Nota del Autor: Gracias especiales a mi asombrosa beta, Scattered Logic. ¿Qué seria de mi historia sin ella? ¡Llena de errores y con comas faltantes! Tambien gracias a The Hooded Crow y a Lady Jaime por su apoyo.
"Consecuencias Inesperadas"
Capitulo 17: "Temor a la Oscuridad..."
Where do we go to stop remembering?
Where do we go to start again?
It's a fear of the dark she's feeding, through her tears as her heart despairs
And it tears her apart revealing, every piece, every part is scared
It's a fear of the dark she's feeding, in her mind it's beyond compare
For there's no turning back, no leaving, while her fear of the dark is there
"Fear of the Dark" Bob Catley
Sarah no estaba del todo sorprendida de escuchar a la mañana siguiente la lluvia golpear contra su ventana. Ella suspiró y decidió que probablemente debería ir a alimentar a los animales. No iba a ser divertido con la lluvia, pero sabia que debía hacerse.
Ella se vistió rápidamente en uno de los dos únicos vestidos limpios que tenia. Los otros necesitaban arreglarse ya que estaban demasiado pequeños en algunas partes.
Jareth no hizo una aparición sorpresa esa mañana y ella se descubrió ligeramente decepcionada. Aunque todavía Jareth la irritaba a veces, ella había esperado su compañía.
Ella alimentó sola a los animales. Trabajar adentro del granero no era tan malo, pero los cerdos, vacas y algunas de las cabras estaban en el exterior, lo que quería decir que ella tendría que arrastrar cubos pesados por el fango bajo la lluvia torrencial. Para cuando terminó, ella estaba empapada y temblando.
Jacob había estado juntando leña en el cobertizo cuando vio a Sarah caminando hacia la casa.
"Hermoso día, ¿no es así?" Le sonrió desde debajo de un sombrero amplio de color gris. El lucia tan empapado como ella lo estaba. La única cosa que estaba seca era la madera que él acarreaba y que había envuelto una especie de arpillera.
"Sencillamente encantador. Espero que no dure mucho." Ella le abrió la puerta y él sonrió agradeciendo mientras llevaba la madera a la casa.
"Nunca puede decirse en esta época del año. Tuvimos una primavera bastante seca el año pasado así-" Jacob se detuvo sobre sus pasos al entrar a la cocina.
El señor Charles estaba allí de pie, con una mano en sus caderas, y la otra a su lado sujetando flojamente una manta. Él miro airadamente a Jacob.
"Señor Charles", dijo Jacob tocándose el sombrero en saludo.
La señora Henry y Elizabeth se voltearon a observar la escena mientras preparaban el desayuno. Ellie y Abby siguieron haciendo biscochos como si nada interesante hubiera pasado.
Jareth estaba bien consciente de que no estaba solo. "Jacob". Él cabeceo.
Jareth se volteó a ver a Sarah quien estaba goteando agua por toda la cocina. "Traje una manta para ti, y el señor Henry encendió el fuego. Ven a calentarte antes de que te resfríes". Él abrió la manta lo mejor que pudo usando un solo brazo y cubrió con ella la figura temblorosa de Sarah.
"Sarah, debería cambiarse de vestido, antes de que se siente junto al fuego. Las ropas mojadas no le ayudaran mucho". Le dijo la señora Henry.
"El único otro vestido limpio que tengo esta demasiado pequeño en los brazos y temo rasgarlo," le dijo Sarah.
"Me temo que el clima me impedirá lavar ropa y colgarla hoy día". Dijo la señora Henry. "Elizabeth puede arreglar el vestido para usted después del desayuno"
La mandíbula de Elizabeth cayo. "Pero Mama, estoy trabajando en mi vestido azul"
"Tienes muchos vestidos, puedes esperar y terminar el vestido azul después de arreglar el de Sarah," dijo la señora Henry con firmeza.
Elizabeth fulminó a Sarah con la mirada.
"Mientras tanto, puedes venir a sentarte junto al fuego", le dijo Jareth. Miró a Jacob mientras ponía su brazo alrededor de los hombros de Sarah y la guiaba por la habitación.
Jacob los observó irse antes de voltearse hacia su madre y su hermana. "Traje más leña desde el cobertizo. Esta debería ser suficiente para el desayuno y para el almuerzo. Traeré algo más después, antes de la cena"
La señora Henry dejó a Elizabeth cocinando los huevos y fue hacia su hijo. "Gracias, Jacob. El clima se ha puesto horrible, ¿no es asi?"
"Si. Esperemos que aclare para la tarde o después. No puedo pintar los marcos de las ventanas con la lluvia."
"No, no podrás. ¿Por qué no vas arriba y te cambias antes de que te resfríes también? El desayuno estará listo dentro de poco"
Jacob asintió y puso la leña en una caja no lejos de la estufa.
Elizabeth podía sentir que le hervía la sangre. Jareth había estado en la cocina de pie un rato mientras esperaba a Sarah y él ni siquiera la había mirado ni hablado en el intertanto. Oh, y la manera en que puso su brazo alrededor de Sarah al conducirla por el cuarto. ¡Y su madre diciéndole que tenia que arreglar el vestido de Sarah!
Elizabeth podía sentir que la cara le enrojecía de ira. Ella oyó un chisporroteo y bajo la vista para ver que el huevo que estaba cocinando estaba listo. Ella sonrió con malicia, teniendo de repente una idea malévola. Ella miró a su madre y notó que ella estaba demasiado ocupada desenvolviendo la madera que Jacob había traído para prestarle atención. Sonriendo, ella puso su plan en acción.
-.--.--.--.--
Sarah bajó su rostro sobre la manta que sostenía alrededor de ella, mientras se sentaba en el suelo enfrente de la chimenea, Jareth la sorprendió al sentarse a su lado.
"¿Un poco más seca?" Él preguntó.
"Un poqqqquito". Sus dientes le castañetearon mientras hablaba y Jareth frunció el ceño.
Sarah observó mientras él se levantaba del piso y subía las escaleras desapareciendo.
El regresó un rato después para encontrar que había bajado su barbilla sobre el pecho mientras tiritaba. Cuidadosamente, él puso otra manta sobre sus hombros.
Sarah brincó y luego miró la manta que él le había dado. Ella frunció el ceño. "Jareth, este es el edredón de tu cama"
El sonrio. "Lo sé. Pero tu lo necesitas mucho más que mi cama ahora". Luego se sentó en una silla cercana.
Sarah lo observó por un momento antes de regresar su mirada a las llamas que se arremolinaban en la chimenea de ladrillos enfrente de ella. Ella nunca llegaría a entenderlo.
-.--.--.--.--
Para cuando el desayuno estuvo listo, Sarah ya se sentía un poco mejor. Aunque todavía necesitaba secarse, su vestido ya no estaba tan saturado de agua como lo estaba más temprano. Jareth la escoltó a la mesa y ambos se sentaron mientras la señora Henry y Elizabeth traían el desayuno.
Como siempre, Thomas ya estaba sentada a la mesa, con la servilleta en su regazo y un tenedor y un cuchillo de mantequilla en cada mano, mientras esperaba con impaciencia empezar a comer.
Sarah le sonrió mientras Jareth la ayudaba a tomar asiento. "Realmente amas el desayuno, ¿no es asi?"
Thomas asintio. "Es una de mis horas favoritas del día. Mis otra horas favoritas son el desayuno y el almuerzo"
Sara se rio.
Después de unos minutos, todos llegaron y se sentaron en la mesa.
Sarah se dio cuenta de que estaba hambrienta y llenó su plato de bizcochos, tocino y salchichas.
"¿Estás alimentando a un ejército, Sarah?" Jareth la embromo.
"Estoy hambrienta". Ella frunció el ceño y miro alrededor. "¿No he tomado demasiado, o si?"
La señora Henry negó con la cabeza. "Usted tome todo lo que quiera, niña. Usted comió como un pajarito la semana pasada".
Sarah sonrió y cortó su huevo usando su cuchillo y probó un bocado. Ella súbitamente comenzó a ahogarse y a toser. Los ojos comenzaron a llorarle mientras ella se golpeaba el pecho y comenzaba a atragantarse.
Jareth y Jacob se pusieron ambos de pie con alarma. Jareth le alcanzó un vaso de agua y pareció muy preocupado.
Ella lo recibió y se lo tomó rápidamente.
Elizabeth bajó la cabeza y sonri
Sarah tosió un par de veces más y se sentó hacia atrás en su silla. Ella limpió sus lágrimas y soltó un suspiro profundo.
Jareth se sentó, así como Jacob cuando se dieron cuenta que ella estaba bien.
"¿Sarah, que sucedio?" Le preguntó la señora Henry con preocupación.
"Tenia... demasiada pimienta"
"Usted tendrá que ser más cuidadosa la próxima vez que le coloque", la señora Henry la previno. "Usted podría haber muerto ahogada".
"Pero no recuerdo haberle puesto pimienta a mi comida. Rara vez la uso". Ella tosió de nuevo, su garganta estaba seca e irritada.
"Quizás no lo recuerda porque estaba muy ocupada apilando comida en su plato", le dijo Thomas con la boca llena de comida.
El sonido de vajilla golpeando porcelana llenó el aire cuando la señora Henry bajó su tenedor bruscamente sobre su plato. "Thomas Edgar Henry, ¿cuántas veces debo decirte que no debes hablas con la boca llena?"
"Lo siento, Mama", él le dijo, con la boca todavía llena de comida.
La señora Henry gruño.
Sarah sintió que una mano se deslizaba con gentileza sobre la suya. Era tibia y reconfortante. Ella se dio cuenta de que pertenecía a Jareth cuando reconoció el cuero suave de sus guantes.
"¿Te encuentras bien?", le susurró con suavidad.
Ella asintió "Creo que si" ella sintió que la mano de él apretaba la suya antes de retirarla. Sarah hizo a un lado su huevo y se conformó con tomar un bizcocho.
Jareth la observó para asegurarse que el episodio no se repetiría y cuando no fue así, él regresó su atención a su propia comida. Él comió en silencio y escuchó a los otros hablar. El señor Henry habló de las noticias de la tentativa de los británicos para asegurarse más territorio en Boston. La señora Henry le dijo que no hablara de política en la mesa. Ellos comentaron acerca del clima y otras tonterías y Jareth se perdió en sus propios pensamientos. Él miró a Elizabeth quien estaba cortando delicadamente su huevo y llevándosela a la boca. Ella le sonrió dulcemente cuando lo atrapó mirándola.
Él miró a Sarah quien repentinamente parecía haber perdido el apetito y estaba empujando los restos de su comida por el plato. Ella apenas había comido. Unas pocas mordidas de biscocho y la mitad de una salchicha. Entonces recordó algo. Elizabeth había sido quien le dio el huevo a Sarah y ella había sido particularmente firme de que ella tuviera uno en particular. Se sintió lleno de ira.
-.--.--.--.-
Jacob y Sarah jugaron una partida de ajedrez por un rato para combatir el aburrimiento. La lluvia no había parado y no había mucho que pudieran hacer adentro o afuera con ese clima. La señora Henry estaba volviéndolos locos a todos, haciéndoles mover una mano o un pie para quitar el polvo o fregar los pisos.
Después de que la partida terminó, Sarah se sentó cerca del fuego que crepitaba en la chimenea. Jareth estaba sentado en una silla leyendo un periódico y Sarah supo que él no estaba feliz de que ella pasara tiempo con Jacob. Aun había tensión entre los dos hombres y Sarah deseó que terminaran con lo que fuera que sucedía entre ellos.
Elizabeth bajó las escaleras un rato después. Ella arrojó una ropa a Sarah.
"Terminé tu estúpido vestido", le dijo a Sarah y dejó la habitación sin otra palabra.
Sarah frunció el ceño y recogió el vestido. Ella miró a Jareth quien tenia una pierna sobre el brazo de la silla. Él bajó el periódico que estaba leyendo y la miro.
"Me voy a colocar esto. El vestido que llevo todavía esta húmedo," le dijo a él.
Él asintió despacio y la observó mientras ella se levantaba de la silla y luego volvió a la lectura de su periódico.
Al cabo de un rato, Jareth dobló el periódico y lo dejó sobre la mesa de madera junto a él. Luego echó un vistazo al reloj del abuelo al pie de la escalera. Sintió como si Sarah se hubiese ido por demasiado tiempo. Se levantó de la silla y se dirigió lentamente hacia arriba. Levantó su mano y golpeó con gentileza en la puerta de Sarah.
"¿Sarah, estas ahí? Hace tiempo que te fuiste. ¿Esta todo bien?"
Una voz enfadada y alterada le contesto. "No, no todo esta bien. No voy a salir de esta habitación"
Jareth frunció el ceño. "¿Qué ocurre?"
La puerta se abrió de golpe y Jareth salto hacia atrás ligeramente sorprendido. La cara de Sarah estaba enrojecida de rabia, pero aparte de eso no vio nada malo.
"No veo por qué estás disgustada"
"Eso es porque yo lo cubri", ella resoplo. Ella sujetaba un pedazo de tela, y fue entonces que Jareth notó el mantón de color crema que tenia sobre los hombros y que sujetaba como si la vida le fuera en ello.
"No puede ser tan malo como lo haces ver. Déjame ver"
"¡De ninguna manera!"
"Sarah...," él ronroneó suavemente. Se le acercó un paso. "¿Qué es lo que sientes la necesidad de cubrir?"
"Ella lo arruino... lo arruinó totalmente y yo sé que lo hizo a propósito", le dijo Sarah.
Jareth frunció el ceño recordando como Elizabeth le había arrojado el vestido a Sarah. "¿Elizabeth le hizo algo a tu vestido?"
Sarah se abrió el mantón con ira. "Vaya, ¿pues tu que piensas?"
Los ojos de Jareth inmediatamente bajaron a donde Sarah sabia que ellos lo harían y ella enrojecio. Ella se cubrió de nuevo con rapidez.
"No luce tan mal", él le dijo, intentando suprimir una sonrisa.
"¡Pfft, sí, claro! Se suponía que ella arreglaría mi vestido y lo haría un poquito más grande, pero en vez de eso ella le agregó pedazos suplementarios de tela, de manera que es como 4 tallas demasiado grandes. ¡Ahora puedo encajar una ballena conmigo en este vestido! ¡Es enorme! ¡ No puedo andar por ahí en esto!"
Los ojos de Jareth cayeron sobre el mantón. El vestido le había brindado una visión encantadora de la elevación de sus senos y se sintió decepcionado de que no pudo verlos más tiempo.
"Aunque esta grande en algunos lugares menos deseables, yo diría que ajusta perfectamente en un lugar"
Sarah se ruborizó intensamente e hizo atrás la urgencia de abofetearlo. Él todavía no retiraba su vista de su pecho. Miraba fijamente el mantón como si aun pudiera ver lo que estaba oculto debajo. "¡Ugh, eres un hombre tan típico!" Le dijo Sarah y ella agarró mas firmemente el mantón.
Jareth se rió entre dientes suavemente y finalmente levantó la vista a sus ojos. "Soy un varón, Sarah, y no siempre es fácil resistirse a mirar a una mujer hermosa cuando esta enfrente de ti". Jareth observó el rubor de Sarah hacerse más profundo y él se preguntó de donde habría salido ese comentario. Aclaró su garganta. "Quizás sea mejor un cambio de escenario. Veré si puedo conseguirnos un abrigo para ir al granero sin mojarnos"
"¿Por qué al granero?" preguntó ella, luciendo confundida.
"Podríamos usar el tiempo para atender a Danarra. Darle una buena cepillada y tal vez llegar a conocernos el uno al otro un poco mejor". Sus ojos bajaron a su mantón por un momento y luego volvieron a sus ojos.
Sarah lo miro vacilante. Ella no estaba segura de si le gustaba la idea de Jareth y ella solos en el granero. ¿Y si él intentaba manipularla? ¿Y si él la hería y ella no podía manejarlo? ¿O si en realidad ella llegaba gustarle? "¿Cómo sé que no te aprovecharas de mi?, ella preguntó cautelosamente.
"¿Realmente no piensas muy bien de ti misma, no es asi?"
La mandíbula de Sarah cayó. "Bueno, yo sólo decía..."
"Todavía no confías en mi". Por un momento él pareció herido y luego una mascara de fría indiferencia aparecio.
"No me has dado razón para ello", ella replico.
"Quizás esta sea mi oportunidad de probártelo. Te doy mi palabra de que no me aprovecharé de ti. Simplemente busco tu compañía y una oportunidad de trabajar en nuestra amistad, nada más"
Sarah se quedó en silencio por un momento. ¿Podría ella confiar en él después de todo lo que había pasado entre ellos? Sin embargo, si ella no le daba una oportunidad de probárselo, ellos nunca llegarían a ninguna parte. Ella se mordió el labio. "Esta bien. Déjame ver si puedo encontrar un cinturón o algo para este vestido"
Jareth sonrió levemente. Aun si ella no le permitía mirarla, teniéndola toda para él prevendría que otros ojos masculinos entrometidos miraran lo que era suyo.
-.--.--.--.--
La lluvia continuaba azotando el techo de madera del granero mientras Jareth y Sarah trabajaban cada uno en un flanco diferente de Dan. El caballo castrado estaba parado pacientemente y masticaba feliz el heno que Jareth le había dado.
"Le gusta que lo mimen". Sarah sonrió mientras trabajaba en los enredos de las crines de Dan con un peine.
"Sin lugar a dudas el caballo no ha tenido una buena cepillada en mucho tiempo. No con esta cantidad de suciedad que sigue saliendo de su pelaje." Jareth le dijo con una sonrisa.
"Jacob dijo que los primeros días él no dejaba que nadie se le acercara. Encuentro extraño la manera en que se comportó bien con nosotros. Él era obstinado, pero no violento. Y ahora se comporta muy bien."
Jareth dejó de cepillar por un momento y frunció el ceño ante el nombre que Sarah menciono.
Ella se dio cuenta que él se había detenido y alzó la vista hacia él. "¿Que?", preguntó ella.
Él negó con la cabeza y siguió cepillando. "Nada"
Sarah suspiro. "Va a llevarme una eternidad desenredar esta maraña. Debería cortarle las crines"
Dan resopló en su heno y sacudió un poco la cabeza.
"Pienso que no le gusta esa idea". Le dijo Jareth.
"Bueno, Dan, tal vez si hubieras sido un poco más cooperativo, no estarías en esta situación", le dijo Sarah al caballo. Dan resopló de nuevo.
El silencio llenó el granero a excepción de los sonidos del cepillo sobre el pelaje de Dan, de la peineta que entraba en las crines, y un ocasional resoplido, relincho y otros ruidos del animal.
"Así que, ¿Tienes un color favorito o algo asi?"
Jareth levantó la cabeza y miró a Sarah. "¿Cómo dices?"
"Un color favorito"
"¿Un color favorito de que?" Él pareció perplejo.
Sarah suspiro. "¿Siempre tienes que hacer todo tan difícil?"
"Disculpa si no entiendo lo que me estás preguntando"
"Estoy intentando tener una pequeña charla contigo. Cuando las personas se conocen e intentan hacerse amigos, normalmente se preguntan lo que les gusta y lo que les disgusta. Color favorito, canción favorita, comida favorita. Cosas asi"
"Ah, ya veo. Tu deseas aprender más acerca de mi"
"Si"
"¿También se me permite hacer preguntas?", le preguntó Jareth, con una ceja más arqueada que la otra.
Sarah se encogió de hombros. "Seguro, ¿por qué no?"
"Mi color favorito..." Jareth colocó el cepillo en el lomo de Dan y pensó cuidadosamente. "Creo que nunca pensé en eso antes"
"Oh, vamos. ¡Todos tiene un color favorito! ¿Hay algún cierto color de ropas que prefieres usar sobre otra? ¿Te gusta decorar de un color determinado?"
"Bueno, siempre fui aficionado a vestirme en colores oscuros. Generalmente negro. Y me gusta el color rojo"
Sarah siguió trabajando en la maraña de crines de Dan mientras preguntaba. "¿Por qué el color rojo?"
"El color de la sangre". Jareth sonrió con burla. Echó la cabeza para atrás y se ri de la expresión de Sarah. "¿No es eso lo que esperabas escuchar?", le preguntó Jareth. "Sólo estaba bromeando". El se reclinó despacio contra la pared de la casilla. "Me gusta el rojo por una razón diferente. Cuando era un niño, me perdí en el interior del Laberinto. Ya vi esa sonrisa en tu cara y ya puedes irla quitando", Jareth la embromo.
Sarah se rió entre dientes. "Lo siento, es sólo que la idea de que tu estuviste perdido en el Laberinto... no parece posible".
"Bueno, eso sucedio. Una vez. Me aparté del castillo y me extravié bastante. Descubrí algo que no había previsto. Sepultado profundamente en el Laberinto había un jardín"
"¿Qué tipo de jardín?"
"Un jardín de rosas, extendiéndose todo lo que la vista podía alcanzar. Lo interesante era que no podía verse desde el castillo."
"¿Por qué no?"
"Estaba a punto de decirlo, Señorita Impaciencia". Él sonrió juguetonamente. "Estaba oculto por la magia y yo había tropezado con su entrada encantada por pura suerte. Yo estaba muy excitado a causa de eso y fue un hallazgo increíble para mi"
Jareth alejó la mirada y una leve sonrisa curvó sus labios. "Cuando yo era un niño, escuché un cuento sobre el amor de mi abuela por las rosas. Mi abuelo le dio un jardín inmenso lleno de ellas como un regalo de aniversario. Se dice que mi abuela las atendía diariamente y que ellas florecieron bajo su cuidado. Encontrar este jardín perdido fue una cosa maravillosa para mí, porque ella murió antes de que yo naciera". Jareth suspiró y su sonrisa se desvanecio. "Pero como el niño tonto que era, se lo conté a mi padre y él inmediatamente lo destruyo"
Los ojos de Sarah se agrandaron. "¡Oh, no! ¿Pero por que? ¿Acaso él no estaba feliz de saber que tu habías descubierto el jardín perdido de tu abuela?"
Jareth negó con la cabeza con tristeza.
"Eso solo lo hizo querer destruirlo aun más. Eso y el hecho de que mi padre odiaba cualquier cosa relacionada con la belleza, a excepción de las mujeres." Jareth se aclaró la garganta y sintió que había dicho más que suficiente. "Pero me gusta el rojo a causa de las rosas. ¿Cuál es tu color favorito?"
Sarah encontró difícil de recordar su propio color favorito después de oír la corta historia de Jareth. Ella se preguntó se había sido muy dura con Jareth en el pasado. Parecía que él había tenido también un pasado difícil, si su padre tenia aversión por su propia madre y si había destruido algo que Jareth aparentemente había amado. La perturbaba imaginar a Jareth de niño y su padre destruyendo algo que él amaba. Tan curiosa como había estado de saberla, Sarah ahora guardaría su curiosidad para otro día.
"Tengo tres colores favoritos. Azul, verde y púrpura"
"¿Por qué tres?" Preguntó Jareth.
"No lo se. Pienso que me gustan esos colores porque ellos tienen que ver con la fantasía. Dragones, criaturas míticas, son colores interesantes, colores reconfortantes. Agradables a la vista"
Jareth asintió y se movió hacia delante para recoger el cepillo.
"Tu cantas, ¿no es asi?", le preguntó Sarah.
"Sí, lo hago. En ocasiones", le dijo Jareth.
"¿Quién te enseñó a cantar?"
"Nadie me enseño. Yo nací con el talento"
"Bueno, perdóname", Sarah dijo, levantando una ceja.
Jareth ignoro a propósito su sarcasmo. "¿Y tu cantas?"
Sarah negó con la cabeza. "Oh, Dios, no"
"¿Por qué no? Tu tienes una voz encantadora al hablar, seguramente tu voz al cantar también es agradable"
"Je, tal vez agradable para una persona sorda", ella bromeo. "Amo la música, pero no puedo cantar"
"Es una lástima"
"¿Tienes alguna comida favorita?"
"Soy muy aficionado a un estofado del Reino Élfico. Olvide el nombre. Es difícil de pronunciar. ¿Y cuál es la tuya?"
"Me gusta comer las cosas típicas que a los adolescentes de mi edad. Comida chatarra, pizza, hamburguesas, pollo"
"Me temo que no conozco ninguna de esas cosas, a excepción del pollo".
"Esta bien. Yo no conozco ese estofado que mencionaste"
"Si no sabemos de lo que el otro esta hablando, ¿cuál es el propósito de hacer tales preguntas?"
"Porque cuando quieres llegar a conocer a alguien, es bueno conocer sus gustos y sus aversiones. Algunas de esas cosas los han hecho lo que son"
"¿Es incorrecto que te pregunte si tienes un pretendiente esperándote allá en el mundo mortal... en tu tiempo?" Jareth le preguntó dejando quieto el cepillo.
Sarah apartó la mirada por un momento.
"Si te he ofendido..."
"No lo has hecho. No tengo un pretendiente esperando por mí cuando regrese a casa. Él... me... él rompió conmigo"
"¿Rompió contigo?" Jareth frunció el ceño ante la expresión.
"Si, él prefirió a otra chica en vez de a mi"
"Lo siento", Jareth le dijo, aunque él no mostró ninguna compasión.
Sarah sacudió la cabeza. "No lo sientas. Él era un imbécil por el que me preocupe demasiado. La historia de mi vida, ¿sabes?. Me intereso por una persona y ellos me hacen daño " Ella regresó su atención a las crines de Dan. "No sé por qué eso aun me molesta"
Ella levantó la vista y él se sorprendió al ver lágrimas en sus ojos.
"¿Qué hay contigo? ¿Te espera una novia cuando vuelvas a casa?"
Jareth negó con la cabeza.
"¿No?"
"Hubo unas pocas en el pasado, pero ninguna funciono"
"¿Cuántas son unas pocas? Si tu eres un Fae, entonces probablemente eres inmortal. Debe haber habido un poco más que unas cuantas", Sarah se rió temblorosa.
"Fallo en ver cómo el decirte el número de mujeres con que he dormido pueda ayudar a nuestra amistad"
Sarah bajó la cabeza. "Lo lamento. Fue en verdad inapropiado de mi parte el preguntar. Solo sentí curiosidad"
"Esta bien. En realidad sólo fueron unas pocas. Solamente tres. Mi vida no me ha permitido tomar a muchas amantes", Jareth le dijo suavemente.
"Oh..." ella suspiró, medio aliviada por su respuesta. "Probablemente voy a golpearme por hacer esta pregunta, pero ¿qué edad tienes?"
Jareth sonrio. "Mi raza no utiliza el sistema de años que usan los mortales, pero yo estoy en mi sexta centuria."
"¿Tienes 500 años de edad?", la mandíbula de Sarah cayo.
Jareth asintio. "Si"
"¿Tu tienes 500 años de edad y no estas casado ni tienes un montón de chiquillos?" Sarah pareció estar escandalizada por hacer esa pregunta. "Lo lamento. No sé dónde están hoy día mis modales. Esa pregunta fue muy grosera de mi parte"
"No estoy ofendido. No he encontrado la mujer apropiada para asentarme, así como tu no has encontrado al hombre apropiado"
"Si, pero yo solamente tengo 17 años. Tu tienes 500"
"Soy inmortal, Sarah. La edad y el tiempo no significan nada para mi. ¿Tienes 17 años?"
Sarah asintio "cumpliré 18 años el 4 de Junio"
"Es muy interesante que los mortales recuerden y conserven la huella del día en que nacieron"
"¿No tienes un cumpleaños?" Ella pareció sorprendida.
"Estoy seguro de que tengo uno, yo nací después de todo. Sólo no he conservado la huella de ello. Dime, ¿cómo son los cumpleaños de los mortales?"
"Bien, depende de la persona. A algunas personas no les gusta celebrar su cumpleaños porque sólo sirve para recordarles que son un año más viejos. Otras personas hacen una fiesta o salen a almorzar o a cenar. Se entregan regalos o al menos una tarjeta. Generalmente también hay una canción de cumpleaños"
"¿Una canción de cumpleaños?" Él pareció confundido.
"Si. Feliz cumpleaños a ti... Feliz cumpleaños a ti." Ella se aclaró la garganta. "Uh, no importa"
Jareth sonrio. Su voz no era tan mala como ella lo hacia parecer. "Interesante"
Sarah sonrio.
"¿Por qué estas sonriendo?" Preguntó Jareth.
"Es sólo que no puedo creer que tienes 500 años. Me hace alucinar porque aunque yo sé que no has cambiado ni un poco en los últimos 3 años, todavía luces como si tuvieras treinta y tantos".
Jareth sonrió, pero luego dejó de hacerlo. "Siempre me veré asi. He alcanzado la plena madurez y aparte de que mi cabello crezca más largo o mis hábitos alimenticios sean diferentes, no cambiare. Mientras que tu..." su voz se desvanecio.
"¿Mientras que yo que? Voy a ponerme horrible y voy a morir tarde o temprano. Tu serás hermoso para siempre."
Jareth sonrió con malicia ante sus palabras. "¿Me encuentras atractivo?" Él se inclinó más cerca de Dan y miro a Sarah sobre el lomo del caballo.
"Yo no dije eso", le dijo Sarah. Ella odió sentir que sus mejillas quemaban.
"Ah, pero fue implícito", él sonrio
"Y tu eres en verdad horrible al cambiar el tema y pensar que puedes escaparte. ¿Qué ibas a decir acerca de mi?"
Él le brindó una sonrisa conocedora y luego cogió su barbilla con sus dedos enguantados. "Tu has cambiado desde la ultima vez que nos encontramos"
Le dio un vistazo. "Esta más alta, más delgada y supongo que un poco mas madura", la embromó con gentileza. La miro a los ojos, y se puso repentinamente serio. "Pero tu tienes más problemas, más preocupaciones. Veo eso en tus ojos"
Ella se apartó de él y de su mano. "Eso ocurre cuando creces. Ya no soy una niña"
Él la miró con cuidado. "No, tu no eres una niña. ¿Eso es lo que te aproblema? ¿Qué es lo que te preocupa, Sarah?", le preguntó Jareth.
Ella lucio repentinamente incómoda. "Mira, por favor, ¿podemos cambiar de tema?" Ella se movió con nerviosismo y asió el peine encajado en la crin de Dan.
"¿Se trata de tu madre o de mi? ¿Es por algo que pasó aquí? ¿Eso es lo que sueñas por la noche?", él la presiono
Los ojos de Jareth se agrandaron cuando ella lo empujó para pasar a Dan y dejo con rapidez la casilla. Él la observó correr a una parte lejana del granero, agarrando su vestido grande al desaparecer. Él soltó un suspiro profundo.
-.--.--.-
Ella observó la lluvia caer sin cesar. Si seguía así, ellos necesitarían construir un bote para no ir a la deriva. Sarah estaba demasiado ocupada observando la lluvia caer para notar que Jareth estaba apoyado contra una casilla de caballos, estudiándola. Ella estaba sentada en un tonel de madera, olvidada de todo excepto de la lluvia. Finalmente, ella bajo la cabeza, y notó algo con el rabillo del ojo. Se dio vuelta y miró a Jareth.
"¿Hace cuánto tiempo que estas alli?"
El caminó hacia ella lentamente, su voz fue muy baja. "Suficiente tiempo". Él podía ver las lágrimas en sus ojos. Se maldijo a sí mismo por haberla lastimado otra vez.
El se movió hasta quedar de pie junto a ella, con una mano en el bolsillo y la otra flojamente a su lado mientras miraba la lluvia. "Vine a disculparme"
La mandíbula de Sarah cayo. "¿Que?"
Jareth se volteó despacio a verla. "Disculparme, pedir perdón, decir que lo lamento".
"Sé lo que quiere decir una disculpa"
"¿Entonces la aceptas o no?", le preguntó con frialdad.
"Depende de por qué te estas disculpando", ella le dijo levantando el mentón.
"Mi comportamiento inquisitivo. No era mi intención incomodarte." Su voz bajo al mirarla a los ojos "Tienes mis disculpas"
Sarah miro fijamente a Jareth con curiosidad por un momento. Él parecía sincero y había mantenido su palabra. A excepción de su ultima conversación en que él la había presionado demasiado, su tarde con él había sido agradable. "Bien, entonces acepto tus disculpas".
Jareth cabeceo. "Bien", miró afuera hacia la lluvia por un rato y luego miró de nuevo a Sarah. "Probablemente nos hemos perdido el almuerzo y a menos que queramos perdernos también la cena, deberíamos alimentar los animales e irnos a la casa"
Sarah asintio
-.--.--.-
"Ahí están ustedes dos", dijo la señora Henry al ver a Jareth y a Sarah entrar por la parte de atrás a la cocina.
"Estuvimos cepillando a Dan y alimentando a los animales. Mmm, algo huele bien" Sarah sonrio
"Tenemos chuletas de cordero para la cena. Estarán listas como en 15 minutos"
Sarah asintió, y Jareth y ella fueron hacia la sala de estar y casi chocaron con Elizabeth. Sarah frunció el ceño al ver el moretón grande que tenia encima del ojo. "Elizabeth, ¿qué te sucedió?"
"¡Alguien amarró los cordones de mis zapatos juntos y me cai!" Ella grito.
"Nadie amarró tus cordones juntos, Elizabeth, no vayas inventando historias. Si te tropezaste al bajar las escaleras sólo admítelo." Le dijo la señora Henry. "Todos tenemos momentos embarazosos"
"Los tenemos," Elizabeth dijo bajando la voz y mirando directamente a los ojos a Sarah. "Al menos mi momento no fue tumbada en el fango sobre mi estómago en la porqueriza." Elizabeth se apartó el cabello rubio hacia atrás y se alejo.
"¿De que se trataría todo eso?" Sarah le preguntó a Jareth cuando él la escoltó desde la cocina. Luego ella notó la mirada en sus ojos. "¿Tu fuiste el que ató sus zapatos juntos, no es asi?"
"No esperé que ella se cayera y se hiriera, pero no toleraré gente que ofende a los que me imp-..." él terminó abruptamente la frase y comenzó una nueva. "Ella puso pimienta en tu huevo e hizo que tu te atoraras. Te podrías haber lastimado. Tuve que tomar represalias", le dijo a ella.
"¿Cómo sabes que ella hizo eso?"
"Porque ella fue muy insistente de que tu tuvieras un huevo en especial y pareció demasiado satisfecha al sentarse en la mesa"
"Aprecio que veas por mí, pero puedo cuidar de mi misma. No quiero ponerme a su nivel. Obviamente tu le gustas y tu la usaste. ¿Puedes culparla por sentirse disgustada?", le preguntó Sarah.
"Lo que pasó entre ella y yo no te involucra a ti. Ella no tiene ningún derecho a hacerte jugarretas. No lo permitir
Sarah sacudió la cabeza. Él ya había tomado su decisión y no la cambiaria.
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La cena se arrastró con lentitud para Sarah. Ella tenia muchas cosas en la mente y comer no era una de ellas. Jareth la atendió excesivamente y ella podía decir por la mirada en el rostro de Jacob que él tampoco estaba contento con su falta de apetito.
Ella tomó unos bocados de sus papas, y luego tomando su plato y su vaso se levantó de la mesa. "Gracias por la cena", le dijo a la señora Henry.
"¿No le gustaron las chuletas de cordero?", le preguntó la mujer mayor.
Sarh sacudió la cabeza. "Estaban deliciosas... yo... solamente no tenia mucha hambre. Si usted me excusa". Ella llevó su plato y su vaso a la cocina y puso los vegetales en un cubo para los cerdos y la carne en otro cubo para los perros. Ella puso su plato en el lavadero y, sin hacer contacto visual con ninguno, se dirigió al segundo piso.
Jareth se limpió la boca con la servilleta, y empujando su silla, se puso de pie. "Si ustedes me excusan," dijo él. "Señora Henry, la cena estuvo excelente"
Todos en la mesa observaron cuando Jareth subió las escaleras. La señora Henry y Jacob se miraron uno al otro. El señor Henry comenzó a hablar como si nada hubiera pasado.
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"¿Sarah, te encuentras bien?" Jareth golpeó a su puerta. Ella parecía estar bien cuando estaban en el granero aunque no había dicho una palabra en la cena y no había comido mucho. "¿Sarah?"
La puerta se abrió lentamente para revelar a Sarah, ella ya se había cambiado su vestido y llevaba puesto un camisón. Ella se apoyó contra la puerta con un suspiro.
"¿Te encuentras bien?", le preguntó él de nuevo.
Francamente, ella no sabia que contestarle. Ella sencillamente se hizo a un lado para que él entrara.
Jareth entró cautelosamente y cerró la puerta detrás de él. Observó a Sarah pasearse por el cuarto como un animal enjaulado.
Sarah inhalo profundamente mientras se paseaba. Ella tenia que saber la verdad y lo más probable es que Jareth se la diría, incluso si el saberlo le hiciera daño. "Si te pregunto algo, ¿me dirás la verdad?"
Jareth pareció un poco sorprendido por la pregunta. "Por supuesto que si"
"¿Hice algo malo?", ella preguntó suavemente.
Las cejas de Jareth se unieron en confusión. "Sarah, me confundes. Yo debería hacerte esa pregunta. Tu eres la que ha estado callada y no ha comido"
"Debo haber hecho algo que estuvo mal...", ella dijo suavemente mientras se paseaba.
Jareth la observo. "Sarah, no sé de lo que estas hablando"
Ella se detuvo y lo miro. "¿Ellos dijeron algo acerca de mi?"
"¿Quiénes? ¿De quién estas hablando, Sarah?"
"Evan... los soldados"
Jareth frunció el ceño. ¿Por qué ella estaba pensando en eso? Ya habían pasado dos semanas o algo así desde que ellos habían estado en el campamento británico.
"¿Hablaban ellos de mi? Debe haber habido algo que yo hice mal"
"Sarah, tienes que estar bromeando" la boca de Jareth se abrió un poco ante su expresión. Ella estaba seria.
"¿Por qué más querría Evan violarme a menos que yo hubiera hecho algo malo?"
"Sarah, ¿cómo puedes sugerir que fue algo que tu hiciste?" Jareth la miro horrorizado. "No fue tu culpa"
Había lágrimas en sus ojos cuando ella alzó la vista hacia él. "Pero tiene que ser... ¿por qué más él querría hacerme daño de tal modo, a menos que yo hubiese hecho algo malo? ¿Lo ofendí de algún modo?" Ella se sentó al final de la cama.
Jareth se dio cuenta que ella estaba temblando. Sus manos se estremecían en su regazo. Sin pensarlo, él se sentó junto a ella y cubrió sus manos con las propias.
"Sarah, Evan era un hombre enfermo y torcido que intentó violarte con el propósito exclusivo de intentar ser ascendido de rango en el ejército británico." Jareth se inclinó hacia delante y la miró a los ojos. "El Coronel Rochester le ordenó violarte y Evan estaba demasiado dispuesto. Hay algunos hombres que disfrutan lastimando a las mujeres cuando tienen la oportunidad. Evan era uno de ellos"
"¡Todo lo que quieres hacer es lastimarme! ¡TE ODIO!"
Las palabras enfadadas de Sarah repentinamente hicieron eco a través de la mente de Jareth. Aunque él no le había hecho daño físicamente a Sarah, aun así le había hecho daño, muchas veces. Él no era mucho mejor que Evan. Él bajó la cabeza por un momento, sintiéndose culpable por su comportamiento. La voz de Sarah interrumpió sus pensamientos y levantó la cabeza para mirarla.
"¿Se lo ordenaron?"
Jareth asintio. "Si, ¿no recuerdas que el Coronel Rochester lo mencionó esa mañana cuando escapamos?"
Sarah negó con la cabeza. "No recuerdo mucho de esa mañana... estaba tan aturdida. Todo lo que recuerdo es a ti recibiendo el balazo". Una lágrima resbaló por su mejilla.
Jareth sintió que le dolía el corazón.
"No fue tu culpa, Sarah. El Coronel Rochester lo utilizó para atraparme. Él quería arrasar con nuestro engaño y hacerlo público porque él quería ser el jefe. Él quería sentarse en la silla grande, como tu dijiste"
"Entonces fue mi culpa que nos desenmascararan..." Otra lágrima se deslizó abajo por su cara.
Jareth sacudió la cabeza. "No, Sarah, NO fue tu culpa. No hay nadie a quien culpar"
"¿No has escuchado una palabra de lo que te he dicho?" Él se esforzó por mantener la cólera y la provocación fuera de su voz. "Tu querías la verdad y te la digo y aun así la niegas. No es algo que tu hiciste." Él se estiró y la agarró con ambos manos, ignorando el dolor de su brazo y de su hombro, y la sacudió con cuidado.
El movimiento fue todo lo que se necesitaba para que ella perdiera el control y rompiera a llorar. Jareth la observo por un momento, inseguro acerca de que hacer. Vacilante, él le puso una mano en la espalda y la empujo hacia si. Sintió que ella enterraba su cara en él y bajando su brazo herido para apartarlo de ella, la abrazó con su otro brazo.
La culpa lo apuñaló mientras la sostenía. Él de nuevo había mencionado sus pesadillas en la tarde y la había presionado más allá de lo que ella podía hablar con comodidad acerca de eso. ¿La había lastimado de nuevo? El cerró los ojos y cambio de posición, acercándola más.
Lentamente, sus sollozos disminuyeron y ella reposo fatigadamente contra él. Él la ayudó a acostarse en la cama.
"Estas cansada y confundida", le dijo suavemente. "Duerme y te sentirás mejor en la mañana. Todo estará más claro entonces"
Ella asintió hipando y él jaló las mantas sobre ella. Ella colocó su mano sobre su pecho y descansó su mejilla llena de lágrimas en la almohada. El agotamiento la alcanzó y minutos después ella estaba durmiendo.
Jareth se paso la mano por el pelo. La visión de ella tan vulnerable lo molestaba. Sarah era una mortal fuerte. La mas fuerte que él había conocido. Verla desmoronarse lo desconcertaba.
Sentándose junto a ella, él se inclino hacia atrás con cuidado contra la cabecera de la cama y se preparó a pasar una larga noche.
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La lluvia todavía caía cuando Sarah se despertó a la mañana siguiente. Ella podía ver el agua correr por la ventana y la hacia pensar en llanto. Quizás la tierra estaba de luto... la sangre llenaba los campos... filas y filas de cruces...
Ella se restregó los ojos y se dio la vuelta, casi chocando con algo... o mejor dicho... alguien.
Abrió los ojos cuando su mejilla rozó algo cálido y al mirar hacia arriba vio a Jareth sentado junto a ella en la cama. Él la estaba mirando fijamente.
"Buenos días. Espero que hayas dormido bien", él la saludo
Sarah lo miro con curiosidad. "¿Te... quedaste toda la noche?"
Él asintió y se lamió los labios, que se le habían secado.
"¿Por que?"
Jareth lo considero. ¿Por qué se había quedado?
"¿Jareth?"
"Estabas perturbada, no quise dejarte sola" Él tosió y aclaró su garganta. "¿Cómo te sientes esta mañana?"
"Un poco mejor" frunció el ceño. "Es sólo..."
Él suspiro. Sabia en lo que ella estaba pensando. "Debes dejar de pensar en la violación. Demos gracias que Evan no cumplió con su misión y que la razón detrás de ella no fue culpa tuya. Por atemorizante que haya sido, tienes que dejarle ir". El dejó salir un suspiro profundo. "De otra manera, te consumira" él la observó con tristeza por un momento como si supiera exactamente lo que ella estaba sintiendo.
Jareth se inclinó hacia delante y colocó un pequeño mechón de cabello que había escapado de su cola de caballo durante la noche detrás de su oreja. Él inclinó la cabeza y la miro cautelosamente. "¿Por qué llevas así el cabello?"
Sarah se sorprendió por la pregunta. "Así es como las otras mujeres usan su cabello. Yo quise encajar".
El lentamente peinó con sus dedos su cola de caballo un par de veces antes de devolver su mano a su lado. "Este ha sido nuestro problema. Tratamos con demasiada fuerza de encajar aquí y lentamente estamos perdiendo el sentido de quienes somos. Somos diferentes a ellos, Sarah. Siempre lo seremos y es tonto ocultarlo. No podemos ser nosotros completamente, pero esta mal el esconderlo." Su voz se hizo tan suave que ella tuvo que esforzarse en escuchar sus palabras. "Tu siempre lo usabas suelto..." él estaba mirando de nuevo su cabello.
Ella suspiro
Jareth la observo por un momento antes de hablar. "Los animales necesitan ser alimentados. Te dejaré para que puedas cambiarte. Te esperaré abajo y los alimentaremos juntos. ¿De acuerdo?"
Sarah cabeceó despacio.
Jareth se bajó de la cama y caminó hacia la puerta, dando a Sarah un último vistazo antes de abrir la puerta y desaparecer en el pasillo.
Ella dejó escapar un suspiro estremecido.
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Jareth estaba mirando con fijeza algo sobre la chimenea cuando Sarah descendió las escaleras. Él escucho crujir los escalones de madera y se dio vuelta. Una sonrisa curvó sus labios. Sarah se había cambiado y puesto un vestido que había usado anteayer y su largo cabello oscuro caía en cascadas por sus hombros.
Jareth fue hacia ella y le sonrio. "Esta es la Sarah que yo recuerdo", le dijo. Incapaz de contenerse, cayó en la tentación de examinarla de pies a cabeza. Dándose cuenta que el silencio había aumentado, se aclaró la garganta. "¿Nos vamos?"
Sarah asintió lentamente y juntos se encaminaron hacia el granero.
Nota del Traductor: Muchas gracias a Jenny Flint por su aliento. Jeje, verdad que con tanta detalle esta historia me da trabajo, y que asi esta pintada para una película. Tu tambien cuidate. Y gracias de nuevo.
(Aunque el mayor problema me lo da ffnet, teniendo que estar quitando acentos a propósito)
