CAPITULO 12: ¿DÓNDE ESTÁN LOS PRÍNCIPES?
Ya faltaba poco para que Camus y los otros arribaran al Santuario. Todos en el jet, excepto Camus y obviamente el piloto, estaban profundamente dormidos. Fredrick, el amigo del príncipe Iván, se había ido a dormir al compartimento trasero, pues decía que la conversación de Milekha y Camus lo estaba volviendo loco. Iván se había dormido también, más por aburrimiento que por cansancio. Y Milekha, pese a su preocupación, también se encontraba en el mundo de los sueños.
Camus comenzó a preocuparse. ¿Y si el plan de Lily había fallado? ¿Si Helene estaba en peligro, y todo por no haber escuchado a Milekha cuando hizo su predicción? Y sobre todo, ¿el zar escucharía que su hija no deseaba casarse?
¿Por qué esa cara, Camus?- preguntó Milekha. Ya no dormía, sino miraba fijamente al caballero.
No sé de que hablas- afirmó Camus.
Estás preocupado- dijo Milekha. Camus sacudió la cabeza- no digas que no, si no estás preocupado entonces yo soy la reina de Inglaterra...-
"Tal vez llegará a ser la de Ucrania", pensó Camus. No lo dijo porque sabía que Milekha se enfadaría si lo hacía.
No es nada- dijo Camus- es solo una tonta preocupación momentánea. Eso es todo-
No te preocupes- dijo Milekha- todo va a estar bien...- y junto a esto, se acercó al caballero y le dio un beso en la mejilla, haciéndolo enrojecer ligeramente.
Milekha volvió a su asiento y a dormir. Camus se encogió de hombros, y fijó su vista en la ventanilla. El rojo color de sus mejillas tardó un poco en desaparecer.
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Me temo que llegan tarde- dijo Shion en un tono entristecido, al ver llegar al Santuario a Camus, Milekha, Iván y Fredrick.
Lo sé- dijo Camus en un tono frío.
Por otro lado, al parecer el plan de Lily funcionó- añadió Shion- y tu hermana está ya a salvo-
¡Camus!- exclamó Helene al verlo, y lo abrazó fuertemente por el cuello.
Me alegra que estés bien, Helene- le dijo Camus en voz baja, aliviado en su corazón de verla sana y salva- ¿te hizo algo ese desgraciado?-
No, nada, y gracias a tus amigos- sonrió ella- te extrañé tanto...-
¿Qué planean hacer ahora, Camus?- preguntó Milo- con respecto a...-
Cambiar lugares con Lily y Mu- interrumpió el caballero de Acuario- antes de que descubran quienes son en realidad-
Me parece perfecto- dijo Milo, señalando a Shion- nunca vi al Maestro tan preocupado...y no precisamente por Mu... esa Lily es como si fuera su nieta-
Descansaremos lo que queda de este día- dijo Camus- y mañana a primera hora iremos a Moscú a hacer el cambio...-
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Lily, por su parte, había sido acompañada hasta la habitación de Milekha en el palacio de Moscú. Ahí permaneció en silencio, mirando por la ventana. Se preguntaba donde estaría Mu en ese momento, y si Camus y Milekha habían logrado encontrar al príncipe Iván.
Alguien llamó a la puerta.
Pasen- dijo Lily. Dos mujeres entraron, y la joven las reconoció como las dos hermanas de Milekha. En efecto, eran Danushka y Anna.
¡Milekha!- exclamó Anna- ¿qué sucedió? ¿te atraparon?-
Yo...no...- comenzó ella. Recordaba que Milekha le había dicho que podía confiar en ellas, pero no había pensado en una explicación que darles.
Espera- dijo Danushka. La miró a los ojos fijamente, y sus ojos se volvieron rojos de pronto. Lily sintió una extraña sacudida en su cabeza- tú no eres Milekha-
¿Qué has dicho, Danushka?- preguntó la primera chica.
Lily sintió un escalofrío recorrerla. Danushka no dejaba de mirarla fijamente. Después de un minuto sus ojos volvieron a la normalidad, parpadeó y le sonrió.
Así que eso hicieron- dijo Danushka- tomaste el lugar de mi hermana para ganar tiempo y salvar a la hermana del caballero Camus...-
¿Cómo lo sabes?- dijo Lily, sorprendida, aunque con el presentimiento de que Danushka había penetrado en su mente.
Tranquila- dijo la otra chica- mi hermana puede leer las mentes de las personas...-
Pero no te preocupes, porque estamos de tu lado- dijo Danushka- bueno, del lado de Milekha. ¿Verdad, Anna?-
Así es- dijo Anna- nosotras podemos ayudarte. Y también puedes confiar en Alexéi, nuestro hermano menor. Lo reconocerás inmediatamente, porque él y Mile se parecen bastante. Pero cuídate de Irina, nuestra hermana mayor-
Hace mucho que ella está del lado de Igor- añadió Danushka- desde que se casó con su nieto Vladimir... el bobo de Vova-
Lily sonrió.
Gracias, chicas- dijo Lily- espero que ellos no tarden en llegar, porque no puedo seguir toda la vida con esta farsa-
Nosotras también- dijo Anna- pero por lo pronto, será mejor que descanses. Llámanos si necesitas alguna cosa... estaremos alertas-
Las dos princesas salieron y la dejaron sola. Lily se dejó caer sobre la cama y apagó la luz. Una sombra oscura entró a su habitación, pero la chica ya estaba profundamente dormida y no se percató de ello.
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Milekha caminaba por los pasillos del palacio de Moscú, mirando a su alrededor. Vio a alguien apoyado en una pared. Era Iván. Tenía su rostro cubierto por sus manos. Cuando estuvo a punto de acercarse a él, se desvaneció como niebla.
-¿Qué sucede?- se preguntó.
Milekha siguió caminando, y encontró a su hermano Alexéi de igual manera.
-¡No puede ser!- exclamó Milekha al verlo desaparecer de la misma manera que Iván.
La joven rusa siguió corriendo por los pasillos, y vio a su mejor amiga Vika, a sus amigos Zoia y Timofei, a sus hermanas y a sus cuñados; todos desapareciendo de la misma manera. Al final del último pasillo, Igor y Boris le sonreían de manera diabólica.
-¿Qué han hecho?- dijo Milekha.
-No hemos sido nosotros- dijo Igor- fue por culpa de Camus-
-¡No es verdad!- exclamó Milekha- ¡fueron ustedes dos!-
-¿Y sabes quién es el siguiente?- dijo Igor- tu padre...-
-¡No!-
Milekha levantó la vista y vio a Camus con una mirada triste.
-Yo te metí en este problema- dijo Camus, con una voz que no era de él- aunque traté de detenerte, pero estabas muy decidida... y tú y tu familia murieron por mi culpa-
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Milekha despertó sobresaltada, gracias a los maullidos desesperados de Angora al ver que su dueña tenía una pesadilla. Milekha dejó escapar un suspiro de alivio. Estaba, de nuevo, en la casa de Acuario.
¡Qué sueño más extraño había tenido! ¿Qué significado tendría? Claro, ella tenía el poder de descifrar los sueños de otros, pero no los suyos. Sacudió la cabeza. Luego lo averiguaría.
Se levantó y se asomó a la habitación de Camus. En ella, Helene dormía profundamente sobre la cama del caballero. Camus, por su parte, también dormía, pero sobre el sofá frente a la cama. Milekha sonrió con un poco de envidia y volvió a su habitación a darse una ducha y a vestirse.
Una vez que estuvo lista, pensó que sería divertido despertar a Camus, sobre todo para pedirle algo de desayunar. Pero algo llamó la atención en su habitación. Una nota. Milekha la tomó y la leyó.
"Querida Milekha
Tengo algo muy urgente que hablar contigo. No lo puedo hacer en el Templo de Acuario, porque compromete a los caballeros dorados. Ven a verme lo más pronto posible a la entrada del Santuario. No tomará mucho tiempo, lo prometo.
Te lo agradezco mucho.
Iván"
Milekha releyó la nota, confundida. ¿De qué querría hablar Iván? Tal vez los caballeros tramaban algo, y el príncipe los descubrió. Milekha sacudió la cabeza ante la idea tan absurda. ¡Si los caballeros la estaban protegiendo! Tal vez a Iván se le había ocurrido alguna mejor idea para solucionar todo ese embrollo.
Deseando que fuera así, Milekha dejó la nota sobre su cama, y salió corriendo hacia el lugar indicado. Una vez ahí, miró a su alrededor. No había nadie a la vista.
¿Iván?- dijo ella- Ivan, ¿estás ahí?-
Nadie respondió, y Milekha se molestó. No estaba para esos juegos. Escuchó el ruido de una rama entre los árboles en la entrada del bosque.
No tengo tiempo para tonterías, Iván- dijo Milekha, introduciéndose al sitio de donde había escuchado el ruido- sal de ahí y dime que es lo que quieres...-
Solo se escuchó una fría risa como respuesta.
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Horas más tarde, Mu despertó en una habitación del palacio de Moscú. Tardó unos segundos en recordar que era lo que estaba haciendo en ese sitio. El caballero se levantó a toda prisa, se dio una ducha y se vistió. Se miró al espejo, y sonrió. El parecido entre él y el príncipe Iván era extraordinario. Lily era una excelente hechicera.
Durante la noche anterior, el caballero estuvo varias veces tentado a ir a verla, pero no lo hizo, para no arriesgar el secreto de ambos. Ahora sí podía hacerlo. Sonrió. Tal vez sería bueno continuar con la farsa. Después de todo, a él no le molestaba para nada casarse con ella. Pero sacudió la cabeza. No de esa manera.
Aún estaba pensando en ello cuando alguien llamó a la puerta.
Pasen- dijo Mu. Un sirviente entró y se inclinó.
Su alteza- dijo el sirviente- su majestad, el rey Rustam, quiere verlo de inmediato en la sala...-
Voy enseguida- dijo Mu, y siguió al sirviente hasta el lugar indicado. El rey Rustam lo esperaba sentado en uno de los enormes sillones.
Buenas tardes, hijo- dijo el rey con una sonrisa muy peculiar. Mu frunció el entrecejo. Había algo extraño, tanto en el tono de voz del rey como en su sonrisa. Algo que no le gustaba para nada- toma asiento, por favor-
Prefiero permanecer de pie, gracias- dijo Mu, recordando que Milekha le había indicado que Iván nunca se sentaba junto a su padre. El rey sonrió e hizo una seña a uno de sus sirvientes, quien cerró la puerta, junto a la cual había cuatro guardias del palacio.
Hablaré claro, y al grano, ya que no quieres escucharlo sentado- dijo el rey, torciendo su rostro en una horrible sonrisa- sé que tú no eres mi hijo Iván-
Mu sintió un escalofrío, pero lo disimuló bien.
No sé de que hablas- dijo Mu con una mirada serena- y me ofende que me desconozcas-
Eres un buen actor, y admito que el parecido entre ambos es extraordinario, pero no te esfuerces en seguir fingiendo, yo lo sé todo- añadió el rey Rustam- sé que los caballeros trataron de engañarme, pero no lo lograron esta vez... tengo un buen consejero y muchísimos espías, y sé que en estos momentos, el príncipe Iván no está en el palacio de Moscú, sino en el Santuario de Atena... aunque no por mucho tiempo-
Mu siguió con su mirada serena y desafiante. El rey Rustam hizo sonar los dedos, y aparecieron Igor, Boris, Vladimir y su esposa Irina, llevando entre ellos a Lily, aún bajo la apariencia de Milekha.
También sabemos que la chica que nos entregaron en el Santuario de Atena no es la verdadera princesa Milekha, aunque se parezca mucho a ella- continuó el rey- puedes engañar nuestros ojos, pero no el resto de nuestros sentidos...-
Milekha jamás demuestra que me tiene miedo- dijo Igor con una sonrisa maléfica, tomando a Lily por la barbilla- y esta chica lo grita con su mirada...-
No te atrevas a tocarla- dijo Mu entre dientes.
¿Eso es una confesión?- dijo el rey, con una sonrisa, sacando una pistola de su bolsillo y apuntando con ella a la chica- sí, lo sabía. Ninguno de los dos es lo que parece ser...-
Lily...- dijo Mu en voz baja. Al escuchar su nombre, Lily abrió los ojos desmesuradamente y volvió a su apariencia normal. El hechizo se había roto.
¡No!- exclamó ella. Forcejeó para librarse de los hombres que la sujetaban, en vano.
Déjenla- dijo Mu.
¡Mu! Vuelve al Santuario- gritó Lily. Mu volvió también a su verdadera apariencia tan pronto como la joven pronunció su nombre.
¡Mátenlo!- gritó el rey Rustam. Los guardias abrieron fuego contra el caballero, y Mu detuvo las balas con sus manos. Irina sonrió y encendió su cosmo, bloqueando los movimientos del caballero de Aries. Los guardias sonrieron, y el rey apuntó al corazón del caballero.
Maldición- murmuró Mu para sí mismo. No podía moverse ni teletransportarse, atrapado totalmente por el cosmo de la princesa rusa. Al ver esto, Lily se soltó de Vladimir, metió su mano al bolsillo de su vestido y sacó su vara. Apuntó a Irina y murmuró unas palabras. Un fuerte destello de luz apareció frente a la joven rusa, lo que rompió su concentración, y Mu se vio libre.
¡Desaparece!- gritó Lily.
Pero tú...- dijo Mu.
¡Vete ya!- volvió a gritar ella.
¿Qué esperan para abrir fuego?- gritó el rey Rustam a su vez, accionando el gatillo de su pistola.
Los soldados dispararon, y Mu sintió el agudo dolor de una bala en el muslo y flanco izquierdo antes de desaparecer. Lily sonrió al ver que el caballero había logrado escapar, pero su sonrisa desapareció al ver su situación presente.
Haces mal en sonreír, niña, porque estas en graves problemas...- dijo el rey de mal humor, y se volvió a Boris y Vladimir- llévenla abajo, tengo planes para ella. Y ni una sola palabra de esto al zar, no quiero que se entere de lo que hicimos...mañana es el cumpleaños de la princesa Milekha, y la boda se va a celebrar, lo quieran o no...-
¿Y cómo esperas que no se entere, si Milekha no está aquí?- dijo Lily. El rey respondió con una sonrisa.
Ese no es ningún problema- dijo el rey Rustam, señalando hacia la puerta. Lily no podía creer lo que veía.
¡Milekha!-
Mientras tanto, en la puerta de esa habitación, dos chicas estaban escuchando todo.
¿Escuchaste eso, Danushka?- dijo Anna.
Todo- le respondió su hermana- vamos, tenemos que avisarle a Alexéi y los otros-
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Camus despertó muy tarde ese día. Vio que Helene aún dormía, y sonrió. Vio el reloj: ya eran las cuatro y media de la tarde. Se levantó y se dirigió al cuarto de Milekha. Vacío. Camus se encogió de hombros, tomó un baño y se vistió. Tendría que salir a buscarla, pues entre más pronto hicieran el cambio mejor para todos.
Antes de irse, echó un nuevo vistazo a la habitación de la princesa rusa. La pequeña Angora ronroneaba plácidamente, caminando sobre las almohadas. Sobre la cama, Camus encontró una nota dirigida a Milekha y firmada por Iván.
¿En la entrada del Santuario?- murmuró Camus para sí mismo- esto no me gusta nada...-
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Por su parte, Iván caminaba por el Santuario, mirando a su alrededor, maravillado por su hermosa estructura.
Alto ahí, extranjero- dijo una voz femenina en tono autoritario- no puedes seguir adelante-
Iván alzó los ojos, y se encontró con la fría máscara de plata de una de las amazonas de Atena. Una amazona de cabellos color verde.
Lo siento- dijo Iván- pero ¿porqué no?-
Porque más delante es el Recinto de las Amazonas, y ese sitio está prohibido para los varones...- dijo Shaina.
Ya veo- dijo Iván, dándose la vuelta y continuando su camino- gracias por la advertencia-
¡Iván!- gritó una voz masculina. Era su amigo Fredrick.
¿Qué sucede, Fredrick?- preguntó el príncipe. Iván miró a su amigo. Tenía un morete en la mejilla izquierda, y otros dos en su brazo derecho- ¿qué te sucedió?-
Me caí por las escaleras- dijo Fredrick, enrojeciendo un poco, pero de ira, no de vergüenza- en este estúpido lugar...-
En fin- dijo Iván- ¿porqué me buscabas?-
Fredrick no alcanzó a responder, porque en menos de un segundo llegó Camus. El caballero de Acuario le lanzó una mirada gélida y tomó al príncipe por el cuello de la camisa, alzándolo varios centímetros del suelo.
¿Dónde está ella?- dijo el caballero fríamente.
¿De qué hablas?- preguntó un sorprendido Iván.
No me engañas- dijo Camus- encontré una nota tuya en la habitación de Milekha... ¿dónde está ella?-
No sé de que me estás hablando- dijo Iván, genuinamente confundido.
¿Qué te pasa?- preguntó Fredrick.
Camus, basta- dijo Milo, poniendo una mano en el hombro de su amigo- se ve que no tiene idea de que estás hablando-
Estoy hablando de esto- dijo Camus, soltando a Iván y mostrándole la nota que había encontrado en la habitación de Milekha.
¡Yo no hice esta nota!- reclamó Iván, molesto- ni siquiera es mi letra...-
¿Ah, no?- dijo Camus- ¿y qué hacías aquí?-
Ver el Santuario- dijo Iván- ¿qué tiene eso de malo?-
Camus no parecía dispuesto a creerle, pero entre Aioria y Milo lo convencieron primeramente de soltar al príncipe, pues ya le estaba cortando la respiración, y luego de volver a las Doce Casas para organizar una búsqueda, y dejaron solos a Iván y Fredrick.
Que extraño es todo esto- dijo Iván, algo preocupado- dicen que Milekha desapareció...-
Fredrick miró alrededor, y luego a su acompañante.
Fueron esos caballeros- dijo Fredrick, haciendo un gesto de fastidio- sigo diciendo que no debimos venir aquí... no me fío de ellos-
Yo sí- dijo Iván con convicción- y no creo que ellos estén detrás de todo esto... creo que deberíamos ir a ayudarles a encontrarla-
Fredrick sonrió.
Eso no es necesario, porque sé que ella está a salvo- dijo Fredrick- y creo que ya es hora de que vuelvas con tu padre-
¿Bromeas?- dijo Iván, mirando incrédulamente a su amigo- claro que no. Tengo que encontrar primero a Milekha, ella también tiene que...-
Pero no pudo terminar su frase, pues Fredrick lo golpeó en la cabeza por detrás y lo dejó inconsciente.
Eres un tonto, Iván- dijo Fredrick, mirando alrededor para asegurarse de que nadie lo estuviera observando y marcando un número en su teléfono celular- tienes un buen corazón, pero nunca supiste elegir bien a tus amigos. Pronto entenderás que esto lo hago por tu propio bien-
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Media hora después, los caballeros dorados se reunieron de nuevo en el Recinto Principal.
No hay ninguna seña de ella- reportó Saga- en ninguna parte del Santuario-
Y eso no es todo- añadió Afrodita- tampoco aparecen Iván ni su amigo...-
Lo sabía- murmuró Camus- fueron ellos-
No, Camus- dijo Shaina, entrando precipitadamente al Recinto principal- el príncipe Iván no fue...-
¿Qué dices?- dijo Camus.
¡Shaina!- exclamó Aldebarán- ¿alcanzaste a ver algo?-
Todo- dijo Shaina, respirando agitadamente- yo estaba en la entrada del recinto cuando ocurrió todo...el príncipe también fue secuestrado-
¿Y quién fue el secuestrador?- preguntó Milo.
Su amigo- dijo Shaina.
¿Qué dices?- exclamaron todos los caballeros dorados al mismo tiempo. Pero las sorpresas no acababan ahí. En ese momento, Mu apareció en medio de todos ellos.
Nos descubrieron...- dijo Mu débilmente, respirando agitadamente y apretando la herida sangrante que tenía en el abdomen con las dos manos- ellos... tienen a Lily...- y se desmayó.
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CONTINUARÁ...
¡Hola! Abby reportándose. Aquí tienen otro capi... y ya solo faltan tres... espero que les esté gustando, que no destruyan nada por culpa de este fic (de lo cual yo no me hago responsable)... aún no se me ocurre nada para el fic de Shaka, tengo dos ideas, pero se me hacen un poco absurdas... pero bueno, el fic que sigue de este (de Shura y Aioros) ya está listo, tan pronto como acabe este lo publicaré...
Espero que todos estén bien, y que les haya gustado este capi. Los reviews se agradecen mucho.
Abby L. / Nona
