"Consecuencias Inesperadas"
Escrito por Cormack3032 -- Traducido por BlazeVein
Capítulo 21: "Dolor y Culpa"
La mañana siguiente Jareth despertó y se vistió, esperando poder convencer a Sarah que ella había entendido mal sus palabras. Él había temido que la verdad pudiera hacerle daño y ese miedo se había hecho la realidad. Se encaminó al granero en su busca, solamente para descubrir que ella no estaba ahí, y los animales ya habían sido alimentados.
Él entró a la cocina por la puerta de atrás y la encontró trabajando duro junto a la señora Henry, Elizabeth, Abbie y Ellie.
"Abby, es bueno ver que ya se siente mejor", le dijo él a la muchacha.
Ella le sonrio. "Gracias".
Él fue hacia la mesa donde estaba Sarah preparando la masa para los bizcochos. Estaba muy consciente de los ojos de la señora Henry sobre él.
"No quiero hablar contigo", le dijo Sarah, sin siquiera darse vuelta a mirarlo.
"¿Ni siquiera me dejaras explicarte?", le preguntó él calladamente.
"No hay explicaciones que dar, ahora, por favor, déjame sola". Su voz era firme y Jareth no quiso presionarla. Obviamente, ella ya había tomado una decisión y él no iba a provocar una escena delante del resto de los de la casa.
Él asintió, más bien para él. "Muy bien. Como tu desees".
Solamente cuando empezaba a alejarse, Sarah se permitió el mirarlo. Ella había esperado que él fuera más exigente, pero había sido todo lo contrario. Ella sacudió la cabeza, intentando ignorar el palpitar de su corazón, y regresó su atención a lo que estaba haciendo.
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Dos días pasaron en un giro borroso. La tensión todavía se cernía entre Jareth y Sarah, sin que se le vislumbrara un final. Ninguno de los dos ni comía ni dormía apropiadamente y eso molestaba tanto a la señora Henry como a Jacob. Pero pronto otra clase de tensión se añadió cuando Jacob y el señor Henry comenzaron a hablar de política en la mesa.
Una mañana hubo tensión al desayuno, pero no fue debido completamente a la relación constantemente inestable entre Jareth y Sarah. El señor Henry y Jacob hablaron de una reunión que se estaba planeando. Había reportes acerca de que estaban ocurriendo más y más escaramuzas entre los colonialistas y los británicos. El Fuerte Ticonderoga en Nueva York había sido capturado de vuelta por los colonialistas en Mayo, proveyendo a los colonialistas de equipamiento militar muy necesario, el que fue traído a Boston. El mismo día que el Ticonderoga fue capturado, el Segundo Congreso Continental en Filadelfia había elegido como su presidente a John Hancock.
El Ejército Continental ya se estaba reuniendo y se hablaba de que el Congreso iba a designar un General y a un comandante en jefe. Se hablaba de atacar a los británicos en Boston muy pronto. Era evidente para todos que las colonias iban hacia una guerra.
Jacob observó la expresión de Sarah mientras los hombres hablaban. Ella parecía estar asustada y difícilmente podía culparla. Él se estiró y palmoteó el hombro de Sarah. "No debería dejar que esto la trastorne. Coma su desayuno. Si alguno en esta casa estuviera en peligro, nosotros empacaríamos y nos iríamos rápidamente. Pero aquí no hay ninguna amenaza inmediata. Todas las escaramuzas han ocurrido cerca de Boston y los fuertes militares."
Eso no pareció confortar a Sarah. Las colonias se preparaban para la guerra y Jareth y ella ya sostenían su propia guerra entre ellos. Una que parecía lejos de resolverse.
Ella sacudió la cabeza. "Es sólo que no tengo hambre. Si ustedes me excusan". Ella se levantó de la mesa y subió a su cuarto, cerrando la puerta detrás de ella.
Jacob suspiró mientras la miraba marcharse y supo que Jareth también la estaba mirando. "Espero que estés orgulloso de lo que has logrado", le espetó Jacob. "Esto ha estado pasando por 3 días y estoy muy cansado de ello. Ella va a conseguir enfermarse y es su culpa".
Jareth estrechó los ojos.
"Caballeros, ustedes no se pelearan en mi mesa", dijo el señor Henry con firmeza. "Jacob, te enviaré hoy al pueblo con una lista de provisiones para la granja. Es una lista muy larga."
"¿Ha añadido usted más provisiones que de costumbre?", le preguntó Jacob.
Su padre asintió. "No tenemos idea de dónde será la primera batalla. Quiero estar seguro de que la granja esta abastecida en caso de que necesitemos marcharnos inmediatamente."
Jareth frunció el ceño. "Usted actúa como si la lucha fuera a comenzar cerca de aqu".
"Es posible. Uno nunca puede estar demasiado seguro". Replicó el señor Henry dando un mordisco a un bizcocho.
"Edgar, por favor no hables asi. Esta granja es todo lo que tenemos. ¿Adónde iremos si la lucha se acerca? ¿Qué pasará con nuestra familia?", preguntó la señora Henry. Ella estaba obviamente preocupada y de repente la tensión en la mesa fue tan espesa que se podría cortar con un cuchillo.
"No sé a donde iríamos. Será tan lejos como podamos de la lucha, SI es que llega hasta aqui. No quiero tomar ningún riesgo con mi familia."
"Iré hoy a la ciudad, tan pronto como hayamos almorzado. Tengo unas cuantas tareas que terminar y las haré mientras tanto", le dijo Jacob.
El señor Henry asintio. "Y todos iremos de cacería en unos días, para asegurarnos de estar suficientemente abastecidos de carne. Veremos si usted es capaz de manejar un mosquete esta vez, Jareth. Su hombro debe estar mejor."
"Está mejorando, pero no esta completamente curado"
"A pesar de todo, si usted puede manejar un mosquete, lo necesitamos".
Jareth asintio.
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Hubo unos golpes ligeros en su puerta y Sarah suspiro. "¿Quién es?"
La puerta se abrió levemente sin su permiso y Jacob asomó la cabeza en su habitación. Él le sonrió a Sarah, quien estaba sentada en el borde de su cama.
"Siento molestar, pero voy a ir a la ciudad y pensé que a usted podría gustarle acompañarme".
"No, gracias", le dijo ella rápidamente.
"¿Prefiere estar sentada y abatida todo el día?"
"No estoy abatida".
"Sí lo esta. Ha estado aquí toda la mañana. No comió nada para el desayuno y omitió el almuerzo. No ha hablado con nadie."
"Porque prefiero estar sola", ella insistio.
"Por favor, viaje conmigo a la ciudad. Se sentirá mejor después de un poco de aire fresco y un cambio de ambiente." Él sonrió con dulzura. "De hecho, se lo garantizo".
Sarah suspiro. Jacob no iba a darse por vencido. "Esta bien. Iré a la ciudad con usted".
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Jareth no estuvo complacido de saber que Sarah había ido a la ciudad con Jacob. Él había estado con el señor Henry en la leñera y no supo de los planes. Si él lo hubiera sabido, le hubiera prohibido ir. Las colonias marchaban hacia la guerra y dejar la granja no era sabio. Y el hecho de que ella había ido con Jacob como su guardián solamente empeoraba las cosas.
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Sarah odiaba admitirlo, pero el paseo a la ciudad realmente la animó un poco. Se sentía bien el viento sobre su cara y el cambio de escenario la ayudó a olvidar sus problemas momentáneamente.
Ella no había hecho nada más que pensar en Jareth los últimos días, y esto la estaba volviendo loca.
Jacob condujo el coche hasta la Tienda General y jaló de las riendas para detener a la yegua castaña. Él ayudó a Sarah a descender del cochecito y extrajo una larga lista escrita en un pergamino con tinta negra.
"¿Va a comprar unas pocas provisiones o qué?", ella bromeo.
"Sólo unas pocas", Jacob sonrio. "Usted se perdió el almuerzo y no comió al desayuno, y ha estado comiendo como un pájaro estos últimos días". Él metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó unas monedas. "¿Por qué no va a la casa de huéspedes justo allí cruzando la calle y se consigue algo de comer?"
Sarah negó con la cabeza. "No tengo hambre. En serio, estoy bien. Le ayudaré a conseguir las provisiones que necesita comprar."
Jacob sonrió con amplitud. "No, usted va a ir a la casa de huéspedes a comer algo y yo conseguiré las provisiones".
"Jacob, no quiero discutir acerca de esto".
Él sonrio. "Yo tampoco." Él le abrió la mano y puso las monedas en ella. "Ahora ve a comer algo antes de que consigas enfermarte.
Sarah suspiro. Él no se iba a echar atrás y probablemente el perderse tantas comidas no era bueno para ella. Finalmente, ella cabeceo.
"Espléndido. Te buscaré cuando haya terminado".
"Está bien"
"Te acompañaré a la casa de huéspedes y me aseguraré de decirle a Oliver que te vigile de cerca", le dijo Jacob mientras ponía un brazo alrededor de ella para guiarla a través de la calle.
Sarah gimió y Jacob se rio. Ella ni siquiera sabia quien era Oliver, pero era la idea de tener a alguien vigilándola la que no era placentera.
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Jacob había estado serio cuando le pidió a Oliver el vigilarla. El hombre calvo no había hecho más que mirarla fijamente todo el tiempo. Lo que implicó que ella no pudo esquivar comer. Ella ordenó pescado y una variedad de mariscos y los comió lentamente.
Oliver le preguntó si ella pensaba que estaban suficientemente cocidos o si no eran de su gusto. Él administraba el establecimiento y era evidente que quería complacer a sus huéspedes, aunque él sólo parecía estar interesado en complacerla a ella.
Ella sonrió y le dijo que estaba bien, que solamente era que no tenia mucha hambre. Ella se forzó a comer, lo cual probablemente no fue una buena idea. Se sintió enferma del estómago inmediatamente después de hacerlo.
Jacob regresó un rato más tarde, el carro ya estaba cargado con las provisiones. Él dijo que las otras personas habían tenido la misma idea de su padre, y la tienda estaba desabastecida de muchas cosas. Ellos tendrían que arreglárselas con lo que él había podido conseguir.
"Luces pálida. ¿Te encuentras bien?" Le preguntó él mientras la ayudaba a subirse al coche.
"Estoy bien. Sólo un poco enferma del estómago".
Jacob frunció el ceño. "¿No estas permitiendo que lo que pasó con Jareth siga molestándote, no es asi?"
Ella agachó la cabeza. "Tal vez es asi".
Jacob se subió al asiento junto a ella e hizo que la yegua diera la vuelta.
"¿Cómo lo toma Jareth?", preguntó ella calladamente.
Jacob se quedó con la boca abierta. Ella había sido herida a causa del hombre, ¿y ahora quería saber cómo estaba él?
"Estoy seguro de que tú lo has visto. Él no come, y lo más probable es que no duerma dado el aspecto cansado de sus ojos". Jacob se volteó a mirarla. "Sarah, ¿Por qué te molestas siquiera en preguntar? Es obvio que él te hizo daño. Deja que el hombre sufra un poco."
Sarah miro a la lejanía, su expresión era de rabia y preocupación.
Jacob arrugó el ceño. "¿Qué sucedió entre ustedes dos? Debe haber sido algo muy importante para permitir que te molestara."
Sarah le devolvió la mirada, y su expresión estaba encolerizada. "Prefiero no hablar de eso, ¿de acuerdo?"
Jacob abrió la boca para hablar, pero ella lo interrumpio.
"Sé que solamente tratas de ayudarme, pero en realidad no quiero ayuda. Esto es algo que yo debo resolver sola. La única persona que puede ayudarme es Jareth, y en este momento no quiero verlo. Yo--" Ella se detuvo y frunció el ceño cuando de repente sintió muchas náuseas.
Ella bajó la cabeza, y cerró los ojos con fuerza mientras se agarraba el estómago.
Jacob se alarmo. "Sarah, ¿estás bien?".
"Mi estómago esta un poco indispuesto, y estoy segura que el zarandeo del carro no está ayudando. Estaré bien una vez que llegue a la casa".
Jacob hizo que la yegua andara, esperando que Sarah estuviera bien cuando regresaran.
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La señora Henry salió de la habitación y afrontó a Jacob que estaba parado en el pasillo.
"¿Cómo está ella?", preguntó Jacob.
"Me temo que no esta bien. Ella no puede retener nada". La señora Henry sacudió la cabeza. "La pobrecilla. Ella ha pasado mucho tiempo en el retrete. No dudo que el estrés de permanecer disgustada con Jareth esta causando que esto pase. Probablemente ella se esta enfermando asi."
"Me gustaría retorcerle el cuello", espetó Jacob. "Y la única razón porque no lo hago es que la tensión entre ellos lo tiene a él igual de mal". Él suspiró y sacudió la cabeza. " Padre dijo que él fue una ruina toda la tarde. Él no podía realizar ninguna labor, constantemente miraba hacia el camino para ver cuando nosotros regresáramos."
"Jareth se preocupa por Sarah, aun si él rehúsa admitirlo a alguien", le dijo la señora Henry a su hijo.
Jacob miró a su madre a los ojos y luego suspiró pesadamente. "Él demuestra que le preocupa con la manera en que esta actuando ahora. Bueno, usted lo ha visto. Fallando en terminar las labores que se le han encargado. Padre dijo que Jareth estaba exhausto, que él no ha estado durmiendo, y que también ha estado saltándose las comidas y comiendo como un pájaro". Jacob sacudió la cabeza. "El hombre es como un enigma. En el pasado él actuó como si Sarah fuera especial para él por un rato y en el siguiente, como si ella no significase nada. ¡Y ahora, él se está maltratando porque ella esta disgustada por algo que él hizo!"
Jacob suspiró, caminó hacia la ventana por el pasillo y miró hacia afuera. Él pasó los dedos a lo largo del alfeizar.
"Él no es un enigma. Él esta confundido acerca de lo que siente", dijo la señora Henry.
Jacob se volteó a mirar a su madre. "¡Cómo va a estar confundido! ¡Es obvio lo que siente! Él esta enamorado de ella."
"Quizás es obvio para todos menos para él. Me parece recordar a alguien de 17 años de edad que estaba bastante entusiasmado con una mujer rubia llamada Marguerite. Él fue el último en saber que lo que sentía mientras que era obvio para los que le rodeaban".
Jacob suspiro. "Si Jareth... ama a Sarah, ¿por qué le hizo daño otra vez?"
"Quizás no fue intencional. Podría ser como reclama él, un malentendido. Escuché a Jareth el otro día en la cocina hace unos días. Él quiso arreglar las cosas entre ellos y Sarah no se le permitio". La señora Henry suspiro. "Yo sé que Sarah te atrae, Jacob, pero es mejor que la dejes ir. Jareth no va a renunciar tan fácilmente".
Jacob arrugó el ceño. "¿Qué quiere usted que yo haga, Mama? ¿Pretender que mis sentimientos no existen?"
"¿Así que sientes algo por ella?"
"¡Por supuesto que si! ¡Pero esos sentimientos no significan una maldita cosa para Sarah cuando Jareth esta alrededor!", gritó Jacob. "Sarah está enojada con él, pero yo sé que ella quiere perdonarlo. Aun no sé que falló entre ellos, pero ella esta buscando una razón para perdonarlo. ¡Ella me preguntó cómo estaba él, y yo le conté que él no estaba comiendo ni durmiendo y ella estaba preocupada! ¡Ella estaba preocupada por la persona que la ha hecho miserable!"
La señora Henry inclinó la cabeza y miro a su hijo mayor. "Es porque ella se preocupa por él e intenta perdonarlo, pero algo no la deja. Ella es una muchacha dulce, pero te lo digo, Jacob, es mejor ser su amigo y ni una cosa más. No des tanto de ti que vas a resultar herido. Tu saldrás esta tarde con tu padre y Jareth. Vas a cabalgar con el hombre durante horas y es mejor si dejas que todo esto termine."
Jacob suspiro. "Usted tiene razón. Me he permitido el estar demasiado involucrado. Yo debería estar preocupado por cosas más importantes que una mujer que evidentemente no puedo tener. Yo debería estar preocupado por la guerra. He estado ignorante. No he estado en muchas reuniones en la ciudad... eso cambiara".
La señora Henry puso una mano en el hombro de su hijo. "Sé que es difícil no involucrarse. Ellos viven en nuestra casa y hemos llegado a conocerlos."
"Es difícil. Pero usted tiene razón, Mama. Yo debo dejar ir esto, y concentrarme en asuntos más urgentes que están a mi alcance". Él la besó en la mejilla. "Como siempre, usted es la voz de mi razón".
Jacob se alejó caminando, mientras su madre lo observaba.
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Ellos habían estado montando a caballo durante más de una hora y ninguno había dicho una palabra. Dan estaba lleno de energía y Jareth tenia que frenarlo para ir al paso. Finalmente, Dan pareció entender lo del paso y se condujo tranquilamente detrás de los caballos del señor Henry y de Jacob.
Jacob guió su caballo castaño hacia Dan, y Jareth y él montaron en silencio unos momentos.
"Sarah estaba preocupada por ti. ¿Sabias eso?" Le preguntó Jacob calladamente.
Jacob miró al joven cautelosamente. "No, no lo sabia", replicó cortante.
"Bueno, ella lo estaba. Ella preguntó sobre ti, cuando nos estábamos preparando para regresar a la granja. No entendí su preocupación".
Jareth solamente asintió, inseguro de cómo contestar.
"Mira, yo no sé lo que sucedió entre ustedes dos, y no preguntaré que pasó, pero no pienso que sea acertado para ustedes dos que continúes actuando como lo has hecho."
Jareth resopló y luego se rió silenciosamente.
Jacob frunció el ceño. "¿He dicho algo gracioso?"
"Fallo en ver que es lo vas a ganar predicándome acerca de cómo yo debería actuar".
"No estoy predicando, simplemente sugiero que quizás deberían hacerse algunos cambios. Ninguno de los dos esta comiendo ni durmiendo, y eso no puede ser bueno. La pobre Sarah se ha llegado a enfermar de preocupación y quien sabe que más".
Jareth miro a lo lejos y Jacob se dio cuenta que había pegado en un nervio. Jacob supo que había alterado a Jareth el saber que Sarah no estaba bien.
Jacob decidió que hablar con franqueza venia en orden. "Tu sabes que ella esta dolida y es evidente que eso le molesta. Solamente que no entiendo por qué no le hablas. Mientras más lo demores, será peor."
Jareth suspiro. "Lo he intentado, y ella no desea hablar conmigo. Yo me niego a presionarla, porque no quiero herirla otra vez"
"Bueno, ¿por qué no intentas otro acercamiento? Es obvio que sientes algo por ella. ¿Por qué no se lo dices?"
Jareth levantó las cejas con alarma. "¿Y cómo es que la confesión de mis sentimientos va a ayudarlo a usted?"
"No estoy sugiriendo que se lo digas para beneficio mío". Jacob miró directamente a los ojos a Jareth. "He decidido dejar de tratar de ir detrás de Sarah"
"No es eso encantador", Jareth se permitió el sarcasmo.
"No se burle. Estoy siendo completamente serio." Jacob se enderezó en la montura. "Yo debería estar pensando en la guerra y no en andar persiguiendo a una mujer que tiene ojos para otro hombre. ¿Por qué no le dices como te sientes?"
El tono de Jareth se volvió serio. "Hay una línea muy fina entre Sarah y yo. Si la cruzo, yo podría alterar el equilibrio de nuestra amistad ya frágil. Es un milagro ya en si misma que hayamos logrado hacernos amigos. Parece que ya he hecho suficiente daño y rehúso infligir más."
Jacob sacudió la cabeza. "Yo pensé que intentarías reparar el daño, independientemente de si ella te aleja o no. Ella es una buena mujer, aunque parece asustada de algunas cosas y no confía con facilidad. Ella necesita amor y paciencia. Tiene una maravillosa personalidad y es fuerte y madura para su edad. También es sumamente hermosa. Yo pensaría que ella es el tipo de mujer por la que un hombre moriría tratando de proteger." Jacob levantó las cejas y dando un talonazo a su caballo lo llevo hacia delante, dejando a Jareth a solas con sus pensamientos.
Jareth suspiró profundamente. Los sentimientos de confusión se removían en su estómago otra vez.
Ella es mortal... mortal... una parte de él continuaba diciéndolo. Pero la voz se estaba acallando cada día más. Una nueva voz había estado sobresaliendo.
'¿Qué importa cuán larga es su expectativa de vida?... ¿o si ella no tiene magia, mientras ella sea una buena persona?'
Jareth sacudió la cabeza y le dio un talonazo a Dan para alcanzar a Jacob y su padre quienes hablaban de política. Él intentaba dejar las cosas estar por ahora.
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Algo pareció que andaba mal cuando ellos llegaron a caballo hasta la casa la tarde siguiente. Jacob y su padre notaron que ninguna de las mujeres estaba esperando su regreso en el pórtico.
"Tal vez solamente no nos han visto aun", dijo Jacob con un encogimiento de hombros.
"Tu madre nunca se ha perdido nuestro regreso, excepto cuando estaba dando a luz a tu hermano. Algo no esta bien", dijo el señor Henry.
Jareth frunció el ceño al escuchar la conversación. Ellos fueron montando directamente hasta la casa en vez de al granero, esperando que hubiera ocurrido algún inconveniente menor o que nadie se hubiera molestado en mirar por las ventanas.
La puerta del pórtico se abrió de golpe y la señora Henry se precipitó al pórtico con cara de espanto. "¡Oh, gracias al cielo que han regresado!" Ella lucia exhausta. Su cabello se escapaba del moño que usaba generalmente en alto, su vestido estaba arrugado y lucia como si no hubiera dormido en toda la noche anterior.
El señor Henry desmontó de su caballo. Las presas que ellos habían conseguido ya no parecían tan importantes en cuanto vio la mirada de pánico en la cara de su esposa. Él utilizó su bastón para estabilizarse. "¿Qué pasó?"
La señora Henry retuvo el aliento antes de soltarlo. "Es Sarah".
Jareth saltó de Dan, con el corazón golpeándole en el pecho. "¿Qué pasa con Sarah?". Preguntó dirigiéndose al pórtico.
"Entre en la casa", ella pidió y se volteó para ingresar de nuevo con Jareth a sus talones. Jacob desmontó de su caballo y los siguió rápidamente.
Jareth se apresuró por las escaleras, brincando dos o tres escalones a la vez, manteniéndose cerca de la señora Henry. Cuando él entró por la puerta de la habitación de Sarah, se quedo con el aliento en la garganta y su corazón comenzó a correr más aprisa.
Sarah estaba acostada en su cama, con el cabello oscuro enmarañado por su cara. Ella estaba doblada, sosteniendo su abdomen y quejándose suavemente. Estaba mojada en transpiración, con los ojos cerrados con fuerza ante el dolor en que se encontraba.
Jareth inhaló estremecido.
Jacob jadeó al llegar a la entrada y ver a Sarah. "Dios querido..." él dejó escapar.
"¿Qué es lo que le ocurre?" Jareth se encaminó hacia la cama. Él no se molestó en ocultar su preocupación y miedo.
Ellie estaba sentada a la derecha de Sarah intentando calmar a la muchacha con palabras tranquilizantes y su toque apacible mientras ella pasaba un paño húmedo por la piel de Sarah.
"Ella esta muriendo..." dijo ahogadamente la señora Henry. Había lágrimas en sus ojos y cuando el señor Henry apareció detrás del grupo, ella se arrojó en sus brazos. El hombre mayor consoló a su esposa.
"¿M-muriendo?" Jareth sintió vértigo de repente. "¡Debe haber alguna equivocación! Ella estaba bien, y no tenía más que una molestia en el estómago cuando nos marchamos ayer. ¿Cómo puede estar muriendo? Tiene que ser un error", él repitió.
La señora Henry negó con la cabeza y secó sus ojos con un pañuelo que le proporcionó su esposo desde su bolsillo. "Doc Hiller se marchó hacia varias horas atrás. Hice que Thomas cabalgara hasta la ciudad y lo trajera temprano esta mañana, cuando ella no lograba mejorar". La señora Henry ahogó un sollozo. "Ella tiene el Cólera".
"Oh, Querido Señor". Jacob jadeo. Rápidamente buscó una silla y se sentó en ella temiendo que sus piernas le fallaran.
Jareth miró perplejo. "¿Cólera?"
"Es una infección seria. Con frecuencia es causada por comer alimento descompuesto. Por lo general se le encuentra en las ciudades y no en el campo. Puede ser fatal si no es conocida a tiempo", le dijo Jacob a Jareth. Él observó como las manos del hombre rubio comenzaban a temblar.
"Ella debe tener un caso severo de Cólera", agregó gravemente el señor Henry mientras miraba a Sarah que se retorcía en agonía.
La señora Henry asintio. "Nosotros intentamos que ella bebiera agua mezclada con sal, pero ella no puede retener nada... ella está más allá de cualquier ayuda."
"¿Cuánto tiempo le queda?", preguntó el hombre más viejo.
La señora Henry miró a Sarah y luego presionó su mejilla contra el pecho de su esposo. "Doc Hiller dijo que ella no pasaría la noche. Le quedan solamente unas cuantas horas, y eso".
Jareth soltó un aliento estremecido. Se sintió mareado y se sentó en el borde de la cama de Sarah cuando el cuarto comenzó a girar. Él la miró. Ella todavía se estaba quejando, y agarrándose el estómago. "¿Cómo...?", pudo decir.
La señora Henry se sonó la nariz con el pañuelo y luego intento recomponerse. "No estoy segura. Doc Hiller dijo hay 4 brotes de cólera en la ciudad desde anteayer. Lo único en común que él pudo encontrar era que todos ellos comieron en la casa de huéspedes, pero Sarah nunca ha comido ahi".
Jacob sintió de repente como si el estómago le hubiera caído hasta los pies. "Ella ha comido ahi..." dijo él con torpeza.
"¿Qué?", preguntó la señora Henry. "¿Cuándo?"
"Cuando la llevé a la ciudad anteayer. Le di algunas monedas y le dije que comiera algo en la casa de huéspedes, mientras yo recogía algunas cosas. Ella no había tomado alimento al desayuno y se había saltado el almuerzo y yo estaba preocupado. Ella no quería ir, pero yo le dije que era por su bien. Ella necesitaba comer y comió algo de pescado y mariscos. Deben haber estado infectados... Querido Señor... esto es culpa mía".
Jareth estuvo sobre sus pies en un instante. Se abalanzó sobre Jacob y agarró al joven por el cuello. Jaló a Jacob hasta ponerlo de pie y lo empujó contra la muralla con tanta fuerza que los libros se cayeron del librero de la habitación. "¿Esta es TU obra?", él rugio.
"¡Detengan esta locura aquí y ahora! Apuntar con el dedo no va a ayudar." El señor Henry empujó a Jareth lejos de Jacob.
Jareth fue separado de Jacob por el señor Henry y vaciló inestablemente sobre sus pies. Estaba respirando pesadamente clavaba sus ojos como dagas en Jacob.
"Nadie es el culpable aquí. Jacob estaba buscando su bienestar. ¿Cómo iba a saber él que la comida estaría infectada?" El señor Henry intentó razonar.
"¡Él no debió forzarla a comer si ella no quería!", gritó Jareth.
"¡Ella no estaba comiendo debido a ti! ¡Quizás si tu hubieras sido más considerado por sus sentimientos y necesidades, ella no habría dejado de comer!", replicó Jacob.
"Ustedes dos dejen eso o se tendrán que retirar", los amenazó la señora Henry.
"Yo no voy a dejar a Sarah. Por ninguna razón", le dijo Jareth a ella con firmeza. Sus ojos desiguales sostuvieron su mirada.
La señora Henry no dudó de sus palabras. Ellos no serian capaces de sacarlo sin luchar.
Sarah gritó de repente causando que todos la miraran. Ella enterró su cara en su propio pecho, gritando por el dolor en su abdomen inferior.
Jareth estuvo a su lado en un instante. Él sintió que su corazón se exprimía de dolor en el pecho cuando ella comenzó a gritar. Se sintió impotente mientras la observaba.
¿Por qué había pasado esto y por qué ahora?
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Jareth se sentó solo en la cama de Sarah en la oscuridad. Solamente una vela traía algo de luz al cuarto.
Unas pocas horas antes el reverendo había llegado a leer lo que la señora Henry llamó "la extrema unción". La familia había permanecido en el cuarto por otra hora más antes de marcharse dejando a Jareth a solas con Sarah.
Elizabeth había sorprendido a todos cuando ella presentó sus respetos y luego se fue de la habitación. Aunque era obvio que a la rubia no le agradaba Sarah, fue evidente que ella nunca le deseó un daño verdadero. Jacob no quería dejar a Sarah, pero la señora Henry insistió y después de unos cuantos momentos de tensión, él también abandonó la habitación. Ellos se fueron dejando a Jareth a solas con Sarah y su deteriorada condición.
Jareth acarició la piel de la cara de Sarah. Era la primera vez que él la tocaba sin sus guantes puestos. Ella estaba fría al tacto, y sus labios estaban de un extraño color azul. Su respiración era rápida y superficial, y cada cierto tiempo ella gemía como si el dolor la atacara con violencia. Ella estaba tan débil que apenas se movía.
Ella no tenia idea de donde estaba ni con quien. Todo lo que ella sabia era el dolor que la consumía y la llevaba lentamente lejos del mundo de los vivos.
Se formaron lágrimas en los ojos de Jareth y su intento de parpadear para alejarlas, no funciono. Él llevó la mano helada de Sarah a sus labios y presionó en ella un suave beso. Él bajó la cabeza y pasó sus dedos por el pelo de ella. Ella se veía terrible. La piel alrededor de sus ojos y de sus mejillas estaba hundida. No se parecía para nada a la hermosa joven que él había sacado de su casa hace unos meses atrás.
Jareth se inclinó sobre ella, para seguir tocando su piel, y sus manos temblaron al tocarla.
"Tú eres tan obstinada... nunca me dejaste disculparme...", susurró él. "Nunca me permitiste decirte lo que significas para mi..." él pasó sus dedos por su mejilla, acariciando su suave piel. "Porque tu significas algo para mi. ¿No te diste cuenta de eso?", él inclinó la cabeza.
"Yo no te odio... no quiero vengarme, y no te culpo por lo que le hiciste a mi reino... ya no. Yo sé que tu te arrepientes de lo que hiciste... que si pudieras deshacerlo lo harías... Tu eres diferente de la mortal que destruyo mi Laberinto... Ella era una niña egoísta, pero ahora es una mujer..."
Una mujer a la que se dio cuenta que nunca besaría, a la que nunca sostendría en sus brazos otra vez... Una mujer que nunca supo lo que había en realidad en su corazón.
Él agachó la cabeza por un momento intentando recomponerse, y cuando la levantó, una lágrima se deslizó por su mejilla.
"Tu... no puedes dejarme solo asi...", él se ahogó al hablar. "Te menti... yo te necesito..." El volvió a tocar su cabello. Su lágrima cayo sobre la cara de ella, y se deslizo hacia abajo por su mejilla como si fuera ella la que estaba llorando.
Él la observó y ella no respondió a él en lo absoluto. Él enterró su cara en sus manos incapaz de soportar el verla en su presente condición. No lloró, pero su cuerpo se estremecía como si lo hiciera. Él podía sentir que su corazón se rompía dolorosamente dentro de su pecho y encontró difícil el respirar.
Él no comprendió por que el destino le había hecho esto a ella o a él.
Él iba a perderla... a la única mujer que había amado de verdad.
Continuará...
Nota del Autor: Esquivando todos los duraznos podridos voladores. ¡No me maten o no podré terminar la historia! Sé que todos probablemente me odian en este momento, pero prometo que las cosas mejorarán.
Nota del Traductor: ¡No maten al mensajero! (Ejem, o no podré traducir lo que sigue. Guiño.)
