La respuesta al anterior: Olga O. CusanColagusan
CLASES DE ARITMANCIA
Casi todo el alumnado estaba ya sentado en su sitio del comedor. Esperaban la comida que, como todos los días, aparecía en sus platos vacíos, hecho de oro debido a la vanidad de algún "lumbreras" de director antiguo, que no sabía en qué gastar mejor el presupuesto de una escuela.
Draco cogió su plato dorado entre las manos y poniéndolo a la altura de su cabeza, miró su reflejo. Su cara aparecía en la bruñida superficie dorada. El mismo rostro de siempre salvo por las ojeras, huellas de melancolía, que enmarcaban sus antes brillante ojos grises.
Moviendo ligeramente el plato hacia la derecha pudo ver al causante de su desasosiego. Harry Potter bromeaba ajeno a él con sus compañeros de mesa. Junto a él estaba Granger con su aire de superioridad intelectual respondiendo con una leve sonrisa de vez en cuando, a las bromas de sus compañeros, como si así bajara de sus alturas. Y al otro lado de Potter, sorprendentemente había una silla vacía. Weasley no estaba a su lado. Pero tampoco se veía por ninguna parte del Salón y parecía que era el único que faltaba de todo el colegio.
La cena se retrasaba y no había ninguna explicación para aquello por parte de ningún profesor.
Por entre las mesas se corrió el rumor de que el director cenaría hoy con ellos para hacerles un anuncio importante. Hacía mucho tiempo que el gran mago no cenaba con ellos, más en concreto desde el inicio del curso.
Harry Potter reía y hablaba mostrándose ante todos tal y como se esperaba de él. Con el dominio que había adquirido reprimiendo sus sentimientos ante sus tíos, sus malogradas clases de oclumancia, y la mascarada en la que habían envuelto su vida desde que nació, habían convertido su mente en la más idónea para albergar secretos que se ocultaban bajo su fama de perfecto Gryffindor. Después de tantos años en esa escuela, Harry entendía ya por qué el sombrero había querido mandarlo a Slytherin el primer día, dónde los secretos ocultos eran la especialidad de los alumnos de esa casa.
Pero con todo su aprendizaje de la vida, a Harry le costaba mucho no mirar hacia el chico rubio que ocupaba la habitación más escondida de su mente, gritando que lo mirara. Y entre sonrisas, bromas y el amor incondicional de Ron, hacía acallar la llamada interior con voz de matices verde y plata.
Unos minutos tuvieron que esperar hasta que Albus Dumbledore llegara al comedor. Cuando lo hizo a nadie se le escapó que el anciano parecía haber envejecido muchos años de repente. La figura antes espigada y ágil, se veía ahora encorvada y frágil, y la rapidez escrutadora de su mirada tan unida a su personalidad, parecía haberse esfumado en parte, no dejando ver la inteligente comprensión que siempre había demostrado con sus alumnos. Es doloroso ver el declive de un padre, y la figura de Dumbledore tan cercana a todos, había sido el sustituto paterno para los chicos, que en mayor o menor medida se entristecían por ello.
Ante un silencioso auditorio, Dumbledore habló así:
– Mis queridos alumnos, hacía tiempo que no me dirigía a vosotros, y créanme si les digo que lo he echado de menos, pero tengo otras ocupaciones que me han mantenido alejado de Hogwarts, y que seguirán manteniéndome durante algún tiempo más, espero que corto.
Entre tanto los jefes de las casas, los tres presentes, y el profesor Snape que está al llegar, se harán cargo de la escuela como ha venido ocurriendo en los últimos años, llevándome yo el mérito de su buen hacer. - unas risas tenues sonaron entre alumnos y profesores. Dumbledore hizo una pausa breve y luego prosiguió - Pero para decir esto no es por lo que he comparecido hoy ante vosotros, es por otra cosa que seguramente mañana aparecerá en primera plana de todos los periódicos. Esta mañana, un aliado nuestro que si bien al principio estuvo algo confundido, después ha demostrado su total adhesión a la causa contra Voldemort, ha sido encontrado asesinado en su casa. Me refiero al señor Cornelius Fudge, nuestro ministro de magia.
Ésta tarde se ha reunido el Consejo de gobernación mágica con carácter de urgencia, y han tomado algunas decisiones, y entre ellas está la de que yo me haga cargo del ministerio de forma provisional. Yo he aceptado, era mi deber hasta que las aguas vuelvan a su curso y encuentren alguien más idóneo para el puesto. Supongo que también tendré colaboradores que hagan mi trabajo, mientras yo me llevo el mérito. - otro murmullo se oyó en el Salón ante el humor agridulce del anciano. - Espero que os hagáis cargo de la situación y no haya...
Mientras Dumbledore terminaba su discurso, Severus Snape volvía de hablar con sus confidentes: En los bajos fondos de Londres mágico siempre había información que comprar, lo único que había que hacer para conseguirla es buscarla en el sitio adecuado. Con dinero había conseguido un buen número de agentes a sueldo cercanos a ciertos mortífagos. Gente de todo tipo: Los había que comulgaban con las ideas de pureza de sangre que tenían los seguidores de la marca Oscura, pero que no estaban de acuerdo con la manera en que ellos querían hacer valer sus ideales, y también gente que por dinero eran capaces de traicionar hasta lo que ellos creían. Y Snape sabía manejarlos a todos con la misma facilidad que a sus alumnos de clase.
Pero hoy no estaba muy satisfecho con sus informantes. Ninguno de ellos le había dicho nada sobre el atentado de Fudge. A pesar de que todos ellos se llevaban una buena cantidad que aportaba en su totalidad el Ministerio.
Por los pasillos de Hogwarts avanzaba cuando se topó de bruces con Ron Weasley.
Snape sabía que a esa hora el chico debía estar en el Salón, escuchando el discurso del director, pero sin embargo estaba allí, mirando asustado al maestro que lo había encontrado intentando hacer algún hechizo, pues tenía la varita en su mano.
– Weasley¿Qué se supone que está haciendo aquí? - susurró Snape clavando sus ojos el chico.
– Yo...yo, eh... - acertó a decir Weasley, que nunca había visto a Snape tan de cerca y en solitario.
– ¿Practicando algún hechizo en los pasillos, verdad? - sonrió con esa sonrisa que acompaña su agrio humor - Tengo entendido que no se puede hacer magia por los pasillos, pero veo que usted no lo sabía. Para que no se le olvide le quitaremos 20 puntos a su casa. Además ¿no debería estar en el Salón¿qué está haciendo aquí? - por primera vez Snape se fijó en la ropa del chico de la que caían gotas de agua - ¿Por qué diablos tiene su ropa mojada?
– He tenido un accidente en los lavabos. Trataba de hacer un hechizo para secar mis ropas, pero usted me ha interrumpido.
– ¡Insolente, igual que tu amiguito. Estoy seguro que no me está diciendo la verdad, pero no tengo tiempo para perderlo contigo. Vaya al comedor. ¡Ahora!
Ron se dio la vuelta y comenzó andar a paso ligero hacia el comedor. No había andado mucho cuando Snape lo llamó:
– ¡Weasley! - Snape lo apuntaba con la varita, lo que a Ron le causó terror. - ¡Exaresco! -secó las ropas del chico que enfiló hacia el salón a toda velocidad
Ron apareció por la puerta principal del comedor cuando Dumbledore todavía no había concluido su discurso. Con el mayor sigilo que pudo se acercó a su asiento, pero cuando iba a sentarse, Dumbledore llamó la atención de todos hacia él.
– Nos alegra que te hayas unido a nosotros, Ron. Te has perdido todo lo que he cicho, pero afortunadamente llegas justo para comer. - y fue la señal para que empezara el banquete.
– ¿Qué te ha pasado? - Le preguntó Hermione con algo de reproche en su voz.
– Eh... Me quedé dormido estudiando en la cama.
– Una buena mentira Ron, me la creo. - contestó Hermione.
– Y ¿me he perdido algo? - Preguntó Ron en general a toda la mesa.
– Fudge ha muerto. Dumbledore es el Ministro de magia ahora. - le dijo Hermione lo que provocó que el chico mirase hacia la mesa de profesores en busca del director, en el justo instante en que Snape entraba por la puerta de atrás. - También ha dicho otra cosa, que Fudge al defender su vida mató a uno de los mortífagos que fueron a asesinarlo. A su lado se ha encontrado también el cuerpo de Lucius Malfoy.
Al oír el apellido Malfoy, Harry Potter salió del trance en que estaba sumido desde que Dumbledore había acabado de hablar. Se había perdido mirando hacia Draco, que ahora se veía abatido con los ojos fijos en su plato, del que no probaba bocado. Pero como era acostumbrado ya en Harry, para que sus amigos no se dieran cuenta que sentía ganas de correr a consolar al chico rubio, sonrío y dijo con voz segura de un actor profesional:
– Por lo menos hay un maldito mortífago menos. Fudge hizo algo bien al fin y al cabo.
– A Voldemort se le acabó la cuenta corriente. A ver que hace ahora sin el apoyo financiero de Malfoy - corroboró Hermione.
– Las cosas pueden ser muy distintas ahora que Fudge no está en medio. Dumbledore pondrá en orden el ministerio - dijo Harry
– Pero sabéis que me extraña, - dijo Granger - que con lo violentos que se han vuelto los ataques últimamente, no se hayan suspendido las actividades extraordinarias de la escuela, las excursiones a Hogsmeade siguen en pie.
– No des ideas, bonita - dijo desde el otro lado de la mesa Parvati
– Tengo ganas de que llegue la próxima. - dijo Ron guiñando un ojo a Harry - ¿tu no Harry? No imaginas lo que tengo preparado.
– Sí claro, estoy impaciente - mintió convincentemente Harry
– Pues a mí me va a coger a dos velas. - dijo Hermione - No tengo un galeon en mis bolsillos. Pero ya sé como solucionarlo, he tenido una magnífica idea. Voy a poner un anuncio para dar clases de Aritmancia. Se acerca el examen y la gente no se ha enterado tan bien como yo de la materia. ¿a qué es una buena idea?
– Yo creo que es una tontería - dijo Ron para fastidiarla - ¿quién pagaría por tener que escucharte?
– Eres imbécil, me resbala lo que digas. ¿Tú que opinas Harry? - La chica lo había sacado de sus pensamientos
– Yo... eh - y de repente Harry tuvo una idea - Yo creo que es fantástico Hermione. Sí, seguro que mucha gente acudiría a tus clases. Si quieres yo pongo el anuncio en el tablón de anuncios, como tengo la llave porque soy el capitán del equipo, no tendrías que pedírsela a Filch. Seguro que allí lo verá mucha gente.
– Gracias Harry. Tú siempre me apoyas, no como otros - dijo mirando con reproche a Ron
A la mañana siguiente apareció esta nota en el tablón de anuncios:
"Tenaz estudiante de aritmancia
Responsable, estudiosa
Lecciones aritmánticas otorga
Por oferta razonable
Trigonománcia. Ubicuidad numeromántica
Irracionalidad del algebrología. Descripmántica.
H."
Gracias por leer. Muchos besos para los que seguís estos mini capítulos.
RESPUESTA A VUESTROS COMENTARIOS
Galasu: Cuando leí tu rr pensé en lo cerca que habías estado. Lo has rondado. Imaginaste que era un anagrama pero no se te ocurrió aunque no sé porqué. Me dio rabia que no lo vieras, en fin seguro que en éste has tenido más suerte, espero la respuesta. Besos y gracias por tu comentario.
Isobo: No te vayas a hacer daño en la cabeza, que es para toda la vida y no sale otra de repuesto (que tontería he dicho) Pero en serio, la respuesta no estaba visible porque la pregunta no dejaba claro que es lo que había que buscar. ¿el nombre del traidor o del autor de la nota? Era el autor de la nota, y yo soy una liosa. Me encanta que sigas aquí besos
Sandra -sms ¿qué te has guardado el poema para buscarlo? Yo hice lo mismo con un fic que estoy leyendo en el que se plantea un enigma. Tampoco lo acerté por muchas vuelta que le di, pero creo que no debí dejar más claro lo que teníais que buscar. Fallo mío. Pero este sí que está claro. Besitos y espero la respuesta.
norixblack Gracias por tus comentarios, estoy to colorá de vergüenza. Los poemas no valen mucho. No se puede hacer un poema bueno al mismo tiempo que se quiere meter un mensaje, pero gracias, Jo, que sigo colorá...Besitos y hasta pronto
Latnetzi Gracia por los comentarios de las rimas y eso. Lo que pasa es que me divierten mucho hacerlas, lo mismo que los acertijos. Es por eso que no pienso dejar el fic. a la mitad. Quizá me retrase, empiezo en un nuevo trabajo y no tendré mucho tiempo, pero quiero terminarlo. Gracias y besitosss
Conacha Leí los dos comentarios. Al principio no lo viste pero luego se hizo la luz! Claro, después del humito que salía de las orejas... (pero que arte de review) Sí es colagusano que se nos ha metido a poeta. Espero que este también lo veas. Es más sencillito. Besitossssss
Semiramis Enhorabuena, sí fuiste la primera de fanfiction en ver la respuesta. Tienes razónenlo que dices. Era lioso saber si me refería al autor o al traidor, pero lo lograste al fin y al cabo que era lo importante. Muchos besos y espero que sigas ahí.
hata shinomori Hola wapa! Sí esa es la respuesta y es cierto pedía el nombre del autor no del traidor. El traidor ya se sabrá más adelante, quiero darle intriga y misterio a la cosa. Espero que este capítulo te haya gustado y me mandes algún comentario, o una respuesta. Muchos besitos.
