Capitulo 5 – ¿Un viaje a Japón?
Syaoran no podía creer que hubiera ido a ese campo, y no se explicaba como es que había terminado ahí. Acaso el subconsciente era ya mas fuerte que la razón.
¿A dónde había ido? Estaba en uno de los campos que habían visitado Sakura y el cuando gano el concurso, cuando conocieron a la bruja de Hong Kong.
Una horrible sensación de vacío lo inundo, recordó todo lo que había pasado entre ellos, lo bueno, lo malo, peor al llegar al último recuerdo, el verla con otro hombre, este sentimiento de vacío se convirtió en una terrible ira. Al regresar a la realidad, simplemente se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la Universidad.
Al terminar este primer día de escuela, miles de cosas flotaron por su cabeza.
Recordó por primera vez en mucho tiempo, muchos momentos lindos con Sakura. Esta vez no solo recordó esa imagen de ella con otro chavo.
Sabía perfectamente que quería a Sakura, y que la extrañaba, pero por alguna razón, no podía ni pensar en perdonarla.
Ahora estaba de nuevo comprometido con Meilin, ella era muy linda con el, y a menudo preguntaba que había pasado con Sakura. Pero el no contestaba, simplemente se daba la vuelta y comenzaba a caminar. Meilin no sabía que pasaba, pero sabía que en el fondo, Syaoran aún quería a Sakura. Ella lo quería muchísimo, y quería lo mejor para el, pero... ¿qué haría si Sakura apareciera de nuevo? Ella era su amiga, pero el era su amor. Ya había renunciado una vez a el, y no quería volver a hacerlo.
Esa noche del primer día de clases, Meilin hizo de cenar para los dos. Y en la cena...
Meilin – Syaoran, ¿cocino bien? O... ¿es mucho mejor Kinomoto?
Syaoran – ¿Por qué insistes en compararte con ella?
Meilin – Aun la extrañas, ¿cierto? Dime ya, ¿Qué paso? Tengo derecho a saber.
Syaoran – (enojado) ¿Y con eso me dejaras en paz? OK, aquí va, cuando fui a Japón a darle la sorpresa de que estaría con ella un par de días, la vi con otro hombre.
Meilin – (muy triste) Y... ¿Qué te dijo?
Syaoran – (molesto aún) Nada, no hable con ella, no le di la oportunidad.
Los ojos de Syaoran cambiaron, de estar enojados, se pusieron cristalinos y tristes.
Syaoran – (mas calmado) Podemos seguir cenando, quiero descansar.
Meilin – (confundida) ¿Por qué no la dejaste hablar?
Syaoran – He dicho que sigamos, no quiero hablar de eso.
Meilin – (gritando y llorando) ¡Pues yo si! No quiero estar con alguien que no me ama, alguien para el que no soy la mujer de sus sueños. Es increíble lo tonto que eres, la dejaste ir sin explicación alguna, te refugias en mi, y mucho tiempo después me entero. Deberías buscara y saber que paso. Y por mi cuenta, nuestro compromiso se rompe hasta que TÚ sepas que quieres.
Se levanto de la mesa Meilin, dejándolo solo, y pensando en mil cosas. Sabia que había sido un patán con Meilin, no amándola, estando con ella mientras el amaba a Sakura. Meilin tenía razón, debía arreglarlo todo. Pero... ¿Cómo?
Meilin se fue a su cuarto, estuvo un rato llorando, y recordó lo mucho que le había dolido la primera vez que lo dejo, y entonces recordó quien había estado con ella todo ese tiempo... Tomoyo.
Tomoyo - ¿Bueno?
Meilin – Syaoran aun la ama, y rompí de nuevo nuestro compromiso, debe arreglar las cosas con ella, debe ser feliz... pero... ¡yo lo amo! (y se soltó a llora)
Platicaron durante un buen rato. Tomoyo logro tranquilizarla, pero Meilin seguía triste, una vez mas dejaba de ser feliz con tal de que el lo fuera.
Al otro día, Syaoran volvió a la escuela y "estudio", pero, no dejaba de pensar en ella. En como arreglar las cosas.
Al terminar las clases fue a una agencia de viajes.
Syaoran – Necesito un boleto de ida y regreso a Japón, Tomoeda.
Cajera – ¿Cuándo se quiere ir?
Syaoran – Lo mas pronto posible.
Cajera – El viernes a las 7 de la mañana, ¿esta bien?
Syaoran – Claro. La fecha de regreso la fijo en Japón. Gracias.
Después de mucho pensarlo decidió que iría a verla, y arreglaría todo de una vez por todas, no quería cargar más esa tristeza. Y de esto dependería mucho. La extrañaba, pero hasta no saber bien que onda, el simplemente no la dejaría ir.
El viernes partió a Japón, sin avisar a nadie acerca de sus planes.
