CAPITULO 14: LA TRAICIÓN

Tenemos problemas...- dijo Vika, dando un codazo a Zoia.

Ustedes tienen más problemas de los que creen- dijo Boris, mirando a Timofei, Zoia y Vika, mostrándoles la vara dorada de Lily- los tres serán considerados traidores a Rusia por ayudar a escapar a esta impostora...-

Los traidores e impostores son solo tú y tu abuelo- dijo Timofei, colocándose entre Boris y las tres chicas- sabemos lo que están planeando, y no creas que no se lo diremos al zar... si no es que las princesas ya se lo dijeron-

Resulta que el zar confía en mi abuelo, más que en ustedes o las princesas- dijo Boris con una malvada sonrisa, que hacía que su bizquera fuera más evidente- ahora, entréguenla y tal vez no los castigaremos tan severamente...-

Olvídalo- dijo Zoia, tomando un pequeño jarrón de una mesita, lista para lanzarlo al bizco. Vika la imitó, mientras que Timofei puso una mano en la espada que siempre llevaba envainada en la cintura.

Peor para ustedes...- comenzó Boris, imitando el gesto de Timofei.

Peor para ti- dijo una airada voz masculina.

¿Quién dijo eso?- dijo el joven ruso, tirando la vara de Lily, desenvainando la espada y mirando hacia todas partes. Se encontró con un puño que hizo contacto con su rostro, haciendo se la parte posterior de su cabeza chocara contra la pared y que él al suelo desmayado.

Lily, Timofei y las dos chicas miraron sorprendidas la repentina aparición de Mu y Camus.

¡Mu!- exclamó Lily, abrazando al caballero que había golpeado a Boris, luego de que él se inclinara hacia el suelo y recogía la vara de Lily y entregándosela a su dueña.

Al sentir el abrazo, Mu hizo un gesto de dolor. Al darse cuenta, Lily rompió el abrazo, y alzó los ojos para mirar al caballero.

Estás muy pálido ¿estás bien?- preguntó ella.

No le prestes atención a eso, amor- dijo Mu, abrazándola de nuevo- te llevaré de vuelta al Santuario antes de que algo malo te suceda...-

Pero Milekha...- comenzó Lily.

Para eso vino Camus- dijo Mu.

Ella va a ir a hablar con su padre- dijo Lily- va a decirle la verdad...-

Es lo que debió hacer desde un principio. Ahora- dijo Camus en su habitual tono frío- ¿dónde está el zar en este momento?-

En la sala del quinto piso- dijo Vika- Milekha y sus hermanos van para allá, pero las habitaciones de Igor y del rey Rustam están cerca de ese lugar...-

Camus frunció el entrecejo y se dirigió escaleras arriba, no sin antes aprovechar y propiciarle una buena patada en las costillas al inconsciente Boris.

Nosotros también nos vamos- dijo Lily- gracias por todo...-

Mu desapareció junto con Lily, teletransportándose. Los tres jóvenes rusos se miraron entre ellos.

¿Y ahora?- preguntó Zoia.

Busquemos al príncipe Iván- dijo Timofei, tras pensarlo unos segundos- él también debe estar aquí...-

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Mu no pudo teletransportarse hasta el Santuario, sino que apareció de nuevo fuera del palacio, junto a Shion y los otros caballeros dorados.

¡Lily!- dijo Shion, aliviado de ver a la chica- ¿te encuentras bien?-

Bien- sonrió Lily- pero Mu está muy pálido-

Debiste quedarte en el hospital, Mu- dijo Saga, mirando al caballero de Aries de reojo- a Clara no le va a gustar nada si se da cuenta de que te escapaste...-

Ya lo dijiste hace unos momentos- dijo Mu, sin soltar a Lily.

Saga, abre un portal a otra dimensión- dijo Shion- para que Lily y Mu regresen a Atenas...-

Pero...- reclamó Lily.

Lily, Mu necesita volver al hospital lo más pronto posible- le dijo Shion- además, tú ya ayudaste lo suficiente. Deja que nosotros nos encarguemos del resto...-

La joven hechicera asintió.

¡A OTRA DIMENSIÓN!- exclamó Saga, abriendo un portal. Lily ayudó a Mu a entrar en él, y ambos desaparecieron rumbo a Atenas.

Genial- dijo Milo- ahora, solo hace falta que Camus encuentre a Milekha y todo este embrollo se solucione al fin...-

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Kiki abrió los ojos. Se había quedado dormido en el sillón dentro de la habitación de Mu en el hospital. El pelirrojo miró a su alrededor. La habitación estaba en completo silencio, y Zalika estaba dormida abrazando un cojín en el otro extremo del sillón. Pero algo faltaba. Tardó varios segundos en darse cuenta.

¡Mu!- dijo para sí mismo.

Kiki se levantó a toda prisa para buscar a su maestro. En ese momento, Clara entró a la habitación y encendió la luz.

¡Por Dios!- exclamó Clara- Kiki, ¿dónde está Mu?-

Kiki se encogió de hombros, pero la respuesta a la pregunta de Clara no tardó en escucharse, pero desde la puerta.

Aquí estoy- dijo Mu, entrando a la habitación ayudado por Lily, con una sonrisa- siento mucho haberlos preocupado...-

¡Mu!- dijo Clara, pasando sus ojos del caballero a Lily y cruzando los brazos de mal humor- no me digas que fuiste a Rusia por ella...-

Bueno, no te lo diré- dijo Mu, sin dejar de sonreír. Pese a su fatiga y el dolor en sus heridas, el solo hecho de que Lily estuviera a salvo lo tranquilizaba. Mu y Lily se encogieron de hombros, y el primero se acostó sobre la cama.

Gracias, Clara- dijo Lily sin dejar de sonreír tampoco- a partir de ahora yo me quedaré a vigilarlo, y te prometo que no dejaré que se levante...-

Está bien- bufó Clara- pero que no vuelva a levantarse... ¿oíste, Mu?-

Pero el caballero de Aries no respondió. Ya se había quedado dormido del agotamiento.

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Timofei, Zoia y Viktoria llegaron a la habitación en la que ellos habían escuchado que estaría encerrado el príncipe Iván.

¿Es aquí?- preguntó Zoia. Timofei asintió y giró la perilla.

Que extraño...- dijo Timofei en voz baja- la puerta no está cerrada con llave...-

Abrieron la puerta y entraron cautelosamente, mirando alrededor. Era una enorme habitación, al parecer destinada a ser una biblioteca. Vieron al príncipe atado a una de las columnas de la habitación.

Ahí está- dijo Timofei. Los tres entraron y desataron al príncipe.

Chicos, es una trampa...- dijo débilmente el príncipe- salgan pronto de aquí...-

¿Qué dices?- dijo Zoia, alzando los ojos hacia la puerta. Fredrick la acababa de cerrar con la mano izquierda, mientras sostenía una pistola en la derecha y los apuntaba con ella.

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Milekha corría junto con Alexéi, sus hermanas Anna y Danushka, y los esposos de ellas hacia la sala del quinto piso. La voz de Igor resonaba por todo el palacio con un altavoz.

¡El Palacio está bajo ataque!- decía la voz- busquen a los hijos del zar y pónganlos a salvo pronto...-

Maldito- dijo Milekha entre dientes, sin dejar de correr.

Ahí vienen unos guardias, Mile- dijo Alexéi, jalando a su hermana y escondiéndose con ella detrás de una columna. Anna, Danushka y sus esposos hicieron otro tanto tras otra columna, hasta que los guardias pasaron de largo.

Ya se fueron- dijo Anna.

Tenemos que darnos prisa- dijo Milekha.

Reanudaron su camino. Por fin llegaron al quinto piso, y los seis llegaron a las habitaciones del zar.

¡Alto ahí!- dijo un guardia apenas llegando, bloqueándoles el paso- por orden del señor Igor Balcov, las princesas y el zarevich serán llevados a otra habitación para ser puestos a salvo, así que por favor síganos, altezas...-

En tus sueños- dijo Alexéi con una mirada desafiante- no iremos con ustedes...-

Dijo también que si se negaban, que los lleváramos por la fuerza- añadió el guardia.

Eso no se los permitiremos- dijo Nicolás, colocándose entre los guardias y los demás.

Bien dicho, concuño- dijo Viktor, y pasó su vista de Nicolás a los dos guardias- pobres de ustedes si se atreven a acercarse a nuestras esposas...-

¿Qué haces, Viktor?- preguntó Danushka.

Ustedes vayan con su padre, nosotros los detendremos- dijo Nicolás. Viktor asintió. Anna y Danushka sonrieron, y Milekha agradeció que sus dos hermanas tuvieran esposos así.

Mientras Viktor y Nicolás detenían a los guardias, Milekha, sus hermanas y Alexéi entraron precipitadamente a la sala donde se encontraba el zar Aleksandro.

¡Papá!- dijo Milekha al ver a su padre- tengo algo muy importante que hablar con...-

Pero se interrumpió al ver que el zar no estaba solo. La zarina Khristeen estaba sentada junto a él, y dio un gritó de alegría al ver a sus tres hijas y a su hijo menor llegar a salvo. Pero eso no fue lo que la dejó sin aliento. En el otro extremo de la habitación, de pie, estaban el rey Rustam, Igor, Vladimir e Irina.

Me alegra verlos a salvo, altezas- dijo Igor con una sonrisa que los cuatro recién llegados no le devolvieron.

Ojalá pudiéramos decir lo mismo- dijo mordazmente Alexéi, sin dejar de fruncir el entrecejo al ver al hombre que había planeado tanto contra su hermana.

¡Alexéi!- dijo la zarina en tono de reproche- ¿a que se debe...?-

Papá, tengo algo muy importante que hablar contigo- dijo Milekha interrumpiendo a su madre y acercándose a su padre- ahora mismo-

Dime- dijo el zar, captando la gravedad en la expresión de su hija.

Señor, ¿considera prudente escucharla ahora?- dijo Igor- el palacio está bajo ataque en este momento...-

Aleksandro volvió la mirada de Igor a su hija.

Esto no puede esperar más, papá- dijo Milekha. El zar sonrió y asintió.

Te escucho, hija- dijo Aleksandro.

Papá, no quiero casarme con el príncipe Iván- dijo Milekha tras tomar el suficiente aire para completar la frase- y tampoco él conmigo, así que creo que lo mejor es suspender...-

¿Estás loca, Milekha?- exclamó la zarina, interrumpiendo a la menor de sus hijas- ¿cómo se te ocurre decir esto hasta ahora que las negociaciones están completas, y sobre todo cuando el rey Rustam está aquí presente?-

El zar miró asombrado a su hija, pero no dijo nada, y esperó a que Milekha se explicara.

Papá, todo este matrimonio es una farsa- dijo Milekha- es un negocio de Igor Balcov-

Tonterías- dijo Igor.

Es verdad lo que dice Milekha, papá- intervino Danushka.

Dinos, Igor- dijo Alexéi, apuntándolo con el dedo índice- ¿cuántos millones de Euros te ofreció el rey Rustam por que convencieras a mi padre de casar a mi hermana Milekha con el príncipe Iván de Ucrania?-

Es toda una confusión- dijo Igor, algo nervioso- todos ustedes están alterados por el ataque de los caballeros... no están pensando bien-

Y eso es otra cosa- dijo Milekha, ignorando a Igor y volviéndose a su padre- los caballeros jamás me secuestraron. Yo me escapé con ayuda de los caballeros, porque no quería casarme. Iván y yo nos escapamos de aquí. Luego, Igor mandó a los que nos secuestraron del Santuario de Atena...-

El zar escuchaba todo eso frunciendo el entrecejo.

Eso no es verdad- dijo Igor- ustedes están confundidos...-

Papá, es la verdad...- dijo Milekha.

Es cierto lo que dice Milekha- intervino Anna.

Igor solo quería venderla...- añadió Danushka.

Su alteza, no puede dar crédito a...- comenzó Igor.

¡Silencio todos!- dijo el zar Aleksandro de pronto en voz alta, poniéndose de pie precipitadamente. Milekha e Igor dieron un paso atrás, instintivamente, pues la mirada del zar era algo amenazante- Danushka, Anna, ¿podrían esperar afuera?-

Las dos princesas asintieron y salieron. La zarina también salió tras sus dos hijas, y Aleksandro no la detuvo. Una vez que cerraron la puerta, el zar miró con gravedad a Milekha.

¿Te das cuenta lo irresponsable que has sido, hija mía, al escapar de esa manera?- dijo el zar en un tono serio, dirigiéndose a Milekha- estoy muy decepcionado...-

Milekha sintió un enorme vacío en su estómago. Su padre jamás le había dedicado ese tipo de palabras. Bajó la vista.

Lo siento, papá- dijo Milekha, con los ojos en el suelo- sabía que te enojarías, pero no tiene caso fingir que me agrada la idea. Iván es una persona excelente, pero no quiero casarme porque así lo arregló Igor... sino por amor. Además, ya estoy enamorada de... de alguien más, y...-

Espera, Milekha- dijo el zar, poniendo sus manos en los hombros de su hija menor, haciendo que ella alzara la mirada- yo nunca dije que estaba decepcionado por ti, sino por mí. No sabía que no querías casarte, y me decepciona no haberlo averiguado antes...-

¿Lo dices en serio?- preguntó Milekha, y su padre asintió.

Debiste hablar conmigo desde el año pasado...- dijo el zar con una sonrisa- y presiento que nos hubiéramos ahorrado muchos disgustos...-

Milekha sonrió y abrazó a su padre.

Bueno, lamento interrumpir este hermoso momento de padre e hija- dijo el rey Rustam con una sonrisa maligna y sacando su revólver dorado y apuntándolo al zar- pero hay un impero esperando por mí...-

El zar frunció el entrecejo, soltó a Milekha y se colocó entre ella y el rey.

¿Qué haces, Rustam?- dijo Aleksandro entre dientes.

Quería tener a tu hija como rehén, casada con mi hijo, para que me entregaras tu reino- dijo Rustam- pero ahora me doy cuenta de que de esta manera es mucho más fácil deshacerme de ti...-

Quisiera verte intentándolo, Rustam- dijo el zar Aleksandro en un tono amenazante- dentro de mi propio palacio...-

Pero tus guardias están muy ocupados peleando con los caballeros que para variar venían a ayudarte- dijo el rey en tono de burla- y que conveniente... tú y tu heredero, aquí mismo, al alcance de mis balas...-

Alexéi frunció el entrecejo también y tembló de rabia, pero no se movió.

¡Eres un maldito traidor y sinvergüenza!- gritó Milekha, furiosa- ¿cómo te atreves?-

Sin que su padre ni su hermano pudieran evitarlo, ella caminó rápidamente hacia el rey de Ucrania y le dio una tremenda patada en la boca del estómago que lo dejó sin aire. Rustam estaba tan sorprendido que no pudo hacer nada para evitarlo.

¡Milekha!-exclamó Alexéi, sorprendido.

Y que eso te sirva para...- comenzó Milekha, pero no pudo completar su frase, porque Igor la atrapó por la espalda. Para ser un hombre viejo, era muy fuerte, y Milekha no podía soltarse de él.

¡Milekha!- dijo Alexéi otra vez- suéltala, maldito...-

Suelta a mi hija ahora mismo, Igor- dijo el zar.

Claro que no- dijo Igor sin soltar a Milekha- esta niña vale al menos quince mil Euros para mí, así como mi libertad-

Aunque no vale tanto como tu cabeza, Aleksandro- dijo Rustam, incorporándose y apuntando al zar de nuevo con la pistola- ahora, quédate quieto o tu hija morirá...-

El zar apretó los dientes de furia, pero no se movió. Alexéi miró aprehensivamente a su hermana, quien no podía librarse de Igor.

¿Qué haces, abuelo?- dijo Vladimir, genuinamente sorprendido de lo que estaba viendo. Irina se llevó las manos a la boca, asustada. No tenía idea de que eso sucedería.

Suelta a mi hermana, maldito- dijo Alexéi de nuevo.

Igor y Rustam rieron, aunque no por mucho tiempo. La temperatura de la sala bajó al menos una veintena de grados centígrados, y los dos sintieron un cosmo frío y poderoso.

Ese cosmo...- murmuró Igor en voz baja- ¡es Camus!-

¿Quién?- dijo Rustam.

Ese molesto caballero- dijo Igor- ya verá cuando...-

¿Cuando qué?- dijo la voz de Camus, resonando por toda la habitación, en un heladísimo tono, típico de él.

¿Dónde estás, caballero?- dijo Rustam, mirando alrededor para encontrar al caballero- ¡muéstrate ahora mismo, cobarde!-

Es curioso que un asqueroso traidor como tú utilice esa palabra para denominar a alguien- dijo Camus en el mismo tono- me mostraré...-

El caballero de Acuario apareció delante de ellos, con una fría mirada de odio, que haría que cualquiera que la viera saliera huyendo en dirección contraria.

¡Camus!- murmuró Milekha.

Creo que el zarevich te ordenó que soltaras a su hermana- dijo Camus, dirigiéndose a Igor.

Yo no obedezco a un niño mimado como él, ni mucho menos a un caballero de Atena- dijo Igor con orgullo- ahora estoy al servicio del rey de Ucrania, quien ahora va a ser el emperador de ambos países...-

Yo no estaría tan seguro- dijo Camus.

Hazte a un lado, o despídete del mundo, caballero- dijo el rey Rustam, apuntándolo con la pistola- mi objetivo son el zar y el zarevich...-

¡Basta!- gritó Milekha, forcejeando para librarse de Igor.

Todo esto ha sido culpa de Camus, Milekha- dijo Igor- tú y toda tu familia dejarán de existir... ¿y sabes quién es el siguiente en morir? Tu padre...-

¡No!- dijo ella. En ese momento, Milekha recordó su sueño.

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CONTINUARÁ...

Soy cruel, ¿verdad? Misao lo ha dicho muchas veces. Gracias por la amenaza, me siento verdaderamente honrada. ¡Ya solo falta un capítulo! Así que el lunes es el gran final. Mil gracias a todos por sus reviews, la verdad los aprecio bastante.

Abby L. / Nona