Diclaimer: Los personajes que utilizo en este fic, salvo alguno que otro que han salido de mi retorcida mente, pertenecen a la más grande mangaka del mundo, la sensei Rumiko Takahashi; aunque admito que no me molestaría quedarme con Ranma un fin de semana

"Una Extraña Obsesión"

(by Lady Verónica Black)

Akane Tendou se sentía muy orgullosa de sí misma, había logrado centrar su vida en su profesión, en su familia y mantenerse alejada de todo lo que pudiera llegar a herirla. Ella sabía desde pequeña que aunque las personas siempre andan en busca del amor este era capaz de provocar daños irreparables. ¿Quién iba a decirle que todas sus teorías y precauciones se iban a ir a la basura de la mano de un hombre que físicamente era todo lo que una mujer podía desear, pero que ocultaba un interior frío y calculador?

- Capitulo Dos -

-"El restaurante queda en Av. Fallow 5476… ¿cree que podrá encontrar el lugar, o le envió un auto?"

La voz era aun más fría de lo que recordaba, pero ella estaba tan aliviada de haberla vuelto a escuchar que no le interesaba si era fría, cariñosa o irónica.

-"A la una estaré ahí mismo, señor. Y no se preocupe que no necesito ayuda para llegar."

-"No me cabe la menor duda de que podrá llegar sola" –replico él, y antes de que Akane pudiese discernir que era lo que había querido decir con aquello, Ranma Saotome ya había colgado.

Akane miro su reloj, quedaba exactamente una hora y cuarenta y cinco minutos para su almuerzo con Saotome. Una gran sonrisa se formo en sus labios, estaba tan feliz que se levanto de un brinco de su silla, incapaz de seguir trabajando en esos informes de perdidas y ganancias con los que había estado toda la mañana.

El fin de semana había sido todo menos tranquilo. Entre la mudanza, los lamentos de Shampoo por tener que vivir en pecado con Mousse, una pareja que no podían sacarse las manos de encima ni por un segundo, un par de gemelos de año y medio que creían que las tías eran solo personas que vivían para jugar y comprarle golosinas a sus sobrinos, y su traicionera mente que no dejaba de revivir la aparición de Ranma Saotome en su casa, todo eso en conjunto había logrado que ese lunes por la mañana Akane Tendo diera lastima.

Además, no había sido capaz de concentrarse en su trabajo en todo el día, no podia dejar de pensar como iba a hacer para enfrentarse a ese odioso sujeto y aclararle toda la situación.

En verdad lo que él pensara de ella como persona le interesaba muy poco, al fin y al cabo, solo mantendrían una estricta relación laboral. Pero saber que él la consideraba una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, que hacia horas extras en un negocio poco ortodoxo, que vivía con personas a las que él creía eran proxenetas y con dos hijos bastardos de padre desconocido… era una muy poco agradable.

Así que aquella inesperada invitación a almorzar era la respuesta a todas sus plegarias. Tras asegurarse con Saiko, su asistente, que todo estaba bajo control, volvió a entrar a su despacho, recogió su cartera y se dirigió al baño de mujeres del piso mucho más aliviada que horas antes.

Se quito el saco de corte negro, se desabotono un par de botones de su camisa celeste y se lavo vigorosamente la cara y las manos con agua tibia.

Saotome debía haber embocado aquella reunión para ponerla al corriente de su situación financiera personal, ya que al realizar las declaraciones de todos los directores de su empresa entraría también dentro de sus funciones, claro, Saotome no era ningún tonto. Mientras que el trabajo sucio lo haría ella y su equipo, el merito se lo llevaría Luke, y seguro que Saotome queria tratar también con ella directamente, proporcionándole sin querer una oportunidad de oro para explicarle que la opinión que se había formado sobre ella era errónea.

Porque no solo no era sexualmente promiscua, sino que no había tenido un solo novio en toda su vida. Un par de amigos sí, pero a todos les había dado el no por respuesta cuando la cosa había empezado a ponerse demasiado seria.

Eso obviamente no pensaba decírselo. Su trauma con los hombres no eran problema de Ranma Saotome. Y no es que fuera exactamente un "trauma", se decía mientras se aplicaba un poco de crema hidratante en el rostro. Prefería considerar a su estado de celibato como una decisión racional a la que había llegado tras sopesar los pros y los contras.

Sabia muy bien que el amor podía destruir a una persona y, aparte de que no queria correr ese riesgo, valoraba muchísimo su libertad e independencia. Había trabajado muy duro para conseguirlas, y no tenia intención de perderlas.

Volvió a abrocharse los botones y a ponerse el holgado saco oscuro. Ni un solo pelo se le escapaba del serio moño que llevaba en la nuca, su rostro estaba fresco y sin ningún atisbo de maquillaje. Todo su cuerpo emanaba eficiencia y seriedad, solo un brillo muy especial en sus grandes ojos castaños delataba su excitación ante aquella reunión.

Decidió ir caminando hasta el restaurante. Era una preciosa mañana de junio, pero debía ir tranquilamente sino queria llegar toda sudorosa.

Mientras caminaba por una de las avenidas más transitadas de Tokio no pudo evitar pensar en la prometida de Ranma Saotome. Instintivamente casi con una intuición femenina que la asombro, supo que Stephanie Wrigth tendría que ser una mujer muy fuerte para poder manejar la presencia casi intimidante de Ranma Saotome. Él se llevaría por delante sin ningún reparo a una mujer débil, la dominaría por completo… y lo más seguro es que terminaría por despreciarla.

No conocía a la hija de millonario empresario John Wrigth, y era muy poco probable que algún día llegase a hacerlo, pero se imaginaba a una mujer brillante, sofisticada y hermosa. Sin duda tendría que serlo para haber atraído a un hombre como Ranma Saotome. Y si era así, no cabía duda de porque para su jefe, Luke Taylor, la consideraba una bruja, porque por lo general a hombres como él las mujeres fuertes y con carácter los hacían sentir inseguros.

Ranma Saotome era la clase de hombre que respetaría a una mujer fuerte, considerándola un igual. Su matrimonio con Stephanie Wrigth no serviría para cimentar su puesto en la empresa, sino porque estaba locamente enamorada de su novia.

Y la razón por la que esa conclusión le había secado la garganta y paralizado las piernas, era algo que no tuvo tiempo de analizar porque a su izquierda un edificio blanco y con grandes ventanales de cristal llamado "Marco" le aviso que había llegado a su destino. Se tomo un segundo para enderezarse el traje, pasarse las manos por la sobria y larga pollera negra, tomar aire profundamente y enderezar los hombros. Cerro los ojos, suspiro, adopto una expresión serena y entro al restaurante.

Él ya había llegado, el mozo la acompaño a una mesa para dos en el fondo del lugar, al parecer era la zona VIP del restaurante. Al verla llegar, se puso de pie y Akane se sonrojo ligeramente por culpa de aquel asqueroso malentendido… que esperaba poder aclarar.

-"Gracias por dedicarme parte de su tiempo, señorita Tendo." –dijo él con una voz sin matices y la mirada baja.

Sin duda era muchísimo más alto que ella, de golpe se sintió intimidada. Aquel tipo debía medio un metro noventa y sin duda alguna su físico era igual de impresionante. Por su aspecto parecía ser un hombre rudo, mezquino, malhumorado, arrogante, y sin duda alguna…. MUY sexy.

Akane se sentó rápidamente porque las piernas estaba volviendo a fallarle. Lo vio sentarse frente a ella y llamar al camarero. La muestra inicial de cortesía desapareció cuando oyó pedir por lo dos aguas mineral, una sopa de zapallo y una ensalada verde, cuado ella estaba pensando en comer algo con más carbohidratos que una lechuga.

Pero no había ido allí por la comida, además mirando la situación desde su punto de vista él la consideraba la clase de mujer que no se merecen demasiado en cuanto a cortesía se refiere, así que aquel momento era perfecto para aclararlo todo.

Akane hizo ademán de empezar a hablar, pero él la cortó con un tono mucho más frió del que tenia derecho a ser.

-"Antes que hable con sus superiores, he pensado que lo justo es que le comunique que tengo la intención de pedir que no sea usted la que lleve la cuenta de Wrigth y Grantham."

-"¡No puede estar hablando en serio!"

El tenedor que tenia en la mano se le cayo sin haberse dado cuenta. Su carrera en Halrike Hopkins mordería el polvo a partir de ese momento. Los clientes con tanta influencia como Saotome no hacían esas peticiones si no tenían motivos fundados con anterioridad.

-"Siempre hablo en serio, señorita –hizo una pausa para dejar que el camarero recogiese el tenedor que se le había caido al suelo y lo remplazara por otro-. Pero prefiero mirar a la gente a los ojos y enfrentarla, a tener que ser una cobarde y clavarle el puñal por la espalda. Es por eso que me he reunido hoy con usted."

-"¡No puede hacer algo así!" –insistió Akane, y se hundió un poco más en la silla tras la mirada de aquellos fríos ojos azules que habrían podido paralizar a un asesino.

-"Puedo y lo haré" –replicó él, y comenzó a comerse la ensalada sin ningún entusiasmo, casi como si fuese el deber de una persona responsable alimentar al cuerpo para que este funcionase debidamente.

Akane ni siquiera pudo mirar la suya, sino que se quedo mirándolo a él, consciente de que debía parecer una estúpida, pero incapaz de sacarle la mirada de encima.

-"Su moralidad, o mejor, su falta de ella en sólo un asunto suyo, por supuesto. No tengo intención de juzgarla…"

-"¡Ni siquiera se atreva a hacerlo! Usted… es… es un…" -balbuceó, pero una solo mirada de él logro hacerla callar.

-"En condiciones normales no lo habría hecho, pero después de presenciar la escena del viernes, junto con el hecho de que usted halla admitido que desconoce quien es el padre de sus hijos… todo eso sumado a la forma en que parece vivir, me ha hecho llegar a la desagradable conclusión de que usted no es una persona integra. Un momento –se apresuró a decir al ver que ella pretendía hablar-. La cuenta de Wrigth y Grantham contiene información muy delicada –dejo los cubiertos a ambos lados del plato y se recostó sobre la silla-. Como, por ejemplo, nuestra fundación para la investigación, donde se están estudiando medicamentos revolucionarios. Toda esa información seria de incalculable valor para nuestros competidores. Además, tiene usted la oportunidad al alcance de la mano. Ese periodista amigo suyo, el que tenia tantas ganas de que todos se fueran juntos a la cama… ¿Todos a la misma cama, por cierto? ¿O la depravación aun no ha llegado tan lejos? En fin, como sea, esa clase de información en las manos equivocadas, en las de él y por lo tanto, en las suyas, podría hacerle mucho daño a Wrigth y Grantham."

-"¡Yo seria incapaz de hacer eso!" –explotó Akane. ¿Cómo era capaz de poner en tela de juicio no solo su integridad moral sino que también la profesional?

Ranma se limito a encogerse de hombros.

-"Puede que sí, puede que no. En cualquier caso… -dejo la servilleta sobre la mesa, dando por terminado el almuerzo-, no estoy dispuesto a correr el riesgo."

Akane se sentía como si hubiera estado peleando una pelea de boxeo y hubiera perdido en el primer round con K.O. técnico. Pero tenia que reponerse del golpe antes de que él pagara la cuenta, la dejase contemplando su plato de ensalada, y pensando en su desastroso futuro profesional.

-"Antes de que vuelva a abrir la boca, me gustaría que me diese la oportunidad de explicarme –le dijo, e ignorando el gesto de aburrimiento, le explicó cómo había llegado a la situación del callejón-. Y los gemelos son mis sobrinos. Nabiki, mi hermana, esta de vacaciones en Grecia con unos amigos. Mi padre y yo casi hemos tenido que retorcerle un brazo para convencerla de que se marchara. Ha estado trabajando muy duro para conseguir su licenciatura por un curso a Universidad a Distancia, y se merecía un descanso antes de ponerse a trabajar en la agencia Bromley. Y antes de que vuelva a acusarme de que no sabemos quien es el padre de los niños, se lo conformo yo: NO lo sabemos. –Akane se había dado cuenta que había estado levantando la voz a cada palabra que decía, inspiró profundamente antes de empezar a pellizcar un trozo de pan que ni siquiera había tocado.- Hace cuatro años cuando Nabiki tenia dieciocho años, trabajo de recepcionista en un hotel cerca de Nerima. Era solo temporal, iba a juntar dinero hasta que comenzara la universidad. Mi padre siempre ha insistido en que hiciéramos tanto acopio de educación como nos fuera posible. Él era profesor."

Por primera vez, una tímida sonrisa asomó en sus labios.

-"Estaba deseando empezar la carrera para trabajar después en algo que tuviese que ver con economía. Entonces conoció a una persona de la que se enamoro a primera vista, como suele decirse –se encogió de hombros como si ella no creyese en esas cosas-. Yo en esos momentos estaba muy ocupada con los finales de mi carrera, así que no me entere que estaba pasando, solo mi padre empezó a sospechar algo. Nabiki cada día pasaba menos tiempo en casa, y cuando lo hacia, se comportaba muy extraña- Entonces, descubrimos la verdad: estaba embarazada. El muy cerdo le había hablado de matrimonio y ella le había creído, sin duda alguna el amor vuelve idiotas a las personas –inconscientemente, su voz se endureció-. Cuando se enteró que estaba embarazada, le confesó que estaba casado y tenia tres hijos. Nunca más volvió a verlo."

-"¿Y nunca les dijo quien era él?" –le pregunto con escepticismo.

-"No. No quiso hablarnos de él. Supongo que podría haberlo localizado, haberle exigido algún tipo de ayuda, pero evidentemente no queria saber nada más de él, lo quería olvidar. Mi padre y yo la apoyamos totalmente su decisión."

-"Supongo que los gemelos lo han hecho un poco más difícil."

Un imperdonable gesto de burla se dibujo en sus labios, y Akane no pudo dejar por un instante dejarse llevar por la sensualidad que emanaba el hombre.

-"Siempre hemos considerado a los niños parte de nuestra familia. Los queremos con locura. Mi padre la ayuda a cuidarlos durante toda la semana, y yo voy los fines de semana a echarle una mano. Nadie se ha arrepentido de su presencia, los queremos muchísimo."

-"No ha mencionado a su madre ni una sola vez en todo este embrollo."

La forma en que la estaba observando y quizás el tono de su voz encendieron en ella una pequeña llama de esperanza.

-"Mi madre murió cuando era pequeña, mi padre nos crió."

Soun Tendo había consagrado su vida a sus hijas porque la muerte de su esposa lo había dejado sin otra razón por la cual vivir. Y aunque podía comprenderlo, no podía perdonarlo. Si hubiese encontrado a otra mujer, sin tener la sensación de que estaba traicionando a su esposa, no habría tenido que sacrificar su carrera, y ella no habría tenido que presenciar esos raros momentos en los que el dolor y la soledad consumían su alma.

-"Así que su padre se quedo con la poca envidiable tarea de sacar adelante a una segunda familia, y todo como resultado de la falta de control de su hija."

"¡Maldito imbécil creído y arrogante!"

Akane apretó los dientes para que no se le escapara lo que tenia en la punta de la lengua.

Las cosas no eran como él las ponía. Nabiki había sido engañada de la forma más vil posible, se había quedado con el corazón roto porque había querido a ese hombre con toda su alma y él la había traicionado. Su vida pudo haberse convertido en un desastre, pero había sido lo bastante fuerte como para no dejarse vencer. A los pocos meses su padre había solicitado la jubilación prematura para poder ayudarla con los niños y ella pudiera seguir con sus estudios. Akane iba todos los fines de semana e intentaba ayudarla todo lo que podia, desde quedarse toda una tarde con los gemelos hasta pagarle todos sus estudios. ¿Cómo podía aquel hombre atreverse a implicar que todas las responsabilidades cayeron sobre su padre?¿Cómo si Nabiki y ella se hubieran lavado las manos en el asunto?

-"¿Siempre ha sido tan moralista y sentencioso, señor Saotome? –podía darse el lujo de ponerlo en su sitio, ya que sus razones para apartarla de la cuenta Wrigth y Grantham habían quedado invalidadas-. ¿Le ocurrió algo para ser de esta forma, o es que solo nació así? –recogió su cartera decidida a ser ella quien pusiera fin a la discusión-. ¿Es que en su vida nunca hizo algo que se lamento después?"

-Ranma Saotome debía haber nacido con tosa la experiencia del mundo enterrada en su alma tan frígida, pensó. No sé lo podia imaginar vulnerable, abierto al dolor y la traición, sin embargo, a juzgar por su mirada, había tocado su fibra sensible, le había hecho recordar algo.

"Muy interesante, parece que Mr. Ice si tiene su corazoncito en algún lado."

-"Siéntese –le ordeno él en un tono casi amable-. Aun no hemos terminado."

Ella obedeció exasperada. Debía tener más cuidado en lo que le decía porque mientras más tiempo pasaba con Saotome más ganas tenia de matarlo.

-"Lo siento –se disculpó-. Creía que estaba todo resuelto. Que ya había resolvió todo."

-"Pues no. Yo sigo intentando decidir, a la luz de lo que acaba de contarme, si es usted tan valiente y generosa como quiere hacerme creer, o una mentirosa patológica –apoyó los codos en los brazos de la silla y la empaló con sus ojos azules-. La forma en que halla elegido vivir no me interesa, así que no me acuse de moralista, pero ese estilo de vida podía hacerla victima de chantaje. Y tal como le he dicho antes, en nuestra empresa hay mucha información altamente confidencial por la que nuestra competencia estaría dispuesta a pagar grandes sumas substanciales, o por la que ciertos periódicos se dejarían colgar con tal de poder publicarla en la primera plana."

Akane contuvo la respiración, intentando desesperadamente recuperar la serenidad que siempre había hecho gala y que frente a este hombre había perdido.

Su intento para recuperar la compostura debió ser muy evidente, porque el bajo la mirada y sonrió. Y él efecto en ella de esa sonrisa fue devastador. Hasta estuvo a punto de olvidarse de la opinión que se había formado de aquel hombre.

-"No tiene porque esforzarse tanto en mostrar una imagen sumisa y remilgada, señorita Tendo, porque ya he visto que su verdadera personalidad es totalmente opuesta, ¿recuerda? Medias negras de red, escote de chica de Playboy y una minifalda minúscula. Y aun así, sos ojos la traicionan. Mientras intenta mostrar una apariencia, sus ojos echan fuego cuando escucha algo que no le gusta."

"¡Maldita rata asquerosa y odiosa! ¡Ojala pudiera arrancarle es sonrisa y metersela por la garganta hasta que se ahogara!"

-"Ya le he explicado porque iba vestida así, Señor Saotome, y usted solo tendría que investigar un poco, puesto que eso se le da tan bien, para comprobar que si existió esa fiesta y quien es la verdadera madre de los gemelos. Nabiki el miércoles ya habrá vuelto de su viaje, pero si no quiere esperar tanto, estoy segura que a mi padre no le molestara para nada, hasta diría que estaría encantado, de responder todas sus preguntas sobre mi misma."

"¡Contestame esa, ja!", lo fulmino son atreverse a mirarlo a la cara, porque como lo hiciera estaba más que segura que no podría reprimir el impulso de clavarle el tenedor en el pecho.

Encima tuvo la desfachatez de encogerse de hombros, pedir la cuenta, entregarle la tarjeta de crédito al mesero y recostarse en su silla antes de volver a mirarla.

-"¿Y por qué iba a hacer yo eso? –pregunto, obviamente aburrido-. "No tendría más que dejarle los niños a su padre y aleccionarlo sobre lo que debe decirme. Estoy seguro que le haría el favor con tal de no poner en peligro el trabajo de su hija. Al fin y al cabo, ¿qué importancia tienen unas cuantas mentiras cuando hay dinero en juego?"

Akane se quedo mirando boquiabierta hasta que, de pronto, sintió como una especie de cortocircuito en su interior, se puso de pie, y plantando ambas manos en la mesa, le grito:

-"¡Hay otra forma de demostrarle que le que he dicho es verdad, maldito! ¡Acuéstese conmigo, y podrá comprobar cuan virginal soy!"

Continuara…

Nota de la Autora:

Bueno, bueno… que puedo decir, esta vez si que me he tardado bastante…. Creo que no tengo perdón, pero igual voy a intentar ponerme la corriente con este fic e intentar actualizar más seguido. Solo espero que aun quieren seguir leyéndolo. Bueno como ando muy escasa de tiempo, los voy dejando, desde ya les agradezco todos sus comentarios y mails. Un beso grande, y cuídense mucho!

Lady Verónica Black.-

PD: Que la magia los acompañe, las estrellas guíen su camino, pero más que nada griten a todo pulmón: ¡¡Viva Shaoran Li, Eriol Hiragizawa, Ranma Saotome, Harry Potter y Sirius Black! ¡¡Los hombres más tiernos y sexys que hay!"