Nota del Traductor: Millones de disculpas por el atraso. Ahora espero retornar a un ritmo más constante.
N.A.: La batalla que se discute en este capitulo tomo lugar el 17 de junio de 1775, mientras que mi línea de tiempo la había colocado en el 11 de junio. Merece la pena de comprobar y asegurarse de que las fechas que encontramos en la investigación son correctas. Mi enciclopedia (en libro) asegura que la fecha de la batalla fue el 10 de junio; mientras que en una investigación posterior con otras fuentes, descubrí que en realidad fue el 17, y ya es un poco tarde para cambiar las cosas, ya que mis capítulos ya han sido posteados. Mis disculpas por el enredo.
N.A.2: Mis gracias a todos los que han seguido revisando esta historia en ffnet, en mi website, en jsfanfiction list o por e-mail.
CONSECUENCIAS INESPERADAS
Escrito por Cormak3032 --- Traducido por BlazeVein
Capítulo 23: "Bajo la luz de la Luna"
Sarah abrió los ojos, preguntándose como se había quedado dormida en primer lugar. Sonriendo con pereza, ella recordó lo que había sucedido en la mañana temprano entre Jareth y ella.
Ambos se habían quedado dormidos en su cama y habían terminado en un enredo de brazos y piernas, sin mencionar una abultamiento persistente que había estado oprimiendo su estómago.
Aun sonriendo, ella se volteó hacia la puerta y notó algo que no había estado allí en la mañana. Se sentó lentamente, aun sintiéndose un poco débil, y se quedó con la boca abierta al ver un hermoso ramo de flores silvestres en un florero de vidrio.
"Me preguntaba cuanto tiempo te demorarías en notarlas".
Sarah se giró hacia la ventana para ver a Jareth apoyado contra la pared haciendo girar 3 cristales en la punta de sus dedos enguantados. Ella frunció el ceño ante la vista y tragó un nudo en su garganta.
"Son hermosas", le dijo de las flores. "¿De dónde han venido?"
"Las recogí cuando regresaba del granero. Te encontré durmiendo después de que me bañé y me cambie. Comprendiendo que estabas bien, lo menos que podía hacer por la señora Henry era alimentar el ganado".
Sarah sonrio. Si bien él había aparecido como el Rey de los Goblins mientras hacia girar los cristales, él no había actuado como el hombre que la había forzado a recorrer su laberinto hace mucho tiempo atrás.
"Gracias".
Él asintio.
Ella miró los cristales que seguían moviéndose en la punta de sus dedos y escuchó el ligero tintineo del cristal al rozarse uno contra otro. "Parece que has recuperado tu magia".
Jareth se dio cuenta de la decepción en su voz. "Me temo que no del todo. Aunque mis cristales son más fuertes y claros, no son más que trucos de ilusión barata de un bufón". Él frunció el ceño profundamente. "Tienen poco o ningún poder en ellos. Yo intenté producir algunas flores y el resultado fue menos de lo esperado." Él giró su muñeca y los tres cristales desparecieron como si no hubieran estado allí en lo absoluto.
Él apuntó en dirección al escritorio y Sarah advirtió que un jarrón de porcelana blanca estaba lleno con marchitos tallos marrones. No tenían hojas ni pétalos de flores. Parecía como si alguien hubiera llenado el florero con hierba muerta.
Ella se volteó hacia Jareth. "Ya regresara. Tus cristales parecen más fuertes hoy que ayer."
Jareth asintió y se movió de la pared. "Tienes toda la razón. Sólo que me temo que la paciencia no va conmigo".
Ella sonrio.
"¿Tienes hambre? Te perdiste el desayuno, y estoy seguro que la señora Henry vendrá pronto con nuestro almuerzo", le dijo él.
"Aun no. Quizás en un rato más".
Él cabeceó y se quedó de pie observándola desde el otro lado de la habitación.
Sarah encontró su mirada fija por un momento con la suya, y ella rápidamente recorrió su figura con la vista. Él usaba colores oscuros el día de hoy. Una camisa azul marina que era casi negra y que llevaba desabotonada hasta la mitad del pecho. Por lo general él intentaba encajar y abotonaba su camisa hasta el cuello como los otros hombres lo hacían, pero hoy parecía un poco en rebeldía. Un poco más él mismo. Él llevaba pantalones bajo la rodilla de color gris oscuro que se adherían a su forma ágil un poco mas de lo que su vestuario prestado usualmente lo hacia, y sus botas negras altas completaban su atuendo.
Su mirada era intensa y aumentó hasta incomodar a Sarah, y la habitación se sintió súbitamente llena de tensión.
'Deja de pensar en cuán ajustados le quedan los pantalones y pregúntale algo útil', le dijo su mente. Ella apartó la vista con rapidez y mordiéndose el labio inferior le hizo una pregunta.
"Así que, hum... ¿alguien sabe cómo me enferme?"
Ella se ocupó con las sábanas de la cama, alisándolas sobre el colchón junto a ella antes de atreverse a mirar a Jareth otra vez. "¿Los Henry dijeron si el Cólera era común por aquí o no?"
"Aparentemente, no." Jareth frunció el ceño. "Por lo que entiendo, generalmente sucede en las ciudades y no en el campo."
"No sé mucho acerca de eso. Solíamos enterarnos de eso brevemente en la clase de Historia. Ha rondado por ahí por largo tiempo, aunque usualmente se le encuentra en lugares asquerosos. Lugares con comida echada a perder. No he sido expuesta a nada de eso". Ella resoplo. "Sólo debo haber sido la premiada al enfermarme de la nada".
Jareth observó a Sarah con cuidado. "¿Qué comiste en la Casa de huéspedes?"
Sarah arrugó el ceño. "¿Qué tiene que ver la Casa de huéspedes con esto?"
"El doctor le dijo a la señora Henry que 4 personas habían desarrollado el Cólera y todas ellas habían comido en la Casa de huéspedes los últimos días. Supe esta mañana que 3 de ellas murieron, lo que significa que tú eres la única sobreviviente."
"¿Tres personas murieron de lo que yo tuve?"
Jareth asintio. "Pienso que no comprendes lo enferma que estuviste. Estuviste a punto de morir".
"¿Y por que no? ¿Cómo pude sobrevivir y esas otras personas no?" Ella pareció sentirse culpable de estar con vida.
Jareth sacudió la cabeza, su cabello rubio se esparció sobre sus hombros. "No lo sé, Sarah. Y desde ya, es una pregunta de la que nunca conoceremos la respuesta".
Sarah dio un vistazo a las manos enguantadas de Jareth y recordando los cristales pregunto, "¿Pudo haber sido tu magia?"
"No pienso que eso sea posible. Mi magia es demasiado débil. Ni siquiera pude crear flores esta mañana, y ni pensar en salvar una vida. Incluso ahora, solamente puedo sentir la magia como una ligera presencia en mi, cuando normalmente debería ser capaz de sentirla como sangre recorriendo mis venas."
"No lo comprendo".
"Es mejor no cuestionarse lo que ha pasado. El destino nos ha dado otra oportunidad. Deberíamos ser sabios y utilizarla."
Jareth estaba mirándola fijamente con intensidad de nuevo, y Sarah abrió su boca para preguntarle lo que quiso decir cuando golpearon a su puerta. Ella notó que Jareth rompió el contacto visual rápidamente y se cruzó de brazos.
"Puede entrar". Dijo Sarah, dándose vuelta hacia al puerta.
Ella estuvo agradablemente sorprendida al ver entrar a Jacob y sonrio. Pero su sonrisa se esfumó cuando vio la expresión en su rostro.
Jacob saludó con la cabeza a Jareth al otro lado de al habitación y luego permaneció parado a unos pocos pies de la cabecera de Sarah. "No podía creerlo cuando mi madre me dijo que habías sobrevivido la noche y que te estabas recuperando. Al menos algo bueno ha ocurrido".
Sarah frunció el ceño. "¿Qué quieres decir?"
"No te abrumaré con la información. Sólo vine a ver como te iba yendo".
"Me siento mucho mejor, pero dime que sucedio", lo presionó Sarah.
Jacob se paseó hasta el lado más alejado de la habitación y tanto Sarah como Jareth lo observaron con atención. Jacob se agarró las manos detrás de la espalda mientras caminaba con la cabeza caída. Finalmente se detuvo cerca del librero y se volteó hacia Jareth y Sarah.
"Es una época muy triste para todos en las colonias, aunque también es una época de regocijo. Hemos perdido nuestra mayor batalla contra los británicos en la colina de Breed, pero le hemos demostrado a los británicos que podemos hacerles frente."
"¿Qué sucedio?", preguntó Jareth.
"Los británicos tomaron Boston por el mar", comenzó Jacob, hablando de todo los sucesos. "Sus barcos de guerra llenaron la bahía de Boston y luego ellos pudieron navegar hacia el sur bajando por el Rio Charlestown. Ellos han estado en Boston por mucho tiempo y cuando escuchamos que habían planeado expandirse hasta Dorcester Heights, los colonos decidieron que habían tenido suficiente. Los enfrentamos en la Colina de Breed mientras Charlestown estaba en llamas bajo las balas de los cañones de los barcos de guerra británicos y comenzó a quemarse hasta el suelo".
"¡Oh, no!", Sarah grito. "Pero espera un minuto, ¿la Colina de Breed?". Ella recordaba haber aprendido acerca de la Batalla de Bunker Hill en la clase de Historia. La primera gran batalla entre los británicos y los colonos.
Jacob sacudió la cabeza. "El General Prescott y el General Putnam nos ordenaron fortificar Bunker Hill, la cual creo que es más alta que la Colina de Breed, pero ellos cambiaron de planes y eligieron fortificar la Colina de Breed. Es más pequeña, pero esta más cerca de Boston. Muchos no se dieron cuenta de la diferencia entre las dos y comenzaron a llamarla 'La Batalla de Bunker Hill'. ¿Y como sabias tu acerca de Bunker Hill?"
Sarah palidecio. "Yo... hum... mi padre me llevó a Boston cuando era una niña. Debo tener las dos colinas mezcladas en mi mente". Ella dejó escapar el aliento que retenía cuando Jacob asintió y pareció aceptar su respuesta.
No era demasiado una mentira. Su padre y su madre la habían llevado varias veces a Boston cuando ella era una niña. Su madre incluso había actuado en un teatro en Boston una o dos veces. Sarah recordaba estar viendo el gran obelisco que podía ser visto desde al carretera. Marcaba el sitio de la batalla y ella siempre lo recordaba porque le recordaba el del Monumento a Washington en Washington D.C. Pero era la primera vez que escuchaba de Breed's Hill.
"Los retuvimos por mucho tiempo y miles de británicos fueron muertos y heridos, mientras que nosotros solamente perdimos a 400 hombres", continuó Jacob.
"¿Cómo es que sabes todo esto si no estuviste allí?", le preguntó Jareth.
"Durante nuestra reunión en Concord recibimos una carta, de un conocido fuera de Boston. Un hombre anciano de nombre Lancaster ha estado enviándonos cartas a lomo de caballo durante la noche, ya por semanas. Su hijo peleó en la batalla y vivió para contarlo. Él contó acerca de los colonos que no dispararon hasta verles el blanco de los ojos a los británicos. Él dijo que los hombres pelearon valientemente y que mientras perdíamos la batalla, nuestro coraje y nuestra capacidad de hacerle frente a los soldados profesionales había renovado el interés en muchos."
"Suena como si no resultara ser una pérdida total entonces", agregó Jareth.
"Esto todavía es una pérdida y haciendo varias cuentas es una seria. Se rumorea que el General Warren fue muerto". Jacob metió la mano en el bolsillo de su abrigo y sacó un pequeño reloj de bolsillo con una cadena. "Solamente quise quedarme unos minutos a ver como estaba Sarah y ahora estoy divagando acerca de la guerra. Perdónenme, debo marcharme. Esta noche tendremos compañía, y yo debo ir a ayudar a hacer los preparativos."
"¿Compañía?", preguntó Sarah. Pero Jacob no la escucho. Él había devuelto su reloj al bolsillo y se marchaba a toda velocidad. Cerró la puerta detrás de él y se pudieron escuchar sus pisadas en las escaleras.
"Entonces parece que este país va a ir a la guerra", dijo Jareth con suavidad.
"¿Qué pasa?¿No me creíste cuando te conté en donde nos dejaste caer?", preguntó Sarah.
"A pesar de todo por lo que hemos pasado, yo tenia la esperanza de que estuvieras equivocada". Jareth frunció el ceño. "Durante la guerra tu nunca sabes en quien confiar. Yo he visto la guerra. He visto lo que puede hacerle a la gente, a las familias, a paises completos".
"¿Has pasado por una guerra? Nunca me contaste de eso".
"Hay muchas cosas que tu desconoces. Yo tengo más de 500 años. Habría demasiadas cosas que contarte". Jareth cruzó la habitación cuando vio que Sarah abría la boca para hablar. "Voy a ver si la señora Henry ha preparado el almuerzo".
Sarah asintió y él se marcho.
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Jareth regresó más tarde equilibrando una bandeja de madera con dos emparedados en un plato y dos vasos de agua. "Siento no traerte una comida mejor, pero la señora Henry y las otras mujeres están limpiando la casa y preparándose para la llegada de los invitados esta noche. Me temo que mis emparedados será todo lo que tengamos." Él le pasó a Sarah un vaso de agua y ella bebió con avidez.
"¿Escuchaste qué clase de huéspedes llegarán?", ella preguntó cuando bajó el vaso de sus labios.
"Unos hombres que están pensando en unirse al Ejército Continental. El señor Henry ha luchado antes con los británicos y ellos desean aprender información acerca de los británicos que pueda ayudarles a ganar en una batalla."
Sarah levantó las cejas. "Estrategias de batalla. Interesante".
"Le dije a la señora que Henry que bajaría temprano a conseguirnos algo para comer. Ella me aseguró que lo que le solicité será llevado a cabo."
Sarah frunció el ceño. "¿Qué fue lo que solicitaste?"
Jareth suspiro. "Después de todo lo que nos ha pasado, entre los colonialistas y los británicos, yo pensé que seria más sensato que permaneciéramos aquí arriba. Jacob estuvo con los hombres que me capturaron y yo no sé si todavía mantiene comunicación con alguno de ellos. Mientras que Jacob parece ser un buen hombre y nos cree a nosotros, es inofensivo, yo no sé lo que sus amigos podrían creer. Me rehúso a colocarnos en un peligro innecesario. Los hombres no se quedarán a pasar la noche y me he asegurado de que nos dejen solos".
"Jareth, me estas asustando".
Jareth notó la expresión de su cara y ella realmente parecía asustada.
"La guerra es espantosa, Sarah". Él se inclinó hacia delante y retiró unas hebras del cabello de ella de su cara. "Tu ya has visto hombres morir aquí y esto solamente va a empeorar", él retiro su mano de su pelo, y la ayudó a sentarse. Él bajó el plato a su regazo y tomando uno de los emparedados para él se sentó en la silla al lado de su cama.
Ellos comieron en silencio.
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Comieron la cena de la misma manera. El oír la charla en la planta baja acerca de la batalla y las voces de hombres desconocidos en la casa normalmente tranquila de los Henry, hizo parecer su situación más realista.
Jareth y Sarah no hablaron. Ellos escuchaban lo que estaban diciendo en el piso de abajo. Todos los hombres estaban irritados, incluyendo a Jacob y el señor Henry. Incluso las mujeres se habían unido a la discusión. La señora Henry y alguna otra mujer estaban discutiendo acerca de algo, mientras que Elizabeth y alguien más discutían de un asunto diferente.
Sarah escuchó como todos seguían discutiendo y luego pararon, intentando darle sentido al desorden. Ella estaba distraídamente consciente de la mano enguantada de Jareth sosteniendo las suyas, y su pulgar acariciando la piel del dorso de su mano.
Sarah estaba asustada. Esto se sentía mucho peor que cuando ella era una niña y se escondía en algún sitio para que sus padres no la encontraran después de haber hecho algo malo. A ella le gustaba esconderse en el ático, y recordaba un incidente en particular cuando ella tenia como 5 años de edad. Se había comido todas las galletas de los gabinetes. Y supo después que se hubo comido la última galleta que su madre estaría furiosa. Ella había corrido escaleras arriba y había trepado hasta el ático, escondiéndose detrás de un escritorio viejo. Aun podía recordar oír el sonido de su mamá acercándose, y el miedo de ser encontrada.
Aunque esta era una situación mucho mas seria, el sentimiento era el mismo. La adrenalina era bombeada por todo su cuerpo. Sus sentidos estaban agudizados y conscientes de cada cosa vista y olida a su alrededor. El miedo corría a través de ella y causaba que su corazón aporreara casi dolorosamente su pecho mientras ella trataba de estabilizar su respiración.
Jareth siguió acariciando la mano de Sarah. En la oscuridad, él ocultaba muy bien su propio temor. No fue hasta que oyó a la gente irse 4 horas después que el miedo lentamente lo abandono.
En el curso de la última hora, Sarah se había apoyado más cerca de él y descansaba contra su hombro. Era un sentimiento extraño, pero era uno bienvenido.
La casa se escuchaba ahora tranquila. Jareth notó que Sarah parecía sentirse pesada contra él y comprendió que ella se había quedado dormida. Cuidadosamente, él la dejó sobre la cama y jaló las mantas sobre ella. Él se sentó en la silla junto a su cama y pasó una noche desvelada cuidando de ella.
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Unos golpes en su puerta despertaron a Sarah de su sueño. Ella se frotó los ojos y bostezo. Miró alrededor y vio que Jareth estaba sentado en la silla junto a la cama. Él le sonrió levemente.
De nuevo golpearon a la puerta y fue más persistente. Sarah se recogió el cabello hacia atrás en una cola de caballo floja para lucir más presentable y le dijo a quien quiera que fuese que entrara.
"¡Buenos Días! ¿No me diga que no tiene un buen aspecto?"
Tanto Jareth como Sarah intercambiaron miradas entre ellos cuando Elizabeth entró a la habitación. Ella cargaba una bandeja con el desayuno y estaba burbujeante de alegría.
"Buenos Días", contestó Sarah calladamente.
"Mama me pidió que les trajera algo de comida y yo pensé que seria una oportunidad perfecta para presentarles a William". Ella sonrió con dulzura mientras bajaba la bandeja.
Jareth frunció el ceño y Sarah notó que él pareció envararse con la tensión.
Jareth quiso declinar educadamente las presentaciones, pero se dio cuenta que era demasiado tarde cuando vio a un hombre joven de pie en la entrada. Jareth se puso de pie de inmediato, colocándose protectoramente delante de Sarah.
Elizabeth fue con rapidez hacia la puerta y tomó la mano del hombre, conduciéndolo de la oscuridad del pasillo a la habitación.
Jareth se echo el pelo atrás de los hombros, comprendiendo que debía lucir horrible para Elizabeth y este hombre.
Elizabeth no pareció notar el pelo salvaje de Jareth o que su camisa estaba desabotonada hasta la mitad del pecho, pero el hombre si. Él miró fijamente a Jareth con curiosidad.
"William, me gustaría presentarte a Jareth y a Sarah". Elizabeth sonrio.
William era un hombre alto. Más alto que Jareth, pero un poco más voluminoso. Tenia el pelo oscuro atado hacia atrás y usaba ropas que sugerían que venia de una familia rica.
William sonrió con malicia. "Así que estos son los dos huéspedes de la casa".
Él se aseguró de acentuar la palabra 'huéspedes', y Jareth solamente pudo imaginarse las historias con que Elizabeth había alimentado a este hombre.
"He escuchado muchas cosas de ambos y me sorprendí de que no se nos unieron anoche en la cena".
"Sarah ha estado enferma", dijo Jareth inmediatamente, de inmediato había desconfiado del hombre.
"De el Cólera, ¿no es asi? Usted debe dar gracias a Dios por salvarla. Otros tres no fueron tan afortunados", dijo él con amargura. "Pero usted no esta enfermo, Jareth. ¿Por qué no se nos unio? ¿Es la idea de la guerra la que revuelve su estómago?"
Jareth apretó los dientes, pero se forzó a parecer calmado. "Sarah ha estado extremadamente débil. No quise dejarla sola".
"En verdad", replicò William.
Sarah sintió la tensión en el aire entre William y Jareth. "¿Cómo fue todo anoche en la cena?", ella pregunto. "Jacob nos contó lo que sucedió en la colina de Breed".
William giro su atención hacia Sarah. Él le brindó una sonrisa astuta. "Jacob ha hablado con gran estima de sus conocimientos. Él me estaba contando precisamente esta mañana que él estaba impresionado con su conocimiento de que había dos colinas diferentes. La cena estuvo bien. En unas pocas semanas algunos de nosotros nos dirigiremos hacia el sur para unirnos al Ejército Continental."
William se volteó hacia Jareth. "Cuando su amiga este bien otra vez, ¿planea usted participar en la guerra o se va a sentar a holgazanear y a permitir que otra gente luche por usted?"
"¡Eso no es justo!", le retrucó Sarah. "¡Esta no es nuestra guerra!", dejó escapar.
"Sarah...", le advirtió Jareth.
Pero William no se había perdido ninguna de sus palabras. "¿No es su guerra? ¿Aun si usted reside en una casa llena de Patriotas Yanquis? ¿Acaso no vive usted en las colonias?". Él no esperó por su respuesta. "Entonces también es su guerra y pensar otra cosa es ser un traidor. Usted seria sabia en tener cuidado con lo que dice, pequeña niña, ¡o alguien podría creer que usted es una realista!", espetó él.
"¿Qué está sucediendo aquí?"
Todos se voltearon a ver a la señora Henry de pie en al entrada, ataviada con un delantal cubierto de harina.
"No es nada, señora Henry. Elizabeth y yo ya nos retirábamos", le dijo William. Él cabeceó saludando rápidamente en dirección de Sarah y Jareth y dejó la habitación.
Elizabeth se encogió de hombros y lo siguio.
"¿Esta todo bien? Escuché gritos".
"Estamos bien", dijo Jareth con frialdad.
La señora Henry puso las manos en las caderas.
"Estamos bien, señora Henry. Pienso que William sólo estaba un poco irritable a causa de la guerra", le dijo Sarah.
La señora Henry suspiro. "Es mejor dejarlo tranquilo. Él estuvo volátil anoche casi hasta el punto que pensé que podría llegar a los golpes con los otros caballeros."
"¿Y aun así usted le permite cortejar a su hija?", le preguntó Jareth.
"Él puede ser sensible acerca de la guerra, pero William es un buen hombre, de una buena familia y es acaudalado. Me gustaría ver a mi hija bien. Si las cosas funcionan, él cuidará bien de ella."
Jareth tuvo que contenerse para no resoplar de disgusto. Él podría decir que la señora Henry en realidad no aprobaba a William, pero ya que el dinero estaba involucrado en la situación ella estaba dispuesta a dejarlo pasar. Él había pensado que ella era una mejor persona que eso.
"Además, todos los hombres están sensibles acerca de la guerra", ella continuo, sonando como si estuviera buscando excusas para William.
"Ellos temen perder ante los británicos, el Señor sabe que clase de vida eso significaría en adelante para nosotros. Ellos temen por sus familias." Ella dio un vistazo a Jareth y luego a Sarah. "De hecho, ustedes dos parecen casi demasiado calmados. La guerra esta sobre nosotros. Ustedes deberían pensar en esto con cuidado". Ella agitó un dedo enfrente de ellos, y luego dejó la habitación sin otra palabra.
"Esta es una situación complicada", suspiró Sarah.
"Tu conoces la historia de este lugar. Todo se resolverá al final".
"Así es, pero ¿qué pasará hasta entonces? La libertad todavía esta muy lejos".
Ella frunció el ceño y se movió agitadamente en la cama. "Y no puedo soportar permanecer acostada en esta cama otro rato más mientras todo ocurre a mi alrededor". Ella balanceó sus pies sobre el borde de la cama, lo que alarmó a Jareth.
"¿Qué piensas que estás haciendo?"
"Estoy cansada de estar en cama. Quiero saber lo que está pasando y quiero salir. El día esta hermoso."
"Tu no te encuentras bien", le dijo él.
"Estoy suficientemente bien", ella se defendio.
Jareth suspiro. "Sólo otro día más de descanso. Y haré un trato contigo."
Sarah lo miró con cautela. "¿Qué clase de trato?"
"Si descansas todo el día, y con descansar quiero decir dormir", él bajó la voz, "cuando todos se hayan ido a la cama esta noche, te llevaré hasta el estanque. Es hermoso por la noche".
"No quiero ir por la noche. Quiero ir afuera ahora." Ella comenzó a salir de la cama y Jareth se movió frente a ella para bloquearla.
"Sarah, todavía estas débil, y si la señora Henry te ve fuera de la cama después de tu roce tan cercano con la muerte, ella te mandará de vuelta inmediatamente. No creo que ella te permita salir afuera".
"¡Pero me siento mucho mejor!"
"Entonces intenta caminar". Jareth se distanció y le dio el espacio que necesitaba.
Sarah se puso de pie. Bamboleándose con inestabilidad, ella dio unos pocos pasos y cayó hacia delante.
Jareth la atrapó en sus brazos. "No estas completamente curada. Te sientes bien, pero todavía estas débil y vulnerable."
Parecía que Sarah fuera a llorar. "Estoy cansada de estar en cama".
Jareth la miro a los ojos. "Sé que lo estás. Si hay alguien que sabe como te sientes ahora, soy yo".
Ella le sonrió con tristeza. A él le habían pegado un tiro y estuvo confinado en cama por días. Él sabia exactamente como se sentía ella. "Si estoy demasiado débil para caminar muy lejos, ¿entonces cómo saldré por la noche?".
"Tendré que cargarte hasta afuera. Asi." Él la tomó en sus brazos, cargándola contra él antes de dejarla sobre el colchón de plumas de su cama.
Sarah lo miro incrédula. "¿Tu harías eso por mi?".
Él asintio. "Pero tu debes descansar en cama todo el día".
Sarah suspiro. "Bien. Descansare".
Jareth sonrió y la cubrió con las mantas mientras ella se acostaba.
Él suspiró mientras ella se daba vuelta y cerraba los ojos intentando dormir.
Él necesitaba tiempo... Sólo un poco más de tiempo.
--.--.--.--.--
Después de comer una cena tardía, Jareth urgió a Sarah a dormir y descansar hasta que fuera la hora de salir a hurtadillas de la casa. Le tomó mucho convencimiento de su parte y la promesa de que él la despertaría cuando fuera el momento.
Finalmente, alrededor de la medianoche, Jareth escuchó a la señora Henry en el vestíbulo. Ella estaba apagando las lámparas que habían dejado prendidas. Cuando Jareth escuchó el sonido de su puerta cerrándose, él despertó a Sarah con gentileza.
"La señora Henry por fin se ha ido a dormir. Ella estuvo leyendo hasta mucho más tarde de lo que generalmente hace."
"Esa es mi suerte". Sarah susurró mientras bostezaba y se estiraba.
Jareth sonrió con astucia. "Bueno, si estas demasiado cansada para ir..."
"Ni siquiera pienses que vas a encontrar como escabullirte de nuestro trato. Tú lo prometiste".
Jareth sonrió con maldad. "Lo prometí e intento mantener mi palabra." Él cruzó la habitación de un tranco y empezó a rebuscar en los cajones de Sarah. Él le lanzó un vestido y un chal. "Colócate esto".
"¿Contigo en la habitación? No lo creo".
Jareth se rió entre dientes divertido. "Sarah, te he visto anteriormente en tu ropa interior, pero si te conforta me pararé en la ventana".
Sarah lo observó ir hacia la ventana. Ella miró hacia abajo el vestido floreado que él había arrojado sobre la cama. Se quitó con rapidez el camisón y se puso el vestido. "Mañana voy a necesitar un baño".
"Lo arreglare", le dijo Jareth. Él todavía miraba por la ventana.
"Ya te puedes dar la vuelta. Estoy vestida".
Jareth se volteo y vio que estaba vestida y de pie por sí misma. Se le acerco."El descanso parece haberte hecho algo de bien. Pareces estar más fuerte que esta mañana. ¿Estás lista?"
Ella asintió y Jareth la levantó en sus brazos con cuidado. Ella giro el pomo de la puerta cuando llegaron a ella, y la cerro detrás de él.
Jareth bajó lentamente por las escaleras. Estremeciéndose cada vez que una tabla crujía debajo de sus pies. Finalmente, él llegó al último y se movió silenciosamente delante de los perros que estaban durmiendo cerca de una de las sillas. Uno de los perros despertó y gruño.
"Vuelve a dormir", le dijo Jareth al perro. El perro se tranquilizó ante su voz familiar.
Jareth suspiró con agradecimiento.
Sarah y él se escaparon por la cocina y una vez afuera, Jareth comenzó a caminar rápidamente. Mientras más pronto se alejaran de la casa, él se sentiría mejor.
Sarah comenzó a reírse cuando llegaron a los bosques. "Bueno, de seguro esto es mejor que estar en cama".
Jareth sonrio.
"¿Puedes bajarme? El estanque no está muy lejos y me gustaría intentar caminar por mi misma", le dijo Sarah.
Jareth vaciló, pero finalmente accedio.
La bajo y la dejo de pie, pero mantuvo un brazo alrededor de su cintura al comenzar a caminar. Ellos fueron despacio y Jareth estaba sorprendido de cuanto la había ayudado un día de reposo. Y aunque sus pasos vacilaban de cuando en cuando, ella lo hacia bien.
El estanque quedo a la vista varios minutos más tarde. Sarah quedó sin aliento ante la vista. Una luna llena brillaba intensamente en el cielo y su reflejo podía verse en el agua. Todo estaba cubierto por una pálida luz azul.
"Esto es tan hermoso...", jadeó Sarah.
Jareth sonrio. "Yo pensé que podrías disfrutar esto por la noche".
"¿Cómo sabias que se vería asi?"
"Vengo aquí muchas veces de noche, cuando necesito pensar. Es tranquilo y pacífico, sin mencionar que hermoso".
Sarah sonrio. Estaba silencioso, aparte de unas pocas ranas toro llamándose unas a otras. Había una brisa leve, pero era cálida.
Jareth la condujo más cerca, moviéndose lentamente para que ella no se fuera a caer.
"¡Oh, Jareth, mira!". Sarah levantó la mano y señaló unas flores púrpuras que crecían alrededor del lado este del estanque. "Lirios Bandera Azul", le dijo a él. "Mi abuela acostumbraba a tener algunos creciendo en su estanque. Nosotras siempre recogíamos algunas y las poníamos en un florero en la mesa de su solario." Ella sonrió ante el recuerdo y luego frunció el ceño.
"¿Qué pasa?". Él preguntó con suavidad.
"No había visto flores como estas en mucho tiempo". Ella miró con cautela a Jareth a los ojos. "Mi abuela murió cuando yo tenia 7 años. No recuerdo mucho sobre ella excepto su risa y su amor por las flores".
"Lo siento", le dijo a ella.
"Esta bien". Ella miró fijamente las flores.
Jareth siguió su mirada y luego se alejó un paso de Sarah.
Ella lo observó con curiosidad y jadeó cuando él se transformó en un búho de granero justo frente a sus ojos. Antes de que ella tuviera tiempo de preguntarle lo que hacia, él remontó en el aire, bajó sobre el estanque y dio círculos sobre el pequeño parche de flores.
En su forma de búho, su costado, donde recibió el balazo, aun estaba sensible, pero no era tanto el dolor que comprometiera su vuelo. Bajó en picada y aferró las flores por su tallo con sus garras. Él tiró hacia arriba, pero la flor era persistente y no quería dejar su hogar liquido. Él lo intentó una y otra vez hasta que finalmente pudo liberar una.
Él estaba tan encantado de que había sido capaz de sacar una flor que voló hacia arriba sin ver a donde iba.
"¡Jareth!"
Él escuchó decir su nombre y un momento después soltaba un chillido cuando sus alas y su espalda hicieron contacto con la rama baja de un roble. Cayó hacia delante con rapidez y cayo en la charca con un chapoteo.
Él agitó sus alas desesperadamente intentando elevarse del agua, pero no hubo caso. Sus plumas estaban saturadas de agua. Pudo ver a Sarah llena de pánico en la orilla mientras él comenzaba a hundirse en el agua, y comprendió que su idea no había sido muy buena.
Él trató de nadar, pero el agua era demasiado profunda. Si hubiera estado en un volumen de agua superficial, hubiera sido capaz de salir volando, pero ésta sobrepasaba literalmente su cabeza. Transformarse en su forma humanoide era imposible, ya que él nunca había aprendido a nadar. De cualquier manera, él estaba condenado.
Él oyó una salpicadura y advirtió que Sarah tiraba palos y ramas en el agua. Él siguió moviendo las alas en un esfuerzo de mantener la cabeza encima del agua. Miró unos palos y troncos que flotaban cerca de él, pero no era capaz de alcanzarlos.
Finalmente, uno que estaba a la deriva llegó hasta él, y trató de subirse. Eso no funcionó ya que el tronco rodó con su peso, entonces él enganchó su pico en la madera y floto. Finalmente, varios minutos más tarde, llegó hasta la orilla.
Sarah lo estaba esperando allí y estaba asustada.
Él escaló hasta la orilla y se sacudió, tratando de quitarse el exceso de agua. Caminó unos pocos pasos y luego se transformó en su forma humanoide. Exhausto después de su aventura acuosa, él se derrumbó sobre sus rodillas.
"De todas las estupid... ¡Idiota!". Sarah le grito. "¿Por qué hiciste una cosa asi?"
Jareth estaba agradecido de haber decidido sacudirse antes de transformarse. Había sido capaz de deshacerse de la mayoría del agua y agradecía ya no estar empapado, sólo extremadamente húmedo. Sus ropas estaban húmedas y frías contra su cuerpo.
Sarah fue rápido hacia él, cayendo de rodillas. Ella se quitó su chal con rapidez intentando secarlo con eso.
"Estoy bien", le dijo a ella, intentando apartarla. Podía sentir su cara ruborizada con vergüenza. Él era un Fae, supuestamente una criatura llena de gracia. Aunque cada vez que estaba alrededor de Sarah, él parecía tener la gracia de una piedra que cae.
Sarah lo ignoró y frotó sus hombros y su pecho vigorosamente con el chal. "¿Por qué no te transformaste de nuevo en ti?"
"Porque no sé nadar", le dijo a ella suavemente.
Los ojos de Sarah se agrandaron. "¿No sabes nadar?"
"¡No! Si yo me hubiera transformado, me habría hundido hasta el fondo como una roca".
"Si no sabes nadar, ¿entonces por qué fuiste a hacer esa cosa tan tonta como volar sobre la charca? ¡Podrías haberte ahogado!"
"Yo quería que tu tuvieras la flor. Significaba algo para ti", le dijo a ella calladamente.
"La flor es sólo un pedazo de un viejo recuerdo. Tú eres mucho más importante para mí que una flor estúpida", dijo sin poder contenerse.
Los ojos de Jareth se agrandaron. Sarah vio su reacción e inmediatamente se callo. Ella se concentró en intentar secarlo.
Jareth la observo. Ella rehusaba mirarlo a los ojos y se mantuvo ocupada cerciorándose que él estaba bien.
"¿Por qué escapaste de mi?". Las palabras fueron como una explosión en el silencio que pendía entre ellos.
"¿Qué?"
"¿Por qué escapaste de mi la última vez que estuvimos aquí?"
Sarah miro a la distancia.
"¿Por qué, Sarah?", preguntó él de nuevo. "Necesito saberlo".
Ella cerró los ojos y los abrió, para mirar con cautela a los ojos desiguales. "Porque tenia miedo". Ella miró más allá de su cara a su hombro y comenzó a intentar secarlo otra vez.
Jareth alcanzó su mano y la inmovilizo. Luego apartó el chal y a ella de él. "¿De qué tenias miedo?"
Sarh miro una gota de agua que bajaba por su pelo hasta su camisa. "Tuve miedo de ser herida. Yo nunca le dije a nadie acerca de mi pasado antes. Tu fuiste el primero".
"Tu pensaste que yo usaría ese conocimiento en tu contra."
Sarah asintio.
"¿Te haría sentirte mejor el saber que eres la primera también en saber de mi pasado? Nunca se lo he contado a otra alma viviente."
Las cejas de Sarah se elevaron con sorpresa. "¿En serio?"
Él asintio. "Si".
"Lamento haber corrido. Yo sólo... yo pensé que tu todavía querías vengarte, aun cuando dijiste que no". Ella lo miró con una expresión cautelosa. "No hemos estado exactamente en buenos términos y cada vez que nos empezamos a llevar bien, ocurre algo".
"Te estabas protegiendo de que te pasara otra vez".
Sarah asintió y se inclinó hacia delante, tratando de secarlo aunque él apartaba su mano.
"Deja de preocuparte, estoy bien", le dijo Jareth.
"Todavía estas mojado". Ella alcanzó el pelo de él, y apartó sus mechones mojados de su rostro. "Atraparás un resfriado y te enfermarás", le dijo a él, corriendo sus dedos por su cabello.
"Es una noche cálida y solamente hay una ligera brisa. Estaré bien", él susurró mientras la miraba.
Los ojos de él se enterraron en los suyos, y ella sintiéndose repentinamente incómoda separó sus manos.
"Quizás nosotros deberíamos... um... regresar a la casa. Se esta haciendo tarde", sugirió Sarah. Ella se puso de pie, pero no llegó a alejarse cuando sintió la mano de Jareth en su cintura. Él la había sostenido antes, pero esta vez fue diferente. Fue piel la que ella sintió y no cuero. Ella se giró a mirarlo, insegura de por qué él la había detenido.
Él se paró y la miro profundamente a los ojos.
"¿Confías en mi?", él le preguntó con suavidad.
"¿Que?", le preguntó Sarah.
"¿Confías en mi, Sarah?", preguntó él otra vez. "¿Sí o no?"
Ella vaciló por un momento. Su corazón golpeaba en su pecho.
"Si", ella susurro.
Los ojos de Jareth parecieron brillar mientras se inclinaba y bajaba sus labios a los de ella.
Los ojos de Sarah se cerraron instintivamente mientras sentía los labios de Jareth acariciar los suyos.
Sus labios eran suaves y cálidos, acariciando su boca con gentileza. Ella nunca antes había sentido algo así y osciló inestablemente sobre sus piernas.
Con cautela, Jareth se alejo. Él observó como los ojos de Sarah parpadearon y una expresión confundida aparecía en su cara. Él inclinó la cabeza y le dio una sonrisa perezosa, todo el rato intentando tranquilizar los latidos de su corazón.
"¿Por-por qué hiciste eso?", ella pregunto.
La mano de Jareth se detuvo en el aire enfrente de ella y con cuidado hizo hacia atrás las hebras de su cabello que caían en su cara. Él se los colocó detrás de los oídos, maravillándose de la sedosidad entre sus dedos desnudos.
"¿No esto lo que uno hace cuando desea expresar su afecto por otro?", él le preguntó con suavidad.
La frente de Sarah se arrugó ante las palabras y sus ojos se cerraron una vez mas cuando Jareth avanzó para capturar su boca con la suya.
El beso de él fue más exigente mientras pasaba de la presión a la fricción, pero él fue cuidadoso de no actuar muy rápido. Una mano se deslizó hasta su cintura mientras la otra descansaba en su espalda y la acercó más a él.
Jareth sintió que su corazón daba un salto cuando ella no se le resistió y lentamente comenzó a responder.
Él se retiró para respirar, descansando su frente contra la suya. Él había esperado que ella lo apartara. Y ciertamente no había esperado que ella le respondiera.
Sarah se movió inesperadamente hacia delante para recapturar su boca. Sus besos eran torpes y el noto que ella estaba intentando imitar lo que él había hecho antes.
Él tomó la delantera con cuidado, moviendo su boca sobre la de ella y dándole tiempo para imitar lo que él estaba haciendo. Ella aprendió con rapidez, y, antes de poder detenerse, Jareth estaba gimiendo suavemente contra ella. Sarah respondió automáticamente al sonido, y ella siguió su guía con un fervor propio. Ella se le acercó más, sus manos descansando en el pecho de él mientras ella presionaba sus labios más firmemente contra los suyos. Ella apenas era consciente de su ropa húmeda debajo de sus palmas.
Jareth se sintió osado y comenzó a besarla con la boca abierta en la boca. Ella respondió y él deslizó su lengua en su boca cuando ella separó los labios.
Sarah se congeló ante la sensación de su lengua en su boca, y notando su tensión, Jareth la separó despacio.
Sarah estaba ruborizada y apartó su cabeza cuando Jareth la observo.
"Lo siento... yo...", ella comenzo. Ella recogió sus manos sobre su propio pecho y noto que el frente de su vestido estaba húmedo por haber estado apoyada en él.
Él tomó su barbilla con sus dedos y la levantó para mirarla a los ojos. "Esta bien", le dijo él con una sonrisa. "Lo estabas haciendo muy bien".
Ella frunció el ceño ante sus palabras. Si él estaba tratando de elogiarla, entonces probablemente él lo sabía.
"Es sólo que, yo nunca... Brian...", ella intentó explicar. Ella miró a los ojos a Jareth. "Brian no era muy bueno para besar, y me temo que yo tampoco". Ahí estaba... lo había echado afuera. Ella bajo la cabeza sintiéndose avergonzada por su inexperiencia así como por su vergüenza.
Jareth sonrió y deslizó una mano en las suyas. Con gentileza él acarició sus dedos, y luego llevó la mano de ella a su pecho. Él usó sus dedos para apartar la tela húmeda de su piel y luego presiono la palma de ella contra él.
Sarah podía sentir su corazón palpitando bajo su mano.
"No hay necesidad de estar avergonzada. Todos tenemos que comenzar en algún sitio", le dijo Jareth sonriendo.
"Es como bailar", él le explicó mientras se inclinaba hacia delante. "Uno guía y el otro lo sigue".
"Esta bien..." susurró Sarah mientras sus labios se acercaban. Ella cerró los ojos y espero.
Él frotó sus labios contra los de ella y comenzó despacio. Esperó hasta que ella no se sintiera tan tensa antes de intentar algo diferente.
Ella respondió bien, y él estuvo complacido cuando sintió que las manos de ella se deslizaron encima de su pecho y sus hombros y rodeó su cuello con sus brazos.
Él pudo sentir que la tensión se desvanecía del cuerpo de ella con cada momento que pasaba, y notó una audacia cuando ella movió su boca contra la de él.
Él la animó, provocándola con su boca. Los movimientos de él la condujeron a moverse hacia él. Él se dio cuenta que una de las manos de ella se deslizo abajo hasta su pecho y que ella agarraba la tela de su camisa.
Para él era evidente su inexperiencia, con su torpeza ocasional y sus movimientos repetidos, pero a él no le importo. De hecho, era un cambio refrescante.
Su coraje creció en intensidad y antes de poco ella estaba tomando la iniciativa y acariciando su lengua con la de ella, provocando que él la sujetara más fuerte contra él.
Su cuerpo tembló con la urgencia de tenderla en el suelo para poder explorar su cuerpo por completo. Pero de alguna manera una pequeña voz surgió a través del deseo que lo abrasaba, y él escuchó lo que decía la advertencia.
Ella era inexperta y todavía mantenía su virtud. Podría asustarse fácilmente, y ahora que ella le había demostrado que sentía algo por él, no iba a hacer nada que pudiera apartarla.
Él intentó ignorar la sangre que latía en sus oídos, y la sangre que se precipitaba hacia su ingle. Su cuerpo tendría que esperar hasta otro día.
Con pesar, él retiro su boca de la suya y ella lo miro con confusión.
"¿Por qué te detuviste? ¿He hecho algo mal?". Sus cejas se unieron cuando ella lo miró a los ojos.
Él negó con la cabeza y le dio un rápido beso en sus labios hinchados. "No. No has hecho nada mal". Él acarició su mejilla con su mano, frotando su pulgar sobre su piel suave.
"Debemos hacer esto con lentitud, antes de llegar más lejos y ninguno de los dos pueda detenerse." Él permitió que su mirada cayera entre ellos y Sarah la siguió, comprendiendo rápidamente lo que él quería decir. Por segunda vez en unos pocos días, su erección estaba presionada fuertemente contra su vientre.
Ella cerró los ojos y sentimientos de calor y deseo fluyeron por ella. Él era fuerte y sólido contra ella. Con la manera en que se sentía, con su cuerpo hormigueando de deseo, ella supo cuán fácil seria ser el perderse en él en ese momento.
Ella se lamió los labios y asintió dándole la razón. Ella sabia que Jareth se estaba conteniendo por ella, y su paciencia era algo que ella no olvidaría pronto.
Ella abrió los ojos y sintió que su mano otra vez acariciaba su mejilla.
Jareth la miro a los ojos, con mucha intensidad. "¿Recuerdas cuando te dije que tu no estabas lista para escuchar lo que tenia que decirte?"
Sarah asintió, sintiendo que los latidos de su corazón se aceleraban.
"Si te lo digo, ¿tu prometes no escaparte?", él la embromó ligeramente.
Sarah sonrió con amplitud. "Lo prometo".
"¿Piensas que puedes enfrentar lo que tengo que decirte?"
Ella asintió de nuevo, dándose cuenta de cuan increíblemente serio se había vuelto. Él miraba profundamente en sus ojos, como si pudiera ver en su alma. Por un momento, él pareció ser como un niño, temerosos de ser castigado por admitir algo malo que había hecho.
Sarah frunció el ceño y rezó para que lo que él tenia que decir no le hiciera daño. Las cosas iban tan tranquilas. Demasiado tranquilas, comprendió con tristeza.
Jareth la observó arrugar el ceño, y notó como la inquietud nublaba sus ojos. Ella tenia miedo y él estaba inseguro de cómo lidiar con eso. Pero era ahora o nunca.
Él se movió hacia delante y le dio un beso delicado en los labios. Echándose hacia atrás, la miro directo a los ojos.
"Te amo, Sarah", él le susurró roncamente.
Las palabras parecieron resonar entre ellos, estirando el momento y haciéndolo más largo de lo que debería haber sido.
Jareth comenzó a tener pánico cuando no hubo ninguna reacción significativa.
Sarah lo miro fijamente, con los ojos grandes, pero aparte de eso su expresión no cambio.
Momentos después, sus ojos se llenaron de lágrimas y ella comenzó a llorar. Ella se arrojó contra Jareth y enterró su cara en el consuelo y tibieza de su pecho.
Las cejas de Jareth se unieron en confusión. Él pensó que ella estaría feliz con su declaración.
"¿Qué pasa? ¿Qué anda mal?", preguntó él.
Sarah trató de recomponerse. Levantó la cabeza y miro el rostro confuso de Jareth. Ella alzó una mano temblorosa y acarició la mejilla de él y luego pasó su mano por su cabello húmedo. "Nadie me había dicho que me amaba... ¿Estas... estás seguro?"
Jareth retrocedió ligeramente. "No te lo habría dicho de no estar seguro, Sarah". Frunció el ceño. "¿No me crees?". El latido de su corazón se acelero. ¿Ella lo estaba rechazando?
Ella se rio. "Te creo... y, sin embargo, es tan increíble..." Las lágrimas cayeron por sus mejillas mientras ella se inclinaba hacia delante y presionaba sus labios firmemente contra los de él.
"¿Nadie te había dicho que te amaba?", preguntó él.
Ella asintio.
"¿Qué hay acerca de tus padres?"
Ella sacudió la cabeza.
"¿Tu hermano?"
"Él es demasiado joven para comprender".
"¿Otros familiares? ¿Amigos?"
Ella negó con la cabeza otra vez, y moviéndose hacia delante ella rozó los labios de él ligeramente con los suyos. "Tú eres el único. Es por eso que yo llore... fue tan inesperado".
Jareth la acercó más a él y la abrazo. "Ya nunca más será inesperado". Él bajo su cabeza hasta su cabello y la sostuvo contra si.
En la confusión del amor y el deseo, él se preguntó por qué le había sido tan difícil antes el admitir lo que sentía. El hecho de que ella era mortal ya no era importante para él. Aun así la amaba.
"Me ha llevado mucho tiempo admitir lo que he estado sintiendo, pero yo te amo también", ella susurró contra él. Ella sintió que sus brazos la abrazaban más fuerte.
Bajo la luz de la luna, Jareth acarició su cabello suave y la sostuvo contra su cuerpo.
Él juró que, mientras él tuviera aliento, ella nunca se sentiría no amada otra vez.
Continuará....
N. del Autor: OK, ¿¿ya están felices??. Bondades J/S. ¡No más amenazas al autor!
