Nota del Autor: Así que ¿a todos les gusta el asunto del regreso en el tiempo? Lo explicaré con mayor detalle con posterioridad. Sólo tenía temor de que alguno pensara que es una idea muy pobre. Después de "One", quería hacer una trama que ninguno hubiera hecho antes. Aun pensando que es un J/S, los quería fuera de sus propios ambientes de manera que ninguno adivinara que iba a pasar ¡y lo que yo estoy planeando hacer!. Y sí, Lythandae, me gusta hacer a Karen malvada. Quizás porque he estado un poco enojada con mi mamá últimamente, ¡y contar una historia puede ser una buena manera de desahogarse!. Gracias por sus reviews.      

"Consecuencias  Inesperadas" ----  Escrito por Cormak3032

Capítulo 5: La Disputa.

Sarah se volteó y miró fijamente al bosque que la rodeaba. Podía escuchar los pájaros que empezaban a cantar, y estaba agradecida que la mañana había llegado finalmente. La noche anterior había estado desprovista de cualquier sueño tranquilo. Su mente había estado demasiado llena con las imágenes horrorosas que ella había visto la tarde anterior como para obtener algo de sueño decente. Y lo peor era el hecho de que, pese a sus mayores esfuerzos, se había derrumbado y llorado.

Escuchar acerca de las batallas en la clase de Historia era una cosa muy diferente. La gente que combatió en la guerra había muerto ya hacía mucho tiempo cuando mirabas las ilustraciones de batallas y líderes famosos en tu libro de texto. Tu no conoces a esas personas, no viste sus rostros. No sabes acerca de los seres amados que dejaron atrás o no piensas acerca de ellos. Observar a esos hombres morir frente a sus ojos había cambiado su perspectiva de la realidad. Ella tuvo que recordarse que la vida podía ser brutal y la muerte podía llegar sin aviso.

Sarah intentó decirse a sí misma que necesitaba dejar ir sus fantasías porque el mundo real era duro y cruel, y era tiempo de que ella tomara su lugar en él. Pero ¿cómo podía ella dejar ir sus fantasías de la infancia cuando un cuento de hadas que vivía y respiraba yacía durmiendo apenas a unas pocas yardas* de distancia?

Una vez más ella volteó su cabeza para ver al Rey de los Goblins. Se sorprendió al descubrir que sus ojos estaban abiertos y que la estaba mirando. Él fijó su mirada en ella intensamente y luego la apartó. Ella siguió su mirada y suspiró cuando vio las nubes oscuras que se habían tragado el cielo azul. ¿Podrían las cosas estar peor?

Ella resopló cuando su pregunta fue contestada con una lluvia que salpicaba al caer. Afortunadamente, cambió a un chaparrón pequeño y las nubes se dividieron y el sol se abrió camino unos minutos más tarde. Pero ahora toda la madera estaba húmeda, incluida las hojas y ramas que ellos necesitarían para hacer fuego esa noche.

"Bien, yo necesitaba un baño". Sarah intentó hacer un chiste mientras echaba atrás su pelo húmedo. Jareth no contestó y ella lo miró. Él todavía estaba echado contra un tronco caído, con sus piernas extendidas enfrente de él. Su pelo rubio caía opaco hacia su cara y sus ojos lucían cansados. Si Sarah no lo supiera mejor, ella podría decir que él parecía tan cansado como ella se sentía.

Ella se dio cuenta que este mundo debía ser muy nuevo para él, y sin su magia él estaba de verdad tan vulnerable a los elementos y a la vida como ella lo estaba, o acaso más.

"Te encontré algo de desayuno". Le dijo secamente.

"¡Ah, no! Pienso que no. ¡Yo no como ratones!"

Jareth sonrió con malicia pese a su humor miserable. Él estaba cansado y hambriento, y el estar empapado no ayudaba a la situación. Pero recordar su ligera broma de ayer aligeró su espíritu. "¿Ni siquiera vas a mirar lo que encontré?" Él fingió estar dolido.

El estómago de Sarah que gruñía tomó la decisión por ella, y ella se paró y se  movió hacia el Rey de los Goblins.

"Son de sabor muy dulce y sólo espero que no sean venenosas". Él indicó a su lado y Sarah gritó cuando vio lo que él había encontrado.

Reunidas en una hoja grande de arce había bayas. "¡Tu encontraste arándanos y frambuesas! ¡Oh, Jareth, podría besarte!". Inmediatamente, Sarah se congeló en su lugar mientras comenzaba a arrodillarse. Buen Dios, ¿ella acababa de decir eso?

Jareth pareció detener también sus movimientos, y por un momento, Sarah no supo si él respiraba. Sus ojos desiguales buscaron su rostro y una mirada de confusión total lo inundó. El tiempo pareció detenerse por breves y embarazosos momentos.

" Yo quise decir.....yo esto es..." Sarah murmuró.

"Sólo come las bayas". La voz de Jareth era áspera mientras se volteaba y se alejaba de ella, dejando a Sarah viendo su espalda mientras se iba. Jareth fue hasta un árbol a unos 30 pies de distancia y apoyó su hombro contra este. Con un suspiro profundo, él bajó la cabeza y cerró los ojos. ¿Por qué ella dijo que lo podría besar? Sarah era su enemiga y nada más. Él sabía que haría bien en recordar eso. Pero ¿por qué sería que él no sacaba la imagen de presionar sus labios a los de ella de su mente?

Él sacudió la cabeza y abrió los ojos, su máscara de arrogancia se deslizó firmemente en su sitio. El se prometió que ella no lo confundiría de nuevo.

Cuando Jareth se volteó a encarar a Sarah, ella se dio cuenta de que él era, súbitamente, sólo negocios nuevamente. La manera en que se conducía, su forma de caminar, toda su expresión había cambiado a una fría arrogancia a la que ella estaba acostumbrada. Ella maldijo por lo bajo por lo que había dicho. Parecía que no podría bromear más con él.

"Debemos dispersar la evidencia de nuestra presencia aquí y continuar. No hemos viajado muy lejos de la batalla que ocurrió ayer."

Sarah mordió su labio ante la mención de la batalla. Por un momento las horribles imágenes regresaron y ella repentinamente se sintió enferma del estómago.

"Termina tu desayuno y nos iremos" Él le dijo.

"No tengo mucha hambre, ¿y desde cuándo te volviste el jefe?" Ella estalló. Ella odiaba la manera en que él le daba órdenes.

"Soy un Rey, Sarah, y aunque este mundo no me es familiar, mis instintos aún me dicen que debemos y no debemos hacer. Permanecer aquí mucho tiempo no es una decisión sabia".

Sarah se puso de pie. Sus ojos castaños destellaban de cólera. "Y arrojarnos aquí, en primer lugar, no fue 'una decisión muy sabia', ¿no es así, Rey de los Goblins? Ella comenzó a agarrar las piedras pequeñas de la fogata que había creado Jareth y empezó a arrojarlas en diferentes direcciones. Luego ella pateó las hojas y palos quemados, y las cubrió con hojas húmedas. Lanzando una mirada mortal al Rey de los Goblins, ella volteó y se alejó caminando.

Jareth la miró fijamente. Cuando ella actuaba así, como una niña malcriada, él deseaba poder enseñarle una lección. ¿Pero podría hacerlo sin magia?

Ellos caminaron en silencio por varias horas. La ira de Sarah parecía crecer cada segundo y a media tarde estaba hirviendo de rabia. Al no mirar por donde iba, ella tropezó con una de las muchas piedras que se esparcían en el suelo. Ella cayó hacia delante y aterrizó sobre el estómago. Jareth sonrió burlón, creyendo que ella había recibido la lección que él había deseado, pero su mueca se desvaneció inmediatamente cuando vio su cara.

Sin su permiso, una de sus manos se adelantó hacia su rostro. Ella la manoteó alejándola. "Estas herida," le dijo.

Ella rechinó los dientes y se giró apartándose. "¡Estoy bien!". Ella no quería que él viese el rubor que se esparcía rápidamente por su rostro por la vergüenza. ¿Cómo pudo ser tan descuidada, tan condenadamente torpe?. Ella hizo el tonto delante de él.

"Tu no estás bien", él persistió."Te cortaste la cara".

Sarah supo que sus palabras eran verdaderas porque podía sentir el corte que picaba en su mejilla. "He tenido cortaduras antes.¡Estoy bien!". Ella rehusó mirarlo y eso enfadó a Jareth, pero la dejó ir. Algo más demandó su atención.

Él lo oyó primero y Sarah lo escuchó inmediatamente después. Voces. Había un barranco a unas pocas yardas de distancia, y ellos caminaron hasta la orilla, escondiéndose detrás de unos árboles y mirando hacia abajo. Había un camino pequeño que serpenteaba por el bosque, y no demasiado lejos unos hombres a caballo avanzaban hacia ellos.

"¿Viste la mirada en sus caras de idiotas?". Preguntó un hombre.

Otro rió.  "¿Cómo podría perdérmela? Los chaquetas rojas no tenían idea de qué hacer. ¡Fueron por los bastardos, y limpiaron todo el camino hasta Boston!"

"¡Ellos lo pensarán dos veces antes de mete'se con nosotros, los 'Americanos'! ¡Impuestos sin representación, mi trasero! ¡Bah! ¡Reciba ese golpe, Rey George!". Se rió un hombre de cabello oscuro.

Varios de los hombres se rieron, pero uno no lo hizo. Su voz suave, apenas se oyó sobre sus risas. "El Rey George no va a tomar este ataque a sus hombres a la ligera. Él enviará más soldados ¿y qué haremos entonces?"

El hombre de pelo oscuro y apariencia muy desaliñada contuvo su caballo y se detuvo a mirar al hombre que había hablado recién. "¿Has cambia'o de parecer acerca de esto, Jacob? Mataste a unos pocos chaquetas rojas ¿y, repentinamente, estás asustado como una niñita?"

"Yo nunca dije que estaba asustado", replicó Jacob.

"¡No tuviste que hacerlo, todos podemos verte tembl'iando como una hoja!". Los otros se le unieron en una risotada.

"Yo solamente estoy sugiriendo que tomemos precauciones y planeemos nuestros ataques con habilidad en vez de eliminar soldados en nuestro ocio. No debemos tener dudas de que ha comenzado una guerra. Debemos andar con cuidado..."

"Oh, ¿ahora vas a usar tus grandes palabras pretenciosas, chico de escuela? No te vi protestando contra ninguno cuando tu estabas ayudando a botar el té del Rey en la bahía hace dos años atrás este Diciembre".

"Bueno, sí".

"Bueno, sí, ¡nada! No tuviste problema hablando francamente a los otros colonizadores acerca de cuán injusta era el Acta de la Cua'ta Parte, ¿lo tuvi'te? Pero conseguiste probar la sangre ¿y de repente te volviste un coba'de?"

Sarah bordeó más cerca al árbol donde ella se escondía para obtener una mejor posición. La conversación le intrigó. Los hombres habían hecho referencia al Motín del Té en Boston, así como a la ley que forzaba a los colonizadores a dar 'un cuarto' a los soldados británicos. Mientras ella se inclinaba contra el árbol su pie resbaló, y vio con horror como una piedra del tamaño de una bola de béisbol rodaba cuesta abajo y aterrizaba justo en el camino.

"¿Qué demonios fue eso?". Preguntó el hombre de pelo oscuro. Inmediatamente, él y los otros prepararon sus armas. En unos cuantos segundos, una docena o más de mosquetes estaban apuntando en dirección de Jareth y Sarah. "¿Quién está ahí?". El hombre disparó un tiro de advertencia que rebotó en el árbol en que Jareth se escondía. La bala de mosquete asustó a Jareth mientras rebotaba lejos del árbol en que el se apoyaba y viajaba más adentro del bosque. Él perdió pie y rodó colina abajo para aterrizar precisamente en el sendero de los hombres.

Jareth se paró y procuró limpiarse la ropa de hojas, ramitas y tierra. Nada parecía estar roto.

"Bueno, bueno, bueno. ¿Qué tenemos aquí? ¿Un espía?". Preguntó el hombre de cabello oscuro. Sonrió burlonamente, mostrando que había perdido muchos dientes.

"Mi acompañante y yo hemos perdido nuestro camino". Le dijo Jareth. El Rey de los Goblins se irguió derecho y alto. Se rehusaba a permitir que los rufianes obtuvieran ventaja de él.

Otro hombre se rió entre dientes. "No un espía cualquiera, es un espía Inglés".

Sarah se encogió en su escondite mientras ellos reconocían el acento de Jareth. Ella había olvidado completamente que él sonaba como un Inglés. Observó a los hombres rodear a Jareth con sus caballos. No tenía ningún lugar a donde ir.

"¿Qué demonios de tipo de ropa está él usando?". Preguntó uno de los hombres. Él recogió la chaqueta de cuero de Jareth con la punta de su mosquete. Jareth empujó el arma lejos de él y permaneció más erguido.

"Tiene un acompañante con uste', eh? ¿Dónde está él?". Preguntó el hombre de cabello oscuro.

"No hay otro más que yo". Mintió Jareth. Él supo que no podía escapar de más de una docena de hombres sin su magia. Cambiar a su forma de búho era imposible. Ellos le podrían disparar con sus armas. Estaba atrapado. Si Sarah pudiera huir sin ser detectada, había una posibilidad de que las cosas salieran bien.

"Mentiroso hijo 'e perra". El hombre que había picado las ropas de Jareth se balanceó y lo golpeó fuerte en la cara  con la culata. Jareth se tambaleó hacia atrás y se agarró la mandíbula. Cuando retiró la mano, vio su propia sangre goteando por sus dedos enguantados.

"Ya veremos a ese acompañante vuestro". El hombre de cabello oscuro usó a una varilla de metal para cargar una bala en su mosquete. Elevando el arma, él disparó a uno de los árboles en la cima de la colina. La bala de mosquete falló apenas el hombro de Sarah, y ella cayó a tierra con un grito cuando el impacto de la bala causó que la salpicara con corteza del árbol.

"¡Tiene a una mujer con él!"

"¡Probablemente otra espía! ¡Ellos podrían ser Realistas!" Acusó un hombre con sucio cabello rubio.

"¡Corre, Sarah!" Gritó Jareth.

"¡Cállate con un demonio!". Sarah observó con horror que uno de los hombres golpeaba a Jareth con su mosquete. El Rey de los Goblins fue golpeado en el estómago y él cayó al suelo agarrándose el vientre y boqueando para respirar. Él miró a lo alto de la colina para ver que Sarah todavía estaba allí. Había una mirada de miedo y horror en la cara de ella. ¿Qué es lo que ella estaba esperando? ¿Por qué no se iba?

Levantándose en sus rodillas, él gritó: "¡CORRE, NECIA!"

Sarah oyó a los hombres preparar sus mosquetes y corrió. Estaba intentando tanto huir que ella siguió resbalando y casi cayó. Se escucharon disparos y las balas de mosquete silbaron tras ella y otras se alojaron en los árboles cercanos.

Uno de los hombres dejó salir una risa bronca y contuvo su caballo frente a la colina.

"¡Déjala ir, Ben! Ella no es importante en este momento. Debemos llevar este espía a los otros colonizadores de regreso a Concord. Enviaremos a los perros detrás de ella después. Tengo el presentimiento de que ella no irá muy lejos". El hombre con el cabello oscuro se volteó hacia Jareth. "Levántate, realista".

Jareth cerró los ojos ante el dolor que inundaba su cuerpo.

"Dije... ¡levántate!" El hombre de cabello oscuro retiró su pie fuera del estribo y pateó fuerte a Jareth en la espalda. El rey de los Goblins cayó con brazos y piernas abiertos, su cara dio contra el camino de tierra. "Átalo y amárralo en un caballo. Vamos a divertirnos con este".

Sarah observó desde su escondite detrás del árbol como las manos de Jareth eran atadas con una soga y lo obligaban a subirse a un caballo. Las lágrimas llenaron sus ojos mientras miraba a los hombres alejarse con Jareth. Ella se mordió el labio y se puso de pie en tanto ellos continuaban bajando por el camino.

¿Qué iba a hacer ella?

 **

Continuará...

Nota Traductor: *1 yarda = 0.9 metros