"Consecuencias Inesperadas"
Escrito por Cormak3032 --- Traducido por BlazeVein
Capítulo 19: "Sentimientos Incómodos"
Ella podía sentir el peso de su mirada en la espalda mientras alistaba el alimento para los caballos. Casi inmediatamente, hubo un silencio tirante entre ellos como el presente toda la mañana.
Ella había descendido la escalera con los ojos mirando el piso.
La sonrisa de Jareth se había desvanecido y él la observó con curiosidad como ella rehuía mirarlo. Él le hizo varias preguntas a las que ella contestó con frases cortas. Y ahora en el granero, ella no le había dicho nada en absoluto.
Jareth finalmente tuvo suficiente. "¿Pasa algo malo?". Él apareció junto al hombro de Sarah causando que ella brincara de sorpresa. Ella ni siquiera lo había escuchado llegar.
"N-no". Ella le dio un vistazo rápidamente, rehusando el contacto visual y luego apartando la mirada.
"¿Y por qué no te creo? ¿Por qué no me miras a los ojos? ¿Te han dicho algo más los Henry acerca de nuestro engaño? ¿Ellos te han dicho algo inquietante y es por eso que me ignoras?
"Yo no te ignoro". Ella finalmente lo miró a los ojos y lo lamento. Su rostro estaba a unas pulgadas del suyo; ella sintió su aliento cálido mezclarse con el de ella y esto la hizo temblar.
"Sí, lo haces", él susurró suavemente.
Ella se apartó de él con brusquedad y Jareth solamente pudo verla marcharse.
"¿Te he ofendido de alguna manera?" Él estaba completamente perplejo por su actitud.
"No", ella le dijo, dándole la espalda.
"Por favor, sólo déjame sola". Ella se volteó hacia él, mirándolo a los ojos por un breve momento antes de llevar su mirada al suelo, a los caballos, a cualquier parte menos a él. "Yo... yo necesito tiempo para pensar. No es por ti... es por todo y por todas las cosas. Yo necesito pensar... sola".
Jareth frunció el ceño. "¿No deseas hablar sobre ello?"
"¡No! Sólo quiero que me dejen sola", ella repitió con firmeza.
Jareth no dijo nada durante un momento mientras la miraba. Ella estaba agitada por algo, pero él no tenia idea de lo que era.
Él asintió lentamente. "Muy bien, como lo desees". La observó un momento más, viéndola dirigir su atención a lo que estaba haciendo ignorando su presencia totalmente. Sin añadir otra palabra, él abandonó el granero.
Ella lo oyó marcharse. Escuchó el chirrido de la puerta del granero al cerrarse detrás de él y dejarla en silencio. El silencio fue desquiciante y ella pateó un cubo de lata cercano, obteniendo una pequeña satisfacción al observarlo chocar contra el establo a unas pocas yardas de distancia.
Ella golpeó con sus puños sobre la madera de la puerta de una casilla, asustando al pobre caballo del interior casi hasta morir. Descansó la espalda contra la puerta y dejó caer su rostro en sus manos. "¿Qué pasa conmigo?¿Por qué estoy tan tensa?¿Tan exasperada? Era sólo Jareth. Sólo Jareth..." ella se dijo a sí misma, pero no funciono. Ella se deslizó a lo largo de la puerta hasta que su trasero golpeó el piso sucio y suspiró.
Sus ojos se nublaron de lágrimas mientras ella pensaba en él. Él había parecido genuinamente preocupado por su comportamiento y ella lo había apartado. No comprendió que él era la causa de su comportamiento. Demonios, ni siquiera ella misma se entendía.
'Él es tan apuesto... ese cabello salvaje, esos ojos... yo podría ahogarme en esos ojos... ¡Oh, Dios Mío, vuelve a la realidad! ¡Escucha lo que dices! ¡Él es el Rey de los Goblins por el amor de Dios! Él robó a tu hermano y te hizo pasar por 13 horas de infierno para llegar a él. No se trata de un chico de la escuela con quien yo haya tenido una posibilidad mínimamente decente de salir... Yo nunca le gustaré en realidad... él me esta utilizando...'
Ella suspiró profundamente. ¿De dónde había salido todo eso? Con seguridad ella no podía gustarle a Jareth. Él iba a hacerle daño y a usarla para sus propios propósitos egoístas.
'¿Pero y qué pasaría si yo le gustara?... sólo hipotéticamente hablando... El todavía es un Fae, ¡Oh, Dios, de 500 años de edad! Yo soy un infante comparada con él... ¿Qué podría ver él en mi? Nada... ¡Absolutamente nada!'
Ella comenzó a llorar entonces y enterró la cara en sus manos, los sollozos fueron feos y ruidosos. Ella reconoció la verdad en su sueño. Ella se estaba enamorando de él... de Jareth, el Rey de los Goblins.
Algo tocó su hombro levemente y ella saltó. Ella abrió los ojos y todo era brillante a su alrededor. Se sintió mareada y sus miembros se sentían pesados. Cuero suave acarició su mejilla y la forzó a despertar completamente. Todo era nebuloso, ella lentamente pudo distinguir la cara de Jareth, cerca de la suya. Él estaba agachado frente a ella comiendo una manzana. Él inclinó la cabeza y la observó con curiosidad.
Ella se dio vuelta y miro alrededor, dándose cuenta que estaba en el granero. Ella estaba caída contra una de las puertas de los establos y estaba sentada en la tierra. Comprendió que se había quedado dormida después de haber llorado.
Jareth no le preguntó si estaba bien. Él la jaló de una de sus manos y la puso de pie con rudeza. "Tu me seguirás", él ordeno.
Sarah parpadeo.
Cuando ella no lo siguió enseguida, él la jaló detrás suyo.
"¡Hey, déjame ir! ¡Me estas lastimando!! Ella trató de zafarse de su agarre, pero él se rehusó a liberarla.
"No me hagas cargarte", le dijo a ella.
Sus ojos se agrandaron. "¡No te atreverías! ¡Y de todas manera no puedes por tu hombro!", ella replico.
Jareth se volteó y la miró, sus ojos se estrecharon y su mirar fue helado. "Puedo y lo haré si es necesario. ¿Quién esta actuando ahora como una niña?"
Sarah no dijo nada mientras la jalaba detrás de él, su apretón se había aflojado un poco. Ella lo siguió al bosque, sus pasos eran pesados y enfadados.
"¿Adónde me estas llevando?", ella le preguntó con irritación.
Fue entonces que él la soltó y ella lo miró en total confusión. Él estaba parado allí con las manos en las caderas, solamente mirándola fijamente.
Su mirada fija acobardaba y ella apartó la vista, notando algo que no había visto antes. Justo a una corta distancia había un estanque. Sarah dio unos pasos para acercarse, notando algo más, una manta estaba extendida en el suelo y una pequeña canasta estaba situada en el centro. Ella tomó aliento y luego miró con cautela a Jareth.
"¿D-de qué se trata todo esto?"
La expresión de Jareth era calmada al mirarla. "Tu te perdiste el desayuno y el almuerzo. Necesitas comer. Tu pediste que te dejaran sola y ha sido arreglado. Nadie te molestara aquí." Él la observó por un momento y luego comenzó a alejarse.
Sarah se quedó con la boca abierta al verlo irse. Su mano se levantó en el aire y ella dio unos pasos hacia su figura en retirada. "Espera..."
Él siguió caminando.
"¡Por favor, no te vayas!"
Él se volteó a mirarla y tenia una expresión circunspecta.
Ella dio unos pasos inestables hacia él. "No quiero estar sola... no en realidad... me hace pensar y eso estuvo mal".
Las cejas de él se elevaron. "¿Pensar es malo?"
Ella cabeceó y no se ofreció a dar mas explicaciones. "Yo no fui veraz contigo antes. Quiero hablar... y no quiero estar sola."
Jareth la miro cautelosamente. "¿Estas segura?"
Ella asintió y lo miro venir hacia ella.
Él se detuvo frente a ella y su expresión fría se desheló cuando una sonrisa astuta estiró sus labios. "Estaba esperando que me pidieras quedarme"
"¿Lo harás?"
Él asintió y Sarah sintió que su corazón daba un salto.
Las cosas fueron bastante tensas al principio, como Sarah esperaba. Jareth había empacado suficiente comida para ambos y ellos comieron en silencio.
Sarah siguió notando detalles acerca de él. La manera en que su salvaje cabello rubio caía alrededor de él en mechones suaves y delicados, la línea delgada y cruel de sus labios, cuan suaves parecían y cuan endemoniadamente pasmoso debía ser sentirlos contra los suyos.
Sarah se ruborizó por tener tales pensamientos y apartó la mirada e imágenes de su sueño se esparcieron en su mente. Ella cambió de posición incómoda en la manta y miro al estanque por un momento para serenarse. Con cuidado, volvió a mirar a Jareth.
Él estaba mirando hacia el lago, reposando sobre la manta, con la espalda apoyada en una roca, una rodilla contra su pecho. Sus ojos desiguales eran hermosos cuando él no estaba enojado o arrogante. Uno de color azul calmado y frío, mientras que el otro era de color avellana, cálido y acogedor.
Sus ojos se encontraron abruptamente con los suyos y él la miró con una expresión extraña.
Sarah se dio cuenta que él había atrapado examinándolo y ella maldijo cuando sintió sus mejillas calientes y ruborizadas.
Jareth estaba divertido y complacido por su reacción, pero lo dejó pasar sin mencionarlo. Ella lo había mirado de una manera que nunca hizo antes y él estaba inseguro de cómo reaccionar.
"Él me pidió disculpas", dijo Jareth calladamente, rompiendo el tirante silencio.
Sarah se aclaró la garganta. "Um... ¿Quién?"
Jareth suspiro. "Jacob"
"¿Jacob se disculpo?¿Por que?"
Ella sintió que la disculpa era inesperada, aunque ella recordó a Jacob diciendo que deseaba pedir disculpas a Jareth.
"Por perder la calma", le dijo Jareth estirando sus piernas frente a él sobre la manta. "Él estaba enfadado por nuestro pequeño engaño y sintió que había descargado su ira contra mi. Él quería arreglar las cosas entre nosotros."
Sarah asintió y la inquietud que había sentido desapareció. "Él es un hombre bueno".
Jareth la observo cuidadosamente. "Lo es". Él observó como sus palabras trajeron una sonrisa a la cara de ella y él intentó sonreírle de regreso.
Sarah repentinamente miro a lo lejos otra vez. "Lamento lo de esta mañana. Yo-"
Él sacudió la cabeza. "Ya lo he olvidado y tu también deberías hacerlo." Le dijo él. Ella sonrió tímidamente y Jareth sintió que se quedaba sin aliento.
El sol estaba bajando en el horizonte, las pocas nubes que quedaban se vieron de un color naranja brillante contra el cielo azul. El cielo se reflejaba en el lago, posando como la imagen perfecta detrás de Sarah.
Pero Jareth no notó en realidad el cielo. Todo lo que podía ver era a la mujer enfrente de él. Ella había estado usando el cabello suelto como él lo prefería. Las hebras largas, oscuras y sedosas, bajaban en cascada por sus hombros, desbordándose sobre sus pechos, urgiéndolo a recorrer su cabello con sus dedos. Él sintió que la mano le picaba en donde descansaba a su lado, y tragó con fuerza cuando al levantar la vista sus ojos se encontraron.
"Se está oscureciendo. Deberíamos regresar a la casa", le dijo a ella calladamente.
Ella asintio. Suspiró y miró a lo lejos para ver la puesta de sol por un momento antes de ayudarlo a reunir las cosas en la canasta y doblar la manta. "Aun tengo que alimentar a los animales", ella le recordó.
"Yo lo hare. Tu ve a la casa, refréscate, y ayuda a la señora Henry"
Sarah vacilo. "Pero ella todavía esta enojada", ella comenzo.
"Ya sé que ella todavía está enojada, pero no tanto, ya que ella no te hubiera empacado el almuerzo", le dijo él arqueando una ceja.
Los ojos de Sarah se agrandaron y Jareth se rio.
"¿Quién piensas que empacó la comida?"
"Yo pensé que fuiste tu", le dijo ella.
"Yo estaría gastando el piso de la sala de estar y tu todavía estarías durmiendo en el granero, si no fuera por la señora Henry. Ella se dio cuenta que tu habías perdido dos comidas y ella me dio la cesta con comida para traértela". Él observó su cabeceo, pero notó la decepción en sus ojos.
"Sin embargo, el picnic fue mi idea", añadió él con los ojos brillando.
Ella sonrió tímidamente. "Esta bien. Me lavaré y ayudaré a la señora Henry. Seria equivocado el evitarla. ¿Serás capaz de arreglártelas para alimentar a los animales tu solo? Me refiero a tu hombro..."
"Estoy seguro de que puedo convencer a Thomas para que me ayude". Él sonrió con afectación.
Sarah se rio.
Cuando unos cuantos días pasaron, la tensión comenzó a desvanecerse. Jareth y Sarah siguieron haciendo las labores juntos. Para Sarah, las cosas lentamente regresaron a la normalidad cuando su incomodidad en torno a Jareth disminuyo. Ella se permitió el reconocer que sentía algo por él y que esos sentimientos no se irían con facilidad.
Jareth notó también su tranquilidad en torno a él, y comenzó a relajarse. Él comenzó a notar cosas sobre Sarah y obtuvo satisfacción al dejarle saber de esas cosas. Con frecuencia se salía de lo que hacia para asegurarse de que Sarah supiera que lucia hermosa y que lo complacía con algo que ella había hecho. A menudo le decía cuan hermosa lucia en un vestido, aun si ella venia recién del granero toda cubierta de polvo y de heno.
La señora Henry comenzó a dejar su desconfianza de lado. Mientras más se daba cuenta de que Jareth y Sarah no quisieron dañar a su familia, más ella comenzó a depositar su confianza en ellos de nuevo.
La mujer notó un nivel de comodidad que se estableció sobre Jareth y Sarah y a diferencia de los otros en la casa, ella supo exactamente que pasaba. Ella vio las miradas secretas, las sonrisas que uno trataba de esconder del otro cuando ellos pensaban que nadie miraba.
Jacob se había reintroducido lentamente en los días de Sarah, pasando tiempo con ella cuando Jareth estaba ocupado con labores. A menudo, Jacob se ofrecía a ayudar a las mujeres en la casa para poder estar en presencia de Sarah. El buen humor de Sarah le levantaba el ánimo y él disfrutaba de estar alrededor de ella. Por lo general su madre lo expulsaba y le decía que fuera a terminar su propio trabajo. Él sabia que ella trataba de protegerlo, pero no había ninguna necesidad de ello. Él tenia casi 25 años y podía cuidar de sí mismo. Todavía había tensión entre Jacob y Jareth, pero esta también lentamente disminuía mientras los dos hombres comenzaban a confiar el uno en el otro.
La franqueza no había funcionado con Sarah en el pasado cuando ella había evadido preguntas personales, así que la señora Henry pensó que quizás debía intentar otra táctica. Una tarde ella observó a Jareth ir solo al granero a efectuar tareas y ella envió a Thomas a ayudarlo.
Por lo general, Thomas no molestaba a Jareth. Él niño era bastante agradable y normalmente no hacia preguntas incómodas. Pero hoy, él no había hecho nada más que hacerlas.
"¿Así que, me dice de nuevo, cómo conoció a Sarah?" Le preguntó Thomas mientras él llevaba algo de heno al establo.
Jareth gimió suavemente. ¿Cuántas preguntas sobre Sarah iba a hacerle este niño el día de hoy?. "Nunca te lo he contado en primer lugar, y no tengo ganas de explicarlo ahora". Le dijo Jareth, intentando permanecer tranquilo.
"Esta bien, esta bien, usted no tiene que ser cascarrabias por eso. Solamente siento curiosidad", le dijo Thomas. Él arrojó heno en el establo y luego regresó por más.
"¿Por qué les estas dando heno?", le preguntó Jareth, colocando las manos en las caderas. "Yo distribuiré el heno, tu traerás cubos y les darás agua. Tu sabes que mi hombro aun no esta curado, y no puedo levantar los cubos. Ya me has ayudado antes, Thomas, ¿qué es diferente el día de hoy?", Jareth exigió.
Thomas solamente se encogió de hombros. "¿Por qué Sarah ya no hace esto? Elizabeth dice que era su trabajo alimentar a los animales y yo recuerdo haberla visto hacerlo sola. ¿Por qué lo hace usted?"
"Porque tu madre necesita ayuda en la casa. Abigail todavía no esta bien, y Sarah ha asumido sus labores además de las de ella. Yo intento disminuir su carga de trabajo". Jareth empujó al niño al pasar y se encaminó al almiar, agarrando la horca para aflojar el heno.
Thomas asintio. "Espero que Abby no muera". Él frunció el ceño.
Jareth detuvo lo que estaba haciendo y miró al niño. "Ella no va a morir. Solamente no se siente bien".
"Sí, pero la última vez que alguien no se sintió bien, murio".
Jareth frunció el ceño. "¿De quién estas hablando?"
"Del abuelo. Él se enfermó y se murio. Yo sólo tenia 5 años cuando paso. Lo extraño. ¿Sabia usted que él construyó nuestra casa? Él y Papa y el tío Joseph".
"Lamento oír lo de tu abuelo, y no sabia que tienes un tío y que ellos construyeron la casa".
"Tuve", corrigió Thomas. "Él murió en la Guerra de los franceses y los indios. Papa dice que él luchó con valentía. Papa fue afortunado al sobrevivir. Él también podría haber muerto, pero logró escapar. Aunque perdió parte de la pierna. Jacob era solamente un muchacho cuando eso pasó, pero él recuerda haber tenido que hacer todo el trabajo en la granja mientras Papa se mejoraba."
"Siento enterarme de los problemas que tu familia ha tenido y de las pérdidas que has sufrido".
Thomas pateó un montón grande de heno en el suelo. "Esta bien".
Jareth compadeció al niño. Si bien la familia Henry parecía ser una familia feliz y unida, ahora le era obvio que ellos también habían tenido su parte de dificultades.
"¿Señor Charles, puedo preguntarle algo?"
"Te he pedido que no me llames asi. Mi nombre es Jareth"
"Oh, sí, lo siento. ¿Jareth, está usted enamorado de Sarah?"
Se podría haber escuchado caer un alfiler en el silencio que siguió, pero en cambio se escuchó una horca que golpeaba la tierra. Jareth miro hacia abajo para mirar fijamente la herramienta por un momento sorprendido, no se había dado cuenta cuando se había resbalado de su mano.
Él se agachó para recuperarla y observó que su mano temblaba mientras la extendía hacia el mango de la horca.
Thomas continuo hablando como si nada fuera de lo ordinario hubiera pasado. "Papa dice que un hombre sabe que esta enamorado de una mujer si ella es la primera cosa en que él piensa al despertar en la mañana y la última cosa en que piensa antes de irse a dormir."
Jareth dio una débil carcajada. "Aunque aprecio el consejo de un niño de ocho años de edad, no es necesario que lo des. Yo no estoy enamorado de Sarah". Él se dio vuelta bruscamente, usando la horca para apuñalar el heno antes de cargarlo en un carrito de madera.
Thomas siguió su discurso como si Jareth no hubiera dicho nada. "Papa dice que si usted siente debilidad en las rodillas al verla a ella y su corazón se acelera en su pecho... y... y usted se vuelve también torpe.
Jareth giró hacia el muchacho. "Thomas, ¿te gustaría llegar a cenar esta noche?", él lo amenazó.
Thomas asintió con avidez.
"Entonces termina de alimentar a los animales", le ordenó a través de los dientes apretados.
"Esta bien", le dijo Thomas y fue a reunir la comida.
--.--.--.--.—
Jareth trató de ignorar los sentimientos que se removían dentro del hoyo de su estómago. El pavo en su plato no le pareció apetitoso en lo mas mínimo, y él lo hizo a un lado. Estaba sentado mirando fijamente su plato lleno de comida. No se atrevía a mirar a Sarah. Cada vez que él lo hizo, ella le sonrió dulcemente y los sentimientos incómodos se intensificaron.
Finalmente, él se obligó a comer unos bocados de pavo de manera que nadie notara su falta de apetito y le preguntara qué le pasaba. Pero la buena señora Henry tenia los ojos de un halcón.
"Oh, ¿no me diga que no le gusta el pavo?" Ella pareció ofendida.
"Está delicioso", él sonrió, llevando el tenedor lleno a su boca. Jareth supo que su pequeña actuación no la había engañado, pero la señora Henry, afortunadamente, decidió dejarlo asi. Ella se giró a brindar su atención a Sarah y Jacob, quienes se estaban riendo acerca de algo. Ella frunció el ceño al observarlos y luego volvió a comer.
Jareth miro de soslayo a Sarah. Ella estaba ocupada riéndose con Jacob acerca de uno de los caballos que habia saltado la valla del potrero, una valla alta que se suponía que no podría saltar. Pero el semental gris lo hizo varias veces y Jacob tuvo que perseguirlo y recapturarlo cada vez. El animal era un semental valioso de buen linaje y ellos no podían permitirse el dejarlo escapar.
Jareth casi brincó de su silla cuando sintió que una mano rozaba levemente su muslo. Él miró rápidamente a Sarah, comprendiendo que había sido un accidente de su parte. Ella todavía se estaba riendo con Jacob, y en medio de su risa, su mano había rozado contra Jareth. Jareth los observó por un momento, y sintió una mirada pesada sobre él.
La señora Henry alzó las cejas hacia él mientras se ponía de pie y comenzaba a recoger los platos de la cena. Su mirada lo incomodo. Esta mujer era astuta y nada le pasaba inadvertido.
Jareth no podía creer como se sentía. Nervioso y asustadizo como cualquier niño mortal aterrorizado que él había llevado a su Laberinto. Pero cualquier tentativa de su parte de hacer desaparecer sus sentimientos solamente los hacia fortalecerse.
Él se excusó después de cenar, reclamando que había sido un día largo y que estaba exhausto. Subió las escaleras rápidamente y Sarah lo siguió, con la preocupación reflejada en su rostro.
"¿Te encuentras bien? No hablaste mucho en la cena. ¿Tienes algún dolor? ¿Es tu hombro? ¿Estas enfermo?", ella dejo escapar.
La expresión preocupada en su rostro le dolió, pero Jareth negó con la cabeza. "Ha sido un largo día. Estoy agotado y necesito descansar. Estaré bien en la mañana". Le dio un vistazo rápido antes de empujar su puerta y deslizarse adentro.
Sarah arrugó el ceño, pero lo dejo ir. Él realmente parecía cansado y aceptaría su palabra de que estaría bien por la mañana. Ella miró la puerta antes de bajar a ayudar a la señora Henry y a Elizabeth a limpiar.
Jareth se agitó y se dio vuelta. No importaba en que posición se movía, no conseguía acomodarse y no podía dormir. En todo lo que podía pensar era en Sarah y eso lo estaba volviendo loco. Él escuchaba su risa, veía su cabellera larga flotando libremente alrededor de ella.
Él miró alrededor en su habitación, intentando bloquear su imagen, pero todo le recordaba a ella.
Rodó sobre su estómago y enterró la cara debajo de la almohada. Varias horas más tarde, cayó en un sueño agitado.
Jareth sintió su presencia aun antes de que ella entrara en la habitación. Él se dio vuelta y sus ojos se agrandaron cuando la vio descender la escalera, los ojos de ella escudriñaron la habitación, buscándolo a él. Su cabello oscuro caía en cascada por sus hombros y su espalda en largos rizos. Su vestido era color azul medianoche y hacia juego con su abrigo. Adhiriéndose a la forma femenina de su cuerpo.
Y luego sus ojos se encontraron y por un momento todo lo demás en el cuarto desapareció. Ella se encaminó hacia él con cuidado, con una sonrisa dulce y tímida en su rostro. Él apenas pudo contenerse a sí mismo. Él la besó en la mejilla.
"Te ves muy hermosa", le dijo a ella.
Ella sonrió tímidamente y le recorrió con la mirada. "Tu tampoco te ves nada de mal".
Él sonrió cálidamente y la tomó en sus brazos, sosteniéndola cerca de él. Sus ojos se fueron cerrando al bajar sus labios a los de ella. Sus labios eran suaves y tentadores, la calidez de su cuerpo, el aroma del perfume que llevaba, inundaron sus sentidos. Él se estremeció cuando su lengua trazo sus labios y ella presiona su cuerpo contra él. Una de sus manos enguantadas se hundió en su cabello, mientras que la otra se movió a lo largo de su cintura, su pulgar acarició la tela sedosa de su vestido.
Una risa profunda provocó que Jareth retirara su boca de la de ella prematuramente, e inmediatamente puso un brazo protector alrededor de Sarah.
"Vaya, vaya, vaya. ¿Acaso no es encantador?" Un hombre vestido todo de negro y usando una mascara que representaba la cara torcida de un gnomo dio un paso adelante desde la muchedumbre. Él se mofó de Jareth y de la mujer en sus brazos.
"Tu no eres bienvenido aqu", le dijo Jareth al hombre inmediatamente. Su abrazo sobre Sarah se hizo más apretado.
"Yo habría creído que un hombre tan impecablemente bien parecido como tu y", él se burló, " de tal status, podría haber encontrado una mujer más conveniente que una mortal".
"A quien yo elija cortejar no es asunto de nadie, sino mío. Abandona mi reino. Tu no eres bienvenido aqui".
"No hay ninguna razón para ser áspero, Jareth. De seguro no con la familia". El hombre se desató la máscara en la parte de atrás de su cabeza y lentamente la alejó de su cara, revelando unos ojos desiguales casi idénticos a los de Jareth.
"De seguro no con tu padre", el hombre sonrio.
Jareth se tensó y él supo que Sarah lo había notado. "No tengo padre. Él me abandonó hace tiempo", Jareth replicó con dureza.
El hombre sonrió abiertamente. "Cada niño tiene un padre y ellos deberían hacer bien en escucharlo. Tu tirarás tu vida por una simple mortal. No seas lo suficiente tonto para cometer los mismos errores cometidos por otro".
"No estoy tirando mi vida". Jareth tomó la mano de Sarah en la suya y comenzó a alejarla de alli. "No te pediré de nuevo que abandones mi reino". Él comenzó a marcharse.
"Tu siempre fuiste una amarga decepción. Parece que aun lo eres. Es una lástima."
Jareth se volteó alejándose de su padre, controlando con cuidado su ira y siguió caminando. Sarah tuvo que apresurarse para mantenerse junto a él. Repentinamente, él ya no pudo sentir su mano en la de él, la escuchó llamarlo y se dio vuelta para ver que ella había sido tragada por la muchedumbre. Su padre se movía directamente hacia ella.
"¡No!¡Sarah!" Él se precipitó hacia ella, solamente para ser empujado hacia atrás por la muchedumbre. Ellos lo mantenían apartado de ella. Él tenia que alcanzarla. Su padre casi estaba llegando a ella. "¡Sarah!"
Algo lo golpeó con fuerza en la parte de atrás de cabeza y Jareth lentamente cayó al suelo. Sarah fue la ultima cosa que vio antes que la oscuridad lo alcanzara.
"¡Sarah!", él gritó suavemente. Con una sacudida, Jareth desperto. La transpiración corría por su frente y su respiración era laboriosa al sentarse. "Una pesadilla", él murmuró al reconocer los alrededores. "Gracias a los dioses".
Se recostó de nuevo en la cama con un suspiro estremecido y pasó los dedos sobre la funda de la almohada mientras las imágenes persistían en su mente.
Él no había soñado con su padre en mucho tiempo. Odiaba admitirlo, pero él todavía sentía miedo de su padre, y más importante aun, sentía miedo de lo que su padre podría hacer.
Jareth suspiró profundamente. Sarah había estado en su sueño y él la había besado, y la había abrazado como si fuera su amada. Frunció el ceño confundido.
Él se sentó en la cama y bajó las piernas intentando forzar las imágenes inquietantes a alejarse. El sol ya se había elevado y él tendría que apresurarse para alimentar los animales a tiempo. Se vistió con rapidez y salió con premura de la casa, ignorando las miradas extrañadas de la señora Henry, Elizabeth y Ellie.
Entró precipitadamente al granero y encontró a Sarah vertiendo agua en los cubos. Los animales ya estaban masticando su comida. Ella se volteó al escucharlo entrar y Jareth sintió que el corazón le pesaba en el pecho. Estaba recordando su sueño... como ella había lucido bajando las escaleras.
Sarah había estado preparada para empezar a gritarle en el momento que él había entrado en el granero por dejarla sola, pero un vistazo a su rostro la detuvo.
"¿Jareth, estas bien?" La manera en que él la miraba la amilanaba. Él pareció recobrar la compostura unos momentos más tarde.
"Estoy bien", le dijo a ella. Aunque su tono no fue muy convincente.
"No tienes buen aspecto. Luces pálido". Ella colocó el cubo lleno de agua abajo y camino hacia él. Ella levantó la mano en un intento de ver si tenia fiebre, pero él se aparto. Ella frunció el ceño. "¿Jareth, que te pasa?"
"Tienes mis disculpas por quedarme dormido. ¿Qué es lo que queda por hacer?"
Ella arrugó la frente ante la manera en que él evadía sus preguntas, pero contesto. "Sólo quedan unos cubos de agua que llenar, pero-" ella comenzó y se detuvo cuando Jareth separo el cubo de ella para llenar las cubetas vacías alineadas en el pasillo.
"Jareth, tu hombro-"
Él no hizo caso de sus palabras y levantó el cubo. Él gritó cuando el peso del cubo casi le hizo llorar de dolor en su hombro y en su brazo. Él lo soltó y el cubo cayó al suelo desparramando agua por todas partes. Frustrado, él lo pateó y observó como el cubo iba a dar por el pasillo del granero y aterrizaba chocando cerca de la puerta.
"¡Maldita herida! ¡¿Nunca va a sanar?!" grito. Respirando profundamente, sus ojos se enfocaron en Sarah.
Ella lo miró un momento antes de caminar hacia la puerta para recoger el cubo. Ella lo rodó en sus manos y haciendo una mueca se lo enseñó a Jareth.
Él suspiró al ver la abolladura grande que había hecho en el metal. "Sarah, lo siento, mi temperamento..."
"Tu temperamento va a hacer que nos echen a patadas de aquí, así como tus travesuras infantiles. ¿Cuál es el problema contigo?"
"Estoy frustrado. Esta herida no se cura", expresó sin convicción.
"Se esta curando, pero no tan rápido como a ti te gustaría. Jareth, fue una herida grave. Tu casi moriste." Ella suspiró profundamente y lució alterada. "Sólo... ve a la casa y consigue algo de comer, yo terminaré de darle agua a los animales. Has ayudado bastante por un día".
Jareth suspiró y bajó la cabeza. A veces, él olvidaba lo frustrante que era todo. Estar en el mundo mortal, con Sarah como su única compañía, siendo capturado, siendo baleado. Y sanarse le llevaba mucho más tiempo de lo que él estaba acostumbrado. Y ahora esos sentimientos incómodos que tenia alrededor de Sarah solamente añadían miseria y confusión.
Una parte de él deseaba proteger a Sarah. Ella era una mujer sola en una tierra probablemente tan extraña para ella como lo era para él. Necesitaba protección, incluso si ella no deseaba reconocerlo. Otra parte de él deseaba abandonarla y herirla. Ella había destruido su reino y él debía hacerla pagar por sus acciones. Y ahora diferentes sentimientos se habían añadidos a la mezcla. El increíble nerviosismo que sentía en su presencia, el miedo a que algo podría pasarle que él no podría controlar, y una confusión que él nunca antes había conocido.
Como si no fuera bastante malo que su reino se hubiera arruinado, él estaba atrapado en el mundo mortal con su enemiga, había sido capturado y baleado. No. Además, ahora había comenzado a tener que sentir algo que era nuevo, inesperado y aterrorizante. Algo que había vuelto su mundo un caos y el no tenia idea de cómo arreglarlo.
Dio un vistazo a Sarah antes de abandonar el granero.
Jareth no vio a Sarah hasta la hora de la cena. El pasó el resto del día haciendo todo lo posible para ayudar a Jacob a hacer pequeñas tareas. Para la hora de la cena, Jareth estaba tanto ansioso como nervioso acerca de ver a Sarah. Sus sentimientos todavía estaban en conflicto unos contra otros y ningún lado había vencido. Así que el paso el día yendo y retrocediendo entre su deseo de ir a disculparse con Sarah, y deseando discutir con ella acerca de su situación.
Él se sentó en la mesa mientras Jacob añadía mas leña a la chimenea al otro lado de la habitación. Thomas le sonrió a Jareth al otro lado de la mesa y, suspirando cabeceó saludando al niño.
"Hey..."
Jareth se volteó a ver a Sarah que había aparecido a su lado. Ella llevaba una bandeja con los cubiertos y platos para poner en la mesa.
"No te he visto en todo el día", le dijo ella.
"Estuve ayudando a Jacob". Miro a lo lejos por un momento y luego examinó su rostro con cautela.
Sarah colocó la bandeja sobre la mesa y comenzó a sacar platos y cubiertos. Ella sonrio. "¿Y como estuvo eso?"
"Bien. Reparamos la puerta del norte, revisamos las cabras que van a parir y otras cosas".
"Suena a que estuviste ocupado"
Él asintio. "Así es. ¿Qué hiciste hoy?"
Ella siguió arreglando los platos mientras hablaba. "Quité el polvo y fregué los pisos, ayude a lavar la ropa y a hacer las camas. Pelé verduras para la cena y ayudé a cocinar. Lo usual"
Él le brindó una ligera sonrisa. "Tu también estuviste ocupada"
Ella asintio. "Bueno, debo ayudar a la señora Henry a traer la comida"
"Esta bien", le dijo él, y ella comenzó a alejarse.
"¿Sarah?", el la llamó suavemente.
Ella se volteó a mirarlo, con la bandeja de madera metida debajo del brazo.
Él miró a Jacob para asegurarse que él estaba bastante lejos para que no pudiera oír lo que iba a decir. Pero Jacob todavía estaba añadiendo leña al fuego y estaba hablando con su padre que estaba sentado en una silla en la misma habitación.
"Sarah, tu... es que..."
Ella se le acerco. "¿Si?"
"Hoy luces encantadora". Él susurro. Sintió sensaciones incómodas en su estómago otra vez cuando ella sonrió dulcemente.
"Tu tampoco luces nada de mal", le dijo ella y dejó el cuarto.
El se sonrió por un momento ante sus palabras, y luego se congelo.
'Luces tan hermosa'
'Tu no tampoco luces nada de mal'
Sus ojos se agrandaron y él inhaló bruscamente. El sueño...
Sintió que su estómago se volteaba mientras la comida era traída y la señora Henry llamaba a todos al comedor. Thomas dio las gracias, algo que Jareth todavía se estaba acostumbrando. Cuando Sarah tomó su mano y todos en la mesa unieron sus manos, el se sintió temblar.
La mano de ella se deslizó en la suya y ella le sonrió mientras todos inclinaban la cabeza para orar.
Él hizo lo posible por devolverle la sonrisa y actuar como si todo estuviera bien, pero por dentro estaba temblando fuera de control.
Ella liberó su mano y él se dio cuenta que la oración había terminado. Todos comenzaban a pasarse la comida alrededor. Él reunió algo de carne en su plato y luego encontró una salsera de porcelana blanca cuando un par de manos delicados entraron en su visual.
Sarah sostuvo la salsera sobre su plato. "¿Quieres salsa?"
"Sí, por favor". Jareth tomó la salsera de porcelana de sus manos y cabeceó agradeciendo.
Cuando él fue a verter el líquido sobre la carne en su plato, él perdió el agarre sobre el asa. Él respingó dolorosamente cuando la salsera cayó en su plato, desparramando salsa de carne caliente directamente en su regazo.
"¿Jareth, esta usted bien?", le preguntó la señora Henry con preocupación.
Todos en la mesa dejaron de hacer lo que hacían y se voltearon a verlo.
"Mis disculpas", le dijo Jareth, su cara comenzó a volverse roja de vergüenza y dolor.
"No hay porque disculparse. Fue un accidente. ¿Por qué no va a limpiarse a la cocina?", ella le sugirió.
Jareth asintió y dejo la mesa rápidamente, un rastro de gotas de salsa de carne quedó detrás de él en el piso de madera.
Sarh se levantó de la mesa inmediatamente y lo siguió a la cocina.
"¿Jareth, estas bien?". Ella lo encontró paseándose a lo largo de la cocina.
"Además de quemarme y avergonzarme, estoy muy bien", él le dijo sarcásticamente con los dientes apretados.
"No debes avergonzarte, fue un accidente", ella lo apaciguó suavemente.
"Sí, un accidente que todos presenciaron". Él dejó de pasearse y pasó una mano enguantada a través de su cabello. "No sé cuál es el problema conmigo".
Ella frunció el ceño mientras tomaba un paño seco para lavar las cacerolas del estante. "¿Estas seguro de estar bien? ¿Has estado actuando un poco extraño y no es propio de ti ser tan torpe."
Sarah continuó hablando con él mientras mojaba el paño en el agua, pero Jareth no escuchaba sus palabras.
'Papa dice que un hombre sabe que esta enamorado de una mujer si ella es la primera cosa en que él piensa al despertar en la mañana y la última cosa en que piensa antes de irse a dormir'
Él había pensado en Sarah antes de irse a dormir la noche anterior y se había despertado con su nombre en los labios esa mañana. Mientras él pensaba acerca de ello, Jareth se dio cuenta que los días pasados, Sarah había estado constantemente en su mente antes de dormir y otras veces durante el curso del día.
'Papa dice que si usted siente debilidad en las rodillas al verla a ella y su corazón se acelera en su pecho...'
Esa mañana su corazón se había acelerado al verla mientras recordaba su sueño. Arrugó el ceño.
'Y usted se vuelve también torpe'
¿Cuántas veces había dejado caer el martillo mientras ayudaba a Jacob esa tarde? Jacob lo había desestimado como que todavía se estaba curando su herida, ¿pero y si ese no fuera el caso? ¿Y lo que acababa de pasar en la mesa? Él había dejado caer la salsera en su plato, salpicando salsa caliente sobre él.
Él sacudió la cabeza en negación, y repentinamente se sintió débil. Su corazón tronaba fuertemente en su pecho. Los sentimientos incómodos que había sentido los días pasados estaban allí con toda su fuerza... sus pensamientos constantes de Sarah... él había estado notando mas a menudo cuan hermosa era...
Respirando con fuerza, el se tambaleó hacia atrás.
Sarah suspiro. "Jareth, tienes que quedarte quieto". Ella dio una risita insegura. Ella estaba suficientemente nerviosa de tocarlo debajo de la cintura de sus pantalones. De hecho, estaba intentando no revelarle cuanto estaba temblando.
"La salsa manchara tus pantalones si no te quedas quieto para poder limpiar un poco". Ella movió el paño a su muslo externo y lo presionó contra el liquido oscuro.
Jareth agarró el hombro de Sarah y la aparto de él con brusquedad. "¡Deja de mimarme!¡Yo no soy un niño!", gritó con enojo.
Los ojos de Sarah se agrandaron. "Yo nunca dijo que lo eras... solamente intento ayudar".
"¡No quiero tu ayuda!" Él continuo retrocediendo, negando con la cabeza de lado a lado al hacerlo.
"Jareth, ¿qué demonios pasa contigo?" ¿Por qué actúas asi?" Sarah repentinamente estaba asustada.
Él sacudió la cabeza y se apoyó contra la puerta mientras su mano buscaba a ciegas la manilla.
"¿Jareth?", ella lo intento de nuevo.
"¡No! ¡No dejaré que pase!¡Tu eres una mortal!", él replico. El giró la perilla de la puerta y abriéndola se precipito rápidamente afuera de la casa tan rápido como pudo, hacia la noche.
Sarah de quedó de pie sin moverse, excepto por su corazón que palpitaba y su pelo largo que se movía por su cara por la brisa que entraba por la puerta.
"¿Sarah?¿Jareth?" Jacob estuvo a su lado en un instante. Tras haber oído la conmoción, entró de prisa a la cocina. "¿Sarah, que paso?" La preocupación llenaba su rostro. "¿Sarah?", él preguntó de nuevo.
Sarah seguía mirando fijamente al frente de ella, sin mirar a Jacob. "No lo se", ella susurró apenas audiblemente. Una lágrima descendió por su rostro mientras ella miraba a través de la puerta a la noche oscura.
Nota Traductor: Muchas gracias a Jenny Flint por su aliento. Besos, niña, y cuidate.
