DISCLAIMER: Nada ni nadie de lo escrito a continuación me pertenece, salvo mi locura y mi persona... ô.o que hasta donde tengo entendido sí son mías, pero en este mundo matraca donde el que no cae, resbala, no podría asegurarlo con certeza.

(música matona)

Poco tiempo hay para conquistar

la medalla que te calificará

y deberás caer

para volver

a la liga otra vez

Es Yoblade! Yoblade!

(más música matona)

Hazlos luchar siempre de ese modo

y "¡Pokébola, ve!" deberás gritar,

mi Pikachu siempre ganará,

no lo puedes evitar...

Es Yoblade! Yoblade!

(un último cachito de música matona, y luego...)

Es Yoblade! Es Yoblade!

YoBlade!

¡¡Qué más da!

¡¿Cómo que la única cura son electroshocks! Me niego. (Batalla electrizante)

Viendo que no pudieron capturar a Blastoise, los Sacrilege's Swords decidieron encargarse de otro.

Democráticamente (es decir, con un pequeño y rápido "de tin marín de do pingüé"), decidieron que ahora intentarían capturar a Moltres.

¡Ah, ilusos! Como si eso fuera posible. Y es menos posible aún, porque enviaron a Dunga contra el inocente y bondadoso Kai.

— n0n ¡Vamos a pelear en la montaña rusa! —pidió Kai.

— ¬¬U no —contestó Dunga.

— ø-ø por favor

— ¬¬UU que no.

— ¤-¤ ándale.

— XO ¡NO!

— ¤.¤... feo.

— ò.ó ¡¿a quién le dijiste feo!

— ¤.¤ a ti.

— ¬¬ ¿y quién eres tú? ¿Brad Pitt?

— UoU no, pero eso no cambia que tú seas bien feo y gacho y malo e hijo de Chucky.

— ò.O ¡YO NO SOY EL HIJO DE CHUCKY!

— ¤.¤ Un foco apagado no deja de ser un foco.

— ô.ò ¿Qué?

— UoU miren, les voy a contar un cuento —intervino Rogran, que había llegado de repente—. Había una vez una cochinilla y un escarabajo. Iban juntos por la vida. Un día, empezó a llover torrencialmente. La cochinilla se ahogó y el escarabajo se escondió en un árbol. Después de eso, el escarabajo abrió un negocio de venta de luciérnagas y se volvió millonario. Fin.

— OoO aaah... —todos los presentes, súbitamente, parecieron recibir inspiración ultraterrena.

—¿Ves? —dijo Rogran—. El cuento nunca falla, Flint, eres tú la que no sabe contarlo.

—Bah. Eso sólo nos corrobora que para psicóloga no sirvo ni aunque mi vida dependa de ello.

— OoO entonces, debemos pelear sobre la montaña rusa o nuestros yoblades se ahogarán —comentó Dunga.

— ¬.¬ te lo dije —le espetó Kai.

Después de eso, se enzarzaron en una batalla épica, de proporciones ópimas. Lógicamente, Kai iba perdiendo. Entonces, Joseph lanzó su yoblade para tratar de equilibrar la batalla. A Rei, sin embargo, no le agradó el asunto, y se puso a ayudar a Dunga.

—ô.ò Aquí hay algo que no cuadra, ¿no creen? —comentó Hilary.

—UoU palurda. Todo está absolutamente normal —replicó Jenny.

Hilary se volvió a Rogran, quien tenía el sacro deber de contrariar siempre a Flint, y por tanto se pondría de su parte.

—... Hilary, creo que debes dejar de leer tantas novelas rosas —le dijo Rogran—. Mira que esa manía de ver moros con tranchetes y cosas que no van en todas partes...

Dado que él y Dunga no podían con Kai y Joseph, Rei usó sus místicos poderes de concentración y llamó a Persian.

Pero Persian no le hizo caso. Claro, liberó la roca en la que estaba de la rueda de la fortuna, porque empezaba a sentir vértigo. Y también salió de la roca.

Pero lo que no haría, bajo ningún motivo, sería regresar a ese yoyo infernal.

—Te apuesto a que eres tan inútil que no puedes traer a Persian de regreso —le dijo Rogran a Jenny.

—¿Cuánto quieres perder?

—La humillación será suficiente, ¿no?

—... bah. Pero te aseguro que te humillaré bastante.

Así pues, Persian se fue del parque de diversiones. Paseó por la ciudad. Estuvo analizando posibles hogares en los que podría entrar y quedarse. Estuvo a punto de quedarse en una mansión gigantesca, en la que todo se veía de maravilla y además la comida olía deliciosamente bien. Pero supuso que sería de algún vejete amargado y alérgico a los gatos, así que fue a otro lugar.

Iba por un callejón del centro cuando, súbitamente, sintió algo raro a su alrededor. Después, escuchó una voz que entonaba una patética melodía. Mejor dicho, varias voces con patéticas melodías.

...Te necesito, no hay más que hablar...

...¿No ves que estoy muriéndome de amor por vos?...

...¿Dónde estás? ¿Dónde te pierdes? ¿A dónde vas, entre tanta ciudad, entre tanto ruido, entre la gente?...

...Veo en mi reflejo un rostro traicionado, frente al fantasma de un cuerpo cansado...

...Volverás, volverás. Te aseguro que pronto vuelves a mi vida...

De repente, un horrible chirrido llenó su mente, y después escuchó una tonada tétrica (ADVERTENCIA: aleje a los niños de la pantalla, o baje el volumen)

Si las gotas de lluvia fueran de caramelo, me gustaría estar ahí. Abriendo la boca para saborear, ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah. Si los copos de nieve fueran de chocolate...

Persian, sabiendo instintivamente que eso seguiría hasta que volviera al yoblade y el ruido de los choques acallara esa horrible canción, corrió de regreso al parque de diversiones, y se lanzó con decisión hacia el yoblade para entrar.

Por circunstancias del destino, Rei por fin se libró de Joseph, y Kai, de Dunga.

Ozuma, por obvias razones, se enfureció y juró que sellaría a Dragonair aunque fuera lo último que hiciera en la vida.