CAPITULO 11: LA BÚSQUEDA

El jet arribó a la ciudad que Milekha les había indicado. Ni siquiera ella estaba segura de que el príncipe se encontrara en la ciudad, pero era la mejor pista que tenían. Además, aunque no lo demostraba, Camus parecía muy optimista al respecto.

Camus... pregunta- dijo Milekha de pronto, una vez que bajaron del jet en el aeropuerto de la ciudad de Smolensk- ¿cómo vamos a encontrar a Iván en esta ciudad? -

Buscando- dijo Camus, caminando escaleras arriba.

¿Podrías ser más específico?- dijo Milekha de mal humor- y además, la salida está por allá...-

Comenzaremos por las oficinas del aeropuerto- le explicó Camus- deben tener un registro de todos los pasajeros que arribaron a esta ciudad el día que el príncipe Iván escapó de Moscú...-

Oh, que gran idea- dijo Milekha sarcásticamente- supongo que solo tenemos que buscar 'príncipe Iván Shalikov de Ucrania', ¿no?-

Tal vez no- dijo Camus- pero sé como podemos adivinar quien es, aunque haya usado un nombre falso para registrarse-

¿Ah, sí?- dijo Milekha, sorprendida, corriendo junto al caballero para no quedarse atrás- ¿y cómo?-

Te lo explicaré cuando estemos ahí- dijo Camus- ahora deja de discutir y vamos...-

Milekha se detuvo por unos segundos y cruzó los brazos algo molesta. El caballero ya le había dado bastantes más órdenes de las que había recibido en toda su vida. Luego sacudió la cabeza y corrió para alcanzar a Camus.

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Mientras tanto, las horas pasaban en el Santuario, y no había señal de que Camus o Milekha regresarían pronto.

Se hace tarde- dijo Mu, mirando el cielo y entrelazando los dedos, muy nervioso.

No te preocupes- dijo Lily- llegarán. Y si no lo logran a tiempo, ya tenemos un plan de evasión-

Esa es mi preocupación- dijo Mu, tomando la mano derecha de Lily entre las suyas- aún no me convence ese plan...-

No te preocupes, Mu- le dijo Milo- ya viste que Lily es muy buena para disfrazarse. Además, ella puede cuidarse sola si la llegan a descubrir...aunque dudo mucho que lo hagan, porque esos rusos no me parecen muy brillantes que digamos-

Te sentirías tan mal como yo si Selene tuviera que arriesgarse de la misma manera...- dijo Mu, frunciendo el entrecejo.

Lo sé, Mu, pero...- dijo Milo.

Mu, no te preocupes por mí- intervino Lily, dándole un beso en la mejilla para calmarlo- la que está en peligro en este momento es la hermana de Camus, al estar con ese malvado...-

Bueno- dijo Mu- solo esperemos que no te descubran, y todo estará bien. O mejor aún, que ellos dos vuelvan pronto-

Así se habla, amor- dijo Lily.

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Boris Balcov entró a su tienda. Había acampado junto a la tienda de su abuelo, muy cerca del mar. Entró a su tienda y vio a Helene. La hermana menor de Camus estaba de nuevo profundamente dormida sobre una gruesa manta en el suelo, propiamente encadenada. Sonrió. Ya llevaba tres años esperando una oportunidad como esta, de tener a la mujer que él había decidido que sería su esposa.

Boris, ¿qué hacías?- dijo Igor, entrando a la tienda. Boris hizo una mueca. Por orden de su abuelo, no podía tocar a Helene hasta el momento en el que Milekha estuviera casada con el príncipe Iván.

¿Qué sucede, abuelo?- preguntó el joven ruso.

Vine a verificar que siguieras mis órdenes- dijo el anciano.

No entiendo, abuelo- dijo testarudamente Boris, cruzando los brazos de mal humor- ¿acaso les entregaremos a la chica?-

¡Usa el cerebro, Boris! Por supuesto que no- dijo Igor- ese tonto de Camus necesita un buen escarmiento por haberme desafiado... ¿y que mejor que su hermana se quede contigo en contra de su voluntad?-

¿Entonces...?- comenzó Boris.

Entonces, solo usaremos a la chica para que se vea obligado a entregar a la princesa Milekha. Una vez que lo haga, podrás quedarte con Helene...-

Ese Camus no morderá el anzuelo- dijo Boris en un tono desconfiado- no es tan tonto como crees. Si tanto está en juego, estoy seguro de que exigirá que le entregues a su hermana primero-

Pero aún tenemos una ventaja- dijo Igor.

¿Y cuál es?- preguntó Boris, cruzando los brazos con impaciencia.

Fácil- dijo Igor- la condición para que les entreguemos a Helene es que ellos devuelvan a Milekha y a Iván. Y nosotros sabemos muy bien que no tenían al príncipe...-

Boris hizo una mueca, pero luego sonrió.

Esta bien, abuelo- dijo Boris.

Perfecto- dijo Igor- levantemos el campamento, pues ya se acerca la hora...-

Igor salió, y Boris aprovechó para servirse un vaso de brandi. No se dio cuenta de que Helene realmente no estaba durmiendo, sino que entreabrió sus ojos por unos momentos, y había escuchado parte de la conversación.

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¿Y bien, genio?- dijo Milekha, una vez que llegaron a la oficina del aeropuerto-¿cómo lo buscamos?-

Busca la fecha en la que ustedes escaparon, y busca al hombre que haya pagado más dinero...- dijo Camus.

Eso no tiene sentido- dijo Milekha.

Claro que lo tiene- dijo Camus- un príncipe está acostumbrado a las comodidades, no va a viajar en clase turista, para empezar...-

Tal vez tengas razón- admitió Milekha, tras meditarlo un segundo. Tecleó algo en la computadora, y en la pantalla apareció una lista de nombres y direcciones.

¿Cuál es el primero de la lista?- dijo Camus.

Un tal... Fredrick Mendelev- dijo Milekha- viajó en primera clase, y gastó más de tres mil Euros en el avión, en platillos, brandi, caviar y...-

Es él- dijo Camus, poniéndose de pie- dame la dirección-

Es... número ciento quince, calle Vizcaya- dijo Milekha. Camus la anotó en la palma de su mano.

Perfecto, vamos pronto- dijo Camus, tomando la mano de Milekha y jalándola hacia la puerta de la oficina.

Espera...- dijo Milekha.

Salieron corriendo del aeropuerto. En la entrada, Camus compró un mapa de la ciudad, y Milekha se encargó de descifrarlo.

No está muy lejos de aquí- dijo Milekha, señalando un pequeño punto en el mapa- calle Vizcaya...ni siquiera necesitaremos un taxi que nos lleve... es por allá-

Caminaron al menos ocho cuadras en la dirección que Milekha indicó. Tras unos minutos, Camus señaló el letrero con el nombre de la calle. 'Vizcaya'.

Vaya- dijo Milekha- ¿qué número es?-

Ciento quince- dijo Camus, mirando la palma de su mano.

Es esta- dijo Milekha, llamando a la puerta.

Un hombre alto, extremadamente rubio y de grueso bigote y barba abrió.

¿Sí?- gruñó el hombre.

Disculpe...- dijo Milekha en voz baja, un tanto intimidada por el enorme tamaño del hombre delante de ella- busco a... Iván Shalikov...-

El hombre de la entrada frunció el entrecejo.

¿Y se puede saber quien lo busca?- dijo el hombre bruscamente.

Mi... Mi...- comenzó ella, un tanto nerviosa por la expresión del hombre en la puerta, y dando un par de pasos atrás hasta chocar con Camus.

¡Milekha!- exclamó Iván, asomándose detrás del hombre alto. Al principio sonrió, pero luego palideció- ¿qué has venido a hacer aquí? No me digas que me traicionaste...-

Nada de eso- dijo Milekha- pero necesito tu ayuda. Escucha: Igor nos descubrió, pero le ha dicho a nuestros padres que los caballeros de Atena nos secuestraron, y están atacando el Santuario de Atena...-

¿Qué dices?- exclamó Iván, abriendo los ojos sorprendido.

Y eso no es todo- añadió Milekha- secuestró a la hermana de Camus, y si tú y yo no nos presentamos ahí hoy mismo a la media noche, la matarán o algo peor...-

Demonios- dijo Iván, tras meditar lo que había dicho Milekha, al parecer debatiéndose entre lo que debía hacer y su ansiada libertad que acababa de conseguir. Volvió su vista a su alto acompañante, quien sacudió la cabeza.

No lo hagas, Iván- dijo el hombre alto- ¿cómo sabes que no es una trampa?-

Camus escuchaba la conversación con los brazos cruzados, sin decir palabra, pensando que si el príncipe no quería volver con ellos, lo congelaría y lo llevaría al Santuario por la fuerza.

Claro que no lo es- dijo Milekha, malhumorada- y no tenemos tiempo que perder, que nos queda muy poco...-

Iván, yo te recomiendo que...- comenzó el hombre alto.

Gracias, Fredrick- lo interrumpió Iván- pero no creo que Milekha me tienda una trampa. Ni ella ni yo estamos de acuerdo con el matrimonio que nos impusieron. Pero no era mi intención involucrar a nadie más, como a tu hermana...- se volvió a Camus, y luego a Milekha- vamos-

Gracias, Iván- dijo Milekha con una sonrisa. No lo quería como marido, pero como amigo no estaba nada mal.

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Se nos acabó el tiempo- dijo Shion en un tono preocupado, y se volvió a su discípulo- Mu, es la hora fijada por Igor. Sabes lo que...-

Lo sé- dijo Mu, en un tono no muy convincente.

Hagámoslo, Mu- dijo Lily- no creo que Camus y Milekha tarden mucho más, pero tenemos que ganar un poco de tiempo, por el bien de Helene-

Pero Lily...- comenzó Mu.

Nada de peros, amor- le dijo Lily- no me descubrirán. Además, tú estarás conmigo por si sucede algo malo...-

No va a suceder nada malo- aclaró Milo en voz alta, y luego se volvió a Lily- hagámoslo, Lily. Quiero ver qué se siente ser Camus-

Lily sonrió y asintió. Mu la miró con ojos llenos de preocupación, pero asintió también. La joven agitó su vara dorada y, en segundos, los tres se convirtieron en las copias exactas de Camus, Iván y Milekha.

Reacuérdenlo bien- dijo Lily- si se mencionan nuestros nombres, el hechizo se romperá, ¿de acuerdo?-

De acuerdo- dijeron Milo y Mu al mismo tiempo.

Tengan mucho cuidado- les dijo Selene.

En especial tú - dijo Shion, dirigiéndose a Lily- y recuerda lo que te dijo Milekha... desconfía de ese Igor-

Tendré cuidado, maestro Shion- dijo Lily.

Un par de detonaciones a lo lejos les indicaron que la comitiva de los rusos y los ucranianos estaba ya en la entrada del Santuario.

Bueno- dijo Milo, tomando un hondo suspiro- aquí vamos...-

Buena suerte, chicos- dijo Selene en voz baja.

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¿Dónde demonios están esos caballeros?- rugió el rey Rustam- ¿dónde demonios tienen a mi hijo?-

El zar Aleksandro caminaba en silencio junto a él, con el entrecejo fruncido.

Ya llegarán- dijo Igor- y más les vale- añadió observando a Helene, quien los seguía cabizbaja, fuertemente detenida por Boris.

Aquí estamos- dijo Milo con una voz profunda, imitando la de Camus. El caballero de Escorpión salió junto con Mu y Lily, Shion, Selene y algunos de los caballeros dorados. Igor sonrió arrogantemente al verlos.

Bien, Camus- dijo Igor, sonriendo- se ve que sabes lo que te conviene. Ahora, entrega a los príncipes...-

No tan rápido-dijo Milo- ¿dónde está la... mi hermana?-

Todo a su tiempo, Camus- dijo Igor- primero entrégalos y luego te será devuelta...-

Milo frunció el entrecejo. Ya se olía la trampa.

Si no entregas a Helene no hay trato, Igor- dijo Milo en el tono más frío que encontró.

No estás en posición de poner tus condiciones, Camus- dijo Igor, señalando a Boris, quien tenía a Helene.

¡Es una trampa, Camus!- gritó Helene, haciendo un esfuerzo para soltarse del enorme ruso- yo los escuché...es una trampa, porque no me van a devolver, me van a...-

Silencio, mujer- gritó Boris enfadado.

Mientras sucedía esto, Lily había pasado sus ojos por el rey Rustam, el príncipe Dimitri, el zarevich Alexéi y Tima, y por último el zar Aleksandro. Milekha tenía razón. Su parecido físico con su padre era extraordinario.

Padre, por favor- dijo Lily, en un tono que podía pasar por el de Milekha, pero con voz algo temblorosa- que Igor les entregue a la chica, para que podamos volver-

El zar miró a Lily a los ojos, y asintió.

Mi hija tiene razón- dijo el zar Aleksandro- Igor, es absurdo continuar alargando esta negociación. Entrega a la chica... si hay traición, será de parte de ellos-

Alexéi y Timofei respiraron aliviados. Igor frunció el entrecejo, pero luego sonrió. Tenía un plan. Hizo una señal a Boris, quien dio unos pasos adelante y empujó a Helene, haciéndola caer a los brazos de Milo. El caballero de Escorpión la detuvo para evitar que cayera, y sintió como su respiración se tranquilizaba.

No temas, Helene- le dijo Milo en voz baja- ya estás a salvo-

Ahora lo prometido- gruñó el rey Rustam- devuelve a nuestros hijos...-

Milo asintió. Mu y Lily caminaron hacia ellos. El caballero de Aries vio como el zar Aleksandro abrazaba a Lily, obviamente creyendo que fuera Milekha. Lily sintió un vuelco en su corazón. Jamás la habían abrazado de esa manera, y pensó en lo afortunada que era Milekha en tener un padre así.

Ni Mu ni Lily se percataron de la extraña mirada de Igor.

Bien, creo que esto concluye el asunto- dijo el zar sin soltar a Lily.

Claro que no- dijo el rey Rustam- esos caballeros me deben una satisfacción por lo que hicieron...-

Creo que el zar tiene razón- dijo Igor, lanzándole una mirada significativa al rey Rustam- será mejor que nos retiremos...-

Tienes razón- dijo el rey, después de captar la mirada del anciano- vámonos-

La comitiva se alejó. Mu no apartaba la vista de Lily, y no pudo evitar apretar los dientes cuando Igor se acercó a ella y la tomó por el brazo.

No creas que no sé que te escapaste, Milekha- siseó entre dientes el anciano- pero date cuenta de una cosa... no descansaré hasta verte casada con el príncipe Iván-

Dicho eso, la soltó. Lily lo miró, muy molesta. Ahora entendía porque Milekha odiaba tanto a Igor. No pudo pensar más en ello, porque el avión del zar ya la estaba esperando.

Los caballeros miraron como despegaba el avión.

Espero que haya funcionado- murmuró Aioria.

Lo lograste, Milo- dijo Selene- los engañaste...-

¿De qué habla, Camus?- preguntó Helene.

No soy Camus- le dijo Milo, convirtiéndose en él mismo, ya que Selene había pronunciado su nombre y el hechizo se rompía- soy Milo. Soy un amigo de tu hermano...-

¿Dónde está él?- preguntó ella, reconociendo el nombre de Milo como el del mejor amigo de Camus.

Milo le contó lo que Camus había ido a hacer en Rusia.

No debe tardar en llegar- dijo Milo- hicimos esto para ganar un poco de tiempo, y para ponerte a salvo...-

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Ya es demasiado tarde- dijo Milekha en tono preocupado.

No te preocupes- dijo Camus- ya conoces lo que Lily tenía preparado si no llegábamos a tiempo...-

¿De qué hablan?- quiso saber Iván. Milekha le contó el plan que Lily había preparado- pues espero que haya sido un muy buen disfraz, pues mi padre no es tan fácil de engañar-

Lily es una hechicera- dijo Camus en un noto frío- puede hacer un encantamiento tan bueno que te engañaría a ti mismo...-

Milekha miró a Camus un tanto sorprendida. Casi no había dicho nada en todo el trayecto, y sus últimas palabras fueron más duras que de costumbre.

¿Falta mucho para llegar a ese Santuario?- preguntó Fredrick, un tanto fastidiado.

Un par de horas más- respondió Camus.

Bueno, una vez que lleguemos a ese lugar, ¿qué planean hacer?- preguntó Iván- porque dudo mucho que el caballero y la hechicera se queden como nosotros para siempre...-

Oh, no- dijo Milekha- pero aún no he pensado en ello...-

Iván hizo una mueca, y Fredrick puso los ojos en blanco.

Creo que sé la mejor manera para detener esta locura- dijo Milekha tras pensarlo unos momentos- tomar nuestros lugares de nuevo sin que nuestros padres se den cuenta, y luego yo iré a decirle la verdad a mi padre: que no deseo casarme...-

Puedes hacer eso- dijo Iván en un tono triste- pero si tu padre rompe el compromiso, estoy seguro de que mi país hará la guerra con el tuyo...-

Tú habla con tu padre también- dijo Milekha- estoy seguro que ambos entenderán...-

Camus hizo un gesto de incredulidad. Tal vez el zar escucharía a su Milekha, pero dudaba mucho que el rey Rustam hiciera otro tanto con su hijo.

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CONTINUARÁ...

¡Hola! Sé que aún no es lunes, pero decidí adelantar el capi por razones técnicas (examen T-T). Sobre lo de teletransportarse o los portales a otra dimensión, creo que Camus no se le ocurrió, porque a mí la verdad tampoco se me ocurrió jeje... y bueno, ¡paciencia! Por favor no destruyan escritorios y sus propias manos. Espero que les esté gustando, agradezco muchísimo sus reviews y nos seguimos leyendo.

Abby L. / Nona