Capítulo 5:

El callejón Molamogollón

Perry se despertó temprano aquella mañana con un poco de resaca. Aunque sabía que ya era de día, como que le daba un poco de pereza levantarse de una vez.

«Joe que paranoia de sueño —se dijo con firmeza—. Soñé que un gigante llamado Hardcore vino y me dio una china enorrrme y me dijo que yo era un mago de la pandi. Debo dejar las drogas de síntesis. Cuando abra los ojos estaré en casa, en mi alacena, con mis arañas...»

Se produjo un súbito golpeteo.

«Y ésa es la Putania llamando a la puerta», pensó Perry apenado, ya que el sueño le había molado un cacho. Pero todavía no abrió los ojos. Tenía unas legañas como piedras de enormes que se lo impedían...no era culpa suya, eran las legañas...

Toc. Tic. Tac.

—¡Que pesá coño! —rezongó Perry—. ¡Ya voy ostias!

Se incorporó y se le cayó la pesada chupadecuero negra de Hardcore. La chavola estaba iluminada por el sol, la tormenta había pasado, Hardcore estaba dormido en el sofá dando unos ronquidos dignos de animales salvajes de la sabana africana y había una lechuza golpeando con su pata en la ventana, con un periódico en el pico.

¡Un momento! ¡¿Una Lechuza?! Perry se puso de pie, mas feliz que una perdiz . Fue directamente a la ventana y la abrió. La lechuza bajó en picado y dejó el periódico sobre Hardcore, que no se despertó. Entonces la lechuza se posó en el suelo y comenzó a atacar la chupadecuero de Hardcore.

—¡Eh tu! ¿Qué haces lechuza yonky?

Perry trató de apartar al pollo ese que había entrao por la ventana, pero éste cerró el pico amenazadoramente y continuó atacando la chupadecuero.

—¡Hardcore! —dijo Perry en voz alta—. Aquí hay una

—Págala —gruñó Hardcore desde el sofá.

—¿Einq?

—Quiere que le pagues por traer la prensa. Busca en los bolsillos.

La chupadecuero de Hardcore parecía hecha de bolsillos, con contenidos de todo tipo de los que ya se ha mencionado con anterioridad. Perry vió una pequeña piedra perdida de la mano de Dios en uno de los bolsillos, e intentó hacer un A.L.S (a la saca), pero Hardcore empezó a olisquear fuerte y dijo algo como o lo dejas o me como tu hígado con cebollita...

Finalmente Perry sacó un puñado de monedas de aspecto extraño. Pero antes de que pudiera hacer nada la lechuza pasó volando por su mano, agarró una moneda enorme y se piro por patas de allí.

—¡Ehh, me ha robado!

—¿Cuánto te ha guindao?—dijo soñoliento Hardcore.

—Nuse, una de las gordas.

—¡Buaaaa, te acaba de confiskar to mi sueldo de un mes, tronco! Ya te vale 5.000 tron, un poquito de porfavor que uno tiene sus gastos...

Hardcore bostezó con fuerza, tanta que le arrancó de cuajo las legañas a Perry, se sentó y se desperezó.

—Ya nos estamos llendo, tronco. Tenemos mazo cosas que hacer hoy. Nos vamos de compritas, chupiiiiii.

Perry estaba dando la vuelta a las monedas mágicas y observándolas. Él nunca había tenido tanto dinero en la mano, en realidad nunca había tenido dinero, lo que le hizo pensar en algo, algo insignificante que se le había pasado.

—Hardcore, tío...

—¿Qué pasa tron? —dijo Hardcore, que se estaba calzando sus marteens con puntera de acero pa romper cabezas.

—Que no tengo ni un puto duro. Estoy más pelao que un pavo en navidad.

—¿Turs tonto o que? —dijo Hardcore, poniéndose de pie y golpeándole la cabeza—. ¡Pero si tus viejos estaban podriditos de dinero, se les salía hasta por las orejas!

—Pero si su casa esta que da asco...

—¡Pero tronco, ellos no guardaban la pasta en la kelly! No, la primera parada pa nosotros es el BMVA, el "Banco de Magos Vamos Aestafar". Asín que coge tu culo que nos abrimos por la tangente.

—¿Los magos tienen bancos, si o que?

—Sólo uno. BMVA. Lo dirigen los monchos.

—¿Monchos?

—Joe que siii...que cruz tronco, que cruz, que cansino que el niñomierda este. Ni la de Jesucristo. Además nadie puede mangar nada en ese banco (dímelo a mí, que lo he intentado tronco). Tienen cámaras de seguridad que ni la sección de joyería del Corte Inglés. Y los monchos se calzan una mala ostia que pa...que. El BMVA el lugar más cojonudo y acojonante del mundo mundial para guardar la pasta, excepto tal vez Hodasnon. Además tenía que visitar BMVA de todos modos, que si no te vas tu solo. Movidas de Hodasnon. —Hardcore se irguió con orgullo—. Amos que mu wapo tronco, soy utilizado para asuntos mazo importantes. Buscarte a ti... sacar cosas del BMVA... sacar la basura... ir a comprar leche al mercao... mu importantes chaval, él sabe como tratar a una dama. ¿Lo tienes todo non? Pues cagando leches.

Perry siguió a Hardcore fuera de la chavola. El cielo estaba ya claro y el mar brillaba a la luz del sol. El bote que tío Verdor había alquilado todavía estaba allí, con el fondo agujereado y con problemas para flotar.

—¿Cómo llegaste aquí? —preguntó Perry; mirando alrededor, buscando una lancha guapa o un yate con sala de fiestas.

—Volando —dijo Hardcore.

—¿Volando? ¿Pero tú que te metes? ¡Comparte!

—Sí...wenooo, pero amos a tener que volver en esta mierdabote. No se puede, ni debe utilizar la Magiapotagia, egque está mu malamente la vida.
Subieron al bote. Perry todavía miraba a Hardcore con incredulidad incrédula. No podía creer que el tiarrón del norte ese más grande que mi primo el de zumosol no pudiera hacer un poquito de por favor y que iba a tener a tener que achicar agua hasta la puta orilla.

—Pero tronco, que si hacemos un poco de Magiapotagia nadie se va a dar cuenta —dijo Hardcore, dirigiendo a Perry una mirada complice—. Tronco, porque como digas algo te curto el lomaco.

—Que no tío, que yo no digo na —respondió Perry, vicioso de ver más Magiapotagia. Hardcore sacó otra vez el paraguas rosado con estampado de flowerpower, dio dos golpes en el borde del bote, pero no surtió ningún efecto.

—Pos va a ser que vamos a tener que remar — dijo Hardcore pasándole una pala a Perry.

—Enga ya, yo no paleo.

—O paleas o te meto la pala por el...

—Paleo, paleo.

Una vez en la orilla...

—¿Por qué no se puede fangar en el BMVA? —preguntó Perry.

—Joe tronco, porque no, amos te pillan los monchos y te curten —dijo Hardcore, doblando un cacho de papel de fumar mientras hablaba—... Y hay mamones custodiando las cámaras de máxima seguridad y to. Buaaa, aemás hay que tener wena orientación pa encontrar el camino, y tú de eso... como que no tienes mucho... BMVA está a tomapolculo por debajo de Londres, te da un chungazo antes de salir, aunque hubieras podido mangar algo.

Perry permaneció sentado pensando en aquello, mientras Hardcore leía su periódico, El Fumeta. Perry había aprendido de su tío Verdor que a las personas les gustaba que las dejaran tranquilas cuando hacían eso, sobretodo cuando hacen "eso" en el baño, pero era muy difícil, porque Perry era un poco... tocapelotas digamos en terminos... amos pa entendernos.

—El viejo este del Ministro de Magiapotagia está confundiendo las cosas, como siempre el mariconazo. Egque estos putos políticos son iguales. Sino es por el precio de los pisos, es porque te pinto Galicia de chapapote o porque te meto en una guerra ilegal...egque eto es iiiincreiiiiibleeee, no se pueden estar quietecitos los cabrones—murmuró Hardcore, dando la vuelta a la hoja.

—¿Hay un Ministerio de Magiapotagia? —preguntó Perry, porque ya iba siendo hora de abrir la bocaza.

—Po claro —respondió Hardcore—. Querían a Gandalf for president, pero tronco, él dice que ganar miles de millones y forrarse a costa de los contribuyentes no le motiva como aliciente, así que el cabrón del Conmenos Fiuss consiguió la movida. No habío tío con más jeta (ni conmenos) que el Bush este...digo Fiuss . Asín que le manda lechuzas a Gandalf tos los putos días, pidiendo consejos y lo que no son conejos... digo... consejos.

—Pero ¿qué hace un Ministerio de Magiapotagia?

—Amos a ver como te lo cuen, pos su trabajo principal es impedir que los muggres sepan que todavía hay brujas y magos por tol país.

—¿Por qué?

—¿Qué por qué? Pos porque es lo que hay...Que se va a querer venir to quisqui paca y no es cuestión. No, mejor que nos dejen tranquilitos con nuestras movidas.

En aquel momento, el bote dio un leve golpe contra la pared del muelle. Hardcore dobló su periódico y subieron los escalones de piedra hacia la calle.

La banda miraba mucho a Hardcore (N/A: no me extraña un tío tan tocho con un niño...se pensarían que era un poco raroraroraro), mientras recorrían el pueblecito camino de la estación, y Perry no se lo podía reprochar: Hardcore no sólo era el doble de alto que cualquiera, sino que parecía tonto señalando toas las cosas totalmente corrientes, como los sex-shop, diciendo en voz alta:

—¿Anda mi vieja, que coño es eso, Perry? Vamos pa dentro a ver que mencuentro... Las cosas que esos muggres inventan, ¿verdad? Tienen pollas de plástico y además se una Perryyyy...anda porfa porfa porfa.

—Hardcore un poquito de porfavor que aquí me conocen, ein? —dijo Perry, jaMelasdo un poco mientras correteaba para alcanzarle y no entrara a la "tienda de souvenirrs, novedaddes, arrtículos de coñia, coñias marineras, etece...etece"—, ¿no dijiste que había mamones en BMVA? —dijo Perry intentando desvirgar...digo...desviar la atención del peazo salido de su colega.

—Bueno, eso dicen —respondió Hardcore—. Me molaría tener un mamón.

—¿Te gustaría tener uno?

—Quiero uno desde que era cani, egque mace mucha ilu.

Habían llegado a la estación. Salía un tren para Londres cinco minutos más tarde. Hardcore, que no entendía «el dinero muggre», como lo llamaba, dio las monedas a Perry para que comprara los billetes, porque sino al otro le iban a tangar fijo.

La banda los miraba más que nunca en el tren. Hardcore ocupó dos asientos y medio y un poquito más, empezó a liarse un canuto de los de bob marley, si de esos que llevan 5 papeles y un talego y medio de hachís, inundando todo el vagón con el aroma que me gusta para mi hogar.

—¿Entoavía tienes la carta, Perry? —preguntó, mientras terminaba de liar el canuto.

Perry sacó del bolsillo el sobre de pergamino.

—Bien —dijo Hardcore—Egque me falta la boquilla, pero antes aprendete la lista con todo lo que necesitas.

Perry desdobló otra hoja, que no había visto la noche anterior, y leyó:

COLEGIO HODASNON DE MAGIAPOTAGIA

UNIFORME Los alumnos de primer año necesitarán:

—Tres ponchos sencillos de trabajo, amos lo que se dice sus cadenas, sus chapas... (negras, eso si que si).

—Un sombrero puntiagudo o no (negro, eso si que si) para uso diario a modo de sacaojos.

—Un par de guantes protectores (piel de mamón o semejante, puen ser con sabor a biofrutas, evitar el latex).

—Una capa de invierno (negra eso si que si, con broches plateados o si los quies fosforitos allá tú mismo y tu metabolismo).

(Todas las prendas de los alumnos deben llevar etiquetas con su nombre, porque hay quien tiene la mano mu larga, además de parches y demás insignias de sus grupos favoritos)

LIBROS Todos los alumnos deben tener un ejemplar de los siguientes libros:

—El libro de magiaborrás (clase notengoniguarra de magiapotagia), Miranda Alcielo.

—Una historia muaburrida de la Magiapotagia, Batilda Defresa.

—Teoría mágica, Ahorabuelvo Wanadoo.

—Guía de transformer para principiantes, Eseric Eltravesti.

—Mil hierbas, hongos y todo lo necesario para un buen colocón , Pyllina Melofumo.

—Guía del Peloti y Cociones mágicas, Arsénico Jinebro.

—Animales fantásticos y como cocinarlos, Karlos Arguiñano.

—Las Fuerzas Oscuras de Abierto hasta el Amanecer, Quentin Tarantino.

RESTO DEL EQUIPO 1 batuta.
1 olla express (Moulinex, de las grandes.
1 juego de café de vidrio o cristal, de los que reglan en el BMVA.
1 microscopio, o lupa para los alumnos más desfavorecidos.
1 váscula electrónica, con error de 150gr.

Los alumnos también pueden traer un Lechuza, un gatoconbotas o una ranagustabo.

SE RECUERDA A LOS PADRES QUE A LOS ALUMNOS DE PRIMER AÑO NO SE LES PERMITE TENER MOPAFÁCIL PROPIA.

—¿Podemos comprar todo esto en Londres? —se preguntó Perry en voz alta.

—Sí hombre, si sabes por dónde moverte — Yo tengo un coleguita en el rastro que nos lo deja a buen precio, eso sí con mucha discreción eeeeeh? Asín que ya sabes... achanta. — Respondió Hardcore.

Perry no había estado antes en Londres. Aunque Hardcore parecía saber adónde iban, era evidente que no estaba acostumbrado a hacerlo de la forma ordinaria. Se quedó atascado en el torniquete de entrada al metro (N/A: nos ha jodío con ese culazo) y se quejó en voz alta porque los asientos eran mu pequeños y los trenes mu lentos y de que no había azafatas como las del un, dos, tres...a cagar esta vez.

—No sé cómo se lo montan los muggres sin Magiapotagia —comentó, mientras subían por una escalera mecánica estropeada que los condujo a una calle llena de tiendas.

Hardcore era tan tocho que la banda se apartaba pa que pasara. Lo único que Perry tenía que hacer era mantenerse detrás de él. Pasaron ante librerías y tiendas de música, ante hamburgueserías y cines, ante garitos de esos de mala reputación y coffe-shops a los que Hardcore quería entrar, claro, pero en ningún lado parecía que vendieran batutas mágicas. Era una calle normal, llena de peña normal, amos un barrio de lo más normalito. ¿ En de verdad habría cantidades de pasta de magos enterradas debajo de ellos? Que cabrones, estaban forraos ¿Había allí realmente tiendas que vendían libros de hechizos y mopafácil? ¿No sería una broma pesada preparada por los Duracel? ¿Estarían en un pograma de esos de cámara oculta? Si Perry no hubiera sabido que los Duracel no iban de ese rollo, podría haberlo pensado. Sin embargo, aunque todo lo que le había dicho Hardcore era increíble, Perry no podía dejar de confiar en él.

—Es aquí tron —dijo Hardcore deteniéndose—. El Babero Chorreante. Es un garito mu wapo.

Era un bar diminuto y de aspecto mu asqueroso. Si Hardcore no lo hubiera señalado, Perry no lo habría visto. La peña, que pasaba apresurada, egque ni se cogcaba del asunto. Sus ojos iban de la gran librería, a un lado, a la tienda de música, al otro, como si no pudieran ver el Babero Chorreante. En realidad, Perry tuvo la extraña sensación de que sólo él y Hardcore lo veían ¿Sería por el tripi que se habían desayunado? Antes de que pudiera decirlo, Hardcore lo hizo entrar.

Para ser un garito wapo, era un poco de malamuerte. Unas viejas estaban sentadas en un rincón, haciendo trapis y tomandose un orujo...orujo por el ....y hasta aquí puedo leer. Una de ellas fumaba de una cachimba que tenían en la mesa cargadita de sustancia, que así estaba la vieja que se subía por las paredes. Un hombre pequeño que llevaba un sombrero de copa de europa del realmandril, trapicheaba con el bar-man que era completamente calvo y mu alto y con pinta de puta. El suave murmullo de las charlas se detuvo cuando ellos entraron. Todos parecían conocer a Hardcore, sobre todo la vieja que fumaba. Lo saludaban con la mano, con el pie, con..... y le sonreían, el bar-man buscó una jarra diciendo:

—¿Lo de siempre, Hardcore?

—No puedo, Tom Crunch , estoy de servicio —respondió Hardcore, poniendo la mano en el hombro de Perry y obligándole a doblar las rodillas cual puta que se dispone a realizar un servicio.—Bueno por unos chupitazos no creo que pase na, pero que quede entre nosotros.

—Adiós la luz —dijo el cantinero, mirando atentamente a Perry—. ¿Este...es el que yo me creo que es...el chaval del Johnny?

El Babero Chorreante había quedado súbitamente inmóvil y en silencio.

—Várgame los payos —susurró el bar-man—. Perry Maison...en persona...ahí es na.

Salió rápidamente de la barra, corrió hacia Perry y le comió los morros, con los ojos llenos de lágrimas.

—¿Pero de dónde ha salio este travelo? —exclamó Perry, que no se creía lo que le estaba pasando.

—Bienvenido, Perry, bienvenido.

Perry no sabía qué decir, se limpió los morros con la manga izquierda, porque la derecha era la de los mocos. Todos lo miraban. La vieja de la cachimba seguía chupando...la boquilla (N/A: Ayyyy saliorros que os pensabais que se había liado con el del sombrero), sin darse cuenta de que se le había apagado.

—Dale vidilla— le dijo Hardcore a la vieja—¿ y pasatela un poquito, nooo? —Estaba que no cabía en sus pantalones (N/A: no penseis mal que es porque había cogido unos kilitos de na).

Entonces se produjo un gran movimiento de sillas y, al minuto siguiente, Perry se encontró acosado sexualmente por las viejas del orujo a los que se unió el del sombrero al grito de "Perry capullo queremos un hijo tuyo". Se distinguía al pobre Perry entre una masa uniforme de manos, pies, y otro tipo de miembros que le rasgaban las vestiduras...amos que le quitaron el tanga a bocaos.

—¡Se mira pero no se toca, einh! ¡Que tiene que llegar virgen al matrimonio! —bramó Hardcore sin soltar la cachimba. —¡Quel niño no es Bisbal coñiiioooo!

—María Unpajote, Perry. No puedo creer que por fin te haya conocido.

—Estoy sudorosa, Perry, muy sudorosa.

—Siempre quise estrechar tu miembro... estoy muy complacido.

—Extasiado, Perry, no puedo decirte cuánto. Mi nombre es Finger, Dedalus Finger.

—¡Yo lo he visto antes! —dijo Perry, mientras Dedalus Finger dejaba caer su sombrero a causa de la emoción—. Usted se me coló una vez en la chacutería, eeh cabroncete.

—¡Me recuerda! —gritó Dedalus Finger, mirando a todos—. ¿Habéis oído eso? ¡Se acuerda de mí!

—Pos claro que macuerdo mamonazo, que te llevaste la mortadela de aceitunas que quedaba.

Perry estrechó miembros una y otra vez. María Unpajote repetió.
Un joven pálido se adelantó, muy nervioso. Tenía un tic en el ojo.

—¡Profesor Qui-Gon Jinn! —dijo Hardcore—. Perry, el profesor Qui-Gon Jinn te dará clases en Hodasnon.

—M-M-Maison —tartamudeó el profesor Qui-Gon Jinn, apretando el miembro de Perry—. N-no pue-e-do decirte l-lo contento que-e estoy de co-conocerte.
—¿Qué clase de Magiapotagia enseña usted, profesor Qui-Gon Jinn?
—D-Defensa Contra el L-Lado O-Ogcuro de l-la Fu-Fuerza —murmuró el profesor Qui-Gon Jinn, como si no quisiera pensar en ello—. N-no es al-algo que t-tú n-necesites, ¿verdad, M-Maison? —Soltó una risa nerviosa—. Estás reuniendo el e-equipo, s-supongo. Yo tengo que b-buscar el ul-último li-libro de D-Dark V-Vater. —Es que s-soy su f-fan nu-número dos. Pareció un poquito emocionado ante la simple mención del gran Dark Vater (mundialmente conocido por sus películas de la saga Stan Tres...digo no...Stan Wenas).

Pero los demás, no permitieron que el profesor Qui-Gon Jinn acaparara a Perry. Éste tardó más de diez minutos en despedirse de ellos. Al fin, Hardcore se hizo oír.

—Hay que abrirse, que semacabao la sustancia y además me llevao toas las babas de la vieja los cojones. Hay mucho que comprar. Vamos, Perry.

María Unpajote estrechó el miembro de Perry una última vez y Hardcore ya que estaba fuera pos aprovechó la coyuntura y metió mano. Se lo llevó a través del bar hasta un pequeño patio cerrado, donde no había más que un cubo de basura y hierbajos.

Hardcore miró sonriente a Perry

—Te lo dije, ¿verdad? Que ibas a triunfar como la Coca-Cola. Hasta el profesor Qui-Gon Jinn temblaba de emoción al conocerte, aunque te diré que habitualmente tiembla porque está un poco chocho el pobre.

—¿Está siempre tan nervioso?

—No, egque se quedó en la parra después de comerse algo mu chungo, pobre hombre. Una mente brillante (N/A: coño como el arroz que no se pasa...pasate a brillante "ACABO LA SECCION DE PUBLICIDAD SUBLIMINAR").

Estaba bien mientras estudiaba esos libros de Dark Vater, pero entonces cogió un año de vacaciones, para tener experiencias las sustancias psicotrópicas. Dicen que encontró el lado ogcuro de la fuerza en la Estrella de la Muette y que tuvo un mal rollazo con la piba del Vater este... Y desde entonces no es el mismo. Se asusta de los alumnos, se asusta hasta de su propio miembro, tiene miedo de su propia asignatura... Ahora ¿adónde vamos, paraguas?

¿Dark Vater? ¿Lado Ogcuro? ¿A poco no me violan 3 viejas y un bar-man con pinta de puta? La cabeza de Perry era un torbellino, demasiadas emociones para un solo día. Hardcore que parecía llevar un pedo del 15, contaba ladrillos en la pared, encima del cubo de basura.

—Tres pa arriba... dos tumbaos... —murmuraba—. Corretto. Hazte paya, Perry

Dio tres paraguazos a la pared.

El ladrillo que había tocado se hizo un churro (N/A: nos ha jodío con los gopetazos que le había dao) y en el medio apareció un pequeño agujero, que se hizo cada vez más ancho, amos que a poco la tira entera. Un segundo más tarde estaban contemplando un pasaje abovedado lo bastante grande hasta para Hardcore, un paso que llevaba a una calle con adoquines, que serpenteaba hasta quedar fuera de la vista.

—Bienvenido —dijo Hardcore— al callejón Molamogollón.

Sonrió ante el asombro de Perry y pa dentro que es gerundio. Perry miró rápidamente por encima de su hombro y vio que la pared volvía a cerrarse.

—Que rapidez la de los obreros en este pueblo, hay que joderse macho.

El sol brillaba iluminando numerosas ollas express, en la puerta de la tienda más cercana. «Ollas Express - Todos los Tamaños - Moulinex, Tefal, Bosch, Nisu – Automáticos con cuentarevoluciones – Plegables y Desplegables», decía un rótulo que colgaba sobre ellas.

—Sí, va a ser que si necesitas una —dijo Hardcore— pero mejor que vayamos primero a por la pasta.

Perry deseó tener ocho ojos más. Movía la cabeza a riesgo de esnucarse en todas direcciones mientras iban calle arriba, tratando de cogcarse de toda la movida: las tiendas, los coffe, los sex-shop, las pilinguis y la peña haciendo trapis. Una mujer regordeta negaba con la cabeza en la puerta de una droguería cuando ellos pasaron, diciendo: «Tres gramos de coca a diecisiete sioques el gramo, tu lo flipas...pero si es pa los niños».

Un ruido mu raroraroraro llegaba de una tienda oscura que tenía un rótulo que decía: «El empollo de las lechuzas. Color pardo, castaño, gris, blanco, rojo, negro, toda la gama de fosforitos...». Varios chicos de la edad de Perry pegaban la nariz contra un escaparate lleno de Mopafáciles.
«Mirad —oyó Perry que decía uno—, la nueva Mopafácil Valerina, la más veloz.» Algunas tiendas vendían ropa; otras, microscopios y extraños instrumentos de plata (N/A: léase turulos pa la tocha) que Perry nunca había visto porque el siempre se ponía con un billete. Escaparates repletos de básculas para gramear y todo tipo de sustancias mu malignas pal organismo de las personas humanas, tambaleantes montones de libros de excitamientos, plumas y rollos de papel pa fumar, frascos con LSD, globos con mapas de la luna, globos llenos de agua pa tirarselos a la banda, globos mu tochos te puedes pillar con las movidas que había en la

—BMVA —dijo Hardcore.

Habían llegado a un edificio, blanco como la nieve (N/A: hay que joerse yo pa mi que era negra eeeh), que se alzaba sobre las pequeñas tiendas. Delante de las puertas de bronce pulido, con un uniforme del atleti, había...

—Sí, eso es un moncho —dijo Hardcore en voz baja, mientras rascaba uno de los escalones de piedra blanca pa ponerse unos tirillos antes de entrar.

El moncho era una cabeza más bajo que Perry. Tenía un rostro moreno de mu tonto pero que de mu tonto, una barba puntiaguda y, Perry pudo notarlo, parecía un águila real no tanto por la postura o majestuosidad sino por las uñacas que asomaban por las sandalias. Cuando entraron los saludó. Entonces encontraron otras puertas dobles, esta vez de plata, con unas palabras grabadas encima de ellas.

Si abres una cuenta hoy mismo Será mejor para tu metabolismo No sufras en silencio tu Ovismo (N/A: un huevo gordo y el otro lo mismo)
Entra y habla con Gizmo

Si intentas meter la mano en nuestra saca Ten cuidado con la jaca paca Y si alguien nos atraca Le aplicamos el Toma y Daca

Abre ya tu cuenta ahorro Y lo celebramos con un porro No te lo pases por el forro Y no tengas tanto morro

Al abrir aquí tu cuenta Te regalamos un juego de tazas Para que tomes te con menta Entra y no seais nenazas.

—Como te dije, hay que estar loco para intentar robar aquí, porque están de la parra los monchos estos —dijo Hardcore.

Dos monchos los hicieron pasar por las puertas plateadas y se encontraron en un amplio vestíbulo de mármol. Un centenar de monchos estaban sentados en altos taburetes, detrás de un largo mostrador, escribiendo en grandes libros de cuentas, pesando monedas en básculas electrónicas con margen de 150 gr. y examinando piedras de costo con ojos enmonados. Las puertas de salida del vestíbulo eran demasiadas para contarlas amos mejor no las contamos, y otros monchos guiaban a la gente para entrar y salir, amos que aquello parecía el Museo del Prado en hora punta. Hardcore y Perry se acercaron al mostrador.

—A los wenos días —dijo Hardcore a un moncho desocupado—. ¡Ponte unas birritas!

—¡Señor, esto no es un burdel! —dijo el moncho un tanto mosca.

Hardcore levantó la vista observando los carteles de las cuentas de ahorro y pudo intuir por fin que aquello no era una Farmacia de Guardia.

—Ay va... es verdad. Jode, como se me pira...Emos venio a sacar la pasta de la saca del Perry.

—¿Tiene su llave, señor?

—Por aquí debe andar, esperate —dijo Hardcore, y comenzó a vaciar sus bolsillos sobre el mostrador, desparramando un puñado de pastillas y sedantes de elefantes sobre el libro de cuentas del moncho. Éste miró la mercancía con ojos golosones. Perry observó al moncho que tenía a la derecha, que pesaba unas bolsitas de plástico con una sustancia blanquecina en su interior.

—Aquí está la jodía—dijo finalmente Hardcore, enseñando un llavero con una calabera en el que resplandecía una pequeña llave dorada. Perry se mosqueó un poco al saber que Hardcore tenía la llave de su saca, porque estaba seguro que alguna vez le había hechao mano... —, cuidadito que ahí llevas las llaves de mi Harley.

El moncho la examinó de cerca.

—Parece estar todo en orden.

—Y una cosa más, tengo una carta del Gandalf —dijo Hardcore, dándose importancia, como el que no quiere la cosa, pero soltando el pullazo—. Es sobre lo-que-ya-sabes-tu-loque-te-digo-y-si-no-vas-y-lo-cascas-que-a-mi-me-da-cagalera-decirlo, en la cámara 237.

El moncho leyó la carta cuidadosamente, mirándola mu bien, poniéndola a trasluz para comprobar posibles falsificaciones, cogiendo un microscopio y comprobando que la firma era verdadera, intentando descifrar mensajes ocultos...pero na, el único mensaje oculto que ahí había era el ADN de Hardcore, más que nada porque estaba un poco pegajosa y llena de huellas de los dedazos del gigante.

—Está bien —dijo, devolviéndosela a Hardcore—. Voy a llamar a un guía turístico para que os de un voltio por el lugar. ¡Hiphop!

Hiphop era otro moncho, era un moncho que iba vestido con unos pantalones anchos, una camiseta larga y ancha y una gorra hacia atrás, que venía marcándose un rap. Cuando Hardcore guardó todas las pastillas, calmantes y demás sustancias innombrables, él y Perry siguieron a Hiphop hacia una de las puertas de salida del vestíbulo.

—¿Qué es lo-que-ya-sabes-tu-loque-te-digo-y-si-no-vas-y-lo-cascas-que-a-mi-me-da-cagalera-decirlo de la cámara 237? —preguntó Perry.

—Enga Perry, no seas coñazo—dijo Hardcore cansinamente—. Es algo personal, no te lo puedo de decil, es mu secreto. Movidas de Hodasnon que a ti no te importan coñioooooo. Mierda...que to lo quieres saber tronco...pos ahora no te lo cuento.

Hiphop les abrió la puerta. Perry, que había esperado más mármoles, se sorprendió. Estaban en una gran caverna por cuyo suelo serpenteaba una autopista, que si les pilla el Metro con su patente les jode vivos. La estupenda carretera negra y brillante vibraba bajo sus pies. Hiphop silbó y un gran Lamborghini Diablo color rojo pasión aparcó ante ellos. Subieron (Hardcore estaba flipando en colorines las maravillas de la tecnología, murmurando cosas como "elevalunas electrico", "cierre centralizado", "zilitione"... parecía que el deportivo le había causado un shock parcial o total del cerebro) y se pusieron en marcha.

Al principio fueron rápidamente a través de la autopista con alguna que otra desviación. Perry trató de recordar, pero no tenía demasiada retención de memoria, pa un lao, pal otro, pal de mas allá, por arriba, por abajo, pal centro y pa dentro... amos que mu mal. El cacho-coche veloz, con el que el troncomóvil de tío Vernon no podía para nada competir, parecía correr mucho...pero que mucho...mucho, mientras Hiphop cantaba un rap.

A Perry le escocían los ojos de las ráfagas de aire frío de aire acondicionado del cochazo, pero los mantuvo mu abiertos. Iban a tal ostia que en realidad no sabía por donde iban, pero a Perry le pareció ver que llegaban a una especie de ogcura caverna, mientras el motor rugía estruendosamente.

—Nunca lo he sabido —gritó Perry a Hardcore quien temió que fuera a abordarle con una de esas preguntas hiperchungas de física cuantica o una de esas metafísicas delavidaydelamor (N/A: por lo menos)—. ¿Pa que coño sirven las señales esas con números de la carretera?

—Egque yo en el insti era de ciencias...—dijo Hardcore—. Y no me hagas más preguntas tronco, que a mi el carné de la moto de lo dieron con las Tostarica.

Su cara se había puesto verde y parecía que llevaba un amarillo de esos de lavado de estómago, cuando el coche por fin se detuvo, ante la pequeña puerta de no-se-sabe-donde-coño-había-salido-pero-da-igual-yo-la-pongo-ahí. Hardcore se bajó y tuvo que apoyarse contra la pared como si fuera borracho de la vida, para que dejaran de temblarle las rodillas mientras aún decía cosas sin sentido como "dirección asistida", "ABS", "HDI", "GTI", "JODT", "JB", "DYC"...

Hiphop abrió la cerradura de la puerta de nose-de-donde-coño-habrá-salido-asin-absurdamente-pero-aquí-está. Una oleada de humo verde los envolvió, Perry se sintió un poco más colocado de lo que ya de por sí estaba. Cuando se aclararon sus ideas y sus visiones, Perry estaba jaMelasdo (música de tensión...tini tini tininini). Dentro había montículos de monedas de oro. Montones de monedas de plata. Montañas de pequeños donuts de bronce.

—¡LA MARIMORENA! ¡QUE DE PASTA! —dijo Hardcore sorprendido.

Y todo era de la saca del Perry, era increíble, daban ganas de meter una paliza al criomierdaescuchimizao, robar las pelas y salir echando ostias.

Los Duracel no debían saberlo porque sino ya no habría nada en la saca del Perry, bueno quizás números rojos...pero seguro que habrían metido la mano... o dos, o unas cuantas, y los pies... ¿Cuántas veces se habían quejado de lo que les costaba mantener a Perry? ¿Cuántas veces se habían quejado de que Perry les gastaba el agua, la electricidad, el gas, el espacio vital que ocupaba su cuerpo, el gasto temporal de tener que aguantarle...y hasta el aire que respiraba? Y durante todo aquel tiempo había estado timando a sus tíos porque era rico, millonario, muchimillonario... amos, que daba asco del dinero que tenía en la cuenta corriente del BMVA.

Hardcore "ayudó" a Perry a poner una cantidad en una bolsa, pero unas cuantas chapas se ""deslizaron"" ""accidentalmente"" (N/A: notese el sarcasmo de la frase) en su bolsillo por los servicios prestados.

—Las de oro son peleones —explicó—. Diecisiete sioqués de plata hacen un peleón y veintinueve donuts equivalen a un sioqué, es mu fácil el inglés si le pones interés. Bueno, esto será suficiente para un curso o dos, dejaremos el resto guardado para ti. —Se volvió hacia Hiphop —. Ahora, tronco, a la cámara 237.¡Pulse el botón rojo en el que pone velocidad absurda!

—¿Velocidad absurda señor, eso no es mucha ostia?

—¡DELE CAÑA AL MOTOR!

—Ok, luego no digas que te quedas sin cejas —contestó Hiphop.

Fueron más abajo y a una velocidad absurda mu grande. El aire se volvió cada vez más frío, mientras doblaban por la carretera. Llegaron por fin en un 2,5 entre sacudidas a la carretera de Extremadura, y Perry que era un cachondo el niño quería bajarse en marcha, pero Hardcore gruñó y lo enderezó, cogiéndolo del cuello, diciendo "ven acá pacá".

La cámara 237 no tenía cerradura, era una cámara mu rararararara.

—Un pasito pa lante María, un pasito pa atrás —dijo Hiphop, dándose importancia. Tocó la puerta con uno de sus largos dedos y ésta desapareció—. Si alguien que no sea un moncho del BMVA lo intenta, será succionado por la puerta y quedará atrapado pa los restos en aonde cristo perdió el sombrero —añadió.

—¿Cada cuánto sacan a los que se quedan to pillaos ahí dentro? —quiso saber Perry con un rintintín que daban ganas de masticarle to el higado.
—Pos no te dicho que pa los restos jodíoniñopreguntón —dijo Hiphop, con una sonrisa como que daba más miedo que ver a Hardcore en tutú.

Algo extraordinariamente extraordinario tenía que haber en aquella cámara de máxima seguridad, Perry estaba seguro, su intuición masculina/femenina, singular/plural se lo decía, y se inclinó palante (N/A: no se va inclinar pa atrás, que no estamos en matrix coño), esperando ver por lo menos... algo, no?, pero no había un misero na de na. Entonces vio en el suelo el sucio paquetito, envuelto en papel marrón, que tenía una tarjeta que ponía "espero que te guste". Hardcore lo cogió y lo guardó en las profundidades de su chupadecuero. A Perry le hubiera gustado conocer su contenido, más que nada porque creía saber que era (sobretodo viniendo de Hardcore) pero como que pasaba un poco del tema...

—Enga tronco, amonos en este coche del infierno infernal y no me hables por el camino, quiero disfrutar el momento —dijo Hardcore con una sonrisa profident de oreja a oreja, dejando ver en todo su esplendor la gingivitis grado 3 de la que disfrutaba su dentadura.

Después de la trayectoria a velocidad absurda, salieron con los ojos asín como los chinos a la luz del sol, fuera de BMVA. Perry no sabía adónde ir primero con su saca llena de dinero, pero quería gastar, gastar, gastar...era la fiebre del No necesitaba saber cuántos peleones de los cojones había en un euro (N/A: que pa eso somos europedos, no?), para darse cuenta de que tenía mazo pasta.

—Joe tronco, tendrías que comprarte el uniforme de pijodecolegioprivado—dijo Hardcore, señalando hacia «Masmedá Milka, ponchos para todas las ocasiones de la vida»—. Perry; ¿hace que me dé un pirulo por el Babero Chorreante? Tengo que contar a alguien con un poco más de cerebro lo del monstruo de la tecnología en el que me acabo de montar. —Todavía parecía impresionado, así que Perry entró solo en la tienda de Masmedá Milka, sintiéndose mu nervioso.

Masmedá Milka era una bruja sonriente y regordeta, vestida de color malva (color del chocolate crujiente y sabroso Milka "más publicidad subliminar").

—¿Hodasnon, guapetón? —dijo, cuando Perry empezó a hablar—. Tengo muchos aquí... En realidad, otro chaval se está probando ahora un poncho divino de la muerte.

En el fondo de la tienda, un niño rubiales con cara de cabrón estaba de pie sobre una cosa mu rara en la que te subes para que te tomen medidas, mientras otra bruja le ponía alfileres en el largo poncho negro, que a veces le pinchaban a modo de muñeco budú (N/A: que se joda, que ya todos sabemos quien es, el mu cabronazo). Masmedá Milka puso a Perry en otra cosa mu rara en la que te subes para que te tomen medidas al lado del otro chaval, le deslizó por la cabeza un largo ponchoy comenzó a marcarle, la sisa, los bajos, los altos y los ancho-largos, convirtiéndose este en objeto de la frustración de la mujer, quien descargaba pinchazos a modo de máquina de coser Singer (N/A: habrá que darles cuartelillo a los patrocinadores, non?).

—Wenaaaaasss —dijo el chaval—. ¿Hodasnon?

—Jodete tú...a sí, sí, Hodasnon —respondió Perry con voz cansina.

—Mi papá está en la tienda de al lado, comprando mis libross, y mi mamá ha ido calle arriba para mirar las batutass —dijo el chico. Tenía voz un poco de soyelniñodepapá y arrastraba las palabras—. Luego voy a estafarles para que me compren una Mopafácil de carrerass. No ssé por qué los de primer año no pueden tener una Mopafácil o doss. Creo que voy a llorar y patalear hasta que mi papá me compre una y la meteré de canteo de alguna manera.

Perry recordaba a Dumbo, bueno, ni Dumbo era tan gilipollas, ni tan pijo...y no sabía porqué el pijomierda ese le estaba contando toda su vida, desde que nació hasta la actualidad, Perry no había hecho nada para merecer eso...y si no paraba pronto de hablar iba a empezar a cantar "somos novioooos"...

—¿Tú tienes Mopafácil? —continuó el muchacho.

—No —dijo Perry (N/A: notesé la facilidad de palabra de chaval).

—¿Juegas al menos al queteladás?

—No —dijo de nuevo Perry, entrándole unas ganas locas de partirle las piernas al chaval.

—Yo ssí. Papá dice que ya ssería mu malo que no me cogieran para jugar por mi cassa, y la verdad, estoy de acuerdo totalmente del todo. Seguramente mi papá tenga que comprar a todo el equipo, pero aun assí...sseguro que me cojen ¿Ya ssabes en qué cassa vass a esstar?

—No —dijo Perry, to borde.

—Bueno, nadie lo ssabrá realmente hassta que lleguemoss allí, pero yo sseré de Sstamosswenoss, porque mi papá ha comprado al Ssombrero esse de las naricess para que me ponga en essa cassa. ¿Te imaginas estar en HunfrieBoggart? ¡Que fuerte! Yo me moriría , ¿no creess?

—Ajaaaa —contestó Perry, sin escuchar al cansino de la vida ese y deseando irse de una puta vez.

—¡Oye, mira esse tío! —dijo el chico de repenete, señalando hacia la vidriera de delante. Hardcore estaba allí, sonriendo a Perry y señalando dos grandes porros que se había liado el colega, para que viera por qué no entraba, porque últimamente lo de fumar en establecimientos públicos está mu malamente.

—Ése es Hardcore —dijo Perry, como diciendo "jodete, que ahora me chuleo yo...pa chulo chulo, mi pirulo"—. Trabaja en Hodasnon.

—Oooh —dijo el muchacho—, ssi...¿no ess esse heavy dessfassado tamaño familiar que va por los baress montando broncass y metiendosse pal organissmo todo lo que el cuerpo aguante?

—El mismo—dijo Perry. El tío ese le estaba tocando los webos ya.

—¿No ess esse vagabundo de la vida que va por ahí poniéndosse de coca hassta lass orejass? ¿No ess esse el tipo al que intentaré desstruir en tercer cursso cuando essté tu padrino assessino por ahí suelto como de una maripossa sse tratasse? ¿Al que ssabotearé por no ponerme ssobresaliente en las notass?

— Eeeee...no adelantes acontecimientos, ¿vale?

—Ssí, claro. He oído que decir que ess una esspecie de "el máss busscado", que vive en una chavola en los terrenoss del colegio y que de vez en cuando sse emborracha, por no decir, claro, todass las nochess. Trata de hacer Magiapotagia pero ess un poco como torpe.

—Yo creo que es estupendo, y me pasa la maría a precios de fábrica —dijo Perry con mumalauva.

—¿Esso creess? Alomejor no te la deja tan barata como creess. Igual te esstá timando y aprovechándosse de tu ineptitud—dijo el chico en tono burlón que daban ganass de dejarle calvo—. ¿Y por qué esstá aquí contigo? ¿Y tuss papiss? ¿No ssereiss pareja de hecho o algo raro con comercio de menoress?

—Están criando malvas —respondió en pocas palabras. No tenía ganas de hablar de ese tema con él. La verdad no le apetecía cruzar una palabra más con tal engendro genético de la sociedad.

—¡Upss, lo ssiento! —dijo el otro, mufalsamente porque no le importaba un cojón—. Pero eran de los nuestross, ¿no?

—Eran de la pandi, si es eso a lo que te refieres.

—Realmente creo que no deberían dejar entrar a loss otross...deberíamoss hecharless del paíss, crear camposs de concentración donde explotarless, hornoss crematorioss y ssalass de tortura ¿no te parece? No sson como nossotross, no loss educaron para conocer nuestrass cosstumbress... No tienen ni zorra de magiapotagia y manchan nuesstro paíss con ssuss creenciass moralistass. Yo creo que debería quedar todo en lass buenass familiass de antiguoss magoss, porque...

Mientras el pijomierda le daba una charla sobre la discriminación racial nazi, la pureza de la sangre aria... Perry había estado contando los azulejos del suelo. La verdad no tenía ganas de aguantar a un niñato hijodepapá y encima seguidor de las Juventudes Hitlerianas...no estaba el horno pa bollos. Le había resultado más productivo contar los azulejos de la pared mientras el chaval se emocionaba con su discurso.

—Y a propósito, ¿cuál es tu apellido?

Pero antes de que Perry pudiera contestar, Masmedá Milka dijo:

—Enga wapetón, ya te puedes ir.

Y Perry bajó de la cosa esa mu rara en la que te subes para que te tomen medidas, mu rápido, no fuera a ser que fuera una enfermedad y de pronto se volviera pijo.

—Noss vemoss, chaitooo —dijo el muchacho.

Perry estaba muy silencioso, mientras fumaba la L que Hardcore le había preparado. Se sentía como si acabaran de lavarle el celebro de una manera mu extraña.

—¿Qué te pasa ahora tron? Lo sabía tron, sabía que no sería nada weno que tu padre te dejara caer al suelo cuando eras pequeño... —preguntó Hardcore.

—No es eso. No me pasa na —mintió Perry. Se detuvieron a comprar pergamino y plumas. Perry se animó un poco cuando encontró un frasco de tinta que cambiaba de color y que rayaba mazo. Cuando salieron de la tienda, preguntó:

—Hardcore, ¿qué es el queteladás?

—Vaya, Perry eres un poco gilipollas; no sabes na de naaaa... ¡No saber qué es el queteladás!

—No me hagas sentir peor de lo que ya me siento de por si mismo yo mismamente—dijo Perry. Le contó a Hardcore lo del chico pijodeloscojones de la tienda de Masmedá Milka.

—... y dijo que los nazis acabarían dominando Europa y el mundo...

—Ya pasó, ya pasó....aquí tienes un hombro sobre el que llorar...

—Bueno si, ¿pero qué es el queteladás?

—Es nuestra movida. Un deporte que es la ostia. Es... como el fútbol en el mundo muggre, pero eso si, sin fanáticos agresivos. Se juega en el aire, con Mopafácil, y con cuatro pelotas (N/A: te cagas)... Es mu chungo de explicar.

—¿Y qué son Stamoswenos y HunfrieBoggart?

—Son las Casas del cole. Hay cuatro. Todos dicen que en HunfrieBoggart son todos sundormales, pero...

—Seguro que yo estaré en HunfrieBoggart —dijo Perry con la autoestima underground.

—Fijo, porque con lo torpe...quiero decir, ¡NO, NO, NO, SEGURO QUE NO!
Aemás es mejor HunfrieBoggart que Stamoswenos —dijo Hardcore—. Las brujas y los magos que se volvieron rarosrarosraros-malos habían estado todos en Stamoswenos.Tu-ya-sabes-quien-te-digo-y-si-no-vas-y-lo-cascas-que-a-mi-me-da-cagalera-decirlo fue uno.

—¿Val... perdón... Tu-ya-sabes-quien-te-digo-y-si-no-vas-y-lo-cascas-que-a-mi-me-da-cagalera-decirlo estuvo en Hodasnon?

—Si, hace mogollón...egque el cabronazo es más viejo quel mear —respondió Hardcore en su faceta más sensible.

Compraron los libros y gilipolleces varias para el curso de Perry en una tienda llamada Flores y Arbustos, en donde había más libros que en la Biblioteca Nacional, por lo menos, y los estantes estaban llenos de libracos hasta el techo. Había unos mu chulos forrados en piel, otros del tamaño de un sello tipo "noveounamierdaperolocomproqueestámubarato", otros llenos de runas élficas y unos pocos sin nada impreso en sus páginas (amos, los llamados cuadernos o agendas, pa que darle tanto bombo). Hasta Dumbo, que nunca leía nada, habría deseado tener alguno de aquellos libros...weno quizás no era pa tanto, pero la cantidad de libros era como acojonante, tanto que quizás fomentaba un poco la lectura...weno...solo un poco. Hardcore casi tuvo que arrastrar a Perry para que dejara El curso intensivo de guitarra (aprenda solfeo en dos minutos y sorprenda a su grupo de amigos y a las reuniones de familia: Nunca volverán a decirle que usted es un fracasado, solamente lo pensarán. Y de regalo con el primer fascículo una cuerda de guitarra, por si se pensaba que le ibamos a regalar la guitarra gilipollas), del profesor Vindus MiCoche.

—Estaba tratando de averiguar cómo tocar la canción de la pantera rosa.
—Joe tronco, que yo no digo que no, pero eres un insulto para el buen gusto musical—dijo Hardcore—. Y no debería haber gente suelta por la calle como tú.

Hardcore tampoco dejó que Perry comprara una Olla Express última generación capaz de convertir el agua en todos los estados sólidos, líquidos y gaseosos que prefieras (en la lista decía de Moulinex) pero consiguieron una fantástica váscula con error de 150 gr. para pesar sustancias (N/A: que ahora mismo no vienen a cuento y que tampoco me apetece contar) y un microscopio de estos cutres que te vienen en el micronova. Luego visitaron la droguería, y no hace falta decir que entre Hardcore y Perry arrasaron con todo, aunque no está de más mencionar la fascinante y extraña fragancia que allí podía respirarse. En el suelo había unas macetorras enormes llenas de matojos de marihuana, que se asemejaban a plantas trepadoras. Chinas de todos los tamaños y sacos de polvo blanco llenaban los estantes... Mientras Hardcore preguntaba al hombre que estaba detrás del mostrador el precio de tres gramos de la mierda colombiana, Perry examinaba unas cajitas cuyo contenido eran pastillitas de colores que bien te hacen ver a la Virgen María y el espíritu santo Amén, a veintiún peleones cada uno, y unos cajones repletos de nieve (cinco donuts la cucharada).

Fuera de la droguería, Hardcore miró otra vez la lista de Perry, pero llevaba un ciego que no podía consigo mismo in himself.

—Creo que te falta la la batuta... y entoavía no te he buscao un regalo de cumpleaños tronco.

Perry sintió que se ruborizaba.

—No tienes que...

—Calladita estás más guapa. Te compraré un bicharraco. No un rana, con lo burro que eres, eres capaz de comértelo...y no estamos como pa que nos denuncie la sociedad protectora de animales... y no me gustan los tigres de bengala, son un poco... amos que te pillan la espalda y te hacen un tres en raya facilmente. Te voy a regalar... una lechuza, es lo más práctico y así podrás tocarles un rato las pelotas a tus tíos este verano. Todos los chicos que se precien quieren tener una lechuza mensajera. Son la ostia, llevan tu correo, e-mail o fax y si están mu espabilás te mandan sms con el movil.

Veinte minutos más tarde, salieron del Emporio Armani, que era oscuro y lleno de ojos brillantes, susurros y ruidos raros (amos como uno de esos baretos que solía frecuentar Hardcore). Perry llevaba una gran jaula con una hermosa lechuza blanca, medio dormida, con la cabeza debajo de un ala.
Y no dejó de agradecer el regalo, tartamuMelasdo como el profesor Qui-Gon Jinn. Amos, que coñazo, que media hora después seguía con el un, dos, tres a leer esta vez "gasiasgasiasgasiasgasias".

—Te calles ya tronco, que coñazo de criomierda —dijo Hardcore con cierta aspereza—. No me extraña que Tu-ya-sabes-quien-te-digo-y-si-no-vas-y-lo-cascas-que-a-mi-me-da-cagalera-decirlo quisiera matarte, si egque eres un puto pesao tronco... Ahora nos queda solamente Olivianewtonjohn, el único lugar donde hay batutas que te cagas, y tendrás la más mejor del mundo mundial.

Una batuta mágica... Eso era lo que Perry realmente había estado esperando, realmente...lo sabía, había nacido para aquello...

La última tienda era mu estrecha y así como de mu mal rollo. Sobre la puerta, en letras doradas, se leía: « Olivianewtonjohn: fabricantes de excelentes batutas desde que se fabrican». En el polvoriento escaparate, sobre un cojín de desteñido color púrpura, se veía una única batuta que se caía a cachos y que debía ser de Matusalén o de Jesucristo por lo menos.

Amos que entraron y el sitio estaba un poco hecho una mierda. Era un lugar mu cani y tenía menos decoración y complementos que el Corte Inglés en rebajas, salvo por una silla larguirucha donde Hardcore se sentó a esperar ya que le dolían los pies de los tacones. Perry se sentía mu raroraroraro, como si hubieran entrado en la biblioteca de mi pueblo. Se tragó una cantidad de preguntas existenciales que se le acababan de de venir a la cabeza que pensó que hasta le iba a entrar indigestión, y en lugar de eso, miró las miles de estrechas cajas de zapatos, amontonadas cuidadosamente hasta el infinito y más allá. Por alguna razón, sintió un picor en la nuca, y esque el mu guarro debía tener piojos, acaros y toda la fauna del amazonas en la cabeza.

—Mu buenas tardes —dijo una voz amable.

Perry dio un salto estilo Agente Smith. Hardcore también debió de hacer el salto del tigre porque se oyó un crujido estilo "película de miedo que no da miedo" y se levantó mu rápido de la silla.

Un tío mu viejo, con más años quel sol, por lo que Perry pensó que la batuta del escaparate debía de ser de su cosecha, estaba ante ellos; sus ojos, grandes y pálidos, brillaban como linternas en la ogcuridad del garito.

—Wenos días por la mañana —dijo Perry con torpeza.

—Ah, sí —dijo el hombre—. Sí, sí, ya empezaba a pensar que no ibas a venir coño Perry Maison. Endeluego, como está la juventud... Tienes los ojos de tu madre. Ya has estado fumando, ¿eh cabroncete? Si esque los Maison no tenis remedio. Si parece que fue ayer cuando eras un criomierda...ah no, espera...todavía lo eres...el caso esque ha pasado mucho tiempo.
El señor Olivianewtonjohn se acercó a Perry. El muchacho deseó comerle los intestinos a aquel hombre que no paraba de mirarlo con aquellos ojos que no paraban de dar weltas a modo de la muñeca chochona y diabólica a la vez.

—Tu padre, por otra parte, era un poco más considerado con esas cosas... nunca llegaba a casa en estado de coma etílico u amarillo de los porros. Flexible, si tu aguelo era mu majo, mu flexible con esos temas de la bebida, el sexo y las drogas...mu flexible. Bueno, hablando de cosas más serias, que esque me tiras de la lengua y no paro, te voy a vender una batuta...amos, cosa fina. Aunque en realidad es la batuta la que elige al mago.

El señor Olivianewtonjohn estaba tan cerca que él y Perry casi estaban nariz contra nariz, lo cual Perry no consideraba necesario. Sabía que el tío intentaba ver el tatuaje del Perry, pero coño, se ve a simple vista, o alomejor era miope...Perry podía ver su reflejo en aquellos ojos alocados que por una extraña razón, le hacían temer por su vida.

—Y aquí es donde...

El señor Olivianewtonjohn tocó el luminoso tatuaje de la frente de Perry, con un largo dedo blanco.

—Lamento decir que es un tatuaje mu ridículo... —dijo mu malamente—. Amos hombre, un conejito playboy no es nada serio... ¡Que horterada! Y yo vendí la batuta que te hizo eso. Treinta y cuatro centímetros y cuarto. Una batuta poderosa, muy poderosa, la ostia y en las manos equivocadas... Bueno, si hubiera sabido lo que esa batuta iba a hacer en el mundo... en fin, la hubiera vendido igual... no sabes lo difícil que es mantener un negocio en el que solo se venden batutas, y la vida está mu mal... yo era joven, necesitaba el dinero...

Negó con la cabeza y entonces, para alivio de Perry, fijó su atención en Hardcore.

—¡Fumetus! ¡Fumetus Hardcore! Me alegro de verlo otra vez... porque...no creas que no me acuerdo...de que me debes dinero de apuestas ilegales... Cuarenta luros para ser exactos ¿O qué? ¡A este si que le vendí una wena batuta!

—Si viejales. Era una peazo de batuta que te jiñas. —dijo Hardcore.
—Buena batuta. Pero supongo que se la partieron en la cabeza cuando lo expulsaron —dijo el señor Olivianewtonjohn, mu severamente.

—Eh..., sí weno tronco pero no te pongas asín —respondió Hardcore, arrastrando los pies—. Sin encambio, todavía tengo los trozos...los trozos que me pillo —añadió con vivacidad.

—Pero no los utiliza, ¿verdad? —preguntó en tono severo.

—Siiiiiii weeenooo, para hurgarme entre los dientes si... pero pa hacer magiapotagia no tronco...soy un tío serio y legal —dijo Hardcore rápidamente. Perry se dio cuenta de que sujetaba con fuerza su paraguas rosado con estampado de flores monísimo de la muerte.

—Mmm —dijo el señor Olivianewtonjohn, lanzando una mirada inquisidora a Hardcore, levantando una ceja, luego la otra, luego las dos y con los ojos como la Marujita Díaz —. Bueno, ahora, Perry... a ver. —Sacó de su bolsillo una regla de medir del colegio de esas de 30 centímetros po lo menos, verde con marcas doradas.

—Eh... ¿dónde piensa meter eso? —preguntó Perry.

—No seas tonto, si te va a gustar. Eso es. —Hizo a Perry un escaneado corporal de cuerpo entero dejándole mu harto del tema. Mientras medía, dijo—: Cada batuta Olivianewtonjohn tiene un núcleo central de una poderosa sustancia (N/A: sustancia...mmm...¿de que tipo?) mágica (ah! Weno, si es mágica...), Perry. Utilizamos pelos de iuncuerno, pelos de la cabeza, pelos del culo, pelos de cola del gato félix, plumas del sombrero de quetienesmásplumaquemipadre, de nervios de mamón, nervios de los nervios. Todo ello confeccionado y realizado artesanalmente por los mejores pofesionales. No hay dos batutas Olivianewtonjohn iguales, como no hay dos iuncuernos, mamones, gatos félix iguales... hombre, igual dos culos iguales hay... PERO AMOS, QUE SON LO MEJOR DE LO MEJOR. Y, por supuesto, nunca obtendrás tan buenos resultados con la batuta de otro mago, usea, olvidaté del mangoteo que no sirve de na.

De pronto, Perry se dio cuenta de que la regla de las narices en aquel momento estaba exactamente en sus fosas nasales, provocándole lo que generalmente se conoce como hematoma sexuarl.

—Me la habían metido en todos lados, pero en la nariz nunca —dijo Perry indignado con la regla colgando de su tocha.

El señor Olivianewtonjohn estaba mariposeando entre los estantes, sacando cajas.

—Esto ya está —dijo, y sacó la regla de la nariz de Perry—. Bien, Perry, prueba ésta. Madera de alcolnoque y nervios de corazón de mamón. Veintitrés centímetros. Mu chula y flexible. Cógela y agítala...la batuta golosón.

Perry cogió la batuta y (sintiéndose tonto, más de lo que se sentía a lo largo del día) la agitó a su alrededor, pero el señor Olivianewtonjohn se la quitó casi de inmediato.

—Espinillo y pluma de félix. Diecisiete centímetros y cuarto. Muy elástica. Prueba...

Perry probó, pero tan pronto como levantó el brazo el señor Olivianewtonjohn se la quitó.

—A ver, pero me quieres dejar que las pruebe, viejo so gilipollas— dijo Perry cansado de que le quitara las batutas de las manos.

—No, no... Ésta. Ébasiebano y pelo de iuncuerno, veintiún centímetros y medio. Elástica. Vamos, vamos, inténtalo.

Perry lo intentó. No tenía ni zorra de lo que quería el señor Olivianewtonjohn. Las batutas ya probadas, que estaban por ahí to tirás, aumentaban por momentos, pero cuantas más batutas sacaba el señor Olivianewtonjohn, más cachondo parecía estar el tío. Serían...los chocheos de la edad.

— ¿Te haces de rogar ,eh? No te preocupes, encontraremos a tu media naranja por aquí, en algún lao. Me pregunto... sí, por qué no, una combinación un poco rara, mancebo y pluma de félix, veintiocho centímetros, mu chula y flexible.

Perry tocó la batuta. Sintió un sonido por toda la sala, una cancioncilla tipo John Williams, y él estaba mu happy de poder tocarla, se sentía mu realizado haciéndo música como si de un director de orquesta se tratase. Hardcore lo vitoreó, aplaudió y echó unas lagrimillas con un murmullo de "mi niño ya sabe tocar" y el señor Olivianewtonjohn dijo:

—¡Oh, bravo! Oh, sí, ta mu bien. Bien, bien, bien... Qué curioso... Realmente qué curioso...

Puso la batuta de Perry en su caja y la envolvió en papel de embalar, todavía murmurando: «Curioso... muy curioso».

—Perdón —dijo Perry pensando que lo único curioso era el pedo mental que llevaba el viejo—. Pero ¿qué es tan curioso?

El señor Olivianewtonjohn fijó en Perry su mirada extraña que ahora daba en toavia más miedo que antes..

—Recuerdo cada batuta que he vendido, Perry Maison. Cada una de las batutas. Y resulta que la cola de félix de donde salió el pelo que está en tu batuta dio otro pelo, sólo uno más, ya sea por que tenía las puntas mu abiertas o porque no cuidaba la salud de su cabello, vete tu a saber... Y realmente es muy curioso que estuvieras destinado a esa batuta, cuando fue su primahermanasobrinatíacuñá la que te hizo ese tatuaje.

Perry tragó, sin poder hablar. La movida le había impresionado de verdad

—Sí, veintiocho centímetros. Ajá. Realmente curioso cómo suceden estas cosas, lo de las puntas abiertas y eso, nunca me lo he podido explicar...

La batuta escoge al mago, recuérdalo...Simba...recuérdalo. Creo que debemos esperar mu gandes cosas de ti, Perry Maison... Después de todo, Tu-ya-sabes-quien-te-digo-y-si-no-vas-y-lo-cascas-que-a-mi-me-da-cagalera-decirlo hizo grandes cosas... Terribles, sí, pero mu grandiosas, OLÉ, OLÉ TORERO.

Perry se estremeció. No estaba seguro de que el señor Olivianewtonjohn le gustara mucho. La verdad no era su tipo y digan lo que digan ( los pelos del culo abrigan) la edad si que es un impedimento para el amor. Pagó siete peleones de oro por su batuta y el señor Olivianewtonjohn los acompañó hasta la puerta de su tienda.

Al atardecer, con el sol muy bajo en el cielo (¿no me digas?), Perry y Hardcore emprendieron su camino otra vez por el callejón Molamogollón, a través de la pared, y de nuevo por el Babero Chorreante, ya vacío. Perry no habló mientras salían a la calle y ni siquiera notó la cantidad de gente que se quedaba con la boca abierta al verlos en el metro, cargados con una serie de paquetes de formas raras y con la lechuza dormida en el regazo de Perry, y esque un poco cantosillos si que eran los chavales. Subieron por la escalera mecánica y entraron en la estación de Puddeitó.

Perry acababa de darse cuenta de dónde estaban cuando Hardcore le golpeó el hombro dejándole de inmediato sin articulación.

—Amos a jamar algo, que tengo una gusa que espanta —dijo.

Le compró una hamburguesa a Perry y se sentaron a comer en unas sillas de plástico to cutres del McDonals. Perry miró a su alrededor. De alguna manera, todo le parecía muy extraño, como un sueño (normal, con la cantidad de sustancias alucinógenas que llevaba metidas pal cuerpo a estas alturas de la vida...).

—¿Are you ok, Perry? Te veo de mu mal rollo tronco —dijo Hardcore. Perry no estaba seguro de poder explicarlo, tampoco le apetecía, nos ha jodío mayo con las flores y los pajarillos. Hombre, el cumpleaños había estado guay, no era pa tirar cohetes, pero oye... y, sin embargo, como que la hamburguesa le sabía un poco rara.

—Todos creen que soy la ostia, Perry Maison, ostia el hijo del Johnny —dijo finalmente—. Toda esa movida del Babero Chorreante, el profesor Qui-Gon Jinn, el señor Olivianewtonjohn... Pero yo no sé nada sobre Magiapotagia. Pero si soy un caso... como mago de la pandi soy un fraude y un fracaso total y rotundo. Soy famoso y ni siquiera puedo recordar por qué soy famoso, hombre, ya se que no tengo mu wena memoria, pero tampoco es pa tanto. No sé qué sucedió cuando Val... quiero ecir, la noche en que mis padres la palmaron.

Hardcore se inclinó sobre la mesa poniendo encima tol barrigoncio. Detrás de la barba enmarañada y las espesas cejas había una sonrisa mu de wuen rollo.

—No pasa na, tron. Aprenderás a velocidad absurda. Nadie tiene ni zorra de magia cuando empiezan en Hodasnon. Vas a estar de lujazo. Sencillamente sé tú mismo...weno, mejor actua un poco, porque como persona eres algo insoportable... Sé que es mazo chungo tron. Has estado solo, marginado y aislado y eso siempre jode. Pero vas a pasarlo mazo bien en Hodasnon, se está debuti allí, hay unas peazo fiestazas de dos días en cama. Macuerdo yo de la vez esa con las gemelas suecas rubias que...(carraspeo)...weno, eso es otra jistoria que te contaré cuando seas más mayor...

Hardcore ayudó a Perry a subir al tren para perderle de vista de una vez y luego le entregó un sobre.

—Tu billete para Hodasnon —dijo—. El uno de septiembre, en King Africa. Está todo en el billete. ¿Movidas con los Duracel? me envías un fax con tu lechuza y les caliento el najas en na... Ya nos oleremos, Perry.

El tren arrancó de la estación. Perry deseaba ver a Hardcore hasta que se pirara. Se levantó del asiento y empotró la nariz contra la ventanilla haciéndo gestos extraños y obscenos con la boca abierta, pero parpadeó atontao porque Hardcore ya no estaba, en su lugar había una ancianita que hacía calceta con los pies a una velocidad absurda, mientras que se liaba un canuto.

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Pos na, hasta aquí el chap namber faif!!!! Gracias por los reviews a:

alex black bird: me alegro de que te haya gustao lo de las cejas, ami es una de las cosas que mas me molaba, amos que me lo imaginaba y me entraba la risa... ahora no claro, despues de escribirlo y leerlo mil veces comprendeme... no me hace ni puta gracia, pero oye!! Si te mola pos guay!! jaja, menudas paridas que te estoy contando... que gracias y aver si escribís tu amiga y tu la el fic ese de chuzos de 7º que kiero leerlo la primera the first!!! besos

Sunika y LourePotter!!! Aquí sigue la jistoria para no dormir!! Esque estais de un exigenteeeeee!! Jeje... espero que os haya gustado a todos los que me leaís, y a los que no me leais que os den mucho por culo!!

Ala a mamarla!!!

P.D: Admito reviews, howlers, amenazas, antrax, criticas constructivas y destructivas...!!! Solo hay que darle al boton ese morao de abajo q es tan majo él... amos.... que lo estás deseaaaaando!!!
vv

Es gratis eh?? aqui nada de pago!! Bueno, si lo que kieres es ver las pelis codificadas de los viernes de Perry Maison... pero lo que es la historia en si no!!