¡Si por fin! Después de siglos, un terrible bloqueo aquí est�: el penúltimo capítulo (confirmado: el 8 es el último).
Una disculpa a todos los que siguen esta historia pero tuve varios problemas que no me dejaron tiempo para nada, menos para escribir, además este capítulo resultó extrañamente difícil de escribirse, pero ¿para qué aburrirles con mis cosas?
Damas y caballeros con ustedes……
Capítulo 7: Fortaleza
"Las personas fuertes crean sus acontecimientos; las débiles sufren lo que les impone el destino."
Vigny, Alfred Victor de
FLASHBACK
El sol entraba a raudales por la habitación, algo bastante raro en ese parte del país, sobre todo en invierno, iluminando suavemente la habitación, sacando destellos a las delicadas figuras de porcelana acomodadas sobre la mesita de café.
La habitación misma parecía brillar calidamente, mientras una suave melodía la inundaba, en una de las esquinas un pequeño niño tocaba con entusiasmo una melodía infantil, si alguien hubiese entrado en aquel momento, y si hubiese mirado con suficiente cuidado hubiese podido observar como de vez en cuando un alegre destello de luz cruzaba la habitación para luego perderse justo en medio, o cómo los rostros pálidos del violinista de porcelana adquiría un suave tono rosado o cómo los diminutos ojos de azul Prusia brillaban casi humanamente.
Pero nadie nunca observó esto, nadie mas que la dueña de aquella casita en medio de Privet Drive, y nunca nadie escuchó la música salir de aquella casa¿cómo era eso posible, Melissa nunca lo pudo explicar, y si alguien le hubiese preguntado cómo es que era posible que cada vez que ese niño tocaba ningún sonido lograba traspasar las paredes, probablemente ella se hubiese encogido de hombros, pero nunca nadie preguntó, y nunca nadie pareció notar como durante cerca de seis años un niño se colaba hasta esa casa.
Probablemente por la misma razón nunca nadie notó cuando aquella extrañamente soleada tarde de invierno aquel niño sacó de entre un montón de partituras una pequeña hoja y le miró fijamente durante largo tiempo, ni alguien intentó detenerlo cuando empezó a tocar una tonada lenta y pesada sin siquiera mirar la partitura, y jamás alguna alma tuvo la curiosidad de preguntarse cómo es que de pronto una tarde soleada se convirtió en una gris y helada, ni cómo aquellas nubes cubrieron tan rápido el cielo.
Melissa se encontraba preparando unos sándwiches de carne, poniendo generosas porciones de ésta en medio del pan, pensando en la escasa estatura de su querido estudiante, estaba tarareando la alegre canción que le llegaba desde la sala, su oído atento a cualquier error que pudiese encontrar, cuando terminó la canción y no pudo encontrar ningún fallo, sonrió para si misma, aunque debía reconocer que era una tonada bastante fácil. Siguió preparando los bocadillos con una extraña alegría que por alguna razón le hizo recordar su infancia.
De pronto una nueva melodía empezó a tocar, al principio torpe y cortada, y la mujer frunció el ceño tratando de identificarla, le había dejado a Harry una pila de canciones infantiles, la mayoría de ellas con un ritmo rápido y bastante fácil, seguro Harry no tendría problemas con ella, pero ésta era lenta y las pisadas parecían más complicadas, se limpió las manos en el trapo de la cocina y cerró la caja del pan acomodando todo en los gabinetes adornados con pequeñas rosas, cuando un escalofrío le recorrió la espalda y su respiración se hizo profunda y lenta.
La música ahora era más fluida, de echo estaba perfectamente interpretada, y la mujer de inmediato reconoció aquella música, era una melodía fúnebre, una tonada antigua que se solía tocar a aquellos que morían a manos de enemigos o durante alguna batalla, una promesa de que su muerte no sería olvidada. Un extraño frío le heló las entrañas e imágenes de su sobrino y una luz verde le vinieron a la cabeza¿qué significaban, sintió una extraña preocupación crecer en su pecho, miedo, pero no por ella sino por aquel pequeño ángel de cabellos negros, y se halló corriendo por su casa susurrando su nombre.
-¿Harry?- Exclamó al entrar a la salita y de pronto sintió como si su corazón se hubiese detenido, Harry se hallaba junto a la ventana tocando como de memoria una pieza que no debía poder siquiera de tocar el inicio, su mirada sin embargo estaba perdida y su rostro no mostraba emoción alguna, la habitación estaba pobremente iluminada, un aire frío parecía provenir de ningún lugar, pero lo que le hizo llevarse una mano al pecho fue una enorme sombra negra que rodeaba al pequeño casi amenazadoramente, ésta pareció mirarle directamente para luego rozar delicadamente una de las mejillas del pequeño con una mano esquelética y transparente. Cerró los ojos y luego los abrió y la sombra ya no estaba ahí y Harry le miraba con preocupación.
-Sra Grant ¿está bien?
La mujer le miró, y asintió suavemente al tiempo que cerraba la distancia entre los dos, luego le preguntó con voz lo más calmada que pudo- Dime mi pequeño¿dónde aprendiste esa melodía que estabas tocando?
El niño le miró con curiosidad- ¿Cuál, yo no estaba tocando, estaba leyendo esta hoja, pero creo que no entiendo cómo se toca, parece difícil…- Exclamó Harry mientras levantaba del suelo la partitura vieja y se la enseñaba a la mujer.
La Sra Grant tomó entre sus manos la partitura y luego al pequeño- Mira Harry no haz hecho nada malo al tocar esto, es sólo que quería saber cómo es que ya la conocías…
-Pero es que yo no la he tocado….¡lo juro!- La mujer le miró, los ojos del pequeño le miraban con cierto temor, pero no había mentira en ellos, Harry jamás le había mentido. Luego miró una de las mejillas del niño donde había una especie de marca como si se hubiese quemado con algún objeto puntiagudo.
-Harry ¿en verdad no recuerdas haber estado tocando esto?
El niño negó suavemente – No yo la estaba leyendo….y recordé a mis papás…no sé porque….y luego usted entró….yo …perdón..
-¡No mi pequeño, no has hecho nada malo, ahora porque no vamos a curarte esta fea herida, tengo una crema para que esto sane rápido.
El pequeño se llevó una mano a la mejilla hizo una mueca de dolor cuando sus deditos rozaron la herida.
-No…no la tenía… antes…
La mujer le sonrió con lo que esperó que fuese una sonrisa confiada- no te preocupes probablemente fue con el arco, suele suceder así que ten más cuidado, vamos a la cocina he preparado unos deliciosos sándwiches ¿Qué dices?
El niño le sonrió brillantemente y corrió a la cocina, la mujer miró la hoja en su mano y luego al sitio donde había estado esa sombra, y luego la habitación, la luz de invierno entraba suavemente ni muy brillante ni muy opaca, y no hacía tanto frío…tal vez estaba envejeciendo…¿Pero y la herida?. Un agudo silbido la sacó de sus pensamientos y un grito de pánico de Harry
-¡Sra. Grant la tetera está haciendo algo raro!
-¡Otra vez no!
Y nadie preguntó, y nadie respondió, y como muchas cosas, aquella tarde quedó en el olvido.
FIN DEL FLASHBACK
La fría luz del sol de invierno iluminaban escasamente las baldosas del cuarto de baño, los espejos impecables reflejaban el color de las paredes, mientras el único sonido de la habitación procedía del gotear de un lavabo, en el piso, en una posición por demás mala para la columna, yacía un cúmulo de ropas negras, rompiendo con la monotonía gris del cuarto, a su alrededor, destellando suavemente, yacían los restos de los frascos que alguna vez contuvieron extrañas y peligrosas pociones, que ahora se hallaban corriendo por sus venas. Harry abrió los ojos de golpe y parpadeó varias veces mientras intentaba enfocar el mundo a su alrededor, gruñendo suavemente se levantó del suelo del baño, el quedarse acostado en el frío piso de baldosas le había dejado entumido, miró su reloj, las doce…�¿Las doce!
Miró a su alrededor, parpadeando nuevamente, todo se veía bien, al parecer las pociones habían dado resultado, ya no se sentía cansado, pero había algo que no parecía estar del todo bien, sólo que no podía decir exactamente el qué.
Se llevó la mano a la cara masajeándose el puente de la nariz, cuando se dio cuenta de qué exactamente estaba fuera de lugar, sus lentes ya no estaban y sin embargo era capaz de ver claramente, si, definitivamente las pociones habían resultado, y sin contar el dolor por la caída se sentía como nunca.
Ahora tenía que actuar rápido, tenía un plan, pero en realidad no sabía si daría resultado, todo dependería de su suerte y de su concentración, abrió la puerta del baño y vio como Neville salía de la habitación cerrando la puerta, Harry salió del baño y fue hasta su cama abriendo el baúl al pie de esta, y sacando varios libros por fin encontró lo que buscaba, le había costado tres días y un viaje a la sección prohibida el encontrar una manera de burlar los planes de Dumbledore. No sabía exactamente a dónde planeaban llevarlo, pero sabía que si abandonaba el castillo no habría forma de regresar, así que había tenido que ingeniar alguna forma de permanecer dentro del castillo, pero ¿cómo hacerlo? Fingiéndose enfermo sólo les daría un pretexto para encerrarlo en San Mugo, probablemente bajo los efectos de un sedante, esconderse sólo le dificultaría sus planes, entonces había encontrado un hechizo para realizar un doble, que se vería igual que él, como una marioneta de si mismo controlada por su propia mente, y ahí es donde radicaba el problema.
Con cuidado sacó una pequeña bolsa de tela y la abrió, estaba llena de una especie de arena muy fina y de color rojo, rebuscó y sacó de entre la arena una pequeña figura hecha de pasto, estaba atada con hilo de plata y entretejido a su cuerpo sobresalía un delgado mechón de su propio pelo, según lo que había escrito en el libro, sólo él sería capaz de controlar al muñeco, puso el muñeco en el suelo y apuntó a la figura con su varita
¡formae secundus!
La figurilla se levantó de un salto y empezó a crecer, hasta alcanzar su misma altura, luego como si hubiese estado echo de arcilla empezó a tomar forma, hasta que se formó una réplica exacta del chico que vivió, Harry le vistió con una de sus túnicas y le miró fascinado, todo en él era exactamente igual, incluso el moretón en su mano que se había echo el día anterior con la puerta, sintiéndose un poco más optimista se recostó en la cama y se cubrió con la capa invisible, luego tomando una bocanada de aire empezó a murmurar muy bajo al tiempo que cerraba sus ojos.
El muñeco abrió los ojos al mismo tiempo que el Gryffindor los cerraba, y Harry vio la cama frente a él, era una sensación extraña, aún podía sentir su propio cuerpo, pero también era capaz de percibir el del doble, se sentía casi como cuando veía las cosas a través de Voldemort, suprimiendo un escalofrío ante los recuerdos se concentró en mover al muñeco hasta que éste quedó frente a el espejo, hizo varios movimientos y gestos, y aunque no eran perfectos tampoco eran demasiado forzados, mientras controlase a la figura podría ver y escuchar a través de él, "si tan sólo hubiese tenido más tiempo tal ves habría logrado controlarlo mejor" pensó con preocupación. Luego tomó su capa y se cubrió con ella.
El muñeco avanzó y bajó las escaleras caminando un poco rígido, luego se reunió con Ron y Hermione, a los cuales les sonrió. A partir de ahí todo fue sobre ruedas, luego cuando Bill llegó Harry se empezó a preocupar¿el muñeco también le engañaría, luego de que el traslador fuese activado Harry pudo ver como Bill de inmediato le apuntaba con su varita, y se concentró en sacar una expresión de sorpresa del muñeco luego le hizo cerrar los ojos, ahora no podía ver nada pero aún podía escuchar a través de él
¡Harry!- esa había sido Hermione, extraño como las voces se escuchaban algo distorsionadas como si las estuviese escuchando a través del viejo radio de tío Vernon..
�¿Cómo pudieron hacer eso!
Hermione, Ron, ahora es cuando más necesitamos su ayuda- escuchó decir a Lupin, al tiempo que podía percibir como el cuerpo de su doble era levantado- Escuchen bien, por ningún motivo Harry debe abandonar esta casa antes de mañana. No importa que ¿entendido?
¿No va a ser un simple atentado contra Harry verdad, va a ser un ataque directo al castillo, por eso van a evacuarlo…- "¡No¿De verdad!" Pensó Harry sarcásticamente.
Tan lista como siempre….Yo también tengo que quedarme aquí pues no puedo ayudar en la lucha, no pueden hacer nada, ya no hay nada que hacer, sólo nos queda salvar lo que podamos y fortalecernos para lo que venga suerte ese Desmaius le mantendrá dormido hasta el mañana, pero no nos arriesgaremos……no voy a perderle a él también
Lo último apenas fue un susurro de modo que Harry estaba seguro de que nadie más le había escuchado, unos instantes después el cuerpo era depositado sobre una superficie nivelada, aunque Harry no sabía exactamente que.
Harry….yo se que probablemente cuando despiertes vayas a querer matarnos, y creeme que estás en todo tu derecho, pero ten la seguridad de que hacemos esto sólo porque te queremos…porque no queremos que sufras más de lo que debes, no hay nada que hacer por Hogwarts Harry…..pero aún hay esperanzas, tu eres la esperanza, pero aún no estás listo¿nos perdonarás algún día, no lo se…..-Harry deseaba con toda su alma ordenar al muñeco abrir sus ojos para poder ver el rostro del hombre, pero se tuvo que contener, había tal tristeza en esa amable voz, y al mismo tiempo una angustia que él mismo conocía demasiado bien, la pena de los errores pasados y de los nuevos..- pero no importa, juré mantenerte a salvo Harry…y aunque eso signifique perder tu respeto y confianza lo haré…
La puerta se cerró y el muñeco permaneció inmóvil y Harry cortó el vínculo, con suerte la magia empleada en el doble y duraría lo suficiente, se paró de la cama y esperó a que todo empezara.
yo también lo siento Remus…se que cuando te enteres de lo que hice vas a estar muy enojado, pero ya no puedo más….ya estoy harto…
La oscuridad de la noche fue cubriendo los helados dominios del castillo, lo mismo que un sepulcral silencio, ni siquiera del bosque se podía oír sonido alguno, ni el viento al mover los árboles, todo estaba en una inusitada tranquilidad y eso precisamente era lo que le preocupaba a Albus Dumbledore. Hogwarts nunca estaba en silencio, nunca, a menos que algo estuviese a punto de ocurrir, algo especialmente malo.
Albus estamos listos- exclamó Moody a su derecha, éste iba acompañado de Tonks, el anciano director asintió. Por lo menos se salvarían los alumnos, Hogwarts estaba destinada a caer esa noche- Muy bien Alastor, debemos retenerles el tiempo suficiente para que todos salgan.
Pero ¿Por qué esperamos hasta ahora para sacar a todos, si ya nos habían avisado del ataque?- preguntó la auror, que extrañamente usaba un conservador tono castaño en su cabeza, Moody la miró al tiempo que golpeaba el suelo impaciente con su pata de palo.
¿Acaso no has leído todos los reportes¿recuerdas lo que le pasó al último alumno que intentamos enviar por la red flu? Apenas lo pudimos rescatar en una pieza, y el ataque al tren de Hogwarts no fue un simple acto intimidatorio fue una advertencia de lo que pasaría si intentábamos enviar a los chicos a sus casas. Ese bastardo está empeñado en atacar con los alumnos dentro del castillo, no se lo que pretenda su retorcida mente, pero estoy seguro de que una masacre aquí sería un golpe lo suficientemente duro como para intimidar a más de uno.
P-pero de seguro no se atreverían a tanto…son sólo niños...- exclamó pálida Tonks al tiempo que miraba suplicante a Dumbledore, este suspiró sin quitar sus ojos de la ventana, todo rastro de aquel brillo en los claros ojos completamente perdido.
Niños que en sus ojos se convertirán en enemigos o servidores, poderes que en unos años podrían costarle la victoria o asegurarla, así es como piensa Lord Voldemort. Está decidido a atacar Hogwarts, por eso sólo tenemos una oportunidad de sacar a todos.
Aún antes de que Hogwarts mismo fuese fundado el bosque prohibido ya tendría unos cuantos cientos de años, ya existían esos gigantescos robles que cada año crecían un poco más, extendiendo un poco más sus ramas como fantasmales garras, cubriendo la luz del sol, asfixiando las plantas nuevas y dando cubierta a las criaturas que en él se refugian. Dejando que las sombras escondiesen los secretos de sus habitantes. Cientos de años después cuando el mundo había cambiado cien veces el bosque permanecía igual, silencioso y oscuro e imperturbable, protegido por una magia tan antigua y misteriosa como el bosque mismo.
Por eso cuando un grupo de figuras encapuchadas entraron a los dominios del bosque los árboles se estremecieron y un aire helado cruzó el bosque dando aviso de los intrusos, prediciendo lo que estaba a punto de pasar.
El grupo de encapuchados se movía rápida y conjuntamente, los últimos lanzando nerviosas miradas de vez en cuando sobre su hombro, dejando entrever las máscaras blancas cubiertas por las capuchas. Y al mismo tiempo a la mayor de las figuras que iba a la cabeza del grupo, sin saber a cuál de las dos temer más.
De pronto un grito cortó el silencio del bosque al tiempo que un hoyo se abría en la tierra mientras raíces gruesas como bastones jalaban hacia el interior a uno de los mortífagos, para luego cerrarse con un golpe seco dejando una superficie completamente lisa como si nunca hubiese habido un agujero ahí. El grupo se quedó plantad en el lugar sin siquiera atreverse a respirar
¡Estúpidos no se detengan a menos que deseen morir!- Exclamó la voz del Señor oscuro al tiempo que su figura se perdía entre la niebla cubriendo el bosque, como uno los mortífagos reanudaron su camino formando un grupo aún más compacto, siguiendo a su señor en grandes zancadas, apenas conteniendo el impulso de correr.
Las sombras parecían seguirles y rozaban los bordes de sus túnicas como largas garras fantasmales. Después de lo que les parecieron siglos por fin alcanzaron el borde de lo que parecía ser un pequeño claro, totalmente cubierto de unas vulgares plantas verdea grisáceo que crujían al ser pisadas, en el centro permanecían un conjunto de piedras grandes y cubiertas de moho de aspecto ruinoso, al sonido de los pasos unas alimañas salieron de entre las piedras.
Voldemort entrecerró los ojos al tiempo que llamaba con un gesto a uno de los mortífagos detrás de él.
¿Es este el sitio Lucius?- Detrás de la máscara Lucius Malfoy se estremeció ante el tono peligroso que su señor había usado, uno simplemente no se andaba con equivocaciones con Lord Voldemort.
Si mi señor este es el lugar que describían los antiguos textos…-Los rojos ojos de serpiente se fijaron el los fríos ópalos trasluciendo tras la máscara blanca para luego asentir satisfecho.
Muy bien empecemos entonces….
¡Albus!- Gritó Minerva McGonagall al tiempo que atravesaba la puerta del despacho de Dumbledore, la palabra pánico escrita en su normalmente estoico rostro.
Minerva ¿qué es lo que pasa¿Cómo es que no estás con tus estudiantes!
¡Albus tienes que ver esto…!
Los dos magos salieron de la oficina, la profesora McGonagall se detuvo frente a una ventana abriéndola de par en par y haciéndose a un lado y Dumbledore sintió las frías garras del miedo clavarse en su vientre ante la imagen que se le presentaba.
Fuera estaba completamente oscuro, sobrenaturalmente oscuro, el cielo, los terrenos, todo estaba envuelto en un manto de terrible oscuridad, ni siquiera el lago reflejaba las luces del castillo, y en medio de las sombras se alzaba la silueta del bosque prohibido, y en o más profundo de éste Dumbledore vio la fuente de su miedo, entre los árboles una luz roja se levantaba en forma de una columna hacia el cielo El anciano miró su colega a través de sus lentes de media luna, la columna de luz reflejada en ellos…
Minerva saca a los estudiantes…Voldemort está aquí…-Apenas hubo pronunciado esas palabras cuando un rugido rompió el silencio y los dos miraron con una aterrada fascinación la columna de poder girar y retorcerse cual monstruo luchando con sus ataduras y con un rugido como el de una corriente, como el grito de guerra de una bestia antes de destrozar a su presa el rayo se partió en cientos de haces de luz, las nubes en el cielo empezaron a revolverse como si tuviesen vida propia, electricidad saltando de una a otra, y luego uno tras otro los relámpagos empezaron a caer sobre Hogwarts, rompiendo las ancestrales piedras en fragmentos, dejando huecos en los firmes terrenos, un rayo cayó sobre uno de los árboles del bosque partiéndolo en dos como si de un simple arbusto se tratase dejando brillantes llamas en su lugar las cuales se empezaron a extender cual lobos hambrientos en los árboles vecinos, iluminando los márgenes del bosque, delineando las figuras encapuchadas que empezaron a avanzar hacia el castillo al mismo tiempo saliendo de entre las sombras. Las máscaras blancas brillando macabramente con la luz del fuego.
Albus por favor dime que los Aurores están por llegar…
Nadie va a venir...
�¿Q-QUE¿A que te refieres Albus!
Alguien convenció al ministro que este "rumor" sólo es eso, una distracción para alejar las fuerzas del ministerio y así poder atacarlo. Según el ministro, sus confiables espías, la mitad de los cuales son mortífagos confirmados, le han dicho que Voldemort tiene planeado un ataque a gran escala en contra del ministerio y que nuestra situación sólo es una distracción…
La mujer le miró incrédula- Entonces ¿Qué vamos a hacer?
Sacar a todos los que podamos y esperar que un día podamos levantar lo que quede de Hogwarts…
Las esperanzas de que al menos los estudiantes se salvarían se le estaban escapando de las manos. La profesora McGonagall seguía inmóvil a su lado con una mirada de terror.
Minerva Ahora!- La mujer pareció salir de su estupor y le miró con confusión para luego asentir y salió corriendo. El anciano director levantó su varita y murmuró una sola palabra, de la punta salieron cientos de pequeñas luciérnagas plateadas que volaron todas direcciones, dando la señal, para escapar y para los que se quedaban, de que la batalla por Hogwarts estaba a punto de empezar.
Los dos ojos rojos como la sangre se entrecerraron mientras examinaban con cuidado las antiguas rocas, definitivamente traídas de tierras lejanas por hombres cuyos nombres yacían perdidos en el tiempo, más antiguas que Hogwarts, olvidadas, escondidas hasta ahora….
Pasó una de las esqueléticas y pálidas manos sobre la ahora limpia superficie, una vez limpias de tierra y plantas se podían ver los restos de lo que alguna vez debió de haber sido un altar, cuatro rocas clavadas en la tierra y una quinta sobre ellas, todas de igual tamaño, cuarteadas y desgastadas por el tiempo y el clima, sin embargo Voldemort podía sentir el poder contenido en ellas, los innumerables años de magia practicados sobre ellas, magia tan antigua y poderosa que se había convertido en leyenda, tan destructiva e impredecible que había sido olvidada, hasta ahora….
Mi Lord…estamos listos…-Susurró uno de los mortífagos al tiempo que se inclinaba respetuosamente, el Lord miró a su alrededor el piso cubierto aún por esas plantas extrañas.
¿No les dije que limpiasen el claro?- Dijo con voz peligrosa al tiempo que el hombre se encogía.
E-es que mi Lord, cada vez que las cortamos vuelven a crecer….- Voldemort le silenció con un gesto y con un movimiento de su varita cortó una larga sección de las plantas las cuales volvieron acrecer de nuevo y pudo ver como parecían salir de debajo de las rocas.
Por supuesto…son parte del altar….bien entonces ¡Traigan la ofrenda!...- Dos mortífagos se acercaron cargando tres bultos grandes con su varitas, los cuales depositaron frente a el altar, el señor Tenebroso de pie sobre el mismo, vestido con una túnica tan negra como la noche, sus ojos brillando sobrenaturalmente en la oscuridad.
Uno de los mortífagos se acercó y liberando una de las ataduras dejó al descubierto el rostro de dos hombres y una mujer, uno de los hombres y la mujer estaban inconscientes mientras el tercero miraba a su alrededor con pánico, lucía pálido y desgastado como si llevase largo tiempo sin comer o dormir.
Mi querido…Roland...cuando me traicionaste pensé que ya me servirías más a mis propósito, sin embargo tu traición me ha dado un componente adicional para esta noche, no sólo le ofreceré la sangre de mis enemigos, también daré la sangre de uno de los míos, y eso mi estimado traidor es algo que te aseguro es invaluable
N-NO¡MI LORD YO!1
�¡Crucio!- Los gritos quebraron el silencio de la noche, y Voldemort observó con deleite los espasmos del dolor del hombre, luego levantó su varita y sin una mirada al hombre se acercó a tres mortífagos
Lucius, Armand, Claire, ya saben que hacer, no quiero misericordia, para cuando el sol nazca no quiero que quede una sola alma viva en el castillo- Los tres mortífagos asintieron para luego desaparecer en las profundidades del bosque. Voldemort les vio partir complacido y luego se dirigió al altar donde sus mortífagos ya se encontraban en un medio círculo alrededor del altar con los tres sacrificios delante de ellos.
El señor oscuro subió majestuosamente a las piedras y haciendo una señal a sus mortífagos empezó el ritual. Runas antiguas aparecieron en las piedras, acomodadas en patrones circulares, una luz amarillenta emanando de ellas, y de Voldemort mismo. Los mortífagos sacaron cada uno de ellos una daga y uno a uno fueron ofreciendo un poco de su sangre. La luz se volvió anaranjada y Voldemort empezó un canto silbante y lento, al tiempo que sus ojos de serpiente iban adquiriendo un brillo sobrenatural.
….tomad el sacrificio…- Susurró, extendiendo lentamente sus brazos a las tres figuras que yacían frente a el altar, los dos muggles y el mortífago abrieron sus ojos, sus rostro contorsionado en un mudo grito de agonía, al tiempo que sus cuerpos de arqueaban, las plantas en el suelo de pronto cobraron vida y empezaron a enredarse sobre los cuerpos adhiriéndose a su piel como lo haría una enredadera a una pared, ante esto gritos de dolor por fin hallaron la salida de sus bocas.
Voldemort mientras tanto tenía sus brazos en alto, mientras continuaba su canto, los movimientos de los sacrificios fueron haciéndose cada vez más lentos, y sus gritos cesaron, sólo siendo audibles los suaves sollozos de la mujer muggle y el lento canto del señor oscuro, el cual observaba con fascinación como las plantas iban absorbiendo la vida de aquellos desafortunados, luego todo movimiento cesó y las tres caras quedaron estoicas, los ojos abiertos vacíos de aquel brillo que otorga la vida. Voldemort sonrió complacido y entendiendo sus manos una vez más hacia los prisioneros, empezó a susurrar más rápido, hasta que lo único que se podía escuchar era un extraño silbido.
De los inertes cuerpos empezó a emanar una suave luz, que fue concentrándose en su pecho, hasta que sólo quedaba un punto luminoso justo a la altura del corazón, lentamente, fueron emergiendo pálidas esferas de luz que se fueron flotando con suavidad hasta las manos extendidas del cruel mago, este las tomó y elevando sus manos una vez más las elevó sobre su cabeza, y luego la luz que le envolvía a él y al altar, cambió a un rojo escarlata, como si de una serpiente se tratase la luz se fue enrollando alrededor de las tres esferas casi como si estuviese devorándolas, éstas fueron disminuyendo hasta que desaparecieron y luego un extraño viento empezó a soplar y sin ningún aviso un torrente de magia emergió de las piedras y se elevó en una columna.
Voldemort abrió los ojos y se vio justo en medio de la columna y una sonrisa se extendió en su deforme rostro, movió una de sus manos y unos cuantos rayos se desprendieron de la columna y chocaron contra u imponente roble, partiéndolo fácilmente en cientos de fragmentos, dejando un hueco en el piso. Una risa maniática salió de sus labios mientras miraba a los mortífagos a su espalda.
¡Hoy el mundo presenciará la caída de Hogwarts y mi ascenso final!- A su comando la magia subió al cielo con un rugido torciéndose hasta que se partió en pedazos, y los mortífagos observaron como las nubes se iban moviendo como comandadas por el señor oscuro.
¡Por el poder de los antiguos¡Brindadme el poder del trueno!- Apenas hubo pronunciado estas palabras cuando uno tras otro fueron saliendo fulgurantes columnas de luz de las nubes y al distancia se pudo oír el inconfundible sonido de la destrucción cuando éstos alcanzaron su objetivo.
Después con un movimiento de su muñeca, la magia empezó a moverse de nuevo esta vez partiéndose en cientos de fragmentos formando una red, una barrera, y Lord Voldemort sonrió triunfante, ahora ya nadie podría escapar.
Entonces me voy…- Dijo el hombre apenas susurrando aunque en el silencio sepulcral de la habitación pareció como si lo hubiese gritado, los ojos azules del otro ocupante de la sala le miraron con preocupación.
Cuídate Severus- exclamó el anciano con el mismo nivel de voz, como si sintiesen que si elevaban un poco la voz el infierno se abriría justo delante de ellos.
Snape miró al hombre que durante años había sido su jefe, su general, su amigo, confidente, el único que confiaba en él- Siempre lo hago…
Salió de la habitación cerrando suavemente la puerta del despacho y caminó por los desiertos pasillos hasta llegar a un tapiz de serpiente el cual traspasó sin esfuerzo, para bajar por unas estrechas escaleras, luego salió por una de las paredes del castillo y mirando fríamente la columna de luz que se elevaba desde algún lugar del bosque prohibido. Podía sentir el dolor en su brazo indicándole el llamado al cual debía responder.
Más te vale que sepas apreciar esto chiquillo…- susurró al viento y se puso la máscara blanca, caminando hacia el bosque prohibido. Apenas había caminado unos metros dentro de los árboles cuando divisó un grupo de mortífagos en línea, el que estaba al mando se le acercó varita en alto.
¿En dónde ha de morder la serpiente?- preguntó la voz de Lucius Malfoy al tiempo que le miraba peligrosamente.
Justo en el corazón- respondió Snape y el hombre asintió.
Has llegado tarde Severus
El vejete no me ha dejado..tuve que convencerle de dejarme ir a pedir refuerzos…- exclamó con burla el hombre y Malfoy rió malignamente.
¿En serio, y dime ¿cómo fue todo?
Le he convencido de esconder a los niños en las salas comunes, ya sabes como confía el estúpido en la supuesta protección que los fundadores pusieron en ellas, todas las fuerzas estarán concentradas en el segundo y tercer piso.
Ah si…la protección de los fundadores, un mero estorbo que sólo retrasará un poco nuestra victoria¿fuerzas dices¿Qué será ahora lo que el buen Albus tiene? un montón de maestros y uno o dos aurores y ah! Lo olvidaba un puñado de mocosos….
¿Qué esperabas una manada de acromántulas y escorgutos, no Lucius el viejo está solo
Muy cierto amigo….es hora de pagarle al buen anciano cada uno de los días que pasé en ese agujero que llaman prisión…- Dijo Lucius riendo con malicia, Severus se hizo a un lado y tomó su lugar entre las filas de mortífagos mirando discretamente de vez en cuando. Luego se pronto rayos empezaron a caer sobre Hogwarts destruyéndolo pedazo a pedazos, los gritos de los mortífagos confundiéndose con el estruendo de la roca al hacerse pedazos, Lucius a su lado seguía burlándose y proclamando la futura gloria de los mortífagos, en medio del estruendo Snape le pareció escuchar algo como un chorro de agua y pudo ver como de entre la tierra se abría un agujero y cómo de éste salía una figura larga y negra junto con agua y fango, pero entre la oscuridad era difícil observar qué era.
Un rayo impactó contra un árbol cercano iluminando la misteriosa figura, revelando la magnifica estampa de un corcel completamente negro, no…..¡un Kelpie ni más ni menos! Y no cualquier Kelpie.
El animal levantó su cabeza al cielo y lo mismo hizo Severus sólo para observar una conformación de rayos rojos cubrir el cielo, miró de nuevo al corcel este miró hacia el castillo y luego se fundió con las sombras del bosque.
"Síguelo…"
La voz casi le hizo saltar, y miró a Lucius a su lado el cual seguía con la mirada fija e el castillo su mano apretando con fuerza su varita y un brillo preocupante en su mirada.
¿Qué has dicho?
El rubio le miró a través de la máscara- Y no he dicho nada, esa es la señal..atacaremos dentro de poco…
Snape volvió su mirada al bosque, y sin siquiera mirar atrás se internó también en el bosque.
Por cierto Severus ¿qué demonios es un escorguto?
La pálida luz que salía de la punta de la varita apenas era suficiente para iluminar un poco los estrechos escalones llenos de fango y lama. Las piedras de las paredes estaban húmedas y resbalosas, el aire húmedo y frío, asfixiante, si Harry hubiese sido claustrofóbico no hubiese durado ni cinco minutos en aquel pasadizo. Este pasadizo salía desde uno de los pasillos del segundo piso, a los bordes del bosque prohibido pasando justo por debajo del lago, no era un pasadizo secreto, ya que estaba seguro de que Filch, y un gran número de maestros y alumnos sabían de su ubicación, sin embargo las condiciones en que se encontraba eran suficientes para que la mayoría evitara usarle. El ambiente enrarecido y el penetrante olor de agua putrefacta eran suficientes para marear, además de que dado que no se le había dado mantenimiento, la humedad del lago se había ido filtrando agrietando la piedra y humedeciendo el piso convirtiéndolo en un barro espeso apenas lo suficientemente firme como para caminar en él.
Pero a pesar de todos los inconvenientes, con la situación actual probablemente nadie se fijaría en él, y la salida lo dejaría justo en el borde del bosque.
De pronto escuchó un potente ruido arriba, proveniente del exterior, y otro más hasta y luego algo golpeó con fuerza justo encima del pasadizo, una serie de chasquidos y crujidos se oyeron y luego el inconfundible y espeluznante sonido de la piedra al romperse, el pasadizo se estaba viniendo abajo y se hallaba justo a la mitad, justamente….
Debajo del lago…-Susurró con horror, y luego fue lanzado contra el suelo cuando un chorro de agua le golpeó desde el techo¿cómo es que SIEMPRE le ocurrían a él esas cosas?. El agua se filtraba por todos lados, no tardaría mucho en cubrir todo el pasadizo, y el chico por fin tuvo una clara idea de la frase "ahogado como una rata en una alcantarilla". Empezó a correr hacia la salida sus pies atorándose en el ahora increíblemente denso fango, si tan sólo sus piernas no fueran tan cortas…
¡Si seré…!-Exclamó dándose un golpe en la frente y guardando su varita en la túnica se transformó en su forma animaga, por suerte el pasadizo era lo suficientemente grande como para que el joven Kelpie pudiese caber, empezó a correr en el agua notando con satisfacción como el agua y el fango resbalaban del pelaje de sus patas, las cuales apenas y se hundían en el fango, no por nada los Kelpies eran llamados caballos fantasmas de los pantanos.
Apresurando el paso, Harry pudo notar que se movía aún más rápido conforme más agua había, hasta que de pronto divisó la salida, un ruido a su espalda le perturbó, y de reojo pudo ver como el pasadizo se colapsaba de golpe, con un relincho movió sus patas lo más rápido que pudo, mientras detrás de él trozos de piedras y lodo amenazaban con sepultarle vivo, con un salto salió del pasadizo impulsado por un chorro de fango y agua los cuales salieron a presión al colapsar el lugar, y el corcel acuático se quedó tendido en el pasto resoplando con fuerza, e hizo una nota mental de agradecerle a Severus por la información sobre su forma animaga, gracias a él ahora sabía mucho más….. luego un fuerte resplandor le sobresaltó y por instinto se refugió en los árboles mirando nerviosamente a su alrededor y luego un árbol cerca de él se partió en pedazos dejando un tronco carbonizado.
Harry levantó su cabeza al cielo y sus ojos se abrieron de par en par, sobre Hogwarts y sus terrenos se levantaba una especie de barrera hecha de finísimos rayos de luz roja, como una jaula sobre una presa, y sintió terror cuando comprendió su propósito, era una verdadera jaula, el monstruo estaba decidido a no dejar escapar a nadie. Sintió su pelo erizarse cuando reconoció aquella magia, la misma que se encontraba en las nubes, Voldemort.
Ya sabía la ubicación de su enemigo, sin embargo de pronto encontró un terrible hueco en su plan: Snape, su elegido, para traspasarle el poder también Snape debía estar en el calor, pero no antes de que hubiese completado el anima fortia…
Nosotros le guiaremos…
Las voces le susurraron a su oído y el corcel relinchó nerviosamente, sus sentidos más perceptivos a las cosas y las energías.
vete ya..el elegido estará ahí cuando sea requerido….
Con una última mirada a Hogwarts en corcel se internó en el bosque desapareciendo entre sus sombras.
Minerva McGonagall observó con preocupación a los alumnos de su casa, al tiempo que un nuevo rayo impactaba cerca de la torre de Gryffindor, los más pequeños gritaron y algunos lloraban desconsolados, mientras los demás parecían confundidos y asustados.
¿profesora?
La mujer miró al prefecto y asintió con la cabeza y luego se aclaró la voz llamando la atención de todos sus alumnos, éstos la miraron con miedo reflejado en sus ojos.
Alumnos….Hogwarts esta siendo atacada por el señor tenebroso y sus fuerzas- Ante la declaración los gritos y los sollozos aumentaron y la mujer hizo salir de su varita varios estallidos a fin de llamar su atención- ¡Escuchen, todos podrán salir de aquí, ahora todos los de primer año reúnanse aquí por favor, en grupos de seis tomen estas cuerdas, cada una de ellas es un traslador, les dejará en un lugar seguro, cuando lleguen ahí un grupo de aurores les recibirá. Prefectos organicen, tenemos que hacer esto con calma.
Un rayo cayó justo en la torre vecina haciendo temblar la sala de Gryffindor, los prefectos organizaron a los asustados alumnos de primero, los cuales se aferraron con fuerza a las cuerdas, los de origen muggle mirándolas con confusión pero tomándolas con fuerza de igual manera.
La profesora se acercó al primer grupo y tocando con la punta de su varita la cuerda, murmuró "portus". Apenas se había ido el primer grupo cuando un resplandor rojizo se coló por las ventanas, Seamus se lanzó a la ventana sacando su cabeza.
Profesora McGonagall, creo que tiene que ver esto…
La mujer se acercó seguida de sus alumnos, todos lanzaron exclamaciones ante la extraña conformación de rayos rojos cubriendo el cielo. La mujer cerró la ventana con un golpe.
¡Muy bien ahora todos en grupos listos para irse!
La mujer se acercó a otro grupo de alumnos de primero, y tocó con su varita la cuerda murmurando la palabra, pero no pasó nada.
¡Portus!- Volvió a intentar, pero no pasó nada, frunciendo el ceño le mujer les dio un nuevo pedazo de cuerda, y volvió a lanzar el encantamiento, pero nada ocurrió, luego la mujer miró hacia la ventana y su rostro perdió el poco color que le quedaba.
No..-Susurró, llevándose una mano a la boca, Lavender se acercó a ella y la miró con desesperanza.
¿Profesora?
La mujer le miró y luego a las caras asustadas a su alrededor.
Escúchenme….tenemos que ir abajo, a las mazmorras…
�¿Porqué!
�¿Y los trasladores!
¡Silencio!- Todos se callaron al instante y la mujer desvaneció los trasladores- No podemos salir…. En estos momentos el castillo está siendo rodeado por mortífagos y esos ataques son obra del señor oscuro, sólo nos queda ir al lugar más seguro que son las mazmorras, los alumnos de sexto y séptimo por favor prepárense para defender a sus compañeros, nos quedaremos en el vestíbulo. ¿Alumnos del AD?
Neville y los demás se adelantaron, pálidos pero con una mirada de resolución..-La profesora les miró con pena.
Necesitaré sus ayuda, quiero que dirijan la defensa, debemos aguantar hasta que lleguen los refuerzos…¿entendido?-Los chicos asintieron y la profesora se volvió a dirigir a todos los demás.
Alumnos de quinto quedan a cargo de sus compañeros, no quiero que ninguno de ustedes salga para nada ¿entendido, y si lo pero ocurre, confío en que mantendrás a los más jóvenes a salvo.
Los alumnos salieron de la sala común hasta que sólo quedaron Neville y la mujer.
Sr Longbottom?
¿Profesora….no van a venir refuerzos verdad?
¿A que se refiere?
Las mazmorras, por eso nos mandan a las mazmorras¿nadie va a venir verdad?
La mujer le miró con sorpresa, y luego negó suavemente.
No Sr Longbottom, estamos solos en esto….no se lo diga a sus compañeros…
El muchacho asintió y salió también por el retrato
Incluso antes de alcanzar el claro Harry pudo sentir la inconfundible fuerza de la magia primitiva si es que acaso más débil que cuando usaba el ánima fortia, cuando alcanzó el borde del claro sus ojos se abrieron en sorpresa, Voldemort estaba parado sobre el altar una sonrisa maniática en su rostro, detrás de él una docena de mortífagos y frente a él había tres bultos cubiertos completamente por los botones de Las flores de Serene….luego miró directamente hacia el cielo y miró la majestuosa luna llena que se alzaba casi en el centro…un poco más…
Luego cuando su mirada se posó de nuevo sobre el altar y sintió una punzada de miedo, rodeando a Voldemort como insectos rodearían una hoguera cientos de sombras danzaban alrededor de la columna de luz, pero no la tocaban, de hecho parecían casi….asqueadas de ella…Voldemort ni siquiera parecía darse cuenta de su presencia.
La sombra de principal, aquella que siempre había hablado por las demás estaba justo al lado del altar mirándole directamente, Harry sintió el llamado y aquella punzada de miedo le llegó con nueva fuerza.
"¿Dudas ahora?"
Exclamó con aquella ceniza voz el espectro y Harry le miró y se transformó de nuevo en su forma humana y empezó a avanzar lentamente sacando su varita.
Uno de los mortífagos exclamó algo y Voldemort le miró sobre su hombro y una sonrisa increíblemente aterradora.
Ah! Harry…me honra tu visita, esperaba verte en el castillo en medio de los cadáveres de todos esos tontos, pero si no puedes esperar…
¿Qué puedo decir? Simplemente no tengo paciencia para esas cosas- le respondió el chico con una sonrisa inocente, pero sus ojos estaban impasibles..
Muy bien- dijo Voldemort levantando su varita por primera vez, cortando el rayo de luz, pero no la red que cubría Hogwarts- ¿para qué esperamos entonces?
Mirándose a los ojos con evidente odio, ambos levantaron sus varitas y cada uno empezó a murmurar por lo bajo diferentes encantamientos, la misa aura roja y turbia envolvió a Voldemort mientras una pequeña esfera de luz blanca se iba formando frente a Harry. Ante la visión Voldemort empezó a reír nuevamente.
�¿El anima fortia Potter¿Eso es todo lo que tienes!...sabía que eras patético pero nunca pensé que además fueras tan estúpido…aunque después de lo que pasó en el ministerio aquella ocasión creo que estoy empezando a creerlo
Harry sintió una punzada de furia y dolor ante las palabras del hombre y el recuerdo de aquella fatídica noche, de su error, pero siguió con su canto, esta vez no preocupándose en esconder el poder que surgía de él ni siquiera dejándose perturbar por las sombras que le rodeaban, miró a Voldemort pero este seguía tan ciego ante las sombras lo mismo que los mortífagos.
Al no obtener respuesta del chico, el señor oscuro levantó su varita y un rayo de luz roja salió disparado de ella chocando directamente con la esfera frente a Harry, la cual ni siquiera tembló Harry tenía los ojos cerrados y una gota de sudor resbalaba por su frente y se veía pálido.
¡Muy bien Harry!- le felicitó Voldemort- un excelente escudo, pero me pregunto ¿Cuánto tiempo podrás mantenerlo¡mírate! Ya estás exhausto!
- Luz y oscuridad mezcladas por la sangre-susurró alzando su mano libre y abriendo una pequeña cortada en el dorso de la mano con la cual sostenía su varita
-Traed el poder del espíritu antiguo, Tomad la fuerza que yace bajo la superficie
-Venid señora de la noche y tomad vuestro pago- un viento frío cruzó el bosque y la sombra miró hacia el cielo donde la luna llegaba a su punto más alto y luego un halo de luz más blanca que el mismo astro la rodeó, Harry sintió una corriente de energía bañarle entero y se obligó a concentrarse en el conjuro
-Venid espíritus de la tierra y tomad mi ofrenda- la luz de la luna le bañaba por entero y se empezó a extender bajo sus pies y las pequeñas plantas se empezaron a mover, los capullos orientándose hacia la luna como lo harían los girasoles, los capullo se empezaron a abrir lentamente revelando largos pétalos blancos como la más pura nieve, creando hermosas y resplandecientes flores, sus pistilos moviéndose suavemente con un viento inexistente
-Que los antiguos brinden su juicio, Oscuridad para el que la desea, Luz para el que la merece
Tomad el sacrificio para el que se halla dormido- La luz de la esfera empezó a brillar con renovada fuerza y el muchacho sintió como un nuevo poder nacía de su interior……no, más bien como despertaba, como era sacado poco a poco de su interior, era una fuerza cálida, apacible¿este era la magia que hacía surgir su música, sintió como si una mano helada se lo arrancara de pronto y se sintió más vacío que nunca, sus entrañas estaban heladas…
Como en trance siguió recitando el hechizo, más bien como si alguien o algo se lo estuviese susurrando al oído- He aquí la fuerza del alma, He aquí el que busca el los poderes…
Voldemort miró a su rival, la cara del chico estaba concentrada en mantener ese patético escudo y no parecía que fuese a durar demasiado, luego una extraña luz surgió de la nada inundando el claro y de las plantas rodeando al altar empezaron a surgir largas flores que le parecieron extrañamente inquietantes, entorno a Potter se empezó a acumular un extraño poder, una fuerza abrumadora que no reconoció¿de dónde surgía tal fuerza¿quién le estaba dando ese poder al chico? Luego los ojos del chico se abrieron lentamente, reflejando la muerte en aquellos ojos verdes, estaban…vacíos…como si ese permanente brillo que les iluminaba hubiese simplemente desaparecido, aquel resplandor que proclamaba el poder quesciente dentro del muchacho que esperaba ser liberado tan sólo se había esfumado…los labios pálidos y temblorosos se abrieron lentamente
El poder de la tierra- La flores empezaron a brillar aún más y de los árboles surgieron extraños murmullos
La fuerza de la noche- Un viento helado volvió a surgir y aún en medio de aquel resplandor las sombras parecieron temblar como en anticipación…
La energía del sacrificio- La esfera frente a su pecho tembló ligeramente brillando con un tono aperlado y el frío en sus interior aumentó, los mismo que las sombras a su alrededor, ahora temblaba, de frío y de miedo, podía sentir la presencia de la muerte a su alrededor como nunca antes, la cercanía de su muerte...entre la niebla que era su mente surgieron varios rostros, unas caras sonrientes, otras serias, una cabellera castaña y una sonrisa amable, le pareció escuchar una agradable y contagiosa risa..Ojos azules….lágrimas y lamentos que seguirían a su muerte, estaba harto de vivir, pero¿era capaz de capaz de traer ese sufrimiento a los demás?...
Miró una mano frente a él sosteniendo… ¿su varita¿su propia mano, no era capaz de sentirla, de echo no era capaz de sentir ninguna parte de su cuerpo, los sonidos e imágenes eran meros recuerdos, tan confusos, sólo había unas voces susurrando a su oído, no…gritando justo en su cabeza…. "libéranos"…. "termina"…y en verdad quería hacerlo, pero había algo que le detenía, la certeza de que alguien se enojaría mucho con él….probablemente jamás le perdonaría…unos ojos negros, profundos aparecieron en su mente ¿A quien pertenecían?
El frío no le dejaba pensar….la mano frente a él empezó a temblar y el escudo hizo lo propio y alzó su mirada hasta ver el rayo rojo golpeando al escudo, siguió su trayecto hasta que miró aquellos ojos color sangre que guardaban la promesa de la muerte….¿porqué¿en verdad deseaba morir de aquella manera¿Podía en realidad hacerlo¿acaso esa era la única manera?...
"es la única manera..es la mejor manera"- Susurró la voz en su cabeza.
¿En verdad?
"¿acaso no quieres vengarte?"
¿Venganza, no, a pesar de todo no deseaba la venganza, justicia si, pero ¿revancha?...
no…-Susurró temblando de pies a cabeza
"¿En verdad?...lo merece…todos lo merecen…él es la causa de todo este dolor… ¿acaso no merece sentir lo mismo¿en verdad no quieres lastimarlo?"
Yo…- "como el te lastimó a ti"…la frase sin terminar quedó flotando en su mente, hacerle sentir todo el dolor de toda esa gente, hacerle pagar cada años que pasó sin sus padres…cada momento de soledad escondido del mundo debajo de unas viejas escaleras, alejado de la vida….
"…Busca esa fuerza…busca la fuerza para hacerle pagar por lo que te hizo…."
Voldemort sonrió triunfante, el escudo del chico se iba doblegando ante su fuerza, por supuesto¿de que otra forma podía ser? Sus inexistentes labios se curvaron e una sonrisa maniática saboreando el omento en que su maldición rompería a ese chico.
En el momento en que Harry vio esa sonrisa, sintió como si dentro de sus ser hubiese explotado algo, como si una bestia durmiendo en su interior de pronto hubiese roto sus cadenas, le odió, le odió con toda la pasión de que era capaz.
"Eso es...ódialo….lo merece…es un asesino…es el causante de todo….el quiere matarte… ¿porqué debe vivir mientras tantos mueren?...mientras ELLOS están muertos…"
Se concentró en aquella furia, aquel fuego que le quemaba, ese deseo de infligir el mismo dolor que él había sentido en carne viva, quería que ese monstruo sintiese cada minuto de dolor vivido, cada lágrima, cada grito de desesperación, que sintiese la misma angustia que le ahogaba cada día, quería verle gritar, quería lastimarlo, dañarlo, desgarrar lo que quedase de su podrida alma de la misma forma en que la suya había sido destrozada. La sombra pareció sonreír triunfante al tiempo que extendía sus largos brazos hacia el pecho del chico.
"Déjanos ser uno contigo y liberaremos el poder…libera ese poder…libéranos…"
El chico abrió la boca y susurró suavemente- El poder del enemigo….cerrad el circulo, liberad el anima fortia- toda la furia que había contenido, todo el enojo que había mantenido encerrado, cada momento de frustración y tristeza, todo salió en ese momento
La magia del momento se fundió en una y una fuerza invisible formó un remolino arrastrando consigo a los mortífagos estrellándolos a diferentes distancias y Voldemort dejó de sonreír, por un momento su varita tembló ligeramente y sintió un escalofrío recorrerle y sus ojos se abrieron en sorpresa cuando de pronto detrás del chico apareció una enrome sombra más negra que la noche, y a su alrededor cientos de sombras más pequeñas, todas envueltas en el poder del chico, y Voldemort las reconoció al instante, eran la misma encarnación de la magia oscura, su raíz, su origen y esencia, magia de la más pura¿cómo podían estar envueltas en el poder de ese chiquillo¡el simple pensamiento resultaba absurdo!.
La mayor de las sombras extendió su fantasmal mano hacia el pecho del chico pasando la otra mano por su cintura al tiempo que acercaba su inexistente rostro hacia el del chico en lo que casi parecía ser un amoroso abrazo. Harry sintió como todo ese poder se mezclaba en su interior, un poder que jamás había sentido, pero estaba dentro de él, atrapado, bullendo bajo la superficie de su piel.
"Déjanos liberar el poder…"
Harry se sintió desfallecer cuando aquella helada voz le alcanzó, y la duda de último instante le alcanzó¿porqué querían las sombras que ese poder fuera liberado¿Si ellas mismas eran poder entonces estaban destinadas a desaparecer en cuanto su elegido usase la magia?
¿Porqué…..¿Qué ganan con esto?
"…existimos para eso…nos creaste para eso…escuchamos tu llamado y venimos..."
¿Yo?
"Desde hace mucho….escuchábamos el llanto de tu alma clamar por nosotros…deja que te liberemos…ven con nosotros…eres tu quien nos importa…es por ti que hacemos esto…ven con nosotros…."
La mano de la sombra se acercó al pecho del chico, a la altura de su corazón pero una especie de barrera le impidió acercar la fantasmal garra.
…¿A dónde?...
"Al silencio…existimos para ti…serás uno con la magia, tú magia….nosotros seremos tu…"
El chico podía sentir como si todo el poder dentro de él estuviese contenido a penas por una delgada barrera, quería liberar el poder para acabar de una vez con todo, sabía que una vez que ese último obstáculo desapareciese ese poder sería liberado y todo acabaría de una vez…podía sentir ese poder, era grande, inmenso, no había comparación con ninguno otro que hubiese sentido antes ni siquiera con el hechizo que Voldemort acaba de liberar. Pero al mismo tiempo no quería hacerlo, había algo en el fondo de su ser que se rehusaba a dejar salir aquella magia.
Las sombras se unieron una a una y la figura tomó forma, un rostro femenino se fue formando, la extraña sustancia tomó la apariencia de suave piel blanca, verdes ojos aparecieron engarzados en un bello rostro, enmarcado por una cortina de suave pelo pelirrojo. Gruesas lágrimas corrían por aquella blanca piel desde los ojos esmeraldas que eran una copia al carbón de los suyos propios
¿ma….mam�?
La mujer le abrazó con más fuerza, mientras iba acercando imperceptiblemente su mano hacia su corazón.
"..Hazlo Harry….él me asesinó…él me alejó de tu lado…ven conmigo cariño, tu padre y yo te extrañamos tanto…ven con nosotros…tu lugar está con tu familia, a nuestro lado…"
El chico cerró los ojos, si, era lo que deseaba, con toda su fuerza, con toda su alma. Asintió con suavidad y soltó su varita instintivamente y el hechizo de Voldemort le golpeó directamente, el rostro de su madre le sonrió con dulzura y luego sintió un terrible dolor en el pecho, y como si cada parte de su cuerpo de pronto hubiese estallado en llamas.
Anima liberatio- escuchó susurrar a su madre antes de olvidar el mundo a su alrededor.
Snape se detuvo intentado recuperar su aliento, y miró críticamente su pierna lastimada¿acaso los caninos tenían algo en contra de su pie! Primero esa bestia peluda de Hagrid y ahora una manada de lobos, o lo que esperaba que hubiesen sido lobos, por lo menos ya estaba cerca de Voldemort o al menos estaba casi seguro de ello, lo extraño es que no hubiese ningún mortífago resguardando el área, empezó a avanzar de nuevo cuando su pie golpeó algo suave, con cuidado lo empujó y la máscara blanca de los sirvientes de Voldemort cayó al suelo, bueno por lo menos ahora sabía que estaba cerca.
Un grito traspasó el bosque, un grito lleno de furia y dolor como el de una bestia herida de muerte, antes de que lanzase un último y desesperado ataque, un rito que le estremeció horriblemente, y a pesar de todo pudo reconocer la súplica detrás, el dolor y la pena que realmente impulsaban ese clamor, algo en su interior le instó a apresurarse..
Después de unos minutos vio una luz intensa filtrándose entre los árboles y empezó a correr de nuevo, cuando alcanzó el origen del resplandor se quedó de una pieza, todo el piso del claro brillaba intensamente y observando más de cerca se dio cuenta de que lo que brillaban eran unas majestuosas flores blancas esparcidas por todos lados, había una docena de mortífagos en él, unos en el suelo y otros refugiado detrás de un árbol o roca, todos mirando con pánico hacia el centro del claro, dirigiendo su mirada hacia aquel lugar pudo ver la imagen de Voldemort mismo parado sobre el montón de rocas que había visto antes, y que ahora reconoció como un centro ceremonial, inscripciones y runas grabados en las antiguas rocas brillaban con luz propia, proyectando un haz de luz hacia el cielo donde la luna brillaba majestuosamente.
El señor oscuro tenía su varita sostenida firmemente entre las dos manos y parecía absolutamente concentrado en el haz de luz roja que salía de su varita¡magia antigua¡por supuesto¿Por qué otra razón estaría en aquel altar¿Cómo es que no lo habían pensado antes! Esos rayos que atacaban el castillo habían sido magia dirigida desde ese mismo claro, pero¿Qué había detenido el ataque?
Sus ojos siguieron el trayecto de la maldición esta se curvaba y saltaba hasta golpear una pequeña esfera dorada de aspecto insignificante a comparación del amenazador rayo, sin embargo, de la diminuta esfera salía una delgada pantalla de luz en la cual rebota el rayo, y el hombre reconoció de inmediato esa imagen y sus ojos se fueron directamente detrás de la esfera, hasta un muchacho delgado que conocía más que bien
¡Maldito niño.!
Snape vio con extraña fascinación como detrás del chico había alguien más, una mujer¿quién, era alta y pelirroja y de constitución delicada, tenía sus brazos alrededor del chico una de sus manos descansando sobre su pecho..no �¿traspasándolo! La mano de la mujer estaba metida hasta la muñeca en el pecho del chico, este abrió los ojos en sorpresa, luego la esfera de pronto desapareció y el rayo del señor tenebroso golpeó de lleno al chico y este cayó de espaldas en cámara lenta y Severus sintió como si él mismo hubiese sido alcanzado por aquella antigua maldición.
Sus piernas cedieron a su peso y se dejó caer de rodillas¿porqué¿no se suponía que Harry le vencería¡No se suponía que fuese de esa forma! Quería gritar pero su garganta estaba cerrada, quería lanzarse en contra de ese monstruo que le había quitado cada una de las cosas que había atesorado alguna vez…su infancia, su familia…su libertad..y ahora…..y ahora le había quitado su esperanza…su felicidad…lo que quedaba de su alma había caído al suelo helado junto con ese niño, junto con su último ser querido¿para que negarlo ahora¿Para que esconderlo? Ya no había caso….le amaba y jamás habría forma de que él lo supiera, ya ni siquiera podría observarlo desde lejos, cuidándole, ya no podría gritarle y regañarle cuando en verdad deseaba susurrar los secretos de su alma suavemente en su oído, ya no tendría la oportunidad de volver a hacer brillar esos ojos…le había fallado, todos le habían fallado a ese niño…no a ese hombre, le habían abandonado esperando, exigiendo que les salvase sin detenerse a pensar un momento en Harry Potter, sólo dejando que la imagen del chico-que-vivió les cubriese los ojos a la realidad.
El único sonido era un suave zumbido proveniente de las rocas y el agitado respirar de Voldemort, este aún tenía la varita en alto y una mirada de incredulidad en el rostro como si no creyera lo que acababa de pasar, luego bajó la varita y una sonrisa de cruel satisfacción llenó el serpentino rostro, y Snape le odió, le odió como jamás odió a nadie, incluso más que a James Potter, más que a la vergüenza que fueron su padre y su tío, le odió aún más de lo que se odiaba a si mismo.
…dulces sueños Sr. Potter- Dijo Voldemort y luego empezó a reír con lo que casi se podría definir como alegría, de no ser por aquel brillo maniático en los ojos de aquel monstruo.
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Muy bien antes de que una horda sedienta de sangre intente lincharme digo en mi defensa que el próximo capítulo está casi listo…de hecho iba a ser este mismo pero estaba quedando demasiado largo….
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