Consecuencias Inesperadas
Escrito por Cormak3032.---- Traducido por BlazeVein
Capitulo 14: "Evasión"
Sarah tiritó, pero no de frío, al sentarse en una de las sillas de madera del pórtico. Ella estaba más enojada de lo que creía posible y debajo de todo eso estaba asustada. Jareth no la necesitaba. ¿Qué le importaba eso? Él no era el primero o el único que no la había querido. Ella se preguntó si alguna vez se acostumbraría a no ser querida.
Con un profundo suspiro, ella miró a lo largo de la tierra verde. Los pájaros cantaban sus primeras canciones mañaneras cuando el sol continuaba elevándose por el este.
La puerta de la casa crujió al abrirse y Sarah gimió por dentro. Con el rabillo del ojo ella vio que Jacob daba un paso fuera de la casa. Ella no estaba de humor de tener compañía en este momento.
Jacob tomó asiento junto a ella sin decir una palabra. Ellos estuvieron sentados en silencio por unos momentos antes de que él hablara. "¿Se encuentra usted bien?"
Sarah suspiro. "Estoy bien".
Él sacudió la cabeza y la miró pensativamente. Luego se recostó en la silla. "Bien, ¿Por qué no le creo?"
Sarah se encogió de hombros, pero no lo miro.
"Fui a hablar con su padre". Jacob le dijo a ella. Él observó que los ojos de Sarah se agrandaron. "No estoy seguro de comprender por qué él fue tan seco conmigo".
Sarah bajó la cabeza. "Mi... mi padre es un hombre muy orgulloso", ella consintió. No podía creer que estaba defendiendo a Jareth después de la manera en que acababa de tratarla. "Él... a él no le gustan las limosnas".
Jacob sonrió con calidez. "Sospeché algo asi. Mi sola presencia pareció ofenderlo. Estoy seguro que el recibir un disparo y ahora ser forzado a permanecer en cama para recuperarse sólo añade más a su miseria y a su rabia. ¿Esta segura de que usted esta bien?".
Sarah asintió firmemente.
"Bien, si usted esta segura. Me temo que debo dejarla. Los animales no se alimentan por sí solos". Jacob palmoteó el hombro de Sarah y se puso de pie, comenzando a irse.
"Jacob?", Sarah lo llamó. Jacob se volteó a verla. "¿Me permite ir con usted?" Ella se puso de pie y caminó hacia él.
La expresión de Jacob cambió a una de sorpresa, pero su usual sonrisa cálida apareció. "¿Su padre no necesitará ser atendido?"
Sarah frunció el ceño ante el pensamiento de tener que vendarlo y llevarle su comida. Ella ni siquiera quería verlo, y no quería atenderlo. Ella le sonrió a Jacob. "Usted y su familia han sido muy amables con mi padre y conmigo. ¿Quizás yo podría hacer algo para ayudar en la granja? Con mi padre tan enfadado en este momento, estoy segura que seria mejor si lo atendiera más tarde".
"¿Labores?" Jacob preguntó y Sarah asintio. "Sarah, realmente no es necesario que usted realice labores mientras esté aqu".
"Pero me gustaría..." Mantendrían mi mente alejada de mis problemas...
"Bueno, ya veremos. Mama, Abby, Ellen y Elizabeth podrían necesitar algo de ayuda en la casa."
"¿Hay alguna cosa que pueda hacer en el exterior? ¿Cortar madera o algo?"
Jacob sonrió ampliamente. Ella quería cortar leña. Eso era tan encantador. "Bueno, a mi padre y a mí nos gustaría enseñar a Thomas como preparar la leña para usarla, y él pasaría más tiempo de cacería con nosotros si alguien alimentara los caballos, las vacas, las cabras, los cerdos, las ovejas y los pollos en la mañana y en la tarde. Seria una labor sencilla para usted. ¿Quiere que le enseñe?"
Sarah asintio. "Sí, eso seria maravilloso", ella sonrio.
"Maravilloso, ¿hmmm? No creo que yo haya conocido a alguien tan dispuesto a realizar las labores, ¿Esta segura que no es alguna clase de plan oculto?" Él levantó una ceja y sonrio.
Sarah se ruborizo. "Usted ya habló con mi padre y vio como él actuaba. ¿Querría pasar así todo el día?"
Jacob se rio. "De acuerdo. Ya veo su punto. Sólo no descuide al pobre hombre o él pedirá mi cabeza probablemente. Venga. Le mostraré como alimentar a los animales y darles agua."
((()))
"¿Ha estado mucho tiempo en Concord?" Preguntó Jacob mientras ayudaba a Sarah a vaciar algo de comida en el redil de los cerdos.
Sarah observó como los cerdos grandes se apresuraban hacia la comida, resbalando en el fango mientras lo hacían. "Sólo unas pocas semanas."
Jacob sacudió la cabeza. "Usted debe tener una opinión muy terrible de ello. Francamente, no sé en qué estaba pensando el Coronel Davis, o James. El Coronel esta tan amargado con los británicos que con cualquiera que hable remotamente su dialecto, él asume que son espías y que deben ser colgados"
"¿Así que Ja... mi padre no fue el primero en ser tomado prisionero?" Ella tosió, esperando que no él no hubiera notado su tropiezo al hablar.
Jacob negó con la cabeza y se apoyó contra la cerca de madera del corral. Él tenia una expresión triste. "Me temo que no. Después de que su primo recibió un balazo en Lexington Greene, esa fue la gota que desbordó el vaso para él. Muchos creen que él se ha vuelto loco de venganza. Él ya había ejecutado a ocho hombres justo antes de que su padre fuera apresado"
"Ocho..." Sarah murmuro.
"La Guerra es una época terrible, llena de muerte y de cambios". Él sonrió con tristeza. "Nosotros deberíamos estar acostumbrados a tales cosas, ya que todos ya están hablando de una guerra."
"¿Cómo es que usted se mezcló en todo esto? Su familia parece pacífica."
"Mi familia nunca quiso la guerra, pero queríamos un cambio. Algunas de las leyes impuestas por el Rey eran intolerables. Poniendo impuestos en nuestro té, forzándonos a darle cuarto a los soldados británicos a cualquier hora del día o de la noche. La casa de un amigo fue quemada porque él no tenía habitación para los hombres británicos, y no se mudaría de su casa a las 2 de la mañana para que ellos pudieran quedarse alli."
"Lo lamento", dijo Sarah.
Jacob sonrió entristecido. " Yo me presenté ante la gente en la ciudad para reunir apoyo para firmar acuerdos con el Rey. También ayudé a botar el té en la Bahía de Boston". Él miró a la lejanía con tristeza. "Ahora me pregunto si mis acciones fueron las apropiadas".
"Usted sólo hizo lo que pensó que era lo mejor para cambiar la situación. Las leyes británicas eran injustas y usted tenia toda la razón para estar disgustado. Usted no fue por allí disparando a la gente para hacerles ver su manera de pensar".
Jacob sonrió levemente. "Usted tiene toda la razón. Yo no debería dudar de lo que ya está hecho. Lo que está hecho, está hecho, ¿hmm?" Él sonrió y Sarah le brindó una sonrisa temblorosa ante las palabras demasiado familiares.
Ella fue al corral siguiente y alimentó a las cabras que gritaban por su alimento.
"¿Cómo es que le dispararon a su padre? Si es que no le molesta la pregunta", inquirió Jacob.
"Le disparó un Coronel británico. El Coronel Rochester", dijo Sarah a través de sus dientes apretados.
Jacob frunció el ceño. "Sé todo acerca del Coronel Rochester".
"¿En serio?" Sarah preguntó, sorprendida.
"Él tenia sólo 18 años cuando combatió en la guerra francesa e india con mi padre. Él dejó Inglaterra para pelear en las colonias y se estableció aquí por poco tiempo después que el conflicto termino. No fue de su agrado, así que regresó a Inglaterra solamente para regresar de nuevo más tarde cuando comenzamos a rebelarnos contra las leyes de Inglaterra. Él puede ser ubicado generalmente donde hay problemas y usualmente él es la causa de ello. Se rumora que tiene 300 hombres consigo y que ha desobedecido órdenes para quedarse en la retaguardia a atacarnos. Si él disparó contra su padre, entonces los rumores son verdaderos. ¿Dónde está su campamento?"
Sarah se congeló ante su pregunta. Por mucho que ella quisiera ver a Rochester llevado ante la justicia, ella recordó lo que Jareth y ella habían discutido. Ellos debían ser cuidadosos con lo que decían o podrían cambiar la Historia.
"No sé en dónde esta". Ella mintio
"Hmm. No importa. Nosotros teníamos el presentimiento de que aun estaba por ahí. El cuerpo de James fue traído de vuelta al campamento. Le habían disparado de cerca dentro del rango de un mosquete. Y había huellas de herraduras alejándose de donde él fue encontrado. Generalmente, sólo los británicos le ponen herraduras a sus caballos."
Jacob desvió la mirada y notó algo sobre la tierra. Él se agachó y con cuidado arrancó una flor que crecía cerca del poste de la valla. Con gentileza, él colocó la pequeña flor blanca en el pelo oscuro de Sarah. "Una de las primeras flores de primavera", él sonrió, demasiado feliz de cambiar el tema.
Sarah le dio una sonrisa cansada. Jacob se dio cuenta de los círculos oscuros debajo de sus ojos, y que su cabello oscuro estaba despeinado. Él frunció el ceño al mirar el vestido ensangrentado y desgarrado que aun llevaba puesto.
Sarah bajó la cabeza. "Yo... todavía necesito darme un baño."
Jacob sonrio. "Y además un cambio de ropa. Tendremos que ocuparnos de eso enseguida," Jacob la condujo de regreso a la casa, donde encontraron a la señora Henry afuera junto al pozo.
"Jacob y Sarah, por fin aquí. Hemos estado buscándolos a ambos. Jacob, tu padre necesita algo de ayuda para reparar la ventana del lado norte. Sarah, su padre esta despierto, ¡y él es el hombre más insufrible que alguna vez yo haya conocido!"
Sarah se rió con suavidad. "No negaré eso, señora".
"Mama, podemos hablar más tarde del padre de Sarah. A Sarah le gustaría bañarse."
"Oh, por supuesto, niña. Que tipo de anfitriones hemos sido dejándole caminar por ahí en esa condición." Ella frunció el ceño ante la apariencia de Sarah. "Haré que Ellie prepare la olla para hervir el agua y veré si puedo encontrar algunos vestidos viejos".
"Gracias." Le dijo Sarah.
"Y yo traeré el agua para que se bañe", dijo Jacob. Él bajó un cubo al pozo y luego lo subio. Agarrando el asa del cubo lleno, él gesticuló para que Sarah caminara delante de él. "Después de usted".
Sarah sonrió dulcemente y comenzó a ir hacia la casa mientras Jacob la seguía.
La señora Henry coloco sus manos en las caderas y los observó alejarse. Ella ladeó la cabeza hacia un lado y sonrió mientras veía la flor en el cabello de Sarah.
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Después del baño, Sarah se sintió de mejor ánimo. Ella estaba ahora aseada y vestida con ropa limpia, no importaba si el vestido le quedaba un poco pequeño. Pasó la mayor parte de la mañana con Jacob y Thomas, quien le mostró muchas de sus baratijas interesantes en la casa. La familia Henry tenia una historia larga y Sarah estaba fascinada de aprender acerca de ello. Mientras Thomas se paseaba por las guerras y cosas de su padre y su abuelo, Sarah se dio cuenta que Jacob la miraba más que unas cuantas veces durante la conversación.
Cuando fue tiempo de llevar alimento a Jareth y de vendar su herida, Jacob se ofreció a cargar la comida por ella. Jareth estaba acostado de lado, mirando hacia la ventana cuando la puerta se abrio. Él miró con severidad a Sarah y sus ojos se estrecharon al ver a Jacob colocar una bandeja con comida cerca de su cama, ni Sarah ni Jareth dijeron una palabra mientras ella volvía a vendar su herida.
Jacob le sonrió con educación a Jareth mientras conducía a Sarah fuera de la habitación. "Buenos días, señor Charles".
Jareth les dio la espalda a ambos.
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"¿Él siempre es asi?", le preguntó Jacob mientras arrojaba una piedra al agua. Él observó las ondas en el agua después de que la piedra rompió la superficie.
"¿Hmm?" Los pensamientos de Sarah se habían escapado como el agua en el río.
"Su padre. ¿Siempre es tan gruñón?"
"No pienso que gruñón sea la palabra correcta para él", ella sonrio.
Jacob echó la cabeza hacia atrás y se rio. "Bueno, independientemente de su actitud, debo elogiarlo por la manera en que le crio. Usted es un poco más dada a hablar que la mayoría de las mujeres, sin contar a mi madre", él se rio. "Pero me gusta eso de usted. No veo nada malo en una mujer que le gusta pensar por sí misma".
Sarah se ruborizo.
"Debe haber sido difícil sin su madre alrededor para guiarla".
Sarah bajó la cabeza, su humor liviano repentinamente se había quebrado en mil pedazos. "Usted no conoce ni la mitad de ello. Ella nos abandonó y mi padre estuvo forzado a criarme por su cuenta."
"¿Los abandono? Pensé que ella había muerto."
Los ojos de Sarah se agrandaron. "Eso fue lo que quise decir", ella dijo con rapidez. "Y sí, fue difícil". La situación que ella había inventado no era demasiado diferente de su propia vida. Su madre verdadera la había abandonado a ella y a su padre por su carrera egoísta. Para Sarah, era como si su madre se hubiera muerto.
Ni Sarah ni Jacob pronunciaron una palabra y un silencio pesado cayó sobre ellos.
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"¿Dónde está Sarah?", preguntó la señora Henry. "Ya cayó la tarde y ella todavía no ha vuelto para cambiar las vendas de su padre."
Elizabeth se detuvo mientras bajaba las escaleras. "Yo lo haré, Mama. Es obvio que ella no va a regresar. Ella esta demasiado ocupada allá afuera con Jacob. ¿Sabe que estuvieron juntos toda la mañana? Y ella es muy extraña cuando se le hacen ciertas preguntas. Si me lo pregunta ella no es buena".
"Sí, bueno, yo no te lo pregunte, Elizabeth. No te tendré juzgándola con dureza antes de que ella haga algo malo, y ella no ha hecho nada malo todavía. De hecho, Jacob me dijo que ella se ofreció a hacer labores para compensar nuestra amabilidad. Nosotros necesitamos la ayuda, aun cuando no queramos admitirlo. No me importa que ella pase tiempo con Jacob. Él ha andado solo por ahí demasiado tiempo. Una amiga podría hacerle algo de bien. Bueno, ve entonces, anda a vendar al hombre".
Elizabeth no dijo una palabra al alejarse.
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La mente de Jareth no descansaba. Sus pensamientos iban hacia el Mundo Subterráneo y a su Laberinto que agonizaban. Sus pensamientos iban hacia su pasado, a las dificultades que Sarah y él habían pasado en este tiempo y estas tierras. Y la mayoría de las veces, sus pensamientos derivaban en Sarah. Una parte de él quería perdonarla por todo lo que ella le había hecho, y otra parte de él todavía bullía de cólera.
Él odiaba estar acostado en esa cama, pero estaba demasiado débil para abandonarla. Eso lo mantenía prisionero así como su propio cuerpo. Él miró hacia fuera por la ventana y se dio cuenta de que su primer roce con la muerte había estado cerca... demasiado cerca.
Él apenas escuchó el crujido de la puerta al abrirse y el sonido de unos pasos aproximándose. Él volvió la cabeza, esperando ver a Sarah y al hombre de nuevo, pero se sorprendió al ver a una chica alta de cabello rubio. Ella sostenía un pote de ungüento, así como vendajes limpios de algodón.
"¿Dónde está Sarah?", preguntó él con frialdad.
La chica no pareció molesta ante el semblante frío mientras colocaba el pote de ungüento sobre la mesa y alcanzaba las mantas que cubrían la figura de Jareth.
"Ella esta demasiado ocupada pasando tiempo con mi hermano como para ayudar a su propio padre." Ella elevó sus cejas al decirlo. Su tono dejaba claro para Jareth que a esa chica no le gustaba Sarah.
Jareth agarró las mantas con una mano mientras ella intentaba retirarlas.
"Usted necesita que cambien sus vendas, señor Charles, y dado que su hija no esta aquí para hacerlo, yo debo hacerlo. No es que me moleste", ella ronroneó dulcemente. Ella le sonrio.
Jareth la miró con frialdad. Ella era hermosa jovencita. Lucia como de la edad de Sarah y era obvio por la manera en que lo miraba fijamente que ella lo encontraba atractivo. Una sonrisa astuta estiró sus labios cuando liberó las mantas.
Ella las retiró hasta su cintura y con cuidado removió los vendajes viejos.
Jareth entrecerró los ojos y contuvo la respiración cuando ella abrió el pote de ungüento. Él no conseguía acostumbrarse al olor de eso. Sintió que ella aplicaba esa cosa gomosa y espesa alrededor de su herida y el mal olor pútrido llegar una vez más a su nariz.
"Me atrevería a decir que podría haber algo muerto en este frasco. Huele como alguna mezcla que mis goblins hubiesen creado"
Sarah se rió suavemente.
Las cejas de Jareth se arquearon delicadamente sobre sus ojos. "¿Encuentras eso divertido?"
"Fue sólo tu tono... tu..." Jareth la miró en blanco, mientras ella farfullaba. Ella sonrió con calidez "Sí, lo encuentro divertido".
Una sonrisa estiró los labios de Jareth y él recogió el frasco con sus manos enguantadas, estudiándolo cuidadosamente. "Quizás si aplico algo de esto sobre mí, mantendría alejado al Coronel Rochester. Yo olería tan mal que él no querría tener nada conmigo".
El pensamiento de Jareth cubriéndose a sí mismo con el ungüento y las miradas que ella sabia que él recibiría, la hicieron devanarse de risa.
Cuando Jareth comprendió lo que acababa de sugerir, aún en broma, él comenzó a reírse a carcajadas.
"¿Qué es lo divertido?"
La voz femenina rompió su recuerdo como si fuera un cristal delicado y Jareth inmediatamente dejó de reírse. Él ni siquiera se había dado cuenta de estaba riendo. Observó a la chica de cabello rubio que había dejado de aplicar el ungüento en su herida y ahora había comenzado a vendarla.
Su expresión se puso triste por un momento y luego amargamente fría. Él sacudió la cabeza, y su cabello rubio se movió libremente a su alrededor.
Ella arqueó una ceja y terminó de vendar la herida. Cerró el frasco de ungüento y dirigió una sonrisa dulce a Jareth antes de dejar la habitación.
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Jareth se sorprendió de que la chica apareciera en la tarde con su comida. Él quiso preguntarle dónde estaba Sarah, pero obtuvo su respuesta cuando escucho risas abajo. La brillante risa de Sarah mezclada con la del resto de la familia, incluyendo al hombre llamado Jacob.
"Le traje algo de cenar", le dijo la chica.
"Déjelo", él le dijo rehusándose a mirarla.
"Señor Charles usted debería comerla mientras todavía está caliente-"
"Dije 'déjelo' "
Su tono era frío y Elizabeth hizo lo que él le pidio. Ella dejó la bandeja. "Regresaré en la mañana a cambiar los vendajes nuevamente", ella dijo y luego hizo ademán de dejar el cuarto.
"Sarah los cambiar", él dijo bruscamente.
Elizabeth se volteó lentamente para encararlo. "Sarah esta demasiado ocupada para cambiarlos. Ella ayuda a Jacob a alimentar los animales en la mañana. Ahora yo soy responsable de ocuparme de sus necesidades". Ella sonrió dulcemente y luego abandonó la habitación.
Jareth cayó sobre la cama con un suspiro cuando la puerta se cerro. Él apretó los dientes ante el impacto de su cuerpo contra el colchón lastimando su herida. Él maldijo en goblin por haber conseguido que lo balearan y ser puesto en esta posición, y maldijo nuevamente por desear que Sarah viniera en la mañana y no la otra chica. Aunque él no hablara con Sarah... si tan sólo pudiera verla...
Él sacudió la cabeza violentamente. Ella no le importaba, él no la necesitaba.
Él volteó la cabeza en la almohada olvidándose del plato de comida humeante cerca de su cama. En cambio, él se hundió en un sueño lánguido donde sus mentiras resonaban en su mente.
"Yo no te necesito. Nunca lo he hecho y nunca lo hare"
((()))
La señora Henry apagó la linterna en el piso de abajo y lentamente se encaminó al piso superior. Era pasada la medianoche ahora y todos los demás se habían ido a dormir. De vez en cuando, ella se quedaba atrás cuando todos los demás se habían ido a la cama. Este rato de tranquilidad era el único tiempo que tenia para leer.
Ella estaba casi en la puerta de su dormitorio, cuando escuchó un grito sofocado seguido por un sollozo. Con curiosidad, ella se dirigió hacia el ruido y descubrió que emanaba de la habitación de Sarah. Ella alcanzó el picaporte, pero el ruido había cesado. Giró la manilla de todos modos y miró detenidamente por el cuarto hasta ver a que Sarah estaba durmiendo. Las sábanas y mantas estaban arrugadas en torno de su figura.
La señora Henry suspiró y sacudió la cabeza. "Ella sólo tuvo una pesadilla. Pobre niña". Ella cerró la puerta silenciosamente y salió sin prisa hacia su cama.
((()))
Sarah descubrió que sus manos tiritaban mientras levantaba el cubo de alimento hacia la barda del corral de los cerdos. Era antes del alba y todos los demás todavía estaban durmiendo. Su noche había sido agitada, con una imagen horrible detrás de otra, mezclándose todas hasta crear escenas tan terribles que no pudo dormir.
Sus manos resbalaron del cubo de madera mientras ella lo volcaba sobre el comedero, y cayó sobre el lodo junto con el resto del alimento. "Maldición", ella maldijo con fuerza.
Los cerdos aun no habían notado su presencia, probablemente porque no esperaban que ella los alimentara tan temprano, y ella esperó ser capaz de recuperar el cubo antes de que ellos la notaran.
Ella se paró sobre el palo del medio y se inclinó estirando sus brazos hacia el suelo. Intentó agarrarlo una otra y otra vez, pero no pudo alcanzarlo. Recogiéndose la falda, ella se resbaló por los postes. Se paró sobre la única tierra firme al lado del comedero, alcanzó el cubo y se sintió complacida consigo misma de hacerlo sin caerse en el barro.
Ella arrojó el cubo al otro lado del corral y luego sus ojos se agrandaron. Les pudo escuchar resoplando y gruñendo, y antes de que Sarah tuviera una oportunidad de pensar, ella fue golpeada y arrojada al barro por un grupo de cerdos hambrientos.
Aterrizó de trasero en el barro y su vestido blanco y azul se volvió marrón. El barro estaba frío y viscoso, y cada vez que trató de ponerse de pie, solo tuvo éxito en introducirse más en el barro. Avanzando lentamente sobre sus manos y sus rodillas, ella se encaminó hacia la cerca. Después de resbalar varias veces más, ella subió la barda, cayendo con un fuerte ruido sordo sobre el suelo seco al otro lado.
Ella yació sobre la tierra sin moverse, mientras las lágrimas nublaban sus ojos. Respirando pesadamente, ella se preguntó, ¿podría su mañana volverse peor?
Después de alimentar al resto de los animales, Sarah lentamente regresó hacia la casa. Tenia la esperanza de tomar un baño antes de que nadie notara su apariencia.
Ella abrió la puerta trasera de la casa, aliviada de no ver a nadie hasta ahora. Debía prender el fuego en la cocina para llenar la gran olla de hierro con agua para poder bañarse.
Ella encendió el fuego y luego fue y regresó por lo menos 12 veces acarreando baldes de agua. Ella estaba ya exhausta, y casi había terminado de llevar los 12 cubos adentro, cuando sus peores miedos se confirmaron al entrar a la cocina.
"¡Oh, esto es precioso!"
Temblando de agotamiento, Sarah apretó con más fuerza el último cubo en sus manos y luego levantó la vista.
Elizabeth estaba radiante. Su largo cabello rubio estaba rizado en un estilo intrincado y ella llevaba puesto un vestido extravagante que enseñaba un poco más de sus pechos de lo que Sarah necesitaba ver. Sarah se habría preguntado del por qué en su cambio de apariencia si no hubiera estado tan roja de vergüenza por su propio aspecto.
Elizabeth se movió en un circulo alrededor de Sarah. Luego ella se detuvo enfrente de ella y simplemente se rió. "Nos preguntábamos adónde habría ido tan temprano esta mañana, pero me parece que usted estuvo jugando con los cerdos. ¿Por qué no lava usted los platos de anoche por mi, Porqueriza, y cuando haya terminado puede subirse en el lavadero? Puede usar un poquito de refregado usted misma." Ella se rió, claramente deleitada por la desgracia de Sarah.
"Ya basta, Elizabeth. Esta claro que ella no quiso resbalar dentro del corral", Jacob dijo severamente mientras entraba en la cocina. Él luego se volteó hacia Sarah. "¿Esta usted bien? ¿No esta herida, no es asi?"
"Oh, es Jacob al rescate", dijo Elizabeth sarcásticamente.
Jacob frunció el ceño.
"Es obvio que tu sientes algo por ella", Elizabeth siguió.
Los ojos de Sarah se agrandaron y ella vio la simpatía en los ojos de Jacob. Ella no quería su compasión. Escapó rápidamente hacia su habitación, cerrando de golpe la puerta detrás de ella.
"Bien hecho, Elizabeth, bien hecho", dijo Jacob con frialdad.
Elizabeth simplemente sonrió y se encaminó al segundo piso con un frasco de ungüento y vendajes limpios.
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"Sarah, querida, venga. Tengo el baño listo para usted". La señora Henry la llamó mientras golpeaba la puerta.
Cuando no obtuvo respuesta, con cuidado abrió la puerta. "Oh, pobre niña." El corazón de la mujer mayor se sintió dolido al ver a Sarah dormida en el piso. Era verdad que la chica se había caído en la pocilga. Estaba cubierta de barro. Éste se había secado y estaba apelmazado en su pelo oscuro, así como en su vestido.
La señora Henry fue hacia la cama y alcanzo una de las mantas. "Pobre niña. Estaba exhausta". Ella cubrió a Sarah con la manta y se volteo para salir. Cuando la señora Henry estaba a punto de cerrar la puerta, un sonido la detuvo.
Un farfulleo suave seguido de desesperación y gritos. Ella se dio vuelta para ver a Sarah agitándose en el suelo. Ella comenzó a caminar hacia ella, pero los movimientos y ruidos tan repentinamente como empezaron, cesaron. La señora Henry la observo silenciosamente por un momento, pero nada sucedió. Sarah se había vuelto a dormir.
La mujer mayor suspiró y después de observarla por unos minutos más, abandonó la habitación.
Elizabeth acababa de entrar en el vestíbulo y ella prácticamente aplaudía con sus manos de regocijo.
"Oh, Mama, él me dijo su nombre!", ella le dijo.
"Eso es maravilloso, Elizabeth", ella dijo apagada.
"¿No quiere usted saber el nombre del señor Charles?", le preguntó Elizabeth.
La señora Henry trato de parecer un poco más interesada. "¿Cuál es su nombre, niña?"
"Es Jareth. ¿No es un nombre maravilloso?"
"Es maravilloso, Elizabeth", la señora Henry se alejó dejando a Elizabeth que la miraba con curiosidad.
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Después de que Sarah se hubo bañado y cambiado, ella evito a todos los de la familia con quienes se cruzo. Ella se mantuvo ocupada con cualquier labor que pudiera encontrar. En ese momento, acarrear agua a la casa para cocinar la cena estaba en su lista.
Mientras ella tiraba el cubo al pozo, ella notó su reflejo en el agua. Asentando el cubo en la pared de piedra, ella se miró fijamente a sí misma. Había círculos oscuros delineando sus ojos, y líneas de preocupación y de miedo arrugaban su frente. Su pelo oscuro caía lánguidamente alrededor de ella. ¿Quién era esa chica que le devolvía la mirada?
Ella sintió que las lagrimas pinchaban sus ojos y ella tembló al recordar una vez mas los horrores que la atacaban mientras ella dormía. Ellos la atacaban y la aterrorizaban también mientras estaba despierta. Sus manos atadas, la respiración áspera y la sensación de un peso sobre su cuerpo.
Ella gritó y cayó al suelo en un montón cerca del pozo de agua, cubriéndose los oídos mientras un disparo hacia eco en su mente.
Ella sacudió la cabeza intentando desterrar las imágenes, los sonidos. Con un grito de angustia, ella bajó la cara a sus manos y comenzó a sollozar.
La puerta de la casa esta entreabierta mientras la señora Henry observaba la escena desplegarse ante ella.
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Sarah miro hacia fuera por la ventana de la sala de estar y no estuvo ni un poco sorprendida de oír que alguien se aproximaba. Ella sabia que no podría escapar de ellos todo el día. Se volteo despacio y vio a la señora Henry.
La mujer mayor sonrió con calidez. "Debe sentirse mucho mejor ahora que ya se ha bañado y cambiado."
Sarah asintió lentamente.
"Sarah, usted ha estado muy silenciosa todo el día, y me doy cuenta que resbalar en el corral fue vergonzoso, pero tengo el presentimiento de que eso no es lo único que la tiene silenciosa. No soy de los que se va por las ramas, así que se lo voy a decir. Sé que usted esta angustiada. Usted no duerme, apenas comió ayer y hoy día, y ahora usted esta teniendo pesadillas, no solamente mientras esta dormida, sino que cuando esta despierta. ¿Qué le pasa, niña, que la trastorna tanto? Sé que el que su padre haya recibido un balazo ha sido difícil, pero me parece que hay algo más. Una parte de mí cree que tiene que ver con su padre, pero no estoy segura. ¿Qué le ocurre?"
Sarah le sonrió levemente. "No pasa nada malo, de verdad. Sólo estoy cansada. He pasado por muchas cosas los últimos días".
La señora Henry no pareció convencida, pero pregunto "¿Esta segura de que usted esta bien, y de que no hay nada más?"
Sarah la miró a los ojos. "Estoy segura".
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Jareth casi gimió cuando escuchó la puerta de su cuarto abrirse. Estaba cansado de las preguntas de Elizabeth. ¿Podría la chica dejarlo en paz?
"Señor Charles, tenemos que hablar."
Jarrete se sorprendió de ver a la señora Henry de pie en el umbral. Ella llevaba puesto un delantal cubierto de harina, mantequilla y manchado con otros ingredientes de cocina.
"Estoy sorprendido de verle, señora Henry", le dijo Jareth.
"Bien, sí, no quise molestarlo. Esta claro que a usted no le gustan las visitas. Necesito hablar con usted. Mi conciencia lo demanda". Ella cerró la puerta detrás suyo.
Jareth arqueó una de sus cejas. "¿Su conciencia?"
"Sarah ha estado excepcionalmente callada hoy día y aparentemente ella salió de la cama temprano esta mañana sola a alimentar a los animales. Normalmente Jacob va con ella. Ella tuvo un accidente y se cayó en el chiquero, lo que la avergonzó, pero no creo que esa sea la verdadera razón de su silencio. Ella ha sido evasiva y me mintió directamente. Me miro a los ojos y me dijo que ella estaba segura de estar bien cuando yo sé que no es asi".
Jareth frunció el ceño. Esto era diferente a cuando Sarah creaba pequeñas mentiras para protegerlos del peligro.
La señora Henry observo los ojos desiguales de Jareth. "Señor Charles, ¿esta usted conciente de que su hija ha estado teniendo pesadillas?"
"¿Pesadillas?"
"¿Usted lo sabia, no es asi?"
Jareth inclinó la cabeza. "Sí y no."
"Me gustaría que usted me contara lo que le ocurrió a ella. Debe haber sido algo bastante traumático. Estoy segura de que el que usted casi falleciera no ayudó a las cosas, pero creo que algo más sucedi".
Los ojos de Jareth se estrecharon. "Si usted desea saberlo, deberá hablarlo con Sarah".
"Lo intenté y ella dijo que nada estaba mal. Ella esta mintiendo".
"¿Cómo puede usted estar tan segura?" demandó Jareth con enojo.
"Porque la encontré llorando en el pozo, si nada estuviera mal, ella no hubiera estado llorando."
Los ojos de Jareth se agrandaron. El pensamiento de Sarah llorando lo perturbaba. Tragó saliva.
"¿Ella estaba llorando?", él preguntó con suavidad.
La señora Henry asintió. "No le dejé saber que yo estaba allí, pero lo estaba. Ella no es mi hija y yo no quisiera pasar mis limites. Pero usted debe saberlo, señor Charles, que ella ha estado actuando para demostrar ser fuerte en su exterior, pero por dentro ella es un desastre. Lo reconozco porque yo solía hacer lo mismo. Usted es su padre y, pese que parezcan tener sus diferencias de vez en cuando, esta claro que ustedes se preocupan uno por el otro. Algo le pasó a ella y usted lo sabe. ¿Por qué no me lo dice?"
"Hacer eso seria ir en contra de los deseos de Sarah y yo no haré eso. Si ella quiere contarle, ella sabrá cuando este lista. Yo no se lo dire."
La señora Henry puso sus manos en sus caderas. "Así que, ¿usted conoce lo que la atormenta?"
"Sí, tengo una idea".
"¿Y aun así no hará nada para ayudarla? ¡Ella es su hija!"
Jareth hizo una mueca ante las palabras... su hija. Si sólo esa mujer supiera.
"Sarah pedirá ayuda cuando este lista y no antes". Él se volteó dando por terminada la conversación.
La señora Henry resopló y cerró la puerta de golpe detrás de ella al irse.
((()))
Esa noche la señora Henry permaneció acostada despierta al lado de su marido mientras escuchaba a Sarah sollozas suavemente en el cuarto junto al suyo. Ella la escuchó pronunciar oraciones completas ocasionalmente. A veces, ella no podía entenderles ningún sentido. Una palabra fue oída más de una vez... Jareth.
((()))
La señora Henry aporreó la masa con sus manos. "Elizabeth, ¿cuál dijiste que era el nombre del señor Charles?"
"Es Jareth, Mama, por qué?"
"Termina de preparar la masa por mi". Dijo la señora Henry y se encamino a la puerta trasera. Frunció el ceño al ver algo y se apresuró a salir por la puerta. Elizabeth observó a su madre salir precipitadamente hacia el pozo donde Sarah estaba sentada en el suelo, con la cabeza en las manos.
Sarah sintió que unos brazos la envolvían mientras ella sollozaba. Escuchó la voz de la señora Henry, suave y tranquilizadora en sus oídos. Ella intentó apartarse, pero la señora Henry no se lo permitió. El apretado abrazo la hizo llorar más fuerte mientras se volteaba y se permitía desahogarse todo lo que necesitaba.
Desde arriba, en una ventana del segundo piso de la casa, un Rey de los Goblins de salvaje cabellera observaba.
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Sarah no dijo nada al entrar a la habitación de Jareth. Ella había estado demasiado cansada, emocional y físicamente, para discutir con la señora Henry acerca de atender a Jareth. Ella sabia que mientras más tiempo estuviera apartada de su padre, más sospechoso sería.
Ella colocó la bandeja con la cena en la mesa con rapidez y se movió tan rápido como pudo hacia la puerta.
"Sarah..."
Sarah se estremeció. Su nombre dicho en voz alta por sus labios sonó como un disparo que retumbaba y explotaba junto a su oído. Ella se detuvo por un momento y luego siguió hacia la puerta.
"¿Por qué no me dijiste que estabas teniendo pesadillas?"
Ella suspiró y dio otro paso hacia la puerta.
"Sarah, te estoy hablando".
Ella se volteo. "Bien, yo ya termine de hablar. He tenido suficiente el día de hoy", ella dijo con cansancio.
"Le contaste a la señora Henry acerca de tus pesadillas, no es asi?" Había un leve indicio de dolor en su voz, pero Sarah la ignoró.
"Sí, ¿cómo lo sabes?"
"Te vi hablando con ella".
Sarah frunció el ceño y ella pareció sorprendida.
"Tuve un breve periodo de fuerza. No podía soportar estar un minuto más en esa cama. Fui a la ventana para tomar aire fresco y me saludó el sonido de tus sollozos y la visión de la señora Henry sosteniéndote en sus brazos. Yo solamente pude permanecer un rato en la ventana, pero vi que ustedes dos comenzaban a hablar. ¿Qué le contaste?"
"No es asunto tuyo."
"Pienso que si lo es. Especialmente, si las pesadillas tienen algo que ver conmigo".
Sarah resoplo. "Bueno, eso es algo propio de ti, pensar que estoy alterada por algo relacionado contigo."
Ella tiritó repentinamente y se abrazó a sí misma cuando la imagen de él cayendo del caballo llenó su mente.
Ella cerró sus ojos con fuerza.
Jareth sintió que su corazón saltaba en su garganta ante sus acciones.
Sarah sacudió la cabeza y abrió los ojos. Su expresión era helada, "Lo que yo sueño no es de tu maldita incumbencia."
"Me incumbe cuando mi nombre es murmurado más de una vez cuando lloras", Jareth la presiono
Los ojos de Sarah se agrandaron.
"Te escuché llorando anoche, cuando piensas que nadie puede escucharte. Escuché mi nombre más de una vez. ¿Con qué estabas soñando?", le preguntó con suavidad.
"Jareth, estoy cansada. No quiero hablar más de esto". Ella sacudió la cabeza y una mirada de agotamiento y de angustia tocaron sus rasgos.
Jareth sintió que su corazón golpeaba en su pecho. Se lamió los labios repentinamente secos. "Entonces hablaremos de otra cosa."
Sarah lucio ligeramente sorprendida de que él cambiara de tema tan fácilmente, pero no le demostró que le estaba agradecida.
"Nosotros no podemos seguir así. Sin hablar, ignorándonos uno al otro. Sólo nos hará parecer sospechosos."
"Deberías haber pensado en eso antes de empezar esto".
"Yo no comencé esto".
"Si, tu empezaste".
"No, yo no fui". Él suspir ante su expresión helada. "Quizás lo hice," él murmuro
Sarah elevó las cejas.
Jareth tomo aire profundamente. Repentinamente lució cansado. "Tu debes entender algo. Sentir preocupación por el bienestar de algún otro aparte de mí, no es algo a lo que yo esté acostumbrado."
Las cejas de Sarah se unieron. "¿Qué es lo que estas diciendo?", preguntó ella con cautela.
"Aunque yo no desee reconocerlo, debo hacerlo." Jareth suspiró profundamente. "Nos necesitamos uno al otro para volver a casa".
Los ojos de Sarah se estrecharon. "Tu dejaste tan claro como el cristal que no me necesitabas." Sarah puso sus manos en sus caderas.
"Estaba enojado. No quise decir lo que dije", le dijo Jareth, evitando hacer contacto visual.
Sarah pareció desconcertada."Oh, ¿justo como yo estaba enojada con Toby y no quise decir eso de que lo deseaba lejos y aun así tu te lo llevaste?"
"Sarah, eso fue diferente y tu lo sabes. Estaba atado por las reglas." Jareth levantó la mirada hacia ella con cautela.
"Desde donde yo lo veo no existe ninguna diferencia", ella escupió amargamente. "¿Por qué debería creerte? ¿Por qué debería aceptar que tu me necesitas después de lo que me dijiste? ¡Esta puede ser otra oportunidad para manipularme por tus propias razones egoístas!", ella grito
Jareth suspiro. Él vio las lagrimas en sus ojos, unas que ella no quiso que él viera. Ella estaba asustada y herida y el mayor causante de todo, sino el único, habia sido él. Sin siquiera querer hacerlo, él había tomado su venganza contra ella, y él estaba enojado consigo mismo por eso.
"Sarah, no puedo obligarte a nada. Lo que tu elijas creer será de tu propio acuerdo. Yo solamente sé que no podemos seguir viajando en la dirección que vamos. Tu sabes tan bien como yo que nos necesitamos uno al otro para volver a casa. Hasta que yo me sienta bien y mi magia regrese, yo sugiero una alianza."
"Una alianza", Sarah dijo llanamente y luego ella se rio.
Jareth ignoró su reacción. "Tenemos que engañar a esta gente solamente hasta que mi magia regrese".
"Oh, ¿y cuanto tiempo llevara eso?"
"Yo... no lo se "
"Oh, esto es adorable. Tu no lo sabes. Te vi hacer un cristal, si bien fue patético. ¿Cuánto tardará el resto en volver?"
"No lo sé, Sarah. Mucho más de lo que me gustaría, de eso estoy seguro." Él apartó la mirada de ella. "Una vez más, no tengo nada."
Los ojos de Sarah se agrandaron. "¿Qué quieres decir con que no tienes nada? Te vi hacer un cristal."
"Y como consecuencia de haber sido herido con hierro, esa pequeña cantidad de magia que había regresado a mi, se marcho"
Sarah sacudió la cabeza. Ella pareció cansada de nuevo. "No puedo creer esto..."
"Yo sugiero que nosotros actuemos de manera civilizada uno con el otro, para continuar con este engaño", le dijo Jareth.
"¿Y que pasará cuando tu estés mejor o la alianza termine? ¿Qué pasara entonces? ¡¿Tu actuarás como un completo imbécil de nuevo?!", le dijo ella.
Por un momento, Jareth no dijo nada. Él sólo la observó allí de pie sobre él, mirándolo fijamente.
"Cuando haya terminado y mi magia haya regresado, nosotros nos iremos a casa y partiremos por caminos separados." Él encontró su mirada y la miró profundamente a los ojos.
"Tu tienes mi palabra"
Continuara....
Traductor: Muchas gracias a Jenny Flint por sus comentarios y su animo. Jeje, miraré a ambos lados, no te preocupes. ¡Cuidate! Besos, Blaze.
