Letras Prohibidas:
Las Leyendas del Profeta del Olvido
By Srta Misao Maxwell
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Nota:
Como en éste capítulo voy a hacer mención a algo que no es muy común, me veo en la obligación de dejarlo bien en claro para evitarme reclamos y malos ratos: éste fic es Slash, contiene Lemon y también MPreg, Male Pregnacy, que traducido al español es literalmente Embarazo Masculino. Al lector que le desagrade dicha situación, le pido de favor que no siga leyendo, no me habo responsable de traumas post-lectura.
Bien, ahora dejando de lado las formalidades, pasemos a mis desvaríos:
¡¡¡Terminé de Leer el quinto libro! ¡¡¡¡Yahoo!... Bueno, olviden eso ¬¬ uU
Para éste capítulo es importante aclararles algo referente a la caza de brujas, imaginen que las brujas en realidad no podían liberarse de ser quemadas, que no podían poner ningun hechizo contra las llamas cuando las quemaban, es importante que ésto sea así para éste fanfic, ¿de acuerdo?
Una vez más, disculpen la demora, pero estoy en período de exámenes, perdí los dos de Matemática, A y B, y además Física, no puedo darme el lujo de perder otra materia más, así que tengo que estudiar, aún así me hice un tiempito para escribir y aquí está el resultado, ¡¡disfrútenlo!
(como dato extra, éste es el capítulo más largo que he escrito en mi vida hasta ahora, vamos a ver cómo me salen los siguientes U)
Review contest:WOW! Cuatro review!... TT... gracias... snif... miren con lo poco que me contento... por favor, ¡¡déjen más review, no saben cómo me gusta leer sus comentarios!
Aquí contesto a:
Santtu:Me alegra que éste fic te guste, y no te preocupes, no lo cortaré, lo que pasa es que me demoro por un montón de factores, falta de tiempo, de concentración, de inspiración... en fin, pero quiero que algo les quede claro a todos, no voy a abandonar éste fic, me gusta mucho y tengo un montón de ideas buenísimas para él, a sí que no desesperen si demoro mucho con las actualizaciones, no lo dejaré, lo prometo, aunque demore mucho en escribir, lo seguiré, se los juro. (¬¬U... vaya, me siento como si estubiera jurando la bandera... muy seria para mi gusto, JAJAJA..., no me hagas caso, estoy un poco loca, como todos, ¿no?...)
Gracias por molestarte en enviarme un review, lo valoro muchísimo, ya me estaba desesperando porque nadie me dejaba ningun comentario, y para éste cap tuve tres ¡¡Yupiiii, estoy felish! ... (olvida eso...)
Bueno, Entre Draco y Harry, pues... no diré nada, sino le sacaría la gracia y la intriga a la historia, solo te diré que la pareja de éste fic es Draco&Harry, obvio que van a terminar juntitos y con mucho caramelo, pero eso será más adelante... no diré más.. .(creo que el misterio no es lo mío... ¬¬UU...).
Pondré a Ron y a Herm separados, pero la pregunta del millón es ¡¡¡¡¿CON QUIÉÉÉÉÉNNNNN, Eso es lo que quiero que me digan, con quien los quieren.
Espero ver otro review tuyo, y que te guste éste cap, Namarië!
Perfanel:Gracias por las felicitaciones, y por los ¡Ánimos, realmente me animaron , no sabes cuanto me alegra el alma que pienses que mi fic es bueno . Como le dije a Santtu no dejaré éste fic por nada del mundo, no te preocupes, aunque me demore años en actualizar seguiré escribiendolo, no lo abandonaré, es que éste fic me gusta mucho, así que ten la certeza de que lo continuaré, solo espero que ustedes tengan la paciencia suficiente para seguir esperando por las actualizaciones, que no se cansen de esperar y ya no lo lean, espero que eso no suceda,
Gracias por el review y espero que me dejes otro, Namarië!
Dani:Estoy feliz de que el fic te haya gustado, a mi me gusta mucho, y es por eso que lo continuaré, pase lo que pase, no lo dejaré abandonado, a ninguno de mis fics, Lo que Dumbledore sabe ustedes no lo sabrán hasta casi al final de la historia, si es que no me da la loca y se me ocurre cambiar todo el fic, pero no creo que eso pase, ya lo tengo bastante armado, solo falta pulir algunas cosillas y ya, pero supones bien, es sobre Draco y Harry, y... ya no diré más, JÁ... (El misterio realmente no me vá...)
No sé con cuanta regularidad actualizaré, pero una cosa es segura, actualizaré...
Espero ver otro review tuyo, Namarië!
Minako: Hermanita! ¡Qué felicidad que leíste mi fic de HP . Mira, a Ron y a Herm los voy a poner separados, pero no sé con quien, vamos a ver qué dice la demás gente, espero que me digan algo uu...
Si tienes dudas acerca de algo de HP o de lo que sea, yo estaré contenta de responder
Me alegra infinitamente que te guste como escribo, aquí actualizo éste fic, y no desesperes, pronto actualizaré "Chicos Bonitos".
Espero que te encuentres bien, me alegro que me hallas escrito, ¡escribe más! nos vemos (nos leemos) pronto
Namarië!
Estoy traumándome seriamente con "Lord of the Rings", (El Señor de los Anillos" si así les gusta más), más bien con el mundo élfico, más específicamente con un elfo rubio y hermoso llamado Legolas... (suspiro) es taaaaan lindo, pero también me entró una manía muy grande de escribir y hablar en élfico, el problema es que no sé mucho del idioma UU, mejor no los aburro más, lean
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Capítulo IV: El descubrimiento de una verdad a medias.
Harry se hallaba acostado boca arriba en su cama en el dormitorio que compartía con sus compañeros Gryffindors; una mano bajo su nuca y la otra sobre su estómago, con la cual de vez en cuando hacía lentos círculos alrededor de su ombligo por encima de la ropa. Desde afuera se podía oír el murmullo de la gente gritando y riendo, y también sus pasos acelerados, pero dentro de la habitación el silencio era acogedor.
Harry estaba solo en el cuatro... ¡mejor, así podía pensar y tratar de hallarle la vuelta a lo que había ocurrido entre él y su compañero Slytherin esa tarde.
Estaba furiosísimo con Malfoy, ¿por qué demónios el rubio lo molestaba tanto, no lo entendía, si se habían odiado por años ¿por qué ahora se le ocurría a ese hurón descerebrado querer follar con él?... Malfoy le había dicho que solo lo estaba tentando, para que reaccionara, pero lo que el Slytherin no entendía era qué él no quería nada más con Draco... ¿verdad?
No podía ser... ¡claro que no, Harry Potter no quería ver ni en figurita a Draco Malfoy... ¿cierto?
Harry no se explicaba aún por qué había correspondido a los besos del rubio, pero es que... ¡¡con un demonio, ¡él odiaba a Draco Malfoy!... entonces... ¿por qué su nombre y su imagen no se iban de su cabeza?.
Aiish... cuanto ansiaba poder hablar de ese dilema con alguien, pero... ¿con quién?. No podía contarselo a sus amigos, no se sentía listo, además de que no sabía cómo reaccionarían, ¿y qué si lo dejaban de lado? ¿y qué si ya no lo querían?... ellos eran lo más preciado para él dentro de Hogwarts, no quería perderlos, no quería estar solo.
Y Sirius, su adorado padrino, hacía mucho tiempo que no sabía nada sobre él, le había mandado algunas cartas, de las cuales recíbia solo breves contestaciones y la promesa de que cuando todo acabase se volverían a ver, ya que desde que se había fugado de Azkaban en su tercer año que Sirius estaba escondiéndose del Ministerio... no podía citarlo en el colegio y arriesgarlo a que lo atraparan por solo un tonto e insignificante problema de adolescente, pero... ¿era solo algo tonto e insignificante el haber perdido la virginidad con tu más grande enemigo, y además con alguien de tu mismo sexo, y para colmo que esa persona siga molestándote y acosándote y haciéndote... desear más ...? ¡¡¡¡MALDÍTA SEA!
Solo podía rezar para que el estúpido hurón dejara de fastidiarlo, ¡qué suerte que el rubio pensaba invitar a Alissa a salir, así ya no lo molestaría más, porque estaría ocupado atendiéndola a ella.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando la puerta de la habitación se abrió y una cabeza pelirroja se asomó por el marco de la misma:
¿Duermes, Harry? - la voz de Ron llamó su atención
No, estoy despierto
Weasley entró al cuarto y fue directo a la cama donde el moreno estaba acostado, las cortinas estaban corridas lo que le permitió a Ron ver bien a Harry, éste lucía diferente, pero no podía precisar qué era lo que tenía, se veía como todos los días, pero a la vez diferente...
Te estaba buscando compañero, ¿quieres ir a algun lado, a hacer algo, no sé, estoy aburrido - dijo el pelirrojo mientras se sentaba al borde de la cama de Harry
Yo también lo estoy Ron - respondió éste mientras se incorporaba
Tengo muchas ganas de fastidiar a alguien, desde que Fred y George se fueron todo está muy tranquilo...
Sabes?... me están entrando unas ganas terribles de tirar unas cuantas bómbas fétidas en el pasillo donde está el despacho de Filch - dijo el moreno mientras se paraba de su cama, iba hasta su baúl y sacaba su capa favorita, siempre mirando a Ron con ojitos cómplices
Si... bien dicho, compañero - le respondió su amigo sonriéndole con picardía, mientras sacaba de debajo de su colchón una bolsa de color marron
Ron se alegró mucho de que el humor de Harry hubiera vuelto a ser el de siempre, últimamente se lo veía distraido y extraño; el ojiverde había tenído una buena idea, ¡ya era hora, su cuerpo estaba necesitando un poco de acción divertida.
Y entre risillas los dos adolescentes casi adultos salieron de su dormitorio ocultos bajo la capa de invisibilidad, corroborando que las bombas fétidas estubieran en buen estado. Como dos niños pequeños marcharon emocionados a llevar a la práctica su infantil travesura.
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Draco estaba sentado en uno de los mullidos sillones en su sala común, mirando hacia la nada. El sonido que producía él mismo al frotar su dedo en el cuero de color verde oscuro del mueble lo había dejado en una especie de trance, movía el dedo mecánicamente, mientras pensaba. No ponía atención a ninguno de los comentarios ni preguntas que sus compañeros le hacían, su mente estaba ocupada pensando en otra cosa.
¿Cómo era posible que Harry Potter, el mugroso niño dorado del idiota senil de Dumbledore, se le resistiera a él, el Principe de Slytherin, siendo que todos los demás matarían por una sola noche con él?.
Recién había regresado de su encontronazo con el moreno en la biblioteca, y aún no lo comprendía, simplemente no tenía lógica. Potter debería estar feliz de que él siquiera le dirigiera la palabra luego de lo que había pasado entre ellos en al detención, pero no, le gritaba como un histérico cada vez que se le acercaba, y eso lo sacaba de sus casillas. Potter no era nadie especial, Potter era como todos los demás, entonces ¿por qué actuaba diferente? ¿por qué no respondía a sus provocaciones?
Draco Malfoy estaba acostumbrado a tener todo lo que quería, y en ese momento quería vengarse de Potter por creer estar en un nivel superior a él, por atreverse a ignorarlo, pero solo conseguía un descontrolado aumento en su nivel de hormonas cada vez que lo tenía muy cerca, cosa que le nublaba el cerebro de su propósito y le hacía querer solo besarlo, abrazarlo, desnudarlo y hacerle el... y cojerselo.
Y eso no podía ser, tenía que mantener la cabeza fría (y otras cosas) y centrarse en su plan, pero...
Se le hacía tan difícil, sobre todo cuando veía la carita de Potter con esos btillantes ojos verdes abiertos a todo lo que daban por la sorpresa, o los labios rojos e hinchados por sus besos y las mejillas deliciosamente coloreadas en agitación... ese maldíto Gryffindor era hermoso... ¡¡Pero NO, tenía que controlarse, si algo caracterizaba a un Malfoy era la capacidad de mantener todo bajo control, con estilo y elegancia.
La venganza es un plato que debe de comerse frio y Draco no conseguiría vengarse nunca si seguía fantaseando con hacerle el...con cojerse a Potter cada vez que pensaba en él, cada vez que lo veía.
Debía ocupar su mente en otra cosa, en otra persona... ¡¡Alissa, esa misma noche en la cena la invitaría a salir, una linda distracción como ella era lo que estaba necesitando, la llevaría a Hogsmade a pasear por ahí y si le resultaba agradable ya vería que haría con ella cuando estubieran solos. No creía que se le resistiera, todos se morían por él..., todos menos Potter...
"¡¡¡¡Aleja al maldíto cara-rajada de tu mente, Draco! ¡¡maldición!"
Enojado con si mismo Draco se levantó del sillón en el que se encontraba, caminó un poco por la sala común para calmarse, pero al ver que no lo conseguía corrió a su cuarto en busca de un cigarrillo, era lo único que lograba calmarlo.
Sacó uno de la cajita en la que los tenía y lo prendió, se lo llevó a la boca y cerrando los ojos aspiró hondo, al instante ya se sintió mejor
"Mierda, éstas maldítas cosas muggles sí que son buenas..."
Fue hasta su cama y se sentó en ella, no tenía nada para hacer, y comenzaba a aburrirse. Las tareas ya las había hecho él solo, la reunión de prefectos no era hasta antes de la cena, y ya no soportaba más a Pansy, su actual "novia": tampoco soportaba el olor se su perfume, ni su voz, nada de ella le caía bien, esa noche cortaría con ella, a la niña se le habían subido bastante los humos por creer que llegaría a superar las dos semanas de salir con Draco Malfoy, pero nadie lo conseguía, nadie era lo suficientemente bueno como para superar las dos semanas como lo era aquella persona, la única persona que había conseguido estar dos semanas enteras a su lado, qué lastima que...
"El pasado, pisado Draco..." - se dijo a si mismo con nostalgia
Exaló el humo acumulado en sus pulmones y se acostó en su cama boca arriba, con una mano sosteniendo el cigarillo y la otra detrás de su cabeza, cerró los ojos, rememorando...
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
La noche del viernes se fue rápida y sin ningun contratiempo, Harry había evitado mirar a la mesa de Slytherin en todo el rato que duró la cena y para su orgullo lo había conseguido.
Para poder distraerse se había concentrado en la pataleta que una furiosa Hermione había sostenido durante toda la comida; la chica maldecía y lanzaba bufidos molestos, hablando de unos infantiles irresponsables que habían hechado bombas fétidas en el pasillo de Filch. No sabía quien había sido, pero amenazaba con castigarlo muy severamente si conseguía averiguar la identidad del culpable. Por culpa de esos estúpidos ella había tenido que aguantarse las imbecilidades que Filch decía cuando estaba enojado, y eso la había dejado con un humor de perros.
Por su parte Ron sonreía satisfecho y lanzaba miradas cómplices a Harry, quien se las correspondía teniendo sumo cuidado en que nadie, en especial Hermione los descubrieran.
La mañana del sabado llegó calmada, los chicos de séptimo de Gryffindor se levantaron alegres, ese día irian a Hogsmade, todos estaban planeando todo lo que harían para divertirse, todos menos uno.
Harry se había despertado con la sensación más detestable, la impotencia. Solo había abierto los ojos y así se había quedado, mirando el techo de su cama y escuchando los planes que sus amigos comentaban con los demás, intercambiando ideas y acordando citas, pero Harry estaba lamentándose su mala suerte. Realmente había veces en las que se odiaba a él mismo, y ésta ocación era una de ellas.
Tratando de alejar de su mente el hecho de que no tenía ni un knut para gastarse en un caramelo hizo el ademán de incorporarse en su cama, y cuando estuvo sentado sintió un mareo súbito, el cual provocó que volviera a su posición horizontal. Harry se llevó la mano a la frente en busca de indicios de fiebre, pero se sentía normal, enfermo no estaba, entonces ¿por qué se mareaba? la tarde del día anterior también se había mareado al bajar las escaleras de caracol desde su habitación para ir a la sala común y luego a la biblioteca, pero no le dió importancia. Otra cosa que lo tenía preocupado eran las náuseas que le venían en la mañana, justo igual a como las tenía en ese momento.
Con cuidado se levantó y disimuladamente escondió su varita bajo la camisa de su pijama. Ignorando el mareo y las arcadas que sentía trató de pasar desapercibido entre sus amigos y marchó a paso rápido hacia el baño. Tan concentrado estaba en llegar que no contestó los saludos de Ron y de Neville, que se miraron extrañados luego de que la puerta del baño se cerró con un fuerte portazo.
Harry lanzó un hechizo insonorizante a la puerta del baño y corrió hacia el inodoro a descargar el contenido de su estómago que le apremiaba en su garganta. No podía permitir que sus amigos se preocuparan por algo tan insignificante, de seguro se trataba de algo raro que los elfos le estaban poniendo a la comida, otra cosa no podía ser.
"Otra vez lo mismo... ¿qué me está pasando?..." - pensó mientras se lavaba la cara y los dientes.
Luego de mirar su reflejo por un rato, sacó el hechizo de la puerta y salió del baño, caminó hasta su cama y solo le puso atención a su entorno cuando sintió la mano de Ron en su hombro y su voz que le llamaba preocupado
¿Estas bien compañero?
Si... - fue su ausente respuesta
Ron se preocupó, su amigo estaba mal y él lo tenía que ayudar. El asunto de su fortuna perdida realmente lo había dejado muy triste, aunque eso lo tenía extrañado. El pelirrojo era de la idea de que a Harry no le importaba mucho el dinero, pero al parecer sí que le importaba, mira que andar como zombi por todos lados y no prestar atenicón a nada no era algo que el moreno hiciera todos los días.
Los chicos bajaron al Gran Comedor y luego de un ligero desayuno salieron fuera donde Filch y su espantosa gata los esperaban para revisar sus permisos, y cuando hubo terminado, marcharon a el pueblo de Hogsmade.
Al llegar al pintoresco pueblo los alumnos de Hogwarts comenzaron a separarse en grupos y marchar en diferentes direcciones.
Harry, Ron y Hermione comenzaron a andar por la calle principal del pueblo, iban tranquilos conversando, comentando a cerca de las cosas que veían en las vidrieras, hasta que derepente Hermione salió disparada corriendo en dirección a la libreria. Ron y Harry se quedaron un poco desconcertados
Aaaaa... ¿la seguimos? - preguntó Ron
Solo si quieres que te den calambres en las piernas por ir corriendo detrás de ella cada vez que vea un libro que le interese... yo te recomiendo que no... - contestó Harry un poco divertido
Entonces esperémosla afuera del local - dijo el pelirrojo mientras comenzaba su andar hacia una banca que había en una pequeña plaza frente a la libreria
Los dos chicos se sentaron a esperar, y mientras lo hacían comentaban de cosas que veian, o hablaban brevemente con algun compañero que pasaba por allí donde ellos estaban, hasta que Hermione salió muy feliz de la libreria, con dos gruesos libros en los brazos
La chica fue hasta ellos y cuando llegó junto a sus amigos, éstos se pararon y empezaron a caminar otra vez sin rumbo fijo por la calle principal.
Disculpen que salí corriendo tan abruptamente chicos, pero es que necesitaba saber si éstos libros ya estaban, porque hace mucho que los estoy esperando, desde el año pasado... y bueno, solo me deje llevar por la emoción y
Tranquila Hermione, está bien - la tranquilizó Harry
Continuaron caminando y hablando hasta que sin darse cuenta llegaron a la entrada de 'Honeyduckes'.
Harry se quedó pensativo mirando la fachada de la tienda, lamentando el hecho de que ya no volvería a comer ninguno de sus dulces favoritos en mucho tiempo, al menos que sus amigos se apiadaran de él le dieran uno.
Ron y Hermione entraron a la tienda sin percatarse de que su amigo moreno se había quedado atrás, mientras Harry solo se resignó a no entrar, ¿qué caso tenía entrar si no podía comprar nada?.
Con ese triste pensamiento se quedó esperando a sus amigos recostado dando la espalda a la pared de la fachada de la tienda, cruzado de brazos mirando al suelo.
Estaba ensimismado mirando como las hormiguitas caminaban en el suelo frente a él, cuando oyó una voz que le llamó la atención:
¡¡¡¡Aaayyy! ¡¡Chicos, ¡miren qué lindas túnicas! - gritó una chica emocionada
Harry pudo reconocer la voz de Alissa, la guardiana de su equipo de Quidditch, y eso lo disgustó mucho, porque el que estubiera Alissa en el pueblo en ese momento solo significaba una cosa, Draco Malfoy también estaba ahí, con ella.
Levantó la cabeza y efectivamente, el rubio estaba ahí, acompañado de sus inseparables guaruras, Crabbe y Goyle, que caminaban a sus espaldas, a su derecha su amigo Zabini, y a su hizquierda y colgada de su brazo estaba Alissa, la chica parecía muy feliz, señalaba las vidrieras, daba pequeños saltitos y le sonreía al rubio en todo momento.
Algo le llamó la atención a Harry, Draco no parecía estar muy contento, él siempre era frío, con esa actitud pedante tan desagradable, pero ésta vez también estaba como... ¿fastidiado?.
Draco sintió que alguien le miraba insistentemente, y girando la vista hacia donde creía que estaba la persona dueña de los ojos que lo atravesaban de esa manera se encontró con las dos brillantes esmeraldas de Potter. En sus ojos el Slytherin pudo ver algo que lo confundió, ¿qué era? ...¿ acaso él...?
El rubio sonrió de lado, con la sonrisa más Malfoy que tenía, al creer que había descubierto lo que la mirada del Gryffindor le transmitía..., celos, el moreno estaba celoso de verlo a él con otra persona
Malfoy detuvo su andar abruptamente (justo en frente a Harry) y con él los demás se detuvieron también. Alissa lo miró confundida, pero más confundida estuvo todavía cuando sintió cómo el rubio la abrazaba por la cintura y pegándola a su cuerpo la besaba en la boca, aunque después de unos segundos la chica se entregó por completo a ese beso.
Harry abrió los ojos a todo lo que daban, él creía que el hecho de que Malfoy estubiera con otra persona lo alegraría, pero entonces ¿por qué sentía ese malestar en el estómago al verlo besarse con Alissa?
Por su parte el rubio Slytherin miraba a ver si podía toparse con la mirada del Gryffindor mientras besaba a Alissa, y cuando lo hizo, rompió el beso con la guardiana y le sonrió a Harry, en su mirada estaba clara la frase, 'Mira Potter, mira cómo la beso a ella', y sonriendo aún volvió a besarla.
Harry indignado apartó la mirada, no sabía por qué pero el ver esa escena le consumía la calma, tenía unas ganas enormes de ir y apartar a Alissa de los brazos de Malfoy y ser él el que estubiera en su lugar, siendo besado por ese adonis rubio que... ¡¡¡¿QUÉÉÉÉ!
"NO, NO, NO, ¡Harry, razona lo que piensas, ¡por favor, ¡¡Es Malfoy, ¡no puedes sentir celos de que él esté con otra persona!... un momento... ¿dije celos, ¡¡¡¡¡NO, ¡¡yo no estoy celoso! ¡¡¡NO LO ESTOY!"
A Harry no le gustó nada el rumbo espantoso que estaban tomando sus pensamientos, así que para alejarlos de su mente entró a 'Honeyduckes' a buscar a sus amigos. Para su suerte ellos ya habían terminado de hacer sus compras, pero se extrañaron de verlo entrar tan agitado y enojado:
¿Harry, ¿qué sucedió?- preguntó Hermione
¡NADA!...lo siento, no debí gritarte, no sucedió nada Herm, ¿nos vamos?
Ron se extrañó, últimamente Harry cambiaba de estado de humor muy rápidamente, algo pasaba con su amigo...
Harry se avergonzó de haberle gritado así a su amiga, ella no tenía la culpa de que su mente se hubiera vuelto loca..., pero bueno, era mejor olvidarlo.
¿A dónde iremos ahora? - preguntó Hermione a los dos chicos cuando se dirigían a la salida del local
Yo tengo hambre - dijo Ron - vayamos a 'Las tres escobas'
Me parece bien - terció Harry - yo también muero de hambre
¡¡AH, por cierto, me olvidaba - dijo Hermione mientras sacaba algo de su bolso y se lo extendía a Harry - Toma Harry, es un regalo para ti
¿Un regalo? - dijo el moreno, y extrañado tomó lo que su amiga le ofrecía - no te hubieras molestado Herm, yo ...
Harry se quedó callado de repente mirando anonado el regalo de su amiga, era... una bolsa llena de sus dulces favoritos... Sin saber por qué sus ojos se le llenaron de lágrimas, una gran emoción lo embargó ante ese simple regalo, sus amigos eran tan tiernos y atentos con él...
El moreno levantó la vista con los ojos vidriosos y fue corriendo a abrazar a su amiga, muy contento
Gracias... Herm, snif gracias...
De nada Harry, pero... ¿por qué lloras? - le preguntó la Gryffindor preocupada, correspondiendo con ternura a su abrazo
Yo... snif, no lo sé... solo...
Está bien compañero, ya cálmate, ¿si? - le dijo Ron a su amigo
El pelirrojo apolló su mano en el hombro de Harry en un gesto de cariño y confianza, y el moreno no pudo hacer otra cosa más que deshacer el abrazo con su amiga, voltear y abrazar a su amigo también, y es que el ojiverde lo necesitaba, ser abrazado por alguien querido, estaba sintiéndose extraño últimamente.
Harry dejó de abrazar a un shockeado pelirrojo y los tres emprendieron el camino a 'Las tres escobas'
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Cuando Draco, satisfecho con los resultados de sus acciones, vió que Potter entraba apresurado y al parecer molesto a 'Honeyduckes', se separó de Alissa y continuó caminando como si nada hubiera pasado. Enseguida Crabbe y Goyle se posicionaron a sus espaldas, y Zabini fue a su derecha. La chica quedó sumamente desconcertada, pero enseguida reaccionó y fue corriendo a colgarse nuevamente del brazo izquierdo del rubio, volviendo a adoptar esa modalidad de niña tonta y enamorada tan fastidiosa para el Principe de Slytherin.
Aún así continuaron su andar, abriendose camino entre la multitud de estudiantes de Hogwatrs con paso magestuoso, haciendo que todos sin ecepción voltearan, unos a verlos con admiración, otros con miedo, otros con respeto o con simple curiosidad, y es que no era para menos.
Draco Malfoy iba al frente, caminando con la gracia digna de un Rey, mirando sin ver a los demás con un gesto de superioridad y arrogancia que, contrario a la lógica, lo hacía ver muy atractivo. Su sola presencia imponía respeto, y Draco estaba orgulloso de causar ese efecto en las personas.
Entre el alumnado de Hogwarts el rubio era conocido por dos cosas, la primera: por ser un casanova muy atractivo capaz de seducir a cualquiera, y la segunda; por ser el 'Principe de Slytherin', título que le traía como beneficio el que todos en su casa le obedecieran, lo que él decía entre las serpientes era la ley, y todo lo que quería le era entregado sin rechistar. Solo sus verdaderos amigos podían llamarlo por su nombre o por su apodo, 'Dragón', y solo a ellos Draco llamaba por su nombre de pila, a todo aquel que no perteneciera a su selecto círculo de amigos él trataba con cierta indiferencia y llamaba por su apellido.
Draco siempre iba acompañado de sus mejores amigos y personas de confianza, Blaise, Gregory y Vincent, y casualmente le era permitida la entrada al 'Círculo del Dragón' al amante de turno de su líder. Era todo un honor en Slytherin poder pertenecer al Círculo, aunque fuera solo por un día, y a pesar de eso ninguno de los tantos novios y novias de Draco le habían durado demasiado, ni habían vuelto a entrar una vez que se habían ido, solo uno lo había logrado...
El 'Círculo del Dragón' se desplazaba siempre en la misma formación, Goyle y Crabbe a las espaldas de Draco, protegiéndolo como los guardaespaldas que eran, Zabini a su derecha, como hombre de máxima confianza y mano derecha, y a su izquierda el amante de turno.
Así era como ahora caminaba el 'Círculo del Dragón' rumbo a 'Las Tres Escobas', entre murmullos y exclamaciones.
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
El local de Madame Rosmerta era un lugar muy concurrido, pero ese día estaba totalmente lleno. Tal vez se debía al especial de ese día, una porción gigante de tarta de calabaza a la Rosmerta, con un vaso de cerveza de mantequilla de regalo.
Harry, Ron y Hermione estaban sentados en una mesa para tres degustando las delicias de la dueña de 'Las Tres Escobas', la estaban pasando muy bien, entre chistes, chismes y mucha comida.
El que más comía era Harry, y es que extrañamente le había dado mucha hambre, su feroz apetito repentino le habían llevado a comerse cuatro porciones gigantes de tarta de calabaza y ya iba a pedir la quinta. Sus amigos lo miraban un poco sorprendidos, el moreno nunca había sido propicio a comer demasiado, pero ahora lo hacía como si nunca hubiera probado bocado en su vida.
Harry... ¿no te hará mal comer tanto? - le preguntó Ron preocupado
¿Eh?... no creo, ¡pero tengo mucha hambre! - le contestó mientras se acababa el contenido de su vaso medio vacío de un solo trago
Harry, medio satisfecho, miró las inexistentes sobras de sus platos mientras se frotaba la barriga y se dió cuenta de algo, él no traía dinero, sus amigos tendrían que pagar todo lo que había consumido. Apenado dijo:
Chicos... lo siento mucho... snif...
¿Por? - dijo el pelirrojo descolocado por la disculpa sin sentido de Harry, y el asomo de unas lágrimas
Ahora por mi culpa se quedarán sin dinero, snif - el moreno bajó la cabeza con verguenza - soy un imbécil, deben odiarme, snif... fui tan desconsiderado que comí y comí sin darme cuenta que ustedes tendrían que pagar todo por mi, ya que yo..
Pero ¡¿qué dices, Harry, no nos molesta para nada el tener que pagar por ti, somos tus amigos y te queremos, por mi parte me alegra mucho que comas, estabas muy flaco, ¡Escúchame! - Harry levantó la vista - ya no llores, porque nunca, NUNCA te odiaremos, eres nuestro mejor amigo, te amamos Harry
Así es compañero, eres como un hermano, anda, levanta ese ánimo. ¿si? - Ron dió un pequeño golpecito a su amigo en el hombro, y le sonrió, a lo que el moreno le devolvió la sonrisa
Lo siento chicos, no sé qué me pasa, últimamente estoy algo sensible, no sé por que... - se limpió las lágrimas
No importa, ¿quieres comer más?
No Herm, creo que ya me llené, jejeje - dijo el trigueño mentras se recostaba en el respaldar de su asiento, más calmado
Bien, yo si quiero un poco más - Ron se levantó de su asiento y fue a la barra a ordenar otro pedazo de tarta para él
Harry estaba extrañado consigo mismo, ahora que se sentía más tranquilo se puso a pensar, mintras Hermione a su lado ojeaba uno de los libros que se había comprado. Desde hacía unos días que se estaba sintiendo raro, tenía cambios de ánimo constantes y abruptos, el apetito le había aumentado considerablemente y esas náuseas matutinas lo tenían desconcertado, nunca había escuchado de ninguna enfermedad que te afectara solo en las mañanas... tal vez debería ir a visitar a Madame Pomfrey, pero la fobia que le había agarrado a la enfermería después de estar tantas veces en ella se lo impedía.
Ron regresó con su tarta y se sentó a comerla, de vez e cuando comentaba algo con Hermione, y Harry comenzó a dormirse, le había entrado de repente un cansancio sin explicación, pero había algo que no lo dejaba sumirse en el mundo de los sueños, un pequeño malestar en la garaganta. El moreno se acomodó mejor en su silla y recorrió con la vista a todas las personas dentro del establecimiento. Muchos de los alumnos de Hogwarts estaban ahí, y también muchas personas que no conocía. Había mucha gente, realmente estaba lleno, había muchas, muchas personas... y a él le comenzaba a faltar el aire, sentía que sus pulmones no le rendían lo suficiente, la temperatura comenzaba a subir. Se llevó una mano a la frente, y se dió cuenta de que estaba empapada en sudor, se estaba sintiendo mál, muy mal, la vista se le estaba nublando, comenzaba a marearse. Sentía como se le movía el piso, a pesar de que estaba sentado...
Chicos, no me estoy sintiendo bien... - le comunicó a sus amigos mientras se agarraba de la silla, tenía la sensación de que iba a caerse
¿Quieres irte ya Harry? - preguntó Hermione
No Mione, no quiero estropearles la tarde, quédense aquí, yo saldré un momento afuera a tomar un poco de aire frezco - Harry hizo el intento de pararse, pero se mareó y calló nuevamente en su asiento
Harry, no te ves bien, vámonos
Harry volvió a hacer el intento de ponerse en pie, consiguiéndolo esta vez, pero dió tres pasos y sus piernas no lo sostuvieron más. De no ser porque Ron lo había interceptado a tiempo en su caida hubiera terminado con la cara contra el piso, y con un feo chichon en la frente.
Te dije que comer tanto te haría mal, compañero... - le dijo Ron preocupado a un Harry más dormido que despierto entre sus brazos
...lle... llevame ... afuera... Ron... me ... afu.. era... - La voz de Harry apenas se le escuchaba, era muy débil
Hermione y Ron llevaron a un desvanecido Harry entre los dos afuera de 'Las Tres Escobas' como pudieron, uno a cada lado del moreno, sosteniéndolo de la cintura y cada uno con un brazo del trigueño en su respectivo cuello. Las miradas de todos los presentes los siguieron hasta que desaparecieron por la puerta.
Llevaron a Harry hasta una banca cercana y lo sentaron allí. El aire frezco le golpeó al moreno en plena cara, cosa que lo hizo reaccionar y salir un poco de su estupor.
¿Estas bien Harry? - le preguntó Hermione
Si.. si, estoy bien...
¿Qué fue eso, compañero? - lo cuestionó Ron mintras se sentaba a su lado
No lo sé... simplemente me sentí mal. El aire estaba viciado, se me hizo difícil respirar y me mareé, eso es todo, creo...
Ahora regreso chicos, iré por nuesras cosas
Hermione fue trotando hacia el local de Rosmerta dejando solos a Ron y a Harry. El pelirrojo no sabía que decir, le preocupaba la salud de su amigo, pero con el ánimo tan cambiante que tenía no sabía como tomaría la sugerencia de ir a la enfermería, y además si le sumamos el hecho de que el moreno odiaba ir allí... era mejor no pesadearle mucho.
Harry por su parte comenzaba a aburrirse, no sabía a qué atribuirle el silencio de su amigo, así que, un poco más recuperado del mareo, se arrodilló en el suelo y comenzó a jugar con la tierra, dibujando pequeñas fomas con los dedos como un niño pequeño y aburrido.
Mione llegó junto a ellos y le entregó a cada uno sus pertenencias. Harry se guardó su bolsa de caramelos en el bolsillo de su túnica y luego de que sus amigos se hubieran aprontado y de asegurarles a ellos que ya se sentía mcuho mejor, iniciaron una caminata sin rumbo por las calles de Hogsmade, otra vez.
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Y yo le dije que no quería saber, que no me importaba, pero ella insistía en contarme, y al final yo... ¿Drake, ¿me estás escuchando?
Alissa llevaba largo rato hablando, y Draco llevaba largo rato sin ponerle atención. La verdad era que la guardiana era muy fastidiosa, no paraba de hablar cosas que a él no le interesaban en lo absoluto, y que eran muy aburridas, ¿a quién le interesaba saber sobre la nueva línea de maquillaje mágico que brillaba fosforecente en la oscuridad, ¿o sobre la rebaja en los precios de las túnicas de gala para chicas en la tienda de Madame Malkin? y en especial ¿a quién demónios le importaba lo que la mejor amiga de Alissa había descubierto sobre su pesado ex-novio y bla bla bla?
Draco más bién estaba concentrado en otra cosa... otra persona.
El 'Círculo' estaba acomodado en una mesa para cinco en 'Las Tres Escobas', Crabbe y Goyle comiendo el especial de ese día, Blaise aún no se acababa su cerveza de mantequilla, Alissa solo había ordenado un vaso con agua y él aún no había tocado su emparedado.
Desde que habían llegado que la Gryffindor no había dejado de parlotear estupideces, y él se había cansado de escucharla y se había dedicado a observar a la gente que estaba en el local, hasta que su mirada se topó con el Trío Dorado, en especial con Potter. Se quedó obresvándolo, ajeno a la plática incesante de la chica y a la mirada perspicaz de Blaise sobre él, viendo extrañado cómo el-niño-que-vivió se devoraba cuatro porciones de tarta de calabaza, alarmándose luego al verlo pararse trastabillando para después caer desvanecido en los brazos del Rey Comadreja, y preocupándose, sin entenderlo, cuando éste junto con la sangre sucia se llevaron al moreno fuera del local.
El rubio se paró de su asiento, haciendo caso omiso a los reclamos de Alissa por no ponerle atención, y caminó con paso rápido a la salida, con la inconciente intención de seguir al trío dorado, sintiendo al nivel del subconciente la necesidad de saber qué le había pasado al moreno cara rajada.
Sus amigos Slytherins se pararon automáticamente y lo siguieron, pero antes de que alcanzaran a cruzar la puerta, Alissa los interceptó impidiéndoles salir.
¡¡¿¿A dónde crees que vas Dray! ¡¿piensas dejarme hablando sola! - le reclamó una enrojecida y furiosa Alissa al rubio que esperaba impaciente a que la chica terminara de hablar para contestarle
Escúcha Adams, me hartaste, ya no quiero volver a saber de ti, además, detesto el olor inmundo de tu maldíto perfume de vainilla, y detesto los estúpidos sobrenombres que me pones, mi nombre es Draco, no Drake, ni Drakito, ni Dray, ¡Draco, ¿entiendes, bien, ahora...adiós.
Y sin más Draco se dió la vuelta saliendo por la puerta del local, siendo seguido por Crabbe y Goyle, fieles a su amo e inseparables de éste, como su sombra. Zabinni se puso delante de una atónita y boquiabierta Alissa, que miraba la puerta por la que el rubio había desaparecido como si ésta de la nada se hubiera convertido en un sapo bailarín gigante...
No sabes cuanto lo siento, Adams... - le dijo Blaise con su mejor tono fingido como si de verdad le importara que Draco la hubiera dejado así nada más...
Alissa le hubiera creido el verso de no haber sido porque a los dos segundos de haberlo dicho Blaise explotó en una risa histérica, y mientras que con una mano se agarraba la panza y con la otra la señalaba en un gesto burlón, se fue dando la vuelta y retirándose del local, dejando a una descolocada Alissa sola, y con la cuenta para pagar...
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Ron y Hermione habían llevado a un todavía mareado Harry hacia aquel mirador que habían visitado en su tercer año, aquel desde el cual podía apreciarse la Casa de los Gritos, con todo su tenebroso explendor.
Los tres Gryffindor se sentaron en un tronco caido que allí había a dejar pasar el rato, observando la fachada de la casa, recordando las aventuras que ahí ocurrieron. Aunque no se percataban de que eran custodiados por unos curiosos ojos gris-azulados desde detrás de los arboles que había a unos metros del lugar en donde se encontraban.
Draco había salido disparado por las calles de Hogsmade detrás de los Gryffindor, siendo seguido de cerca por sus amigos. Éstos sin entender habían seguido a su líder hasta las afueras del pueblo, desde donde se podía ver la Casa de los Gritos, y se habían escondido con él, detrás de los árboles, desde donde el rubio miraba insistentemente al Trío Dorado que en el mirador estaban.
Crabbe y Goyle, a pesar de no entender, se quedaron callados, pero a Zabini la curiosidad el pudo más y preguntó irónico:
Aclárame algo Draco, ¿qué hacemos espiando al Trio de Oro?
No estamos espiando - le contestó el rubio sin mirarlo, alargando más el cuello para poder ver mejor a Potter entre la espesura de los árboles tras los cuales estaban escondidos
Ajá, y dime... ¿en verdad esperas que te crea? - dijo más sarcástico todavía
Draco dió un suspiro derrotado y se dió la vuelta, enfrentando a sus amigos:
OK, escuchen, hay algo que no les he dicho... - comenzó a decir misteriosamente
Te escuchamos - dijo Vincent mientras los tres se acomodaban más cerca del rubio para escuchar mejor, que había bajado el tono de voz al empezar a hablar de nuevo
Miren, me importa muy poco lo que piensen sobre ésto, es mi vida y hago con ella lo que quiera, solo se los diré porque quiero que lo sepan, nada más, pero es un secreto del 'Círculo', aquí debe quedarse, porque si
¡Ya suéltalo Draco! - le cortó Blaise impaciente
¡De acuerdo, yo.. me... me he cojido a Potter... - terminó casi en un susurro, que sus amigos escucharon muy bien
¡¡¿El Qué! - dijo Blaise incrédulo
¡¡Wow, ¿cómo lo conseguiste? - preguntó Gregory admirado
Draco les explicó a sus amigos cómo había conseguido que el niño prodigio de Dumbledore se acostase con él, omitiendo los detalles del tipo de que le había encantado y de que no había podido sacarse a Potter de la cabeza desde esa noche. Se había esmerado en hacer parecer ante sus amigos que esa experiencia con el moreno había sido algo pasajero y sin importancia, pero ante la mente prespicaz de Zabini no se le escapó cierto detallecito, chiquitito y pequeñito pero muy impotrantito...
Y dime una cosa más, Dragón - dijo Zabini con ese tono meloso que solo usaba cuando quería fastidiar al rubio - ¿Acaso te haz enamorado de Potter que andas espiándolo, preocupado por su salud?
A Draco los ojos se le abrieron a toda su capacidad, ¿enamorado él? ¡¿De Potter! ¡¡¡JÁ! ¡Nunca!
¡¡Ya te dije que no estoy espiándolo! ¡¡¡IMBÉCIL, ahora cállate y vámonos, ya no quiero estar aquí - explotó el rubio irritado
Y sin más se levantó y sin mucha ceremonia comenzó a caminar rápido para alejarse lo más pronto de ahí. Greg, Vin y Blay le siguieron, éste último pensando divertido la mejor forma de mantener a Draco bien fastidiado por un tiempo con el asunto Potter.
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Harry, Ron y Hermione llegaron a Hogwarts exaustos, se habían pasado toda la tarde caminando por Hogsmade, entrando a tiendas y viendo vidrieras. El más exausto era Harry, inexplicablemente tenía un cansancio de los mil demónios, que apenas y podía mantenerse en pié. Sin dirigirle la palabra a nadie fue directo a su cuarto una vez que había cruzado el retrato de la dama gorda, sin comer, aún estaba lleno de las tartas de Madame Rosmerta, y cuando cayó rendido en su cama durmió largo y tendido sin enterarse de nada más hasta el día siguiente... ¡¡mentiras!.
La mañana del domingo encontró a Harry revuelto en sus sábanas. No había podido dormir mucho en toda la noche, se despertaba a cada cinco minutos. Cada vez que cerraba los ojos veía cómo Malfoy besaba a Alissa y era algo que no podía soportar... Se había movido tanto que todas las cobijas estaban tiradas en el suelo, pero no le importaba, comenzaba a sentir calor... demasiado calor. Una desagradable sensación se adueñó de su garganta casi impidiéndole respirar, el calor le subía por el torax hasta su cabeza, donde se concentraba y hacía a Harry sentirse mareado. La respiración se le acelero en un vano intento por llevar aire a sus pulmones, pero no parecía funcionar, así que se incorporó en su cama, pero al hacerlo la conocida sensación de la bilis subiéndole por la garganta quemándosela le hizo pararse e ir corriendo al baño.
Ya me estoy cansando de vomitar en las mañanas como una maldíta embarazada... - susurró roncamente con enojo para si mismo una vez que sus arcadas se habían calmado.
Regresó con paso lento a su cama, luego de acomodarla un poco se acostó en ella y se durmió al fin. Sus compañeros dormían, y el silencio ayudó a que Harry pudiera pegar el ojo tranquilo, además estaba tan cansado por el ezfuerzo que ya ni tiempo tuvo de evocar nunguna imagen para que lo acompañara al mundo de los sueños, simplemente se durmió.
Cuando Ron despertó ese Domingo Harry aún roncaba, y eso le extrañó. Claro que el pelirrojo no sabía que el moreno no había dormido casi nada durante toda la noche. Lo sarandeó un poco hasta que consiguió que entre balbuceos inentendibles Harry habriera los ojos:
Vamos compañero, es hora de levantarse
No tengo ganas Ron... déjame seguir durmiendo - y Harry se volvió dándole la espalda a Ron para seguir en el mundo de los sueños
Ron decidió no molestarlo más, y solo bajó al Gran Comedor. Durante todo el día se la había pasado hablando con Hermione y con los demás acerca de el extraño comportamiento del ojiverde, pero nadie le encontraba la vuelta al asunto.
Y Harry se había pasado todo el domingo holgazaneándo en la cama, y es que no tenía ganas de pararse para nada, ni siquiera hubiera comido de no ser porque Ron había enviado a Dobby con algo de comida para el moreno.
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Esa mañana Draco estaba callado, y Blaise se dedicaba a observarlo con atención. El rubio se había puesto el uniforme en silencio, con una expresión más seria de la habitual. En todo el trayecto desde su cuarto hasta el Gran Comedor no había contestado ninguno de los saludos que todas las mañanas iban dirigidos a él con tanto esmero, y al llegar a la mesa de Slytherin él solo se había sentado, olvidándose de su desayuno.
¿Estás de dieta Dragón? mira que no lo necesitas - le preguntó su amigo para sacarlo de su ensimismamiento
¿Qué? - le devolvió la pregunta, siempre sin perder su toque elegante, a pesar de estar en otro mundo
¿Que si estás de dieta, digo, no te has servido nada
A, no me había dado cuenta... - y se sirvió una tostada a la que untó manteca solo en el borde, y luego se tomó un vaso con menos de la mitad de yoghurt de durazno, su favorito
En eso las puertas del Gran Comedor se abrieron y por ellas cruzaron el trío dorado de Gryffindor y otros leoncitos más, la alegre comadreja con la sonriente sangre sucia, y el serio Potter... ¿Potter serio, mmmmm
Blaise reparó en el hecho de que Draco no apartaba la mirada de San Potter. Muy disimuladamente pero lo hacía, lo miraba, a él no se le escapaban esas cosas, además, él conocía muy bien a su Dragón, él nunca perseguía con la vista así a alguién a no ser que fuera su próxima presa, pero según lo relatado por Draco en Hogsmade el sabado él y Potter ya habían intimado, entonces el que Draco aún estuviera pendiente de él solo significaba una cosa
Arrimándose más a Draco, hasta estar muy pegado a él, pasando un brazo por sus hombros y acercando su boca al oido del otro, le susurró:
Dragón, no me digas que queraste prendado de Potter... - terminó con un suave mordísco en el lóbulo de su oreja
Blaise, ¿a ti te falla, verdad? - preguntó recuperando su postura pedante, tratando de sacudirse a su amigo de encima
No, yo solo trato de analizar lo que veo... - dijo jugueteando con un glicín entre los dedos y sus labios, sensual hasta las puntas del cabello
¿Y qué, según tu, haz visto como para sacar semejante conclusión? - contestó apenas molesto
Pues, digamos que desde hace varios días te he visto cómo se te cae la baba cada vez que Potter entra en la sala... es raro, usualmente es al revés... - terminó la frase con una sonrisa burlona
Escúchame bien, descerebrado, a mi no se me cae la baba por nadie, a los demás se les cae la baba por mi, ¿entendido? - aclaró el rubio acomodándose con gracia y sensualidad los mechones de oro que le caían en la frente, desde que no usaba gomina tenía éste problema, pero el pelo suelto le quedaba muchísimo mejor
Draco expiraba sensualidad por cada uno de sus poros, su atractivo resaltaba, todo él resaltaba, y a pesar de que Blaise era igual de sensual que él, su atractivo no se veía tanto, tal vez por su melena lacia y despuntada, larga hasta la mitad de la espalda, un poco desprolija, o tal vez su forma de vestir, aunque elegante, sencilla, con colores oscuros.
Pero si te acercabas más a Blaise, si sabías verlo bien, te deslumbraba. Tal vez su blanca sonrisa, tal vez sus increibles ojos, de los cuales nunca podías asegurar su verdadero color, celeste verdoso, gris azulado, verde claro, casi gris, no se sabía, lo único que era cierto, es que una vez que realmente veías a Blaise Zabini, ya no te olvidabas de él.
Con su apariencia contrastaba enormenemte su personalidad, juguetona y traviesa, bromista hasta el extremo y muy, muy perspicaz. A Blaise nada se le escapaba, y eso que Draco era el amo de las apariencias.
Bien, entonces dime Draco... ¿cómo tengo que catalogar el que le andes con los ojos encima al niño de oro todo el día? - continuó buscándolo
Blaise, te lo advierto. Si sigues molestándome con lo mismo me enojaré y mucho - terminó la frase teatralemente levantándose de su lugar y caminando fuera del salón, de seguro a fumarse un cigarrillo para calmarse de los nervios que él le causó con el interrogatorio, él conocía muy bien a Draco y nada se le escapaba, tarde o temprano tendría que confesar la verdad
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
"Harry, Harry... ¿qué es lo que está mal contigo?"
Hermione por vez primera en su vida no prestó atención en la clase de Transformaciones ese lunes, porque se concentró en observar a su amigo morocho, que estaba sentado en frente a ella y junto a Malfoy. Desde la charla que había mantenido con sus compañeros una semana atrás acerca de Harry que la incertidumbre le estaba por volver loca, tenía que saber ya lo que le pasaba a su amigo, o enloquecería.
Harry Potter estaba diferente, y nadie sabía por qué. Había estado raro toda la semana, algo callado, y el fin de semana no había querido salir a Hogsmade, sino que se la pasó acostado sábado y domingo, sin hacer nada, ya ni siquiera practicaba quidditch, y eso significaba que realemnte estaba mal.
La chica observaba cada uno de los movimientos del ojiverde, y todo parecía estar en su lugar, incluso la forma en que se pasaba la mano por el pelo para alejar de sus ojos los rebeldes mechones azabache que le entorpecían la visión, era la misma de siempre... pero entonces... ¿por qué se sentía diferente?...
Tal vez el problema no viniera directamente de Harry, sino que alguien le estaba provocando al moreno ese extraño comportamiento.
Pensó en ella y en Ron... nada, ellos no habían modificado su trato para con Harry, ella seguía igual que siempre, como una madre andando tras ellos recordándoles sus tareas y obligaciones, brindándoles su cariño, apoyo y amistad, y Ron seguía siendo su mejor amigo, siempre bromeando y riendo, comiendo golosinas con él y hablando mal de Mal... Malfoy... eso era, Malfoy era lo nuevo en la vida de Harry, ya que debido a la extraña idea de los jefes de las casas ellos se veían obligados a trabajar juntos siempre...
La chica apartó los ojos de la nuca de Harry, donde había fijado su vista al perderse en sus cavilaciones, para dirigir sus brillantes almendras hacia el Slytherin.
El rubio al parecer estaba concentrado escribiendo algo en un trozo de pergamino cortado a mano, luego miró a Harry de manera extraña y le sonrió, la misma sonrisa arrogante de siempre, le extendió el papelito doblado que el moreno agarró de mala gana, lo leyó, y luego Hermione pudo notar claramente cómo Harry se tensó.
"Malfoy... si me entero que le haz hecho algo a Harry... ¡te golpearé más fuerte que en tercer año!"
Oye Granger... Granger... - Blaise Zabini, su compañero de trabajos, la llamaba entre susurros
Pero Hermione estaba tan absorta en sus pensamientos que no le hizo el menor caso, es más, hasta se apartó la mano de Zabini, que estaba sarandeandola en el hombro para hacerla reaccionar, como si fuera una cosa molesta
Ey Granger, reacciona!
¡¿Qué quieres Zabini! - preguntó ya exasperada en voz alta
El señor Zabini quiere que preste atención en mi clase..., señorita Granger... - la voz amenazante de la Profesora McGonagall la hizo reaccionar
Eee... dis.. disculpe Profesora... yo... yo estaba...
Ahorrese las disculpas, señorita Granger... y aunque me duela... cinco puntos menos para Gryffindor, por no prestar atención en clase
Hermione bajó la cabeza apenada... pero cinco puntos menos no eran nada en comparación con la incertidumbre, las ganas de saber qué le pasaba a su amigo, la docente volvió a lo que estaba haciendo anteriormente y ella tomó su pluma y fingió prestar atención, pero sus pensamientos volaron otra vez a Harry y lo que fuera que le estaba pasando. Tenía que hablar con Ron, dos cabezas piensan mejor que una... aunque tratandose de Ron... bueno, de todas formas trataría de hablar con él, creía que ya sabía la razón del extraño comportamiento de Harry...
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
En Historia de la Magia, ese día, por más extraño que pareciera, todos prestaban atención a la clase. Y es que el tema que el profesor Binns daba ese día era importante e interesante, la Caza de Brujas.
Aunque dada con la mísma voz monótona de siempre, la clase había sido dinámica, muchos alumnos habían levantado la mano para preguntar a cerca de sus inquietudes, Hermione era la voz más escuchada, y el fantasmagórico profesor había respondido todas las preguntas con un ligero ápice de extrañeza en su blanquecino y casi transparente rostro, no era cosa de todos los días que sus alumnos se interesaran por su clase.
En resumen chicos: A través de la Historia, la Magia sufrió distintas etapas, hubo un tiempo en que los magos eran reconocidos y venerados, pero también hubo otros tiempos nefastos para nosotros.
En el Oeste de Europa, donde se encuentra la mayor concentración de población mágica del mundo, entre los siglos XV y XVII, los muggles, llevados por su miedo e incomprensión hacia la magia, ejercioeron lo que denominaron Caza de Brujas, la peor de todas las épocas que cruzó la comunidad mágica.
Durante ese tiempo, como ya hemos detallado, los muggles perseguían y cazaban a las brujas, y las quemaban vivas en las hogueras. Las debilitaban tanto a punta de golpes y torturas que a las hechiceras no les era posible conjurar ningún escudo protector y terminaban sucumbiendo ante las llamas, muriendo incineradas.
Al morir tantas brujas, el índice de natalidad disminuyó notablemente, hasta que los magos de Sangre Pura ya casi ni existían, lógicamente eran las mujeres quienes gestaban a los niños, y al casi no haber brujas los magos no sabían qué hacer, se estaban extinguiendo.
Los más grandes y sabios magos se reunieron entonces y tras mucho pensarlo y analizarlo, consiquieron dar con la solución al problema, solución que hasta hoy día se practica, porque nunca se sabe lo que puede suceder, y su tarea, alumnos de Hogwarts, será averiguar cuál fue la solución encontrada por estos hechiceros legendarios, aunque muchos de ustedes deben saber de que se trata, quiero que me lo entreguen de deberes en, por lo menos, un metro de pergamino, todo bien detallado y con letra clara, a ser posible.
RRRIIIIIINNNNNGGGGGG
Muy bien alumnos, hasta la próxima clase.
A algunos estudiantes aún les sorprendía el hecho de que su profesor de Historia de la Magia pudiera hablar todo un discurso sin modicficar en una sola sílaba la entonación de su voz, hablaba siempre en el mismo tono, y eso le provocaba el sueño a muchos, que ahora salían del salón restregándose los ojos para quitarse el adormecimiento. Pero otros, estaban bastante despiertos, esa clase había sido la más enteresante que nunca habían tenido sobre Historia, y los deberes que les había enviado el profesor fantasma eran intrigantes.
Harry, Ron y Hermione iban ahora camino a los invernaderos para tener Herbología, el pelirrojo y el morocho escuchando a la castaña parlotear acerca de que en seguida que terminara de almorzar iría a la biblioteca para hacer los deberes para Historia, que le había emocionado mucho y estaba impaciente por saber de qué se trataba la famosa solución.
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Todo el colegio, alumnos y profesores, se encontraba ese lunes en la noche cenando en el Gran Comedor. Harry estaba sentado con sus amigos en la mesa de Gryffindor, arrasando con todo lo que podía. Hacía cosa de una semana que tenía un apetito feroz, a toda hora tenía hambre, y cada vez que se aparecía por las cocinas los elfos siempre estaban felices de atenderlo, aunque Ron y Hermione siempre le decían que no se pasara con las comidas, porque comer mucho supuestamente no le haría bien, él no les hacía mucho caso. Harry quería mucho a sus mejores amigos, pero a veces le fastidiaba esa sobreprotección que ellos tenían para con él, y le enojaba tanto que terminaba gritándoles por cualquier comentario que dijeran o cualquier pregunta que hicieran.
Éste hecho hizo que la alarma de alerta se prendiera en la astuta cabecita de Hermione, algo andaba mal con Harry, estaba muy irritable, y él por lo general era tranquilo y relajado, y ahora estaba tenso, algo estaba pasandole, algo que ellos no sabían y que ella se sentía en al necesidad de saber, ella quería mucho a su amigo, y quería saber qué era lo que lo tenía así.
Hermione dirigió su mirada al moreno que estaba sentado frente a ella, él estaba conversando con Ron, quien dos por tres se metía una gran cucharada de puré en la boca, se veía un poco como... cansado, tenía ojeras, los hombros y párpados caidos, ¿qué cosa lo tenía así, más tarde preguntaría.
De repente, en medio de las risas y los murmullos, el profesor Dumbledore se paró para comunicarles un anuncio a sus alumnos:
Buenas noches alumnos de Hogwarts - el comedor entero guardó silencio - Como habrán notado, hasta ahora no han tenido clases de Defensa contra las Artes Oscuras ¿no es así? - asentimiento general - Pues eso ya tiene solución, dejenme presentarles hoy a su nuevo profesor de DCLAO (Nde A: Para abreviar ¬¬...), él ya les ha enseñado antes, y por lo que recuerdo lo ha hecho muy bien, así que quiero que ahora lo traten con el respeto que se merece, a pesar de las circunstancias, con ustedes, el profesor Remus J. Lupin
Ningún alumno en el Gran Comedor se había dado cuenta de la presencia del licántropo dentro del salón, quien había permanecido oculto y tranquilo sentado en una de las esquinas poco visibles en la mesa de profesores; pero en esos momentos él se había parado de su asiento para que todos lo vieran. Un poco tarde llegaron los aplausos, y el hombre, correspondiendo a los aplausos con una tierna y calma sonrisa, se aclaró la garganta para decir algunas palabras:
Buenas noches, alumnos de Hogwarts, me alegra mucho volver a verlos, a algunos de ustdes los conozco muy bien - dijo mirando hacia la mesa de Griffindor - a otros nunca los he visto, pero espero conocerlos y llevarme bien con todos ustedes. Para aclarar rumores, voy a sincerarme con ustedes, soy un licántropo - Remus guardó silencio un momento para que el alumnado que no lo conocía asimilara la afirmación - y quiero tranquilizarlos diciéndoles que llevo mi enfermedad muy controlada, no teman por sus vidas, no soy peligroso, si lo fuera creo que el Profesor Dumbledore no me hubiera contratado. Bueno, eso era todo, les deseo una muy feliz cena, y nos vemos mañana en clases.
Dejando a todo el salón con la quijada por el suelo, Lupin se sentó tranquilamente en su asiento y comió tranquilo sus alimentos, que algunos notaron con sorpresa que eran muchos.
En la mesa de Gryffindor, Harry miraba a Remus entre alegre y extrañado, el hombre estaba distinto, tal vez un poco... gordo?
Remus está algo gordito, no lo creen chicos? - preguntó el ojiverde a Ron y Hermione
El pelirrojo no le contestó, pero la chica en vez de sacarle la duda, con la contestación que le dió le confundió más, a los perceptivos ojos de Hermione nada se escapa...
Remus no está gordo Harry... está embarazado...
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Explícame Hermione, ¿cómo es posible que esté embarazado? porque te recuerdo que Remus !ES HOMBRE!
Harry, Ron y Hermione habían llegado a la Sala Común de su casa después de la cena y Harry ya no podía mas con la intriga, ¿cómo era eso de que los hombres ahora cargaban bebés?. Inmediatamente que llegaron a la sala se instalaron en los sillones cerca de la chimenea, y se les acercaron algunos alumnos, la mayoría niños criados con muggles, todos con las orejas atentas para escuchar la explicación que Hermione iba a darle al moreno
¿Qué no hiciste la tarea para Historia de la Magia Harry? - le contestó la chica como si tuviera coherencia un tema con el otro
Herm, deja de obsesionarte con el estudio, por favor, te pregunté por lo de Remus, no por Historia
Por eso mismo, ahí te lo explica todo - contestó ella como si fuera lo más obvio del mundo
¿Qué? - dijeron Ron y Harry al mismo tiempo
Hermione continuó como una gran diplomática dando un discurso
Harry, ¿te acuerdas lo que dimos en Historia de la Magia la última clase? ¿Lo del bajo índice de natalidad mágica debido a la Caza de Brujas?
Si
Bueno, primero que nada, ¿tu sabes que la homosexualidad en el mundo de la magia es tan o más común que la heterosexualidad, no? ¿Sabes que entre los magos la atracción no es solo física, sino que también es la magia de la persona la que busca una magia complementaria, muchas veces encontrándola en personas de su mismo sexo, verdad?.
Claro - mintió Harry
Bien, entonces, retomando el tema, para contrarrestar los casi escasos nacimientos de magos puros, a falta de brujas, los sabios de la época tras mucho investigar, hacer y deshacer, dieron con una solución bastante beneficiosa, teniendo en cuenta el grado de parejas homosexuales que existen
¿Cual fue?
Se inventó la Poción Venus - contestó la chica solemnemente
¿Venus? - preguntó Ron extrañado
Venus era la diosa de la fertilidad y el amor de los Romanos Ron, fue por eso que le dieron ese nombre a la poción. La Venus se le daba a cada niño mago varón recién nacido, dándole a éste la posibilidad de procrear. ¿Cómo, pues fácil, como sabrán la magia en los magos se solidifica, o sea, deja de ser inestable, más o menos hasta los once-doce años, es por eso que a esa edad recién comenzamos a estudiar cómo controlarla, porque la magia de los niños es siempre inestable, de ahí que siempre hagan volar o reventar objetos sin poder evitarlo, y recién en la pubertad deja su inestabilidad y pasa a ser una magia controlable, pero no me quiero ir del tema, cómo les decía, las facultades mágicas de la poción Venus se lían con la magia del niño que la ingiere, activándose su efecto cuando la criatura alcanza la pubertad, como el ciclo fértil de la mujer. Más o menos a los once-doce años todos los varones que toman la poción Venus comienzan su ciclo fértil, y se acaba más o menos a los cuarenta y cinco-cincuenta años. Obviamente que el hombre no sufre de menstruaciones ni de menopausia, solo deja de ser fértil y ya, porque su cuerpo no está apto para sobrellevar un embarazo a esa edad.
¿Y cómo es que nacen los bebés en un embarazo masculino? - preguntó un niño de segundo, que estaba muy atento a todas las palabras de Hermione
Pues durante todo el embarazo los componentes orgánicos de la poción van creando un canal de parto natural en el organismo, que está ubicado entre los genitales y el ano, y luego del alumbramiento ese canal se cierra dejando ninguna cicatriz. Los embarazos masculinos son iguales a los femeninos, las mismas náuseas durante los primeros meses, el mismo tiempo de gestación, las mismas contracciones y dolores a la hora del parto, con la única variante que el embarazo masculino requiere de más cuidados, porque el cuerpo del hombre no fue diseñado para parir, aunque la magia lo hace todo posible. Aún así no todo les salió bien a los grandes sabios creadores de éste brillante método, porque el efecto de la poción es irreversible, no hay poción antídoto ni contrahechizo que anule su efecto, auque obviamente, el mago puede usar los mismos métodos anticonceptivos que las brujas.
Wow... - fue todo lo que pudo decir Harry, no sabía nada de eso, y asimilar la idea le llevó su tiempo, para cuando pudo volver a la realidad, toda la montonera de niños alrededor de ellos ya se había ido a acostar, y Ron y Hermione charlaban tranquilamente sobre el embarazo de Remus, y su probable paternidad
¿Crees que sea de Sirius? - preguntó Ron
Pues claro que sí, ¿de quién más sino? cuando los conocí a los dos me di cuenta al instante que el uno estaba perdidamente enamorado del otro, y no me parece que Remus sea del tipo de persona que se olvida fácilmente de un amor y va en busca de otro. Además no te olvides que desde hace tres años que Sirius está escapando de la justicia, y durante todo ese tiempo estuvo con Remus, como que el tiempo les dió de sobra para declararse su amor y tener un hijo, no? - dijo Hermione como si todo lo supiera
Tienes razón - concedió el pelirrojo - ¿de cuanto estará?
Le calculo unos seis meses, no sé. Ahora que lo pienso, es entendible por qué se demoró dos semanas en venir para el inicio de clases, con esa pancita es un poco difícil poder viajar, y todos los métodos de viaje mágico quedan descartados, por ser muy riesgosos para el bebé
Hermione, ¿tu vas a ser medimaga, verdad? - fue lo primero que se le vino a la mente a Harry luego de todo aquel torrente de información.
Pues no lo sé, ¿por qué lo preguntas? - le contestó la chica
Pues porque nunca había oido hablar a nadie de medimagia y medicina muggle tan abierta y naturalmente como lo haces tu, parece como si supieras todo en cuanto a ese tema.
Es que leo mucho Harry, no es para tanto - dijo Hermione con una falsa pena
Hhhhhaaaaaa! (bostezo) me estoy cayendo de sueño, me voy a dormir chicos, buenas noches - Ron se paró de su lugar y caminó hasta la entrada a las escaleras que conducían al cuarto de los chicos, pero antes de pisar el primer escalón se dió la vuelta y preguntó - ¿Vienes Harry?
No Ron, ve tu, yo me quedaré un poco aquí
Bueno, yo también me iré a dormir - Hermione se paró y despidiéndose de sus amigos con un beso en el cachete a cada uno, desapareció por las escaleras hacia el cuarto de las chicas.
Cuando Harry vió que estaba solo en la Sala Común, dió un largo suspiro y se undió más en el sillón, abrazándose a si mismo; no sabía por qué, pero de repente una enorme nostalgia de unos brazos fuertes alrededor suyo le embargó.
Se puso a pensar en que aún le faltaban algunas tareas para hacer, pero en ese momento no tenía muchas ganas de nada. Estaba exausto, muchas cosas le habían pasado desde el comienzo escolar de ese año, cosas raras y la mayoría sin explicación. La que más le preocupaba eran esas náuseas matutinas sin razón aparente, desde hacía dos semanas que las tenía casi todos los días.
Todo lo que Hermione le había dicho recién lo había dejado bastante shockeado, no tenía ni idea de que los magos varones pudieran quedar embarazados, era un panorama bastante gracioso. En la soledad de la Sala Común Harry largó una sonora carcajada al imaginarse a Dumledore embarazado, o peor... a Snape.
Cuando pudo calmarse y dejar de carcajearse, se puso a pensar en el hecho de que la homosexualidad en el mundo mágico era algo normal... bien, entonces sus amigos no lo verían con mala cara si les confesaba que había dormido con un chico... ¿pero cómo reaccionarían cuando se enterasen de que era precisamente con Draco Malfoy con quien lo había hecho?.
De repente otro pensamiento le asaltó la mente, ¿y si él estaba embarazado?... después de todo, él no recordaba que Malfoy hubiera usado algún tipo se precaución esa noche...
El solo recuerdo de lo sucadido en el aula de Snape hizo a Harry sonrojarse hasta lo imposible, aún esas imágenes lo hacían ponerse nervioso. Pero luego recordó, para que un hombre pudiese quedar en estado, además de lo obvio, era necesario también que por su organismo corriera la poción Venus, y eso él lo dudaba mucho, ya que los Dursley, quienes lo habían criado, y quienes no soportaban escuchar la palabra 'magia' en su casa, jamás le hubiesen dado a él la bendíta poción, ni por un millón de Euros.
Así que el pensamiento de él con un bebé en su barriga quedó descartado de inmediato, no urgó más en el tema, porque la verdad, no quería saber nada relacionado con la serpiente ponzoñosa esa.
Aunque sin pensarlo llevó su mano derecha a su estómago, y se acarició la zona de forma ausente. Una sensación extraña brotó entonces en su estómago, que lo dejó confundido. Pero fue tan breve que Harry dudó haberla sentido en verdad.
El moreno se undió una vez más en el sillón, y sus pensamientos siguieron volando, hasta que llegaron a Remus y Sirius, y el bebé. Remus estaba embarazado... ahora la idea ya no le parecía tan extraña, embarazado...
JÁ, ¿quien iba a imaginarlo?. Harry sabía que Sirius, su adorado padrino, estaba coladísimo por los huesos de Remus, y éste le correspondía, se lo había confesado en la primer carta que le enviase luego de su furtiva huida, y él francamente se había alegrado por esos dos, al fin un poco de felicidad, uno después de tanto dolor y tortura en una prisión por un crimen que no cometió, y el otro después de tanto rechazo y discriminación por una enfermedad que no era su culpa portar, ya era hora de que fueran felices de una vez por todas. Y ahora iban a tener un hijo... su propio hijo... una familia... para ellos...
Harry no supo por que, pero sus ojos se llenaron de lágrimas sin fundamento, o al menos eso creía él.
Porque por su cabeza solo corría un pensamiento, familia propia.
Él nunca la había tenido. Había crecido sin padres, y para él los Dursley eran más bien sus carceleros y sus torturadores, que su familia. Podía considerar a los Weasley y a Hermione una familia, pero no era lo mismo, no era suya, no era propia, no era una verdadera familia, a pesar de que valoraba mucho su cariño y aprecio, no era lo mismo. Y también estaba Sirius, pero lo veía muy pocas veces, casi nunca, y tampoco era lo mismo.
En su mente se formaba el aterrador pensamiento de que estaría solo el resto de su vida, e irremediablemente las lágrimas acumuladas en sus ojos de jade se derramaron, empapando sus mejillas.
Harry lloró en su soledad hasta que el sueño lo venció y calló dormido en el sofá, sin enterarse de más nada hasta el día siguiente.
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Esa voz... en medio de la oscuridad la escucho tratando de calmar un llanto, esa voz suave, apacible... ¡un momento, las imágenes empiezan a verse un poco más nítidas... veo... veo un escudo... un escudo con una serpiente en una túnica negra... ¡SLYTHERIN!... veo a alguien de Slytherin y está... está con algo en brazos.. y veo amarillo... y gris azulado. El Slytherin tiene algo en brazos, y lo está meciendo, arrullándolo con esa voz suave... ese llanto, es el llanto de un niño... o... ¿de un bebé?... ¡SÍ, es el llanto de un bebé!...pero q
Abrió los ojos un poco alterado, ese sueño de nuevo... ahora mucho más nítido. Con pesadez se sentó en su cama, le dolía todo, producto de quedarse dormido en el sillón... aunque... ahora no estaba en el sillón, estaba en su cama. Se preguntó cómo había hecho para llegar hasta allí, y al ponerse sus lentes la respuesta le llegó en forma de una nota encima de su mesita de luz, Dobby le había dejado por escrito que no era bueno que el señor Harry Potter durmiera en el sillón, porque el sillón no es un lugar cómodo ni adecuado para dormir, Harry Potter, Señor. Y Que Dobby había tenido que levitarlo hasta su cuarto señor, que el señor Harry Potter disculpe a Dobby si le había causado molestias, Harry Potter, Señor.
Un olor dulce le llegó a Harry a la nariz, haciendole olvidar todo lo referente a la nota de Dobby. Ese olor era inconfundible, ranas de chocolate. Se levantó de su cama y al pararse al frente del buró que le correspondía pudo divisar una bolsa de terciopelo negro. Con curiosidad la abrió y se encontró con un montón de cajas de ranas de chocolate, y una pequeña notita, caligrafía impecable
'Sé que te gustan, disfrútalas.
Aunque... espero que no las disfrutes más a ellas de lo que me disfrutaste a mi
Besos (donde tu los quieras)
D.M.'
¿D.M., ¿quién... ¡Un momento! ¡¡Draco Malfoy, ¡Qué descarado!
Tenía que esconder eso antes que los demás lo vieran y empezaran a hacer preguntas, ¿quién se creía esa serpiente?... mandarle regalitos... JÁ, no le bastaba con molestarlo y acosarlo todos los días en clase, que ahora le regalaba cosas, ¡increible, pero no, por más cosas que hiciera no iba a caer en sus redes... no de nuevo...
Tenía que deshacerse de esas ranas de chocolate de inmediato..., y qué mejor forma de hacerlo que comérselas?... aunque se las hubiera dado el estúpido rubio... se veían muy ricas...
Las metió todas en su baúl dejando solo una, la cual se llevó a la boca, pero cuando tuvo la rana bien cerca de la nariz, y su olor dulce le impregnó el olfato, sintió cómo se le removía lo poco que tenía dentro del estómago. Dejó la golosina en la mesita, que saltó y se perdió detrás de su baúl, y se sentó en su cama, el mismo mareo de siempre, y las mismas ganas de vomitar. Se levantó rápido y fue corriendo al baño, ¿por qué vomitaba, no había comido nada fuera de lo común, es más éstos últimos días había estado comiendo sano, tratando de evitarse los malos ratos que ahora estaba pasando
Llegó al baño y se arrodilló frente al retrete, donde descargó el conenido de su estómago. Iba a levantarse cuando una mano lo asió del hombro, y una voz amiga le hizo sobresaltar preguntándole
¿Te encuentras bien Harry?
La voz de Seamus le llegó lejana, ya que las arcadas lo dejaban bastante aturdido, cuando le fue a contestar vomitó de nuevo, y el irlandés se le acercó y lo sostuvo del estómago y de la frente, para hacerle la tarea más fácil al moreno.
Cuando el mal rato hubo pasado, Harry se lavó la cara y miró a su compañero de cuarto, que parecía estar esperando una explicación
Lo siento Seamus.. yo... no sabía que estabas aquí...
Sí, estaba inventandome un nuevo peinado. Me desperté ésta mañana con el ruido que hizo una lechuza que trajo algo para ti, no se si lo viste, está sobre tu mesita de noche
Si, lo vi...
Harry... ¿qué te sucede amigo, ya van dos veces que te veo que vomitas en la mañana
No es nada Seamus... ya se me pasará...
Una vez más el Irlandes no le creyó ni una sola palabra, pero otra cosa no podía decirle, ni el mismo Harry sabía qué era lo que le pasaba, le tenían desconcertado esas náuseas... tal vez se estuviera enfermando, ¿pero de qué?
Será mejor que bajes y comas saludable, así te evitarás el pasar por ésto otra vez
Si, gracias Seamus
Harry le sonrió agradecido a su amigo por su preocupación, salió del baño y se puso su uniforme. Cogió sus cosas y bajó al comedor, aún no había nadie allí, ni tampoco en la Sala Común de Gryffindor, así que tuvo que ir caminando solo hasta las cocinas a pedirle algo de frutas y agua a Dobby, y ya de paso agradecerle por su ayuda.
Por el camino, y con la mente más despejada, se puso a pensar en lo que le diría al rubio cretino que tenía por compañero cuando se lo encontrara en clases, esa serpiente tenía mucho que explicarle.
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Durante el desayuno Harry había evitado a toda costa mirar hacia otro lugar que no fuera su taza de ensalada de frutas que Dobby le había traido especialmente para él, estaba muuuy enojado ese día, por las ranas de chocolate y la cartita, y por los vómitos, y además estaba enojado porque... ¡porque estaba enojado y ya!
Su mal humor se notaba a leguas, y después de que Harry le gritara un montón de groserías a Dean por simplemente reir muy alto, todos en Gryffindor decidieron dejarlo en paz hasta que los humos se le bajaran, y algunos le lanzaban miradas extrañadas, o preocupadas en el caso de Ron y Hermione.
A Pesar de que lo dejaron tranquilo, el mal humor no se le pasaba, y al llegar a las mazmorras de Snape para su clase de Pociones, Harry seguía con una cara de pocos amigos muy lamentable.
Entró al salón y caminó hasta su lugar con pasos tan fuertes que, si exageramos un poquito, hacían temblar las duras paredes de piedra.
Malfoy, que como de costumbre ya estaba en su asiento, miraba con una de sus cejas elegantemente levantada cómo su compañero sacaba sus útiles con el ceño increiblemente fruncido y bufaba molesto cada vez que el libro se le cerraba al dejarlo semi-abierto sobre su escritorio.
Si sigues con ese mal humor te arrugarás antes de tiempo, Potter - dijo a modo de saludo
Harry al oir la voz esa que le irritaba tanto, que arrastraba las sílabas al hablar, explotó
¡¡Si estoy enojado es por tu culpa, ranas de chocolate, ¡¿cómo se te ocurre! - le dijo irritado, haciendo ademanes con los brazos y manos, acentuando su mal humor
¿Disculpa? - contestó el rubio un poco descolocado al no entender el reclamo del moreno
¿Qué pretendes enviándome regalitos, eh? te recomiendo que gastes mejor tu tiempo y tu dinero en regalos para tu novia Alissa, porque conmigo pierdes el tiempo Malfoy
¿De qué diablos me estas hablando Potter? Creo que se te han zafado un par más de tornillos, y para tu información, Alissa no es mi novia
¡Hablo de ésto! - le dijo extendiéndole un trozo de pergamino arrugado
Draco sin comprender todavía tomó el papel de la mano de Harry, lo leyó, y confundido preguntó
¿Qué es ésto?
No te hagas el idiota Malfoy, esa nota estaba con las ranas de chocolate que me enviaste ésta mañana
Espera, yo no te envié nada
¿A no, ¿Acaso me las imaginé? - contestó con ironía
Lo más probable, conociéndote no me extraña...
Uno, tú NO me conoces, dos, ésta mañana una lechuza vino a mi cuarto y me dejó un paquete de ranas de chocolate con esa nota, en la que están tus iniciales, lo que, por lógica, me hace pensar que fuiste tu, no sé - terminó sarcástico
Zabini, Crabbe y Goyle, que pasaban por delante de los asientos de Harry y Draco en ese momento, y que escucharon la discución, se acercaron a ellos, y Blaise, con una sonrisa en los labios comentó:
¿Qué sucede Potter? ¿no te gustó el detalle de Draco, haces mal en enfadarte, deberías sentirte alagado de que Dragón te de siquiera un poco de su atención, después de todo, es bien sabido que él se olvida enseguida de sus amantes de ocación una vez que los tiene - terminó riéndose el chico, y las bobas risas de Crabbe y Goyle le acompañaron
La expresión de Harry se debatía entre la sorpresa y la ira, así que la serpiente venenosa que tenía por compañero de clases le había contado a los gorilas y al otro tonto lo que había sucedido aquella noche... ¡demónios, si ellos hablaban, todos lo sabrían, y cuando sus amigos se enterasen, en especial Ron... cielos... estaba perdido
En cambio Draco estaba que temblaba de furia, habían sido sus amigos, ellos le habían enviado aquello a Potter en su nombre dejándolo a él en ridículo, él no era tan cursi como para andar regalando dulces, además, ni que Potter le interesara un mínimo necesario como para enviarle algo
Iba a decirles algo pero la entrada de Snape al salón mandó a callar a todos
Goyle, Zabini, Crabbe, a sus lugares - demandó con su voz sombría el profesor
Ellos se encaminaron a sus asientos, pero pudieron escuchar perfectamente el susurro irritado de Draco
Ésta me la pagarán, trío de desgraciados
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Era miércoles y Harry continuaba con su mal humor. El enterarse de que los amigos del rubio sabían lo del... "asunto" entre ellos, los vómitos todas las mañanas que ya lo tenían harto y el simple hecho de estar enojado, lo ponían de un humor mucho peor. Por las tardes cuando tenía que hacer los deberes con Malfoy trataba de no mirarlo y hablar lo mínimo, pero era casi imposible, si se tienen en cuenta las constantes frases de tinte un poco subido de tono y los intentos muchas veces frustrados del rubio de meterle mano.
Pero había algo en ese momento, en la clase de encantamientos, que a Harry lo ponía muy pero que muy cabreado, y era que el condenado hechizo levitador no le salía.
El pequeño profesor Flitwick les había puesto un ejercicio que consistía en usar los distintos encantamientos que implicaran mover un objeto, para trasladar las pesadas cajas que en el salón había de un lugar a otro.
Spencer Khaleck, su compañero de clases de Hufflepuff, miraba con gesto extrañado los intentos del moreno de hacer levitar la bendíta caja, y no le salía, y no le salía...
¡Maldíta cosa!... Wingardum Leviosa!... demónios... ¡Wingardum leviosa!..., ¡carajo! ¡¡Wingardum Leviosa!... no puedo...
Cálmate Harry - trató de serenarlo Spencer, al ver al ojiverde al borde de las lágrimas
No entiendo Spencer... ¿cómo es posible que no pueda hacer el maldíto hechizo, ¡estúpida cosa!
Hermione, al escuchar las palabras de su amigo, se acercó y preguntó preocupada
- ¿Qué sucede Harry?
No sé que pasa Herm, mira... ¡¡¡Wingardum Leviosa!... nada...
La chica lo miraba con ojos como platos, Harry, que era el mejor mago de su edad que conocía, no podía hacer el simple hechizo levitador
Eeee... la... la verdad es que no sé que decirte Harry, lo estas pronunciando bien, así que no creo que sea ese el problema...
El moreno iba a contestarle pero en ese justo momento sonó el timbre, y todos salieron del salón rumbo a la cabaña de Hagrid para Cuidado de Criaturas Mágicas.
Hermione seguía cada vez más preocupada con la salud de su amigo, el que su magia se descontrolara solo se lo podía atribuir a que el moreno estubiera muy estresado, pero ¿estresado de qué, si las clases recién empezaban?
Por su lado a Harry solo le quedó cabrearse más todavía.
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Para la hora del almuerzo Harry no tenía hambre, lo único que tenía, además de su mal humor, era la fuerte determinación de practicar el maldíto hechizo levitador hasta que le saliera.
Así que le avisó a Hermione lo que haría, y después de Herbología salió directo hacia algún salón que estubiera desocupado para practicar.
Después de deambular un rato, encontró uno en un pasillo cerca de las escaleras hacia los dormitorios, estaba vacío y tenía pinta de no haber sido usado en mucho tiempo, y al estar lejos del Gran Comedor, era perfecto para lo que lo necesitaba.
Veinte minutos después Harry estaba a punto de darse de cabezasos contra la pared. Se había emocionado al ver que al menos algunas chispas salían de la punta de su varita, pero luego su decepción fue grande al comprobar que nada más conseguía. Primero había intentado con las mesas, pero nada, luego intentó levitar su mochila, el mismo resultado, y cuando no pudo ni siquiera levitar una hoja de papel, se desesperó.
Derrotado y cansado, luego de cinco minutos más de seguir intentándolo, se dejó caer sentado en el suelo, más enjado que nunca.
-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-¤-
Como prefecto de la casa Slytherin que era, uno de sus deberes consistía en rondar los corredores antes del almuerzo y la cena en busca de alumnos despistados que no estubieran en el Gran Comedor. Así que por eso Draco Malfoy caminaba en ese momento por los pasillos cerca de las escaleras a los dormitorios, cuando un grito proveniente de una vieja aula en desuso le llamó la atención. Con curiosidad se acercó un poco más y escuchó
Maldíta cosa, a mi no me vas a ganar... ¡¡¡WINGARDUM LEVIOSA!... ¡¡¡AAAARRRGGGHHH!
Draco dio con el salón en el cual al parecer un alumno estaba practicando el encantamiento levitador, y al abrir la puerta se encontró con algo que no se esperaba
Potter... - susurró para sí
Potter estaba ahí, en medio del salón. Se había quitado la túnica y la corbata, los tres primeros botones de su camisa desprendidos, los mechones de pelo azabache se le pegaban a la frente y cuello por el sudor provocado por el esfuerzo, y las mejillas encendidas de rojo, habían hecho que Draco se quedra sin palabras, Potter estaba endemoniadamente comestible
... ¿Mal ... foy? ... - preguntó el moreno, jadeaba, estaba algo cansado.
Draco reaccionó muy a tiempo, y con todo su autocontrol pudo responder
¿Qué diablos haces Potter? Te recuerdo que es hora del almuerzo, deberías estar en el Gran Comedor
A mi no me importa que sea hora de la comida y a ti no te importa lo que yo esté haciendo, asi que lárgate - le contestó el ojiverde un poco alarmado al ver que el rubio cerraba la puerta detrás de él
¿Sigues enojado conmigo Potter? - dijo el Slytherin caminando lento hasta llegar a Harry, quien retrocedía a su vez tratando de poner la distancia entre ellos que Malfoy se empeñaba en acortar
¡¡Claro que sigo enojado, te atreviste a decirle a tus amigotes lo que... lo que... ¡lo que me hiciste! - gritó Harry nervioso, al toparse con la pared y ver que ya no tenía más a donde retroceder sin parecer que estaba huyendo
Por supuesto que se los dije, no esperabas que no les contara a mis amigos lo que fue la mejor cojida de mi vida - soltó sin pensar lo que decía
Malfoy estaba hipnotizado con la apariencia de Harry, la camisa entreabierta, las mejillas y los labios rojos, la respiración agitada, los ojos brillantes, una traviesa gota de sudor que recorrió el blanco cuello del morocho con descuidada sensualidad hasta perderse en los pliegues de la camisa... fue mucho para Draco.
Con un poco de brusquedad arrinconó a Harry entre la pared y su cuerpo, y detuvo sus manos agarrandolas fuertemente sobre su cabeza.
Malfoy suéltame - demandó el moreno enojado
No...
Y lo besó. Al principio Harry trataba de resistirse haciendo el intento de apartar la cara, pero al ver que era imposible se dejó hacer, resignado, estaba cansado y harto de todo.
Sin embargo, cuando el rubio mordió ligeramente su labio inferior pidiendo permiso para entrar a su boca, y él se lo concedió entreabriendo sus labios, al sentir esa lengua cálida moverse con sensualidad en su boca, jugando con su propia lengua, algo le impulsó a corresponderle. Y ese algo, que lo descubrió más tarde cuando sintió a Malfoy soltar sus muñecas y aferrarse a su cintura, era que le gustaba, le gustaban los besos del Slytherin, le gustaba la forma en que su lengua exploraba su boca, le gustaba la forma en que sus manos recorrian su espalda, le gustaba...
Por su lado Draco estaba salido de control, a pesar de que su mente le gritaba ¡detente, su cuerpo no podía, era la maldíta necesidad de tener sus manos en todos lados del cuerpo de Potter, no lo dejaba pensar. Y más todavía al sentir a Potter corresponderle, sentirlo rodear su cuello con los brazos, sentirlo cerca...
Con una rodilla Draco separó las piernas de Harry mientras que continuaba besándolo, cada vez con más pasión, se pegó más a su cuerpo, y cuando el aire fue necesario, se separaron. Al mirarse a los ojos ambos se quedaron en blanco, el Gryffindor estaba perdido en otro mundo, deleitado con las sensaciones que comenzaban a desperta en él y el Slytherin estaba perdido en los ojos verdes de Harry, en su respiración agitada, en su aroma, en su todo. Llevado por el deseo que empezaba a surgirle onduló contra el cuerpo de Harry, que al tener las piernas abiertas la fricción entre sus miembros fue directa, arrancándole un gemido al moreno que volvió loco al rubio. Éste onduló de nuevo y el ojiverde hechó la cabeza a un lado exponiendo sin pensarlo su cuello, que el Slytherin no dudó en atacar.
Siguió ondulando y besando su cuello, recorriendo toda su blanca superficie entre mordiscos y lamidas que hacían suspirar al moreno. En un momento dado onduló tan fuerte y tan intenso que Harry, sin pensarlo, dió un pequeño saltito y ayudado por el rubio se aferró a la cintura de éste con ambas piernas, haciendo que el contacto de sus sexos fuera todavía mayor a través de la tela. Ésto hizo gemir a Draco, quien desesperado por sentir más comenzó a desprender la camisa del moreno hasta el último botón y a bajar sus besos por el cuello hasta el nacimiento del mismo, en ese lugar entre el cuello y el hombro.
Las ondulaciones fuertes y rápidas imitando penetraciones y los leves mordiscos en esa zona sensible de su cuello hicieron a Harry empezar a gemir fuerte, tan fuerte que Draco tuvo que silenciarlo con un beso, sin dejar de moverse.
El ojiverde tenía la mente nublada por el placer que estaba sintiendo, no recordaba mucho de lo que había pasado entre ellos la noche de la detención, ya que estaba drogado, pero los pequeños escalofríos que ahora le recorrían la columna y ese creciente palpitar en su miembro eran sin duda sensaciones que le encantaban, y que quería volver a sentir, que quería seguir sintiendo.
Draco dejó la boca del moreno y siguió su recorrido hacia abajo por su cuello, ésta vez aventurándose un poco más dentro de su camisa hasta llegar a uno de los sonrosados pezones que al mínimo contacto de su lengua húmeda se irguió orgullozo, siendo acompañado de un gemido ronco salido de lo más profundo de la garganta de Harry. Ésto encantó al rubio, que siguió estimulando esa tetilla hasta que los gemidos del morocho le parecieron demaciado altos, y se alejó de ese pezón divertido por la mueca de decepción en el rostro del trigueño, dirigiéndose al otro pezón, para darle el mismo trato.
En su mente Draco solo tenía un pensamiento, hacer suyo a Potter de nuevo. Atrás había quedado su idea de venganza, atrás había dejado todo pensamiento de rencor, ya no le importaba demostrarle quien era el que mandaba, solo le interesaba seguir escuchando más de esos gemiditos que a sus oidos eran música. Y en el pecho del rubio se agitaba algo extraño que nunca había sentido antes; la alegría de saber que Potter le estaba correspondiendo, que le estaba permitiendo hacerle todo lo que le estaba haciendo, y lo mejor de todo, que le gustaba lo que le hacía, ese solo pensamiento lo hizo sonreir.
Y por la cabeza de Harry el único pensamiento coherente era que si Draco seguía moviéndose con esas deliciosas ondulaciones él se correría. Su sexo estaba duro y le apretaba dolorosamente dentro del pantalón, pero la fricción contra el miembro que podía sentir igualmente duro del rubio, además de placentera, aminoraba un poco el dolor.
De repente un flash de lucidez aclaró la mente del ojiverde, ¡¿qué estaba haciendo, estaba permitiendo que la persona que tanto detestaba lo besara y lo tocara y se refregara contra él así, eso estaba mal, pero las palabras del Slytherin lo dejaron descolocado
Quiero... necesito... aahh, nececito.. tenerte... de nuevo, ya... quiero hacerlo... ahora... mmmhhh - dijo entrecortadamente Malfoy sin dejar de moverse
Oye... mmhh... creí qu .. aahh... creí que lo nuestro estaba... mmhh.. reducido a solo una vez y yá, uuuyy! - le contestó el moreno sintiendo los besos aquí y allá y las sensuales ondulaciones
Olvida eso... aaahhh... solo, mmhh... solo déjame hacerlo uummmmm.. una vez más... te gustará... aaahhh - aseguró Draco tratanto de desprender el cinto que sostenía el pantalón de Harry
Y Harry iba a protestar pero Draco fué más rápido y logró callarlo con un ardiente beso. Tanta pasión le imprimió al beso que Harry por un momento se desconectó del mundo, concentrándose en imitar los movimientos de la lengua que se colaba en su boca y buscaba jugar con la suya. Pero reaccionó al sentir que el Slytherin intentaba desprender el botón de su pantalón, siempre moviéndose ondulatoriamente, para no perder ese placentero contacto
N.. no...espera... ya... no... aahh... ¡No!.. ésto no... no es correcto...
Draco ante esas palabras detuvo todo movimiento, y encaró a Harry molesto
¿Que no es correcto, pues déjame decirte que tengo la impresión de que la noche de la detención no te pareció tan incorrecto Potter - dijo con enfado
Y Harry más enojado todavía se bajó de las caderas de Malfoy, e intentó separarlo de él empujándolo por el pecho, pero éste no se movió y lo aprisinó poniendo sus manos contra la pared, una a cada lado de su cuerpo. Harry al ver que no podía escapar gritó
¡¡Aquella noche estaba drogado, ¡estaba bajo los efectos de la maldíta poción que me diste! demónios...
Pues yo recuerdo que una de las propiedades de esa poción es hacer que quien la bebe actúe como en verdad desea hacerlo, y yo no recuerdo que te hallas quejado de mi trato en toda la noche Harry - recriminó enfadado el rubio
Harry frente a eso no supo que decir, porque era verdad. Y Draco, ante el silencio de Harry, intentó volver al clima que había logrado antes, besándolo con furia
El moreno no pudo hacer otra cosa más que corresponderle, ante los magníficos besos del rubio no tenía otra manera de reaccionar. Una vez más el ojiverde se abrazó a la espalda de aquel que lo besaba primero con furia, ahora con ternura. Y una vez más el rubio comenzó su ondular suave contra el cuerpo que se le aferraba, profundizando su beso hasta que el aire se hizo necesario. Se separaron solo para volver a besarse, Harry no sabía por qué le correspondía, solo sabía que no se le podía resistir. Subió una de sus piernas hasta calzarla en la cadera del Slytherin, y el alivio a su miembro vino de inmediato. Draco al sentir la respuesta afirmativa del Gryffindor aceleró sus movimientos lo que trajo nuevos gemidos a sus gargantas.
Pero Harry era terco, y se negaba a la verdad de sus hormonas descontroladas
Mmmmuuummmffhhh... no... no espera..
No Harry, no te dejaré... aahh...
El morocho trató de soltarse, pero era imposible, y el rubio, hatro ya de la necedad del ojiverde intentó hacerlo razonar con palabras, si es que sus actos no le eran suficientes
Dímelo Harry..., dime que no lo quieres... - dijo ondulando más fuerte - dime que no me deseas... - besó su cuello - que no te toque... - bajó con sus manos por su espalda hasta llegar a sus nalgas - que no te bese... - lo besó con pasión - dime que no quieres que te haga mío otra vez... - dijo ondulando tan fuerte que el gemido de Harry fue casi un grito - que no te lo haga como lo hice aquella noche... - siguió ondulando - dímelo y yo me iré, pero no te me niegues cuando se nota que estás igual o más deseoso que yo de hacerlo de nuevo... - terminó por decir casi en un susurro, que se escuchó a la perfección debido al eco del salón abandonado
Harry no contestó, al menos no verbalmente, lo único que hizo fue aferrarse más fuerte de la espalda del Slytherin cuando éste aceleró sus movimientos hasta casi llevarlos a la locura, con una mano el moreno acarició los cabellos de oro de la nuca de Malfoy, mientras éste lo sostenía a él de las nalgas, ondulando más rápido y más fuerte.
Fue tanto el placer que las envestidas sobre la tela le provocaron que sin pensárselo y sin poder detenerse, Harry se vino entre los dos, dentro de su pantalón, manchándose.
Y el grito de placer de Harry al acabar fue una estumulación más que ayudo a Draco a correrse también, y satisfecho enormemente, pero cansado, se deslizó hasta sentarse en el suelo, arrastrando a Harry con él, que permanecía abrazado a sus hombros, y sentado en su regazo el Gryffindor hundió su cara en el cuello sudado del Slytherin, satisfecho también.
Draco se acostó en el suelo obligando al moreno a acostarse sobre él, y cuando tuvo su cara cerca de la suya, le tomó ésta con ambas manos y lo besó largamente. Se sentía tan bien que no quería separarse de él, así que giró acostando a Harry en el piso y se puso él encima del trigueño, comenzando a besar su cuello, sacándole una vez más pequeños suspiros al ojiverde.
Hubieran continuado si un grito estridente y aterrado no los hubiera interrumpido
¡¡¡¡AAAAAAAHHHHHH!..., ¡¿Malfoy! ...¡¡¿¿HARRY!..., ¿¿Qué demónios significa ésto?
Los dos chicos voltearon hacia la puerta donde una asustada, furiosa e impresionada Hermione los miraba boquiabierta
Continuará...
Notas de la autora:
Mae Govannen! (como verán, cambié mi acostumbrado saludo en japonés por élfico, espero no les moleste, pero el trauma es MUY grande...)
Soy mala, ¿o no, miren en qué parte los dejo... jijiji
Bueno, para los que querían más Draco&Harry, acá tienen algo, no hay mucho caramelo pero es algo, ¿no, ya va a llegar, ya más adelante les prometo que se empalagarán de tan acaramelados que los voy a poner.
Espero sinceramente que éste capítulo les halla gustado, me costó mucho tiempo, nervios, horas de sueño y dos exámenes perdidos, además de los adicionales regaños de mi madre.
Una vez más les pregunto, y ésta es la última vez que lo hago, y por favor les ruego, respondan concretamente, denme nombres, ¿con quién quieren a Ron y a Hermione?. Si para el capítulo que viene no me dicen algo, las parejas se las pondré yo, pero luego no quiero ningún tipo de reclamos, ¿entendido?
No me maten por lo del 'Círculo del Dragón'... pero es que quería poner a Draco como el jefe de una especie de Mafia estudiantil, y debido a la formación en la que siempre caminan, que más que círculo parece elipse, y como su líder es Draco (dragón) pues... el nombre me salió así... Ésta mafia tendrá su grado de importancia luego, ya verán
Una vez más tomé prestado sin permiso algo del fic "Cambios" de Lilith Mlafoy, y es que ese fic está buenísimo. Lo que me robé fue esa parte en la que Draco le reclama a Alissa por los sobrenombres, en el fic de Lilith Draco se lo reclama a Harry, y bueno, espero Lilith que si estás leyendo ésto, sepas perdonarme.
Una pregunta, ¿alguien sabe cuándo es el cumpleaños de Draco, sé que el de Tom Felton es el 22 de setiembre, ¿pero y el de Draco?
Espero ansiosamente sus review
Namarië
Terminado el día: 23 de febrero del 2005, a las 11:49 am (Saben algo, llevo escribiendo el final de éste cap desde las 00:15 am, casi 12 horas escribiendo, no dormí en toda la noche... diganme aunque sea que les ha gustado un poquito, por favor...)
