Caballero de Hyrule.

Por: Zero Link

Este fic es lo que podríamos decir la "continuación" del fic de Fairy Li: Un día inolvidable (claro que con el permiso de Fairy Li ).

A pesar de lo sucedido en esa historia, Ruto sigue aferrada a su "compromiso" con Link U, así que no va a permitir que Link se le vaya tan fácilmente de las manos UU. Zelda sigue pensando todo el tiempo en el beso de ese día y piensa hacer algo al respecto para quedarse junto a Link (para ser chico no escribo mal las románticas¿eh?). Link tampoco puede sacarse ese beso de la mente y va al mercado todos los días para ver si encuentra a Zelda paseando por ahí (es de imaginarse que a la chica no le gusta estar encerrada en el castillo y se da de vez en cuando sus escapadas), pero extrañamente sin éxito. Está preocupado de no verla en un par de semanas y le urge hablar con ella, pero le da mucha pena ir al castillo desde lo del beso.

Aclaraciones:

: cambios de escena

(...): intervenciones mías y explicaciones

Sin más, ahí les va.

Caballero de Hyrule.

Capítulo 1¿Dónde pertenezco?

Parecía una mañana cualquiera en el bosque Kokiri, todos se habían levantado excepto un chico; pero no cualquier chico, entre los eternamente niños Kokiri, este se veía como un gigante; y es que, a sus casi 16 años, nadie podía negar que Link no era un Kokiri, pero no dejaba de actuar igual, seguía levantándose tremendamente tarde U. Al fin se dignó a siquiera abrir los ojos, y al ver el cielo desde su ventana recordó como todos los días ese mágico atardecer... y ese beso... se ponía rojo como manzana sólo de recordar ese precioso momento en que sus labios se unieron a los de Zelda. Zelda... -¡ES CIERTO!- se escuchó salir de su casa del árbol, haciendo que medio bosque Kokiri se estremeciera con el grito UU. -¡Se me hace tarde!- Se apresuró a ponerse sus botas, sus guantes, lavarse la cara y salió a toda velocidad del bosque, no sin antes llamar con su ocarina a Epona para ir más rápido.- ¡Apúrate, Epona¡Tal vez hoy si llegue! U- decía Link, quien estaba medio mareado con tanto apuro U. Como todos los días desde... sí, adivinaron, desde lo del beso, iba al mercado para ver si encontraba a... ya saben quien, Zelda, e invitarla a pasear o algo, y así, hablar con más tranquilidad de lo sucedido ese día; pero sus ánimos se venían abajo cada vez que no la encontraba, y había sido así durante todo ese tiempo, lo cual era raro, pues eran ya del beso, digo del día de campo ¡dos semanas enteras! Y ni una señal de ella; para desgracia del joven Hylian, ese día no era la excepción. Desanimado, triste y desilusionado, dijo con desgano a Epona, ya que iba saliendo, lo que le había dicho todos esos días -Vamos a dar una vuelta por el campo, Epona- suspirando profundamente. Ante la situación; su buena amiga, Saria, le decía -¿Y por qué no vas al castillo para hablar con ella?- A lo que Link respondía bajando la cabeza y diciendo siempre lo mismo –No puedo... no siento el valor de ir a buscarla. Solo de pensarlo, me da mucha pena- Era así todos los días.

Lo que Link no sabía era que había cierta princesa que no estaba en una situación distinta a la suya, ella no se sentía con el valor de salir del castillo a buscarlo. La princesa Zelda estaba en el mismo estado que él, pensaba en ese beso siempre antes de dormir, al levantarse, todo el tiempo; estaba en las nubes. Impa decía lo mismo que Saria -¿Por qué no sale a buscarlo?- pero la reacción de Zelda era aún más penosa que la de Link –Este... ¬¬ yo... – Ni siquiera daba una excusa, se ponía todo lo roja que le permitía la sangre y apenas podía articular palabra; luego, salía corriendo al sentir su cara arder y se encerraba en su cuarto tratando de calmarse. Ambos son un caso perdido de vergüenza y timidez.

Lo peor era que Link no sólo tenía ese problema, sino que otros líos le hacían más difícil la vida de lo que ya era sin ver a Zelda. El primero de estos lo persigue (literalmente U) desde hace una semana; con la ausencia de Zelda en la escena, Ruto no perdió el tiempo y de nuevo empezó a recordarle a Link lo de ese compromiso al que el pobre chico se había metido sin darse cuenta... (Ojo: lo que viene es un flash back de lo sucedido hace una semana, termina en el cambio de escena)

Link estaba regresando del mercado como lo había estado haciendo durante más o menos una semana; decidió refrescarse un rato en el lago Hylia, no sin antes recordar ese precioso atardecer que pasó junto a su querida Zelda. Se disponía ya a irse al bosque, cuando oyó un movimiento en el agua; al imaginarse de quien se trataba, empezó a apresurarse, pero al voltear para cerciorarse de quien era...

PAM

¡LINK¡Link, tenía ganas de verte!- Como se imaginaran, Ruto corrió para, muy a su manera, "abrazar" a Link. - Oh, hola Ruto- Dijo aturdido Link. Sólo un pensamiento pasaba por su mente -¿Por qué a mí! UUUU- La princesa zora parecía haber notado que Zelda no salía del castillo hace días, así que se sintió con el camino libre hacia Link, para desgracia de Link U. -¿No te has olvidado de nuestro compromiso, o sí?- dijo Ruto, haciendo que Link se sobresaltara de solo recordarlo. -¿Compromiso¡Ah¡El compromiso! Je, je, je U... no, no lo he olvidado UU- respondió el joven Hylian, más temeroso de hacer enojar a Ruto que de otra cosa. -¡Qué bien! ... no lo olvides, con el Zafiro de los Zoras has sellado ese compromiso, y por eso, tú serás mi esposo- Ante aquel recordatorio, Link se sentía amarrado, prisionero y... ¡Totalmente encadenado a Ruto! –Este... Ruto... – Interrumpió Link -¿Sí? - dijo Ruto dulcemente; (por increíble que parezca) pues, con la situación, sentía tener a Link en la bolsa –Este... no hay alguna forma de... – empezaba a preocuparse; pues con una pregunta como la que iba a hacerle, temía la peor reacción por parte de Ruto –¿no hay forma de disolver el compromiso?- Dijo rápidamente y esperando lo peor. Pero la pregunta no pareció afectarle a Ruto en absoluto, pues seguía de muy buen humor –La única forma de que nuestro compromiso se anule... – dijo Ruto -... es que yo deje de querer ser tu esposa... – Link no habló, y Ruto no había terminado -¡Pero nunca te dejaré de querer Link!- Dicho esto, se abrazó más fuerte a Link, al punto de casi no dejarle respirar U. -¡Está bien, cálmate! XxU- Suplicó el pobre de Link, quien estaba ya poniéndose azul por el "abrazo" de Ruto. –Bueno... ¿no deberías soltarme ya?- Preguntó ya algo fastidiado por el insistente abrazo de Ruto. –Está bien - Dijo la princesa zora, que no había cambiado su expresión ni su humor; y dicho esto, se soltó por fin del pobre Link, quien tenía ya prisa por regresar a su casa y salir de tan incómoda situación. Este, salió corriendo a Epona y escapando a todo galope de Ruto.

Link llegaba a su casa del árbol después de la vuelta por el campo de Hyrule, eran como las dos de la tarde y no había comido nada; Saria había dejado un plato de comida y una nota que decía: "Come algo antes de salir corriendo como loco o no tendrás fuerzas para regresar". Saria... ella era su mejor amiga, su confidente. Poco antes de iniciar su gran aventura para salvar la tierra de Hyrule, había pensado que incluso le gustaba, pero luego... Zelda... siete años de viaje en el tiempo... "Link, no eres un Kokiri"... "Saria es la sabia del bosque"... Todo era muy confuso para él y más el decidir si quedarse o no en el bosque; ese era su segundo y más agudo problema: una terrible crisis de identidad que no lo dejaba tranquilo...

Link no sabía a dónde pertenecía, no quería irse, pero tampoco sentía que ese era su lugar. Él había crecido en el bosque Kokiri, era su hogar; pero, él no era un Kokiri, creció como uno, pero no lo era. No quería preocupar a Saria con sus problemas, así que decidió hablar con alguien distinto; además, si tuviera que irse, no querría que Mido siguiera molesto con él. Mido no era el Kokiri más agradable de todos, pero sabía dar buenos consejos. Link entró a su casa respetuosamente; fuera o no un Kokiri, seguía viviendo en el bosque, así que Mido era también su jefe; éste, al ver entrar a Link, resopló molesto. –Este... hola, Mido- dijo Link, quien no se sentía cómodo con la áspera actitud de Mido. -¿Qué quieres?- dijo Mido secamente. –Quisiera hablar contigo un momento¿Te molesta?- dijo Link aún más intimidado por el recibimiento. -¿De qué quieres hablar?- dijo Mido, suavizando un poco su tono, al notar que el joven le demostraba mucho respeto. Después de platicar un rato sobre cosas sin importancia, Link fue directo al grano –¿Sabes Mido? Después de pensarlo bien, no siento que este sea mi lugar; no digo que no me guste estar aquí, solo que después de enterarme que no soy un Kokiri, siento que no debería estar aquí, que no pertenezco al bosque Kokiri... – Mido notó el tono de confusión y tristeza del joven Hylian, así que decidió hablarle más bien como un amigo –Link... tú eres un Hylian, siempre lo has sido y siempre lo serás... - esto desanimó a Link, pensando que ya lo estaba echando del bosque, pero Mido continuó -... pero¿Acaso no has crecido y vivido todo este tiempo como un Kokiri¿No te has quedado en el bosque, aún después de enterarte de que eres un Hylian? El ser parte de aquí o no está en tú corazón, en lo que tú sientas y pienses; si sientes que eres del bosque, debes quedarte hasta que decidas que es tiempo de partir. Yo no soy nadie para retenerte o echarte, eres libre de quedarte o irte, amigo- Esto último impresionó a Link, nunca hubiera pensado que Mido lo considerara su amigo. –Gracias por el consejo, Mido - Link ya se sentía más en confianza, así que decidió cambiar de tema –Oye, Mido- dijo Link ya más tranquilo -¿Sí?- contestó éste también más relajado –¿No has pensado en que... deberías decirle a Saria lo que sientes por ella?- Mido casi se cae de su silla al oír semejante pregunta -¿Queeé¡¿De qué demonios hablas, Link! 00- gritó el Kokiri, rojo hasta las orejas. –Todos sabemos que te gusta Saria desde hace ya casi nueve años; además, me pasó algo parecido con Zelda hace unas dos semanas - Mido se impresionó con la sinceridad de Link, quien estaba notablemente sonrojado. – También... quiero confiarte un secreto... - continuó Link, bajando la voz y desviando la mirada, pero menos sonrojado. –Hace unos años, antes de iniciar el viaje que te conté, yo... pensaba... que Saria... me... gustaba- Mido estaba atónito... ¡Sus sospechas sobre Link en ese tiempo eran ciertas! Tampoco quiso quedarse ese secreto, y le confió al joven Hylian su secreto. –Ya... lo suponía ¬¬- dijo Mido desviando la mirada; Link cayó al suelo ante tal confesión, pero lo peor venía. –Por eso... yo te trataba tan mal- Link no podía estar más sorprendido. -¿Conque por eso era! ¬¬X- gritó el joven Hylian, medio molesto, medio bromeando. –No te preocupes U- trató de tranquilizarlo Mido, también medio en serio, medio bromeando. –No hay problema - dijo Link. Luego, ambos rieron; todos se extrañaron de oír risas saliendo de la casa de Mido. Después de parar con las risas, Link se quedó pensativo un momento y se retiró de la forma tan respetuosa como entró, no sin antes decir unas últimas cosas a Mido. –He decidido quedarme, Mido ; y, por cierto, trata de ser un poco más amable con los otros. Si todos vieran como eres en realidad, creo que hasta Saria cambiaría su actitud hacia ti 0- Esto último lo dijo pícaramente, haciendo sonrojar al Kokiri.

Link había pasado tranquilo el resto del día, pues se había quitado un problema de encima y decidió ir al castillo de Hyrule al día siguiente a primera hora.

El día resplandecía en todo Hyrule y el bosque Kokiri no era la excepción. Link increíblemente se había levantado temprano y se estaba preparando para salir. Se hizo su desayuno tranquilamente y, cuando se disponía a ir a ver a Zelda al castillo, algo raro sucedió. Sus guantes brillaban y cuando por fin paró el brillo, éstos se habían transformado en ¡Los guantes dorados! Link no lo creía; pero eso no era lo único, ya que al revisar sus bolsillos, encontró los Lentes de la Verdad, su bolsa de Deku-nuts, la escama dorada, la bolsa de bombas, el Longshot, todo. En su espalda sintió luego un peso, cuando revisó estaban su bolsa de flechas, el arco, sus dos escudos (el Hylian y el de espejo) e incluso, sus flechas especiales y los hechizos de Din, Nayru y Farore (me imagino que las palabras para los hechizos, o si no, los cristales que salían en el juego). Cuando parece que han terminado las sorpresas, aparece en su mano una ocarina muy similar a la Ocarina del Tiempo.

Link aún no había salido de su asombro, cuando un grupo de Kokiris encabezado por Mido y Saria entra en su casa, y le presentan una espada casi igual a la Master Sword. Mido entonces toma la palabra, para explicarle al joven el por qué de tal regalo. –Link, hemos decidido entregarte esta espada forjada por nuestros mejores herreros para demostrarte lo mucho que te apreciamos aquí- Link no sabía qué decir; estaba muy feliz de que todos le demostraran así que él es importante para ellos. Decidió no usar palabras y solo envainó le espada con una gran sonrisa. -... Gracias - fue lo único que pudo decir. Al salir del bosque, llevando solo lo necesario (escudo, espada, guantes, Longshot, arco, flechas, ocarina, nunca se sabe U), llamó a Epona con su nueva ocarina; cuando la joven yegua acudió a su llamado, un guardia del castillo de Hyrule llegaba muy apresurado. -¡Joven Link!- Era el guardia de la puerta del castillo, y traía una carta. –Joven Link, la princesa Zelda le envía esta carta, me dijo que se la diera lo más rápido posible- Link no entendía nada, pero sentía que esa carta tenía las respuestas de sus preguntas.

¿Qué les parece? Link confundido, Ruto se porta dulce, una carta de Zelda... ¿A dónde llevará todo esto? Reviews, por favor... ¿Creen que esa carta realmente tenga las respuestas que hay en la mente de Link¿Por qué reapareció el inventario de Link¿Hay herreros en el bosque Kokiri U? Solo algunas respuestas en el próximo capítulo de Caballero de Hyrule...