Capitulo 25: " Demasiado Lejos "
La cama crujió ligeramente cuando Jareth se inclinó hacia adelante y besó la mejilla de Sarah. Ella despertó y le sonrió adormiladamente mientras lo miraba.
"¿Adónde vas?", le preguntó ella aturdidamente.
"Pronto amanecerá. Voy a alimentar los animales mientras tu duermes", le dijo Jareth.
Sarah comenzó a apartar las mantas a un lado. "Te ayudare".
"No". Jareth volvió a colocar las mantas sobre ella y con gentileza la empujó hacia abajo. Jareth sonrió burlonamente. "Aunque esta mañana temprano probaste sentirte mejor, quiero que descanses." Él se inclinó y la besó suavemente en los labios. Sonrió mientras se retiraba y luego su expresión se torno seria. "Estuve a punto de perderte. No tomaré ningún riesgo con tu salud".
Sarah sacudió la cabeza, las lágrimas brillaban en sus ojos. "Veo que vas a ser un novio protector".
Jareth sonrió ampliamente. "No hay nada malo con ser un amante protector"
Sarah sonrio. "No dije que lo fuera".
Jareth la besó de nuevo, esta vez profundizando el beso. Él sintió que una de las manos de Sarah acariciaba su cara y que la otra agarraba su camisa e intentaba bajarlo hacia ella. Él cedió un poco y se hundió junto a ella en la cama.
Sarah recorrió con su palma la lisa piel pálida de su pecho. Ella sentía el temblor de Jareth bajo su toque y lo sentía cambiar hacia ella.
Sus besos se profundizaron aun más y Sarah sintió que la mano de Jareth alcanzaba uno de sus senos. Él amasó la carne sobre la tela de su camisón.
Sarah alcanzó los botones en su camisa, pero Jareth cubrió sus manos con una de las suyas.
"En realidad debo irme", susurró el roncamente.
Sarah echó un vistazo abajo, en medio de ellos, y luego sonrió traviesamente. "Bueno, con certeza que no piensa lo mismo"
Jareth rió suavemente mientras miraba abajo hacia su erección que empujaba contra sus pantalones. "Bien, eso tiene una mente propia. Más bien una mente con un solo objetivo", hizo una mueca y sonriendo tristemente dijo: "En realidad debo irme".
"Por favor no..." Sarah suplicó.
"Sarah..."
Ella se sentó y levantando una mano acarició su sedoso cabello rubio. Ella movió el pelo detrás de sus hombros e inclinándose hacia delante, besó su cuello. Ella se sorprendió a sí misma con esta nueva audacia que había asumido mientras ellos estaban en el estanque, así como en este momento.
Ella chasqueó su lengua hacia fuera contra su piel y Jareth gimió suavemente. Ella apretó sus labios contra su cuello. "No te vayas... al menos no todavía".
Jareth luchó consigo mismo acerca de si debería marcharse o no. Él miró abajo hacia Sarah. Ella había dejado de besarlo y se había acurrucado contra su cuerpo, con su cabeza descansando sobre su hombro. Ella se ofrecía a él, y era porque lo amaba. ¿Cómo podía él negarse?
La mano de Jareth se cerró alrededor de uno de los senos de Sarah y lo apretó suavemente. Ella levantó la cabeza de su hombro y él se adelantó, reclamando sus labios.
No pasó mucho tiempo antes de que las ropas se desecharan apresuradamente en el piso y dos cuerpos llegaran a ser uno cuando el sol se asomaba sobre el horizonte.
La señora Henry quebraba los huevos en un tazón de porcelana cuando Jacob entró en la cocina. Él frotó sus ojos y luego sonrió a su madre.
"Pareces cansado"
Jacob sonrio. "Lo estoy".
"No dormiste bien¿no es asi?"
Jacob sacudió la cabeza. " No. Supongo que tengo demasiado en mi mente"
La señora Henry comenzó a mover los huevos con una cuchara de madera. "¿Como por ejemplo... ?"
Jacob se apoyó contra la mesa y cruzó sus botas a la altura de los tobillos. "Bueno, la guerra es una, pero eso siempre esta en mi mente".
"Eso es lo más importante en la mente de todos ahora", dijo la señora Henry.
Jacob sonrió con tristeza. "No en la de todos".
"¿Qué quieres decir?"
Él sacudió la cabeza. "No tiene importancia"
La señora Henry detuvo su quehacer. "Obviamente hay algo más en tu mente, Jacob"
"Estoy bien, Mama"
La señora Henry sacudió su cuchara en dirección a su hijo. "Cuando me dices eso, yo sé que no estas bien".
Jacob suspiró profundamente. "Sé que no he estado mucho por aquí últimamente. Padre y yo hemos estado obteniendo información de la guerra e intentando ayudar sin implicarnos directamente por el momento. Supongo que siento como si hubiera quedado excluido de la granja. Las cosas están pasando y no soy consciente de ellas".
"No hay mucho que contar, más que labores y esas cosas. Lo habitual, lamentablemente" dijo la señora Henry elevando las cejas.
Jacob caminó hacia una de las ventanas de la cocina y miró fijamente hacia el sol que se elevaba por el este. Lentamente, él se volteó hacia su madre. "Apenas lo habitual. ¿Por qué nadie me dijo que Jareth y Sarah estaban juntos?"
La señora Henry se rio. "¿Ese par... juntos? He intentado que ellos se vean uno al otro durante días y no ha funcionado. Ambos son tan obstinados".
Jacob frunció el ceño.
La señora Henry puso sus manos en las caderas. "¿Por qué tengo el presentimiento de que sabes algo que yo no se?"
"Tengo cosas que hacer", dijo Jacob mientras comenzaba a ir hacia la puerta.
"Oh, no, no lo harás. Si tu tienes algún chisme jugoso, quiero saberlo".
Jareth termino de abotonar su camisa cuando llegó al último escalón. Atravesó de un tranco la sala de estar hacia la cocina, y sonrió mientras daba los buenos días a la señora Henry y a Jacob.
Jareth casi había llegado a la puerta cuando la señora Henry lo interpelo: "¿Se durmió tarde, Jareth?"
Jareth giró lentamente. "Un poco, si". Él recogió su pelo en una ordenada cola de caballo pensando que su estilo natural más salvaje causaba que ella pensara que él había tenido una noche intranquila.
Pensando que la conversación haba terminado, Jareth empezó a ir hacia la puerta, y se encontró con la punta de una escoba a la altura del estómago. Para ser una mujer que no era precisamente pequeña, La señora Henry podía moverse muy rápido. Ella estaba bloqueando su salida.
"No tan rápido". La señora Henry estaba frente a él y parecía furiosa.
Las cejas de Jareth se unieron. "¿De qué se trata todo esto?"
"Quizás usted debería decirnos ¿de qué se trata esto, Jareth?"
Él frunció el ceño.
"Oh¿usted no lo sabe?", preguntó la señora Henry con sarcasmo. "Quizás usted debería pensarlo realmente bien y a fondo acerca de en qué estaba usted anoche y no me refiero a durmiendo".
Jareth no pronunció palabra.
"¿Es usted estúpido¿Lo es?", prácticamente ella chilló.
"¿Cómo dice?", preguntó Jareth.
"No soy ingenua, Jareth. Sé lo que sucedió anoche. Usted y Sarah se escabulleron hasta el estanque y sólo Dios sabe lo que sucedió alli. ¿Sus padres no le enseñaron acerca del cortejo¿No conoce usted las reglas¿O es uno de esos que no se preocupa por la dama y le gusta trasgredir las reglas?"
Jareth abrió la boca para decir algo y la señora Henry no le dio la oportunidad.
"El hombre que cortejó a mi hermana rompió todas las reglas. Ambos eran tan jóvenes como tontos. Él la forzó a cosas para las que ella no estaba lista. Ella quedó embarazada y el bastardo se marchó en cuanto lo averiguo. Ella crió a ese niño sola y ningún hombre la quiso porque ella tenia un niño de otro hombre. El hombre que la dejó se hizo rico y tomó una esposa. Él no quiso su reputación arruinada y él..."
Jareth frunció el entrecejo cuando vio formarse lágrimas en los ojos de la señora Henry. "¿Qué sucedió?", preguntó él suavemente.
La señora Henry ahogó un sollozo. "Él consiguió que asesinaran a mi hermana y su hijo".
Jareth bajó la cabeza. "Lo siento. En verdad, pero yo nunca le haría eso a Sarah".
La señora Henry se limpió las lágrimas de sus ojos. "Mientras usted viva en mi casa, usted no se involucrara en ninguna actividad que ponga a esa joven en un sendero peligroso. No se les permitirá pasar tiempo a solas a menos que sea en un lugar en que yo pueda verlos."
"¡Usted debe estar bromeando!", las cejas de Jareth se elevaron sobre sus ojos. "¡Yo no tendré chaperona!"
"Estoy feliz que ustedes dos estén juntos", dijo ella, ignorando su arrebato. "Pero yo no veré la reputación de esa mujer dañada a causa de un hombre".
"Lo que le pasó a su hermana, no le ocurrirá a Sarah", le dijo Jareth comenzando a elevar la voz.
"Tiene toda la razón en que no le pasará. Mientras usted viva bajo mi techo, usted respetará mis reglas y si no lo hace, puede irse a otra parte".
La señora Henry retiró la escoba, la apoyó contra la pared, y regresó a preparar el desayuno.
Los ojos de Jareth se estrecharon. "Me iré a otra parte si debo hacerlo".
"Márchese, pero no se llevará a Sarah con usted".
"Vinimos juntos, nos iremos juntos", gruñó Jareth.
"Ella no está bien y se quedará aquí hasta que yo tenga a bien. Tendré la atención de Doc Hiller con una nota si es necesario. Si usted intenta escapar con ella, será arrestado".
"¡Usted no se atrevería!"
"Lo haré de ser necesario. Usted ve por sí mismo aquí. Parece olvidar que usted es un huésped. Camina por aquí como si fuera el rey de la casa. Esto va a acabar aquí y ahora. Las cosas se harán apropiadamente o no nada."
Jareth prácticamente le gruñó, y salió empujando hacia fuera la puerta trasera.
Jacob, quien no había dicho una palabra en toda la conversación, dio un profundo suspiro y se marchó.
Jareth arrojó las cubetas a su alrededor e hizo tanto ruido como le fue posible mientras alimentaba a los animales. Él sabia que estaba comportándose infantilmente, pero no podía evitarlo. Las cosas habían estado saliendo perfectamente y ahora ésto. ¡Cómo se atrevía la señora Henry a dictarle a él como serían las cosas con Sarah!
"No se les permitirá pasar tiempo a solas a menos que sea en un lugar en que yo pueda verlos", él la imitó. Pateó un cubo de hojalata cercano y lo observó ir a través del granero, y aterrizar con un estruendo. Con un suspiro de cansancio, se sentó en una paca de heno.
Se sentó en silencio por un rato y entonces las palabras de la señora Henry penetraron en él. Al contemplar la historia de su hermana, el temor y la culpa lo inundaron. Aunque, ciertamente, él no había forzado a Sarah a nada, temió que tal vez ellos habían actuado precipitadamente y sin pensar en sus acciones. Mientras que llevaba años o aun siglos el impregnar a una mujer Fae, Jareth sabía como se decía cuan prolíficas eran las mujeres humanas. Aun siendo Sarah quien había iniciado sus relaciones sexuales en ambas ocasiones, Jareth no podía evitar sentirse culpable por ceder tan fácilmente. ¿Qué pasaría si Sarah estaba embarazada¿Cómo reaccionaría la señora Henry, y más importante ¿cómo reaccionaría Sarah?
¿Había pensado ella acerca de la posibilidad de concebir un hijo a consecuencia de sus acciones? Con certeza que él no. Era algo de que muchos Fae no tenían que preocuparse. Llevaba mucho tiempo para dos miembros de su raza el concebir un niño. Él se dio cuenta que apenas tenia magia suficiente para prevenir la posible concepción y que ni siquiera había pensado en proteger a Sarah en cualquiera de las dos veces.
Él suspiró de nuevo y pasó una mano temblorosa por su cabello desordenado.
Era la tarde cuando Sarah despertó. Se había perdido el desayuno, y nadie pareció notarlo. No había ninguna bandeja cerca de su cabecera y nadie se había molestado en despertarla.
Jacob estaba sentado en una silla adyacente a la chimenea leyendo un periódico y le brindó una ligera sonrisa cuando la vio descender por las escaleras.
Ella le devolvió la sonrisa y bostezó mientras entraba en la cocina para encontrarse con la señora Henry lavando algo de ropa.
La mujer mayor sonrio. "Buenas tardes por allí. ¿Finalmente decidió unírsenos?"
Sarah sonrio. "Estaba más cansada de lo que pensé. ¿Ha visto a Jareth?"
La señora Henry frunció el ceño por un breve momento. "Estoy segura de que esta en alguna parte por ahí, pero quiero que me ayudes aquí. Luces mejor hoy, y mientras Elizabeth esta en el pueblo con William y el señor Henry, necesito algo de ayuda en la casa".
Sarah asintió. "Esta bien. ¿Qué es lo que quiere que haga?"
Dos horas mas tarde, Sarah deseó no haber accedido tan rápidamente a ayudarla. La señora Henry la mantenía muy ocupada, restregando cualquier cosa y todas las cosas, y cada vez que Sarah nombraba a Jareth, la señora Henry parecía cambiar rápidamente de tema. Sarah deseó que Jareth no hubiera hecho algo que molestara a la señora Henry.
Jareth llegó a la casa un poco más tarde, luciendo muy cansado y sucio.
Sarah se rió al verlo. De seguro que no lucia como el orgulloso y todopoderoso Rey de los Goblins ahora. Parecía ser un granjero mortal que venia llegando de un duro día de trabajo. Él le brindó una brillante sonrisa, encantado de verla.
La risa de Sarah captó inmediatamente la atención de la señora Henry, y la mujer mayor apareció y comenzó a soltar una lista de labores a Jareth que quería hechas inmediatamente.
La lista de la señora Henry era tan impresionante que tanto Jareth como Sarah se dieron cuenta que le llevaría hasta la cena o quizás más tarde el terminarlas todas.
"Te ayudare", le ofreció Sarah. "Estoy a punto de terminar mis tareas".
Jareth pareció iluminarse ante su oferta. "Eso seria maravilloso"
"Cuando hayas terminado con tus tareas, Sarah, hay más que hacer", le dijo la señora Henry con las manos en las caderas. "Jareth puede manejarse en sus labores y es bienvenido a pedir ayuda a Thomas cuando el niño haya terminado con las suyas".
"Pero" Sarah comenzo.
"La casa no se limpiará por sí sola, niña. Y usted", dijo ella volteándose hacia Jareth. "¿Qué hace allí parado? Pienso que tiene cosas que hacer".
Jareth miró fijamente a la mujer mayor y se fue sin una palabra o una mirada atrás en dirección a Sarah.
Cuando llegó la cena, Sarah esperaba pasar algún tiempo poniéndose al día con Jareth. Ella lo había echado de menos inmensamente todo el día, y ya se estaba enfermando de la compañía de la señora de la Henry. La mujer había estado mandona y malhumorada todo la tarde. Sarah estaba comenzando a sentir que como si estuviera viviendo de nuevo con Karen.
Jareth estaba encantado cuando llego la hora de cenar. Había terminado sus labores en tiempo record, y planeaba sentarse junto a Sarah y tal vez sostener su mano debajo de la mesa. No había pensado en nada más que en ella toda la tarde y quería hablarle.
Pero las cosas no resultaron como él planeaba. La señora Henry sentó a Thomas junto a Sarah, y ella al otro lado de la chica. Jareth sentía que su cara se tornaba blanca de la cólera, pero no había nada que él pudiera hacer. Hacer un escándalo no seria un curso de acción inteligente.
Cada vez que Sarah intentó hablar con Jareth, la señora Henry interrumpía y lo mismo hacia con Jareth. Ninguno de los dos pudo decir más que unas pocas palabras y pronto se dieron por vencidos.
Pacientemente, Jareth esperó hasta después de la cena y después de que Sarah hubiese lavado, secado y guardado los platos para tener unos momentos a solas con ella. Él la había observado desde una silla en la sala de estar. Ocasionalmente, la vio mirar en su dirección y él sonreía, pero con frecuencia la sonrisa se esfumaba. Tenia muchos cosas en la mente que necesitaba discutir con Sarah, y quería estar seguro de no asustarla con lo que tenia que decir.
Sarah finalmente terminó sus quehaceres en la cocina y tan pronto como Jareth se encaminó hacia ella, la señora Henry lo envió afuera a traer leña.
"¿Por qué no puede Jacob conseguir la madera?", preguntó Sarah. "Jareth ha estado trabajando todo el día y esta cansado".
"Jacob ha estado haciendo un trabajo importante concerniente a la guerra. Jareth traerá la leña".
Jareth podía sentir como su temperamento se encendía. Esperó un momento, así como Sarah, esperando que la señora Henry se alejara para hacer otra cosa de manera de tener ellos un momento a solas. Pero la señora Henry permaneció allí hasta que Jareth se fue.
Sarah observó la puerta por un largo rato después que él se hubo ido. Ella sintió que la señora Henry le tocaba el hombro.
"¿Por qué no te vas a la cama, querida. Te ves cansada."
"Voy a esperar a Jareth". Dijo Sarah, asegurándose de decir el nombre de Jareth más fuerte que el resto.
"Podría tardarse mucho rato".
"Esperare"
"Sarah," comenzó la señora Henry en un tono de advertencia, "pienso que seria mejor que fueras a la cama, estas cansada y todavía estas recuperándote de tu enfermedad."
"No estoy cansada"
"Sí, lo estas"
Sarah giro hacia ella. "Jareth estaba cansado también y usted lo envió afuera por madera. Lo ha cargado con tareas el día de hoy y él no esta completamente curado. Su hombro todavía le molesta. Él se lo masajeaba en la cena".
"Su hombro necesita ajustarse a ser usado otra vez. Él esta bien".
"¡Pienso que yo debería ser quien juzgase eso!" Sarah retrucó. "Usted no ha hecho nada más que separarnos todo el día. ¿Qué es lo que le hemos hecho a usted?"
"Tu le mentiste a mi familia acerca de que él era tu padre, y ambos fingieron que ustedes eran amigos mientras que se escabullían juntos fuera de la casa de noche"
La mandíbula de Sarah cayo.
"Él ha roto las reglas de cortejo", comenzó la señora Henry. Ella vio que Sarah abría la boca para decir algo, pero la señora Henry se adelanto. "Eso es algo que yo NO toleraré en esta casa. Y si él comete otro desliz, yo no vacilaré en expulsarlo de esta casa".
Los ojos de Sarah se agrandaron y sintió que el miedo corría a través de ella. "Usted... no se atrevería"
"Lo haré si es necesario. ¿Cómo sobreviviría sin dinero, ni víveres, ni comida mientras la guerra recrudece alrededor de él?"
Los ojos de Sarah se llenaron de lágrimas ante el pensamiento de Jareth solo en los bosques. El temor la apuñalo. ¿Y si Rochester encontraba a Jareth mientras estaba en el bosque? Rochester seguramente mataría a Jareth.
Sarah se rehusó a llorar delante de la señora Henry. En vez de eso, ella corrió escaleras arriba y azotó la puerta de su habitación detrás de ella.
Le llevó un buen rato a Jareth el reunir la leña y para cuando regresó, la señora Henry le dijo que Sarah se había ido a dormir.
"Ni siquiera piense en escabullirse con ella esta noche. Tengo a los perros durmiendo afuera de su puerta. Ellos ladrarán si usted pasa a una pulgada cerca de su cuarto y yo los escuchare. Si eso ocurre, usted puede empacar sus cosas y marcharse sin Sarah", lo amenazó la señora Henry.
Cuando la mujer mayor se alejaba, Jareth le pregunto: "¿Por qué hace usted ésto?"
La señora Henry se dio vuelta para encararlo. "La estoy protegiendo. Ella no tiene a nadie más. No tiene padres, ni a un guardián. Ella es una joven mujer sola y necesita protección"
"Yo la protejo", le dijo Jareth, y tan pronto como las palabras salieron de su boca, se dio cuenta que cuan falsas eran. Él no había sido capaz de protegerla de enfermarse, y no la había protegido de una posible concepción, y no había sido un verdadero protector hace algunos meses atrás cuando los dos estaban afuera en los bosques.
La señora Henry negó con la cabeza. "De usted es de quien ella necesita protegerse. De usted y su clase", explotó ella.
Los ojos de Jareth se agrandaron y por un minuto pensó que ella sabia que él era un Fae, pero sus próximas palabras le hicieron abandonar esa idea.
"Los que rompen las reglas... los que piensan que son demasiados importantes para la forma en que se hacen las cosas y que siempre han sido hechas".
"Entonces ¿por qué se molestó en tratar de jugar a la casamentera¿Por qué intentar emparejarnos sólo para separarnos?"
"Mi hijo tenia sus ojos puestos en Sarah, y no quise que él estuviera con ella. Ella es una dulce niña, pero no es su tipo. Ella podría lastimarlo más aun de lo que ya ha sido lastimado."
Jareth se cruzó de brazos. "¿Y qué tiene que ver esto con Sarah y conmigo?"
"Si Sarah estaba interesada en usted, entonces mi hijo la dejaría en paz, lo que ha sucedido".
Jareth resopló y sacudió la cabeza. "Así que Sarah y yo hemos sido peones en su tablero de juego. Nos ha manipulado para que su hijo no se interesara más en Sarah, usted nos uso"
"Esa es una manera fuerte de ponerlo. Realmente tengo las mejores intenciones de corazón. Yo pensé que quizás ustedes dos eran una buena pareja, pero veo que estaba equivocada. Ella sólo tiene 18 años de edad. Usted es un caballero mucho mayor sin ningún patrimonio, ni dinero propio. Sarah podría casarse con un hombre rico, como lo hará mi hija. Ella tendrá prosperidad por el resto de sus días, así como sus hijos".
"¿Y qué pasa con... el amor?", dijo Jareth con voz estrangulada.
"¿Qué con eso? La mayoría de la gente no tiene el lujo de casarse por amor. Yo no amaba a mi esposo cuando mi familia me presionó a casarme con él. Él era un joven pomposo, pero cuidó de mis necesidades y de las de mis hijos cuando ellos nacieron. Yo empecé a preocuparme por él y finalmente llegué a amarlo cuando pasó el tiempo. Lo mismo le pasará a Sarah cuando un agradable hombre rico venga por ella".
El corazón de Jareth le comenzó a golpear en el pecho. "¡Usted no tiene ningún derecho a hacer y deshacer con su vida asi¡Sarah es una adulta y ella tiene el derecho a escoger con quien quiera casarse!"
"Tengo todo el derecho a ayudarla a escoger el pretendiente correcto y siento que usted sea incapaz de aceptar que no es usted. ¡Y usted debe tener cuidado o terminará durmiendo afuera en los bosques!"
La señora Henry recogió su falda y abandonó la habitación. Dejando a Jareth solo en la cocina, temblando de ira.
Jareth empuñó sus manos y le tomó todo su poder de voluntad el evitar darle un puñetazo a la muralla. Comenzó a pasearse de un lado al otro en la cocina, con la rabia aumentando a cada segundo que pasaba.
Él no tenia que soportar este tratamiento cruel a Sarah o a sí mismo. Si conseguía llegar a Sarah con bastante rapidez no tendrían que lidiar con este encarcelamiento.
Jareth tomó una decisión y fue hacia la puerta de la cocina. Eso era lo que tenia que hacer. Escaparía con Sarah y ellos irían a...
Se detuvo a medio pensamiento. ¿Adónde se irían¿Hacia Concord para ser descubiertos por el Coronel Davis o hacia los bosques donde podrían ser descubiertos por el Coronel Rochester y los ingleses?
¿Dónde podrían escapar del clima? Sarah todavía se estaba recuperando de su roce con la muerte. Él no podría llevársela afuera a los bosques para ser atacada por los elementos¿y que pasaba con la guerra¿Qué pasaría si quedaban atrapados en la línea de fuego y uno de ellos resultaba herido o muerto?
Jareth no quería ni pensarlo. Él no podría protegerlos a ambos. Su magia estaba retornando, pero todavía era demasiado débil para servir de algo.
Jareth pateo una silla emitiendo un grito de angustia, y no obtuvo ninguna satisfacción al verla derribada.
Sarah y él estaban atrapados aquí, y no había nada que él pudiera hacer al respecto.
Las cosas no cambiaron con el pasar de los días. En vez de ir mejorando, se hicieron mucho peores. La señora Henry hizo lo mejor que pudo para mantener a Sarah alejada de Jareth y no hizo caso de la tensión en cada uno de ellos. Sus listas de labores se duplicaron y se triplicaron, y la única razón por lo que hacían lo que la señora Henry decía era el miedo a que Jareth seria echado de la casa. Jareth se rehusaba a dejar sola a Sarah en la granja, y era el miedo a ser forzado a alejarse lo que lo mantenía en línea cuando normalmente se habría rebelado.
Sarah se sentía confundida y temerosa, y dejó de hablarles a todos. La señora Henry hizo todo lo posible para separar a Jareth de Sarah. Mientras que eso molestaba a Sarah, lo que la asustaba era que Jareth no intentaba verla o comunicarse con ella. Ella comenzó a deslizar notas debajo de la puerta de él, diciéndole que ella estaba asustada y sugiriéndole que él debería usar sus cristales para poder escaparse. No había respuesta a sus notas, ni visitas nocturnas para escabullirse fuera de la casa ni ninguna rebelión de parte de él. Él estaba de acuerdo con todo; con frecuencia solamente dejaba la sala de estar sin una palabra después que la señora Henry le ordenaba alejarse de Sarah.
Sarah comenzó a tener miedo de que quizás Jareth ya no la amaba o que él nunca la había amado en absoluto. Ella comenzó a decirse que si él la amara, él haria lo que fuera necesario para hablar con ella de alguna manera, y cuando él no hizo ninguna tentativa, sus peores miedos se hicieron realidad.
Jacob esperaba con impaciencia que su padre y su hermana regresaran de Concord. Él estaba esperando información acerca de la guerra, pero mientras tanto él hacia pequeños quehaceres en la granja y observaba como Sarah y Jareth se volvían cada vez más y más distantes. Él sabía que era a causa de lo que estaba haciendo su madre. Sabia que su madre aun estaba acongojada por el asesinato de su hermana, pero él sentía que ella estaba yendo demasiado lejos.
Una tarde mientras Sarah estaba fregando el vestíbulo de arriba, lejos de la señora Henry. Jacob decidió decirle algo a su madre.
Él se apoyó contra una pared de la cocina, con los brazos cruzados sobre su pecho mientras su madre tarareaba y horneaba pan para la cena.
"Nunca debería haber dicho nada"
La señora Henry no lo miró mientras preguntaba: "¿De qué se trata?"
Jacob se paró derecho con las manos en las caderas. "Ellos eran felices juntos. Ahora mire lo que ha sucedido. Ellos no hablan y ni siquiera se miran uno al otro."
La señora Henry miró a su hijo mayor. "Jacob, te conozco. No te culpes. Tu le hiciste un favor a Sarah al decirme lo que viste. Ahora se han mostrado los verdaderos colores de Jareth. Él se escabullía de noche con ella cuando ella aun estaba enferma y probablemente se imponía sobre ella".
"¡Usted no sabe eso¡Usted sólo puede especular¡Sarah tiene una fuerte voluntad y si ella se escabullía con él, lo más probable es porque ella quería ir!", gritó Jacob.
La señora Henry continuó hablando como si Jacob no hubiera dicho una palabra. "Y ahora él no pasa tiempo con Sarah enfrente de nosotros, lo que quiere decir que en realidad ella no le preocupa".
"¡Usted no les permite pasar tiempo juntos¡Los recarga con labores!"
"¡Él no puede seguir las reglas y eso no es aceptable!", le gritó la señora Henry.
Jacob resopló con disgusto. "Pero esto no es acerca de las reglas".
"¿Eso es lo que piensas? Las reglas de cortejo han sido las mismas por generaciones. ¿Quién es Jareth para venir y pensar que él es demasiado importante para las reglas? Pronto cada joven va a pensar que las reglas no se aplican a él. Yo no veré las cosas cambiar a causa de un hombre que quiere romper la tradición".
"¿Y qué pasa cuando a veces las reglas fueron hechas para romperse¿Qué es lo que estamos haciendo, preparándonos para enviar provisiones al ejército continental¿Qué es lo que hemos hecho en el pasado, sino romper las reglas del Rey porque pensamos que eran injustas¿Qué pasa si las reglas no se aplican a todos todo el tiempo? Para ser usted una persona que es siempre tan perspicaz y la voz de la razón, ha dejado que su pérdida y la venganza nublen su mente. El separar a Jareth de Sarah no le devolverá a su hermana."
Se escuchó el estruendo de utensilios de cocina contra porcelana. "¿Que?"
"Nada", espetó Jacob. Dio la vuelta y se fue ignorando las súplicas de su madre para que regresara.
Jacob entró al granero silenciosamente. No se escuchaba otro sonido que el de los animales que mascaban felices su heno, todo era pacifico. Él comenzó a marcharse, pensando que Jareth no estaba ahí, cuando notó una figura solitaria mirando fijamente hacia el oeste.
Jareth apoyaba sus brazos en lo alto del poste de madera de uno de los corrales. Su mentón reposaba en sus brazos.
"¿Te encuentras bien?"
Jareth saltó y giró en redondo para mirar a Jacob, inmediatamente tratando de cambiar su expresión de melancolía por la mascara de arrogancia que ha menudo llevaba.
"No deberías acercarte furtivamente así a la gente", espetó Jareth.
"Lo siento, no quise hacerlo. Estabas absorto en tus pensamientos, pero pensé que quizás podrías haberme oído llegar"
"Bueno, no fue asi", replicó Jareth.
"Mira, Jareth, lo lamento... tu y Sarah..." comenzó Jacob sin convicción.
Jareth resoplo. Él fingió sarcasmo cuando escuchó el nombre de Sarah para evitar derrumbarse. "Oh, lo sientes. Eso lo hace todo mucho mejor ahora".
"No tenía idea que mi madre iba a hacer esto, de otra manera nunca hubiera dicho nada. Yo pensé que todos sabían que ustedes dos estaban juntos y que yo era el último en saberlo"
"¿Y cómo es que es que tu lo supiste?" Las cejas de Jareth descendieron sobre sus ojos. Su mirada fue peligrosa.
Jacob suspiró y apartó la vista. "No podía dormir y fui a pescar. Los vi a ambos por el estanque".
Los ojos de Jareth se agrandaron.
"No vi mucho... solamente a ustedes dos... besándose." Le dijo Jacob calladamente. "Yo no había estado por la granja y asumí que todos lo sabían. Metí la pata y realmente lo siento."
"Tus disculpas no cambian nada", replicó Jareth con amargura.
Jacob pareció herido. "¿Entonces ni siquiera las aceptaras? Estoy intentando decirte que lamento lo que paso. ¿Piensas que disfruto viendo a Sarah y a ti infelices?". La voz de Jacob comenzó a elevarse.
"¿Por qué debería importarte? Yo te disgusto. Pensé que te alegrarías de verme sufrir."
"Cuando nos conocimos, nada me hubiera parecido mejor, pero me he sobrepuesto a mis celos. He visto la manera en que haces reír a Sarah y como ella genuinamente disfruta de tu compañía, por mucho que me lastimara el verla besándote, yo supe que ella era feliz contigo y eso es todo lo que quiero para ella. Tu estas sufriendo por lo que ha hecho mi madre y eso me disgusta enormemente"
"¿Cómo sabes lo que siento?", retrucó Jareth. Hubo un tiempo en que él había sido capaz de esconder sus emociones de todos. ¿Se había vuelto débil y transparente?
"Jareth, es obvio que estas dolido y eres infeliz, así como Sarah. La manera en que ambos se involucran en sus labores sin ya mirarse uno al otro. No hay sonrisas, ni conversación, nada más que dos individuos que parecen haber renunciado a la vida, y odio eso. Odio que sea mi culpa que esto haya sucedido." El dolor en su voz era inequívoco.
"No es tu culpa", admitió Jareth calladamente. La máscara comenzaba a resbalar de su rostro, revelando la agonía que sentía. "Tu madre es la culpable".
Jacob se paseó un poco y se frotó la frente antes de detenerse y mirar a Jareth. "No puedo creer como mi madre esta actuando. Ella siempre ha sido sobreprotectora con nosotros a causa de lo que le sucedió a su hermana. Ella puede empujarnos en la dirección de alguien, pero con frecuencia nos desalienta cuando aprende como es alguien en realidad. Ella ha ido demasiado lejos con ustedes dos."
Jareth bajó la cabeza y la máscara se cayó, dejando a un hombre agotado y herido. Él dio un suspiro profundo y pateó el poste de la cerca. "No puedo hablar con Sarah. Siento que ni siquiera puedo mirarla sin que tu madre se me eche encima o que nos envíe a ambos a hacer nuestras labores. Me siento como un prisionero cuando no he hecho nada malo, excepto amar a Sarah. ¿Tienes alguna idea de lo frustrante que es eso?", le preguntó y sus cejas se unieron formando líneas sobre su frente pálida.
Jacob asintió lentamente. No se le había escapado la declaración de sentimientos. Jacob ni siquiera estaba seguro de que Jareth supiera que lo había dicho. "Lo se. Mi madre me lo ha hecho a mis hermanos y a mi. A veces ella va demasiado lejos."
"Sarah ni siquiera sabe por qué la estoy evitando, ni por qué no contesté a las cartas que ella ha dejado de enviar. Ella debe pensar que ha dejado de importarme." Jareth se estremeció visiblemente y Jacob lo noto.
"Pero esa no es la verdad¿no es asi?"
"¡Desde luego que no!", gruñó Jareth. "Si hubiera tenido oportunidad, le habría pedido que se casara conmigo cuando supe que ella me amaba. Si me caso ahora con ella, tu madre asumirá que es porque temo que Sarah pudiera estar embarazada o porque no quiero que ella case a Sarah con alguien más", dejó salir.
"Alto, espera un minuto. ¿Casarla con alguien más?"
Jareth apartó la vista.
Jacob sintió la ira hirviendo dentro de él. "¿Mi madre ha estado amenazándote?"
Jareth no contesto.
"Puedes confiar en mi. No estoy de acuerdo con lo que esta haciendo y lo que me digas será en confidencia si eso es lo que deseas. Te doy mi palabra."
Jareth asintió y comenzó a contarle a Jacob la vuelta de acontecimientos. Pronto las palabras salían precipitadamente de él. Le contó todo a Jacob. Sobre la intimidación, las amenazas, como la madre de Jacob había intentado emparejar a Jareth con Sarah para que Jacob perdiera interés en ella.
Jacob estaba furioso y Jareth divagaba. Finalmente, Jareth dejó de hablar. Él había dicho mucho más de lo que deseaba. Temió que si no se detenía ahora, iba a revelar quienes eran en realidad él y Sarah, de dónde eran y sus verdaderos pasados.
Jareth aun sentía como si fuera un milagro que Sarah y él se hubieran enamorado. Ellos habían sido enemigos que habían descubierto el amor a través de peligros indecibles e innumerables dificultades. Jareth casi se derrumbó en ese momento con las palabras de una historia que le era tan familiar a él en su mente. Sarah había sido diferente de las otras niñas o mujeres que habían entrado en su reino. Ella lo había derrotado y había destruido su reino sin mirar atrás. Él había perdido su magia y había buscado la venganza solamente para tener nuevamente su mundo patas arriba cuando se había enamorado inesperadamente de ella y ella de él.
Jareth no se había dado cuenta que alguna vez podría amar a alguien tan profundamente y lo que más temía era que pudiera perder a Sarah. La señora Henry estaba determinada a alejarla de él y sus tácticas habían funcionado hasta ahora. Jareth podía sentir como era empujado cada vez más lejos de Sarah. Si la perdiera, especialmente con otro hombre, él no sabia si seria capaz de manejarlo.
"Mi madre se ha excedido esta vez", soltó Jacob con frialdad. "Ella no tiene ningún derecho a entrometerse en la vida de las personas como lo ha hecho. Si tu amas a Sarah y crees que ella te ama, entonces pídela en matrimonio antes que sea demasiado tarde."
"Ya puede ser demasiado tarde. No le he hablado en días. Ella no me ha mirado".
"Lo más probable es que tenga miedo. Tu no te has rebelado precisamente contra lo que ha pasado, y por lo que sé, eso no parece propio de ti. Ella podría no saber que mi madre ha amenazado con echarte de la casa y que te ha amenazado diciéndote que casará a Sarah con algún hombre rico. Mi madre no puede hacer eso. Sarah es una adulta y podría rehusarse fácilmente. Mi madre esta blofeando al respecto. Ella hace lo que sea necesario para proteger a Sarah debido a que se siente culpable de no haber podido proteger a su hermana menor."
"¿Ella no puede hacer casar a Sarah?" Jareth sintió un poco de alivio.
"No a menos que Sarah le deje. Sarah tiene 18 años y es adulta. Ella puede tomar sus propias decisiones. Mi madre esta esperanzada en hacerte creer que ella no puede oponerse. Yo creo que Sarah merece una explicación y sería mejor si viniese de ti."
"¿Cómo voy a hablar con ella si tu madre siempre nos esta vigilando?"
"Habla con ella a la noche, cuando mi madre este durmiendo", sugirió Jacob.
"Tu madre tiene a los perros durmiendo frente a la puerta de Sarah, y en el momento que yo camine cerca de allí, ellos ladrarán y la alertarán".
"Yo me encargaré de los perros"
Jareth miró a Jacob con curiosidad. "¿Por qué haces esto?"
"Porque lo que esta haciendo mi madre esta errado. Yo sé que ella te contó acerca de cómo su hermana y mi primo murieron. Yo solamente tenia 12 años cuando eso sucedió. Sé que esto afectó a mi madre y la volvió muy protectora de sus hijos, pero no sabia que de sus tendencias protectoras se extenderían más allá de sus hijos. Mi madre se preocupa de Sarah como si fuera su hija, pero necesita darse cuenta que ella no es la madre de Sarah. Hay reglas para cortejar y sólo porque Sarah y tu intentaron evitarlas no los hacen unas personas terribles. Ustedes no son los únicos intentando escapar de amarras o de chaperonas. Haré lo que pueda para ayudarte, pero luego estás por tu cuenta."
Se escuchó la voz de la señora Henry llamando a Jacob desde la casa y eso interrumpió la conversación.
Jacob suspiro. "Ella no dudará en decirme un par de cosas. Bueno, ella puede prepararlas por otro rato más".
Una de las cejas de Jareth se arqueó sobre su ojo. "¿Que?"
"Yo cuestioné su proceder, y no creo que le gustara. Estoy dispuesto a apostar que le gustó todavía menos el que la dejara con la palabra en la boca".
Jareth dejó escapar una risa suave y luego su expresión cambió a una de preocupación.
"Si te explicas con Sarah, estoy seguro que las cosas pueden arreglarse entre ustedes dos", le dijo Jacob de nuevo.
Jareth suspiro. "Espero que estés en lo correcto"
Jacob asintio. "¿Tienes más labores que realizar?"
"Debe cortar más leña y llevarla a la casa"
Jacob le palmeó la espalda a Jareth amistosamente y se rió cuando vio que las cejas de Jareth se alzaban con sorpresa. "Déjame darte una mano".
Jareth no dijo nada por un momento y luego sonrió con picardía comprensivamente. "Tu oferta de ayuda no tiene que ver con tratar de escapar a tu madre¿no es asi?"
Jacob sonrio. "Vamos¿qué te dio esa idea?"
Jareth sacudió la cabeza y rió suavemente. Sintió que había juzgado mal a Jacob. Aunque ambos habían tenido sus diferencias debido a Sarah, era evidente que ahora ambos deseaban lo mismo.
"Nosotros deberíamos terminar con esto antes que se ponga oscuro. El cobertizo es un poco tenebroso de noche", bromeó Jacob.
"¿Tienes miedo a la oscuridad?", lo embromó Jareth.
Jacob se rió de manera temblorosa. "En realidad no tengo miedo, pero es difícil ver de noche".
Jareth se rió entre dientes. "Estoy seguro".
Él siguió a Jacob afuera del granero en dirección a la leñera, sintiendo por primera vez esperanza en varios días.
