Recuerdo el día que Anya me habló de la Perla de Cuatro Almas, del brillo de sus ojos cuando me dijo de conseguirla para que el clan subsistiera con más poder, y sus gritos al decirle que yo rechazaba aquello.
- ¡¡¿Qué?!!
- Eso es Anya, no quiero esa Perla, yo no pertenezco al clan ¿o acaso no me ves aquí? -mi hermana bufó en desacuerdo una vez más- Además ahora solo necesito una cosa...
- ¡¡Por todos los demonios!! Me cansé de oír de ese tal InuYasha, espero que no sea quien me imagino.
- ¿Cómo? -sin palabras fué que me quedé, Anya me tomó de la mano y desaparecímos en un plano astral hacia otro, cerca del pueblo humano donde me había criado. Quedamos en un claro del bosque, entre unos árboles mi hermana señalo hacia la espesura.
- Ese es el InuYasha del que hablo
Le observé fijamente, el cabello tan largo y plateado y aquellas orejas, sonreí y me volví a ella.
-No puede ser, el Inu Yasha del que te hablo es humano-en ese momento comenzó a anochecer, y aquella era la noche en la que él debería aparecer en aquel lugar que compartíamos- Vamonos, tal vez el esté al llegar por allí y no me vea...
-Cállate -dijo Anya volteándome y sorprendiéndose de mi cambio de ojos y de cabello - Observa ahora...
Cuando me volví no pude creerlo, sus ojos, sus cabellos oscuros... Quise ir con él, abrazarle y recordarle que aún me debía sus visitas hasta que vi algo. Él abrazaba a una joven de cabellos oscuros como los de él, era hermosa y emanaba una sensación de paz y sosiego... La misma que yo tenía hasta que lo vi.
La besó.
Y con ello rompió lo poco que me quedaba de alma humana en mi.
Rompió mi ilusión.
Mi anhelo.
Mis ganas de verle y decirle tantas cosas...
Que le amaba, eso era... Amaba a aquel humano, aquel que ahora descubría que era un híbrido como yo...
- ¡¡Maldita sea!!
Desde aquel día decidí alejarme de toda civilización, no quería estar cerca de ningún ser humano puesto que ahora los repelía por aquellas cosas. Y todo gracias a Kikyo a la que podía odiar más que a cualquier ser de la tierra... Mentira, para no mentir, no la odiaba más que a InuYasha. Dolor, miedo, mentira... todo era una espiral en la que estaba hundiéndome; por la mañana sentada en aquella piedra cerca del lago escuchando los cantos de la naturaleza (mi única compañía en aquellos instantes puesto que no deseaba más compañía.) y por la tarde y noche dentro de aquella cueva pensando y rememorando aquellos besos de niños. Y lágrimas, soledad, hastío, indiferencia... maldad...
Eso fue lo que sentí emanar de aquel acompañante extraño de mi hermana cuando ella fue a visitarme días después. Me explicó que nuestra madre había muerto y que ahora ella es la jefa del clan de los gatos. Y me pidió que volviera con ella a la aldea, algo que no podía aceptar puesto que la aldea por expreso pedido de su madre era compartida con esos seres que tanto odiaba.
- Anya ¿y aquella perla que me dijiste? Podría convertirme en un demonio totalmente...
- ¿Estás pensando en eso por culpa de InuYasha?
- ¡¡¡Eso da igual!!! –respondí sobresaltada -¿Me ayudarás?
- Lo siento hermanita, ahora no puede ser...
Me volteé y sin decirle una palabra desaparecí; no podía ser posible que antes estuviera llamándome la atención con esa maldita perla y ahora...
Cuando me di cuenta estaba lejos de la zona oeste, el viento se hacía más frío y el clima cambió un poco. Observé los alrededores, era un bosque más oscuro de lo normal y mucho más frío. En ese momento sentí una extraña energía que me envolvió, era maligna eso si pude sentirlo con mucha claridad, acaricié el mango de mi katana y seguí caminando. Nada iba ahora a hacerme sentir miedo ni nada, hasta que sentí de nuevo aquella fuerza maléfica frente a mi. Cuando pude distinguirlo entre la niebla que nos rodeaba me estremecí, aquella piel que le cubría y que no me dejaba ver sus ojos no me gustaba; si no observo los ojos de una persona no puedo distinguir sus verdades o mentiras.
-¿Quién eres? ¿Qué buscas de mi?
- Shouri.... es tu nombre, ¿verdad?
- ¿Cómo me .... -me intente fijar mejor y trastabillé un par de pasos hacia atrás- tu eres... ¿la persona que venía con Anya?
- Así es pequeña, y tengo algo que te interesa...
- ¿Qué cosa?
- La llave para que InuYasha vuelva a ti.. -al escuchar su nombre me tensé totalmente y apreté con fuerza el mango de la katana-
- ¿Quién eres?
-Mi nombre es.... Naraku..
