Letras Prohibidas:

Las Leyendas del Profeta del Olvido

By Srta Misao Maxwell

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DISCULPAS: Quiero disculparme con todos ustedes por la demora de éste capítulo, lo siento muchísimo, creí que podría terminarlo rápido como el segundo, pero me equivoqué. Estuve atareada con el liceo y también la falta de inspiración infliyó un poco, además, cuando estaba a punto de terminarlo me pareció que las cosas estaban pasando demasiado rápido, así que lo volví a escribir..., solo espero que todos ustedes sepan entenderme y perdonarme, y no dejen de leerme. Una vez más, lo siento.

ACLARACIÓN: He terminado de leer el cuarto libro y ya casi me termino el quinto, pero cuando empecé éste fic apenas y me había leído la mitad del cuatro libro, por eso quiero aclarar unas cuantas cosas:

El ambiente de éste fic es tal cual terminó el cuarto libro, aunque la historia se desarolla en el séptimo curso de Harry. El cambio es que nadie sabe que Voldemort está vivo, pero lo está, débil, pero vivo al fin. Solo Severus y Albus lo saben, como pudieron leer en el capítulo anterior. Ni siquiera Harry lo sabe, digamos que lo del torneo de los tres magos no sucedió, por lo tanto Cedric continúa con vida, y que todos creen que Voldemort ya es historia.

La segunda cosa que quiero aclarar es que la poción Verita (de mi total y completa invención), no es la poción Veritaseum ni mucho menos. Aunque el nombre se parezca no es la misma. Yo inventé la Poción Verita mucho antes de leer sobre la Veritaserum.

No sé por qué, pero ya me ha pasado muchas veces, que de repente estoy sentada con la mente en blanco pensando en estupideces y de un momento a otro se me viene a la cabeza una idea, y corro a buscar un papel para profundizar en esa idea y perfeccionarla, y después, cuando voy a internet a buscar fanfics por cualquier otro motivo, me encuentro con que alguien se me adelantó ya había tenído esa idea. Por eso quiero decirles que si encuentran alguna similitud de éste fic con algun otro, similitud que yo no halla aclarado antes, como lo de las materias en el primer capítulo, les juro que no fue ni será a propósito.

Review contest:

Tina: No sabes cuánto me alegra de que te halla gustado mi primer fanfic de Harry Potter, es una gran satisfacción para mi saber que mi trabajo les gusta a los lectores.

Yo también me pregunto lo mismo, tal vez mi fanfic no esté tan bueno como dices, por eso tengo tan pocos reviewers, pero bué... se hace lo que se puede, ¿no?.

No te preocupes, me gusta demaciado éste fic como para dejar de escribirlo, tal vez me demore un poco en actualizar de vez en cuando (sobretodo en noviembre y tal vez enero, que son épocas de exámenes), pero quedate tranquila de que no lo voy a dejar tirado, como a ninguno de mis otros fics.

Una vez más te digo, muchísimas gracias por tus comentarios, me alegraste el día, y espero recibir pronto otro review tuyo

Sayounara de gozaru

PD: En cuanto a que Draco & Harry se pongan cariñosos.... mmmm... tendrás que esperar un poquito... ellos aún no están enamorados, así que no tienen pensado ponerse todo cariñosos entre ellos, pero tal vez ciertos sucesos los obliguen a acercarse... no voy a decirte más, jajaja....

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Capítulo III: La calma después de la tormenta... ¿O es acaso que la tormenta aún no ha terminado?.

Con mucho sigilo abrió la puerta de la habitación que compartía con sus amigos en la Torre de Gryffindor, miró que todos estuvieran dormidos antes de entrar y se metió en puntillas en el cuarto.

La detención había tardado tanto que ya era muy entrada la noche, la detención... ¡¡maldíto Snape!!, ¡¡maldíto castigo!!, ¡¡maldíto Malfoy!!.... demónios...

Todavía no se creía lo que le había pasado, ni en un millón de años se le hubiera pasado por la cabeza el acostarse con un chico... muchísimo menos con su eterno rival, el rubio Principe de Slytherin, Malfoy.

No le daba mucha importancia al hecho de que fue un hombre con quien estuvo, a él le gustaban las chicas, sí, pero se había sorprendido más de una vez observando, admirando e incluso deseando a algunos hombres, y ya lo tenía asumido. Además... no había estado nada mal, para ser su primera vez. El problema, gran problema... era que había sido con Draco Malfoy.

Harry se quitó los lentes y se frotó los ojos, estaba cansado y tenía mucho sueño, así que rápido se cambió el uniforme por su ropa de dormir. Tiró las mantas de su cama hacia atrás y se acostó en ella, y a pesar del sueño que tenía, no se pudo dormir.

Muchas interrogantes le rondaban la cabeza, ¿estubo bien lo que hizo?, ¿por qué en primer lugar Malfoy le dió la poción Verita?, era claro que el rubio había querido acostarse con él, pero.. ¿por qué?, ¿qué pasaría con la relación de odio que habían llevado durante seis largos y penosos años?.

Malfoy le había dicho que podían aparentar estar en tregua, una idea razonable.

Se imaginó a si mismo contándoles a Ron y a Hermione que había dormido con el Slytherin... imposible.

Ron lo mataría, luego mataría a Malfoy, y después ya no le hablaría más, como en cuarto año. Y Hermione se enfadaría mucho con él, viviría reprochándole y reclamándole... no, definitivamente Harry no estaba en posición de pelearse con sus únicos amigos, su única familia, no valía al pena perderlos por un descuido... aunque.... ¿había sido realmente un descuido el haberse entregado a Draco Malfoy?... ¡¡Claro que lo había sido!!, era Malfoy 'el hurón saltarín', por favor.....

Harry era conciente de que perfectamente hubiera podido rechazar al rubio, pero luego recordó lo que Hermione había dicho en pociones el día anterior :

- Además, la poción Verita no solo sirve para hacer confesar las palabras, sino que también permite que quien la bebe actúe como verdaderamente desea hacerlo.

Entonces... ¿él en verdad había querido entregarse al Slytherin?, ¿había deseado que el rubio le besara y le tocara como lo había hecho?... no, de seguro Hermione se había equivocado... y el libro también...

Ya no sabía qué pensar, se desconocía a si mismo... estaba confundido; pero por ese día ya había sufrido demaciados cambios. Decidió que mañana ya se cuestionaría el por qué de todo, para salir de todas sus dudas.

El sueño por fin le comenzó a picar, así que cerró los ojos y se dispuso a dormir.

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- "¡¡Qué detención más entretenida!!" - pensó

Draco Malfoy caminaba por los pasillos vacíos y silenciosos hacia la Torre de Slytherin con la cabeza en alto, posición arrogante, aunque nadie lo viera, típico Malfoy. Estaba contento, había logrado fácilmente su objetivo, acostarse con Potter.

Ya lo había tenido, ahora debía pensar en su próxima conquista. La guardiana del equipo de Quidditch de Gryffindor, una tal Alissa Adams... era una chica muy bonita, averiguaría mañana si tenía alguna posibilidad con ella.

Potter... sí que había sido una noche estupenda, ¡y el moreno era virgen!, eso fue lo mejor.

Para el día de mañana ya todo volvería a la normalidad, ya no más ganas de tirársele encima cada vez que lo veía, no más sonrojos involuntarios por una inocente cercanía, no más deseo por él.

Al principio él se había odiado por desear al Gryffindor, pero ... era imposible no hacerlo, el chico era una belleza... y ya había sido suyo. El recordarse ese pensamiento le hacía subir la autoestima enormemente, y sin pensarlo sonrió ante el recuerdo del ojiverde gimiendo por él entre sus brazos... una imagen bastante provocadora...

- "¡¡Ya Basta!!" - se reprochó mentalmente

Debía dejar de pensar en él así, ya habían tenido sexo, ¿qué más quería?. Debía olvidarse del hecho de que por unos instantes había querido repetir la experiencia con Harry..... un momento, ¿Desde cuándo Potter para él se había convertido en 'Harry'?

Sacudió la cabeza para tratar de alejar esos pensamientos tontos, recordándose la consigna que tenía respecto a olvidarse de sus amantes una vez que ya los había tenido... aunque fuera Potter...

Llegó a la puerta de su habitación y entró en ella lo más silencioso que pudo. Crabbe y Goyle roncaban ruidosamente, y Blaise no estaba en su cama.

Escrutó el cuarto en busca de su compañero y lo encontró dormido sentado en el escritorio al lado de la ventana. Siempre era igual, Zabini dejaba para lo último la tarea, y siempre se quedaba dormido sobre ella mientras la hacía.

- "Qué irresponsable... " - pensó mientras lo miraba dormir, se veía tan pacífico cuando estaba callado...

Caminó hacia la ventana y observó el cielo nocturno, el firmamento plagado de relucientes estrellas, y la Luna llena en su máximo explendor. Recordó que esa noche hubo eclipse lunar, pero no uno ordinario, porque Venus y Marte estarían alineados con la Luna.

Revolviendo uno de los cajones del escritorio sacó una cajita de cigarrillos, sacó uno y se lo llevó a la boca, y mientras lo prendía con una pequeña llamita que hizo salir de la punta de su varita y le daba la primer calada abrió los vidrios de la ventana y se sentó en el alfeizar a admirar el cielo.

Mientras fumaba por su mente iban recorriendo imágenes de los sucesos recién ocurridos. Ese Potter... tan odioso y tan... tan...

- "¿Tan qué, Draco?... demónios. Tengo que olvidarme de él..." - pensó

Siguió fumando mientras buscaba con la vista las constelaciones dibujadas en el cielo nocturno, un juego que siempre le había gustado hacer desde pequeño.

Derepente sintió cómo Blaise tembló de frío, y apagando el cigarrillo se levantó de donde estaba sentado y cargó a Zabini hasta su cama, donde lo cobijó, y luego fue hasta las camas de Crabbe y Goyle y miró que no se fueran a atragantar con su propia saliva o algo parecido por roncar en la forma ruidosa en que lo hacían. Los Slytherins podrían ser todo lo crueles y arrogantes que quisieran, pero cuando se trataba de los suyos eran muy fieles y siempre se ayudaban entre ellos. Además, esos tres eran sus mejores amigos.

Cuando vió que ellos estaban bien fué hasta su cama y cambiando su uniforme por su pijama se acostó en ella, cerró los ojos e intentó dormir, pero cada vez que lo hacía recordaba cómo sonaba su nombre salido en un gemido de la boca de Potter...

- "¡Para ya Draco!... ¿a dónde quieres llegar recordando tanto la mejor noche de tu vida?..."

Detuvo sus pensamientos un momento, ¿había sido esa la mejor noche de su vida?, ¿tanto le había afectado?.

Al fin resolvió pensar en cualquier otra cosa menos en lo sucedido en el aula de Sanpe y tratar de dormir, aunque al final terminó cayendo en el mundo de los sueños con la imagen de Harry desnudo en la mente.

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Ron despertó la mañana del jueves cuando Harry estaba abrochándose los botones de la camisa del colegio, y se extrañó de verlo despierto tan temprano

- ¿Qué haces despierto a esta hora Harry?

- Es lo que yo me pregunto

La respuesta fue seca, con voz tajante.

Harry estaba tratando de poner orden al remolino de cosas que tenia en la mente, todas respecto a los sucesos de la pasada noche, y cada cosa que se le venía a la mente lo ponía cada vez de más mal humor, ¿por qué Draco Malfoy?... esa era su gran interrogante...

Ron se sorprendió por la actitud hosca de su amigo, Harry estaba ¿enfadado con él? ¿molesto con alguien?, tal vez la detención con Snape y Malfoy lo pusieron de malas

- ¿Cómo te fue ayer con Snape y Malfoy, Harry? - preguntó Ron aún adormilado mientras se levantaba de su cama

Esas palabras hicieron que los recuerdos de lo que le había pasado la noche anterior lo atacaran, y su ser se dividió en dos; por un lado estaba furioso con el rubio, ¿quién demonios se creía ese estúpido malnacido como para poder hacer lo que hizo?, darle una pócima para obligarlo a decir la verdad en contra de su voluntad, y encima atacarlo como lo había hecho, ¡¡maldito imbécil!!, cuando lo viera le daría un buen golpe, a ver si la cínica sonrisa de suficiencia se le iba del rostro, le daría su merecido por atreverse a quitarle algo tan preciado para él sin su permiso. Ahora que estaba lúcido, completamente despierto, caía en la cuenta de la situación en la que estaba, y odió a Draco Malfoy más de lo que lo había odiado en su vida..., maldíto hurón ¡¡mil veces maldíto!! .... y por otro lado... al recordar los gemidos del Slytherin en su oido, o la manos de Malfoy tocando su cuerpo, un furioso rubor le acribilló sus mejillas, la respiración se le aceleró alarmantemente, tanto así que se vió obligado a correr habia el baño otra vez y darse una refrescante lavada de cara con agua bien fría.

Se secó la cara con la toalla y levantó la vista hasta toparse con su reflejo en el espejo... y se preguntó, ¿cómo le haría para enfrentar al rubio cuando lo viera?, si de solo recordar la pasada noche se sonrojaba de esa manera, ¿cómo reaccionaría cuando estuviera frente a frente con Malfoy?

- "¡¡Maldito hurón imbécil!!"

Harry salió del baño un poco más tranquilo, pero en ningun momento miró a su amigo pelirrojo, ni a ninguno de los otros ocupantes de su habitación que ya comenzaban a despertar, caminó hasta la puerta y por ella desapareció murmurando algo que sonó como 'los veo en el Comedor' o algo así.

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Ron y Hermione entraron en el Gran Comedor y vieron que Harry se les había adelantado y ya se había servido su desayuno.

En el camino el pelirrojo le había comentado a su amiga que el morocho no se había levantado con un muy buen humor ese día, así que no era recomendable pesadearle mucho.

Harry estaba como perdido en su propio mundo, no respondía ninguno de los saludos de sus compañeros de casa y aún no había tocado su comida. Recién esa mañana al despertar había caído en la realidad de lo que le había pasado la noche anterior, y un montón de sentimientos conflictivos y confusos lo dejaron en el estado de casi completa idiotez en el que ahora estaba sumido.

Ron y Hermione llegaron a la mesa de Gryffindor y se sentaron junto al ojiverde, quien al verlos los saludó con un 'hola' casi salido en un hilo de voz.

Harry no apartaba la vista de lo que sus amigos supusieron, era un punto perdido en el Gran Salón, pero en realidad el morocho miraba fijamente a cierto rubio que no paraba de sonreirle burlón, aunque disimuladamente.

Al entrar esa mañana al Gran Comedor, Draco había visto que Potter ya estaba sentado en su mesa, aparentemente desayunando. Cuando sus miradas se cruzaron, a Malfoy le salió una sonrisa extraña que prontamente ocultó con una burlona, la cual mantuvo hasta ese momento; y lo que más le deleitaba era que el moreno no había quitado la vista de él desde que se había aparecido en el Salón. Ya más tarde lo molestaría, total, ese día era Jueves, Slytherin compartía todas las clases con Gryffindor.

Hermione y Ron notaron que Harry apenas y había tocado su desayuno, seguía con la vista perdida en algún lugar, y se preocuparon. Alegaron que el estado de ensimismamiento del ojiverde se debía a las noticias que le habían llegado de Gringotts, así que decidieron ayudar a su amigo a olvidarse de sus problemas, y en un mutuo y silencioso acuerdo mediante una mirada, resolvieron hablarle a Harry de cualquier cosa

- Oye Harry, ¿sabes que el próximo sabado es la primera salida a Hogsmade del año?- fue lo primero que se le ocurrió a Hermione

- A si?

Fue la escueta respuesta de Harry, mientras agarraba el tenedor y hacía el intento de comer. No sabía por qué, pero no tenía nada de hambre, había llegado al Comedor con un gran apetito, pero al enfrentarse al plato lleno de comida las ganas de comer se le fueron, solo quería regresar a su cama, olvidarse de todo y dormir el resto del día.

- ¡¡Si!!, ¡iremos todos a Hogsmade el sabado y compraremos muchos dulces en Honeyduckes! - Ron se calló enseguida al comprender el error que había cometido al decir eso, Harry no tenía ni con qué comprarse dulces ahora...

Harry bajó la mirada entristecido, casi se había olvidado del hecho de que ahora era pobre, y hubiera dicho algo, de no ser porque la voz de Dumbledore a su lado lo interrumpió:

- Harry ¿tienes un momento?

Harry miró al director y asintió con la cabeza, se paró del banco y caminó hacia la salida del comedor con la cabeza gacha, seguido de Albus, quien antes de ir tras Harry, dió una significativa mirada a Ron y a Hemione, sus ojos reflejaban mitad reproche por el comentario salido de lugar y mitad agradecimiento, por tratar de alegrar al repentinamente depresivo Harry. Al fin salió del comedor donde se reunió con el ojiverde que ya lo esperaba en el pasillo.

- He metido la pata, ¿verdad? - Ron sonaba acongojado

- Hasta el fondo... - le contestó la chica

Hermione se dispuso a desayunar, pero primero dirigió sus ojos hacia donde Harry tenía clavada la mirada antes de que Dumbledore lo llamara, y se extrañó de ver a la mesa de Slytherin en la misma dirección donde el moreno miraba antes con tanto detenimiento.

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Al llegar al despacho del Director de Hogwarts, éste se sentó detrás de su escritorio, e invitó a Harry a que se sentara en una silla que había delante de éste. Harry obedeció y esperó a que el anciano hablara

- Bien Harry... me enteré del asunto de Gringotts...

Dumbledore siempre tan sincero, directo al grano... Harry volvió a bajar la mirada, triste, aún no se acostumbraba a la idea de que no tenía ni donde caerse muerto; y pensó que tal vez porque ya no tenía dinero el colegio ya no lo querría, y eso lo entristeció más aún, no podría soportar que el único lugar donde se había sentido a gusto le diera la espalda en su peor momento... vagamente tubo la sensación de que Hogwarts no había sido el único lugar donde se había sentido a gusto, y recordó amarillo y gris, pero pronto alejó esos pensamientos tontos y sin sentido de su mente. Dumbledore vió la reacción de Harry, se veía como un niño pequeño y desvalido, y algo se le removió en el fondo del alma

- Harry, quiero que sepas que cuentas con el total apoyo del colegio, y de todos los profesores, especialmente cuentas con mi apoyo, sabes lo mucho que te aprecio.

A Harry se le iluminaron los ojitos, levantó la cabeza y una sonrisa agradecida se le formó en el rostro.

Fue ahí cuando Albus se dió cuenta del aspecto triste y depresivo que tenía Harry, los ojitos con expresión perdida y los hombros caidos en señal de abatimiento, así que preguntó preocupado

- ¿Está todo bien Harry?

De repente Harry se quedó serio, ¿tanto se le notaba que algo no andaba bien con él, además del asunto de su fortuna robada?, ¿tan transparente era?... no sabía qué contestarle al Director, no podía contarle lo que lo tenía tan preocupado, lo que le había pasado la noche anterior...

- Eee... si... claro...

Al ver su indesición al contestar Dumbledore desconfió de que lo que su alumno le decía fuese cierto, además se le notaba a leguas que algo andaba mal con él.

Harry se puso nervioso ante el incomodo silencio que se había formado, y al mirar a los ojos al director, al ver sus penetrantes ojos azules, casi amenazadores, por impulso y sin darse cuenta se llevó ambas manos al estómago en un gesto de protección. Albus vió su acción automática, y por unos instantes una chispa de esperanza hizo brillar sus ojos

- ¿Hay algo que quieras contarme, Harry?

A Harry se le vinieron a la mente los sucesos de la noche anterior, era lo más novedoso que le había sucedido... los recuerdos de unas manos acariciando su piel y unos labios besando los suyos, lo hicieron enrojecer, aún seguía sumamente enojado con el Slytherin, pero eran incontrolables los sonrojos que le atacaban cada vez que recordaba...

- .... No señor..... nada....

Dumbledore puso esa mirada de 'no-me-puedes-mentir-te-estoy-leyendo-los-pensamientos' marca registrada que hizo a Harry ponerse muy muy nervioso, acentuando su sonrojo, y luego de un tenso silencio, el director sentencio

- Bien... entonces ve, tus amigos te deben estar esperando en el comedor.

Harry se paró lo más rápido que pudo y salió del despacho de Dumbledore, ya quería irse, pero luego recordó el por qué el director lo había citado ahí, así que antes de cruzar la puerta le dió una sonrisa acompañada de agradecidas palabras

- Muchas gracias por su apoyo, Señor. Es muy importante para mi poder contar con usted.

Albus le sonrió francamente en respuesta, y Harry partió rumbo al comedor en busca de sus amigos, la primera clase de ese día era Adivinación, esperaba que ésta vez Trelawney no le hiciera pasar al frente, no quería desmayarse otra vez.

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El salón de Trelawney estaba tan místico como siempre, el olor a incienso, las cortinas de colores brillantes, los almohadones esparcidos por el piso, y los innumerables adornos colgados por todas partes.

Al llegar los Gryffindor al lugar se encontraron con que sus compañeros de Slytherin ya estaban ahí, y todos se preguntaron ¿cómo le hacían las serpientes para llegar siempre antes que ellos a todas las clases?

Harry buscó inconcientemente con la mirada a su compañero de clases y al encontrarlo, se tensó, él estaba sentado al final del salón en una extraña posición, como si lo estubiera... esperando?. Un sonrojo leve pero perceptible se apoderó de su cara, y Ron lo notó

- ¿Te sientes bien amigo?

- ¿Eeh?... esteeee, si, ¿por?

El ojiverde se había quedado como paralizado en la entrada al aula de Adivinación, mirando hacia Malfoy, y el pelirrojo se preocupó, Harry se estaba comportando extraño, muy extraño.

Trelawney salió al encuentro de sus estudiantes y los que aún continuaban parados fueron a sentarse al lado de sus compañeros, Ron fue al lado de Parkinson, Dean, que se había unido a ellos en el pasillo fue con Crabbe, y él...

Harry tomó mucho aire y se preparó mentalmente para ir a sentarse al lado del rubio. Cuando llegó no dijo ni una sola palabra, simplemente se acomodó en el amplio cojín al lado del Slytherin y evitó a toda costa tener alguna clase de interacción con éste, ni una palabra, ni un roce, ni una mirada. Estaba totalmente resuelto a ignorarlo, estaba furiosísimo con Malfoy, no quería saber nada de él... pero también no quería volver a enfrentar sus ojos de mercurio... increiblemente plateados...

Draco en cambio estaba sosteniendo una gran riña dentro suyo. Su parte racional le reclamaba a su parte... digamos... sensitiva, por reaccionar de la manera en que lo había hecho cuando había visto a Potter acercarse a él con esa expresión tan encantadora en el rostro, la misma manera que los días anteriores... se suponía que después de lo sucedido la noche anterior eso ya no volvería a pasar...

- "!Maldíta sea Draco!, ¡¡tienes que dejar de pensar en él así!!, ¡tienes que olvidarte de lo bien que se oía tu nombre salido de los labios de Potter en un gemido!.... a ver... piensa en él de otra forma, piensa, piensa, .... ¿Eh?.... ¿y ahora qué le pasa a Potter?, ¿ni siquiera me ha dirijido un solo insulto, nada?..." Hola Potter

Draco saludó a Harry, quien fingía hacer de cuenta que el rubio no estaba ahí, intentando sacarle alguna palabra al moreno... pero nada. Supuso que el silencio del chico que vivió se debía a que estaba muy nervioso al estar cerca de él, o tal vez porque no quería deshacerse de la ilusión que le suponía estar a su lado, después de todo, nadie había conseguido siquiera hablar con el gran Draco Malfoy después de haber pasado una noche en su cama, y Harry Potter tenía el honor de continuar siendo su compañero de trabajo... aunque también al Slytherin le extrañó la indiferencia con la que Potter actuaba, como si Draco no existiera...

Eso enojó mucho al rubio, ¿quién se creía Potter como para ignorarlo a él, al 'Principe de Slytherin'?

Su enojo lo llevó a que su voz se endureciera, y en un nuevo intento por hacer hablar a Potter dijo:

- He dicho 'hola', ¿te haz quedado sordo? ¿o acaso mi magnífica precencia te hace enmudecer?

Y en su rostro su expresión arrogante fue suplantada por la sonrisa altiva y sensual de todo buen Malfoy. Harry, al oir los intentos de su compañero por sacarle conversación al principio se enojó más de lo que ya estaba, ¿era posible que el rubio no tuviera la vergüenza suficiente, que se atrevía a hablarle como si nada hubiera pasado entre ellos?. Pero luego, al seguir escuchando las estupideces que Malfoy decía, solo pudo comprobar su teoría de que el Slytherin era un imbécil cabeza hueca que no se preocupaba por nada más que por si mismo, y se enojó más con él todavía, si es que eso era posible.

El moreno sacó sus útiles de su mochila y esperó a que la profesora de adivinación terminara de expandir su ojo interior para la clase que daría ese día.

Draco sentía como la ira se mezclaba con su sangre dentro de sus venas, e inconcientemente apretaba los dientes y cerraba los puños con fuerza en furia contenida, ¿quién demónios se creía el idióta del cara rajada como para ignorarlo a él, al gran Draco Malfoy?, ¿se creía con el poder suficiente como para ser mejor que él, como para poder pasarle por encima?... NADIE era mejor que Draco Malfoy... muy bien, si el Gryffindor no quería hablarle, él lo obligaría, le obligaría a reconocer quién era el que mandaba. Sus ojos se llenaron de macabra determinación, y con una sonrisa casi sádica terminó de pensar la manera perfecta para hacer que el moreno cayera a sus pies pidiendo su clemencia, rogando por más de él, por su atención.

Casi al final de la clase, cuando la profesora estaba dictando la tarea, Draco puso en marcha su plan de venganza. Potter estaba concentrado escribiendo en su pergamino apoyado en una de sus piernas, la espalda encorvada sobre sus piernas cruzadas al estilo indio, los cabellos negros cubriéndole parcialmente los ojos verdes, sus blancos dientes mordiendo levemente su labio superior, escribiendo rápidamente con su caligrafía un poco desprolija, tan diferente a la suya, sutil y elegante, como todo él. Draco se quedó embobecido mirando a Harry, tanta belleza... y al darse cuenta de eso se abofeteó mentalmente, sacudió un poco la cabeza y puso manos a la obra. Sin que nadie se diera cuenta tiró su pluma debajo del pergamino que Harry tenía apoyado en sus piernas, justo en el hueco que estas hacían al estar entrelazadas, la calse estaba en un silencio sepulcral, y el Slytherin, haciendo gala de toda su gatuna sutileza, deslizo su mano por debajo del pergamino de Potter, acariciando la pierna de éste con toda la extención de su palma en el proceso. Sintió cómo el moreno se tensó y paró de escribir, y él le sonrió en el silencio del aula cuando Harry giró su cabeza a él y lo miró sorprendido. En susurros apenas audibles empezo la discución:

- Malfoy ¿qué crees que haces? - sus mejillas se encendieron en rojo furioso al darse cuanta de en dónde estaba la mano del rubio

- Busco algo que se me perdió - Draco le susurró sensualmente a Harry, acompañando sus palabras con una pícara sonrisa

- ¡¡Quita tu mano de ahí!! - siguió susurrando, cada vez más avergonzado y desesperado por que el rubio se alejara de él.

Harry sentía cómo las mejillas le ardían, él estaba totalmente decidido a ignorar al arrogante Slytherin, pero todo su autocontrol se vió tirado por la borda cuando sintió la cercanía del rubio, y casi pierde el control por completo cuando Malfoy puso su mano dentro del hueco que formaban sus piernas en posición de indio, no podía entender por qué demónios reaccionaba así a las caricias de Malfoy, cuando supuestamente tendría que golpearle por su insolencia, solo sentía ganas de que fuera más allá.

- No voy a quitarme hasta que encuentre lo que se me perdió - aún en susurros Draco arrastraba las palabras al hablar

Con una sonrisa por demás traviesa Draco comenzó a palpar dentro del hueco de las piernas de Harry en busca de su pluma, obviamente ya la había encontrado, pero quería jugar un poquito, así que con su mano hábil tocó primero los muslos, sintiendo cómo la respiración de Potter se aceleraba, y al llegar a su ingle Harry se tensó por completo, estaba como paralizado, abría la boca para protestar pero nada salía de ella. La clase estaba en total silencio, solo se escuchaba la voz de Trelawney y el sonido de las plumas al deslizarse sobre los pergaminos, y qué suerte que ellos estaban al final del salón, bien contra la pared, nadie los estaba viendo, sino se armaría terrible escándalo, pero ahora lo que más preocupaba a Harry era hacer funcionar a su estúpido cerebro para que ordenara a su cuerpo a apartar al rubio de él, sino, no sabía qué podría pasar.

Por su lado Draco había comenzado a acelerar inconcientemente el ritmo de sus respiraciones, la cara de Potter era un poema, sus ojos entrecerrados y sus mejillas encendidas, sus labios se abrian y cerraban tratando de hablar, pero no podía pronunciar palabra. Era una imagen muy sexy, y Draco se dió cuenta de lo apretado que se sentía de repente el pantalón entre las piernas cuando oyó a Potter ahogar un gemido al tocar con su mano el miembro palpitante de Harry a través de la tela del pantalón, que había despertado con todo ese juego de caricias osadas por parte del Slytherin.

Harry creyó que se desmayaba, cuando la mano de su compañero llegó a ese punto de su cuerpo que, en contra de sus intenciones, clamaba por atención. El rubio había conseguido exitarlo, pero lo peor de todo, era que estaban en medio de una clase, las ganas de gemir eran tan incontrolables como las ganas de hecharle una maldición imperdonable al Slytherin, y todo empeoró cuando Malfoy comenzó a frotar su mano contra el sexo semi-endurecido de Harry sobre el pantalón. Draco no apartaba la mirada de la cara de Harry, que tenía los ojos fuertemente cerrados tratando de controlarse, de salir de esa parálisis inexplicable, ninguno de los dos se movía, solo la mano de Draco era la única que tenía movilidad, e iba acelerando sus roces a cada segundo.

No sabían si para su suerte o para su desgracia, el timbre sonó en ese momento, indicando el fin de la hora de Adivinación. Draco rápidamente agarró su pluma y quitó la mano de donde estaba, y se alejó por completo de un sumamente sonrojado y turbado Harry, mientras todos los alumnos se paraban de sus lugares y se retiraban del salón de Trelawney hacia afuera, que ahora Gryffindor y Slytherin tenían Cuidado de Criaturas Mágicas.

El rubio miró al moreno con una sonrisa arrogante y le dijo, ahora en voz alta para que le oyera sobre el murmullo de los demás estudiantes:

- Aquí está lo que perdí - y le enseñó a Harry la pluma

El Gryffindor recuperó su movilidad recién cuando Malfoy ya estaba a unos cuantos metros lejos de él, y lo vió salir del aula de Adivinación en companía de sus guardaespaldas Crabbe y Goyle, la tal Parkinson colgada de su brazo izquierdo y su amigo Zabini al lado de él, a su derecha.

Ron y Seamus encontraron a un Harry Potter con la cara muy roja, y la vista ida, fija en un punto perdido cerca de la puerta. Ambos se miraron preocupados, Harry estaba extraño.

- ¿Te sientes bien Harry? - la voz de Ron lo devolvió a la realidad

Harry solo juntó sus cosas y las guardó en la mochila, aún no salía del estado ido en el que estaba, aún su erección no se calmaba, tenía que darse una lavada de cara con agua bien fría, como esa mañana.

Ron pasó su mano frente a los ojos de Harry, parecía como en estado de trance. Solo reaccionó cuando su pelirrojo amigo lo sarandeó un poco mientras lo llamaba

- Harry, ¡Harry!, ¿qué te pasa? ¡¡Harry contesta!!

- ¿Qué quieres Ron? - Harry se veía enojado, además que se había dado cuenta de que seguía excitado y quería ir pronto al baño a lavarse la cara para tranquilizarse, qué suerte que le cubría la capa negra del colegio, "¡¡Maldíto Hurón estúpido!!, cuando le agarre le voy a... a... ¡le voy a pegar!, ¡maldición!"

Ron miraba a Harry tratando de encontrar qué era lo que andaba mal en él, estaba muy extraño.

Ese día el moreno se había levantado con los cables completamente cruzados, algo le tuvo que haber pasado en la noche, ya que en la tarde del día anterior estaba normal... y ahí se acordó de que la noche anterior Harry había estado en detención con Snape y con Malfoy, tal vez era eso lo que lo tenía tan irritable, pero no iba a preguntarle de nuevo, no sea cosa de que se enojara con él tambien, luego de la reacción que había tenido esa mañana al preguntárselo, no sabía que esperar...

- Bueno chicos, vamos que se nos hace tarde para Cuidado de Criaturas Mágicas - Junto a Seamus y Ron Harry salió del salón, pero una vez en el pasillo el moreno se apresuró a decir

- Eee..., yo tengo que ir al baño, vayan ustedes primero, ya los alcanzo, adelántense

Harry se fue corriendo disparado hacia los lavabos más cercanos, donde consiguió calmarse al fin. Con agua bien fría escurriendo por su frente y su cuello salió del baño y se acordó todo el trayecto ida y vuelta de Malfoy, lo maldijo quinientas veces mientras caminaba hacia la cabaña de Hagrid donde sus amigos ya lo estaban esperando..., pero el sonrojo al recordar lo ocurrido nunca lo abandonó.

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Cuando Draco consiguió liberarse de una pesadísima Pansy, se escapó al baño. Maldijo al imbécil de Potter por tener la maldita capacidad de descontrolarlo tanto con un solo y maldíto gemido, un gemido ahogado para colmo.

Entró a los lavabos mas cercanos que encontró y allí se encerró en uno de los cubículos donde nadie lo viera. Trató de tranquilizarse a ver si así se le calmaba la erección palpitante que le incomodaba entre las piernas, pero ni siquiera el poner la cabeza bajo el chorro de agua fría conseguía poner todo bajo control.

El rubio maldijo a Potter, y se maldijo a él también, ¿por qué demónios había perdido el control de esa manera?, si el timbre no hubiera sonado en ese momento quien sabe lo que hubiera pasado, los gemidos reprimidos de Potter lo hubieran llevado a la locura, y hubiera saltado encima de él y se lo hubiera comido ahí, en frente de todos...

- "Mmmm.... la idea no suena nada mal..."

Sin darse cuenta había deslizado su mano entre sus pantalones y su ropa interior, y había comenzado a acariciarse. Los recuerdos de Potter gimiendo su nombre lograban perturbarlo bastante, y en éste momento esos recuerdos solo hicieron que su miembro se endureciera más todavía, su mano se movía ahora de arriba hacia abajo, sus pantalones y boxers habían caido hasta sus rodillas, con la mano que tenía libre tuvo que agarrarse a la pared para no caer al suelo víctima de una repentina y gran ola de placer, que lo inundó cuando sus propias caricias llegaron a determinada velocidad. Los gemidos se agolpaban en su garganta, y en su mente se agolpaban las imágenes de Harry desnudo bajo él, gimiendo

- Ahhhhh, mmmmmm ohhhh, ... AAAHHH HARRY!!

El orgasmo fue dulce, aunque solitario.

Muchas veces antes se había acariciado cuando tenía ganas, pero nunca antes había tenido esa sensación extraña en el pecho, como si algo le faltara.

Rápido se limpió y acomodó, peinó su cabello y cuando su reflejo en el espejo le pareció satisfactorio, se fue corriendo hacia la cabaña del semi-gigante ese, de seguro estaba atrasado para su clase estúpida.

- "Maldíto Potter... ¿será que tendrás que ser mío de nuevo?"

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Para Harry, el día Jueves había sido creado solo para atormentarlo. Compartía absolutamente todas las materias de ese día con Slytherin, y Cuidado de Criaturas mágicas, que supuestamente compartía con Ravenclaw, el Jueves también la tenía con las serpientes, ya que si no los horarios de clase inferían con la tarea de Hagrid de Guadrabosques.

- Bien muchachos, escúchenme

Hagrid trataba de acallar a los estudiantes que murmuraban emocionados mientras miraban y trataban de averiguar qué era lo que el robusto profesor tenía guardado en esas gigantescas jaulas cubiertas por una espesa manta.

Una vez que todos se callaron, Hagrid comenzó con la clase.

- Buenos Días chicos. Aquí les traje un espécimen muy especial

Cuando el semi-gigante quitó la manta, un gran 'Oohh' se extendió por todos los alumnos que miraban anonados lo que había dentro de las jaulas, incluso los Slytherins.

- Éstas son una variante de Buttersabora, provienen de las regiones de Korea del Sur - anunció Hagrid con orgullo

- ¿Una butter qué? - preguntó un Slytherin

- Buttersabora. Como verán son una clase de mariposas, que de sus alas se desprende un polvo que sirve para condimentar las comidas. ¿No son preciosas?

Hagrid golpeó ligeramente la reja de la jaula y las mariposas que allí habían, de casi medio metro de largo y con unos amenazantes colmillos, agitaron sus alas multicolores y de ellas se desprendió un brillante polvillo.

- ¿Y qué tenemos que hacer con ellas, profesor?

La dulce voz de una niña de Gryffidor sacó a Hagrid de su ensoñación, realmente le encantaban las criaturas mágicas, y el robusto profesor se dispuso al fin a explicarles qué era lo que tenían que hacer con las Buttersaboras.

- Bien muchachos, su deber será aprender a alimentar a éstas Buttersaboras para que su polvo tenga el sabor deseado; el sabor que quiero lograr es.... dejenme pensar... ¡¡orégano!!, sí, quiero que para la próxima clase busquen cual es el alimento correcto para lograr ese sabor

- ¿Y si no se las alimenta como se debe? - ésta vez fue un Slytherin quien preguntó

- Bueno, en ese caso, el polvo de la Buttersabora podría convertirse en veneno, que usaría como mecanismo de defensa; y alguien que no lo supiera podría morir envenenado al extraer el preciado polvo de la Buttersabora silvestre mal alimentada.

Bueno, ahora quiero que formen una fila y se acerquen para poder contemplar a las Buttersaboras más de cerca.

Harry se puso en la fila al último, e inmediatamente sintió como Malfoy se puso detrás de él, se tensó cuando el Slytherin se puso demasiado cerca, casi pegando su cuerpo a la espalda del moreno. El Slytherin sonrió al notar a su compañero tensarse, y acercó su boca al oido de éste para susurrarle

- Hola Potter... ¿me extrañaste?

- Piérdete Malfoy...

Como todos estaban muy emocionados alzando los cuellos para ver a las mariposas, y ellos estaban al final de la fila, nadie notó cuando Malfoy agarró con una mano la cintura de un demaciado sonrojado Harry, ni tampoco nadie notó cuando Draco comenzó a mordisquearel lóbulo de la oreja del moreno.

- Malfoy ¡¡Suéltame!! - el susurro irritado de Harry hizo reir al Slytherin

- Jajaja, ¿estas seguro que quieres que te suelte?

Y al decir esas palabras pasó su mano descaradamente por las nalgas de Harry, quién una vez más sintió como se paralizaba. El Gryffindor quiso protestar cuando Draco apretó fuertemente uno de sus glúteos, pero el rubio fue más rápido y con la mano que antes reposaba sobre su cintura le tapó la boca, impidiéndole hablar, e iba adecirle algo cuando lo tuvo que soltar súbitamente y alejarse un poco de él y adoptar su habitual máscara de total indiferencia y superioridad, ya que la fila había avanzado y estaban demaciado cerca de la jaula, alguien los podía ver, ¿y qué dirían si veían al Principe de Slytherin abrazando por detrás al sucio niño que vivió?, Malfoy prefirió aguantarse y apartarse del moreno antes que tener que soportar a su padre en un ataque de ira al saber que su hijo habia tocado a un Potter con una intención diferente que la de tratar de matarlo, porque de seguro que si alguien lo veía en esas poses con Potter le irían con el chisme a su padre.

Cuando todos los alumnos terminaron de admirar a las Buttersaboras, Hagrid tapó las jaulas y las guardó detrás de su cabaña, y se dispuso a contarles a sus alumnos una de sus experiencias vividas cuando era un niño con una de esas mariposas recién nacida, y la clase transcurrió entre relatos, risas y preguntas.

Harry se había sentado a escuchar a Hagrid lejos de Malfoy, todo lo lejos que pudiera. Se sentía tonto al huir así de un simple muchacho..., pero era que cuando su cuerpo entraba en contacto con el del rubio perdía el control de sus facultades, y eso lo hizo enojarse consigo mismo. No entendía por qué no hacía nada por impedir que el rubio lo tocara... era como si.... como si el Slytherin tuviera alguna especie de control sobre él. Esa sola idea lo horrorizó, no podía concebir en su mente la idea de que un Slytherin lo controlara, tenía que hacer algo al respecto, tenía que lograr que el hurón lo dejara en paz... Lo amenazaría, así tal vez podría hacer que el rubio ya no lo embromara más.

La clase terminó por suerte para Harry, auque ahora tendría que fumarse a Malfoy en dos horas de Transformaciones y luego otra hora más de Herbología antes del almuerzo.

Pero antes de entrar al castillo e ir hacia el aula de McGonagall Harry le advirtíó a su compañero:

- Escuchame bien Malfoy, o dejas de molestarme o sino... - Harry vaciló al enfrentar los ojos grises

- ¿O si no qué? - contestó el rubio divertido

- ¡O te las verás conmigo! - terminó enojado consigo mismo

- ¿De veras? - dijo Malfoy con su mejor tono burlón, y luego con una sonrisa lujuriosa agregó - ¿y qué me harás?, ¿me golpearás?... mmmm... dejame decirte que no soy aficionado al sadomasoquismo... pero por ser tú lo consideraré...

Draco se fue sonriendo dejando a un silencioso Harry, quien luego de reaccionar apretó sus puños con furia. El maldíto Malfoy siempre lograba perturbarlo... siempre...

Cuando Ron y Hermione llegaron con Harry, éste ya tenía los nudillos de las manos blancos de tanto apretarlas, la vista fija en la entrada del castillo. Se preocuparon más de lo que ya estaban por el moreno, estaba actuando raro desde... desde la noche pasada.

- Harry... ¿entramos?, ahora tenemos Transformaciones, llegaremos tarde. - dijo la chica

Harry simplemente camino hacia las escaleras de la entrada al castillo, pero antes de atravesar la puerta se giró hacia sus amigos, que lo miraban detalladamente, tratando de buscar ese algo que tenía el moreno que lo hacía ver diferente a como era siempre, tratando de hallar qué era lo que estaba mal con él, y dijo:

- ¿Se quedarán ahí parados?

La chica y el pelirrojo se miraron a los ojos un poco incrédulos, luego miraron a Harry que seguía esperándolos en la entrada de grandes puertas labradas y caminaron junto a él, para entrar al castillo e ir por los corredores en silencio hacia el aula de transformaciones.

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El día Jueves había sido muy agotador para Harry, y por fín llegaba la noche. Esa tarde, cuando supuestamente él había tenido que ir a reunirse con el rubio en la biblioteca para hacer deberes, él se había hecho el tonto y no se había presentado allí, en lugar de eso se había quedado en su cuarto limpiando y acondicionando su Saeta de Fuego... ¡Es que ese Slytherin estaba tan pesado!, no paraba de joder con lo sucedido en miércoles en la noche, y Harry, como ya tenía resuelto, lo ignoraba olímpicamente, o al menos hacía el intento... Aún así Harry tenía la molesta sensación que no le deparaban días mejores que el que había tenido hoy a partir de ese momento.

Recién habían terminado de tener clases con Sinistra en la Torre de Astronomía, y ahora el moreno se encontraba de camino hacia la Sala común de Gryffindor junto con Ron y Hermione.

Un inmenso sueño comenzó a inundarle los sentidos, bostezó exageradamente mientras iban cruzando el retrato de la dama gorda.

- Te vez cansado Harry - observó Ron

- Si... es que... anoche llegué tarde y apenas pude dormir... - contestó Harry repentinamente sonrojado

- Entonces será mejor que te vallas a dormir Harry, yo me quedaré en la sala común para repasar las lecciones de mañana - terció Hermione con esa expresión maternal típica en su cara cuando le hablaba, mientras sacaba sus libros de su morral y se sentaba en una de las mesas que allí había

- Yo me quedaré contigo Herm, tengo que hacer mi tarea - dijo el pelirrojo mientras se sentaba a su lado

- ¡¡¿No la hiciste hoy Ron?!!, ¡tuvimos toda la tarde libre! - gritó la chica un poco enfadada, siempre era lo mismo

- Créeme Hermione, no es nada agradable trabajar con Parkinson, esa niña es una chillona malcriada insoportable, no aguanto estar mucho tiempo con ella... jajaja, todavía debe estar esperándome en la biblioteca, jajaja -terminó divertido el pelirrojo

- Bueno... ¡aún así Ron!, debes aprender a ser más responsable, no importa si es con Parkinson o con Snape que tienes que trabajar, ¡¡los deberes están primero!!

- ¡¡Yá Hermione!! - se quejó Ron molesto - cállate así puedo empezar a trabajar

Harry había prestado poco y nada de atención a la discusión entre sus amigos, los párpados se le caían solos del sueño que tenía, se bamboleaba parado ahí a mitad de la Sala común, poco más y caía roncando ahí mismo, decidió que era hora de ir a su camita y dormir, así que se despidió de sus amigos

- Me voy a la cama chicos - dijo luego de un bostezo

- Buenas noches Harry, que descanses - le deseó Hermione

- Que duermas bien - dijo Ron

- Si, bien, Buenas noches a ustedes también - deseó

y sin más subió la escalera que conducía a sus habitaciónes, llegó hasta ella, se puso su pijama y se acostó rendido en su cama, y al instante que su cabeza tocó la almohada, quedó irremediablemente dormido...

En cambio Draco sí que la estaba pasando bien, por alguna razón extraña le encantaba molestar al moreno, ver su cara de indignación y humillación cada vez que le atormentaba.

Esa tarde Potter se había ratoneado a ir a la biblioteca, pero no importaba, todavía le quedaba toda la vida por delante para mortificarlo... un momento... ¿por qué tenía la impresión de que pasaría el esto de su vida en contacto con ese Gryffindor?...

El rubio llegó a su sala común esa noche con un propósito muy firme, acostarse con alguien. Más allá del hecho de que había molestado a Potter toda la tarde sentía un inexplicable vacío que solo podía llenar con una cosa, sexo. Tenía hambre de sexo, y no sabía por qué.

Así que no tardó mucho en encontrar a algún estúpido niñito que se estubiera muriendo por una noche con él (como lo hacían todos) y subió con él a su habitación.

El pequeño de tercero había estado bien, pero algo faltaba... no se había sentido satisfecho completamente como en una sola ocación si lo había estado... el miercoles en la noche...

Decidió no darle importancia a eso y deshacerse del muchachito e irse a dormir, a esas alturas ya quería estar solo y reflexionar a cerca de los pensamientos tan contradictorios que había en su mente.

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Hacía no mucho tiempo que la cena de ese día había acabado, y él estaba en su despacho terminando de leer unos papeles que le habían llegado esa tarde, estaba cansado, pero antes de que pudiera siquiera pararse de su asiento e ir a su dormitorio, sintió unos picotazos en el vidrio de su ventana. Se dirigió a ella y la abrió, dándole paso a Fawkes, su hermoso fénix que traía una carta atada a una de sus patas.

El animal se posó en la percha designada para él en el despacho de Dumbledore, y alargó su pata para que su amo le retirara la carta. Éste así lo hizo, y se sentó emocionado en su escritorio a leer su contenido:

Querido Profesor Dumbledore:

Muchas gracias por escribirnos, le estamos muy agradecidos.

Nosotros estamos bien, y más ahora, que no tenemos que preocuparnos por el futuro del pequeño... por cierto, ¿cómo está Harry?, él me ha escrito, pero no me cuenta mucho de él

Una vez más le damos las gracias, sin sus averiguaciones no hubieramos sabido qué hacer, Moony estaba muy preocupado, y eso no le hacía bien, él debe cuidarse mucho ahora.

Si tiene alguna otra noticia o si ha averiguado algo más, por favor escríbanos, no queremos dejar de saber. Moony le dice que le manda saludos a todos, yo también

Se despiden amistosamente

Padfoot y Moony.

Albus suspiró aliviado, todo estaba bien por allá. Se apresuraría a contestarles... aunque de Harry no tenía cosas muy lindas y agradables qué decirles.

Decidió que pensaría en eso mañana junto a Minerva, ahora tenía mucho sueño y quería ir a dormir.

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Lentamente Harry abrió los ojos la mañana del viernes, extrañado de no estar despertando siendo sarandeado por alguien, como era ya su costumbre. Fijó su vista en el techo de su cama, y escuchó los ronquidos de Neville y las incoherencias que Ron decía mientras dormía, algo sobre una quaffle; el ambiente se sentía tranquilo, debía de ser temprano. Se extrañó del hecho de ser el primero en despertar, siempre se quedaba dormido.

Se incorporó en su cama y estiró la mano hasta su mesita de noche de donde agarró sus lentes y se los puso. Corrió las cortinas de color carmesí y cuando intentó ponerse de pie, se mareó súbitamente y se le revolvió el estómago de tal forma que tuvo que sentarse de nuevo sobre las sábanas revueltas. Se llevó las manos a la panza, donde sentía un malestar incómodo, tal vez había algo en la cena que no le había caido bien. La tripas se le revolvieron otra vez al pensar en comida y sintió cómo lo poco que tenía en el estómago le subió por la garganta quemándosela, y tuvo que taparse la voca y salir corriendo al baño para no vomitar allí mismo sobre su cama.

Seamus se despertó de golpe al sentir el fuerte azote de una puerta, ya que tenía el sueño ligero.

Buscó en la habitación a ver quién había hecho tanto ruido y notó que Harry no estaba en su cama, aguzó el oido y notó el sonido de arcadas que venían desde atrás de la puerta cerrada del baño. Imaginó que era Harry quien estaba vomitando, así que se paró rápidamente y fué corriendo hacia al puerta del baño a auxiliar a su amigo, pero cuando intentó entrar la puerta estaba cerrada con llave.

- ¿Harry?, ¡¿Harry te encuentras bien?!

- ... Si..., estoy bi

pero su oración se vió cortada por una nueva arcada. Seamus se preocupó, no parecía que Harry estuviera tan bien como decía.

Al cabo de unos minutos la puerta del baño se abrió, revelando a un Harry con mal aspecto. Tenía ojeras pronunciadas y la frente perlada de sudor provocado por el ezfuerzo.

- ¡¿Harry?!, ¿estas bien amigo?

- Si, Seamus... solo... me sentí un poco mal, pero ya estoy mejor.

El Irlandés miró con desconfianza al ojiverde, no parecía en nada que estubiera bien, pero si Harry decía...

Harry caminó hasta el baúl donde estaba guardado su uniforme y se dispuso a cambiarse, ahora que tenía el estómago completamente vacío quería llegar al Gran Comedor cuanto antes y comer algo rápido.

Mientras se sacaba la camisa de su pijama, Harry puso en funcionamiento su adormilada mente:

- "Vaya... ¿qué habrán sido esas ganas repentinas de vomitar?"

Como ahora tenía el estómago vacío se apresuró en bajar al Comedor para servirse el desayuno, tenía hambre, pero se cuidaría de elegir cosas sanas, realmete el vomitar no era una sensación agradable para él, y no quería que eso se volviera a repetir.

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La mañana del viernes había pasado relativamente tranquila para Harry, la primera hora la había tenido libre (a causa del profesor faltante de DCLAO) y la clase de Historia de la Magia había sido... aburrida, como siempre. Lo peor se venía ahora, dos horas de Pociones con Sanpe... y con Malfoy.

Al entrar a las mazmorras donde Severus daba clases, los Gryffindor notaron que los Slytherins ya estaban ahí, como siempre. Malfoy ya estaba en su mesa, aprontando el caldero, revisando que tuvieran todos los ingredientes en el set para pociones, se veía tan concentrado, ese chico realmente disfrutaba de las clases de Pociones, le gustaban mucho, se desenvolvia con tanta naturalidad en el tema, realmente eso era lo suyo...

- ¿Harry?

La voz de Hermione lo devolvió a la realidad, otra vez se había quedado parado en la entrada a la clase, ¿qué le estaba pasando?

Caminó hasta su lugar junto a Malfoy y se sentó al lado de él, Snape aún no llegaba, así que los alumnos aún tenían un tiempito para conversar:

- Buenos días Potter... - Dijo el rubio con voz sensual, sin despegar la mirada de un frasquito con un aceite amarillo verduzco que sostenía a la altura de sus ojos

- Días, Malfoy - respondió Harry con voz dura

- Uuuyyy, ¿estas enojado? ¿por qué? - dijo mientras se volvía para enfrentar al moreno

- Y tú por qué crees? - contestó Potter con ironía

- Mmm no sé, de seguro no es por mi bella prescencia, ¿no?... anda, admite que te encanta estar al lado mío

- ¡¿Qué pretendes Malfoy?!, ¿a qué quieres llegar con todo ésto? Acosándome... - dijo bajando la voz, para que nadie se enterara

-No no no, yo no te acoso, solo te tiento, para que reacciones... - su voz se convirtió en un sensual susurro

- ¿Para que reaccione?..., Entiende algo Malfoy, Yo-no-quiero-nada-contigo, ¿te quedó claro?, además tu dijiste...

Draco iba a replicarle cuando entró Snape, su capa negra volando a su espalda, haciendo juego con sus vestimentas del mismo color, dandole ese aire vampírico. Se dispuso a dar su clase, por lo cual el Gryffindor y el Slytherin ya no pudieron hablar de nada más.

Mintras elaboraban la poción de esa clase, Malfoy trataba de tener ciertos roces con Harry, le acariciaba una pierna, le miraba y soneía provocativamente, todo para que el chico que vivió se sonrojara, Draco no sabía por qué, pero le encantaba ver a Potter sonrojado...

- "¡¡NO, NO, NO!!, ¡Draco!, limítate a solo tentarlo, es él el que tiene que arrastrarse ante ti, el que tiene que estar de rodillas pidiéndote a ti... no tu rogando por su atencion... ¡¡Maldición!!... pero es que..."

Draco tenía una gran confusión. El plan principal era provocar a Potter para que cayera rendido a sus pies, y cuando se encontrara humillado, incado ante él, implorandole una noche más, revelandole que en verdad lo deseaba, él se haría el desentendido y le diría que no, que se olvidara de él, que había sido diversión de una sola noche y que jamás conseguiría estar con él de nuevo, esa sería su venganza por ignorarlo el día anterior, Nadie ignora a Draco Malfoy y sale ileso... pero... a veces parecía que la situación se invertía, y era él quien rogaba por la atención del Gryffindor, y eso no estaba bien, tenía que concentrarse en su objetivo principal, no perder el control, ¡pero a veces Potter era tan difícil!...

Y Harry no estaba pasando por un momento mejor. Sus pensamientos se dividían en dos, por un lado tenía unas enormes ganas de cantarle todas sus verdades a ese hurón arrogante, decirle que era un estúpido niñito soñador si creía que él, Harry Potter, quería estar con él de nuevo, que si fuera por él bien podía irse a la mierda... y por otro lado, esas incomprensibles ganas de tirarse en sus brazos, sentirse cobijado por ellos, sentirse bien, como se había sentido la noche del miércoles...

- "¡¡NO, NO y NO, Harry, ¡¿qué estupideces piensas, por favor?!, concéntrate en la maldíta poción y olvídate de lo otro, vamos.." - se reprochó mentalmente el moreno, estaba tan confundido

La clase acabó con Snape quitándole puntos a Gryffindor a causa de Neville y su poción mal hecha, nada nuevo.

Todos fueron hacia el corredor para salir de las mazmorras e ir hacia el aula de transformaciones, la última materia de ese día antes del almuerzo.

Hermione estaba parada en al puerta, esperando que Ron y Harry salieran del salón de Pociones para ir juntos hacia el salón de McGonagall, y desde ahí pudo ver un comportamiento un tanto extraño en el moreno. Él estaba aún sentado al parecer hablando con Malfoy... y eso ya era bastante extraño. Que Harry estuviera hablando de lo más tranquilo con el Slytherin, sin gritos ni insultos, no era cosa de todos los días, algo estaba pasando ahí, algo que ella tenía que averiguar.

Mientras tanto, Harry estaba pactando con Malfoy la hora de reunión en la biblioteca, para hacer las tareas:

- A las cuatro entonces, no lleges tarde - dijo el rubio y le giñó coquetamente a un enfadado Harry

- Ya córtala con eso Malfoy..., adiós

Y sin más juntó sus cosas y fue hacia la salida, donde pudo ver a Hermione y se reunió con ella a esperar a Ron, que lidiaba con los gritos de una furiosa Pansy, por culpa de Ron (según Pansy) la poción les había salido mal y ahora la rubia le estaba reclamando al pelirrojo. Éste al fin se pudo librar de la Slytherin y caminó hacia la puerta.

Una vez los tres juntos, marcharon hacia su siguiente clase. Pero en Hermione la curiosidad era mucha, y no pudo evitar preguntar:

- Harry, ¿te estas entendiendo con Malfoy? - preguntó la chica vacilante

- ¿Entendiéndome? - repitió, estaba un poco distraido - ¿por qué lo dices? - respondió tratando de alejar ciertas imágenes subidas de tono que ahora se le venían a la mente contra su voluntad

- Bueno porque... no los veo pelear como antes.. y... no sé...

- Aa... es que... Malfoy y yo... nos... nos pusimos en tregua - terminó estrepitosamente la oración

- ¿Tregua? - intervino Ron por primera vez

- Si, en tregua. Es que para evitarnos líos, amonestaciones, e incluso la expulsión nos propusimos entrar en una especie de tregua, para trabajar tranquilos y en orden, sin resultados malos en nuestra contra... solo por éste último año.

- Entiendo... debería planteárselo a Parkinson, es muy difícil trabajar con ella ¡parece que todo el tiempo está ovárica!, es irritante...

Hermione no dijo ni una palabra, se quedó viendo fijamente a Harry, que repentinamente el rostro se le cubrió de un intenso rubor. En apariencia, un sonrojo inexplicable...

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En la clase de Transformaciones, la profesora McGonagall había tomado a Malfoy para hacerlo pasar al frente como su ayudante y mostrarles a sus alumnos cómo era que se debía hacer correctamente para transformar piedras en muebles de madera, y gracias a eso Harry pudo pasar esa clase tranquilo, sin ningun rubio atractivo tratando de seducirlo...

Para cuando finalizó la clase de Minerva, los alumnos del séptimo curso de Gryffindor y Slytherin ya estaban con hambre, así que todos se apresuraron en ir hacia el comedor, donde un suculento almuerzo los esperaba.

Como era habitual el comedor estaba impregnado de risas y murmullos alegres. Mientras todos comían aprovechaban para ponerse al día con los chismes y esas cosas; aunque en ciertas partes de las cuatro mesas el tema de plática era uno muy distinto a simples chismes, como por ejemplo en la mesa de los leones:

- ¿Dormidos? - preguntó Neville

- Si, dormidos - prosiguió Seamus - Mi padre que es muggle me contó que en un pueblo cerca de Londres se han encontrado varios muggles que estan aparentemente dormidos, pero no hay quien los despierte. Ningun médico ha podido dar con la causa de su estado, no estan en coma, pero del sueño en el que estan sumidos parece que nunca volveran.

- Eso es extraño... - dijo Dean

- Sí - continuó el Irlandés - Mi madre dice que algunon muggles chiflados has dicho que es cosa de magia negra, por supuesto que los demás muggles no le creen ni una sola palabra, ya que estan locos, pero mi mamá piensa que ésto si es obra de magos oscuros, lo que podría arruinar el anonimato del mundo mágico.

La conversación continuó rondando en el mismo tema, algunos acotaban de vez en cuando alguna idea, pero no llegaban a nada nuevo, siempre en lo mismo. Ron y Hermione también participaron, pero Harry pasó todo el almuerzo en silencio, la escalofriante sensación de una mirada plateada no lo dejó en paz en todo el rato.

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La clase de encantamientos había sido divertida, pero las cuatro de la tarde estaban a punto de llegar, y Harry no tenía muchas ganas de estar con el rubio.

Aún así fue hasta la biblioteca, donde el Slytherin ya lo estaba esperando.

- Hola... - lo saludó Draco cuando lo vió llegar

- Hmm - fue la respuesta de Harry.

- Escucha Potter, si estás de mal humor hoy te agradecería que no te las agarres conmigo, ¿si? - dijo el rubio en un tono que hizo a Harry perder los estribos completamente

- ¡¡¿QUÉ NO ME LA AGARRE CONTIGO?!!, ¡Si todo lo que haces es molestarme, más de lo que haz hecho en los seis años que nos conocemos, me tienes HA-RTO!

- SSSSSSSSHHHHHHHH, GUARDEN SILENCIO, ¡están en una biblioteca señores!

El reclamo de la Señora Prince los hizo entrar en conciencia de su entorno, así que bajando la voz continuaron con su discución

- Solo te pido una cosa Malfoy, mantén tu idea de la tregua ¿quieres?, ¿qué es lo que tratas de hacer? ¿secucirme?, pues no funcionará, mantente alejado de mi, te lo advierto

y sin más Harry se levantó de la silla en la que estaba sentado frente a Malfoy y se metió entre los libreros aparentando que buscaba un libro, se fué hasta el pasillo más escondido, el más oscuro y el más alejado de todos, para así tratar de calmarse y concentrarse en conservar la compostura frente al rubio, cosa que con cada intento de seducción del Slytherin se le hacía más difícil, pero debía ser fuerte, por su orgullo no debía caer de nuevo...

Harry caminó por el pequeño pasillo que formaban dos grandes libreros, llegó hasta el final de éste donde los dos libreros se terminaban y estaba la pared, apoyó su frente en ella y ahí se quedó un buen rato, tratando de ponerle orden a sus pensamientos, tarea que se vió interrumbida cuando sintió unos pasos a su espalda. No se movió hasta que sintió un par de manos sujetarlo por los antebrazos y una respiración en su nuca, se tensó al suponer de quien se trataba, y sus sospechas se vieron confirmadas cuando esas manos lo hicieron voltearse y vió muy cerca suyo el rostro que con tanta insistencia ocupaba sus pensamientos.

Draco de cerca era muy hermoso, de lejos no podía apreciarse bien el color de sus ojos, grises ribeteados de azul, hermosos...

El rubio se fue acercando lentamente al rostro shockeado de Harry, que no hizo nada por alejarlo ya que estaba embobecido mirando sus ojos, subió sus manos hasta las mejillas del moreno y sujetó su rostro con firmeza, fue cerrando sus ojos al par que iba acercando poco a poco sus labios para besar a Harry, pero fue cortado por éste, al decirle:

- No Malfoy, aléjate

Draco no le hizo el menor caso, y ésta vez si consiguió posar sus labios sobre los de Harry, que sintió como el mundo se le venía abajo, tanto que luchaba internamente por resistirse y el idiota del rubio viene a darle un beso, uno de sus magníficos besos...

Harry se dió cuanta que se estaba dejando llevar y sacando fuerzas de donde no las tenía empujó al Slytherin lo suficiente como para que sus labios dejaran de tocarse, y con ira enfrentó las profundidades plateadas que lo miraban con una expresión indescifrable.

- Malfoy... ¡Suéltame!, ¿que no entiendes que no quiero nada contigo? - dijo al fin forcejeando un poco más para liberarse completamente del toque de Draco, que ahora tenía a Harry agarrado por la cintura

- No, Potter, no lo entiendo, porque si de verdad no quisieras nada conmigo, ¿responderías a

ésto como lo haces?

Y sin decir más nada pegó sus finos labios contra los rojos del Gryffindor otra vez. Harry trató de

resistirse, pero sus intentos fueron en vano (sin contar con el hecho de que no oponía mucha

resistencia que digamos...). Al final, y sin saber por qué, terminó cediendo, sus brazos que antes trataban de jalar a Draco fuera de si, ahora estaban abrazando el cuello del rubio como si de eso dependiera

su vida, había cerrado los ojos y sin pensarlo dos veces había abierto la boca para permitirle al

rubio la entrada a su boca y así profundizar el beso.

Draco rió dentro del beso, sintiendose grande por haber triunfado sobre Potter, al final el

moreno había terminando cediendo a sus deseos, sería suyo de nuevo, sí señor.

El beso continuó, a cada segundo más apasionado, las manos de Draco, antes posadas en las caderas del moreno, ahora viajaban libres por su espalda, mientras que las del Gryffindor jugaban con los cabellos rubios de la nuca del otro, tirando suavemente de ellos.

A la falta de oxígeno en sus pulmones tuvieron que separarse, jadeantes, Harry aún permanecía perdido por el efecto extasiante del beso recién compartido, pero Draco estaba muy lúcido, y sonriendo socarronamente le dijo al moreno:

- ¿Lo ves Potter?, si no quisieras nada conmigo en verdad no habrías correspondido a mi beso de esa manera

- ¡¡No seas ridículo Malfoy!! ¡¡Y YA SUÉLTAME!! - dijo exasperado al reaccionar

y de un fuerte empujón Harry consiguió liberarse del abrazo del Slytherin, que sonriendo aún continuo con su fanfarronería:

- Vamos Potter, acéptalo de una vez, te mueres por mi

A Harry la ira y la furia le corria por las venas mezcladas con su sangre, las mejillas se le colorearon de rojo por la exaltación, no podía creer que el Slytherin fuera tan... tan... Malfoy, estaba que hervía del odio, que a cada segundo se hacía más intenso

- ¿Quieres callarte, ególatra estúpido? te aconsejo que dejes lo que sea con lo que te estás drogando porque te está haciendo mal ¡ALUCINAS!, ¡¡yo no quiero más nada contigo!! ¡ENTIÉNDELO!

- Mira Potter, mi paciencia se acaba, admite de una vez que quieres más de mi, solo pídemelo y yo te lo daré, es así de simple

Eso fue suficiente, recordando que estaba en una biblioteca, no alzó mucho la voz, pero aún así dijo con toda la rabia que tenía dentro

- ¡DEJAME EN PAZ!, ¡yo no quiero verte más, si pudiera me desharía de ti ahora mismo, pero no quiero ir a Azkaban solo por matarte, no vales la pena!, lo único que te pido Malfoy, es que no me atormentes más, no me busques, y si es posible, ¡ni me hables!, desaparécete de mi vista y de mi vida, no te soporto, te ODIO, como tu me odias a mi, no entiendo por qué ahora se te ocurrió que quieres joder conmigo, ya lo hicimos, ahora ¡búscate otro!

Draco se lo quedó mirando asombrado, Harry estaba rojo de la furia, las manos cerradas en apretados puños, tan apretados que sus nudillos podrían perfectamente competir con la blancura del papel, algunas venas se le saltaban el las cienes y en el cuello, su aspecto realmente era el de la ira encarnada, en cambio él, tranquilamente y con toda la calma de la que era poseedor, contestó:

- Bien, bien... entonces, creo que invitaré a Alissa Adams a ir a Hogsmade conmigo mañana, y, jajaja quien sabe, tal vez la invite también a hacer algo más en la noche...

- ¿Y a mi qué? ¡¡HAZ LO QUE QUIERAS!!, no me importa, si quieres matarte ya de paso ¡hazlo también!

Draco rió con ganas, y luego se acercó peligrosamente a Harry, quien seguía jadeando aún por la descarga de ira, sosteniendole por las muñecas, para que no intentara alejarlo, lo besó una vez más, y una vez más y sin saber por qué el Gryffindor le correspondió. Luego de lo que parecieron eternos segundos se separaron, Harry se veía confunfido, y Draco para completar el efecto dijo susurrando seductoramente contra los labios del moreno:

- Yo siempre hago lo que quiero, Harry...

A modo de despedida pasó su lengua húmeda sobre los labios entreabiertos del niño-que-vivió y sin decir nada más se dió la vuelta, perdiéndose por entre los corredores de libreros para luego salir de la biblioteca con una sonrida triunfante en los labios que nadie entendía.

Harry estaba shockeado, no terminaba de entender todo lo que había pasado desde que el Slytherin lo había encontrado recargado en al pared, y en el estado ido en el que se encontraba caminó hasta la mesa donde estaba su mochila, encontrándose con un par de pergaminos enrollados que no eran suyos, pero que tenían su nombre y el del rubio escritos con impecable caligrafía.

Los tomó y los desenrrolló, encontrándose con las taréas que supuestamente él había venido esa tarde a hacer, completamente terminadas...

- Malfoy...

Fue todo lo que Harry alcanzó a susurrar y cargándose la mochila al hombro, salió de la biblioteca directo a su habitación, con los pergaminos en una mano y los dedos de la otra tocando sus labios...

Continuará...

Notas de la autora:

Hola Gente!!... eehh.... ¿por qué me están apuntando así con las varitas?.. ¿eh?... ¿por la demora?, ¿cual demora?

ESTÁ BIEN, ESTÁ BIEN, lo acépto, me demoré tremendamente, pero ya aclaré eso al principio de éste capítulo, si a alguien le quedo alguna duda mándeme un review, o un e-mail, porque... SON CONTADAS CON LOS DEDOS DE UNA MANO LAS PERSONAS QUE ME HAN DEJADO UN REVIEW, ¡¡UNO SOLO!!, EXPRÉSANDOME SUS PENSAMIENTOS SOBRE ÉSTE FIC...

¿qué sucede?, ¿no les gusta?, si es así... ¡¡¡DÍGANMELO!!!, así dejo de escribir y ya...

Pero a los que si les gusta y me leen, quiero decirles que muchas gracias por seguir aquí y que la historia de ahora en adelante se va a ir poniendo más interesante, con descubrimientos, llantos, dudas y demás, ¿a qué nadie sabe lo que va a pasar en el próximo capítulo?.. solo les diré que el cap se llamará 'El descubrimiento de una verdad a medias', si quieren saber de qué tratará léanlo, y mándenme un review, porque sino ¡¡NO HAY CAPÍTULO!!

Otra cosa, EXIJO QUE ME DIGAN CON QUIÉN DEMÓNIOS QUIEREN QUE PONGA A RON Y A HERMIONE DE PAREJAS!!!, por favor, necesito que me lo digan, porque si pongo a Ron Homosexual, su reacción ante la noticia de que su mejor amigo se acostó con Draco no sería la misma que si él fuera Heterosexual, ¿entienden?, muchas partes de éste fic dependen de con quién empareje a los chicos, así que les suplico me digan con quien los quieren.

Bien, sin más me despido humildemente

Sayounara de gozaru

Srta. Misao Maxwell

Correos ESCRIBAN, O DEJEN R/R..... por favor!!!!!!

Terminado el día: 29 de Octubre del 2004, a las 05:01 AM (como pueden ver no dormí en toda la noche, ahoríta mismo me voy a mi camita a roncar dulcemente...)