Capitulo 16 – Carta, listón, viento, café…
Al siguiente lunes, como siempre, Sakura iba tarde para sus clases…
Sakura – (terminando de peinarse) Ah! Kero, mete mis cuadernos a la mochila mientras yo desayuno, por favor.
Kero – (medio dormido aun) Tarde… otra vez.
Sakura bajo corriendo a desayunar con su papá y Touya. Kero se quedó en el cuarto arreglando la mochila, en una pila de cosas estaban los cuadernos, y hasta arriba un cuaderno casi nuevo.
Kero – Supongo estrenará cuaderno…
En cuanto terminaba de meter el segundo cuaderno a la mochila, llego Sakura corriendo y terminó de meter las cosas.
Sakura – (en la puerta lista para salir) Gracias Kero, en el escritorio te deje algo…
Había un enorme trozo de flan.
Kero – Ah¡Gracias! (y comenzó a comer)
Salio corriendo de la casa para poder llegar a clase. Milagrosamente llego justo a tiempo para que la dejaran entrar y como no había ya lugar cerca del pizarrón, tuvo que sentarse hasta atrás. Al abrir la mochila, vio un cuaderno que no había visto antes. Y al abrirlo, en la primera página, una carta escrita por ella, pero… no recordaba haber visto el cuaderno antes, y mucho menos recordaba la carta. La curiosidad le comía el alma y comenzó a leer esa carta que había acaparado toda su atención. ¿Qué decía la carta?
Hace poco leí cartas, cartas que tú escribías, que yo escribía. Diciendo lo mucho que me dolía cada vez que te recordaba. El hecho de que me amabas y te amaba, pero la distancia pudo más que nosotros.
Cada carta sin enviar es como una espina mas que se clava en mi corazón. ¿Cómo deshacerme de toda esta enredadera, si cada vez que lo intento me acuerdo mas de ti, y me enredo mas en este amor inconcluso que tuvimos?
Sabes lo mucho que extraño ese sabor de tus labios, ese extraordinario sabor entre amargo y dulce que impregnabas en mis labios, en mi vida.
Extraño estar a tu lado, pensando que eras todo lo que necesitaba en ese momento, aun que tu estuvieras a millones de kilómetros de mi, de mi mente.
Extraño ese color en mis mejillas cada vez que decías "te amo", extraño ese frío tan especial que lograbas hacerme sentir cuando me veías.
Extraño esos besos que me transportaban a otro mundo, un mundo totalmente distinto al que ahora tengo que habitar. Un mundo donde solo tu y yo existíamos, y que aun que seguías lejos de mi, pensaba que estabas mas cerca que en el mundo real. Y es entonces cuando deseo que ese fuego tan especial me quemara una vez más, y que con esta ultima vez simplemente me mataras, y muriera a tu lado…
Te amo…
Sakura
Sakura no entendía que era eso, definitivamente era su letra, pero no recordaba haber escrito eso. Una sensación de tristeza y desesperación por saber para quien era esa carta la invadió, y de pronto el salón no era suficientemente grande para ella. Tomo sus cosas y salio del salón sin siquiera avisar.
Mientras paseaba sin rumbo por la escuela, el viento comenzó a soplar, haciendo que el listón que llevaba amarrado en el cabello volara por el jardín de la escuela. Ella iba vestida con unos pantalones blancos y una blusa azul. El listón blanco que había volado la invitaba a correr para alcanzarlo.
El listón paró su viaje en los pies de un chico, zapatos negros, pantalón de mezclilla, camisa gris, ojos cafés y el cabello alborotado. Se agacho y recogió el listón…
Syaoran – ¿Es tuyo?
Estas dos palabras, insignificantes para cualquiera, hicieron que Sakura sintiera ese fuego que había leído momentos antes en su carta.
Sakura – (sonrojada) Si… gracias…
Syaoran extendió la mano y le dio su listón. Y ese roce de sus manos hizo que Sakura sin pensar comenzara a platicar, y a sentir que ese fuego cada vez fuera más y más apasionado.
Sakura – ¿No tienes clase?
Syaoran – No puedo concentrarme, decidí mejor salir del salón.
Sakura – ¿Cómo crees¡Yo también!
Sakura se sintió muy rara por esta confianza que de pronto sintió, pero era una sensación que le resultaba familiar. Syaoran también noto ese cambio…
Syaoran – ¿Quieres ir por un café?
Sakura – (sin pensarlo y con las mejillas mas rojas que antes) Si…
