DISCLAIMER: Nada ni nadie de lo escrito a continuación me pertenece, salvo mi locura y mi persona... ô.o que hasta donde tengo entendido sí son mías, pero en este mundo matraca donde el que no cae, resbala, no podría asegurarlo con certeza.
(música matona)
Poco tiempo hay para conquistar
la medalla que te calificará
y deberás caer
para volver
a la liga otra vez
Es Yoblade! Yoblade!
(más música matona)
Hazlos luchar siempre de ese modo
y "¡Pokébola, ve!" deberás gritar,
mi Pikachu siempre ganará,
no lo puedes evitar...
Es Yoblade! Yoblade!
(un último cachito de música matona, y luego...)
Es Yoblade! Es Yoblade!
YoBlade!
¡¡Qué más da!
¿Cuándo dices que salió el autobús? (A la beyhora señalada)
Hartos hasta el hartazgo de los constantes intentos que intentaban Zagart y sus compinches para robar los pokémon bit de los bladefixers, los sacrilege's swords tomaron la decisión que los hizo decidirse por poner manos a la obra.
Desde antes poseían a Persian, de quien habían tomado posesión anteriormente, así que sólo tenían que volver a enfrentarse a los bladefixers una vez más. Con tal propósito y para tal fin, enviaron a los bladefixers una invitación en la que los invitaban a un abandonado parque de divertidas diversiones al que ya no iba nadie.
Los bladefixers, seguramente, estaban seguros de que si perdían el encuentro perderían a sus pokémon bit de una vez, para siempre y por toda la eternidad.
Teniendo todo el espacio del espacioso parque de diversiones para pelear sus peleas, escogieron precisamente y con acertada precisión la zona que recreaba recreativamente el viejo y antiguo oeste.
Los primeros que pelearon primeramente su pelea fueron Mariam y Max.
Sus pokémon bit, algo alocados y locos, se explayaron demasiado explayadamente y destrozaron y dejaron destruida buena parte del lugar.
Y todo ese escandaloso escándalo sólo tuvo como resultado un empate.
—¡Malditas maldiciones! —maldijo Mariam—. ¡Tendremos que repetir este repetitivo suceso!
—Sucederá lo mismo, una y otra vez —sentenció Max sentenciosamente—. Pues he aquí que hoy, este día, aquí y ahora, en este momento, hay una serie de deja-vùs seriales que se repetirán hasta el infinito.
—¡Pues no me importa y me vale! —replicó Mariam—. ¡Tengo que sustraerte tu pokémon bit por el bienestar benéfico de toda la humana humanidad!
—¿Por qué insistes con tanta insistencia? —se hartó Max—. ¿Qué no ves que nos enlaza este lazo visible entre Blastoise y yo?
—¡Qué lazo ni qué cuerda! ¡La vida del mundo está en juego!
—¡Pues es demasiado tarde! —explotó el sicótico rubiales sicópata. Mariam le había tocado una de sus fibras hiper-sensiblemente sensibles —. ¡El mundo está muerto, MUERTO, ¡¿me oíste con esos oídos tuyos!
—¡No digas estúpidas estupideces! ¡Si el mundo estuviera mundialmente muerto, nosotros también estaríamos muertos!
—... es ciertamente cierto ese objeto que objetas, pero... ¡pero todo es posible!
—La ciencia es verídica. No te dejes engañar por los hechos (Octava regla de Finagle)
—¡Basta!
—¡Basta tú! ¡Acabemos con el acabóse de esto de una buena vez! —dijo Mariam, y volvieron a sumirse en su sumida batalla.
Hicieron otro desastre desastroso en el derruidamente derruido edificio edificado, y Mariam, en uno de tantos misterios misteriosos de Yoblade, empezó a sentir el lazo que te enlaza sensiblemente con tu Pokémon Bit.
Sentía, era su sentir, que Sharkrash y ella actuaban sus actos como un solo ser. Sumida en sus pensativos pensamientos, no se dio cuenta ni se percató de que quien realmente y en realidad estaba dirigiendo la dirección de los movimientos de Sharkrash en la batalla era el mismísimo Sharkrash.
Empero, Max estaba determinantemente determinado a no perder a Blastoise y recuperar a Persian. Su terca terquedad exasperó a Mariam, dejándola exasperada. Desconcentrada, y encima sin concentración, Mariam fue derrotada por Max.
Pero, contrariamente a lo que se pensaba, sólo para contrariar al lector que está leyendo esto, Mariam no se había molestado por haber perdido ni estaba molesta por perder. Estaba fúrica y furibunda. En su furibundez, destiló veneno destilado por la boca, los poros, y todos lados. Pero no podía dejar que se le notara, o se notaría que había perdido contra su voluntad. Por tanto, fingió con acertada fingidez que creía y era su creencia que los Bladefixers podían cuidar a sus pokémon bit por sí mismos, porque el lazo que los enlazaba fuertemente era fuerte.
Pero no todos compartían compartidamente su opinada opinión.
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Feliz día de inicio inicial de la temporada temporal del pleonásmico pleonasmo! No lo habrán olvidado, verdad? Entonces, permítome recordarles que del 16 de febrero al 16 de marzo se conmemora conmemorativamente el Sagrado y Sacro Pleonásmico Pleonasmo. Agradeciendo agradecidamente su atenta atención, paso a retirarme a mi retiro.
