DISCLAIMER: Nada ni nadie de lo escrito a continuación me pertenece, salvo mi locura y mi persona... ô.o que hasta donde tengo entendido sí son mías, pero en este mundo matraca donde el que no cae, resbala, no podría asegurarlo con certeza.
(música matona)
Poco tiempo hay para conquistar
la medalla que te calificará
y deberás caer
para volver
a la liga otra vez
Es Yoblade! Yoblade!
(más música matona)
Hazlos luchar siempre de ese modo
y "¡Pokébola, ve!" deberás gritar,
mi Pikachu siempre ganará,
no lo puedes evitar...
Es Yoblade! Yoblade!
(un último cachito de música matona, y luego...)
Es Yoblade! Es Yoblade!
YoBlade!
¡Qué más da!
Pago por evento. (Batallas Privadas)
Contrariamente a lo que se esperaba, el abuelo, que se había curado casi milagrosamente, no le hizo ningún reclamo a los que se fueron por haberse ido, aparentemente sin preocuparse por él. Claro, como buen abuelo cariñoso, había notado el ambiente tensísimo que había entre los tres que se quedaron con él, aunque intentaran ocultarlo, y entre la falta de concentración de ellos y sus grandes habilidades, logró que Kai le soltara, en fragmentos, a dónde y a qué habían ido Tyson y los demás.
Con la sabiduría de los viejos, supo que se avecinaban momentos tormentosos. Y por ello, decidió hacer lo que estuviera a su alcance para suavizarlos, dado que no había forma de evitarlos.
Y la primera de esas grandes acciones que llevó a cabo para el porvenir fue ir a comprar víveres, como cada sábado. Dado que los bladefixers estaban entrenando, Jenny se "ofreció" dedocráticamente para acompañarlo.
Y, contrariamente, Tyson decidió actuar estúpidamente con tal de derrotar al equipo Psykotick a como diera lugar.
Y la primera de esas estúpidas acciones que llevó a cabo fue emperrarse para modificar su yoblade más allá del marco de lo Legal.
Rei, cuyos hábitos incluían la serena meditación y seguir siempre su código de honor, protestó. Les soltó un buen sermón de que los bladefixers siempre debían jugar limpio, sin importar que se enfrentaran a gente que hace marranadas. Aún si esas marranadas implicaban guerras de lodo. Aún si esas marranadas implicaban modificar la vialidad de la ciudad y hacer túneles debajo de la plaza principal.
Pero Tyson, como es bien sabido, no aceptó nada, y siguió montado en su burro. Cosa que al burro, claro, no le hacía la más mínima gracia.
Y Rei se fue, y cayó la noche, y mientras miraba el río sin verlo, se encontró a Salima, que al parecer también iba a espiar al río, pues se decía que esa era la ruta que seguiría Nessie para regresar a casa.
La conversación que entablaron abarcó todo, desde comida de perro hasta los derechos de los zurdos y los izquierdos de los diestros. Y descubrieron que pensaban de la misma forma. Luego, Salima tuvo una extraña idea.
— o.o Rei, he tenido una visión
— ô.ó ¿qué clase de visión? ¿una hormiga en calzoncillos? ζ c/p: ... maldito pornográfico degenerado blasfemo... ζ
— o.o no, Rei... he visto que si los bladefixers pierden en el encuentro, salvarán sus pokémon bit
— ô-ó ¿cómo es eso posible?
— no lo sé, pero es la visión que me han enviado los ancestros.
— ¬.¬ naaaaaah...
— o.o es en serio! Es más, si prometes que perderán, te entregaré los yoblades con los pokémon bit para que los analicen.
— ¬.¬ ¿y eso en qué nos ayuda?
— no lo sé, pero es lo que me ordenan que haga los ancestros
— ¿los ancestros de quién?
— ... no lo sé.
Rei, en ese momento, comprendió porque se llamaban Equipo Psykotick. Definitivamente tenían una lesión cerebral.
Pero aun así, acordaron verse ahí, al día siguiente, para hacer un pacto de sangre.
Rei intentó convencer a los demás bladefixers de aceptar el trato. Pero nadie lo aceptó porque era ilegal, inmoral, y un atentado contra la razón, además de que no entendieron bien como iba todo el asunto.
Y aun así, Rei fue al puente otra vez. Cuando habían pasado dos horas y Salima no aparecía, llegó Kai, que le advirtió que esos sujetos estaban trastornados y que ella, probablemente, también tuviera alzheimer, como Kane, y ya hubiera olvidado el acuerdo.
Rei no dijo nada, y Kai se fue.
Y amaneció, y Salima nunca llegó porque, en efecto, había olvidado todo el asunto. Entonces Rei se enfureció, y recordó que su primera lealtad era para con su equipo, no para con una trastornada pelirroja.
Y, al fin y al cabo, como siempre, los bladefixers ganarían, sin importar cómo.
— "navidad, navidad, Santa me falló, mi trabajo es un fiasco, nunca me gustó! Gastos sin razón, sueldo que no llegó...! — seguía cantando, fúricamente, el eq de prod
— XO está bien, está bien! YA LÁRGUENSE! — les gritó el Director
— n0n genial! — dijeron todos, y se habían ido antes de que el eco del grito del Director se apagara por completo. El Director suspiró, y se fue.
