Nota del Autor: Muchas gracias a quienes siguen revisando mi trabajo. No puedo decirles cuanto significa esto para mi. Para quienes estén interesados, la página de UC (Unexpected Consequences) ha sido renovada. Y Jacob rehecho. También hay una foto adicional de la "Granja de los Henry".

Como siempre, gracias a mi maravillosa beta Scattered Logic.

Nota del Traductor: Ver la dirección de la página en mi perfil, porque aquí no sale.

Consecuencias Inesperadas

Escrito por Cormak3032 -- Traducido por BlazeVein

Capítulo 20: "Confianza y Desconfianza"

Jareth ya había hecho un camino en la tierra de tanto pasearse. Su mente le seguía repitiendo lo mismo una y otra vez como un mantra.

'Ella es una mortal. Es imposible que yo pueda... ¡no!'

Él sacudió la cabeza y golpeó su puño contra un árbol cercano con enojo en su frustración. Él estaba tan afligido que apenas sentía el dolor.

'Aquí he olvidado quien soy... me he vuelto uno de ellos. Aunque...' él miró hacia abajo a sus manos enguantadas.

"¿Quién soy yo sin mi magia?" Se peguntó en voz alta. Frunció el ceño. "Soy tan desvalido como un mortal..." La información era perturbadora y con un suspiro profundo, Jareth se apoyó contra un roble. Su hombro inmediatamente protestó, pero él lo ignoró.

"¿Por qué estoy aquí?" Él preguntó a nadie en particular. "¿Por qué fui castigado asi? Como si gobernar a los goblins no fuera suficientemente vergonzoso". Sus ojos se estrecharon. "Fui derrotado, mi reino destruido y tengo sentimientos por la responsable de todo eso. ¿Qué ocurre con esta situación?" Él miró hacia arriba al cielo despejado con sus estrellas centelleantes. "¿Esta es la idea de alguien de una broma?"

"¿Jareth?"

Jareth se apartó del árbol rápidamente, irguiéndose en toda su estatura y maldiciendo en goblin cuando vio a Jacob entrar en su campo visual con una lámpara de cobre y de vidrio en sus manos. Jacob era la última persona que deseaba ver en este momento.

Jacob sostuvo la linterna donde pudiera ver a Jareth. La débil luz de la llama danzó a través de los finos rasgos de Jareth.

"Allí esta. Usted le dio un buen susto a Sarah. Ella esta muy preocupada"

"Bien por ella", replicó Jareth.

Jacob sacudió la cabeza, intentando mantener una expresión neutra. "Es obvio que nunca le ha pasado antes, ¿verdad?"

"¿Qué?" Jareth preguntó, arrugando la frente.

"Es lo que pense. Creo que sé cuál es su problema".

"No, no sabe", le dijo Jareth con amargura. ¿Cómo es posible que usted lo sepa?"

"Usted esta enamorado locamente de Sarah y sus sentimientos lo aterran", le reveló Jacob.

"¿Cómo se atreve a asumir--" comenzó Jareth furioso.

Jacob se rió, aunque su expresión no era de diversión.

Jareth lo fulminó con la mirada.

"Citándole: 'No dejaré que pase'. No estoy seguro de lo que significa la parte del mortal, pero dada la manera en que usted actúa, yo diría que lo que siente por Sarah lo tiene muy mal." Jacob sonrió ante la mirada incómoda de Jareth. "Jareth, usted no tiene que mantener esa fachada conmigo. Yo no soy estúpido. Soy un hombre, y sé lo que estar enamorado de una mujer hermosa".

"Yo no estoy--", gruñó Jareth.

"Sí, lo esta", insistió Jacob, "y no hay nada malo en eso. Sarah es dulce y tiene prestancia, un poco demasiado franca al hablar, pero es muy inteligente, sin mencionar que muy hermosa, ¿Qué hombre no se sentiría atraído por ella?", terminó Jacob, con un tono ligeramente helado.

"¿Admite usted que encuentra atractiva a Sarah?", preguntó Jareth con los ojos achicados.

"¿Cómo puedo negar su belleza? Ella es encantadora en muchas formas", le dijo Jacob con sinceridad.

"No, no lo es. Ella puede ser cruel", le advirtió Jareth.

"Yo no he visto ese lado de ella, pero quizás usted si. ¿Ella fue cruel con usted, hmm? Quizás si ella lo fue, usted lo merecía. ¿Tal vez usted pueda ilustrarme?", le pregunto Jacob con voz áspera.

"No," le dijo Jareth rotundamente. "Mi pasado con Sarah no es asunto suyo".

"Bien, respeto eso, pero déjeme decirle algo." Jacob miró a Jareth a los ojos mientras daba un paso hacia delante. "Sarah es una mujer increíble, y mujeres como ella no aparecen muy a menudo. De hecho, son de una clase muy rara"

"Usted habla como si hubiera tenido la experiencia", dijo Jareth, su tono fue repentinamente frío.

"Hablo por experiencia"

Jareth se cruzó de brazos. "Explíquese".

Jacob caminó hasta una roca cercana y colocó allí la linterna mientras comenzaba a hablar. "Marguerite Sampson. Bella, inteligente, dulce. La mujer perfecta por todos lados, y ella y yo eramos muy buenos amigos. Nosotros crecimos juntos. Fuimos a la escuela, nos veíamos uno al otro en la iglesia todos los domingos".

Los ojos de Jareth se estrecharon con sospecha. "Entonces, ¿por qué no esta usted con ella? ¿Dónde esta ella?"

"La dejé escaparse de mi. Yo la amaba y no se lo dije. Me estaba preparando. No la había visto en unos días, así que fui a visitarla a su casa para admitirle finalmente lo que sentía. Estaba tan nervioso como el infierno. Tenía miedo de que ella me rechazara y yo perdiera la amistad que compartía con ella."

"¿Y?", preguntó Jareth con impaciencia.

"Llegué hasta su casa solamente para enterarme que ella había abandonado Concord con su familia. Su padre es un zapatero y causa de que habían otros 3 en el área, se fueron a otra parte a hacer negocios. Marguerithe se mudó al Sur, y nunca más la volví a ver." Jacob apartó la mirada.

La expresión de Jareth se suavizó levemente.

"Ella me escribió una vez contándome que se había casado con un caballero, y que ellos estaban esperando a su primer hijo". Jacob miró fijamente a Jareth. "Fue la carta más horrible y más maravillosa que he recibido".

Jareth frunció el ceño. "No entiendo".

"Yo la amaba, y deseaba haber sido quien se casara con ella, pero ella era feliz en donde estaba. Muy feliz, y yo nunca le quitaría eso. Por eso me puso contento y me dolió al mismo tiempo el saber de su alegría."

"¿Qué tiene que ver esto con Sarah y conmigo?" preguntó Jareth con impaciencia.

Jacob suspiro. "Estoy intentando decirle que a usted no debería llevarle tanto tiempo el descubrir los sentimientos que pudiera tener por Sarah. Ella se preocupa por usted. Y es muy obvio cómo ella lo mira y le habla a usted". El tono de Jacob era amargo.

Jacob miró a la lejanía por un momento, miró a las estrellas mientras suspiraba, y regresó su mirada a Jareth. "Aparte de su preocupación, no sé lo que ella siente. Las mujeres son criaturas extrañas. Ellas pueden ser muy abiertas, pero se cerrarán al mundo la mayoría de las veces inoportunamente. ¿Usted conoce el pasado de Sarah? Ella nunca ha hablado de eso conmigo".

Jareth sacudió la cabeza. "Sé que su madre la abandonó cuando ella era más joven, y que Sarah lo tomó muy mal. Eso sucedió antes de que nosotros... nos conociéramos"

"¿Su madre la abandonó y usted tuvo la insensibilidad de marcharse a toda velocidad cuando ella estaba intentando ayudarlo en la cocina?". Jacob parecía furioso.

"¿Es eso lo que ella le dijo?"

Jacob negó con la cabeza. "Ella no me dijo nada. Solamente siguió mirando fijando por la puerta abierta, probablemente esperando que usted regresara a la casa y se disculpara. Incluso después de que yo intenté consolarla"

Los ojos de Jareth se estrecharon.

"Usted la lastimó, Jareth. Ella estaba intentando ayudarlo y usted escapó de la casa como un animal salvaje. Usted la ha confundido y le ha lastimado. Bien hecho."

Jareth podía sentir que su sangre comenzaba ha hervir. "No la lastimé intencionalmente, si eso es lo que esta sugiriendo. Estoy muy inseguro de lo que está pasando. Yo necesito tiempo. Tiempo que seria mejor pasar apartado de ella."

Jacob dio un paso más cerca de Jareth. "Usted esta enojado consigo mismo por sentir algo por ella. Usted piensa que es invencible y que eso no puede pasarle. Pero no importa cuan duro usted actúe, usted tiene sentimientos justo como el resto de nosotros. Sentimientos que han sido acallados por demasiado tiempo, pudiendo causar un daño irreparable. Usted no debería apresurarse a entrar en estas cosas, pero usted no debería tampoco negarlas. Ella no esperará para siempre ".

Jareth miro a Jacob con sospecha. "Nosotros nunca hemos sido amigos, y es obvio que a usted le interesa Sarah. ¿Por qué intenta ayudarme?"

"Porque usted le interesa a sarah y yo quiero verla feliz. Y ya que ella no puede ser feliz conmigo, ella debería serlo con alguien que a ella le interese". Jacob apartó la mirada.

Jareth frunció el ceño y estrechó los ojos. "¿Usted le pidió cortejarla, ¿no es asi?" Se le acercó más y repentinamente lo agarró por el cuello de la camisa y lo empujo hacia atrás, presionándolo contra un árbol.

"Sí, se lo pedi." La voz de Jacob destilaba desprecio. "Usted acababa de admitir que no era su padre. Era la oportunidad perfecta para mí de averiguar si yo tenia alguna posibilidad con ella, antes de que fuera demasiado tarde. Yo tenia el presentimiento de que ella me rechazaría, y tenia razón... ella me rechazo. De cualquier modo, usted gano".

"Esto no tiene nada que ver con ganar o perder", gruñó Jareth.

Jacob habló con desdén. "¿No es asi? Es obvio que lo que usted más anhelaba era estar a cargo. Y ser el vencedor sin importar a quien dañaba en el proceso. A Sarah, a mi... o a mi hermana"

Los ojos de Jareth se agrandaron.

"Oh, no crea ni por un momento que yo soy ingenuo. Sé todo lo que usted le hizo a Elizabeth. Usted disfrutó lastimándola para mantener a Sarah de su lado, y yo no dudo que no se detendrá ante nada para mantenerla alli. Una vez usted reclamó que Sarah era suya. Y obviamente no estaba mintiendo."

"Yo nunca miento", admitió Jareth. Empujó a Jacob con fuerza contra el árbol una vez más antes de soltarlo.

Jacob tosió y se estiró el cuello. "Ya que usted la ha reclamado, usted debería seguir a pesar de todo y ayudarla. Usted le debe mucho."

"¿Qué?"

"Probablemente yo no necesito recordarle que Sarah esta sola. Su padre esta muy lejos de ella, y usted parece ser la única persona que ella tiene, y la única persona que ella quiere." El desdén era evidente en su voz.

"Ella no confiará en mi familia. Después de lo que pasó con su engaño, la relación que compartía Sarah con mi madre se ha roto de tal manera que ya no es reconocible. Aunque las dos conversan, Sarah no contesta preguntas personales. Mi madre dice que ella se pone rígida y se las arregla para dejar la habitación o cambiar la conversación"

Jareth puso sus manos en sus caderas delgadas. "Todos sabemos cuan enérgica puede ser su madre a veces. Quizás Sarah se siente incómoda, o quizás ella simplemente no desea hablar de su pasado. No puedo culparla. Todos tenemos secretos que deseamos esconder. Además, su madre tiende a indagar demasiado"

"Aunque eso es muy cierto, yo pienso que hay algo más."

"¿Qué más podría ser? Preguntó Jareth con irritación.

"Yo creo que Sarah no habla de su pasado porque ella tiene miedo. Decirle confidencias a alguien implica confianza y a ella parece tener dificultades con eso. Ella es amistosa y habla con todos en la casa, pero ella no quiere hablar con ellos de nada personal. Ella no confía en nadie completamente. Todos mis intentos para acercarme a ella han fracasado."

Jareth se cruzó de brazos e inclinó la cabeza, mirando a Jacob a la luz vacilante. Su mirada era insolente. "¿Y que quiere usted que yo haga? ¿Usted espera que yo me dé cuenta de mis sentimientos en el lapso de un latido, ayude a Sarah a superar su miedo en unos cuantos minutos, y luego todos vivirán felices para siempre? Este no es infantil cuento de hadas. Hay complicaciones de las cuales ni usted ni Sarah son conscientes."

Jacob se le acercó un paso, mirándolo directo a los ojos. "Siempre hay complicaciones, Jareth. Estas difieren de persona a persona. La vida no seria tan agradable si todo fuera fácil. Necesitamos de la aspereza de la realidad para reconocer el bien en nuestras vidas".

Jareth resoplo. "¿El bien? Apenas veo mucho bien en mi vida."

Jacob pareció disgustado. "Quizás usted debería abrir sus ojos y mirar mejor alrededor suyo. Antes de que ella cambie de parecer y decida alejarse. Y si ella hace eso, yo le daré la bienvenida con los brazos abiertos."

Jareth abrió la boca para hacer una observación de réplica, pero ya Jacob había agarrado la lámpara y se alejaba bruscamente terminando la conversación. No fue hasta que se quedó solo que Jareth se dio cuenta que el bien al cual Jacob se refería... era Sarah.

Varios días pasaron y la situación seguía tensa en la casa de la Henry. Jareth ignoraba a todos y apenas comía mientras se debatía acerca de sus sentimientos. El dormir era un lujo que le evadía y pasó noches incontables dándose vueltas. A veces él dejaba la casa para caminar en el exterior con la esperanza de aclarar su mente.

Si bien él se mantenía alejado de todos, mantenía una estrecha vigilancia sobre Sarah. Ella parecía deprimida y él luchaba acerca de si debería hacer algo o no al respecto. Lamentablemente, su lado obstinado ganó y él continuó manteniendo la distancia.

Un día en particular fue diferente a los demás, la depresión de Sarah pareció hacerse el doble y ella también comenzó a evitar a todos los que se cruzaban en su camino.

Jareth la observó desde el pórtico mientras ella se sentaba afuera en el patio. Era un día hermoso y ella no parecía haberlo notado. Jareth observó como Jacob intentaba confortarla y un arranque de celos lo atacó con ferocidad.

"¿Usted realmente disfruta haciendo daño a esa muchacha, no es asi?", le llegó una voz enfadada.

Jareth saltó y luego giró para ver a la señora Henry ataviada con un delantal, ella estaba con las manos en las caderas en la entrada.

"No quiero hacerle daño", le dijo a ella en voz baja.

"¿En serio? Usted podría haberme engañado. Ignorándola como lo hace. Como si el ignorar al resto de nosotros no fuera ya suficientemente malo. Usted la ignora y ella lo necesita. Especialmente hoy día."

"¿Qué es diferente el día de hoy?", preguntó Jareth achicando los ojos.

La señora Henry sacudió la cabeza con disgusto. "Yo sabia que usted lo olvidaría".

"¿Olvidar que?"

La señora Henry tomó la escoba que estaba apoyada en el pórtico y golpeó con ella a Jareth.

Jareth se alejó de ella, con su mano picándole por el contacto de la manilla y con los ojos agrandados mirándola por haberlo golpeado.

"¡Usted es un hombre horrible!¡Es el cumpleaños de la muchacha! Ella no tiene ninguna familia; a nadie mas que usted, ¡y a usted ni siquiera le importa! ¡No sé que es lo que ella ve en usted!"

"¿Su cumpleaños...?". Jareth repentinamente se recordó de su conversación con Sarah. "¿Cuál es la fecha de hoy?"

"Es el 4 de Junio"

Jareth maldijo en goblin e ignoró la mirada extraña que le dirigió la señora Henry. Él la apartó para entrar a la casa, dejando a la señora Henry sola en el pórtico.

Jacob finalmente la dejo sola y Sarah se sentó cerca del pequeño estanque al oeste del prado de enfrente a la granja de los Henry. Ella se sentó sobre sus piernas flexionadas y observó su reflejo.

Qué maravilloso cumpleaños número 18 estaba resultando ser. Otra gente de su edad era llevada a cenar afuera o a ver películas o si un amigo tenia un auto, un viaje a un club estaba a la orden. Pero ella no. Ella se preguntó que estarían haciendo sus padres el día de hoy. ¿Siquiera se habrían dado cuenta de que ella no estaba? ¿O el regreso en el tiempo habría hecho que ellos no hubieran nacido aun?

De improviso pensó en Toby y como el año pasado el niño de tres años le había hecho un dibujo. Consistia en un cielo hecho con crayón azul y un circulo garabateado de color amarillo para el sol. Él le dijo que lo había hecho por sí solo. Cuando Sarah le preguntó por qué había dibujado el sol, él le dijo con orgullo que había estado lloviendo y que él había echado de menos el sol tal como la echaba de menos a ella cuando estaba todo el día en la escuela.

Antes de poder detenerse, ella comenzó a llorar, con una mano cubriéndole la cara mientras las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas. Dios, como echaba de menos a Toby.

"¿Sarah?"

Ella dejó de llorar al escuchar la voz preocupada, y se volteo a ver que un caballo con un cochecito estaba detrás de ella. Ella había tan ocupada regodeándose en su miseria que ella ni siquiera lo había escuchado aproximarse. El caballo y el cochecito estaban borrosos debido a sus ojos llenos de lágrimas. Lentamente, sus ojos enfocaron al conductor y se sorprendió al ver a Jareth sosteniendo las riendas con sus manos revestidas de cuero. Echando una rápida mirada al caballo, se dio cuenta que él había enganchado a Dan al cochecito.

La vista de sus lágrimas perturbó a Jareth y fue obvio por la expresión de su rostro.

Sarah se puso de pie y le dio la espalda al cochecito, limpiándose las lágrimas con brusquedad con la manga de su vestido. "Por favor sólo déjame sola. No deseo compañía".

"Yo requiero de tu compañía y no aceptare un 'no' por respuesta", él le dijo gentilmente pero con firmeza.

"Oh, ¿tu piensas que puedes ignorarme por unos cuantos días y luego así de fácil", ella chasqueó los dedos, "regresar a mi vida?". Ella estaba respirando trabajosamente.

"Yo no te ignore. Era mi turno de pensar a solas. Es tu cumpleaños, Sarah. No arruinemos el día discutiendo, ¿hmm?". Él inclinó la cabeza y la miró a los ojos.

Sus ojos se agrandaron con sorpresa ante sus palabras, y luego cuando él le ofreció su mano, ella la observó tendida en el aire por varios minutos antes de tomarla con la suya.

Jareth la jaló con cuidado para que se sentara junto a él en el asiento del cochecito. Él la observó cuando ella echó un vistazo hacia abajo en medio de ellos, y frunció el ceño confundida ante la vista de una canasta de mimbre, cuyo contenido estaba oculto por una tela azul.

"¿Qué es esto?" ella pregunto.

Jareth le sonrió con calidez. "Tu almuerzo de cumpleaños. Tendremos un picnic". Él reunió las riendas en sus manos y las dejo caer ligeramente contra el lomo de Dan. "Adelante", él ordeno.

Dan comenzó a andar y con otro ligero golpe de las riendas sobre su lomo, el caballo castrado cambió del paso al trote.

"¿Desde cuándo es que sabes conducir un cochecito?" Sarah le preguntó, retirando el cabello que estaba sobre su rostro a causa de una brisa repentina.

Jareth le dedicó una sonrisa orgullosa. "Aprendí yo solo".

"¿Cómo fue que hiciste eso?"

"Los últimos días he tenido mucho tiempo para mi", le dijo Jareth. "Tenia curiosidad de saber si Dan podría conducir el cochecito, y cada noche, mientras todos comían, le ponía el arnés y me acostumbré a manejarlo. Esta es la primera vez que lo llevo hacia fuera enganchado al cochecito. Él lo hace espléndidamente." Él sonrió.

Sarah se encontró devolviéndole la sonrisa mientras su mirada se dirigía de Jareth al caballo bayo castrado y de nuevo a Jareth. "Él parece realmente feliz de estar afuera, él sostiene su cabeza y su cola en alto y recoge las patas al trotar."

Jareth asintió e intentó ignorar los sentimientos que crecían dentro de él ante la vista de la sonrisa de Sarah. "Le volvió el ánimo cuando comencé a practicar con él. Se desplaza de un modo encantador".

Sarah sonrió con amplitud. "Realmente te has encariñado con él, ¿no es asi? Yo nunca pensé que eso podría suceder".

Jareth sonrió con una mueca. "Eso es porque tu no me conoces bien. Pero sí, estoy encariñado con él. Tengo debilidad por este caballo."

"Él parece sentir lo mismo por ti". Ella sonrio.

Ellos siguieron un rato más y luego Jareth hizo ir a Dan por una huella poca transitada.

"¿Adónde vamos?" Sarah se sentía de nuevo como una niña, yendo en unas vacaciones familiares a un lugar desconocido.

"Es una sorpresa. Es un lugar que encontré explorando hace unas noches", Jareth sonrio.

La pregunta de Sarah quedó contestada completamente cuando una hermosa cascada quedó a la vista.

"Ah, ya llegamos". Jareth sonrió mientras hacia detener a Dan.

Sarah lució de repente aterrorizada y Jareth frunció el ceño. "¿Qué ocurre?", preguntó él.

Ella sacudió la cabeza cuando las imágenes de la sangre, los ruidos de disparos y los aullidos llenaron su mente. Imágenes de Jareth cayendo contra una roca, inconciente. "¡No! Por favor..."

Jareth pareció preocupado. ¿Cuál era su problema?. "¿Sarah, qué pasa?"

"No podemos quedarnos aquí, por favor... por favor, da la vuelta al cochecito". Ella enterró la cara en las manos en un intento de alejar las imágenes.

Jareth se dio cuenta que ella estaba asustada e inmediatamente hizo dar la vuelta al caballo, llevándolo de regreso al sendero.

La respiración de Sarah y los latidos de su corazón finalmente se calmaron mientras las imágenes se desvanecían y árboles verdes y bosques exuberantes llenaban su visual. "¿Cómo pudiste llevarnos alli?", ella preguntó con la voz quebrada.

"¿Por qué no? Es un hermosos lugar para ir a almorzar". Él estaba confundido por su reacción.

"No... no, no lo es". Le dijo Sarah, negando con la cabeza. "¿No recuerdas lo que pasó alli?"

Jareth negó con la cabeza.

"Jareth, allí es donde pasamos la noche cuando te dispararon. Tu me obligaste a sacar la bala... había tanta sangre..." Ella se tapó la boca con la mano y las lágrimas llenaron sus ojos mientras ella lo miraba. "Yo pensé que ibas a morir... ¿Cómo es que no lo recuerdas?"

Jareth tragó saliva. "Sarah, recuerdo muy poco de lo que sucedió después de recibir el disparo. El hierro era fuerte y nubló mi memoria. No recuerdo mucho."

"Bueno, yo recuerdo suficiente por ambos." Ella se abrazó a sí misma como si tuviera frío.

Jareth advirtió que ella estaba temblando, y levantando una mano de las riendas él tocó levemente su cara. Una lágrima corrió hacia abajo por su mejilla y él siguió su camino con el pulgar, enjugándola.

Sarah cerró los ojos ante su toque y luego se apartó de él.

Jareth vio que ella ya no estaba cómoda con él. Volvió a tomar las riendas en sus manos y el resto del paseo estuvieron en silencio.

Jareth extendió la manta cerca del estanque pequeño que ellos habían descubierto por el camino a espaldas de la granja. Una parada cerca del arroyo para comer fue abandonada cuando fueron atacados por un enjambre de mosquitos. Unos pocos residían por el estanque, pero no eran tantos como en el bosque.

La tensión aumentó mientras ellos comían en un silencio que aumentaba.

Jareth notó que Sarah parecía perdida en sus pensamientos y que apenas había comido.

"¿No te gustó el emparedado?", le preguntó él.

"Está muy bueno", le dijo ella.

"Si está tan bueno, entonces ¿por qué no estas comiéndolo? ¿Lo hice incorrectamente?"

Los ojos de Sarah se agrandaron. "¿Tu lo hiciste? Yo pensé que lo había hecho la señora Henry."

Él negó con la cabeza. "Yo lo hice. No es difícil poner pollo dentro de un pan"

Ella asintió, aunque sin mucho entusiasmo. "Lo siento, Jareth, no tengo mucha hambre y no soy buena compañía el día de hoy."

Jareth la observó con cuidado. El emparedado estaba en sus manos, que descansaban sobre su regazo. Ella le había dado dos o tres pequeñas mordidas. Estaba mirando sobre el estanque, y su mente estaba obviamente en otra parte.

"Estas pensando en tu familia", le dijo a ella suavemente.

Los ojos de ella encontraron los suyos mientras ella asentía lentamente. "¿Cómo lo supiste?"

"Porque reconozco esa mirada en tu rostro. Pienso que debo tener la misma expresión en mi cara cuando pienso en mi hogar".

Sarah frunció el ceño. "Un hogar que yo destrui". Ella bajó la cabeza.

"Las casas pueden reconstruirse. Las familias no". Jareth se preguntó cuando él se había vuelto tan misericordioso. "Tu hermano debe ser mayor en unos años ahora", él agregó con suavidad. Las visiones de un bebé saltando en su regazo llenaron su mente.

Sarah asintió y una sonrisa leve estiró sus labios mientras ella pensaba en un niñito rubio corriendo por toda la casa, haciendo toda clase de travesuras y pidiendo que le contaran más historias. Sus ojos se llenaron de lágrimas. "Él cumplirá 4 años en agosto".

"¿Lo extrañas, no es asi?" Le preguntó Jareth con cuidado.

Sarah se mordió el labio y asintio. "Sí, lo extraño mucho"

Jareth se estiró sobre la manta. "¿Cómo es él?"

Sarah se limpió los ojos. "¿Cómo es? Hum... él es muy listo. Él sabe todo lo que pasa alrededor de él y recuerda las cosas muy bien." Sarah sonrió ligeramente. "Él siempre me hace sonreír cuando le dice a su madre que no me grite".

"¿Su madre? ¿No piensas en ella como una madre?"

Sarah negó con la cabeza. "Definitivamente no. Yo lo intenté al principio y Karen solamente se aprovechó de mi"

"¿Karen? ¿Ese es el nombre de tu madrastra?"

Sarah asintio.

"¿Por qué no te llevas bien con ella?"

Sarah se encogió de hombros. "No lo se. Intenté llevarme bien con ella. Realmente lo intente. Hacia lo que ella me pedía, pero nunca era suficiente". Sarah bajó la cabeza. "Es porque yo no soy su hija".

"¿Por qué dices eso?", preguntó Jareth suavemente.

"¿Por qué otra cosa más ella no podría amarme y aceptarme como lo hace con Toby? A ella no le gusta la idea la criar a la hija de otra mujer y ella lo hace evidente. Ella me hace las cosas imposibles y cuando yo soy capaz de capaz de hacer lo que ella demanda de mí, ella encuentra la manera de verle el fallo a pesar de todo." Sarah arrugó el ceño. "Ella quiso que yo saliera, que tuviera citas e hiciera otras cosas en vez de estar en casa todo el tiempo. Una vez me dijo que una chica de mi edad debería hacer esa clase de cosas".

"¿Y que paso?"

"Yo comencé a salir. Me uní al club de drama, e incluso conocí a alguien que se volvió mi novio. Pero entonces resultó que mis salidas acortaban su tiempo. Ella no tenia a nadie que vigilara a Toby así que comenzó a pelearse conmigo por eso. Inclusive trató de convencer a mi papá de hacerme renunciar. Ella me dijo que no me recogería después del ensayo, así que yo tenia que tomar el último autobús. Ella adora hacer que todo sea imposible para mi"

"Ella parece ser una mujer difícil de complacer", observó Jareth.

Sarah resopló. "No sé lo que mi padre vio alguna vez en ella".

"¿Y que hay de tu madre verdadera? ¿Dónde esta ella?"

Sarah se congeló y luego dijo en forma vacilante. "Dejemos esto hasta aquí. Es mi cumpleaños y no quiero hablar de este tipo de cosas, ¿esta bien?"

Jareth la examinó con cautela. "Si no hablamos acerca de ello, va a seguir carcomiéndote"

"No esta carcomiéndome", ella le dijo con seguridad.

Jareth la miró a los ojos. "¿En serio? ¿Y por eso es que has sido atormentado por pesadillas desde que eras una niña?"

"Jareth, por favor", ella suplicó. "No quiero hablar de eso. Yo... yo odio a mi madre por lo que me hizo. Ella no merece que hablen de ella".

Las cejas de Jareth se levantaron. "¿Tu la odias?"

"Jareth..."

"Sarah. No puedo ayudarte a pelear con tus demonios a menos que me lo me permitas".

"¡No quiero que me ayudes!", ella grito.

"¿Por qué no?"

"Porque te lo diré y tu me abandonarás... justo como ella lo hizo. Yo confié en ella y ella me defraudo. ¿Cómo sé que tu no harás lo mismo?". Sus ojos se llenaron de lágrimas.

Jareth se cambió a un lugar más cerca de ella. "Te prometo que no te abandonaré, a menos que tu lo desees"

"Pero tu me abandonaste por unos días. Traté de ayudarte y tu te alejaste caminando de mi. O más bien te fuiste corriendo, y me dejaste en la cocina preguntándome qué había hecho mal".

Jareth suspiro. "Sarah, tu no hiciste nada malo. Yo necesitaba pensar. Tal como tu tuviste que hacer. Ahora estoy aquí, ¿eso no cuenta?"

"Supongo..."

Jareth podía ver que su voluntad para combatirlo estaba fallándole. "¿Tu madre te abandono?"

Ella cabeceó entumecidamente.

"Cuéntame que pas", él dijo suavemente.

Sarah lo miró, con los ojos rebosantes de lagrimas. "Ella... tuvo una aventura amorosa".

Jareth la miro confundido. "No sé lo que eso significa, Sarah."

"Ella dejó a mi papá para estar con alguien más. Ella durmió con otro hombre mientras todavía estaba casada con mi padre", dijo ella con los dientes apretados.

Jareth asintió, comprendiendo repentinamente. "Ella era infiel. Lo siento", dijo Jareth.

"Sí, yo también. Pero es obvio que ella no", ella echaba humo.

"Explícate".

Sarah suspiró, evidentemente no estaba feliz de hablar acerca de eso, pero ella se aplaco. "Ella consiguió una llamada de su productor acerca de un espectáculo en que ella debía audicionar. Un espectáculo era algo importante para mi mama. Ella había estado haciendo teatro principalmente y aunque era conocida en producciones de Nueva York, ella no era muy conocida en otros sitios. Ella quería una mayor exposición y lo consiguio". Le dijo a Jareth con amargura.

Ella suspiró y continuo. "Ella empezó a hacer largos viajes lejos de casa. Viajes a Los Ángeles, a Seattle o a cualquier parte. Yo comencé a ver cada vez menos a mi mama. Mi papá estuvo de acuerdo con eso, e hizo lo mejor que pudo para educarme. Él me dijo que mi madre iba a hacer que nuestras vidas mejoraran. Ella estaba haciendo mucho dinero, lo que nos beneficiaria a la larga. Él no sabía cuán equivocado estaba."

Una lagrima bajó por su mejilla. "Todo pasó tan rápido. Mi papá estaba disgustado y siguió rehusando decirme que es lo que pasaba. Yo tenía 8 años en ese tiempo y era lo suficientemente inteligente para saber que algo estaba muy mal. Un día llegué de la escuela para encontrar que mi mamá estaba en casa, pero esta no era una ocasión feliz. Ella y mi padre estaban peleando y mi mamá empacaba su ropa. Ella caminó hacia fuera y eso fue lo último que vi de mi mamá por un año."

Jareth la observó cuidadosamente y se preguntó cómo un padre podía hacer semejante cosa a su hijo. La madre de Sarah era evidentemente una persona muy egoísta.

"Mi papá estaba hecho un desastre. Con frecuencia yo pasaba un tiempo con mis abuelos mientras él sobrellevaba lo que sentía. Él y mi madre consiguieron el divorcio, pero el hecho de que mi madre lo había traicionado, no le impidió decirme que mi madre todavía me amaba y que siempre lo haria".

"Mi papá un día encendió la televisión y allí estaba mi mamá haciendo una aparición estelar en un programa. Yo estaba muy emocionada, y pienso que realmente lastimó a mi papá el verme entrar en al actuación, queriendo ser como mi madre. Yo la veía ocasionalmente en persona de visita, pero no era muy a menudo. Las cosas estuvieron bien por un tiempo, pero cuando yo tenia 10 años, mi padre me presentó a Karen. Él la había conocido en el trabajo. Yo la acepté como a una amiga, y no pensé nada de que mi padre pasara tiempo con ella. Cuando yo tenia 13 años, ellos dejaron caer la bomba."

"¿Dejaron caer la bomba?", preguntó Jareth confundido.

Sarah asintió con los ojos brillantes de lágrimas. "Ellos soltaron un gran secreto. Algo que me conmocionó y yo no pude opinar en lo que ellos iban a hacer. Ellos se iban a casar y Karen estaba embarazada. Las cosas se volvieron tirantes. Yo comencé a rebelarme cuando Karen se volvió mi madrastra y ella pensó que podría darme órdenes como si yo fuera su pequeña esclava. Cuando Toby nació, la situación se volvió peor. Yo me retrajé dentro de mí y dentro de la fantasía. Me permití pensar que odiaba a Karen y a Toby, aunque no lo hacia".

"¿Ahí fue cuando deseaste entregarme el bebe?"

Sarah cabeceó, sintiéndose enferma del estomago. "Yo nunca quise desearle que se fuera... en realidad lo amo...". Ella hipó, tratando de no llorar.

Jareth luchó contra el impulso de consolarla.

"Después de que volví del Laberinto, yo retiré todas las fotografías de mi mama. Mi papá me había dicho unos días antes lo que realmente había sucedido, pero yo había tratado de negarlo. Yo no la había visto en un año y medio, y ella habia dejado de llamar, y tuve que reconocer que era tiempo de dejarla ir. Ella no regresaría. Una parte de mí todavía deseaba ser una actriz y me mantuve en eso. Karen, por supuesto, lo odio. El día que tu viniste a pedir mi ayuda, ella me insultó a mí y a mi madre, y yo como una tonta le seguí el juego."

"Me parece que tu no la odias realmente, solamente no puedes perdonarla", le dijo Jareth.

Los ojos de Sarah le miraron repentinamente con ira. "¡Yo la odio! Ella me abandonó y nunca regreso. ¿Qué madre le hace eso a su hijo?"

"No estoy de acuerdo con lo que hizo tu madre". Jareth suspiro. "De hecho, yo entiendo completamente tus sentimientos".

"¿Cómo puedes?"

Jareth la miró a los ojos con cautela. "Porque mi padre me hizo lo mismo".

La mandíbula de Sarah cayo. "¿Tu padre te abandono?"

Jareth asintio.

Sarah se cambió de posición en la manta, limpiándose las lagrimas de sus ojos. "¿Qué paso?"

Jareth levantó la mano y sacudió la cabeza. "Mi pasado puede esperar para otro día"

"No. Eso ya me lo dijiste anteriormente. Quiero saber qué sucedió. Te conté lo que me pasó a mi."

"Sarah, no pienso que contártelo vaya a ayudar. Podría alejarte".

"No me alejara"

"Eso dices ahora..."

"Jareth, yo te conté lo que me sucedió a mi. ¿No se supone que somos amigos? Los amigos se cuentan cosas entre si. Es obvio que algo te molesta, cuéntame."

Jareth sonrió con afectación. "Si debo decírtelo, podría no resultar bien. ¿Estás segura que deseas escuchar ésto?", de repente él pareció vacilar.

Sarah lo miró a los ojos. "¿Cómo podemos ayudarnos entre nosotros si no conocemos los demonios que el otro esta combatiendo?"

Jareth asintio. "Mi infancia no fue feliz. Fue confusa y se volvió peor a medida que yo crecía. Para que entiendas las cosas más fácilmente. Mi abuelo gobernaba un reino del oeste. Una tierra hermosa. Él era un hombre muy respetado, pero conmocionó al Mundo Subterráneo cuando tomó a una mortal como su novia."

Sarah se colocó más cerca de Jareth, repentinamente interesada.

"Mi abuela, como se decía, era una buena gobernante junto a mi abuelo, y, aunque sus súbditos la aceptaron, el resto del Mundo Subterráneo no lo hizo. Ellos pensaron que mi abuelo era débil y corrupto por tomar a una mortal como esposa. Ellos pensaron que no era apto para gobernar un reino, y lo desterraron a un lugar lleno de magia salvaje. El Laberinto."

"¡Eso es terrible!", le dijo Sarah.

"Efectivamente, fue terrible. Pero mi abuelo y abuela hicieron lo mejor en esa situación." Jareth miró a la lejanía. "Se decía que ellos estaban muy enamorados. Mi abuela dio a luz un niño. Mitad Fae, mitad humano. Pero las cosas se pusieron inesperadamente tirantes mientras él maduraba. Él se rebeló en contra de sus padres. Él odiaba su mitad mortal y buscó un modo de dejar el Laberinto para reunirse con los otros Fae. Pero nada de lo que él hizo le permitió abandonar lo que un día seria su reino".

Jareth miró hacia abajo a sus manos en su regazo, su expresión era una de pérdida. "Mi abuela murió de improviso un día. Más tarde se supo que ella fue envenenada, aunque el culpable nunca fue encontrado. Mi abuelo quedó devastado y murió dos años más tarde. Algunos dijeron que fue por tener el corazón roto. Él amó a mi abuela con una pasión que no muchos Fae poseen. Su hijo asumió como el Rey de los Goblins y él tomó una esposa varios años después. Una mujer Fae que dio a luz un niño a un niño con ojos como los suyos."

Los ojos de Sarah se agrandaron. "Tu".

Jareth asintió y la miró a los ojos.

Sarah comenzó a atar cabos. "Entonces, así es como eres capaz de sobrevivir con todo el hierro que hay aquí. Eres una cuarta parte humano."

Jareth asintió de nuevo. "Sí, así es. Si bien el hierro es mortal para mí, tengo una mayor posibilidad de supervivencia a sus efectos que un Fae de pura sangre. Yo fui educado para odiar a los mortales", continuó Jareth.

"Me fue dicho que cuando llegara a la mayoría de edad, yo me uniría a mi padre para matarlos. Muchos Fae creen que la Humanidad es la razón de nuestro exilio. Son la razón del por qué nuestros ancestros dejaron el Mundo Superior e hicieron su hogar en el Mundo Subterráneo. Un lugar que tomó siglos incontables el domesticar. La mayoría de los Fae odian a la raza humana y mi padre se unió a ellos." Jareth agachó la cabeza.

"Yo crecí no sabiendo lo que debía sentir. Mi padre me enseñó a odiar, mientras que mi abuelo me enseñó a amar."

Sarah frunció el ceño. "No entiendo. Pensé que habías dicho que tu abuelo había muerto."

Jareth asintió y miró a Sarah a los ojos. "Así es, pero no así sus palabras. Yo encontré un diario en un lugar secreto en el castillo. Lo oculté de mi padre después que él destruyó el jardín de rosas, y leía acerca de la vida de mi abuelo y de mi abuela siempre que estaba solo."

Jareth miró a la lejanía. "Cuando los mortales deseaban separarse de sus niños, mi abuelo era misericordioso con ellos. Él les enseñaba valiosas lecciones, mientras que mi padre les enseñaba a temer a los Fae. Mi padre hacia que los mortales corrieran por el Laberinto y luego los mataba como si fueran animales. Los niños eran convertidos en goblins. Cuando el Tribunal de Vistas supo de sus actividades, ellos estuvieron de acuerdo en permitir que mi padre reclamara el antiguo reino de mi abuelo. Él se había probado a sí mismo y a ellos, y yo me uniría a él tan pronto como también se los demostrara".

Sarah casi tenia miedo de preguntar. "¿Y eso que implicaba?"

"El asesinato de un mortal mientras recorría el Laberinto el año que yo llegara a mi mayoría de edad".

Sarah se sintió repentinamente enferma, su corazón le palpitaba en el pecho. "¿Y lo hiciste?"

Él respiró con fuerza. "Mi padre me lo ordenó mientras la muchachita estaba de pie temblando ante nosotros." Él apartó la mirada. "Ella no debía haber tenido más de 12 años y yo debía enterrar un cuchillo en su corazón". Jareth bajó la cabeza, luchando con sus recuerdos.

Sarah inhaló y luego exhaló profundamente.

"Y yo no pude hacerlo. La dejé ir. Le grité para que corriera, que se escondiera." Él dejó escapar el aire. "Mi padre me golpeó y me desconoció como su hijo en ese momento, delante de quienes se habían reunido para presenciar el evento. Él mató a la niña, y mi madre y él me abandonaron para que gobernara solo el Laberinto sin decir otra palabra."

"Oh, Dios mío... Jareth..." la mano de Sarah voló para cubrir su boca, con el corazón palpitando en su pecho. Su propia infancia difícil palidecía en comparación a la de él.

"Yo odié a los mortales después de eso. Odié la sangre mortal que recorría mis venas junto a la sangre Fae. Yo nunca maté, pero quería hacerlo. Odié con pasión a cada mortal que recorrió mi Laberinto. Ellos me recordaban el por qué yo estaba solo. Ellos me repugnaban por el modo en que ellos se lanzaban hacia mí, buscando ser felices para siempre con un Rey que ni siquiera conocían. Los culpé de que mi padre y mi madre me hubieran abandonado, mientras mayor me ponía, más me daba cuenta de que no era su culpa. Me culpé a mí mismo".

Sarah negó con la cabeza y le tocó el hombro sano. Su corazón golpeaba como loco en su pecho. "¡Pero no fue tu culpa! Tu padre tomó esa decisión debido a sus propias creencias parcializadas"

"Lo sé... pero me llevó siglos el comprender eso", él admitió suavemente.

Sarah frunció el ceño y sus ojos se llenaron de lagrimas. "Y una mortal te derrotó... y destruyó tu reino. Oh, Dios, Jareth... Lo lamento tanto".

"Lo que esta hecho, esta hecho".

"Aun así, lo lamento...", su labio inferior le temblaba. "Debe haber sido difícil para ti el pedir mi ayuda. No debes haber estado feliz de verme de nuevo". Ella bajó la cabeza.

"No te mentiré, Sarah. No lo estaba. Estaba preparado para hacer lo que fuera necesario para restaurar mi reino, incluyendo el secuestrarte si fuera necesario". Él suspiró, súbitamente cansado. "Yo incluso planifiqué vengarme de ti", él le dijo con sinceridad.

Los ojos de Sarah se agrandaron. ¿Venganza? Ella miró su mano en el hombro masculino y la retiró como si quemara.

Jareth no lo notó ya que miraba fijamente al estanque. "Pero el tiempo para eso ha venido y se ha ido. Ya no deseo vengarme de ti".

"¡No te creo!", gritó Sarah.

Las cejas de Jareth se elevaron ante su arrebato.

"¡Es por eso que tu deseabas ser mi amigo! Para acercarte a mí, y que yo te mostrara mi punto vulnerable para que tu pudieras acabar conmigo. ¿No es asi?"

Jareth negó con la cabeza. "No, yo te ofrecí mi amistad con sinceridad. El tiempo para la venganza ha pasado. Ya no deseo hacerte daño", él admitió con franqueza.

"¡No te creo!". Jareth la observó ponerse de pie con los ojos muy abiertos.

"¡Estas mintiendo! ¡Yo no te importo! Probablemente yo soy solamente otra mortal estúpida que se..." Ella cortó la frase antes de revelar demasiado, y lo miró con una expresión que revelaba ira y dolor. Tu me usaste, tal como yo lo temía. Yo soy una muñeca en tu tablero de juego, tal como fue hace 3 años atrás. Esto es... un castigo...", ella se ahogó al hablar. Las lágrimas nublaron sus ojos, pero Sarah se rehusó a dejarlas caer. Ella se negó a dejarle ver a él que la había herido otra vez.

Recogiéndose la falda con las manos ella espeto: "¡Puedes irte al diablo!"

El corazón de Jareth le palpitaba con ferocidad. ¿Cómo es que las cosas habían cambiado tan repentinamente en esta dirección?.

Sarah salió corriendo hacia el boque antes de que Jareth pudiera detenerla. "¡Sarah! ¡Sarah, por favor!", él la llamo.

Ella no lo escuchaba y siguió corriendo sin mirar atrás. Ella empujaba las ramas que se le cruzaban hacia delante y desapareció en el follaje frondoso.

Jareth se puso de pie de manera inestable y se precipitó detrás de ella solamente para descubrir que no podía encontrarla. "¡Sarah! ¡No te menti! ¡No quiero venganza! ¡Ya no más!" él grito.

Pero los sonidos del bosque fueron su única respuesta. Él corrió hacia Dan y saltó sobre el asiento del carro. Ordenó al caballo moverse y comenzó a buscar a Sarah febrilmente.

Los minutos rápidamente se convirtieron en horas y Jareth no podía encontrarla. Las nubes acudieron a raudales a cubrir en sol y aumentó la oscuridad, amenazando con llover. Jareth hizo dar la vuelta a Dan guiándolo hacia la granja, esperando que quizás Sarah hubiese regresado alli.

Él entró en pánico al descubrir que ella no estaba.

"¿Qué le ha hecho ahora? ¿Herirla otra vez?", le gritó Jacob.

"Hubo un malentendido, ella no me permitió explicarle", le dijo Jareth mientras Jacob ensillaba un caballo en el establo. "Déjame ir contigo".

"No, ya ha hecho suficiente por un día". Jacob condujo al caballo fuera del granero y lo montó antes de salir galopando hacia los bosques a gran velocidad. En la distancia, truenos enfadados retumbaron.

Jareth se paseaba en la cocina.

"Por favor, deje de hacer eso. Usted me esta mareando", le dijo la señora Henry.

"No puedo evitarlo", replicó Jareth.

"¿Qué fue lo que le hizo a ella? ¿Cómo es que se las arregló para estropear un picnic? Yo pensé que usted la amaba." Le dijo la señora Henry sin rodeos.

Jareth giró sobre sus talones para encararla, con los ojos grandes como platillos. "¿Qué dijo usted?"

"La manera en que ustedes dos se miran uno al otro. Yo pensé que ella le interesaba, quizás hasta que ¿la amaba? ¿Por qué usted está con ella si ella no le interesa?"

"Ella sí me interesa...", admitió él con voz temblorosa.

"Bueno, usted tiene una extraña manera de demostrarlo".

Jareth regresó junto a la ventana esperando que la conversación terminara. Afuera estaba lloviendo a chorros, la lluvia caía tan fuerte que la visibilidad era muy pobre. Se estaba haciendo tarde y cada vez más oscuro. Si Sarah no se encontraba bien, él nunca iba a perdonárselo.

Minutos más tarde, él escuchó el sonido de cascos y se asomó para ver a Jacob llegar a caballo hasta el patio. Llegó montando hasta el pórtico y Jareth sintió algo de alivio al ver a Sarah acurrucada en sus brazos. Pero su alivio se volvió rápidamente celos al ver a Jacob acercarla más a él y que Sarah aceptaba aquel abrazo.

Jacob entró a la casa y empujó por delante a Jareth como si él no estuviera ahí. "Mama, necesito mantas para ella y un vestido seco. Ella está empapada hasta los huesos".

La señora Henry asintió y dejó lo que estaba haciendo para ayudar.

Jareth fue hacia Sarah. "¿Sarah, te encuentras bien?"

Su respuesta fue ocultar su rostro en el pecho de Jacob, ignorando a Jareth.

Jareth sintió el corazón oprimido y observó como Jacob cargaba a Sarah por las escaleras hasta su cuarto. La señora Henry fue hacia adentro con mantas y un vestido, expulsó a Jacob y cerró la puerta.

Jacob fulminó con la mirada a Jareth, pero los dos hombres no se hablaron. Jacob fue a cambiarse de ropa y luego regresó al pasillo. Jareth y él esperaron afuera de la habitación en silencio.

La señora Henry finalmente abrió la puerta mucho más tarde, y ambos hombres se precipitaron hacia la puerta. "Ella quiere verte a ti, Jacob", ella le dijo y luego bajó las escaleras.

"¿Y que hay de mi?". Le preguntó Jareth a la señora, pero ella ya estaba fuera de vista.

"¡Deja en paz a Sarah1", le gritó Jacob. "¿No comprendes que ella no quiere saber más de ti? ¡Has perdido!"

"¡No! Fue un malentendido, ¡puede arreglarse!" le gritó Jareth en respuesta.

Jacob se acercó a Jareth. "Bueno, ella no quiere arreglarlo".

Jareth frunció el ceño e intentó pasar por delante de Jacob.

Jacob agarró a Jareth por el cuello de la camisa y lo empujó con fuerza. Jareth tropezó hacia atrás, cayendo sobre su trasero en el suelo. Él se puso de pie y le hizo frente al hombre más joven.

"Preferiría no golpearte, ¡pero si tratas de entrar no tendré otra opción!" Le advirtió Jacob mientras empuñaba las manos.

La mandíbula de Jareth cayó y no supo que decir o hacer. Él no podía pelear con este hombre a puñetazos. Jacob era más joven, hacia muchos trabajos pesados y no estaba herido. Asombrosamente, Jareth retrocedió, admitiendo su derrota.

Jareth le dio la espalda y fue a ver a Sarah, cerrando la puerta de su cuarto firmemente detrás de él.

Jareth dio un golpe al muro con enojo con su puño, estremeciéndose cuando el dolor repercutió por su mano hasta su brazo. Él intentó no hacerle caso, y se apoyó contra el muro. Trató de permanecer calmado, con una fachada de tranquilidad, pero el control se le escapaba. Lentamente, se deslizó hacia abajo por la pared, con la angustia tomando el control de su corazón agotado.