Todos los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi, hago esto sin fin de lucro por ello no incurro en ningún delito, aclarado esto aquí vamos

"Meeting"

Por Mimi Chan

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Algún día cuando el tiempo no sea tiempo y volvamos a encontrarnos…

Capitulo 1:

"Te volveré a encontrar"

Japón

En un tiempo donde las guerras eran muchas entre las mismas aldeas, donde solo el más fuerte sobrevivía y el mejor entrenado vivían dos familias distintas que compartían un mismo fin, el de unirse en una sola y crear con esta unión una dinastía de combate, la mejor en todo Japón. Era un condado pequeño llamado Nerima. Ahí vivía la familia Tendo, una de las familias más importantes e influyentes en todo Japón. El jefe de la familia había tomado una decisión muy importante: la menor de sus hijas, Akane, debía contraer nupcias y prepararse ante un futuro importante. Era la menor de todas sus hijas y por ello en ella recaía la responsabilidad de la descendencia. En su linaje, sus otras dos hijas Kasumi y Nabiki ya había contraído matrimonio con gallardos senshis de la región, ella era la única aún sola y eso le preocupaba, sabia que era muy joven tenia solo 16 años pero el hombre temía que él muriera y dejarla sola. Él ya era un hombre anciano y ella estaba sola, además, no sabía quien de sus yernos seguiría con su legado. El esposo de su hija Nabiki era en suma violento y muy ambicioso y el esposo de su hija Kasumi era un hombre de paz, un senshi muy pacifico para su gusto, pero buenos esposos para sus hijas, después de todo las hacían en suma felices y eso era suficiente, pero no para ser su heredero. Su hija Akane no se veía en decisión de tomar un esposo, por ello se vio obligado a tomar tal decisión apresurada para proteger a su hija y su legado.

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Una noche en que toda la familia se había reunido para la cena, el padre tomó la palabra y anunció algo importante.

Familia, escúchenme por favor - todos guardaron silencio. Su esposa, hijas y yernos prestaron atención - como ven soy un hombre viejo y cansado, sé que muy pronto moriré, pero aun hay algo que me preocupa y necesito resolver antes de morir.

¿Que es, padre? – dijo Akane la menor.

Tú – dijo mirándola seriamente.

¿Yo? – dijo asombrada.

Sí tu. Tienes edad suficiente para contraer matrimonio y veo con tristeza que no muestras interés en ello, así que he tomado una decisión… en una semana llegará un gran amigo mío a visitarme, él tiene un hijo de la misma edad que tú, un hombre entrenado para ser un gran senshi desde su nacimiento y he decidido… que te casaras con él.

Pero…

No hay peros, lo conocerás, veras que es un hombre íntegro y te tomará por Chakusai, es lo mejor para ti.

Está bien padre – dijo su hija agachando la cabeza en señal de consentimiento.

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La semana que pasó fue muy dura para Akane. Siguió un "entrenamiento" muy arduo para prepararla para su vida de mujer casada; se le enseñaron cosas como lavar, cocinar de la mejor manera y cómo hacer feliz a un hombre "en todos los aspectos" (sí también el que se imaginan). Tomaba con agrado las enseñanzas de su madre y hermanas pero temía enormemente el final del entrenamiento.

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Finalmente la mañana del arribo del amigo de su padre llegó. Ella estaba muy, muy nerviosa, su padre le había dicho que él era un hombre apuesto y al menos eso era un alivio, quizá no fuera tan malo y si lo era estaba segura de que padre no le permitiría tomarla por Chakusai. Lo conocía, y conocía también a su madre. Ella la ayudaría, estaba segura.

Esa mañana no probó el desayuno, simplemente no podía, el arroz se haría pelotas en su garganta y se ahogaría con el primer bocado, así que ni siquiera lo intentó. Dieron así las 10:00 AM y llegó un trío ante la puerta de la mansión Tendo. Akane estaba en el patio trasero, las visitas pasaron, entonces en toda la casa llegó la magia en una forma completamente sutil de uno de los personajes, invadiendo todo el lugar. Él había llegado atraído por algo más poderoso que él mismo, lo sabia. Solo esperaba con expectación poder encontrarlo. Una de sus hermanas llego al patio trasero hablándole a su pequeña hermana:

Akane, las visitas han llegado.

Akane, ante al noticia, se heló, no podía moverse, estaba muy asustada. Había llegado, finalmente había llegado esa persona tan esperada, tan respetada, tan temida.

... -"ya llego, ya llego, y ahora que hago"

Konichiwa – ella oyó una voz varonil y fuerte a su espalda, pero no pudo contestar, estaba realmente asustada y nerviosa – yo soy… - la voz de ese chico se oía muy nerviosa también – bueno yo… vaya esto es difícil…- dijo mas para sí que para ella, y luego le dijo con timidez – podrías voltear por favor.

Si - ella lentamente volteó y lo vio a la cara. Se vio impresionada por unos hermosos ojos azul grisáceo que la miraban de una manera muy especial, como asombrados, divertidos, alegres. No supo nombrar esa mirada y sonrió. Entonces ella también sonrió, como si estuviera aliviada.

Ambos exhalaron un suspiro al mismo tiempo.

Konichiwa – dijo inclinándose haciendo una reverencia - Yoroshiku onegaishimasu

Ni yo- dijo con amabilidad- yo soy Ranma Saotome.

Yo soy Akane... Akane…

Tendo, ya lo sabía.

Y yo que tú eras un Saotome – dijo con una amplia sonrisa. Y ambos soltaron una carcajada muy sonora. Después ella exhaló un hondo suspiro y dijo – cielos, le hemos estado esperando toda la semana, es un gusto tenerlos en nuestra casa Okaeri nasai

Muchas gracias, nosotros también. Mi padre, mi madre y yo hemos estado esperando este momento, el viaje ha sido muy largo desde Okinawa para llegar… - pensó "a ti" – aquí.

Entonces será mejor que entremos a casa necesitamos descansar.

Ambos entraron y vieron a sus padres enfrascados ya en una interesante plática

Konichiwa Yoroshiku onegaishimasu – dijo arrodillándose haciendo una reverencia de respeto – me da mucho gusto que hayan llegado con bien a su casa.

Muchas gracias, Akane, eres muy amable –le dijo el padre de Ranma.

Bueno, deben estar muy cansados ¿desean comer algo y descansar? – dijo su hija mayor.

Claro, tenemos mucha hambre – dijo Ranma con simpatía, y se dirigió a Akane – onegai Akane San

Arigato

Así se sentaron en la mesa a comer. Ellos de vez en cuando se miraban a escondidas, calibrando cada uno cuanto le había agradado la otra persona. Era increíble la afinidad mutua que era mucha e inmediata. Cuando sus miradas chocaron, ambos se sonrojaron bastante. Sus padres los observaban con una gran felicidad, fue así que decidieron hablar al terminar la cena.

La palabra la tomo el padre de Akane:

Bueno muchachos, saben por que nuestras familias se reunieron ¿verdad?

Si, padre – dijo Akane.

Si, papá – respondió Ranma también.

¿Que es lo que piensan?

Bueno… - dijo ella – nosotros no nos conocemos bien y me gustaría conocer a mi futuro sushin antes de contraer matrimonio – dijo agachada y sonrojada, solo esperando que él no lo tomara como un rechazo.

Lo mismo digo – dijo para alivio de Akane.

Muy bien, lo considero razonable – dijo el señor Saotome.

Muy bien muchachos, les daremos el tiempo suficiente para conocerse… sin mas, bienvenidos a nuestra familia, Saotome.

Muchas gracias – dijo Ranma mientras su padre se abrazaba con el padre de Akane y sus madres y hermanas hacían lo mismo.

Lo mismo digo, bienvenido a nuestra familia – le dijo Akane con amabilidad cuando la miró.

Arigato – aprovechó para decirle ya que nadie los miraba – Akane - san ¿podría hacerme un favor?

Si está dentro de mis posibilidades.

¿Podría usted salir hoy en la noche cuando todos estén dormidos?

… - lo miro intrigada no pensando lo mejor.

No me malinterprete, por favor- dijo como leyendo dentro de sus ojos – solo me gustaría que pudiéramos platicar para conocernos mejor... bueno es mi iinazuke y me gustaría conocerla muy bien, y si fuera posible que no nos interrumpieran.

Será un honor – dijo con una linda sonrisa

Arigato atarashi

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Así la familia Tendo fue conducida a las habitaciones de huéspedes que tenían preparadas para ellos antes de su llegada. Toda la intención era descansar pero al menos uno no podía… sabia lo que iría a encontrar a esa casa y lo que esa chica significaba y quién era antes de conocerla siquiera, pero nunca imaginó que la reconocería tan rápido su corazón, era increíble como con una simple mirada de esos ojos marrones tan expresivos, tan profundos, tan bellos, simplemente al cerrar sus ojos ahí estaba de nuevo, mirándolo con esa alegría que surgió después de un solo minuto de miedo que vio al voltear a verlo en el jardín, simplemente no podía evitar sentirse invadido por una emoción tremenda al recordarlos… y al verse reflejado en ellos, supo que su corazón no lo engañaba, al llegar él a esa casa, sabia que no podía ser una coincidencia que lo que sintió al escuchar la primera vez su nombre, ese reconocimiento inmediato de ese nombre, solo se podía deber a una cosa… ahora estaba seguro… la calidez de su presencia al entrar a la misma puerta de aquella mansión, reconociendo a la suya, no podía ser solo una casualidad… como lo supo desde que salió de las mismas puertas de su propia casa emprendiendo ese largo camino de dais enteros… esa energía desde ese lugar tan lejano lo llamaba, lo exigía, esa magia proveniente de tierras tan lejanas que había activado al pronunciar el nombre de al hechicera de tan poderoso conjuro… Akane Tendo.

Mientras en otra habitación de la gran mansión había otros ojos abiertos esperando la media noche Akane no podía, no quería cerrar los ojos solo esperaba que todo fuera afuera de su habitación oscuridad para ir de nuevo a él, no comprendía como con solo una mirada él la había puesto en una especie de hechizo, cerraba un minuto sus ojos y en lugar de que la invadiera el suelo la invadían la profundidad de sus ojos, esos ojos azul grisáceos tan hermosos, todos sus miedos con esa mirada y su presencia se había disipado, él era apuesto tremendamente apuesto, de una piel morena clara, apenas quemada por el sol, alto de un cabello negrísimo cual tinta, largo como acostumbraban los guerreros de esa época pero no descuidado y mal tratado como todos los hombres que no tenían mente mas que para el combate, él no, él se veía un guerrero experimentado, fuerte tal y como su musculoso cuerpo lo evidenciaba pero había algo mas… su presencia, su porte, su distinción, era mas que un guerrero, era una mezcla de fuerza con encanto; Fuerza con gallardía. Por un momento pensó "la mezcla de un hombre con un ángel" se sentía ansiosa completamente de estar de nuevo con él, de conocerlo, de dejarse enamorar hasta el cansancio por ese hombre que se veía capaz de enloquecer a cualquier mujer… y ella había sido elegida como su prometida, se sentía ahora feliz, solo quería dejarse invadir con esa magia que él había traído a su llegada y por al cual se sentirá hechizada, como si desde antes de que su nombre siquiera fuera pronunciado ella ya lo esperara… su nombre… su nombre, Ranma Saotome.

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Así la noche empezó a caer lentamente, demasiado lento para los dos jóvenes que la esperaban. Pero llegó por fin la media noche, con su negro manto iluminado por estrellas y una luna creciente que dejaba todo en semipenumbras. Apenas se durmió la demás gente en esa casa, salió un chico de camisa china azul y se montó sobre un árbol a esperar, a esperar que llegara esa alquimista de nuevo y lo volviera a embrujar con sus ojos. Y pronto llegó ella, radiante, vestida de blanco y peinada, soltando su largo cabello color añil azabache, haciendo un contraste insólito con su atavío. La noche la cubría con su túnica de sombras, haciéndola lucir más bella de lo que él no creía posible. Pensó por un momento:

"¿Ella se habrá arreglado así…para mi..? Eso no es posible" - sin mas, bajó y se colocó delante de ella que lo recibió con una afable sonrisa - Konwan Ba – dijo mirándola con agradecimiento y alegría – gracias por venir.

Konwan Ba, se lo dije es un honor –dijo mirándolo con alegría.

No tienes que llamarme con tanto respeto, por favor llámame por mi nombre.

Solo si accede a dejar de llamarme Akane–san, me gustaría mucho más un Akane-Chan, si es posible.

Por supuesto Akane-Chan.

Gracias… Ranma – dijo sonrojada por sus pensamientos - "cielos, se oyó tan bonito mi nombre en sus labios y el suyo en los míos"- quiso exhalar un suspiro pero lo reprimió y le dijo – y bueno¿por donde quieres empezar?

No lo sé, dímelo todo – dijo con profundo interés invitándola a sentarse en una piedra en forma de banco, cerca del estaque koi – dímelo todo, me gustaría conocer toda tu historia.

Muy bien, entonces será mejor que si nos sentemos – dijo esto y se sentó en la piedra él, en la misma posición que tomara un niño, se sentó a sus pies y se cruzó de piernas, mirándola atentamente al rostro, cual chiquillo preparado para escuchar una historia.

Así ella comenzó a hablar, de su infancia, de sus juegos, de su familia, de hermanas, primos, vecinos, de anécdotas de niña feliz, de raspones de rodillas, de caídas de árboles, de cosas tan sencillas que en ocasiones ambos soltaban risas divertidas al darse cuenta que habían pasado por lo mismo. Ranma se veía atrapado de nuevo ahora por su mirada feliz al rememorar su vida, por su melodiosa voz, por su contagiosa risa, a veces el sonido de su voz se perdía en el aire dando solo cabida al movimiento de sus labios… sus labios… sus labios que estaban empujándolo minuto a minuto hacia un deseo que crecía cada minuto más y más, el deseo de dejarla callada, con un beso. Dentro de poco, sus palabras ya no serían necesarias, llegaban a su cabeza sin la necesidad de pasar por sus sentidos, era como si fuera solo una historia repetida una vez mas, como si toda su vida que ahora le contaba él ya la conociera, a pesar de haber conocido a esa chica solo hace pocas horas… el relato, después de algunas horas y para pesar de él, terminó.

Pero mi vida no debe compararse a la tuya – ella estaba aun sentada en la piedra cuando él noto que se frotaba los brazos, era ya muy de madrugada era normal que tuviera ya frío.

¿Tienes frío? – dijo, y se oyó preocupado en su voz - ¿quieres una manta?

Un poco, pero no te preocupes, si vas por una manta podrías despertara alguien, no te preocupes.

Toma - dijo quitándose la camisa. Debajo tenía una camisa más ligera, blanca, sin mangas, y se la dio- puedes enfermar.

Pero tú también – dijo preocupada también.

No importa, estoy acostumbrado.

Será mejor que entremos – dijo, y se cubrió los hombros con la camisa - "este aroma…cielos este aroma" – ¿gustas un poco de té?

Claro – se levanto de su sitio y le extendió la mano – vayamos.

Muy bien – dijo tomándolo de la mano que le ofrecía.

Llegaron a la cocina que estaba alejada de las habitaciones, al igual que la sala de té. Sobre el hogar había una pequeña tetera con té caliente; ella la tomó con cuidado y sirvió el té en dos tazas.

Kasumi tiene un poco de problemas para dormir y usa este té, dice que le ayuda a conciliar el sueño.

Él la miró como si no necesitara la explicación pero agradeciéndola.

Bien, mi turno.

Él comenzó a hablar de su infancia, de sus entrenamientos desde pequeño para ser un guerrero de lo que con honor llamaba su arte "el Musabetsu Kakuto Ryuu", de sus viajes por el mundo, pasando desde China, Asia, Europa, e India, donde había aprendido muchos misterios de esa tierra y técnicas sorprendentes. A Akane le sucedió un fenómeno similar al de Ranma al escucharla; ella se perdió en sus palabras, parecían tantas cosas para solo un muchacho de 16 años. Tenía un vida excitante: Había conocido a tantas personas, había aprendido tantas técnicas… no consideraba que pudiera existir un hombre más perfecto; era educado, inteligente, alegre, divertido, y al mismo tiempo un naito serio y kandai. Estaba hechizada como una serpiente por el sonido de la flauta de su encantador, solo que este era mucho más poderoso, pues el solo reflejo de sus ojos, el sonido melodioso de su voz, que con la alegría y misterio de sus palabras daban la sensación de escuchar un namiwa-bushi hermoso, sintió en ese momento que podría escuchar esa voz y sentirse atrapada por ella felizmente toda su vida. Así pasó la noche casi completa, tomado el té a ratos pero con el peso de la falta de sueño en sus ojos. Akane, a pesar de que se resistía, pues no quería dejar de escuchar la voz de su ahora prometido, se le cerraban los ojos. Ranma, por supuesto, lo notó y vio tras la puerta de la sala de té hacía el horizonte que las primeas rayas del sol empezarían a colarse en cualquier momento, pues el cielo estaba muy negro, síntoma natural de que eran las ultimas horas de esa noche.

¿Estás bien? – dijo al ver su rostro un poco cansado por la falta de sueño.

Ahaaa, si, no te preocupes, es solo que nunca me he mantenido tanto tiempo despierta.

¿Quieres ir a dormir?

No – dijo ansiosa – continua, por favor.

Está bien, pero creo que iré ahora por la manta, hace mas frío.

Ve con cuidado, papá tiene un oído muy sensible y quizá nos reprendería por quedarnos tanto tiempo despiertos, tú necesitas de tu sueño como guerrero.

Iré despacio, no te preocupes.

Hay una manta en todas las habitaciones.

Entiendo, enseguida regreso.

Él subió las escaleras con cuidado y entró a la habitación que había sido preparado para él, tomó la manta sobre su cama y bajó con el mismo sigilo. Al entrar de nuevo a la sala de té encontró a esa chica dormida. Había tardado solo un par de minutos pero era obvio que ella tenia mucho con un terrible sueño. La vio ahí dormida, en una forma extraña, solo sentada sobre el zabuton, y con la cabeza colgando sobre su hombro derecho, en una posición sumamente incomoda, pensó enseguida. Él se acercó a ella y la miró a la cara, se veía tan placida, tan serena, tan bella en una forma diferente a cualquier mujer que en su vida haya visto, y era suya… en una forma extraña sabía que esa chica le pertenecía, había sido hecha para él, lo sentía dentro de su corazón. La abrazó y recargó su cabeza sobre su propio hombro, y ella, al recobrar una posición más cómoda, esbozó una sonrisa tranquila.

"Cielos, se ve muy linda cuando sonríe" - la acunó junto a él y la cubrió con la manta.

Se sentía tan bien el contacto con su cuerpo, cálido, delicado, femenino… poco después, él también sucumbió al sueño, y ahí, en la sala de té, se quedaron profundamente dormidos. Recostados, abrazados sobre los cojines en el piso, tan dóciles, tan dulces… los únicos espectadores de tan tierna escena fueron sus padres, que despertaron al escuchar ruidos y bajaron a averiguar, y vieron con satisfacción la situación delante de ellos.

Señor Saotome, pues creo que usted y yo pronto seremos familia.

Lo mismo pienso. Señor Tendo – dijo en un tono de voz muy bajo – será mejor que nos vayamos o podríamos estropearlo todo.

Tiene razón.

Así ambos se fueron y dejaron a una pareja dormida y una sensación de alegría en el corazón por ver un sueño convertirse poco a poco en realidad.

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Un par de horas después, los rayos del sol finalmente surcaban el horizonte, alumbrando con suavidad la sala de té. Los rayos llegaron directamente hacia la pareja ahí dormida. Primero golpeando los ojos de Akane, que por el brillo empezó a despertar, lentamente, aun estaba somnolienta, y duró un par de minutos semidormida, hasta que percibió un aroma desconocido, muy agradable, atrayente, pero desconocido y una respiración… ¡UNA RESPIRACIÓN! Fue entonces cuando abrió los ojos completamente y se dio cuenta de su posición: estaba entre los brazos de su prometido y ella… también lo abrazaba ¿pero como¿Cómo habían quedado en esa posición tan comprometedora¿Cómo se atrevía ÉL? O ¿cómo se había atrevido ELLA? Eso no era posible, ella no era… entonces un movimiento en el cuerpo de él la desconcertó. Se movió un poco, aferrándose un poco más a ella desde su cintura y su cuello, donde la tenía fuertemente aferrada. Ella se asustó ¿qué pensará de mí si me ve así? Y ¡DESPIERTA¡NO! Ella cerró sus ojos y se hizo la dormida. Él despertó cuando los rayos del sol cubrieron sus ojos y lo obligaron a abrirlos. Al despertar sintió enseguida una fuente de calor a su lado que él sí reconoció. El aroma de los cabellos azules desparramados sobre su brazo derecho lo embriagaba y ese aliento sobre su pecho, donde la chica en sus brazos tenía oculto su rostro, fue inconfundible para él, a pesar de ser la primera vez que lo percibía de verdad. La miró con una ternura infinita:

Definitivamente podría acostumbrarme a esto… creo que podrá a llegar a gustarme mucho.

Ella lo escucho y sonrió para su adentros solo sintiendo como él la estrechaba aun más cerca.

Mmmm – exclamó antes de que, sin remedio, su cuerpo comenzara a temblar… de miedo… de emoción… de frío.

Él, al notarlo, la tomó en brazos y subió con ella al segundo piso, cuidando que nadie pudiera verlo. La llevó a su habitación y la colocó sobre su futón, dándose una última oportunidad de mirarla así. Ella se acurrucó sobre su cama, sintiendo como él con dulzura acariciaba su cuello y sus cabellos con suavidad sin poder evitar temblar.

Pobrecilla, ojalá no enferme – se acercó a ella y le dio un beso en la frente - Oyasumi nasai- se levantó y la miró una última vez desde la puerta de la habitación – creo que esto realmente puede funcionar – así salió de la habitación.

Yo también - dijo ella para sí, ocultándose bajo sus sabanas y cerró sus ojos, esperando que el sueño pudiera alcanzarla.

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Así paso toda una semana. Ellos salían todas las noches a platicar y conocerse un poco más; primero se convirtieron en afables amigos, dando cabida a la sensación de estar juntos, y en cuestión de una semana estaban profunda y realmente enamorados. Sus padres, que se dieron cuenta, estaban realmente felices por el hecho de que sus familias y sus dinastías quedarían finalmente unidas por el amor de sus hijos.

Así llego el fin de semana y sus padres organizaron un día de campo. En la mañana del sábado, cogieron comida y emprendieron camino a un parque cercano a Nerima, llegando a un lugar hermoso. La pareja de jóvenes decidió explorar por su cuenta mientras toda al familia terminaba de desayunar. Estando juntos todo les parecía bonito. Ranma venía pensando hace tiempo en declararse finalmente a su prometida, la amaba profundamente. Su energía y su cariño habían hecho que poco a poco se enamorara cada día mas de ella, de sus sonrisas, de sus ojos, de su calidez de…

¿Es un lugar muy hermoso no lo crees? – dijo ella sacándolo de sus pensamientos.

Si lo es.

Mis hermanas y yo veníamos aquí de niñas a jugar muy a menudo, es un lugar que me trae muchos recuerdos.

Así caminaron más y llegaron a un pequeño lago.

Mira un lago – dijo animado él pues se consideraba un hombre de agua.

Si…- dijo sin más animo.

¿Que pasa?

No me gusta el lago, me da miedo.

¿Por qué?

No lo sé, solo no me gusta mucho el agua y no sé nadar. Se han ahogado un par de personas ahí, no me gusta.

Me acompañarías a dar un paseo en bote.

Yo…

Anda, di que si – dijo, y tomándola de la mano con suavidad - no permitiría que te pasara nada malo, confía en mi.

Bueno…- él apretó un poco mas su mano – está bien.

Así él consiguió una lancha y se internaron a la mitad del lago. Ella miraba todo el tiempo desconfiada el agua debajo de la lancha. Él se sentía un poco culpable de llevarla contra su voluntad, pero ese era un lugar que realmente estaba solo, y, como se lo había dicho, no permitiría que nada malo le pasase. Como si las mismas fuerzas de la naturaleza quisieran ayudarlo, una corriente de aire frío y fuerte sopló frente a la lancha, moviéndola, y ella se asustó muchísimo y se abrazó de inmediato a él, muerta de miedo, murmurando algo de que no sabía que hacía ahí… Él se vio sorprendido de pronto por la cercanía de esa chica, inundándolo de un calor especial… ella fue consciente en un minuto de la cercanía que ella misma había provocado entre su prometido y ella, y se sintió muy nerviosa, pero no quiso separarse de él. Pasaron un par de minutos, el viento ya se había detenido pero ellos seguían abrazados. La sensación de estar así de juntos los llenaba de una extraña paz interior indescriptible, como si de pronto algo dentro de sí, dentro de su alma, reconociera al otro y les hiciera sentir que necesitaban estar juntos, que necesitaban inundarse el uno al otro por esa paz… y que eso debía ser eterno. De pronto casi como un susurro ambos dijeron al mismo tiempo:

Akane…

Ranma…

Él agacho su rostro y con la punta de su nariz acarició la frente de Akane, lo que la hizo voltear a verlo y toparse en primer instancia con sus ojos, con sus ojos azules, cautivadores, y reconocer por primera vez y con toda la felicidad de su corazón, cual era el secreto dentro de ellos, qué era ese sentimiento que los cubría cuando la miraba a ella… ese sentimiento tan confuso y tan complicado pero al mismo tiempo, entero y poderoso… era amor, todo el tiempo había sido amor. Con suavidad tomó su barbilla con una mano y la besó, con delicadeza, con dulzura, olvidando por un minuto todo y todos a su alrededor, dejándose embriagar por el sabor de su aliento dulce y delicioso, haciéndola suya finalmente… completamente… como sellando una promesa no pronunciada con ese beso. Lentamente se separó de ella y la miró de nuevo a los ojos. Ela lo miraba llena de felicidad y él, lo primero que dijo fue:

Ai shiteru – muy suavemente y dejándola helada.

Ranma…

Desde el primer momento que te vi, desde la primera vez que escuché tu voz, desde que me vi reflejado en tus ojos, te amo, desde el momento que te vi no hay otra cosa en mi mente cuando cierro mis ojos, solo tu imagen, tus ojos, kimiwa egao, nada ocupa mi mente si no eres tú. Desde el momento que te conocí, nada mas me importa sino estar contigo y deseo que eso sea toda mi vida.

Yo… yo también no puedo sacarte de mis pensamientos, tu voz, tu mirada, - dijo igual de dulcemente, llenándolo a él también de felicidad - ai shiteru, con toda mi alma.

Akane… - Solo dijo su voz en un susurro entes de volverla a besar.

Pasaron hay toda la tarde abrazados, profesándose amor incondicional, haciendo planes de un futuro juntos, felices… pero el tiempo alrededor de ellos no se detuvo, siguió su marcha haciéndolos volver a tierra.

Será mejor que regresemos, podrían estar preocupados por nosotros.

Si tienes razón volvamos.

Así entregaron el bote y fueron de regreso con su familia, que tenía tiempo esperándolos. Ya habían acabado de comer y volverían a casa, mas al verlos volver con esa mirada y tomados de la mano, supieron que había sido bueno dejarlos solos y no hubo un solo reclamo. Empezaron a juntar sus cosas y limpiaban el lugar.

Akane ¿podrías ir por un poco de agua al lago, para apagar el fuego? – le pidió su padre.

Claro, papá – tomo un cántaro y se fue.

Todos siguieron juntando las cosas y todo esta listo para partir solo faltaba Akane… esperaron… minutos… mas minutos… y una hora… toda al familia fue a buscar a Akane, no entendía porque no regresaba y al verla tardar tanto se preocuparon… quizá dentro de ellos no hubiesen querido hacerlo, o más bien no habrían querido encontrarla. Fueron al lago y si la encontraron, quieta, callada y mojada, pero sin su mirada ni su sonrisa. En lugar de eso solo con agua en los pulmones, tendida cerca de la orilla del lago… muerta. No cabe decir que eso fue la muerte en vida para todos los Tendo y también para Ranma Saotome. No era justo, por que esto estaba pasando, por que si le entregaron a un ángel ahora se lo devolvían así, sin vida, por que cuando creyó encontrar la felicidad ahora se la arrancaban así…

Todos volvieron a casa con el cuerpo frío de una hija, hermana y amor.

Fue sepultada como era la costumbre de la familia y el tiempo pasó… muy lento… doloroso… y muerto para todos. No cabe decir cuanto le dolió a él, a su prometido, la perdida de su iinazuke. Nada tenía sentido ya para él, un consuelo fue al menos que no sufrió por mucho tiempo.

Una semana después de que Akane Tendo murió lo hizo Ranma Saotome. Solo dejó que el tiempo lo matara. No comía, no dormía, no vivía más… solo entrenaba y lloraba, solo desgastó su cuerpo lo suficiente para poder seguir a su alma que ya se había ido de él hacía mucho, siguiéndola a ella… una mañana solo amaneció el cuerpo sin vida de Ranma y a un lado de él un papiro donde se podía leer:

"Sin importar cuánto tarde, cuánto me cueste… o cuantas vidas tenga que pasar, te encontraré de nuevo… te volveré a encontrar… alma mía y estaremos juntos por siempre… zattai ni makenai ha… sumpa kita

Ranma Saotome

Fin del capitulo 1

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Nota de la autora:

se de antemano que s un capitulo muy muy meloso y que posiblemente no le entiendan mucho pero creo que solo hay una solución deben seguir el fic espero no decepcionarlos mucho con este fic cortito en realidad ya que lo he analizado con dedicación , unos capitulo mas largos otro mas cortos pero bueno, ya tendrán tiempo de quejarse conmigo todo lo que quieran por ello siempre pongo mi correo en los fics que no les de pena a mi me encanta recibir criticas de todo tipo y este proyecto al que le dedique un buen rato espero y no lo dejen pasar por alto

ahora si voy con los significados de las frases dentro del fic

Chacusai: esposa

Senshi: guerrero

Konichiwa: buenos días

Yoroshiku onegaishimasu: estoy feliz de conocerte

ni yo : también

Okaeri nasai: bien venido a casa

onegai Akane San : por favor señorita Akane

Arigato: gracias

Inazuke: prometida (o)

Arigato atarashi: gracias nuevas o gracias otra vez

Konwan Ba : buenas noches

Koi : el estanque ese donde toda al vida lo tira su padre

Naito: caballero

Kandai: Es un adjetivo que en Japón se usa para llamar a una persona inteligente, generosa y de mente despejada.

namiwa-bushi: poema cantado

zabuton. Los cojines eso donde todo el tiempo están sentados en la mesa

Oyasumi nasai: dulces sueños

ai shiteru: te amo (según dice lo que encontré mucho mas fuerte que suki da yo )

kimiwa egao: tu sonrisa

zattai ni makenai ha: nunca me daré por vencido

sumpa kita: te lo prometo

no se si por ay se me escapo alguna pero si lo hice solo díganmelo bueno eso si les interesa saber la mayoría son clásicas y otras se entienden bien con el contexto

bueno me despido espero que sigan leyendo este fic que esta interesante aunque no lo crean lo que sigue es una de las partes que mas me gusto por favor ESCRÍBANME sus criticas me ayudan a escribir o al menos intentar escribir cada día mejor por favor dejeme un review

bie lao Mimi Chan