensamientos que no se percató de la presencia de su atacándote y a pesar de sus reflejos no pudo evitar el encantamiento que le petrificó en su sitio, luego el rostro de el mismo Severus Snape apareció entre los árboles.

-"Mierda"

El corcel estaba completamente distraído aún así Snape siguió avanzando con la misma precaución, sólo un poco más y el magnifico espécimen estaría a su merced, estaba a escasos tres metros cuando el animal por fin se dio cuenta de su presencia y en un parpadeo se incorporó dándose la vuelta pero Severus ya había terminado de lanzar un hechizo paralizante especialmente fuerte que le pegó de lleno inmovilizándolo en el acto. Sonriendo triunfalmente el hombre se acercó hasta quedar a unos centímetros del hermoso animal, ya de cerca pudo ver que era un espécimen bastante joven, probablemente aún una cría, tal ves por eso había sido tan fácil capturarle, estaba convencido de que era un espécimen de Kelpie, aunque se suponía que eran originarios de irlanda ¿cómo había terminado ese espécimen justo en aquel bosque? a pesar de estar petrificado pudo ver en los grandes ojos claramente la furia del animal al ser atacado mientras descansaba, aunque había algo más ¿reconocimiento?, ¡no! por favor, el simple pensamiento era ridículo, la pregunta ahora era ¿que hacer con su presa?

-"Mierda!"

Sorprendido miró directamente al animal, estaba seguro de haber escuchado esa exclamación directamente en su mente, atravesando limpiamente sus barreras, lo que ni el mismo Señor tenebrosos había sido capaz, bueno ahora se hallaba genuinamente interesado en esa criatura.

-"¿Disculpa?"- Le preguntó mentalmente y pudo percibir con claridad la sorpresa por aprte de la criatura. Oh si, definitivamente fascinante…

Harry por su parte sintió detenerse su corazón por un par de segundos, la voz de Snape había sonado directamente en su cabeza, y eso solo significaba problemas.

-"¡¿Puedes escucharme?!!

-"Así es joven y descuidado Kelpie" –Le respondió con burlón el hombre mientras alargaba un brazo para acariciar la aterciopelada cabeza.

¿Cómo había dicho Snape?, ¿Kelpie?, Harry hizo una nota mental de buscar más acerca de estos Kelpies, pero por el momento estaba demasiado preocupado mirando con aprehensión como el hombre extendía un brazo en su dirección, ¿otra vez un gesto reconfortante para luego lastimarle?, pero había algo más el espíritu del animal tampoco parecía ansioso por ser acariciado-¡No me toques humano!!!- Si, definitivamente ese había sido el Kelpie

El hombre retiró el brazo y miró al corcel, Harry por su lado se había quedado igualmente atónito, ¿Humano? De cuando acá pensaba en esos conceptos?, la cabeza empezaba a dolerle tenía que salir de ahí cuanto antes.

-"Exijo que me sueltes en este instante!"

El hombre alzó una ceja elegantemente mientras sonreía maliciosamente, si ahora sabía porque aquel animal le recordaba a Harry, al verdadero Harry, había un cierto aire libre e indomable en ambas criaturas, sonrió un poco más y el chico se empezó a preocupar oh no! Esa sonrisa no!.

-"No creo que estés en condición de exigir nada pony"

¡¿Pony?!!!¡¡Pony!!! Harry podía sentir el espíritu del animal bullendo en su interior, animago o no, no iba a dejar que Snape le insultase.

-"¡¡Suéltame ahora!!"- Podía sentir la furia del y apenas era capaz de contenerla, si Snape seguía presionando Harry estaba seguro de que algo malo iba a resultar.

-"¿Porqué habría de hacer tal cosa?, no, nunca he experimentado con uno de tu especie, será interesante ver que propiedades mágicas tienes para ofrecer, recuerdo ciertos relatos bastante interesantes sobre las dotes de los Kelpies, por no mencionar que estoy seguro de que serás una excelente montura una vez domado por supuesto- dijo el hombre acercándose y conjurando un lazo alrededor del cuello del animal. Oh si ahí estaba ese brillo desafiante, idéntico al del chico, si tan sólo fuese tan fácil sacar la misma reacción del muchacho..

En cuanto Harry sintió la cuerda en su cuello el poco autocontrol se fue por la ventana, ¡Domado!¿Montura?!!¡Cada momento de frustración experimentado al lado del hombre se juntaron en ese momento, y sin saber cómo rompió de golpe el hechizo lanzando de una patada al hombre al menos a unos cinco metros, sintió la magia saliendo de su interior y la cuerda en su cuello se rompió en pedazos. Snape por su lado miró la poderosa aura que emanaba de la criatura, la crin flotaba suavemente en el aire y los ojos relampagueaban furiosamente, su varita había quedado a los pies del animal, el cual se fue acercando al hombre hasta quedar a escasos centímetros de su rostro. Era una imagen por demás intimidante.

-"Yo no soy la montura de nadie, menos aún un conejillo de indias, ni se te ocurra intentar eso de nuevo! ¡¿Entendido?!!"

Con un último relinchido el caballo desapareció entre los árboles dejando a un mallugado y más pálido profesor de pociones con una costilla rota y una nueva aversión hacia los Kelpies.

-Oh si definitivamente igual a Harry Potter…

Harry por su lado iba sonriendo, o lo equivalente a una sonrisa en un caballo, eso le daría una lección al hombre. Transformándose de nuevo en humano se puso nuevamente la capa invisible y se quedó escondido detrás de una de las armaduras, media hora después Snape entró en el castillo visiblemente furioso y aún con hojas en el pelo, el chico le vio enfilar hacia las mazmorras y él mismo se fue directamente a la torre de Gryffindor, murmurando muy bajo- Harry uno, Severus cero…

21 de diciembre 9:00 am

Harry abrió su baúl sacando del fondo la última poción revitalizante que le quedaba, no había hecho más, ¿para que? Después de esa noche ya no serían necesarias, se la tomó de una vez y se levantó aún sintiéndose ligeramente mareado, ya ni siquiera las pociones le estaban ayudando, cada vez se sentía más débil, quien sabe cuanto tiempo más aguantaría, en la mesilla de al lado había una servilleta con un sándwich de carne y una manzana sin duda obra de Ron, Harry sonrió, pero el simple pensamiento de la comida en su boca le producía malestar, con un movimiento de su varita la mitad del sándwich y la manzana desparecieron.

Se fue al baño y se echó agua helada en el rostro diminuyendo el mareo, levantó su mirada fijándola en el espejo de la pared y le devolvió la mirada un pálido y desgastado muchacho que no reconoció, ¿quién era ese rostro demacrado?, ¿A quién pertenecían esos ojos tan vacíos?, las gotas de agua se deslizaban por su rostro delineando sus facciones, para luego caer en el lavabo con un golpe metálico, sus nudillos apretaron con fuerza la fría porcelana mientras podía ver como en el reflejo del espejo se formaba una sombra negra, ni siquiera se molestó en voltear, sabía que no habría nada a su espalda, cada vez que se miraba en un espejo era lo mismo, la figura negra a su lado, siempre a su lado, se movía alrededor de él, podía sentir como la vida le era arrebatada poco a poco y se sentía culpable de no luchar en su contra, de darla voluntariamente, cerró los ojos apartándolos de su reflejo.

Se puso su uniforme y bajó a la sala común, estaba atestada, habían estado ocurriendo ataques de mortífagos en varias partes y en Hogsmead la estación del tren había sido completamente destruida junto con la locomotora roja, un golpe que había conmocionado profundamente a la comunidad mágica, pocos se querían arriesgar a un viaje a sus hogares, muchos padres incluso habían pedido asilo en Hogwarts, si tan sólo supiesen la realidad, Hogwarts era el lugar menos seguro en esos momentos, el ataque sería de noche de eso estaba seguro y Dumbledore iba a hacer algo para evitar que Harry estuviese presente, miró a su alrededor y sintió una terrible opresión en el pecho, esperaba que dado la fecha del ataque el castillo estaría casi vacío, pero no, el destino siempre parecía ponerle las cosas de la peor forma posible.

-¡Harry!- Hermione le llamó, una sonrisa en su rostro y una inconfundible mirada de culpabilidad, y Harry supo de inmediato quién sería o más bien serían responsables de mantenerlo alejado de la batalla. Con una ligera sonrisa le saludó como siempre.

-Hermione, ¿pasa algo?

-¡No! ¿Porqué dices eso?

-No lo sé, es sólo que pensé que tu y Ron iban a ir a Hogsmead hoy…

-Oh ¿entonces no te lo han dicho?- Una genuina mueca de desconcierto surcó el rostro del chico, podría ser que esta ves en verdad no evitaran apartarle del camino.

-¿Decirme qué?- Preguntó Hermione con cautela, y detrás de ella apareció Ron con una enorme sonrisa en su cara.

-No vas a creer esto, el un compañero del ministerio de mi padre le ha prestado su cabaña en una de las montañas del norte, dicen que es un excelente lugar para esquiar y estará libre todo el fin de semana, y ¡tu vas a venir con nosotros!.

Harry tuvo que luchar para que su rostro no se ensombreciera, no, había sido esperar demasiado el que no le mintiesen. Pero ya estaba preparado para algo así, sonrió ampliamente para luego poner un rostro desesperanzado.

-Oh…pero no creo que Dumbledore me deje salir del castillo así como así….

-Eso es lo mejor ¡Ya aceptó!, bueno con la ciertas…eh medidas de seguridad y bueno sólo serán dos días y nadie sabe nada al respecto, nos iremos hoy después del almuerzo ¡¿No es genial?!!

Sus dos amigos le miraba con idénticas sonrisas que no alcanzaban sus ojos, Harry suspiró internamente, a seguirles el juego entonces...

-¡Por supuesto no puedo esperar!- Dijo sonriendo.

-Aún creo que es mejor decirle la verdad Albus, ya hemos visto lo que pasa cuando se mezclan Potter y las mentiras…

La oficina del director estaba plagada de pergaminos, libros abiertos y docenas de artefactos lanzando pequeños ruiditos, toda la orden ya se encontraba en el castillo escondida, además de una buena cantidad de Aurores y más llegarían en la noche, si tan sólo no hubiese tantos niños, aún quedaba poco más de la mitad de alumnos, luego del ataque al tren y aún pero los constantes sabotajes a la red flu que los mortífagos habían estado realizando había sido imposible desalojar a los alumnos sin levantar sospechas ni alertar al enemigo, por eso cada perfecto y varios alumnos confiable poseían en su poder cientos de trasladores listos para ser activado apenas empezara el primer ataque. Aunque Hogwarts cayese, sus alumnos vivirían. Dumbledore miró los planos del colegio y suspiró cansadamente, no estaban listos simplemente estaban en desventajas y la palabra victoria no estaba escrita para esta batalla al menos no para el bando de la luz.

-No Severus, si Harry se entera hará lo imposible por luchar, y esta es una batalla perdida, y si él cae nuestras esperanzas estarán perdidas, estoy seguro de que en cuanto se entere de la verdad estará furioso, pero al menos estará vivo…

La victoria no era una opción, con o sin niño-que-vivió Hogwarts caería casi seguramente antes de que un nuevo día naciese, no quedaba más que limitar los daños, salvar cuanto y a cuantos se pudiese, Albus miró con tristeza como sus propios y más valiosos libros se empacaban a si mismos en diferentes baúles, no, no iba a permitir que Harry se sacrificase en una batalla ya decidida, aunque eso significase perder lo poco que quedase de su confianza.

-Debemos evitar a toda costa que Harry se entere de esto Severus, una vez fuera de Hogwarts los demás le mantendrán a salvo….

El hombre asintió, y aunque no había indicios de que el chico supiese algo del ataque, menos aún de los planes para él, había algo que no le dejaba en paz, un presentimiento que le decía que algo aún más grande y decisivo que una simple batalla estaba a punto de ocurrir.

A las once en punto Harry cerró su maleta y arrastrando los pies se encerró en el baño, la poción ya no le hacía efecto, al parecer sus reservar estaban a punto de terminarse, se miró en el espejo y pudo ver como los hechizos glamorosos en su persona se habían desvanecido, pero ni siquiera pestañeó ante la visión que le presentaba aquel espejo, en realidad se había esperado algo mucho peor, profundas marcas negras efecto de sus constantes desvelos, la piel de un blanco mortal y los labios pálidos, la viva imagen de un fantasma hecho de carne. Sacó de su bolsillo una barra de chocolate y mordió un pedazo sólo para escupirlo casi de inmediato, amargo, se enjuagó la boca pero ese sabor estaba impregnado en su boca. No soportaría la carga de magia en esas condiciones….al menos que….De su túnica sacó un diminuto saco café y con un rápido movimiento de varita lo agrandó sacando de él tres frascos pequeños, uno lleno de un líquido azul, otro de un claro amarillo y el tercero lleno a penas a la mitad de un líquido turbio de color gris.

Contempló los pequeños frascos con aprehensión, en realidad nunca había considerado seriamente el usarlos, probablemente no dañarían más su cuerpo que las otras pociones, no era su mente la que le preocupaba, especialmente la última, diseñada para afinar los sentidos y percepciones, incluso en personas muy enfermas, usada en cantidades pequeñas para darle unos minutos de lucidez a los pacientes. Altamente adictiva, un error y no le aclararía la mente sino más bien le induciría a un estado sicótico donde probablemente se perdería permanentemente. Las otras dos una poción revitalizante muy parecida a las que había estado tomando y la última….bueno su nombre era sanguijuela…y hacía exactamente eso chupar lo que le quedara de reserva a su cuerpo para darle energía, y eso era lo que le preocupaba a Harry, ¿le quedaban reservas de energía que succionar?.

Pero no había opción, podía sentir una especie de humo nublar su conciencia y su cuerpo no se encontraba en mejores condiciones, con una mano temblorosa alcanzó el primero de los frascos, las sombras a su alrededor temblaron ligeramente como excitadas, Harry no se dio cuenta del aire frío que surgía a su alrededor, tomando el segundo frasco lo vació, de inmediato pudo sentir los efectos de la cocción por último con lso ojos cerrados y rogando silenciosamente tomó la última poción y luego cayó al suelo con un golpe seco.

-Hermione…¿crees…crees que estemos haciendo lo correcto?- Preguntó Ron a la chica a su lado, ambos estaban en la sala común fingiendo jugar una partida de ajedrez, mientras esperaban que Harry bajase del dormitorio, luego tomarían un traslador hacia los cuarteles de la orden, no el mejor lugar para llevar al Gryffindor, pero el más seguro. De algo estaba seguro Ron, en cuanto Harry se enterase de la verdad iba a estar muy, muy furioso.

-¡Por supuesto que si!! ¿Quieres que Harry resulte herido¿ o peor…¿muerto?- le respondió Hermione sin quitar los ojos del tablero, sin embargo hubo un temblor en su voz que no le convenció demasiado. -¿Verdad?

Ron se quedó sin respuesta, una Hermione insegura le hacia sentir aún peor, si al menos les hubiesen explicado que iba a pasar esa noche…. La noche anterior Dumbledore les había llamado a su despacho y les había dicho que había un plan para acabar con la vida de Harry, un plan que no serían capaz de detener, por lo tanto sólo quedaba una opción: alejar a Harry del peligro.

Hermione suspiró y con un movimiento de varita el tablero se guardó y la chica se frotó los ojos con cansancio, no había dormido en toda la noche pensado las cosas una y otra vez, si Dumbledore quería sacar a Harry y prácticamente a cada alumno de Hogwarts entonces algo especialmente malo estaba a punto de ocurrir.

Harry eligió ese momento para bajar las escaleras con una ligera sonrisa en el rostro Los dos muchachos sintieron un vacío en el estómago y sonrieron asintiendo al tiempo que se levantaban intercambiando significadoras miradas "Es lo correcto".

Los tres muchachos llegaron hasta un aula vacía, Ron y Hermione le contaban a Harry lo difícil que había sido convencer a Dumbledore de que le dejase ir, Harry no decía nada, sólo sonreía de vez en cuando, Casi de inmediato apareció Bill por la puerta sonriendo brillantemente.

-¡Perdón el retraso chicos pero ya saben, Navidad y Gringots! ¡Un verdadero desastre!, Hola Hermione, Harry, se ven estupendos, hacía siglos que no les veía, Ron creo que has crecido otros buenos centímetros, bueno no perdamos más tiempo ¿listos? ¿no olvidan nada?

Los tres chicos sonrieron y el mayor de los weasley sacó de su bolsillo un pedazo de tela gruesa y vieja. Los cuatro agarraron cada uno una esquina, luego Bill sacó su varita y la golpeó dos veces.

-Bien ahora sólo esperaremos unos instantes a que se active, no se imagen lo que tomó convencer a Dumbledore- Después de unos instantes el traslador se activó y los cuatro desaparecieron del lugar, la puerta del aula se volvió a abrir y Dumbledore entró en la habitación seguido de cerca por Moody.

-Lo ves Alastor, todo marchó bien, ahora los tres estarán seguros y alejados de esta locura, al menos por un tiempo- Dijo el director con una sonrisa triste muy fuera de lugar con su personalidad. Su compañero simplemente gruñó y pateó el suelo una vez.

-No creo que sea tan fácil Albus, en cuanto Potter se vea en esa endemoniada casa no se va a poner muy feliz, de echo te aseguro que apenas vea en donde está va a comprender lo que está por pasar, y apuesto mi pata de palo a que va a pelear con uñas y dientes por regresar aquí…

El anciano, la cabeza de la orden del fénix suspiró cansadamente mientras se dirigía a la salida.

-Es por eso que le pedí a Remus y a Bill su ayuda…

-¡Desmaius!

-¡Harry!

Apenas habían aparecido en la casa cuando el hechizo golpeó directamente a Harry el cual empezó a caer al suelo sólo para ser atrapado antes por Remus Lupin, Ron y Hermione se acercaron al desmayado.

-¡¿Cómo pudieron hacer eso?!!

-Hermione, Ron, ahora es cuando más necesitamos su ayuda- les dijo Lupin al tiempo que cargaba a Harry en brazos con aparente facilidad- Escuchen bien, por ningún motivo Harry debe abandonar esta casa antes de mañana. No importa que ¿entendido?

Ambos chicos le miraron lívidos, Hermione abrió mucho los ojos y se llevó una mano al pecho y miró al hombre con miedo.

-No va a ser un simple atentado contra Harry verdad?, va a ser un ataque directo al castillo, por eso van a evacuarlo…

-Tan lista como siempre- Sonrió con tristeza el hombre, se le veía muy pálido y demacrado y Hermione recordó que esa noche precisamente habría luna llena- Yo también tengo que quedarme aquí pues no puedo ayudar en la lucha, no pueden hacer nada, ya no hay nada que hacer, sólo nos queda salvar lo que podamos y fortalecernos para lo que venga suerte ese Desmaius le mantendrá dormido hasta el mañana, pero no nos arriesgaremos

El hombre sacó la varita del bolsillo de Harry y se la dio a Bill. Luego llevó su preciada carga hasta uno de poscuartos depositándolo suavemente sobre una cama matrimonial. Luego puso varios encantamientos protectores y cerró la puerta con el hechizo más fuerte que conocía. Abajo los demás estaban en la cocina donde Molly Weasley tenía a una sollozante Hermione en sus brazos, al parecer los chicos conocían ahora toda la verdad. Bill estaba recargado contra la pared y se le veía algo pálido, Ron estaba sentado en la mesa con la cara escondida entre los brazos, Remus se sentó cansadamente y miró a todos los ocupantes.

-Ron, Hermione, quiero que sepan que en verdad no hay nada que hacer, hace mucho que temíamos que esto fuera a pasar y ya estábamos preparados para algo así, por desgracia fue más pronto de lo que esperábamos, nuestras fuerzas están demasiado dispersas y traer los refuerzos necesarios sólo nos traería más problemas. Hogwarts no morirá, porque Hogwarts son sus alumnos y profesores, no un grupo de rocas…Molly y Bill se quedarán con ustedes, más tarde vendrá Richard para ver que todo esté bien, yo bueno ya saben que día es hoy, estaré en mi habitación y creo que no es necesario decir no los veré hasta mañana…..no se preocupen, saldremos de esta..

Los dos chicos le miraron y asintieron y Bill salió con él, Hermione se sentó al lado de Ron y se quedaron en absoluto silencio, la señora Weasley se sentó frente a los chicos avivando el fuego de vez en cuando y tratando de animar a los chicos, a las siete en punto la puerta de la cocina se abrió y un hombre alto y delgado entró en la habitación quitándose la capa de viaje.

-¡Richard! Has llegado antes ¿hay noticias?

El mago saludó a la mujer y negó con la cabeza- No Molly, aún no hay nada, pero todo está listo, Dumbledore me pidió venir antes por si algo pasaba, eh….¿está todo bien aquí?- Preguntó el hombre mirando significativamente a los dos chicos con aspecto trágico sentados a la mesa. La señora Weasley no respondió, sino que conjuró una taza de té y el hombre la tomó en sus manos sorbiendo el te, antes de que nadie pudiera decir nada Bill entró en la habitación y saludó silenciosamente al hombre.

-Acabo de dejar a Remus en su cuarto…- El hombe asintió y miró brevemente a Ron y Hermione los cuales seguían como idos.

-Eh…¿y él cómo está?- Ante la sutil mención de su amigo las cabezas de los chicos saltaron y ambos fijaron sus ojos en Bill.

-Acabo de chocarlo y aún está dormido…revisaremos cada hora por si acaso…

-Bueno prepararé café y algo de comer, va a ser una noche larga, Ron, Hermione querida, creo que sería mejor que se fueran a dormir…

-¡No!...No mamá…

-Lo siento señora Weasley pero no creo que pueda dormir hoy….

La mujer hizo ademán de decir algo, pero un gesto de su hijo mayor la detuvo. A partir de entonces nadie habló, sólo el sonido del reloj y el ocasional choque de las tazas contra los platillos perturbaban el pesado silencio. A eso de las nueve Bill y Richard se levantaron de un salto cuando unas campanitas empezaron a sonar. Los demás les miraron, los dos estaban pálidos, Richard murmuró algo y salió de la habitación mientras el pelirrojo se sentaba de nuevo.

-Bill…cariño…¿Ya…?

-Si mamá…ha empezado, el ataque a empezado…- Dijo éste gravemente, Hermione empezó a sollozar mientras Ron negaba furiosamente con la cabeza, la señora Weasley se levantó y empezó a pasear por la cocina. El mago moreno entró a los pocos minutos y Bill le miró.

-Aun duerme…-Dijo por toda respuesta y este asintió, el silencio volvió, mas opresivo y pesado que antes

las diez, ¿habrían salido todos los alumnos?....

diez y media…¿Los mortífagos ya habrían roto las primeras barreras?....

once, ¿Qué estaría pasando?

once y diez, ¿Cómo es que el reloj se movía tan lento?...

once con veinte minutos ¿Cuántos habrían caido ya?

Once y media- ¡Weasley ven aquí!!!

Como uno, los tres Weasley y Hermione se levantaron de golpe y corrieron escaleras arriba, hacía unos instantes Richard había subido a "asegurarse que todo siguiese bien". Por fin llegaron a la habitación, el mago estaba a lado de la cama varita en mano, tendido sobre el lecho estaba la figura de Harry completamente quieto y aparentemente dormido, todo parecía estar normal, de no ser por el hecho de que se podía ver las sábanas a través de su cuerpo como si fuera un fantasma.

-¡¿Qué le pasa?!!- Dijo Ron intentando acercarse, pero su madre le detuvo, Bill se acercó y apuntó a la figura del chico que vivió con la varita.

-¡Finite incantatem!- Dijo con voz firme, la figura de Harry tembló para luego desaparecer con un chasquido, en su lugar había un muñeco de pasto seco con un mechón de pelo negro amarrado, Bill maldijo, Hermione empezó a llorar, Richard salió corriendo de la habitación, la señora Weasley se puso blanca como papel y Ron miró al muñeco con confusión.

-¿Qué….?¿Qúe es eso? ¡¿dónde está Harry?!

Su hermano le miró y agarró el muñeco apretándolo en su puño- Esto es un doble y Harry aún está en Hogwarts….

MUCHASGRACIAS POR LOS REVIEWS: Dragon Potter, cirecris, coteGranger, Amazona Verde, Selene1981, Asil Black, CBML Lupin, Devil Lady Hitokiri, Maryam y Mirug!!! No saben en verdad lo mucho que em ayudan sus reviews ¡!

A pesar de las fiestas y de tuve muchas dificultades y bloqueos para este capítulo por fin lo pude terminar, simplemente no sabía como llegar hasta donde llegué, espero que les guste!

Wueno esto es lo que casi estoy segura es el penúltimo capítulo de Serenata, y el primer capítulo del 2005 espero que todos se hayan pasado excelentemente las fiestas, yo por mi parte estoy bastante feliz. .

Así que nos vemos!!! Comentarios? ya saben REVIEW!!!!!!