CAPITULO 8: EL ESCAPE

Mientras tanto, en el vestíbulo, Hyoga y Camus esperaban a la princesa. Minuto a minuto, los dos caballeros se impacientaban más.

¿Dónde está Milekha?- dijo Camus, sin dar señas de su creciente impaciencia.

No lo sé- dijo Hyoga, mirando el reloj- ya debería estar aquí. Son las nueve y quince minutos...-

Tal vez algo la retrasó...- dijo Camus en voz baja.

En ese momento alguien llegó al vestíbulo. Pero no era Milekha, sino alguien no muy agradable para Camus: el anciano Igor, acompañado por su nieto Vladimir.

Caballeros, tengo un mensaje del zar para ustedes dos- dijo Igor con una extraña sonrisa- el zar Aleksandro y la princesa Milekha agradecen mucho todos sus servicios hasta ahora, y han decidido que a partir de ahora pueden prescindir de ellos...-

Camus frunció el entrecejo. Conocía bien a Igor, y demasiado bien como para darse cuenta de que se traía algo entre manos.

Somos nosotros quienes agradecemos el honor que nos hace el zar en confiar en nosotros- dijo Camus- pero Atena nos ordenó quedarnos aquí hasta después de la boda de su alteza la princesa Milekha, y eso haremos...-

Sin borrar su horrorosa sonrisa, Igor hizo sonar los dedos, y al menos cincuenta guardias uniformados entraron y rodearon a los dos caballeros.

Olvidé agregar que ya no son bienvenidos en este palacio- dijo Igor, aún sonriendo- así que les pediré de la manera más atenta que salgan de aquí...y veo que ya empacaron...-

Camus frunció el entrecejo al escuchar eso, y Hyoga encendió su cosmo.

Eres muy tonto si crees que solo con tus hombres puedes echarnos de aquí así nada más...-dijo Hyoga.

Basta, Hyoga- dijo Camus de pronto, tomando a Hyoga por el hombro y haciéndolo apagar su cosmo- nos vamos-

¿Qué dices?- dijo Hyoga, sin creer lo que escuchaba.

Que nos vamos- dijo Camus en un tono autoritario- el jet de Saori nos debe estar esperando-

Hyoga asintió y siguió a su maestro fuera del palacio, aún con una enorme interrogación en su rostro, e Igor ordenó cerrar las puertas una vez que los caballeros estuvieron fuera.

Bien, ya nos deshicimos de esos dos intrusos- dijo Igor- Vladimir, dile a Irina que Milekha se quedará ahí hasta el día de la boda. Después, no quiero que la dejen sin vigilancia hasta ese momento...-

Sí, abuelo- dijo Vladimir.

Y quiero que tú vigiles al príncipe Iván- dijo Igor- y que me hagas saber si intenta escapar de aquí también...-se aclaró la garganta- y ni una sola palabra de esto al zar-

Como ordenes- dijo Vladimir.

Este matrimonio me traerá quince millones de Euros que no quiero perder- dijo Igor- así que tenemos que asegurarnos de que nada salga mal-

Vladimir asintió, y los dos abandonaron el vestíbulo. Detrás de una columna, sin que ellos se percataran, Alexéi escuchaba todo lo que ambos decían. Una vez que terminaron, el chico salió disparado escaleras arriba.

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Milekha aún estaba encerrada en el vestidor. Se limpió un poco las lágrimas cuando sintió algo moverse dentro de su vestido.

¡Angora!- exclamó Milekha al descubrir de que se trataba de la gatita blanca- oh, lo siento mucho, pequeña, me olvidé de ti... ¿qué voy a hacer ahora?-

En ese momento escuchó ruidos afuera. Alguien había abierto la puerta de su habitación. Guardo a Angora en su bolsillo de nuevo y se levantó.

¿Estará despierta?- dijo una voz femenina, que Milekha reconoció como la de una de sus hermanas.

Yo creo que no- dijo otra voz femenina- ya es muy tarde-

Pues apúrate y abre esa puerta, de todas maneras- dijo una voz masculina.

Es Alex...- murmuró Milekha para sí misma.

Sorprendida, Milekha vio la perilla girar, y la puerta se abrió.

¡Milekha! ¡Estás despierta!- exclamó Alexéi, abrazando a su hermana.

Gracias por sacarme de ahí, Alexéi- dijo Milekha, abrazando a su vez a su hermano menor.

No fui yo, hermanita- dijo el zarevich- fueron Danushka y Anna...-

Milekha alzó la mirada, y vio que, efectivamente, detrás de Alexéi estaban sus hermanas Anna y Danushka, ésta última mostrándole una pequeña llave de cobre. Se extrañó mucho de verlas. ¿Qué no habían sido ellas mismas las que la habían encerrado ahí hacía un par de horas?

¿Qué sucedió?- preguntó Milekha- no es que no se los agradezca, pero ¿porqué...?-

Escuché a Igor hablar con Vladimir- la interrumpió Alexéi- tu matrimonio con el príncipe Iván no es porque sea lo mejor para ti. Si te casas con él, Igor ganará quince millones de Euros...-

Y no podíamos permitir que Igor se atreviera a vender a nuestra hermana de esa manera tan asquerosa- dijo Danushka, cruzando los brazos malhumorada- si no fuera algo tan impropio de mí, le daría un buen golpe en la cara...-

Gracias, hermanas- sonrió Milekha.

Ahora, tienes que alcanzar a los caballeros- dijo Anna- e irte con ellos, como habías planeado-

Pero ustedes...- dijo Milekha- ¿no se meterán en problemas?-

Nosotros tres no diremos nada- dijo Danushka- y no sabremos siquiera adonde irás. Puedes salir por la puerta trasera, pues Alexéi se aseguró de que ni Igor ni Vladimir buscaran por ahí...-

Gracias de nuevo- dijo Milekha, abrazando a sus hermanas y a su hermano- no sé que hubiera hecho sin ustedes tres-

No es nada- dijo Alexéi- ahora corre, nosotros los distraeremos para que no te sigan...-

Milekha sonrió a sus hermanos, tomó su mochila y salió corriendo del palacio por la puerta que ellos le habían indicado.

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¿Qué crees que sucedió, Camus?- preguntó Hyoga. Él y su maestro estaban fuera del palacio, escondidos entre los árboles del jardín.

Creo que la descubrieron- dijo seriamente el caballero de Acuario- tenemos que esperar y asegurarnos de que no haya nadie despierto para entrar de nuevo por ella...-

Les agradezco mucho lo que hacen por mí, chicos, pero eso ya no será necesario- dijo Milekha, apareciendo detrás de ellos- ya estoy aquí-

¡Milekha!- exclamaron los dos al mismo tiempo.

¿Qué sucedió?- comenzó Hyoga- ¿porqué tardaste?-

Es una larga historia- dijo ella- pero mejor salgamos de aquí antes de que se den cuenta y salgan por mí... ¿tienen algún medio de transporte... y que por favor no sea un tren?-

Mejor que eso- dijo Camus- un jet-

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Mientras tanto, Mu y Lily estaban sentados en las escaleras de la entrada hacia la casa de Aries. Rory, la gata negra de la joven hechicera, dormía plácidamente en el regazo de su dueña. Kiki ya se había dormido, y los dos jóvenes aprovecharon eso para compartir un tiempo ellos dos solos, ya que el pequeño siempre se interponía entre ellos.

Menos mal que Kiki ya se durmió- dijo Mu- últimamente he tenido mucho trabajo, solo faltaba que él se pusiera en ese plan...-

Lily sonrió y apoyó su cabeza sobre el hombro de él.

No te estreses, amor- dijo Lily- pronto volverá Camus, y podremos volver a Jamir...-

Pero no pudo terminar su frase, porque ambos vieron el jet que Saori le había prestado a Camus y Hyoga para ir a Rusia.

No es posible que sean ellos- dijo Mu, mirando sorprendido el jet que acababa de aterrizar justo en el patio que había al pie de las escaleras de las Doce Casas- no volverían hasta después de la boda, y todavía falta un par de días... ¿qué hora es?-

La una de la mañana- dijo Lily, mirando el reloj del Santuario.

Los dos se levantaron y se acercaron al jet. Vieron que Camus y Hyoga bajaron, acompañados de una chica de piel blanca y cabellos negros.

Camus, ¿puedo preguntar que...?- comenzó Mu.

Preferiría que no, Mu- lo interrumpió éste- es muy tarde y los tres estamos muy cansados... mañana hablaré con Saori y con ustedes de lo que sucedió, ¿de acuerdo?-

De acuerdo- dijo Mu, y se volvió a Lily- ve a dormir, amor, ya es tarde-

Lily sonrió y asintió. Le dio un rápido beso al caballero de Aries en los labios y buscó a su gata negra. La encontró husmeando alrededor de Milekha.

¡Es bellísima!- exclamó Milekha, agachándose para mirarla mejor. La gata negra se asustó con ese movimiento repentino y se escondió detrás de Lily- oh, lo siento-

No hay problema- dijo Lily, y se volvió a ver a la gata negra- ¿dónde están tus modales, Rory?-

Rory salió de atrás de Lily y se quedó de pie junto a su dueña, vigilando con su usual mirada acusadora a la extranjera. Lily trató de llamarla, pero Rory no quitaba su vista del bolsillo de Milekha.

Creo que es esto- dijo Milekha, sacando a Angora de su bolsillo.

¿Es esa la gatita blanca que encontré?- preguntó Lily, alzando una ceja, y Hyoga asintió.

Viajó a Rusia por accidente- dijo el caballero del Cisne, algo apenado- se fue en mi maleta, y ahora pertenece a Milekha...-

Qué curioso nombre tienes- dijo Lily, pensativa, y mirando con una sonrisa a la recién llegada- te llamas como una de las princesas de Rusia...-

Milekha sonrió algo nerviosa, y Mu pasó su vista de ella a Camus, quien le devolvió la mirada como diciéndole 'luego te explico'.

Bueno, creo que es mejor que todos nos retiremos a dormir- dijo Mu- Camus tiene razón, ya es muy tarde. Mañana solucionaremos todo...-

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¡Camus! ¡Eres tú!- fue el saludo matinal que Afrodita ofreció al día siguiente al caballero de Acuario. Camus despertó aliviado, había logrado reponer las horas de sueño que le faltaron durante su estancia en Rusia.

Sí, ya sé que soy yo- dijo Camus, con un bostezo- y también sé que volví antes de lo previsto... vuelve a tu templo, Afrodita-

Afrodita lo miró sospechosamente, pero no añadió nada más, y volvió a su templo. Camus se levantó y se puso una playera. Abrió la puerta de la habitación que había prestado a Milekha.

La princesa rusa estaba aún profundamente dormida sobre su cama. Tenía una expresión tan angelical en su rostro que Camus se quedó mirándolo por unos minutos.

Vaya- murmuró para sí mismo, un tanto pensativo- jamás lo hubiera imaginado...-

¿Jamás hubieras imaginado que?- dijo Milekha, abriendo los ojos e incorporándose.

Veo que la bella durmiente ya despertó- dijo Camus simplemente, aún pensando en lo inocente que la princesa se veía dormida, y lo terrible que podía ser su venganza si alguien la molestaba de alguna manera.

Así es- dijo Milekha, bostezando- ¿es muy tarde?-

Son las nueve de la mañana- dijo el caballero de Acuario.

Es temprano- dijo Milekha, bostezando de nuevo- no me digas que ustedes se levantan aún más temprano que esto-

Pensé que preferías la libertad a la comodidad...- dijo Camus.

Y así es- respondió Milekha con convicción.

Bien, entonces creo que deberíamos hablar con Saori para ver que vas a hacer en este sitio- dijo el caballero de Acuario- aunque creo que se va a extrañar de ver a otra chica aquí...-

¿Saori?- dijo Milekha- ¿quién es ella?-

Atena- se corrigió Camus- tengo que pedirle permiso a Atena...-

Oh, ya veo- dijo Milekha.

Te diré que podemos hacer- dijo Camus- iré a ver a Atena, y tú me esperarás aquí hasta que vuelva-

De acuerdo- dijo Milekha, poniendo los ojos en blanco. No era muy dada a dejarse dar órdenes, pero a esa hora de la mañana aún no tenía ganas de pelear, así que lo aceptó por el momento.

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Mientras tanto, también había amanecido en Moscú, y la ausencia de Milekha no tardó en hacerse notar por Igor, quien se puso furioso.

¿Qué dices?- exclamó el anciano cuando Vladimir le dio la noticia.

No sé como pudo haber escapado, abuelo- dijo Vladimir- Irina me dijo que ella y sus otras dos hermanas la encerraron bien en el vestidor, y que no había ninguna manera de que saliera por sí sola...-

Todos los hijos del zar tienen un poder especial- dijo Igor, algo pensativo-¿qué poder tiene esa chiquilla, Vladimir?-

El de interpretar sueños y predecir el futuro por medio de ellos- dijo Vladimir.

¿Y las otras tres?- preguntó Igor, calmándose un poco.

Irina puede controlar los movimientos de quien desee- dijo Vladimir- Danushka puede penetrar en la mente de los demás, y Anna cambia de forma los objetos pequeños...-

Ya veo- dijo Igor- si no me equivoco, Anna pudo haberla ayudado a escapar...-

¿De que hablas, abuelo?- preguntó Vladimir.

De nada- dijo Igor, sacudiendo la cabeza- ¿y qué me dices del príncipe Iván?-

También él escapó de aquí durante la noche- dijo Vladimir- al parecer con ayuda de igual manera...parece que la información que te dieron era correcta...-

Sí, me doy cuenta de ello- dijo Igor- bueno, iré a ver al zar-

¿Acaso le dirás la verdad sobre...?- comenzó Vladimir.

Claro que sí- interrumpió Igor en voz alta- le informaré a sus majestades el zar Aleksandro y el rey Rustam que sus hijos fueron secuestrados por los dos caballeros de Atena...-

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Milo escuchó el rumor del regreso de Camus, y fue a buscarlo a la casa de Acuario. Como no lo encontró ahí, lo buscó por su cosmo y lo ubicó en el templo de Atena, así que se dirigió hacia ese sitio. Justo cuando llegó, Camus iba saliendo.

Es cierto- dijo Milo- ¿porqué no me avisaste que ya habías llegado?-

Tenía mis razones- dijo Camus fríamente. Milo lo miró sospechosamente.

¿Y tú que te traes?- dijo Milo. Camus lo ignoró y comenzó a bajar las escaleras, y el caballero de Escorpión lo siguió- ¿y porqué volviste tan pronto? ¿Porqué no te quedaste a la boda?-

No habrá boda- dijo Camus en el mismo tono, sin mirar a su amigo y aún bajando las escaleras hacia el templo de Piscis.

¿Qué es lo que dices?- dijo Milo. Cada escalón que bajaban aumentaba la sorpresa del caballero de Escorpión.

Lo que oíste- dijo Camus.

¿Y porqué?- dijo Milo- ¿no habrás hecho algo...?-

Este no es tu asunto, Milo- dijo Camus cortantemente.

Tampoco era tu asunto lo que sucedió con Selene, ¿o sí?- dijo Milo- pero estuviste ahí para ayudarme, a pesar de que yo no quería tu ayuda...-

Camus se detuvo y dejó escapar un hondo suspiro.

Está bien, te lo contaré- dijo Camus- pero aquí no, en el templo de Acuario...-

De acuerdo- dijo Milo- te sigo-

Camus bajó a su templo, acompañado de Milo. Al llegar, el caballero de Escorpión se quedó sin aliento por la sorpresa.

Milekha, te presento a mi amigo Milo- dijo Camus- Milo, te presento a la princesa Milekha Aleksandrova Shevardnadze...-

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CONTINUARA...

¡Hola! Sé que aún no es jueves, pero ayer le prometí a una amiga subir este capi, así que aquí está. ¡Bienvenida de regreso a tu casa! Espero que les guste este capi. Se agradecen mucho los reviews, y ¡paciencia! Los malos recibirán su merecido... no hagan muchos corajes ni destruyan escritorios, por favor, los pueden acusar de daño a propiedad.

¡Reviews, por favor!

Abby L. / Nona