DISCLAIMER: Azetrec noc olrarugesa aírdop on, alabser, eac on ek le ednod acartam odnum etse ne orep, saím nos odidnetne ognet ednod atsah ek... anosrep im y arucol im ovlas, ecenetrep em nóicaunitnoc a otricse ol ed eidan in adan. Olnaczónocer, otse reel ek recah ek rojem adan neneit on.

(música matona)

Poco tiempo hay para conquistar

la medalla que te calificará

y deberás caer

para volver

a la liga otra vez

Es Yoblade! Yoblade!

(más música matona)

Hazlos luchar siempre de ese modo

y "¡Pokébola, ve!" deberás gritar,

mi Pikachu siempre ganará,

no lo puedes evitar...

Es Yoblade! Yoblade!

(un último cachito de música matona, y luego...)

Es Yoblade! Es Yoblade!

YoBlade!

¡¡Qué más da!

¡ECHEN PAJAAAAAAAA! (La caída del fénix - El enemigo interior)

—Reconozco que lo eché a perder,

y resulta que aún te quiero,

y me queman aún por dentro las heridas,

¿no lo ves, no dejan de arder.

—Did you think that I was gonna give it up to you?

Did you think that it was something I was gonna do?

Don't try to tell me what to do

Don't try to tell me what to say

You're better off that way

—Anda, dime lo que quieras,

descarga el odio que te queda,

me hago amiga de tu amante,

pero no me dejes fuera...

Estar sin ti es no vivir.

—Tan sólo quiero que tu alma

no vuelva a ver la luz del sol,

y que llores sangre y miedo,

y que pagues, corazón.

—Llegaste con una esperanza,

mi espera tuvo un final.

Hablabas cuando yo te amaba,

y te burlabas, o...

—¿Creías que te hacía tanta falta?

—Tus frases no se me olvidaron,

me hiciste ver que había algo más.

Las alas me has arrebatado,

no puedo volar, me has herido en vano.

Un huracán que mata

despacio y me desangra,

tan fuerte que hoy acaba...

—Mi paciencia ante ti

—Mis ganas de vivir,

y me rindo a este sufrir.

—No me busques que yo a ti

te detesto y sólo encuentro que yo de ti...

fui solo una confusión.

—¿Y qué soy yo? ¿Tu gran error?

¿olvido de un viejo amor?

—Una confusión.

—... Que actuaste sin pensar

que yo de ti me enamoraría

—Y tal vez

tú podrías arruinar mi vida,

tú...

ζ "Sola", Efecto Mariposa; "Don't tell me", Avril Lavigne; "No me acuerdo", de No me acuerdo; "Hasta que tu muerte nos separe", Mago de Oz; "Confusión", Lu ζ

—¿Otra vez están discutiendo? —preguntó Rei, harto—. Es la quinta vez esta semana, y apenas es martes.

—Y parece que es por lo mismo de siempre —comentó Max—. Y parece que todavía van a seguir por un rato.

—Sé que era tu intención

Sacarme de tu vida, matarme con tu adiós.

Pero si el cuerpo muere,

El alma queda viva;

Es este tu debut, tu despedida.

Y si me tienes contra la pared

Que lo disfrutes y que te haga bien.

Que todo aquí se aprende,

Y todo aquí se paga...

Y cierra ya esa puerta

Antes que corran mis lágrimas.

Es que yo no sé perder...

ζ "Yo no sé perder", Eduardo Verástegui ζ

—¡SUFICIENTE! —exclamó Tyson—. ¡Le paran a su teatrito en este instante, que ya nos vamos al estadio!

—Aaah... —Rogran y Jenny pusieron cara de compungidos, se despidieron del público con una reverencia, el telón se cerró, y partieron.

—Qué poco amor al arte tienen —se quejó Rogran—. Estaban totalmente convencidos.

—Dos segundos más, y se hubieran puesto a llorar —aseguró Jenny.

—Pues no me importa —espetó Tyson—. El campeonato está a punto de terminar, y se supone que ustedes estén ahí por si surge algún imprevisto.

—¡Max casi es Neo! ¿No es suficiente con su presencia? —replicó Jenny.

—No soy Superman —contestó Max encogiéndose de hombros.

—Calma —intervino Kai, conciliador, como siempre—. En cuanto se acabe el torneo, tendrán todo el tiempo libre que quieran.

—Qué bueno que ya falta poco —comentó Rogran.

Así, con sus buenos y malos humores, llegaron al estadio.

—¡El segundo encuentro de la ronda semi-final está por comenzar! —exclamó DJ Jazzman—. ¡Quienes ganen hoy se enfrentaran a Tyson y Max en las finales! En esta esquina, Gordon y Zeo, y en la otra, Kai y Rei!

—¿Yo qué? —preguntó Rey, en las gradas.

—Tú no, Rey. El otro Rei —le dijo Reina por décima vez en el día.

El primer encuentro sería entre Rei y Gordon. Así está escrito, y así fue.

Salvaje. Esa es la palabra adecuada para describirlo. Gordon estaba masacrando a Rei con una Estrella de la Mañana y una Maza Maldita. Cuando desenfundó su Claymore, todo parecía haber acabado.

—Parece que otra vez vas a perder a Persian, Rei —suspiró Kai con cansancio—. Para variar un poco y no perder la costumbre.

Esto, lógicamente, enfureció a Rei. Movió convulsivamente la mano, cortando la cuerda del yo-blade de Gordon, y tres mili-segundos después impactó a Kai en el estómago con su yoblade, generando un empate.

— ».ó ¿Porqué hiciste eso? —preguntó Kai, con un jadeo.

—Fue un accidente —mintió Rei.

— n-n eso supuse. Sé que nunca atacarías a un amigo, Rei.

—Claro que no —el gato sin botas sintió el saludable aguijonazo del arrepentimiento.

Después de unos segundos de "ay-duele, ay-duele" de Kai, empezó el segundo encuentro. Zeo sentía una gigantesca repulsión, y una mayor determinación. Tenía que conseguir los pokémon bit, o si no... o si no...

Bueno, no importaba. Lo conseguiría. Lo había jurado por el sacro himno del "¡Pum! Ya me ha dado". ζ Philip Kirkorov ζ

Brutal, para el estadio, fue la cruenta lid. Empezaron rompiendo el plato, siguieron con las pantallas, luego con la lámpara, luego las paredes empezaron a resquebrajarse. La gente empezó a evacuar el lugar, justo a tiempo. Dos minutos después, el estadio empezó a caerse a pedacitos.

—¿Ven? Les dije que surgiría un imprevisto —dijo Tyson.

Rogran, Jenny y Max habían sacado gigantescos paraguas hechos de una aleación de diamante y admantium. Los escombros caían y caían.

Cuando ya no hubo más escombros que cayeran, los que habían caído subieron a una plataforma de diez metros, y volvieron a caer.

Y así siguieron por días y días, hasta después de que Kai perdió porque le dio una recaída de una fiebre artrítica que había tenido, y Zeo se quedó con Moltres.

—Caray —fue el único comentario que se les ocurrió a todos al visitar a Kai en el hospital.

—¿Dices que te encontraron una bacteria? —preguntó Kenny.

—Sí. Lo raro es que era un lactobacilo —respondió Kai, encogiéndose de hombros.

—Qué cosas. ¿No se supone que los lactobacilos son benéficos para la salud? —inquirió Tyson.

—Se supone —dijo Kai.

—A menos de que sean demasiados, ¿o no? —caviló Rogran.

—Tal vez —concedió Kai—. Pero ya no importa. ¿Nos vamos?

—¡¿Cómo pretendes salir en este estado! —exclamó Max—. No señor, tú te quedas.

—Pero ya me dieron de alta.

—NO ME IMPORTA.

—¡-¡...

Max se arrepintió, y accedió para evitar que Kai llorara por tercera vez en el día.

Dos horas después, cada quien desapareció por su lado. Tyson, por azares del destino, se topó con Zeo en una biblioteca.

—¡Zeo! ¿Qué haces aquí?

—Vine a vacunar a mi oveja—dijo Zeo sarcásticamente, alejándose con repulsión.

—¿Ponen vacunas aquí?

—A veces, pero la gente muy estúpida no se entera.

—Entonces, ¿tú como supiste?

Zeo suspiró con cansancio.

—Piérdete por ahí, ¿quieres?

—Vale. ò-ó Pero antes, dime cuál es tu negra intención para con nuestros pokémon bit.

—... no es tu asunto.

—Sí, sí lo es.

—No, no lo es.

—Sí, sí lo es.

—No, no lo es.

—Sí, sí lo es.

—No, no lo es.

—Que sí.

—Que no.

—Que sí.

—Que no.

—Que sí.

—Que no.

—Que sí.

—Que no.

—Que sí.

—¡BASTA! ¡Deja de molestar de una vez! —espetó Zeo y se fue, hecho una furia.

Kai estaba meditando, medio molesto. No era normal que una pequeña colonia de lactobacilos afectara a un ser humano. Tal vez fue el impacto del yoblade de Rei... pero a Rei se le salía de control el yoblade demasiado seguido, y no era la primera vez que ocurría un accidente así.

Tratándose de un amigo entrañable como Rei o cualquier otro bladefixer, pasaba. Pero 3569 golpes son decididamente muchos golpes. Y apenas llevaba seis meses en este asunto del yoblade desde su seudo-retiro anterior. Mejor sería dimitir antes de que quedara seriamente lesionado.

¡Eso era! Finit. The end. Tan-tan. Se acabó. Había que despedirse de una vez y para siempre de los yoyitos. Mientras cavilaba sobre tan importantes asuntos, llegó (horror de horrores) Hilary.

—¿Kai? ¡¿Se puede saber qué haces aquí!

—Pensaba.

—¿En qué?

—En mi retiro.

—¡¿CÓMO QUE TE VAS A RETIRAR AHORA! —gritó Hilary como la arpía que es—. ¡AHORA, QUE EL EQUIPO TE NECESITA MÁS QUE NUNCA!

Kai se encogió de hombros y se fue, aunque detestaba ser tan descortés. Hilary siguió gritando parrafadas intrascendentales que no nos interesan, por ser estúpidas y estupidizantes.

De repente, así como así, bladefixers y pegostes coincidieron todos en un mismo lugar. Ante la casualidad, estaban estupefactos.

—Eeeeh... ¿qué hacen aquí?

—No, no. ¿Qué haces aquí?

—Bien, bien. Vayamos por estricto orden alfabético. ¿Qué haces aquí, Hilary?

—Vine a visitar a mi muy querida y estimada tatara-tía.

—No cabe duda de que es una arpía, para tener parientes tan viejos —murmuró Morgan para sí.

—¿Decías? —le preguntó Rogran.

—Que aquí no puede haber ninguna tatara tía de nadie, porque es una guardería.

—Precisamente —asintió Kai—. Vine a recoger a mi sobrinito.

—¿Guardería? ¿Que no es una tienda de licores? —preguntó Kenny.

—No, señores. Ésta es una honorable oficina de gobierno —informó Max.

—¿Cómo puede ser una oficina de gobierno, si en el letrero dice "Tlapalería"? —cuestionó Rogran.

—... yo tenía entendido que éste era el estadio de yoblade —dijo Tyson.

Miraron a su alrededor, confundidos. El lugar parecía una bodega abandonada, con cajas por aquí y por allí cubiertas de polvo.

—Un segundo —dijo de repente Rei—. Kai, nunca nos dijiste que tuvieras un sobrinito.

—Bueno, que no se los haya dicho no quiere decir que mi sobrinito no exista, ¿o sí? Lo que me lleva a preguntarme... —se volvió a Flint—. ¿Qué haces aquí?

—... eeeeh... es una buena pregunta. Verás, hace cinco minutos, yo estaba en... en... ejem... en... »-«U WAAAAAAAAA —la aludida salió corriendo sin más ni más por la puerta de la izquierda. Tres segundos después, entró por la de la derecha—. Ò-óU ¿Qué demo...?

—¿Dónde dijiste que estabas, Flint? Creo que no oí bien —atacó Rogran con frialdad.

—Lo dijo clarito. Estaba en "WAAAAAAAAA". Todos sabemos perfectamente donde está WAAAAAAAAA y qué es —dijo Rei.

—Exactamente —concordó Jenny—. Rograncín, creo que te estás quedando sordo.

—Tal vez. Precisamente por eso venía a la tlapalería, a comprarme unos oídos de repuesto.

—Pues me importa un cuerno si esto es una tlapalería, una guardería, una licorería o un table-dance. Me quiero largar de aquí —sentenció Max.

Los demás asintieron con fervorosa decisión y, tres segundos después, estaban todos en distintos lugares otra vez.

Kenny revisó por nonagésima vez los datos de su computadora. Había una extraña interferencia cuando Zeo peleaba, y si lograba eliminar todos los demás ruidos... tal vez... podría determinar... a qué se debía... dicha interferencia.

Una vez eliminados los gritos de los espectadores, el ruido de los yoblades, las señales de tv y de radio, la voz de Jazzman, los signos vitales de todos, menos de Zeo, y el ruido del tráfico fuera del estadio, logró descifrar qué era la interferencia.

Era un continuo murmullo, repetitivo, de una canción desconocida para él.

"Este es un nuevo mundo (Johto journeys)

Otra forma de vivir (Johto journeys)

Un lugar mejor,

Con una nueva actitud,

Aunque hay que atraparlos ya

Para ser siempre el mejor (Johto journeys)

Pokémon Johto (Johto journeys)

Pokémon Johto."

Después, se cortó bruscamente, para ser algo parecido al ruido de un caracol comiendo pasto mientras se hace un licuado de piedras en una licuadora con un motor que gira a 2560 rpm.

Era obvio que Zeo no era humano, sino un...

Faltan Tres Capítulos para el final de Yoblade: B-aFuerzas!