DISCLAIMER: UoU El Conejo de Pascua tiene en su propiedad la Pascua. Lo demás, sólo son tonterías innecesarias.
(música matona)
Poco tiempo hay para conquistar
la medalla que te calificará
y deberás caer
para volver
a la liga otra vez
Es Yoblade! Yoblade!
(más música matona)
Hazlos luchar siempre de ese modo
y "¡Pokébola, ve!" deberás gritar,
mi Pikachu siempre ganará,
no lo puedes evitar...
Es Yoblade! Yoblade!
(un último cachito de música matona, y luego...)
Es Yoblade! Es Yoblade!
YoBlade!
¡Qué más da!
Parece que va a llover, el cielo se está nublando, parece que va a llover, ¡ay, mamá, me estoy mojando! (La escalera real de Kai - La calma antes de la tormenta)
Kai, en cuanto su yoblade fue reparado, fue a la capilla de su barrio para agradecer porque Moltres no había recibido ningún daño. Obviamente, no iba a buscar venganza. No, claro que no. Decir eso sería lo mismo que insinuar que Kai es un antisocial amargado egocéntrico traidor hijo del nabo y además ingrato. Y todos sabemos que Kai es la dulzura personificada, incapaz de hacer mal a nadie. Siempre pone la otra mejilla.
(Aquí, nos preguntamos qué pasará cuando ya haya puesto las dos mejillas. ¿Le saldrá una tercera?)
Pues bien, los bladefixers habían ido a ver una de tantas batallas de Zeo en el campeonato... el problema fue que Zeo no apareció por ningún lado. Y tenían especial interés en encontrarlo porque no se había aparecido en un buen rato y, misteriosamente, lo extrañaban.
—Extraño pegarle imanes a Zeo —dijo Rogran tras un suspiro.
—Yo extraño darle de comer pollo —comentó Jenny
—Me pregunto qué le pasará —divagó Tyson.
—¿Creen que tenga algo que ver con lo que nos dijo el otro día en el puente? —preguntó Rei.
La cuestión tuvo a todos en dos minutos de reflexión silenciosa, tras los cuales simple y llanamente exclamaron "¡Nah!", haciendo un gesto despectivo con la mano.
/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/ FLASHBACK /-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/
—¡Zeo! —exclamó Tyson.
—... ¡aléjense! —chilló Zeo.
—¿Zeo? ¿Te sientes bien? —preguntó Rei.
—¡No me traten con tal condescendencia, humanos! ¡No quiero que me digan nada!
—ô-ò deberías dejar de ver telenovelas, Zeo —aconsejó Max.
—¡Nada de eso! ¡No soy su amigo, no los conozco, me caen mal y quiero que se pudran en el infierno, malditas alucinaciones! —gritó Zeo, y se alejó corriendo.
—... ¡¿ves?! ¡Te dije que los imanes afectaban los circuitos a largo plazo! —reprochó Jenny a Rogran.
—¿y qué, la enfermedad de los "pollos locos" no cuenta? —retrucó el demontre.
/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/ FIN DEL FLASHBACK /-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/
Ya se iban los bladefixers cuando vieron que un chiquillo lloraba desconsoladamente.
—¡Fueron el Rey y la Reina! —se quejaba entre interminables sollozos—. ¡Me atacaron así, sin más ni más!
Al oír aquello, Kai emprendió la carrera para resarcir de tan cruel infamia a ese pobre inocente. Pues Kai, además de ser uno de Los Mosqueteros de la Mesa Redonda de la Orden de la Santa Virgen de las Catacumbas, era uno de los Caballeros de la Misteriosa Orden del Manuscrito Indescifrable.
Y, como tal, tenía la obligación de defender al indefenso, proteger a los desprotegidos, alimentar a los hambrientos, tender lo destendido, cocinar lo crudo, limpiar lo sucio,
ЖЖЖЖ Ley de Imbesi sobre la conservación de la suciedad: ЖЖЖЖ
Para que algo se limpie, otra cosa debe ensuciarse.
ЖЖЖЖ Extensión de Freeman: ЖЖЖЖ
... pero se puede ensuciar todo sin limpiar nada.
... encerrar a los ladrones, indultar a los ladrones que pagan su fianza, descongelar lo congelado, componer lo descompuesto, cosechar lo cosechable, escuchar a los mudos y hablarle a los sordos.
Y he aquí que emprendió la Guerra Santa contra los Infieles.
BREVÍSIMO BREVIARIO CULTURAL:
Infiel, adj. y s. Dícese, en New York, del que no cree en la religión cristiana; en Constantinopla, del que cree. Especie de pillo que no reverencia adecuadamente ni mantiene a teólogos, eclesiásticos, papas, pastores, canónigos, monjes, mollahs, vudús, hierofantes, prelados, obíes, abades, monjas, misioneros, exhortadores, diáconos, frailes, hadjis, altos sacerdotes, muecines, brahamanes, hechiceros, confesores, eminencias, presbíteros, primados, prebendarios, eregrinos, profetas, imanes, beneficiarios, clérigos, vicarios, arzobispos, obispos, priores, predicadores, padres, abadesas, calógeros, monjes mendicantes, curas, patriarcas, bonzos, santones, canonesas, residenciarios, diocesanos, diáconos, subdiáconos, diáconos rurales, abdalas, vendedores de hechizos, archidiáconos, jerarcas, beneficiarios, capitularios, sheiks, talapoins, postulantes, escribas, gurús, chantres, bedeles, fakires, sacristanes, reverendos, revivalistas, cenobitas, capellanes, mudjoes, lectores, novicios, vicarios, pastores, rabís, ulemas, lamas, derviches, rectores, cardenales, prioresas, sufragantes, acólitos, párrocos, sulíes, muftis y pumpums.
(Extracto de el Libro Segundo de la Verdad Absoluta en Yoblade, también llamado por los creyentes El Evangelio de Ambrose Bierce: El Diccionario del Diablo. Página 112, Párrafo IV)
Peleó con una gigantesca valentía, la misma valentía de los Héroes Legendarios de antaño.
Ares se puso de su parte, y los derrotó con una facilidad encomiable. Pero los canallas escaparon, y se fueron a refugiar tras las faldas de su difunta tía abuela, la Dra. Katipunan.
Mientras tanto, el Sr. Dickenson recibió una visita inesperada. Era Zagart.
—n0n ¡Mi hermano del alma! —exclamó Dickenson.
—n0n ¡Entrañable amigo mío! —Zagart corrió a los brazos de Aquel Cuya Frente Reluce.
—n-n ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Qué haces por acá?
—Pues... —sacó una metralleta y apuntó a Dickenson—. Exíjote que inscribas en el campeonato mundial a Zeo.
—... está bien. n-n todo sea por el mejor de mis mejores amigos.
—n-n gracias, compadre.
Así pues, esa misma noche fueron presentadas las parejas que competirían en el campeonato mundial.
Competirían, a saber:
Tyson y Max, Kai y Rei, Mariam y Joseph, Dunga y Ozuma, Zeo y un desconocido llamado Gordon, el Rey y la Reina, y Kane y Jim. Aunque a la rueda de prensa no asistieron Zeo y Gordon.
Y, además, los Seudo-Monarcas iniciaron un zafarrancho, una reyerta indigna y profana, pecaminosa, inmoral y demás. Pero los Bladefixers, obligados todos a detener tal infamia por ser miembros de Órdenes Sacras, Detractores del Mal, pelearon con arrojo y osadía y detuvieron el desastre antes de que se convirtiera en algo tan grave que hubiera que llamar a los Cuatro Abogados del Apocalipsis.
Y Zeo, gloriosamente, contempló el espectáculo desde el tercer piso del mismo edificio.
