—No puedo creer que quieran eso!

—Pues créalo.


DISCLAIMER: Nada ni nadie de lo escrito a continuación me pertenece, salvo mi locura y mi persona... ô.o que hasta donde tengo entendido sí son mías, pero en este mundo matraca donde el que no cae, resbala, no podría asegurarlo con certeza.

(música matona)

Poco tiempo hay para conquistar

la medalla que te calificará

y deberás caer

para volver

a la liga otra vez

Es Yoblade! Yoblade!

(más música matona)

Hazlos luchar siempre de ese modo

y "¡Pokébola, ve!" deberás gritar,

mi Pikachu siempre ganará,

no lo puedes evitar...

Es Yoblade! Yoblade!

(un último cachito de música matona, y luego...)

Es Yoblade! Es Yoblade!

YoBlade!

¡Qué más da!

Pasa la angustia tan cerca de mi cuando de aquí te alejas. Sé que el insomnio sigue por ahí, esperando a que intente dormir. Me he quedado solo y así no planeaba vivir; me he quedado solo y sin ti es tan fácil volverse loco. Estoy tocando fondo, me niego a estar sin ti. Te tengo que recuperar, o de una vez dejarte ir. Estoy tocando fondo, me duele estar sin ti. No quiero disimular el resto de mi vida... ζ Kalimba, "Tocando fondo" ζ (Tocando Fondo)

El Portentoso, Omnisciente, Sapientísimo, Increíble, Fantástico, Maravilloso, Magnánimo, Generoso, Noble, Venerable, Adorable, Y Demás Adjetivos Calificativos Positivos Sr. Dickenson, descifró las Runas Unknown que estaban grabadas en las rocas. Decían, claramente: "Maldito el tiempo que se acaba cuando estoy contigo, maldito, maldito, el tiempo que tú no estás; maldito el tiempo que se esfuma cuando te preciso... y bendita que seas mi necesidad"

ζ "Necesidad", Alexandre Pires ζ

Parpadeó. ¡No, no era posible! Se había equivocado de archivo escaneado. Lo que estaba leyendo eran los garabatos del novio de su secretaria (cómo habían llegado a su computadora, nunca lo supo). Abrió el archivo correcto, se sumió en el análisis, y también descifró este escrito críptico.

"No perturbéis esta piedréis, porque aquéis están selladéis los Pokeméis Bitéis"

Lo que, más o menos, podría ser el equivalente al letrero de "No Molestar" que se emplea en los hoteles.

Llamó a los Bladefixers y les comunicó su hallazgo.

—n0n ¡Sí! ¡Por fin encontré mi disfraz de Elvis!

—n-n qué bien —se alegró Kai.

— ô.o ¿eso era todo? —preguntó Max

—eeeeeeh... no. También quería decirles que ya sé que decía la roca. Investigaciones posteriores al descubrimiento me llevaron al conocimiento de que todavía hay un antiguo clan que habla ese lenguaje arcaico.

Les mostró, por error, diapositivas de sus vacaciones en Poké-Sigillum.

— ô.o ¿no les parece que visten como ciertas personas que conocemos? —preguntó Tyson.

—Sí —respondió Rei —. ÛwÚ Parece ser que los Sacrilege's Swords tienen algo que ver con esto.

Los bladefixers, sin dar tiempo al Sr. Dickenson de rectificar su pequeño error, salieron a buscar a los Sacrilege's Swords. Encontrarlos no fue cosa fácil.

Dieron vueltas y vueltas por horas y horas a lo largo y ancho de toda la ciudad. Finalmente, le preguntaron a un individuo x que iba pasando por ahí si los había visto.

—Sí —respondió el sujeto —. Llevan cosa de dos horas corriendo detrás de ustedes.

Una vez escucharon eso, los bladefixers se detuvieron y esperaron a que los alcanzaran. Cuando eso ocurrió, media hora después, procedieron al interrogatorio.

—¡Basta, Ozuma! ¡Queremos saber por qué rayos quieres robar nuestros pokémon bit!

—¿Quieren la verdad? —preguntó Ozuma adustamente.

—¡No, imbécil! —le espetó Rei —. ¡Queremos que nos salgas con un cuento de vaqueros!

—Ah, bueno, así lo hubieran dicho. Verán, estaban el Llanero Solitario y el Fiel Corcel Plata...

—XO ¡No te hagas el...!

—¿Quieren la verdad? —repitió Ozuma, para después agregar con una sonrisa amargamente sarcástica —. No pueden manejar la verdad.

Hubo una pausa. Una larga pausa. Finalmente, Ozuma tomó aire, suspiró y comenzó su relato.

—Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, vivían miles de lindas creaturitas. Todos vivían en armonía, y luchaban por ayudar a los inocentes humanos que habitaban en un reino de caramelos y algodones de azúcar... ahora las conocemos como Pokémon-Bit. Todo era miel sobre hojuelas hasta que los Malvados Agentes de Matrix decidieron que no debía ser así, y empezaron a usar los poderes de los Pokémon-Bit para sus perversos fines. Poderosos hechiceros descubrieron el principio de la Pokébola, lo que ayudó a descubrir la manera de sellar varios Pokémon-bit dentro de una roca. Pero faltaron cuatro. A través de los años y las generaciones, nuestro clan ha jurado vigilar el bienestar, el orden y la seguridad de esos Cuatro Pokémon Bit Sagrados para asegurar que no caigan en las manos equivocadas, o el mundo podría ser destruido.

—¿Más? —preguntó Max, desconsolado.

—Sí, aun más. Y ahora... despídanse de sus Pokémon Bit.

Después de una transición bastante confusa y dudosa, Rei y Dunga empezaron a pelear, Dunga ganó y se quedó con Persian.

Así pues, Rei se enfrentó otra vez al trauma de haber perdido a su Pokémon Bit.