Hola chicos, por favor no me odien por no escribir tan pronto como al principio pero realmente estoy tratando de hacerlo lo más rápido que puedo. Se que algunos se han cansado de esperar el fin y ya no me leen y pido disculpas por eso.
Gracias a todos aquellos que me han dejado sus comentarios, de veras los aprecio y aunque no les responda personalmente,como lo hacen otros, no significa que no los lea.
Atte.
Granate.
Capítulo 20
Había sido una de la noches más negras en la vida de Sirius Black. Su corazón se había roto en mil pedazos al encontrar, a su regreso, la habitación del hotel vacía, sin ningún rastro de su esposa, excepto su varita mágica que yacía tirada en el suelo junto a la capa que estaba usando ese día durante el partido. Creyó volverse loco de la desesperación. Destruyó todo lo que había en la habitación en un pobre intento de soltar toda la ira que lo estaba invadiendo con gran rapidez. Sino hubiera sido por Remus y Severus que lo detuvieron, ahora todo el hotel sería una montaña de escombros.
Al darse cuenta del trágico hecho, Dumbledore, llegó al hotel y unos segundos después les ordenó dirigirse a Grimmauld Place para empezar la búsqueda de su ahijada; Pero Sirius no tenía ganas ni fuerzas de sentarse a escuchar conjeturas o hipótesis sobre la desaparición de Hermione, además, él les había dado ya lo más importante que tenían que saber: Peter había estado en la habitación, su olor estaba por todos lados, él no necesitaba su forma de animago para poder rastrearlo, nunca podría olvidar la esencia de Peter Pettigrew, era la esencia de la traición.
Las horas pasaban sin que Sirius pudiera hacer algo para detenerlas. Le parecía que llevaba esperando siglos para que la reunión terminara, y Remus viniera a contarle todo sobre lo que se había dicho durante ella. Sus ojos, ya casi vacíos de tanto llorar, no se apartaban del retrato sonriente de su esposa, éste llevaba colgado en la habitación desde la muerte de James y Lily, cuando él y Hermione, habían intentado hacer un poco más agradable la antigua casa de sus padres, pero después de pensarlo detenidamente, decidieron que era mejor dejarla igual, para que en el futuro, él se mantuviera ocupado limpiándola junto a los Wealsey y a su versión de quince años. Había sido realmente difícil estar al lado de ella sin poder contarle, que dentro de unos pocos meses, ella viajaría al pasado y cambiaría sus vidas para siempre, convirtiéndolas en la mejor realidad que sus amigos y el mundo mágico pudieran haber soñado en mil vidas.
La única diferencia en esa oscura mansión, era la habitación en la que ahora estaba, su antigua habitación de niño y adolescente. Hermione decidió que esa iba a ser la única recamara que cambiarían, y sólo ellos dos sabrían, sería su secreto hasta que la hora de contar la verdad a Harry llegara. La recámara estaba decorada en tonos cremas y blancos, con detalles azules y violetas. Sus muebles eran sencillos y elegantes, y la única pieza que sobresalía era el retrato de Hermione, James se lo había obsequiado un año antes de morir. Hermione había decidido colocarlo en esa habitación, en lugar de llevárselo a la mansión Belmondo porqué le parecía perfecto tener algo que le recordara a James en medio de tanta oscuridad. Sirius, por supuesto, estuvo de acuerdo, y esa noche sus palabras no podían ser más acertadas, el retrato era la única luz que lo iluminaba.
Remus había entrado a la habitación hacía unos momentos; pero al observar a Sirius con su mirada clavada en el retrato, no quiso interrumpirlo. Aun le parecía increíble que existiera un lugar tan luminoso en la vieja y lúgubre mansión Black.
"¿Qué noticias me traes, Moony?" preguntó Sirius al sentir la presencia del licántropo. Remus se sentó a su lado sin decir nada por unos momentos. Sirius apartó su mirada del cuadro colgado sobre la chimenea.
Remus trataba de sonreír "Dumbledore decidió no hacerles saber a todos los miembro de la Orden la desaparición de Pilgrim, solo nosotros sus amigos más cercanos sabremos." Respondió Remus. Él también contemplaba el hermoso cuadro "Tampoco les contaremos a los chicos la verdad, es mucho para ellos"
Sirius asintió en silencio, Remus continuó diciendo "Todos están muy preocupados sabiendo que Peter es el causante. Severus piensa que Voldemort nada tiene que ver con esto; pero reconoce que desde su regreso Voldemort no confía mucho en él."
"Los profesores acaban de marcharse, Frank y Arthur están en la cocina, acompañando a Alice y a Molly. Las dos están desechas, se culpan por haber dejado sola a Hermione, Severus tuvo que darles un calmante a ambas. ¿Me estas escuchando, Padfoot?" preguntó Remus al darse cuenta que Sirius ya ni lo miraba
"ya es de día, Moony.Y yo no se nada de ella" dijo Sirius escondiendo su rostro entre sus manos, con los codos apoyados en sus rodillas "No voy a soportar perderla. No soy nada sin Mia"
"No la vas a perder, compañero. Tenemos que ser fuertes para poder resistir. Recuerda que hicimos una promesa de protegerla con nuestras vidas si era necesario" dijo Remus, tomándolo de los hombros y obligándolo a mirarlo "tienes que ser fuerte. yo no puedo solo, amigo"
Los elegantes ojos de Sirius Black se iluminaron ante las palabras de Remus. Su amigo tenía razón, no podía dejarse vencer por Peter, aunque el dolor lo estuviera matando en vida, iba a encontrar a su esposa y a su bebé, y después se encargaría de mandar al Peter al mismo infierno, si era posible.
"¿estas listo para la cacería, Padfoot?" preguntó Remus al ver el brillo en los ojos de su mejor amigo.
"Lo juro solemnemente" respondió Sirius.
Los dedos plateados de Peter acariciaban las hermosas facciones de Hermione. Estaba que no cabía de la felicidad al ver como sus planes habían salido mejor de lo planeado. Había pasado toda la noche contemplando su hermosura, embriagándose con su delicado aroma, tratando de repasar aquellos pequeños rasgos de ella que se habían tornado borrosos con el pasar del tiempo. No podía imaginarse cuánto la había extrañado todos esos largos años en los que no la vio. Desde la muerte de James jamás supo de ella hasta el día en que Ron Weasley entró a Hogwarts, en su primer año. Casi había cometido el error de transformarse cuando la vio entrar en el compartimiento que Harry y Ron compartían ese día; pero logró contenerse.
Él la estudió todo el tiempo que estuvo con ellos y pudo darse cuenta que habían muchas diferencias entre su Hermione y la niña que tenía enfrente, además, esa niña tenía apenas once años, Tena debía estar en sus treinta. Pero la niña se llamaba Hermione, lo que quería decir que de una u otra manera estaba relacionada con Tena.
Durante los siguientes años en que fue la mascota de Ron Weasley, Peter Pettigrew investigó todo lo que pudo de Hermione Granger pero nada parecía relacionarla con Hermione Belmondo Black. Fue hasta que el ministerio de la magia anunció la inocencia de Sirius Black en el caso de los Potter, que supo que Hermione Granger era en verdad, la hija de Sirius y Hermione, su verdadero nombre y apariencia quedaron al descubierto durante ese verano. Había leído todos los periódicos que publicaron la noticia y las fotos de la familia Black-Belmondo.
Envidiaba tanto a Sirius por la maravillosa familia que tenía, y sobre todo, por poder despertar todos los días junto a Hermione. Su mano se posó sobre el prominente vientre de la hermosa bruja.Su furia se hizo más grande al pensar que la dicha seguía sonriéndole a Sirius.
Hermione se estaba despertando de su largo sueño, se sentía incomoda y muy desorientada, no recordaba nada y tenía un intenso dolor de cabeza. Abrió sus ojos y los cerró de inmediato, la luz la cegaba. Hizo varios intentos hasta que al fin sus ojos se acostumbraron a la claridad de la habitación. No reconocía su entorno, aunque había algo de familiar en esa habitación pero no podía descifrarlo.
Peter la observaba desde el rincón donde se había escondido al notar que Hermione se estaba despertando. Tenía miedo de su reacción, por eso se había escondido. Miraba con avidez cada uno de sus movimientos, se estaba esforzando por reconocer el lugar. La poción que había usado la había turbado y hecho que su memoria fallara; pero su efecto estaba a punto de terminar, sólo si se usaba constantemente y durante un período largo de tiempo, se podía hacer que una persona perdiera todas sus memorias permanentemente.
"Me alegra que estés despierta" Hermione se paralizó al escuchar esa voz, se volteó lentamente, rogando que no fuera a encontrarse a quien tanto temía.
"¡Peter!" exclamó Hermione, llevándose las manos a la boca
"Hola, Tena. Te dije que nos miraríamos pronto" dijo Peter, con una gran sonrisa en sus labios.
"¿Qué has hecho ¿Dónde me has traído ¿Qué te propones con todo esto Peter?" preguntaba Hermione, mientras regresaba a sentarse a la cama, no se sentía nada bien.
"Sólo quería pasar un tiempo contigo, hace años que quería tenerte cerca. Déjame decirte que te sienta bien el embarazo, estas radiante" dijo Peter.
"¡Mi bebé!" gritó Hermione, acordándose que estaba en estado.
"No le he hecho daño, si es eso lo que estas pensando" dijo Peter, al ver que Hermione envolvía sus brazos en forma protectora alrededor de su vientre.
El rencor volvió apoderarse de Peter y se acordó de sus planes de mantener a Hermione como su prisionera para siempre. Con ayuda de la poción iba hacer que ella olvidara toda su vida y él estaría a su lado para hacerla creer que él era su esposo y padre de su hijo, la haría creer que eran una familia feliz, la que no pudo tener junto a Selene.
"entiende algo, Atena, jamás volverás al lado de Sirius, te quedarás a mi lado para siempre. Tú y tu bebé ahora son mi familia"
"¡No puedes hacer eso, Peter!" le gritó Hermione "Remus y Sirius me encontrarán y te harán pagar por lo que has hecho"
Peter dejó escapar una carcajada que hizo que la piel de Hermione se erizara del miedo. "Tus preciados merodeadores no podrán hacer nada para ayudarte, tena. Esta vez yo seré el ganador" Peter salió de la habitación sin decir nada más y azotando la puerta a sus espaldas. Hermione se acurrucó en la cama llorando de miedo por lo que Peter planeaba hacer.
"Sirius"
"¡A fin llegas, Eleonora ¿Qué dijo el tío Severus?" preguntó Camus, al ver llegar a la niña. Harry también se acercó a ella para escuchar lo que ésta tenía que decir.
"Lo siento, chicos. Papá no me dijo nada concreto, sólo que había surgido un imprevisto y por eso no habían podido venir a visitarnos" explicó Eleonora a todos.
"Tal vez solo estamos exagerando" opinó James.
"Es posible que mamá se halla sentido mal, las mujeres embarazados son muy delicadas" dijo Sirius.
"puede que tengan razón, chicos, pero aun así tengo un mal presentimiento. Hermione siempre me escribe para disculparse si no puede cumplir algo que me ha prometido" dijo Harry muy angustiado. Camus no quiso mencionar nada, pero él también presentía que algo malo estaba ocurriendo y podría jurar que Ariatna sentía lo mismo, ella compartía una estrecha relación con su madre.
"Harry, trata de calmarte un poco, ella jamás nos ocultaría nada" dijo Ron, comprendiendo el dolor de Harry. "Yo opino lo mismo que los remuses"
"y en todo caso, Potter, ella le escribiría a Camus o a otro de sus hijos" dijo Draco, no le gustaba para nada esa gran intimidad de Harry con su tía.
"¿Qué tratas de decirme, Malfoy?" preguntó Harry, acercándose amenazadoramente al joven Slytherin. Todos los integrantes de Gryffindor se pusieron a la defensiva por si era necesario.
"Sólo trato de comprender ese afecto tan extraño que sientes por mi tía y el por qué tú y Weasley actúan como si la conocieran de toda la vida ¿Por qué dices que ella tiene que contarte todo lo que le pasa?" Ariatna intentaba callar a Draco para que no dijera algo que hiciera explotar de enojo a Harry; pero el joven no la escuchaba. Neville quiso intervenir pero la mano de Luna sobre su hombro se lo impidió, acción que Ginny no halló nada agradable.
"Alguien como tú jamás podría comprender la profundidad de mi amor y lo que ella representa en mi vida" gritaba Harry mientras observaba como Crabbe y Goyle hacían hasta lo imposible por impedir que Draco se le fuera encima. Blaise y Theodore se voltearon a ver muy preocupados, ambos sabían muy bien que la madre de Camus era de las pocas personas que amaban a Draco, sin importarle que fuera hijo de quien era. Harry no se imaginaba cuántas veces el joven de los ojos grises les había pedido que lo cubrieran para poder ver a la dama si tan siquiera por unos minutos. Tampoco podía adivinar el dolor que Draco había vivido al tener que tratar mal a su prima todos esos años en los que ella vivía bajo la identidad de Hermione Granger.
"¡Dices que yo no entiendo de amor ¡yo, que desde que tengo uso de razón me he escapado y he mentido para ir a la mansión Belmondo, sólo para obtener un abrazo, una palabra cálida o un simple beso de mi tía Hermione, aunque fuera tan solo por unos minutos!" gritaba Draco, tratando de librarse de los brazos que lo detenían. Pansy lloraba en silencio por su amigo. "No tienes idea del dolor que sentía al no poder acercarme a mi prima, sino era para insultarla"
"¡Ya basta!" intervino Camus "no ganamos nada peleando entre nosotros"
"Yo creo que estamos muy preocupados por la falta de noticias y eso no nos deja pensar con claridad" opinó Blaise Zabini. Pansy y los otros miembros de Slytherin presentes lo miraban muy sorprendidos de que se atreviera hablar enfrente de ellos.
"Nadie pidió tu opinión, Zabini" dijo Ron, con voz nada amigable.
"¡Ron!" lo reprendió Helena "No actúes igual de grosero que Harry"
"¡y tú no regañes a mi hermano ¡No eres nadie para hacerlo!" dijo Ginny muy enojada "él sólo dijo la verdad ¡Nadie pidió la opinión de un Slytherin!" la Ravenclaw agachó la cabeza muy apenada. Eleonora la miró furiosa y se paró del lado de sus compañeros de casa, no iba a permitir que nadie los insultara.
"Es mejor que nosotros nos retiremos" dijo Pansy, Ariatna la miró con frialdad, Pansy no pudo sostener su mirada, sentía mucha vergüenza por la forma en que había tratado a los Gryffindor en el pasado, especialmente a Hermione. Pansy y sus compañeros estaban muy lejos de imaginar que la Hermione que tenían enfrente no era la misma que tan dignamente había aguantado todas sus humillaciones, sino su hija.
El ambiente se tornó muy pesado y el grupo de jóvenes se dividió en Slytherin contra Gryffindor.
"Ginny, no te desquites con Helena, ella sólo quiere ayudar; Y Pansy, no creo que eso sea necesario" opinó James.
Ginny se dio media vuelta para que nadie mirara el rubor de sus mejillas, especialmente huía de los enormes ojos de Luna. Neville las miraba lleno de curiosidad.
"Es cierto, ustedes son amigos de Camus y Nora, por lo tanto son bienvenidos" dijo Sirius igual de calmado que su gemelo y dirigiéndose a la pandilla de Slytherin. Camus les agradeció a sus hermanitos con la mirada.
"Los gemelos tienen razón, no hay nada de que preocuparse, si algo malo sucediera tus papás te lo hubieran dicho en su carta, Neville" dijo Luna tan serena como de costumbre. Ginny se dio la vuelta con rapidez, estaba furiosa.
"¿Qué carta, Neville?" preguntó Ariatna, caminando hacia donde estaban Luna y Neville.
"se me había olvidado por completo la carta que recibí esta mañana" le dijo Neville a Luna, ella se rió de su descuido.
"Si quieres te puedo comprar un Remembrall, Neville" dijo Ginny, muy enojada y cruzando sus brazos sobre su pecho.
James se acercó a Harry para decirle que si él fuera Neville ya estuviera bien lejos de ahí, Harry tuvo que hacer un gran esfuerzo para no estallar en risas, el incidente con Draco ya estaba olvidado.
"No creo que sea necesario, Ginny, fue un simple descuido" contestó Neville, muy serio.
"¿Pero qué decía la carta, Longbottom?" preguntó Draco. "¿Algo sobre la tía?" Harry estaba impaciente por escuchar la respuesta de Neville.
"mamá me escribió para que los disculpara, a ella y a papàpor no poder cumplir su palabra de pasar el día conmigo. No me dijo nada más" respondió Neville "nada sobre Hermione"continuó diciendo Neville mientras negaba con la cabeza.
"Entonces no decía nada sobre mamá" dijo Camus para sus adentros, Ariatna estudió el rostro de su hermano y adivinó por sus grandes ojeras y la falta de brillo en su piel, signos que no había dormido nada.
"No nos queda más que esperar" dijo Ariatna, fijando su mirada en Camus. Theodore se acercó a Camus para tratar de animarlo mientras Pansy hacía lo mismo con Draco.
Harry no quiso estar más en ese lugar, se despidió y siguió el camino que llevaba hacia la cabaña de Hagrid. Necesitaba pensar y sobretodo tomar aire, sentía que se estaba ahogando. La imagen de Hermione atormentaba su cerebro, sólo viéndola se iba a deshacer de la opresión en su pecho y así recobrar sus ánimos.
Antes de marcharse junto a sus compañeros de casa, Camus le pidió a Ariatna que se reuniera con él en la sala común de Slytherin esa misma noche, necesitaba hablar con ella, pero sobretodo necesitaba estar cerca de ella. Ariatna le regaló un beso, y le explicó que esa noche no podía, que ella le avisaría con Eleonora el día. El joven entendió y la abrazó con fuerza. Ariatna volvió a disculparse antes de salir corriendo en dirección a Ron, quien la esperaba a cierta distancia de donde se había efectuado la reunión.
Como era de esperarse, el tiempo siguió su curso, sin importar que con cada día que pasaba, Sirius se hundiera cada vez más en la desesperación. El mago pasaba sus días siguiendo cualquier pista que lo pudiera llevar a su esposa. Remus lo acompañaba siempre, dividido entre la preocupación de ver a su amigo muriendo en vida, y la impotencia de no poder hacer más para encontrar a su amiga. Frank cuidaba de ambos cuando no estaba consolando a Alice. La pobre seguía culpándose por lo sucedido.
Dumbledore hacía todo lo posible por mantener en secreto la desaparición de su ahijada, trataba de no dejar traslucir su dolor y angustia ante la situación. La profesora McGonagall, Severus Snape y Hagrid seguían dando sus clases como de costumbre, haciendo un gran esfuerzo por mantenerse calmados y no dar pie a sospechas que algo malo estuviera sucediendo. Eso era durante el día, porqué en las noches todos ellos se reunían en Grimmauld Place con los demás para ayudar en la búsqueda, regresando al día siguiente para continuar con su actuación ante los chicos.
"¡Tres semanas, moony¡ Tres semana y todavía no se nada de Hermione!" gritaba Sirius mientras Remus trataba de escucharlo. Severus notó la palidez y el cansancio del licántropo, se acercó al escritorio, tenía que corroborar sus sospechas. Sirius seguía vociferando improperio contra todo el mundo.
"¡Sirius, cierra la boca!" gritó Snape. Sirius lo miró sorprendido "No ves lo desmejorado que esta Remus" Sirius volteó a ver a su amigo y tomó el calendario que Snape le ofrecía.
"¡Por Merlín ¿Moony, te has tomado tu poción?" Remus meneó la cabeza "¡Estas loco, Moony¡ Hoy habrá luna llena" Sirius se encolerizó ante la desidia de su amigo. Severus intervino diciendo que en la cocina tenía algunos frascos de la poción, se ofreció a ir por ellos él mismo.
Sirius se arrodilló enfrente de su amigo "Moony, sabes que no puedo encontrarla sin ti, te necesito a mi lado, ella nos necesita juntos y en buenas condiciones. Le voy a pedir a Severus que te de una poción para dormir los días que dure la luna llena, necesitas descansar"
Remus aceptó, ya no tenía fuerzas para seguir. Al poco tiempo, Severus regresó con la poción y coincidió con Sirius sobre poner a dormir a Remus mientras la Luna llena reinara en las noches. Unos pocos días de gracia para Peter.
Hermione miraba como Peter colocaba el hermoso ramo de nomeolvides en uno de los jarrones de la habitación.
"Como hoy es nuestro aniversario, decidí traerte estas flores para ti. Espero que te gusten" dijo Peter, pero Hermione había desviado su mirada hacia el paisaje, se preguntaba como había hecho Peter para encontrarlas si todo estaba cubierto de nieve.
"¿No sabía que teníamos una fecha especial tú y yo?" dijo Hermione después de unos minutos de silencio.
"Claro que tenemos, hoy hace tres semanas que vivimos juntos" respondió Peter. "te ves un poco pálida ¿te sientes bien?" Hermione se alejó al ver que Peter intentaba tocarla. Él se enfureció con ella.
"no me obligues a hacer algo que no quiero, Tena. Mira que realmente estoy evitando hacerlo"
"¿de qué hablas, Peter?" Peter no respondió pero estaba pensando seriamente en empezar a utilizar la poción en Hermione, sino lo había hecho era porqué no quería ver a su antigua amiga convertida en un títere, en un ser sin alegría y recuerdos.
"Sólo no me presiones, Hermione, no me presiones o te arrepentirás" diciendo esto Peter abandonó la habitación, tenía que ir a reunirse con Voldemort, éste ya empezaba a desconfiar de sus constantes salidas pero la serenidad de Peter al responderle cada vez que le preguntaba lo dejaba tranquilo. Peter no estaba dispuesto a perder a Hermione y eso le daba la fuerza para enfrentarse al Señor oscuro sin titubear.
Mientras tanto en la habitación, Hermione seguía sintiendo el dolor que desde hacía unas horas estaba sintiendo en su vientre. Se recostó en la cama para ver si se le calmaba un poco pero de inmediato el dolor se hizo más intenso.
Ron y Neville acompañaron a Ariatna hasta donde se encontraba la entrada secreta de Slytherin, Camus la esperaba impaciente junto a Draco.
"¿Quieres que vengamos por tí, Hermione?" preguntó Neville.
"no será necesario, nosotros la escoltaremos hasta la torre de Gryffindor" se apresuró a decir Draco. Ron asintió sin replicar, y se alejó por el pasillo junto a Neville.
Camus y Draco invitaron Ariatna a entrar a la sala. Al entrar se encontró con Pansy acomodada a los pies de Blaise Zabini, abrazando un cojín con todas sus fuerzas. Blaise escribía en el libro que tenía sobre sus piernas, Ariatna se imaginó que era una especie de diario.
"Ponte cómoda, Hermione" la invitó Pansy a sentarse sin poder esconder el nerviosismo que estaba sintiendo al estar frente a la chica. Hermione se lo agradeció y se sentó en las rodillas de su hermano que se moría por abrazarla.
"Perdona por no haber podido venir antes pero realmente no había podido" Camus la abrazó con fuerza, susurrándole al oído cuánto la había extrañado.
"¡Ary!" Exclamó Eleonora Snape al encontrar a Ariatna en la sala junto a Camus "¡No sabes cuánto me alegro que estés aquí!"
"Yo también me alegro de verte, Nora" Eleonora se lanzó en el sofá para abrazarla, Camus se sintió muy dichoso de volver a tenerlas a las dos en sus brazos, como cuando vivían en la mansión. Los tres Slytherin miraban con emoción el abrazo triple de los chicos.
"hace días no te miraba sonreír así, Camus" dijo Draco, sonriendo a sus anchas.
"Dime tú sino tengo razones de sobre para no hacerlo" respondió Camus, estirando el cuello para poder ver a Draco. Ariatna se sentó en el brazo del sillón para tener mejor visibilidad de su hermano. Estaba muy demacrado y podía jurar que estaba más flaco que la última vez que lo vio.
"Camus, no te miro bien. Cuéntame qué te pasa" preguntó la niña sintiendo la intensidad de los ojos de Blaise Zabini sobre sus espaldas.
"Ya sabes la respuesta, Ary. Han pasado tres semanas y no hemos recibido noticias de mamá" Camus se había levantado dejando a las dos jovencitas sentadas una en cada brazo del sillón. "Ya estamos sobre la fecha del alumbramiento"
"Lo sé, Camus" respondió Ariatna viendo la figura de su hermano caminar de un lado a otro frente a la chimenea. "nosotros también estamos preocupados"
"y para colmo papá no estaba en su cuarto" dijo Eleonora, reclinándose y meciendo su pie hacia atrás y hacia delante. "Lo esperé por espacio de dos horas y nunca apareció"
"¡Qué raro! El tío Severus nunca abandona el colegio de noche" opinó Ariatna, levantando una de sus rodillas para apoyar su mentón en ella.
"Ni tanto, de un tiempo para acá mi padre tiene la costumbre de salir todas las noches. Llevo dos semanas seguidas tratando de hablar con él en sus habitaciones; pero nunca esta ahí." Ariatna se asombró por lo que escuchaba.
"Camus también lleva semanas sin dormir" dijo Pansy, de la nada. Ariatna la miró y después cuestionó a su hermano con la mirada.
"No mientas, Camus, Pansy tiene razón" dijo Draco. Ariatna se preocupó mucho. A Draco le extrañó mucho el silencio de su prima. Iba a decir algo cuando sintió que Pansy lo halaba desde donde ella estaba sentada, al bajar su mirada se encontró con los labios de su amiga dibujándole un no, Draco le hizo caso.
"¿en qué piensas, Ary?" preguntó Eleonora.
"Harry tampoco ha dormido en varias semanas" dijo en voz baja. "Casi no come y parece un autómata. Mamá no le ha escrito y eso lo tiene de un humor infernal" Camus ya se imaginaba que eso estaba sucediendo, desde hacía unas semanas había notado un cambio en el joven, y eso le preocupaba porqué siempre había sabido que el corazón de Harry esta estrechamente conectado con el de su madre, de una forma que, cuando algo le pasa a su madre, Harry lo siente.
"Exacto, Camus" dijo Ariatna adivinando lo que su hermano estaba pensando.
"¿a qué te refieres Hermione?" preguntó Draco, estaba perdido.
Ariatna no contestó, estaba ida admirando las hermosas manos de Blaise escribiendo sobre las hojas apergaminadas de su diario. Por unos momentos se olvidó de lo que estaban discutiendo para preguntarse qué secretos ocultaba el joven silencioso entre esas páginas. Tal era su enajenación que no se daba cuenta que el muchacho había dejado de escribir y ahora la miraba fijamente mientras esbozaba una pequeña sonrisa en sus labios. Draco que había visto la acción se paró enfrente de ella para evitar que siguiera viendo a Blaise.
"¿en qué mundo andas, Hermione?" le preguntó Draco un tanto enojado.
"sí, Ary ¿en qué o en quién piensas?" se burló Eleonora. Hermione enrojeció de la vergüenza. Mientras Pansy pensaba Draco estaba actuando de forma extraña.
"Ariatna, es mejor que regreses a la torre de Gryffindor. Seamus debe estar esperándote" intervino Camus, notando la turbación en su hermana.
"Tienes razón, Camus. Me demoré más de lo planeado" dijo Ariatna, siguiendo la mentira de su hermano. Blaise siguió escribiendo con el ceño fruncido. "Nos vemos chicos y gracias por su hospitalidad" Draco la siguió hasta que desapareció por la puerta, no le gustaba nada lo que acababa de escuchar.
Ariatna iba furiosa consigo misma, no se explicaba cómo había sido tan tonta para quedársele viendo como una boba a Blaise Zabini y lo peor de todo era que había dejado que la descubrieran. No quería toparse con un Slytherin por el resto de su vida, pensaba mientras caminaba sin percatarse por donde iba, lo que la hizo tropezar directamente con el cuerpo Theodore Nott.
"Hermione, discúlpame ¿te encuentras bien? Yo no me fijé" se disculpaba Theodore muy apenado de ver que Hermione se había hecho un raspón en la rodilla de la caída. Crabbe y Goyle la ayudaron a levantarse pero Hermione los empujó tan fuerte como pudo.
"¡No me toquen con sus sucias manos!" los chicos se paralizaron al escucharla. "¡qué es lo que tiene que hacer uno para librarse de serpiente tan asquerosas!" vociferó desquitándose el enojo con los tres muchachos quienes la miraban atónitos y muy tristes por sus palabras tan crueles.
Eleonora dejó de reírse al ver las caras largas que traían Theodore, Crabbe y Goyle. Los jóvenes les contaron sobre lo sucedido en el pasillo con Ariatna y repitieron sus palabras. Theodore trató de disculparla diciendo que ellos habían tenido la culpa por no fijarse por donde iban, pero Camus sabía que su hermana se había desquitado con ellos por lo sucedido ahí sólo unos minutos atrás, y eso lo encolerizaba.
Peter no sabía qué lo había hecho regresar pero necesitaba comprobar que Hermione estuviera bien. Casi se muere del susto al encontrarla tirada en el piso y medio desmayada del dolor. Corrió a su lado, la tomó en sus brazos y la colocó en la cama.
"Hermione ¿qué sucede?"
"Es el bebé" dijo Hermione entre gemidos de dolor. Peter la inspeccionó y notó que sus ropas estaban mojadas, comprendió que había entrado en trabajo de Parto. Hizo aparecer varios recipientes con agua caliente y fría, y algunas toallas. Se remangó la camisa hasta los codos y se dispuso a ayudar a Hermione.
La debilidad de Hermione por todos esos días de encierro hizo muy difícil el parto; pero después de casi tres horas Hermione trajo al mundo a una hermosa niña de ojos avellanos. Peter limpió a la recién nacida e inspeccionó que todo estuviera en orden con la chiquita, la envolvió en una manta rosada para luego entregársela a Hermione; pero ésta se había desmayado del dolor momentos después de escuchar el llanto de su hija al dejar el calor de su vientre para enfrentarse al mundo.
Peter dejó a la bebita en la cuna que había hecho aparecer para ella y se dispuso a limpiar y atender a la madre. Bajó a la cocina para preparar algo para que Hermione comiera cuando recobrara el sentido.
Ya era de noche cuando Hermione despertó, se encontró con Peter arrullando a su hijita.
"Peter" dijo Hermione con voz débil. Peter se volteó al escuchar su voz.
"Fue una hermosa niña, tena" dijo Peter, poniendo a la niña en brazos de su madre.
Hermione se emocionó al sentir a su hija en sus brazos, era tan hermosa, no podía creer que todo hubiera salido bien. Creyó que no lo lograría, pero la vida le estaba mostrando que siempre hay algo porque luchar, y cuando más oscura es la noche, más cerca está el amanecer.
"gracias, Pit"
"Te traje algo de comer, necesitas recobrar tus fuerzas para que puedas alimentar a esa hermosa señorita" respondió Peter, ofreciéndole una bandeja con comida y un vaso que contenía un líquido sospechoso
"me tengo que ir pero volveré en unas cuantas horas para ver como sigues y traerte algunas cosas para ella y para tí"
Hermione lo vio irse y sonrió cuando estuvo sola. Peter no era tan malo como él decía o jamás la hubiera ayudado a traer a su hija al mundo. La niña se movió en los brazos de Hermione buscando el calor de su cuerpo, Hermione la besó con todo su amor y con gran esfuerzo se levantó y caminó hacia la ventana, le señaló con su dedo a la hermosa esfera plateada que reinaba en los cielos y le dijo a su hija que esperarían unos días para llamar a papà porqué Peter podía ser el carcelero de su cuerpo pero jamás podría aprisionar su magia ni su alma. Hacía días que había reconocido la casa donde estaba, sonrió al pensar que casi había eliminado por completo el hermoso ventanal de aquella habitación.
"Solo unos días más, mi amor. Ya verás como papi vendrá junto a tus tíos y nos sacaran de esta prisión" susurró Hermione, decidida a todo por volver a casa.
La luna argentaba la hermosa figura que formaban madre e hija en el ventanal, al mirar hacia el manto estelar, Hermione rogó porque Remus se encontrara bien en esa noche de plenilunio, era la primera vez en muchos años que ella no estaba junto a él durante su transformación, y eso le partía el corazón.
Cuatro días después cuando la luna empezaba a menguar, Remus y Sirius, retomaron de nuevo la búsqueda de Hermione. Dumbledore los había citado para discutir sobre la manera más correcta de decirles a los chicos la verdad.
"es imposible seguir callando, Sirius. Ellos querrán venir en las vacaciones de fin de año" dijo Dumbledore.
"¡No me importa! por mi que se queden en el colegio" dijo Sirius, un tanto exasperado "No quiero que Harry sufra más"
"Créeme Sirius, yo también le he ocultado hechos por la misma razón y al final siempre me arrepiento" dijo Dumbledore.
"Los chicos no son tontos, ya han empezado a sospechar que algo anda muy mal" opinó Severus "Nora, lleva semanas tratando de hablar conmigo en las noches y como adivinarán no me ha podido encontrar"
"yo creo que sería contraproducente revelárselo a los chicos" dijo Frank.
"Sería muy difícil para ellos, es mejor que pasen las navidades en el colegio" dijo Alice, entre sollozos, Molly la abrazó buscando al mismo tiempo consuelo para ella misma. Durante esas cuatro semanas las dos mujeres se habían apoyado mutuamente mientras sus maridos se arriesgaban intentando encontrar a Hermione.
"Alice, tiene razón, los prefiero enojados a verlos sufrir por la situación" dijo Arthur Weasley. Charlie y Bill apoyaron a su padre sin vacilar, ellos eran los únicos Weasley, además de sus padres, que sabían la verdad.
"es mejor que los mantengamos al margen de la situación, no podríamos lidiar con ellos en estos instantes" dijo Remus
"Opino lo mismo que Remus, los chicos harían aun más difícil la situación, ya conocemos bien a Ron y a Harry, siempre metiéndose en problemas al tratar de resolver ellos mismos las cosas" dijo Molly. Todos estuvieron de acuerdo con ella.
"Esta decidido, uno de nosotros irá al colegio y les dirá que deben quedarse en el colegio para las fiestas" dijo Sirius, muy firme.
"Sólo roguemos para que no nos equivoquemos al callar" dijo Dumbledore.
"yo soy el más indicado para darles la noticia" dijo Severus.
"Yo te acompañaré, Severus" dijo Tonks, Bill y Charlie se ofrecieron a acompañarlo, también.
"Si no hay nada más que decir, continuemos con nuestra misión" dijo Sirius, saliendo de la sala acompañado de Remus y Arthur Weasley.
Después de descansar por una semana, su comportamiento hacia Peter se tornó más dócil, en cambio él, había vuelto a ser frío con ella y muchas veces miraba a la niña con odio. Siempre le traía las comidas junto con un jugo extraño que el decía era para recuperar las fuerzas; pero ella no creía que fuera cierto, siempre que lo tomaba se sentía desorientada y olvidaba muchas cosas. Hacía dos días que lo hacía desaparecer para que Peter creyera que so lo había tomado, sospechaba el mago trataba de hacerle algo porqué cada vez que la saludaba le preguntaba si lo recordaba, su inteligencia le había permitido resolver el plan y desde entonces le seguía la corriente a Peter.
Se acercó a la cuna para velar el sueño de su hijita.
"Duerme, mi ángel" decía Hermione mientras mecía la cuna de un lado a otro. La niña estaba creciendo muy fuerte, y era muy comilona y Hermione se divertía comparando el apetito de su hija con el de su padre. Cada vez que pensaba en Sirius, su corazón se estrujaba de dolor. Estaba muy agradecida con Peter pero no le perdonaba el que las mantuviera alejadas de casa.
La puerta de la habitación se abrió y Hermione vio entrar a Peter con varios regalos en sus manos.
"¿Cómo están mis princesas preferidas?" Hermione lo miró fingiendo estar alegre para que él no sospechara nada.
"Nos has dejado mucho tiempo solas, Peter" Peter la observó por un momento asegurándose que todo estaba bien. "Te estaba esperando para que escucharas el nombre que escogí para 'nuestro' ángel" continuó Hermione, Peter dejó de preocuparse y empezó a disfrutar su triunfo sobre los merodeadores. Se acercó a la cuna, colocó sus brazos alrededor de la figura de Hermione, al ver que ella no lo rechazaba se relajó y besó sus cabellos.
"Vas ha decir que suena raro pero es que no pude evitar enamorarme de ambos nombres aunque no suenen bien juntos" le explicó, Peter se rió y le aseguró que no podía ser tan malo.
"Luciana Fiama" respondió Hermione, cuidándose de no decir el apellido Black.
"suena extraño, pero si a tí te gusta" respondió Peter.
"Luciana significa: la que nació a la luz del día; y Fiama: la que resplandece como una llama. Además los nombres guardan características que toda madre desea para su hija ¿Qué me dices ahora?" explicó Hermione, tratando de hacer su mejor actuación.
"viéndolo así, suena perfecto" respondió Peter, abrazándola.
Hermione miraba la cuna de su hija recordando que había elegido esos nombres porque cuando creyó que la oscuridad la vencía, la vida le envió la luz más hermosa que jamás imaginó, su pequeña Luciana. Y por ella era capaz de soportar las caricias de Peter.
"Harry, deja de moverte de un lado a otro. Me pones nerviosa" dijo Helena. Harry y los demás jóvenes se encontraban esperando impacientemente a Severus Snape en el salón de pociones
"¡Cómo quieres que me calme! Llevamos días tratando de saber de casa y cuando al fin obtenemos una respuesta, el mensajero no llega" respondió Harry.
"¿a qué horas dijo el tío, Eleonora?" preguntó Camus.
"A las nueve" respondió Eleonora.
La puerta se abrió en ese momento, los chicos voltearon a ver y se encontraron su profesor de pociones, acompañado de Bill, Charlie y una hermosa mujer de cabellos tan negros como la noche, Harry notó el gran parecido que tenía con Sirius.
"¡Ninf!" exclamó Draco con alegría, la hermosa mujer lo estrechó entre sus brazos muy feliz de verla, fue cuando todos reconocieron a Nymphadora Tonks. Ginny y Ron corrieron al lado de sus hermanos mayores igual de alegres.
"¿No me vas ha dar un abrazo, Nora?" dijo Snape, viendo que su hija lo miraba indiferente.
"¡Quieres que te abrace, después que llevo casi un mes intentando hablar contigo en un lugar que no fuera el salón de clases, papá" gritó Eleonora. Severus se acercó a su hija para abrazarla y pedirle perdón por su comportamiento durante esas semanas. La niña empezó a llorar y le dijo que no importaba lo que hiciera ella siempre lo perdonaría.
"¿tío, traes noticias de casa?" preguntó Helena.
"Sí" respondió el profesor. "todos estamos muy bien"
"les venimos a contar que son hermanos, primos o lo que quieran ser de una hermosa niña" dijo Tonks, mintiendo. Los chicos se miraron con escepticismo.
"¿Hermione está bien?" preguntó Harry sin creer en lo que acababa de decir Tonks.
"Ambas están en perfecto estado, un poco débil porqué el parto no fue nada fácil pero dentro de lo que cabe, esta muy bien" explicó Severus, mirando a todos lados excepto al grupo de jóvenes que tenía enfrente.
"¡Muchas felicidades, Camus!" lo felicitó Theodore, Camus sonrió después de no haber encontrado algún indicio de falsedad en las cuatros personas que juraban que todo estaba bien.
"¿entonces, por qué no nos han escrito?" preguntó Helena
"Todos en la mansión han estado muy ajetreados entre los preparativos y los cuidados necesarios para las dos" dijo Bill, Ginny lo abrazó con más fuerza. "ha sido un verdadero caos"
"Nos morimos por conocer a la bebita" decían los Remuses mientras saltaban llenos de alegría alrededor de todos. "¡tenemos una hermanita ¡Tenemos una hermanita!" repetían felices
"sobre eso queríamos hablarles, muchachos" Harry se inquietó al percibir la seriedad en la voz de su profesor "me temo que no podrán conocer a la niña tan pronto"
"¿de qué hablas Tío?" preguntó Ariatna.
"para no arremolinar más las cosas en casa, decidimos que es mejor que ustedes pasen las vacaciones de fin de año en el colegio. Espero entiendan que es mejor para ellas" dijo Snape. "Neville, tú también te quedarás"
"¡no es posible!" vociferó Luna "¡Neville ha pasado todas las navidades de su vida visitando a sus padres en el hospital, siempre rogando por una caricia de ambos, y ahora que puede tenerla ustedes se la niegan porque simplemente no quieren arremolinar las cosas en la mansión!" Neville atrajo a la niña a sus brazos para evitar que siguiera peleando inútilmente. Severus hubiera querido no ser el causante del dolor que Neville estaba sintiendo.
"¡Eso no es justo!" exclamó Helena "¡todos queremos conocer a la niña y ver cómo se encuentra la tía!"
"¿Y nosotros?" preguntó Ginny muy triste.
"Lo siento, Ginny, pero ustedes también se quedarán aquí" respondió Charlie. Ginny salió llorando del salón sin voltear a ver atrás, estaba desecha por no poder ir a casa y para variar ya no soportaba la cercanía de Neville con Luna. Quería tanto contarle todo a Hermione y pedirle su consejo como cuando ella era solo un año mayor que ella.
En el salón Harry le reclamaba a Severus por su absurda decisión, él sospechaba que esa no era la verdadera causa por la que no los querían en casa, algo le decía que Hermione no estaba bien pero no podía descubrir que era. Las palabras de Snape solo enfadaban más a Harry.
"Al menos, tú estarás con nosotros" dijo Eleonora.
"lo siento amor, pero no estoy seguro de poder venir" Harry que ahora guardaba silencio entrecerró los ojos al escuchar esas palabras.
"Dígale a Sirius que la próxima vez, se invente una excusa más contundente sino quiere tenernos en casa" dijo Harry, saliendo del aula sin voltearlos a ver. Los demás chicos fueron saliendo uno por uno, igual de enfadados que Harry.
"Bueno ya hemos cumplido" dijo Severus. Los jóvenes adultos le dijeron que no tenían otra alternativa y que al menos, así, se aseguraban que los chicos no correrían ningún problema.
"¡Harry ¡Harry!" era la voz de Hermione pero la oscuridad no lo dejaba ver dónde estaba. "¡Haaaaaaarry!"
"Hermione¡Hermione, dónde estas!" gritó Harry, caminando a tientas en medio de las tinieblas.
"en casa del ventanal ¡Dile a Sirius que venga a la casa del ventanal!" la voz se hacía cada vez más lejana y Harry corría tratando de seguirla "¡En la casa del ventanal!"
"¡HERMIONE!"
