Escrito por Corrie "Cormak" McDermott (Cormak3032)
N.A: Muchísimas gracias por sus reviews. Como siempre muchas gracias a mi beta Scattered Logic, quien me ayudó inmensamente con este capítulo.
Capítulo 2: Así principia...
3 años más tarde...
"¡Sarah, estoy harta de este comportamiento! Tengo una cita en la peluquería para esta tarde y ahora tengo que cancelarla gracias a tu impuntualidad. ¡Te has vuelto completamente falta de confianza! ¡Si no puedes corregirte, entonces puedes irte de mi casa!" Karen miró penetrante a su hijastra, quien permaneció de pie goteando humedad y tiritando en la sala de estar.
Los ojos de Sarah se dilataron y luego se estrecharon mientras miraban fieramente a su madrastra. "¿Tu casa? ¡Esta es la casa de mi padre, no la tuya!".
"Y yo estoy casada con tu padre, lo cual la hace mía también. Estoy cansada de esto, Sarah. ¡Esta actitud tuya se tiene que acabar! Estoy cansada de ser tratada como la madrastra malvada cuando he sido tan amable contigo.
Sarah rió y no fue un sonido agradable. "Tu has sido tan amable como un latigazo."
Karen ignoró el comentario y continuó. "Tienes 18 años, Sarah, tal vez es tiempo que salgas de tus cuentos de hadas ridículos y entres al mundo real. Cuando yo tenía 18, tenía mi propio departamento, me había graduado de secundaria y tenía un trabajo de tiempo completo."
Sarah cruzó los brazos sobre su el pecho. "Bueno, bien por ti y yo todavía no tengo 18 ."
Karen volteó los ojos. "Muy cercanos".
"Así que, ¿qué vas a hacer? ¿Patearme fuera de la casa de mi papá porque estás enojada de que estoy tratando de hacer algo conmigo misma en vez de sentarme toda el día en casa como tu? Lamento que tu no pienses que mis ensayos de actuación signifiquen algo, y siento terriblemente que corten tu tiempo. Siento mucho que no tenga tiempo de hacer de niñera de Toby directamente después de la escuela. ¡Y disculpa que cuidarlo cada noche y cada fin de semana, para que así puedas salir afuera con mi papá no sea suficiente para ti!
El hecho de que Sarah estaba goteando agua y helándose de frío desde su caminata a casa no permaneció más en su mente. Estaba creciendo su cansancio por esta disputa constante con su madrastra. Parecía que nada que ella hiciera podría estar bien. Su madrastra una vez le dijo que sería agradable que Sarah tuviera citas y saliera con amigos. Ahora que ella estaba involucrada con el grupo de drama y había estado viendo a alguien, repentinamente no le estaba permitido.
Karen sacudía la cabeza y miraba la joven mujer rebelde frente a ella. "No sé por qué te molestas con esos ensayos de actuación. Tu no eres suficientemente buena para hacerlo como una actriz y nunca lo serás. ¿Cuando no conseguiste el papel principal que querías en la obra, no lo aclaró para ti? Y el éxito que tu madre encontró fue una suerte, suerte de principiante, no talento real. Su belleza fue la única cosa que ella granjeó en todas partes y antes de mucho tiempo se marchitará y ella no valdrá nada.
Sarah rechinó los dientes. "¡Retira lo que dijiste acerca de mi madre!", gritó.
"No lo haré, porque es la verdad. No sé por qué te molestas en defenderla. Sé realista, Sarah, ella te dejó cuando tu tenías 7 años de edad, y rara vez te llamó más. ¡Eso debe decirte algo! Su estúpida carrera era más importante que tu, y si tu actuabas así cerca de ella, ¡entonces puedo entender por qué ella te abandonó!"
Los ojos de Sarah se estrecharon y sus labios se adelgazaron en una línea recta. Ella quiso abofetear y pegarle a Karen tan fuerte como pudiera, pero, en vez de eso, ella mordió su labio y apretó los puños a su costado.
"¡Te odio!" Sarah volteó y se descargó subiendo las escaleras antes de que las lágrimas en sus ojos pudiesen fluir abajo por su rostro. Ella rehusó aparecer débil enfrente de su madrastra.
El teléfono campanilleó en su camino al subir las escaleras y ella agarró el teléfono inalámbrico asentado en la mesa pequeña del vestíbulo superior. Quizás la llamada telefónica pudiese ayudarla a olvidar las ásperas palabras de Karen.
"¿Hola?"
"¿Sarah?"
Ella cerró los ojos y luego los abrió, se rió entre dientes. "En realidad, no es un buen momento ahora, Brian". Hablar con su ex novio, quien la había dejado una semana antes, no hacía para nada el día mejor.
"Sí, bueno, nunca es buen momento y tu no regresas mis llamadas. Ahora que te tengo al teléfono, quiero mis cosas de vuelta."
"¿Disculpa?"
"Me oíste. Quiero mi chaqueta, esa que te dí, y esas cintas de Bon Jovi que compré para ti. También quiero el collar de plata que te compré."
"¿Por qué, para que así puedas dárselas a tu novia nueva?", preguntó Sarah airadamente. Como si en primer lugar, ser botada no fuese suficientemente horrible, descubrir que Brian había estado viendo otra chica a sus espaldas mientras que sus propios amigos y la mitad de la escuela lo sabía, fue sólo el glaseado del pastel. Ellos nunca tuvieron una relación muy seria, pero a ella le gustaba y su traición la hirió mucho más de lo que él nunca sabría.
"Mira, una de dos, puedes devolverme mis cosas o puedo hacer que mi padre se involucre. Él es un-"
"¡Policía estatal, ya sé!", terminó Sarah por él.
"Pues bien, así que no tengo que pasar por toda la cosa contigo de nuevo. Estaré por ahí mañana para recoger mis cosas."
"Quieres decir mis cosas", ella escupió con amargura.
"Bueno, yo las compré, así que técnicamente son mías", él comenzó.
"¡Como sea!". Ella colgó el teléfono azotándolo dentro de su base. Justo lo que ella necesitaba--¡ver mañana a su ex!
Ella caminó a largas zancadas por el vestíbulo, buscando desesperadamente el consuelo de su propia habitación.
Columpió la puerta abierta y la azotó al cerrarla detrás de ella, sin preocuparse de que estaba actuando como una niña malcriada. Había pasado largo tiempo desde que ella había actuado como tal, pero ahora no le importó. Se sintió bien al dejarse llevar. Ella no podía actuar con madurez todo el tiempo.
Las lágrimas llenaron sus ojos y sofocó un sollozo. Sintió como si su mundo se tambaleara. Había sido suficientemente malo haber perdido el último bus después del ensayo de teatro. Ella tuvo que caminar a casa 4 millas en la lluvia sólo para escuchar a la perra de Karen quejarse de ella. Una reprimenda sencilla por mojar el piso y por estar retrasada unas pocas horas hubiese sido suficiente, pero las cosas nunca eran tan simples. No era como si ella hubiese perdido el bus a propósito.
Karen había ido demasiado lejos esta vez al insultar a la madre de Sarah y después refregando en la cara de Sarah el hecho de que no había obtenido el papel por el que trabajó tan duro en la escuela de actuación. Constantemente le era recordado que la habían seleccionado para un rol pequeño con apenas unas pocas líneas sobre el escenario. Eso le enfurecía, y cuando ella pensó realmente en su parte en la obra, le hizo sentirse sin valía. ¡Y luego Brian tuvo que llamar e iba a detenerse mañana para llevarse las cosas que le había comprado a ella! ¿Terminaría esto alguna vez?
Ella no quería hacer nada más que yacer en su cama y llorar hasta alcanzar el punto en que las lágrimas no pudieran seguir cayendo más. Cuando ella caminó unos pocos pasos hacia su cama, sus ojos se dilataron, boqueó e involuntariamente retrocedió unos pasos.
Al otro lado del cuarto, de pie enfrente de su ventana, sus brazos cruzados sobre su pecho, investido en una chaqueta de cuero y calzas grises, estaba el Rey de los Goblins.
"Hola, Sarah". Sus labios se curvaron en una mueca leve.
"¡No!" Sarah lo apuntó con un dedo. "Estoy alucinando, en realidad tu no estás ahí." Sacudió su cabeza y se apoyó contra la puerta. "He tenido un día de mucha tensión y estoy cansada ¡y estoy viendo cosas!", dijo ella en voz alta, intentando convencerse a sí misma. "Los Reyes de los Goblins no aparecen precisamente en los cuartos de adolescentes. ¡Tu no eres real!" Ella sacudia la cabeza y estrujaba sus ojos cerrados. Cuando los abriera, él se habría ido.
El Rey de los Goblins parecía divertido por su reacción. "¿Irreal?". Él levantó una ceja. "Esa es una porción nueva de información para mí, ciertamente."
Sarah abrió los ojos y quiso gritar cuando lo vio aún de pie al otro lado de la habitación. Ella tenía que estar alucinando. ¿La había conducido Karen finalmente al borde de la demencia?
Sarah inhaló profundamente y se recompuso. Si lo había creado con su mente, entonces de igual manera lo podía hacer desaparecer. "Tu no eres real. Eres un invento de mi imaginación porque tuve un día muy estresado."
El Rey de los Goblins sonrió burlonamente. Él disfrutó viendo su conflicto, y gozaba viendo el dolor y la confusión deslizarse hasta su rostro. Él atravesó el cuarto y se colocó directamente enfrente de ella, tan cerca que ella pudo sentir su aliento cálido sobre su rostro. Una mano enguantada se adelantó alcanzándola y ella sintió la calidez de sus dedos a través del cuero cuando él acarició su mejilla con movimientos suaves y largos.
El Rey de los Goblins sintió su tensión bajo su toque. "Si no soy real, entonces tu tienes una imaginación muy activa", ronroneó él.
Sarah se deslizó lejos de él, aún permanecía sobre su rostro la calidez de su toque. Su imaginación no era tan activa. "¡Déjame sola!".
"Si me voy, tu me acompañarás".
Sus ojos se agrandaron. "¡Con un demonio que lo haré!"
Él estiró sus guantes de cuero negro y la miró vivamente. "Tu puedes escoger uno u otro, actuar como una niña malcriada y repetir esta mascarada ridícula o tu puedes actuar como un adulto y aceptar graciosamente y maduramente."
Sarah observó como él se alejó de ella y miró alrededor de su habitación. A menos que ella se hubiera vuelto gravemente loca, el Rey de los Goblins era real y estaba parado ante ella. Ella había sentido la calidez de su aliento sobre sus mejillas, había olido el cuero de su chaqueta y sus guantes. Ella había sentido su toque sobre su rostro. Él era real y había regresado.
¿Pero por qué él estaba aquí? ¿Por qué él tenía que haber regresado ahora, de todas las veces, para atormentarla? Recordando sus palabras ofensivas, ella le gritó, "¡No voy a ninguna parte contigo! ¡Y menos todavía a tu Laberinto estúpido!" Una vez más, ¿cómo eran esas palabras? "¡No tienes poder sobre mí!", ella gritó.
Los ojos del Rey de los Goblins se estrecharon ante las palabras y su comportamiento. Él sabía que ella sería difícil. Él la había observado por días. Se había sentado en el árbol afuera de su ventana en su forma de búho, esperando por el momento perfecto para confrontarla. Él supo que ella era todavía un manojo para negociar.
Dejando ir la cólera al escuchar las palabras desvanecerse, él se rió. "Di esas palabras todo lo que quieras, porque el daño ya ha sido hecho". Ante su expresión confundida, él continuó. " Podría dejarte aquí, pero entonces mi reino permanecería en ruinas."
"Es tu problema, no mi-", una pequeña porción de rabia se desvaneció en el rostro de Sarah cuando se dio cuenta de sus palabras. "¿Ruinas?"
"Sí, ruinas". Su voz se llenó de desdén. "Escasamente yo puedo vivir en mi castillo. Los elementos entran cuandoquiera que lo desean. Las murallas interiores y exteriores del Laberinto están derrumbadas en el polvo, la magia es inestable y cambia las áreas a voluntad. El Bosque de Firey está casi muerto y cada día es peor", él escupió, pero se refrenó rápidamente. No podía concederse el perder su temple, ahora no.
"¿Pero cómo pasó eso?" Los ojos de ella se nublaron de lágrimas ante su descripción. Realmente no podía ser tan malo ¿no es así?
Él la miró penetrante. "Tu sabes como".
Ella sintió la rabia crecer en su interior. ¿Cómo se atrevía él a culparla?, y aún si había sido su culpa, ¿qué podría hacer ella ahora?. "¿Para qué me necesitas? ¿Por qué tu sólo no lo reparaste tu mismo? Tú eres el mejor con la magia", ella lo recordaba.
El Rey Goblin reflexionó sus palabras cuidadosamente. Él no quería que ella supiera que él estaba impotente para prevenir la decadencia de su propio reino. "Porque sólo aquel que causó el daño puede repararlo. Esa serías... tu", le dijo con amargura.
Sarah sacudió la cabeza y cruzó sus brazos sobre el pecho. Ella recordó al Rey de los Goblins de cómo lo vio casi 3 años atrás, desafiante y en control cuando ella pronunció las palabras que destruyeron su mundo. "No voy a regresar". Dijo ella con firmeza.
"¿Ni siquiera para ayudar a tus amigos?". Él inclinó la cabeza, sus ojos disparejos brillando con malicia.
"¿Qué le has hecho a ellos?". Ella comenzó airadamente. Cerró los puños y el Rey de los Goblins casi se rió. ¿Qué planeaba ella hacerle?¿Golpearlo?.
"No he hecho nada. Te lo dije, el Laberinto está en ruinas. Se ha vuelto impredecible y mucho más peligroso de lo que recuerdas. Sería muy desafortunado si uno o más de tus amigos fueran muertos a causa de tu terca negativa a regresar."
Sarah tragó. Sus amigos, Hoggle, Ludo y Sir Didymus. Ellos habían ido en contra de los deseos de su rey al ayudar a una forastera a ganar de vuelta a su hermanito menor. Ella los había llamado con frecuencia, siempre que los había necesitado, pero ellos nunca aparecieron de nuevo después de la fiesta. Ella siempre asumió que el Rey de los Goblins no les había permitido hablarle, pero si el Laberinto estaba en ruinas y era impredecible entonces quizás no había sido su culpa después de todo.
Ella le dio una mirada rápida a su habitación mientras pensaba que hacer. Sus ojos cayeron sobre su copia de las líneas para el papel principal de la obra que todavía yacía abierta sobre su escritorio. El papel principal que ella había merecido y no había recibido. Ella levantó la cabeza y miró directamente a los ojos del Rey de los Goblins.
"Está bien. Iré contigo"
El Rey de los Goblins sonrió con afectación. Esto era casi demasiado fácil. Concentrándose, él tiró hacia delante un cristal. Sarah no notó que la esfera no se manifestaba tan brillante, hermosa, o fuerte como sus cristales habituales. Todo lo que le preocupaba era salirse ahora de su vida y ayudar a sus amigos. Los únicos amigos que ella tenia.
El Rey de los Goblins no quiso malgastar más tiempo y rápidamente arrojó el cristal al piso. Sarah se sintió mareada y sintió que algo estaba mal. Ella recordaba claramente que ser transportada por la magia al Laberinto se sentía como girar por primera vez, había sido una experiencia agradable, pero esto se sentía diferente. Todo se volvió nebuloso y se sentía terriblemente mareada. Ella apenas podía distinguir al Rey de los Goblins en pie junto a ella. Sintiéndose con mucho vértigo, ella se agarró la cabeza y cerró los ojos, oscilando inestablemente sobre sus pies.
Las extrañas sensaciones empezaron a decaer y Sarah inhaló profundamente abriendo sus ojos. Ella temía a como luciría el Laberinto después de oír las descripciones del Rey de los Goblins. Pero cuando sus ojos se abrieron, no fue una gran encrucijada la que se extendía ante ella.
Ella giró enrededor y vio árboles altos en todas direcciones. Ella estaba en un bosque, pero el bosque no lucía como uno perteneciente al Mundo Subterráneo. Lucía como un bosque normal de su propio mundo. Su frente se arrugó al mirar al Rey de los Goblins.
"¿Dónde estamos?", ella le preguntó.
Él no le estaba poniendo atención. Sus ojos lanzaban miradas atrás y adelante sobre el follaje verde y exuberante. ¿Dónde estaba el castillo derruido? ¿Dónde estaban sus goblins revoltosos y sucios? ¿Dónde estaba el Laberinto?
Él volteó a mirar a Sarah, reconociendo finalmente su presencia. Por un momento, pareció confundido, pero demasiado pronto se vio de nuevo con su característica arrogancia normal.
"¿No lo sabes, no es así?", Sarah le preguntó. Cuando Jareth no le respondió, Sarah supo que la respuesta era... no.
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Traductor: ¡Hola!, esta es una historia magnífica y por eso decidí traducirla, son 36 capítulos. Espero mucho sus reviews y comentarios. Gracias por leerla.
