DISCLAIMER: Nada ni nadie de lo escrito a continuación me pertenece, salvo mi locura y mi persona... ô.o que hasta donde tengo entendido sí son mías, pero en este mundo matraca donde el que no cae, resbala, no podría asegurarlo con certeza.

(música matona)

Poco tiempo hay para conquistar

la medalla que te calificará

y deberás caer

para volver

a la liga otra vez

Es Yoblade!! Yoblade!!

(más música matona)

Hazlos luchar siempre de ese modo

y "¡Pokébola, ve!" deberás gritar,

mi Pikachu siempre ganará,

no lo puedes evitar...

Es Yoblade!! Yoblade!!

(un último cachito de música matona, y luego...)

Es Yoblade!! Es Yoblade!!

YoBlade!!

¡¡Qué más da!!

Las malas hierbas mueren con herbicidas. Siempre. (Mala hierba en la Gran Manzana)

— no... no lo puedo creer —Max estaba sentado en un sillón, derrotado, la cabeza agachada, la mirada perdida, los codos en la barra, en fin, cerveza fría, y toda la gente le canta-aba... bueno, no le cantaban, de hecho, nadie decía nada, salvo Max, que repetía cada cierto tiempo el bendito "no... no lo puedo creer", como si eso ayudara en algo.

Lo único que lograba con su actitud era desesperar a todos los demás, que en vano buscaban una manera de consolarlo o distraerlo, porque no parecía que pudieran ayudarlo.

En pocas palabras, había que hacer algo, pero ya!

— no... no lo puedo creer...

— pues créelo —le espetó Rei.

— no... no lo puedo creer... primero lo de Gaia y ahora esto... —mientras decía eso, levantó la cabeza y miró rencorosamente a quien proclamaba la culpable de todo.

— ô.ó ¿qué me ves? —preguntó Hilary, mosqueada.

— no es para ti —le dijo Rogran con la voz apagada—. Es para la que está atrás de ti.

En efecto, público querido, Hilary estaba sentada en otro sillón y atrás de ella, recargada en la pared, estaba Morgan, a quien no le importaba en absoluto (o eso parecía) lo que estaban diciendo.

— La primera muerte de Gaia la pediste tú, Max —replicó con cansancio— y la segunda también.

— ... pedí que la revivieran, no que la maldijeras.

— ¿y no es lo mismo?

— ¡Deja esa retórica, Flint! —ladró Rogran—. Nada va a cambiar el hecho de que condenaste a la Tierra a una eternidad en agonía.

— Gea ya no siente nada.

— ¡Sólo el dolor de estar expuesta a la luz del sol sin poder morir como cualquier vampiro normal!

— ¿En realidad crees que Gaia podría soportar la luz del sol, siendo tan joven como es?

— ¿Joven? Perdón, no creí que al tener millones de años de edad todavía se considerara joven.

— Tuvo una larga vida, pero eso no le quita que sea una recién muerta.

— Entonces, ¿cómo es que no se ha desintegrado? —inquirió Max.

— Por Júpiter...

— No blasfemes —la interrumpió Rogran.

— ¡Ese Júpiter no! El Planeta Júpiter ha cambiado de lugar con Venus, y se ha alineado permanentemente con la Tierra.

— ô-o pues el cielo se ve igual de verde y tiene los mismos dos soles de siempre —comentó Rei.

— Lámparas artificiales, cambio de traje —replicó Morgan.

— ¿Y si Júpiter se desalinea de la Tierra? —preguntó Tyson.

— Si eso pasa en los próximos dos millones de años, todo se irá al caño. Después de eso, no importa.

— aaaaah —dijeron los Bladefixers a coro.

— aun así, no lo puedo creer —volvió a decir Max.

— aaaaaaaaaaaaaaagh!! SUFICIENTE!!!!!!!! —explotó Tyson—. Vas a ir a ese torneo, lo vas a ganar, y nos vamos a olvidar de cualquier estúpida roca y de cualquier seudo-maldición!!!

Tan enojado estaba Tyson, que todos obedecieron al instante, so pena de que los atacara con una sierra eléctrica.

Y como nadie en toda la ciudad se había inscrito en ese torneo aparte de Alan y Max, la primera (y única) batalla fue entre ellos dos.

Alan, el malvado y traicionero Alan, tenía un yoblade con un trozo de la roca en él.

Pero como es un estúpido, no pudo controlar el pokémon bit potencial de su yoblade.

Aunque eso no importaba del todo, porque Max estaba demasiado ocupado debatiendo consigo mismo como para poder concentrarse en la batalla.

Y aun así, aun así...

Tenía que ganar, eso era obvio. Ganaría, era ineluctable ζ c/p: tardé siglos en averiguar qué significaba esa palabreja, y ahora que lo sé, me dispongo a usarla y torturarlos no diciéndoles qué significa ζ. Y cuando lo hiciera, forzaría a Alan a someterse al detector de mentiras y a cualquier suero de la verdad habido y por haber para que soltara la sopa de por qué había ayudado a robar la roca.

Los policías ineptos llegaron y trataron de arrestar a Alan.

Por alguna estúpida razón, Judy no los dejó.

Total, que al final Max ganó sin reconfigurar Matrix, y llevaron a Alan a que confesara.

— XO yo no fui! —gritó Alan. El detector de mentiras zumbó—. Bueno... nada más ayudé...

— ¿por qué, Alan? —había un tono de súplica impregnado en la voz de Max.

— UoU pues porque me pagaron.

— ô.o ¿cuánto?

— UoU lo suficiente

— XO ¡¿y por qué no me dijiste?! Te habría ayudado!!

— U⌐.⌐ interesado... quizá la individua que me contrató quiera robar otra roca, deberías contactarla.

— ô.o ¿cómo era?

— pues blanca, con pelo corto, rubio y ondulado, tenía un lunar junto a la boca, y siempre usaba lentes aunque estuviera en una bodega absolutamente oscura.

— aah... bien :3 iré a buscarla! —dijo Max, y se fue corriendo, frente a la mirada atónita de todos los presentes.

— no... no lo puedo creer —dijo Judy trabajosamente.

— u-u parece que viene de familia —comentó Kenny.

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El Director colgó el teléfono.

— El Productor... ya viene —dijo, mientras se empapaba en sudor frío.

El Eq de Prod afiló los machetes y encendió las antorchas.