¡Hola!

Bueno, para empezar diré que este capítulo es bastante Angst, como desmigaje una canción de Arjona y saque la trama de allí, Minutos.

Una vez, por más remota que sea la letra, me las ingenie para asociarla A mi entender. con Inuyasha.

Como ya podrán suponer, me quedo bastante neurótico y largo, como todas las canciones de Arjona.

Y como todos mis fics.

La vida como es

Mi verdad

Estaba siendo más terrible que de costumbre esperarla.

Inuyasha chasqueo la lengua por décima vez antes de arañar el árbol donde estaba sentado.

Inmediatamente se arrepintió.

Después de todo… ¿Qué le aseguraba que la chica volviera ese mismo día?

Cuando se enojaban tan fiero ella solía volverse a su tiempo por dos, tres días. Hasta que alguno de los dos se disculpaba o hacían un pacto tácito o Kagóme decidía hacer como que nada pasaba.

Claro, eso era cuando estaba Kykio de por medio.

Pero ahora había estado Kouga.

Aunque nunca había querido admitirlo, si pensaba la situación racionalmente no tenía motivos para enfadarse con Kagóme por culpa del hombre lobo.

La chica jamás le había dado esperanzas. Y si así hubiera sido, él no tenía derecho a quejarse.

Pero claro, cuando estaba en la situación era imposible pensar racionalmente.

Así que ahora solo quedaba esperar que ella volviese. Las horas se le estaban haciendo días: finalmente había descubierto que la amaba. Y tenía un miedo atroz de que esta vez la pelea fuera para siempre. Algo muy instintivo le decía que esta vez había sido diferente a las otras. A su vez, el orgullo le impedía ir a la otra época y disculparse y ser sincero. Aunque si la adolescente tardaba unas horas más, su orgullo acabaría por irse por el caño.

Restaba esperarla, odiando y amando esa espera, que se le hacía la pesadilla materializada y le daba oportunidad de pensar las palabras a decir.

"El reloj de pared, anunciando las 6:23."

Aunque como el fuerte del hanyou no era pensar, apenas vio a acercarse a Kagóme no hizo más que acorralarla con reproches y preguntas:

¿Dónde estabas¿Por qué te tardaste tanto?- pregunto atropelladamente, avanzando hasta casi acorralarla.

Buenos días. Estoy muy bien, gracias por preguntar.- contestó seria y tranquilamente la chica, sin retroceder un milímetro.- Fui a visitar a Jinenji. Traje un poco de desayuno ¿Quieres?-

"El pasado con sed. Y el presente es un atleta sin pies."

¿Qué te fuiste a visitar a Jinenji¡Eso es lejísimos¡Te pudo a ver pasado cualquier cosa¡Tendrías que haberme dicho!- estuvo a punto de sacudirla por los hombres, pero solo los aferro con fuerza.

En primer lugar, suéltame.- el mitad demonio la dejo, pero no se alejo.- Gracias. En segundo lugar¿Por qué debería haberte avisado? Me fui con mi bicicleta e hice muy rápido. Además es un paseo excelente.- dijo la chica.

¿Qué tal si te hubiera pasado algo?- replico el chico.

Pero no paso nada.-

"Ya son las 6:43 y el cadáver del minuto que paso, me dice aquí se vive así te guste o no."

¿Por qué fuiste…- Inuyasha intento mantener una conversación amable- a visitarlo?-

Vine muy temprano y decidí hacerlo ¿Hay algo de malo es eso?- pregunto tranquilamente.

¿Qué volviste muy temprano¿Por qué no viniste a vernos igual? Ya sabes que estamos despiertos de muy temprano.-

No quería molestarlos.-

No eres una molestia.- Inuyasha se sonrojo un poco.

¿Ah, no? Siempre pareces creer lo contrario. Excepto cuando puedo localizar la Perla. Y casi siempre cuando estas con Kykio. O claro, con su recuerdo. Y yo me interpongo en medio.- su furia iba subiendo lentamente, como si todos los reproches que tenía para el hanyou estuvieran pugnando por salir de ella.

¡No sé para que volviste si sigues enfadada conmigo!- dijo Inuyasha, girando y dándole la espalda.

"Y la nostalgia pone cada en mi cabeza. Y dan las 6 con50."

¿Sabes por qué?- replico ella, airada.- ¡Por qué sabía que esto pasaría¡Al mal trago darle prisa¡Además yo tengo obligaciones y tú lo sabes bien!-

¿Eso fui siempre para ti, no¡Una obligación, un mal trago!- grito el mitad demonio, dolido.

Yo no quise… Ajj, olvídalo.- se resigno la chica, emprendiendo el camino a la aldea y dejándolo plantado.

"Quién te dijo que yo, era el sueño que soñaste una vez."

- ¡Espera!- la detuvo Inuyasha, agarrandola fuertemente del brazo.

- ¿Qué demonios quieres que espere?- protesto la chica.

- Oye, calmate que esta no eres tú. Tú no eres así de dura ni de fría ni de hostil.- exclamo él, apretando los dientes y acercándola más.- Ya te estas pareciendo a… -

- ¡Vamos, dilo! A Kykio ¿cierto?- el hanyou bajo la mirada y aflojo un poco. – Entonces estarás feliz ¿No? Al fin me estoy pareciendo a tu maravillosa y adorada Kykio. Al fin te fijarás en mí. ¿Pero sabes qué¡Ya no me importa!-

"Quién dijo que tú, voltearías mi futuro al revés."

¿Eh?- gruño Inuyasha.

¡Sí¡Ya no me importa lo que hagas!- se sacudió bruscamente y se soltó.- ¡Veté con Kykio, sigue con nosotros, tráela contigo, vete a buscar a Naraku junto con ella, haz lo que quieras¡Pero a mi déjame en paz!-

¿Qué quieres decir con todo esto¡Deja de ordenarme la vida como si supieras lo que es mejor!-

"Ya son las 7:16 y el cadáver del minuto que paso, me dice tu estrategia te arruino."

¿Y crees qué no lo sé?- grito ella.- Si algo se aprende de sufrir meses y meses por desamor es que no hay nada mejor o peor. Solo hay cosas que te lastiman o que no. ¡Y tenerte lejos es una de las que no¿Alcanzas a entender eso?-

Ahora la que esta haciendo sentir mal eres tú.- susurró el hanyou, bajando un poco la cabeza.

Kagóme se ablando levemente y se mordió el labio. Pero enseguida contraatacó:

Fuiste tú el que empezaste. No te quejes.- contestó duramente.

Bueno, entonces empecemos de nuevo. Hablemos.-

"No quedas más que ir aprendiendo a vivir solo. Si te quedan agallas."

Aquello sorprendió a Kagóme¿Inuyasha ofreciéndole hablar, como dos seres civilizados?

Hablemos.-

"La casa no es otra cosa, que un cementerio de historias."

Siento haberme enfadado contigo y haberte insultado. Discúlpame.- dijo con sinceridad seria y extraña el mitad demonio.

Esta bien, te disculpo.- concedió la chica, más por la sorpresa que por verdadera generosidad.- Pero admite que fuiste muy duro.-

Inuyasha estaba por replicar que no había sido de la mitad de duro de lo real, pero se contuvo.

Entiende que Kouga nunca me ha caído bien y no me gusta la idea de que… estés con él.-

Puedo aceptar que no te caiga simpático. Pero yo creo que es un buen chico y no veo porque no se podría construir una relación. Excepto por el hecho, claro, de que quizás muera mañana luchando contra Naraku, pero todos estamos en la misma situación.- Se hablan tan fría y tranquilamente que daban miedo.

"Enterradas en fosas, que algunos llaman memorias."

Dime, Kagóme… ¿Lo quieres en verdad?- las orejas de Inuyasha temblaron imperceptiblemente, esperando la respuesta.

Le tengo mucho aprecio, pero no ese cariño al que te refieres.- contestó la chica, sin mirarlo, con la barbilla apoyada en una mano y mirando el horizonte, a la deriva.

El parece estar muy convencido de que algún día se ganará tu amor.- la voz del hanyou adquirió un leve tono de resentimiento.- Y también parece creer que yo tengo algo que ver.-

"Minutos, como sal en la herida."

¿Qué tú tienes algo que ver¿De donde sacaste esa idea?- la chica se revolvió, nerviosa y adopto una postura menos relajada.

Eso es, precisamente, lo que quisiera saber¿De dónde saco esa ridícula idea?- el mitad demonio elevo un poco la voz.

Kagóme volvió a mirar el horizonte.

¿Recuerdas el día que me secuestro?- pregunto, luego de un momento.

No lo olvidaría nunca. El muy cobarde se deshizo primero de mí para poder hacerlo.-

"Se me pasa la vida gastando el reloj."

Fue un día muy largo.- continuó ella, lentamente, pensado cada palabra y recorriendo el recoveco más oscuro de su memoria.- En un momento Syipo se disfrazo de Kouga y logramos escapar hasta el risco. Allí los lobos descubrieron su cola de zorro y nos atraparon. Estaban a punto de matarme. Pero en ese momento llegó el verdadero Kouga y nos salvo la vida… pero con un costo un poco… exagerado… -

¿Qué hizo ese…?-

En ese momento fue cuando me nombro su mujer. Recuerdo que lo golpee, pero aún si no logre librarme de aquel compromiso. Así que use un recurso muy desesperado… le dije que tú y yo éramos…novios.-

¿Qué hiciste qué?- Inuyasha se incorporo gritando enloquecido.

Tranquilízate. Te juro por Kami que fue solo para librarme de él, no hubiera usado ese recurso en ninguna otra situación y fue la única vez que lo hice.-

¿De veras… lo hiciste como última opción?- Inuyasha pareció entristecerse un poco, pero no dijo nada sobre la gran decepción que sentía.

Por supuesto. Es un compromiso muy grande y mira en lo que acabo. Kouga te detesta.-

"Minutos son la morgue del tiempo."

Kagóme…- susurro el muchacho de ojos dorados.

Dime.-

Yo también debo contarte algo.-

Hazlo entonces.- ella lo miro fijamente y luego aparto la vista. Más allá, en los campos bajos, la bruma comenzaba a disiparse.

"Cadáveres de momentos que no vuelven jamás."

Ayer vi a Kykio.-

¡Ah¿Y cómo estaba?-

Extraña, como siempre que la he visto.-

¿Qué curioso, no? Yo siempre la considere un poco extraña. Pero es raro que tu también, ya que la conoces mejor que yo.-

Hablamos de Naraku.- prosiguió el joven.

Inuyasha, sabes perfectamente que hablar de Kykio me hace mal. ¿Y te pones a contarme su encuentro con lujo de detalles? Ve al grano.-

Hablamos de Naraku.-

"No hay reloj que de vuelta hacia atrás."

¿Y bien?-

Ella me hizo ver que no esta bien lo que estamos… No, voy a decir la verdad: Lo que estoy haciendo.-

¿Luchar contra Naraku no es lo correcto?- pregunto Kagóme, confundida.

No, no eso. Sino el modo. Estoy… estaba… demasiado carcomido por el rencor, por la sed de venganza, por el odio…. Por eso te necesito luchando conmigo…-

"Como duele gastar, el instante en que tu ya no estas."

¿Y crees que yo no lo odio, que no le guardo rencor?- pregunto extrañada ella.

Por supuesto que lo odias. Pero es un odio… como decirlo… más puro. Yo lo odio porque me arruino la vida. Pero tu lo odias porque quieres a aquellos cuyas vidas ves arruinadas por él. No lo odias por ti, sino por ellos.-

Realmente… él te arruino la existencia… ¿No? Al fin habías encontrado un poco de paz. Un poco de amor. Y el te lo quito todo así, de un limpio manotazo.-

"Como cuesta luchar con las cosas que no vuelven más."

Si, me quito lo poco que había logrado. Lo poco que habíamos logrado, lo destruyo de un zarpazo. Las cosas son muy difíciles de construir, mucho tiempo de trabajo… Y tan fáciles de destruir, tan solo un segundo. Pero creeme que también me ha dado un bien tan grande que ni el mismo, ni siquiera yo, nadie sospechaba. Y es mejor que él mismo no sospeche, que no sería lerdo en quitármelo.-

No creas que mi odio es tan… altruista.- señalo Kagóme luego de un rato y mirándolo por primera vez fijamente.- También a mí me ha arruinado un poco la vida ¿Sabes? Ha creado heridas tan grandes aquí dentro… - poso una mano sobre su pecho, aprensivamente.-Hay heridas que duelen mucho, duelen tanto y todo el tiempo. Y lo peor es que jamás sanan. Y son de las peores, porque son heridas del alma.-

"Ya son las 9:33 y el cadáver del minuto que paso, se burla de mis ganas de besar la foto que dejaste puesta en el buró."

Pero a la vez… son las más simples de curar.- razono Inuyasha.

Muchas veces lo simple no es fácil ni rápido. Para curar esas heridas hay que tener voluntad. Y una no la tiene, a veces.-

¿Pero que dices? Si eres muy joven y muy sana. Y tienes tantas cosas por hacer… Sería una tontería dejarse morir ¿No crees?-

No entiendes. No es voluntad de vivir. Sino de curar. Se puede vivir enfermo toda la vida… Enfermo de rabia, de tristeza, de dolor, de pena, de amargura, de cansancio, de hastío, de resignación… Pero para curar, muchas veces hay que saber perdonar. Hay que decirse¿Por qué paso esto y no otra cosa¿Qué parte de culpa tuve yo¿Cuál los demás¿Pudieron haber actuado de otra forma, mejor o peor? Solo entonces una puede perdonar y empezar a curarse. Pero a veces una no tiene animo o los medios para perdonar: porque no entiende, porque no puede, porque no sabe, porque esta muy lejos de su alcance hacerlo.-

"Mi soledad es tu venganza."

¿Son muy grandes¿Tanto duelen?-

Son tan grandes y tanto duelen.- repitió ella, cerrando los ojos y rehuyendo del mitad demonio. – Antes yo pensaba que de verdad no dolían, que de verdad no estaban allí. Que a fuerza de negarlas había desaparecido. Pero no, allí están. Y no me siento capaz de hacer nada para echarlas. Están cómodamente afincadas y empiezan a enraizarse.-

"El ministerio del tiempo puso sede en mi almohada."

Ella me dijo.- Inuyasha continuo con su relato, como si esa tremenda confesión no se hubiera realizado. Aunque en lo más profundo de su alma algo se rompía con cada sílaba. Cada sílaba que era como un paso que lo alejaba de la chica.- Me hizo entender que Naraku no fue el culpable de su muerte, ni de mi sello.-

Eso ya lo sé, Inuyasha. Explicártelo era una causa pérdida, así que no lo intente. Quizás tampoco me tenía fe. Ambos tuvieron (tuvimos) responsabilidad. En este caso, los tres.-

"Ahí te encuentro a momentos, aunque no sirve de nada."

¿Por qué no me dijiste nunca nada?-

¿Qué decirte? La única salvación que tiene el mezquino ser humano (De un destino mortal, de una existencia miserable, de una última y condenante infamia.) es el amor. Pero ese gran amor capaz de salvarlo de todo mal solo se da una vez. Y si no lo atrapas a tiempo, lo has perdido para siempre. Yo no lo atrape, pero tampoco lo perdí.-

¿Y no pensabas decirme nada?-

¿Decirte¿Qué podía decir, si yo misma no estaba en condiciones de la salvación eterna? Tu, obsesionado con la idea de que amabas a Kykio sobre todas las cosas. Y yo, que el mío era un amor abnegado. Ninguno lo vio, sin excusas vanas más que nuestra ceguera de locura. ¿Por qué sabes qué? Ahora que sabemos que no amabas tanto a Kykio, que yo tampoco te ame tan profundamente, nuestra oportunidad ha pasado. Y ni siquiera tenemos nuestros pobres y respectivos consuelos, que de algún modo eran nuestra salvación menor.-

¿Y no lo prefieres así? Desolada pero poseedora de la verdad, que feliz y engañada.-

De verdad, no. Me gustaba la idea de ser feliz con una ilusión loca. Porque (¿Te enteras?) soy humana.-

"Minutos como sal en la herida."

No olvides que yo también soy humano.-

Pero solo en parte.-

Quizás entienda eso, entonces,… solo en parte.-

¿Qué¿Solo en parte te gustaba la idea de vivir feliz con una ilusión loca?-

No, quizás si era una ilusión loca, pero no me gustaba ni era feliz.-

"Minutos que se burlan de mí, minutos como furia de mar."

¿Entonces por qué la mantenías?-

Dime… ¿Te hacia feliz saber que me amabas y yo no a ti?-

¿Te estás burlando?-

Créeme, hace mucho aprendí que cualquier cosa puede ser tomada a burla, excepto los sentimientos.-

Por supuesto que no me hacía feliz. Pero me daba una rara paz interior saberme capaz de aquel sacrificio.-

También me daba cierta paz el creer que estaba cumpliendo con mi deber.-

"Minutos pasajeros de un tren que no va a ningún lugar."

¿De verdad…- dijo de pronto Inuyasha, retomando un punto de la conversación muy anterior.-… eso que le dijiste a Kouga era tan grave?-

Tan grave como que era una mentira que nos involucraba a todos (incluyendo a Kykio y a Kouga) en algo muy peligroso. Es decir más peligroso de lo habitual. Aunque después de todo… ¿Qué más daba? Estaba secuestrada y a merced de una tribu de hombres lobo. De todos modos, estamos en una campaña contra Naraku, lo que ya de por sí es algo arriesgado. Como que no te atreves a hacer planes a muy largo plazo.-

"Minutos como lluvia de sal."

¿De veras… no te atreves a hacer planes a futuro?- repitió el hanyou, como intentando creerlo.

De veras.- la chica cerro los ojos y se tiro un poco para atrás, el viento fresco le revolvió el cabello.- Entiendelo, Inuyasha: No sabemos si mañana estaremos vivos.-

¿Debe ser algo tremendo para ti, no?-

"Minutos como fuego en la piel."

Lo es. Pero hace mucho aprendí que se puede vivir con lo tremendo quemándote por dentro. Claro, lo ideal sería que nunca llegará a la piel.-

No lo entiendo.-

¿Tú siempre me has acusado de llorona e irritable, no?- pregunto la chica, como si eso pudiera aclarar la pregunta.

¡Eso no viene a discusión ahora!- se impaciento el muchacho.

Si viene. Cuando yo era muy pequeña aprendí aquello que tu aprendiste de forma mucho más brusca que yo: 'Debes ser fuerte o morir.' Cada vez que me sentí flaquear o herida emocionalmente, recordaba eso. Jamás me hubieras visto llorar ni afectada por algo adverso. Pero cuando muchos años pasaron cada vez que tenía un problema, yo misma me bloqueaba. Y no lloraba, no gritaba, no lo hablaba. Finalmente, terminaba transformando mis problemas en enfermedades ¿Entiendes? Estuve aún un par de años sin entender eso.-

Pero finalmente lo entendiste… -

Tú me lo hiciste entender. Luego de llegar aquí y vivir todo lo que viví, comprendí que ya no podía seguir así. Y aquí me ves, llorona e irritable pero sana. Lo prefiero así.-

Yo también.-

"Minutos forasteros que vienen y se van sin decir."

Y si… cuando lo venzamos a Naraku… ¿Qué piensas hacer?- pregunto el mitad demonio, mirando la hierba, pero sin dejar de observarla de reojo.

Nadie dice que ganaremos… - suspiro la adolescente, abriendo los ojos y mirándolo con tristeza. Apoyo su codo en la falda, y a su vez la mejilla en la palma de la mano.

¿Qué harás?- repitió el semi humano.

Me encargare de la Perla. Y volveré a mi tiempo.-

¿Para siempre¿¿No piensas regresar jamás?- exclamo el hanyou, volteando a mirarla intensamente.

"Minutos que me duelen sin ti. Minutos que no pagan pensión."

Ay, Inuyasha.- Ahora se abrazo a sus rodillas y apoyo la cabeza sobre los brazos unidos. – Vivir enfermo es posible. Pero no es para mí. Necesito empezar a curar. Y para eso debo estar en mi tiempo.-

¿Y no puedes curar aquí? Después de todo, Naraku ya habrá sido destruido.-

Si, Naraku no estará más. Pero todo aquello que él provoco lo sobrevivirá. Y me seguirá lastimando. Es como… cuando ves un ave herida o a una persona o a un animal… Dices: 'Me da pena ese gorrión.' Pero lo que te da pena, es saberlo lastimado y que quizás muera. Y que esta sufriendo mucho.-

¿Y qué hay de mí?- pregunto Inuyasha, levantándose y ubicándose frente a la chica.

"Minutos que al morir formarán el batallón de ayer."

Eso no lo sé. Dímelo tú.- Kagóme entorno los ojos.

De mí; de Sango, Miroku, Syipo.-

Sango y Miroku estarán perfectamente… -

¿Y Syipo y yo, qué?- Inuyasha la miraba dolido, cada palabra estaba cargada de desesperación, encubierta a duras penas en enojo.- Para ti, seremos solo dos personas más que conociste. Pero a nosotros nos haras mucha falta.-

No.- ella negó suavemente con la cabeza.- No les haré falta. Tú puedes vivir perfectamente solo. Bueno tendrás a Miroku y a Sango y a Kaede, y también tendrás a Syipo. Serás para él como su hermano mayor. Y con tus cuidados y cariño… y un poco del resentimiento que me guarde por dejarlo, me olvidará y seguirá muy bien.-

"Minutos que me roban la luz. Minutos que me oxidan fe."

El orgullo de Inuyasha había acabado de ir al caño.

¿Y qué hay de mí?- la sobresalto, haciéndola pararse de un salto. El también se puso de pie.- ¿Y de todo lo que me enseñaste?- La aferro por los hombros y quiso sacudirla, hacerla reaccionar. Pero las manos temblaban.

¿De todo lo que te enseñe?- la chica no acababa de salir de su embotamiento emocional.

¡Qué nunca más estaría solo¡Qué necesitaba de los demás! A mí me cambiaste la vida… En cambio, para ti yo solo soy una persona más en tu pasado.-

¡Nunca serías solo una persona más en mi pasado¡Ninguno de ustedes!- Kagóme parecía al fin haber tomado conciencia de la situación.

"Minutos inquilinos del tiempo mientras puedan durar."

¡Ahora no hablamos de todos¡Ahora hablamos de mí!-

¡Por supuesto que no¡Yo te quise…bueno, aún te quiero mucho, yo te ame tanto¡Y eso no lo quita nada ni nadie, entiendelo!-

"Minutos que disfrutan morir."

¿Entonces por qué demonios quieres dejarme aquí, solo?-

Pensé que lo habías entendido. Veo que no. Tú y todo esto que pasamos… Kykio… eso es lo que me hace mal. De lo que tengo que curar.-

¿Y no piensas que yo también puedo tener heridas que necesito curar?-

Puede ser. Seguramente. Y harás muy bien en curarlas.-

Te necesito a ti para que me ayudes.-

"Minutos que no tienen lugar."

¿Sabes qué? No sé para que mantenemos esta conversación. Primero derrotemos a Naraku y luego hablamos.-

¿No era que no hacías proyectos a largo plazo?-

No los hago, generalmente.-

Entonces hagamos otro.-

¿Hagamos?-

De a dos.-

Demasiado tarde.-

¿Quién dice?-

Yo.-

¿De verdad?-

Tarde, pero quizás no demasiado.-

Es mejor que nada.-

"Minutos que se estrellan en mí…"

Esta bien. Hagámoslo.-

Prométeme que lo intentaremos.-

¿Qué?-

"… Son kamikazes de Dios."

Nos ayudaremos a curar las heridas.-

¿Ah, sí¿Y cómo?-

Beso. El primero.

Podría llegar a gustarme.- susurró Kagóme, acercándose a su amado Inuyasha.

Beso, el segundo.

FIN

Mi primer fic definitivamente cuasi final infeliz. Es más, creo que ni siquiera tiene un final.

Me salio muy como que se conforman con lo que pueden, esa era la idea de la parte del medio. Pero que al final se dulcificaran. Pero la dulzura no es lo mío. Para decirlo de otro modo, es muy dark la parte del medio, con todo eso del amor como salvación del alma, pero les dire que eso pasa cuando uno lee a Dolina tanto como yo.

¿Lo ven? Eso pasa, cuando no me dejan ningún review, me pongo pesimista y le arruino la vida a los personajes.

No, mentira. Esto lo tenía escrito de ya hace bastante. Aunque los reviews nunca son mal recibidos… aunque sean malos…

¡Hasta la próxima, que no tengas duda que volveré!