Antes de comenzar… Ya saben, ninguno de los personajes de Shaman King me pertenece son de Hiroyuki Takei y TV Tokyo.
Subido por 2da ocasión porque faltó un fragmento. No me fijé la primera vez que lo subí. Siento los inconvenientes.
Este fic toma la trama de una canción ranchera de un grupo del cual desconozco su nombre. Andaba por el centro de la ciudad y ahí la escuché. Quizás ustedes la reconozcan. Como amante de la música clásica y de todo tipo antes de los años 90's, tenía prejuicios respecto a este tipo de canciones, "las rancheras"; pero me di cuenta que narran anécdotas muy interesantes. Bueno, si ustedes saben de qué canción salió este fic, por favor me dicen. Aún así, desde este momento dejo dicho que respeto la autoría de su creadores. No les cuento la historia completa porque si no, pues no tiene caso que lean el fic, jajaja. ¡Disfruten!
Juego Perdido
Un fic de Shaman King
Por AmalteaSíbila
"En su orgullo y soberbia todo lo jugó. Más que con su vida, con la de ella lo pagó. Nunca pongas sobre la mesa lo que no estás dispuesto a entregar."
Capítulo Uno
El día que nunca llegará.
-Te amo. —Dijo él.
Anna estaba de espaldas a la ventana. El kimono de seda blanca yacía en el piso.
Lo había sacado para probárselo. Tenía un ligero aroma a duraznero porque su envoltorio, un baúl rectangular y de no más de treinta centímetros de altura, estaba recubierto en sus interiores por la madera de cuyo árbol provenía la fruta. Sencillamente era la tela más exquisita que jamás haya visto en su vida, la mejor seda del Japón. El velo era aún más fino y delgado. Y pesar de que la costumbre dictaba que el lienzo debía ser plano, la señora Kino bordó detalles de garzas color oro en las mangas y la bastilla.
Lo alzó más arriba de su cabeza para apreciarlo mejor. Incluso se sonrojó al verse frente al espejo con la túnica sobrepuesta. "Tonta" se dijo en voz alta. Pero no podía evitarlo. En verdad estaba feliz. Una semana. Y ese día se convertiría en su esposa. Sería la mujer de Yoh Asakura. Y por supuesto, la emperatriz de todos los shamanes…pero eso era en realidad lo de menos.
Si el atardecer de la comitiva era tan cálido como el que caía en aquellos instantes, si la brisa hacía danzar a los cerezos en flor (y si los amigos de su prometido no hacían gala de sus locuras), el acontecimiento sería perfecto, como toda novia anhela.
Ella llegará cubierta por el velo y sólo él podrá retirarlo. Porque él es quien viste la hakama negra y le ofrece a beber el dulce sake, traído y bendecido allá en la lejana Montaña Ozore para unirlos con todos los dotes y bendiciones.
Entonces apareció en el marco de la puerta. Ahí en su habitación sin que ella jamás se diera cuenta de su presencia. Fue cuando Anna, sobrecogida, tiró la yukata ceremonial.
-Te amo tanto. —Repitió trémulo.
Algo brilló y se escuchó el viento cortarse.
Las flores dejaron de caer sobre ellos, el pequeño plato de porcelana se le escapó de las manos y terminó por hacerse añicos.
Todo se borró.
Anna deslizó sus manos firmemente sobre el filo de la katana que tenía insertada en el pecho; con lentitud, como hace un ciego para reconocer un objeto. Y al ver sus palmas sangrantes y sentir que la piel le escocía, quiso llorar de desesperación; pero no por miedo a la muerte, al dolor físico o a la oscuridad que comenzaba a nublarle la vista. No…
Era por la terrible confusión e impotencia que dominaron su, en otras ocasiones, indestructible temple.
"Buda… ¿Por qué está pasando esto?... ¿Por qué Buda¿POR QUÉ?"
Pero el ritmo de su respiración que se detenía tan aprisa como el plasma brotaba de su pechoúnicamente le dejó aliento para decir el nombre de aquel cuya sonrisa siempre la tranquilizó, de su amado desde la infancia, de su prometido, de quien una vez le robó el corazón y ahora le quitaba la vida.
-Yoh…-
Un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Frío, tan frío...
Yoh retiró con rapidez la espada y la chica no pudo sostenerse más, pues aunque ella se sentía poco a poco más ligera, su cuerpo pesaba como si en vez de huesos y carne, estuviera hecho de plomo.
¿Por qué aún la abrazaba? Ah... si tan sólo le hubiera explicado quizás no moriría tan atormentada. ¿Qué es eso que se oye¿A caso él está llorando? No podía estar segura. Ojalá hubiera podido decirle que aunque no comprendía, que a pesar de la amarga tristeza que sentía en esos momentos, lo seguía amando.
Pero ya no sentía el cuerpo. No había frío, no sentía dolor, el aroma de la sangre se hizo imperceptible. Y dado que sus ojos ya no le ofrecían más que siluetas borrosas, los cerró.
Y la oscuridad fue total.. A fuera había anochecido.
Fin del Capítulo Uno
Notas de la Autora:
Weeeeeeee! Estoy de vuelta, jejeje. Ya ven, parece que la afición pudo contra toda mi saturada agenda. Tenía que sacarme esta historia de la cabeza y bueno, aquí tienen. Aunque va a ser un fic medio corto y de tres capítulos nada más, espero que les guste. ¡Reviews porfa¿Debo seguir el fic¿Ya saben cómo se llama la canción o de quién es¡Ahí me dicen por favor!
PD: Disculpen el mal uso de los signos de admiración e interrogación... al subir el documento así aparecieron y aunque traté de corregirlo en el "QuickEdit", no me hizo caso uu.
