Capítulo 26: "De lo que están hechos los Cuentos de Hadas..."
Jacob caminó casualmente escaleras arriba, con una lámpara en una mano y algo más en la otra. Los perros comenzaron a menear sus colas cuando él se aproximo. Él les ofreció un trozo de carne que había sobrado y los perros inmediatamente abandonaron su puesto y lo siguieron escaleras abajo.
Jareth estaba parado en las sombras del estudio y tan pronto como Jacob desapareció en la cocina con los perros, subió las escaleras rápida y silenciosamente. Sin siquiera golpear, abrió la puerta y se precipitó en el cuarto, cerrando la puerta silenciosamente detrás de él.
Sarah estaba acostada en su cama mirando hacia la ventana. Ella se asustó con el sonido de la puerta al abrirse y cerrarse. Se volteó para ver quien había entrado y luego se puso de pie.
"¿Jareth?"
"No tenemos mucho tiempo", le dijo mientras se movía a través del cuarto hacia ella.
Sarah frunció el ceño. "¿Tiempo para que? ¿Tiempo para que tu me ignores aun más?". Ella se cruzó de brazos y apartó la mirada.
Jareth se detuvo. "Estas enfadada conmigo", declaro
Sarah se volteó a mirarlo. "¡Tienes toda la maldita razón en eso! ¡No me has hecho caso en días como si yo no significara nada para ti! ¿Y ahora sólo vas a entrar aquí tan fresco y esperar que las cosas estén bien?"
Sus palabras hicieron que a Jareth le doliera el corazón en su pecho. "Mantén tu voz baja o ella nos oira. Nosotros no tenemos tiempo para discutir. Podemos discutir esto después". Él alcanzó su mano y ella la retiró de él. "Por favor, Sarah..."
Sarah estaba enojada y herida, aunque en el minuto que Jareth pareció afectado ella sintió que su resolución se resquebrajaba y cedía. Ella levantó la cabeza desafiante, rehusando ceder completamente. "¿Adónde iremos?"
"Lejos de la casa sólo por un rato. Jacob nos ha comprado algo de tiempo para que yo pueda explicarlo todo"
Los ojos de Sarah se agrandaron "¿Jacob?"
Jareth asintio. "Si. No tenemos mucho tiempo. Ayúdame a recoger las sábanas y las mantas de tu manta y a atarlas juntas"
"¿Qué? ¿Por qué?", su frente se arrugó ante su confusión.
Jareth fue hacia la cama y comenzó a sacar las mantas. "Porque no podemos salir tan campantes por la puerta del frente"
Sarah suspiró molesta y lo ayudó a crear una 'cuerda' con las sábanas y las mantas. Ellos la amarraron a los postes de la cama y lanzaron el extremo suelto por la ventana. Jareth probó su peso y bajó por ella por el costado de la casa. Llegó hasta abajo y Sarah comenzó a bajar detrás de él. Ella estaba a medio camino cuando se escuchó una sonora rasgadura.
Sarah miró hacia arriba y vio que las sábanas estaban cediendo.
"Salta, te atrapare", le dijo Jareth.
Sarah vaciló cuando vio lo lejos que estaba del suelo. Ella inhaló profundamente y luego soltó la 'cuerda'. Jareth la atrapó en sus brazos sin esfuerzo. La puso de pie y tomándola de la mano tiró de ella hasta el bosque.
Ellos corrieron durante un tiempo antes de que Jareth se detuviera, jadeando y sin aliento.
"¿Qué demonios está pasando?", preguntó Sarah.
Jareth la contempló por un momento y luego se adelantó con rapidez. Él capturó a Sarah entre sus brazos. La besó en el cuello e iba fue a besarla en la boca cuando ella se apartó violentamente de él. La expresión de dolor que registró en el rostro de Jareth hizo que el corazón de Sarah se retorciera dolorosamente.
"Sarah, no hagas eso... Yo puedo explicarte"
"Ah, seguro. ¿Tu vas a explicarme por qué no fuiste lo suficientemente hombre o Fae o lo que sea para enfrentarte a la señora Henry? ¿Vas a explicarme por qué no fueron respondidas mis cartas?"
Él asintió, moviéndose hacia delante para tocar su cabello. "Si. Te lo explicaré todo".
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La señora Henry bostezó y abrió la puerta de su dormitorio. Pensaba haber escuchado voces. Fue pasillo abajo. Ahora todo estaba en silencio e iba a dar la vuelta cuando se dio cuenta que algo andaba mal.
Los perros no estaban durmiendo frente a la puerta de Sarah.
Sus ojos se estrecharon con sospecha. Dio un silbido suave, el cual normalmente haría que los perros respondieran, pero sólo obtuvo silencio.
"¿Perros?", ella silbó de nuevo. Nada. Sin perder más tiempo ella se apresuró hacia la puerta de Sarah. Elevó la mano y golpeó la puerta ruidosamente. "Sarah, querida, ¿estas ahí? ¡¿Sarah!". Al no obtener respuesta, abrió la puerta y jadeo.
La habitación estaba vacía y la cama despojada de sus sábanas y mantas. Se dio cuenta que éstas habían sido atadas juntas y que salían por la ventana hacia afuera.
La señora Henry se apresuró a ir hacia la ventana y observó el exterior. Ella estaba ardiendo de ira.
Salió de la habitación y corrió escaleras abajo. Ella vio a Jacob sentado junto al fuego en la sala de estar, leyendo el periódico con los perros acomodados a sus pies.
"¡Eres un necio!", le gritó ella.
"¿Hmm?" , murmuró él, sin mirarla.
"¡Jacob, se supone que los perros están cuidando su habitación! ¿Dónde está Jareth? Él se llevó a Sarah, ¿no es asi?". Sus palabras salieron con rapidez.
Jacob continuó leyendo como si su madre no hubiera dicho nada importante. "No sé dónde están", le dijo.
"¡Tienes que encontrarlos! ¡No es seguro estar afuera con la guerra rondándonos!"
Jacob colocó el periódico calmadamente sobre la mesa junto a la silla. "Tal vez usted debería haber pensado en eso antes de actuar tan insensiblemente". Él recogió su periódico y continuó leyendo.
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Jareth se dio cuenta que no podría hacer que esto fuera más rápido. Sarah no parecía cambiar en su creencia de que en realidad ella no le importaba a él. Aunque eso hería a Jareth por siquiera haber tenido ella esos pensamientos, él tenia que darse cuenta que Sarah no podía deshacerse de sus temores en asunto de unos días o una semana. Siempre habría temores que él debería hacer desaparecer. Él debía demostrarle que eso no pasaría.
"Tu no me has mirado... ni siquiera has intentado hablar conmigo..."
La mano de Jareth se extendió y agarró la barbilla de Sarah. Ella no esperaba el movimiento y se paralizo. "Antes de sigas con lo que hice y lo que no hice, tal vez tu deberías dejarme decir unas cuantas palabras, ¿hmm?". Su tono de voz bajó unos grados.
Sarah asintió muy lentamente.
Él la soltó y se alejo. Comenzó a pasearse alrededor de ella con las manos agarradas en la espalda.
"No tienes la menor idea de que lo que me ha impuesto esa mujer. Yo confié en ella, creyendo que buscaba de corazón nuestros mejores intereses, pero yo estaba equivocado". Jareth dejó de pasearse y miró a Sarah a los ojos.
"No podía ir hacia ti como yo lo deseaba, hacer tal cosa hubiera enfadado a la señora Henry hasta el punto de que podría haberme expulsado de la casa. La mujer me amenazó, Sarah. Repetidamente, para mantenerme en línea".
Sarah abrió la boca para decir algo y Jareth negó con la cabeza.
Él dio un paso más cerca, elevándose sobre ella. "Ella me prometió que si yo hacia un movimiento incorrecto, seria expulsado de la casa sin ti. Ella estaba preparada para hacer lo que fuera necesario para separarnos. Yo simplemente no estaba dispuesto a arriesgarme a una confrontación con ella. Perderte a ti no valía ese riesgo".
La expresión airada de Sarah se suavizó con sus palabras. "Ella también me amenazó, Jareth. Yo vivía cada día con el miedo de que tu perdieras el control y que al despertar tu te hubieras ido".
Las cejas de Jareth se elevaron. "¿Ella te amenazó a ti también?"
Sarah asintio. "Pero no puedo comprender el por que. Ella inventó un montón de excusas las cuales no crei. Lo que realmente no entiendo es ¿por qué ella intentaría emparejarnos para luego separarnos?"
"No creo que ella pensara en serio acerca de emparejarnos. Yo creo que la mujer no puede quedarse inmóvil por un momento y que disfruta entrometerse. Ella nos utilizó para sus propios fines egoístas".
"¿Qué quieres decir con 'nos utilizo'?"
Jareth colocó sus manos sobre sus caderas delgadas. "¿Recuerdas cuando nosotros tratábamos de entender por qué ella nos emparejaría en primer lugar?
Sarah asintio.
"Tu tenias razón acerca de Jacob. La señora Henry no quería ver a su hijo atraído por ti. Así que ella nos empujó a uno hacia el otro. Ella pensó que nosotros desarrollaríamos una atracción y que su hijo se olvidaría de ti. Eso sucedió como ella lo esperaba y pienso que verdaderamente creyó que nada más sucedería entre nosotros"
"Pero ¿por qué? ¡Eso es tan cruel! ¡No tan sólo con nosotros sino que también con Jacob!", gritó Sarah.
"Estoy de acuerdo. Hemos visto un lado de la señora Henry que nosotros no esperábamos ver" Jareth suspiro. "Ella pensó que nada sucedería entre nosotros, y si Jacob no le hubiera contado otra cosa, las cosas hubieran seguido bien. La señora Henry no contaba con que nos enamoraríamos y ahora que eso ha sucedido y quedó al descubierto, ella ha usado cualquier excusa para separarnos"
Las lágrimas nublaron los ojos de Sarah. "Yo confié en esa mujer. Yo le confié mi corazón cuando tenia esas pesadillas. ¿Por qué ella nos hace esto a nosotros?"
"Yo he llegado a dos conclusiones. Una es que la muerte de su hermana en realidad la traumatizó y ahora ella esta intentando corregir ese error, o que ella en verdad no me aprueba".
Sarh frunció el ceño. "¿Qué le sucedió a su hermana?"
Jareth se apoyo contra un árbol cercano y se cruzó de brazos. "Ella se enamoró de un hombre y ellos rompieron las reglas tradicionales de cortejo. Ella quedó embarazada y él la dejo. Ella crió sola a su hijo. El hombre llegó a ser rico y tomó una esposa. Él no quería su reputación manchada si alguien sabia que tenia un hijo ilegítimo. Así que él arregló el asesinato de la hermana de la señora Henry y de su propio hijo"
Sarah dio un grito sofocado y se cubrió la boca con las manos. "Eso es horrible. ¿Cómo puede alguien hacer algo como eso?"
"De la misma forma que los padres abandonan a sus hijos..." Jareth miro profundamente en los ojos de Sarah y ella supo que el se estaba refiriendo a ambos, así como a los niños que algunos habían deseado que desaparecieran con él. "Porque ellos son egoístas y no se preocupan por nada más que ellos mismos"
Jareth comenzó a pasearse de nuevo. "Jacob cree que su madre quiere protegerte de mi. Ella teme que yo pueda hacer algo similar a lo que le sucedió a su hermana. Él piensa que su madre siente culpa por no haber sido capaz de proteger a su hermana menor, y por eso ella esta intentando alejarte de mi".
"Ella no quiere que el pasado se repita", dijo Sarah en voz alta.
Jareth se rió suavemente, a pesar de que era obvio que no estaba divertido. "Casi puedo comprender su razonamiento, pero mis pensamientos no me lo permiten".
Sarah frunció el ceño. "¿Por qué no?"
"Es obvio que yo no le agrado a esa mujer y que nunca lo hare. Probablemente ella debe estar todavía maldiciéndome por usar a su hija como lo hice. Pero yo nunca lastimé a Elizabeth tanto como ella nos ha lastimado". Él suspiro.
"Hay muchas cosas para tomar en cuenta", continuó él. "La tragedia de su hermana y de su sobrino, su disgusto por mí, y, por supuesto, el hecho de que tu y yo ignoramos a propósito las reglas concernientes al cortejo. Quizás son todas ellas. Nunca lo sabremos."
Jareth detuvo su paseo y fue hacia Sarah. Él extendió la mano y acomodó su cabello detrás de las orejas. "El dolor que ella me causo... como si el amenazarme con tener que dejarte no fuera suficiente, ella me amenazó con casarte con otro hombre"
Los ojos de Sarah se agrandaron "¿Que?"
Jareth acarició distraídamente el sedoso cabello de Sarah. "Ella me dijo que quería que tu tuvieras un hombre rico cuidando de ti por el resto de tu vida y que ese hombre atendería tus necesidades y las de tus futuros hijos. Aquí yo no tengo dinero, ninguna tierra, y el afecto no parece importar. Ella cree que tu aprenderías a enamorarte de otro hombre". Jareth bajó la cabeza.
"¡Pero yo no quiero otro hombre! Yo te quiero a ti"
Jareth alzó la vista y Sarah pudo ver el dolor brillando en sus ojos. La señora Henry lo había lastimado y ella también. En realidad ella se había permitido creer que el no la amaba cuando eso estaba lejos de ser la verdad.
"Nosotros quebrantamos las reglas de este mundo, Sarah, y fuimos imprudentes en nuestra pasión", le dijo a ella. "Nosotros no pensamos en las consecuencias de nuestras acciones"
Los ojos de Sarah se dilataron mientras sacaba conclusiones. "Tu piensas que yo estoy embarazada, ¿no es asi? O acaso temes que eso pudiera suceder?". Sarah bajó la cabeza y las lágrimas llenaron sus ojos. Si Jareth no deseaba un embarazo entonces tal vez él no la amaba después de todo.
Jareth le tomó la barbilla y la forzó a mirarlo. "Sarah, si tu estas esperando a mi hijo, yo seré el hombre más feliz de todos. Pero no quiero que tu pienses que algo que tengo que preguntarte sólo ocurriría porque tu podrías estar esperando a mi hijo"
Sarah pareció confundida. "¿Si te digo que no estoy embarazada eso cambiaria alguna cosa?"
Jareth negó con la cabeza. "No. Mis sentimientos sobre la materia no cambiarán"
Sarah miró hacia abajo a sus manos agarradas juntas enfrente de ella y observó como temblaban debido a su nerviosismo. "Bien, antes de que digas algo más, yo no estoy embarazada"
Los ojos de Jareth se agrandaron. "¿Cómo puedes estar tan segura? ¿No es demasiado pronto para saber si lo estas o no?"
Sarah dio una mirada a Jareth. "Puedo ser ingenua e inexperta en muchas cosas, pero sé lo suficiente sobre mi para saber que no estoy embarazada"
"¿Cómo?", persistió Jareth. "¿Acaso tienes una magia de la cual yo no se?"
Sarah sacudió la cabeza. "No. No necesito magia para saberlo. Algo le pasa a las mujeres todos los meses. Un ciclo. Si una mujer continua teniendo ese ciclo cada mes, entonces ella no esta embarazada. Si ella no lo tiene, entonces esta embarazada. Yo acabo de tener mi ciclo, así que no estoy embarazada".
Jareth suspiro. "Tengo sentimientos contradictorios sobre esto", le dijo a ella con honestidad. El avanzó hacia ella para tomarla entre sus brazos. Sarah no se resistio. "Una parte de mí esperaba que tu estuvieras embarazada de mi hijo y otra parte de mi esta aliviada de que no lo estés". Él frunció el ceño. "¿Cómo puede ser esto?"
Sarah miró a lo lejos hacia los bosques oscuros mientras presionaba su mejilla contra el pecho de Jareth. Ella podía sentir el latir de su corazón debajo de su oído. "Supongo que puedo entenderlo. Quiero decir, toda la semana estuve preocupada acerca de si estaba o no embarazada. Comprendí que ya había dormido dos veces contigo y existía la posibilidad de que estuviera encinta. Eso me emocionó y me asusto."
Ella sintió que los brazos de Jareth se apretaban alrededor de ella. "No sabía como iba a decírtelo si yo resultaba estar embarazada. No nos permitían hablar el uno con el otro. Seguíamos apartándonos uno del otro y me aterrorizaba pensar que debería criar un bebé sola".
Jareth la acercó más a él. "Tu nunca criarías a mi hijo sola. Cualquier niño que nosotros creemos no recibirá nada más que amor de nosotros dos." Él comenzó a acariciar su pelo otra vez. "También estaba preocupado de que pudieras tener un niño. Al principio, yo no había pensado en la posibilidad de un niño siendo concebido de nuestra unión. Las mujeres humanas son fecundas. Yo había olvidado eso".
Sarah sonrio. "Supongo que no tendremos que preocuparnos de eso por ahora. Solamente tendremos que ser cuidadosos en el futuro".
Jareth asintio.
Sarah dejó escapar una risita suave. "La señora Henry probablemente debe esta estar pariendo una vaca si ha descubierto que nos hemos ido. Ella nos chequea a ambos constantemente".
"¿Una vaca? ¿Cómo puede una mujer humana dar a luz ganado?" Jareth pareció muy confundido.
Sarah se hizo para atrás y rió ante la expresión en su rostro. "Es una manera de hablar. Significa que probablemente ella debe estar enfurecida"
Jareth asintio. "Espero que ella esté 'pariendo una vaca' como tu dices", Jareth le dijo a Sarah mientras inclinaba la cabeza y la miraba fijamente hacia abajo.
Retrocediendo un poco, él retorció su mano y un cristal apareció en la punta de sus dedos. Él miró fijamente el interior. No hubo ningún sonido, pero las imágenes de Jacob y la señora Henry aparecieron dentro del cristal liso. Ellos estaban muy animados. "Están discutiendo, y probablemente sobre nosotros", le dijo Jareth.
"¿Qué debemos hacer? Si regresamos a la casa, hay riesgo de que esto vuelva a pasar". Su expresión era de miedo.
Jareth acarició su mejilla con el dorso de sus dedos. "No dudo que Jacob intervendrá si ella intenta alguna cosa. Él no esta de acuerdo con lo que ella esta haciendo y ella no tiene una razón válida para echarme de la casa. Especialmente cuando ella se de cuenta de que no estás esperando un bebé y que mis intenciones hacia ti no son nada más que honorables"
Las cejas de Sarah se unieron. "No entiendo"
Jareth giró su mano y el cristal desaparecio. Con otro movimiento rápido de su muñeca algo apareció en su palma y él cerró sus dedos alrededor de eso.
"Sé que no es hermoso ni magnífico como debería serlo, pero sentí que esto significaría más si no fuera creado con magia. O arruinado por mi magia inestable", él embromó.
Sarah sonrio.
Jareth extendió su mano hacia Sarah y lentamente abrió sus dedos.
Sarah se quedó sin aliento cuando vio lo que descansaba sobre el centro de su palma.
Un anillo... un anillo primitivo hecho de alambres de cobre que él había torcido juntos y una piedra de cuarzo rosa que él había pulido y había colocado en el anillo que había hecho.
Sarah sintió que las lágrimas ardían en sus ojos y se cubrió la boca con las manos. ¿Era esto lo que pensaba que era?
"Te pido tu mano en matrimonio, Sarah Williams. Con la promesa y el acuerdo de que yo me ocuparé de tu cuidado y el de cualquier niño que podamos tener... por la eternidad"
Sarah miró los ojos desiguales de Jareth mientras él continuaba.
Él se le acercó y la miró profundamente a los ojos. "Mi reino no es prestigioso o tan hermoso como las tierras que tu debes creer que están hechas los cuentos de hadas. Gobernar el Laberinto es una gran tarea. Pero yo siento que el gobierno tendrá mas valor si yo te tengo a mi lado para compartir esa responsabilidad."
Las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Sarah.
"Los tiempos no siempre serán fáciles y tu deberás permanecer dentro de las paredes del Laberinto por tu propia seguridad. Sería demasiado riesgo para ti el salir alguna vez de sus fronteras. Pero haré mi mayor esfuerzo para que estés cómoda y seas feliz si tu eliges el gobernar a mi lado. Te daré tiempo para que pienses en tu respuesta si así lo requieres", terminó él suavemente.
Sarah bajó la cabeza, rompiendo su contacto visual con Jareth. Ella supo que si accedía a casarse con él la vida no sería fácil. Ellos deberían reconstruir el Laberinto y ella quedaría atrapada adentro porque ella era mortal. Eso significaría que ella nunca volvería a ver a su familia otra vez. Ella no sería capaz de ver crecer a su hermanito menor hasta llegar a ser el joven bueno que ella sabia que llegaría a ser. Y ella no terminaría la secundaria ni iría a la universidad ni tendría una carrera ni alguna otra cosa que se considerara normal.
Ella alzó la cabeza y miró fijamente a Jareth a los ojos. Los ojos de ella dejaron los suyos y recayeron en él. Recorrió con la mirada el cabello rubio desordenado y parado en diferentes direcciones, corto en la parte superior y largo hacia abajo. Sus ojos vagaron sobre la piel pálida de su cara y las extrañas marcas alrededor de sus ojos que nadie aquí había notado o al menos mencionado. Finalmente sus ojos encontraron los de él.
¿Podría ella renunciar a todo lo conocía por un hombre?
"Si" . Ella levantó la mano y acarició su mejilla, las lágrimas aun caían por su cara. Ella sonrió ante su expresión confundida. "Me casaré contigo".
Jareth sintió que el corazón se le aceleraba en el pecho, pero él no cedería ante una falsa esperanza tan prematuramente. "Tu debes estar segura que una vida conmigo en el Laberinto es lo que tu quieres, Sarah. No te veré infeliz a mi lado."
"Estoy segura. Jareth, te amo y quiero estar contigo para siempre". Era la verdad y sorprendentemente había sido una decisión fácil de tomar.
Cuando los tiempos habían sido malos, ella había soñado con su príncipe encantado pidiéndole casarse con él. Los Cuentos de Hadas habían sido una manera fácil de evadirse y una solución temporal de tener las cosas que sus padres y amigos nunca le ofrecieron. Aunque Jareth parecía pertenecer a un cuento de hadas, ella sabia que no era así, porque los cuentos de hadas se reducían a la vida fácil. La vida de Jareth estaba muy lejos de ser fácil. Jareth le ofrecía una cosa a Sarah que ella había deseado intensamente toda su vida. Antes de conocerlo a él, ella nunca lo había recibido. El sentimiento de estar enamorada y lo que es más importante, el de ser correspondida en ese amor.
Jareth tomó su mano y deslizó el anillo en uno de sus dedos. Estaba ligeramente grande, pero a Sarah eso no le importaba.
"Es hermoso...". Ella sonrió a través de sus lágrimas. "¿En verdad lo hiciste tu mismo?"
Él asintio. "Trabajé en él mientras estuvimos separados.". Él se adelantó y la tomó entre sus brazos.
"Me encanta, así como te amo a ti", le dijo ella.
Él sonrió y entonces bajando la cabeza la besó firmemente en los labios. El beso continuó por unos cuantos minutos, aumentando en intensidad con cada segundo mientras sus lenguas luchaban por la dominación y las manos se movían ciegamente sobre la carne.
Con pesar, Jareth interrumpió el beso y retrocedió sonriendo ampliamente. "Debemos volver a la casa a comunicar las buenas noticias".
Sarah sonrió y advirtió que Jareth estaba absolutamente radiante. Ella asintió con impaciencia y colocó sus brazos alrededor de la cintura de Jareth mientras comenzaban a caminar.
Mientras más lejos caminaban, más se iba desvaneciendo la sonrisa de Jareth. Él se preguntaba por la reacción de la señora Henry ante las noticias de su compromiso. También se preguntaba si la señora Henry tendría algo de sangre Fae en ella. Aunque era sumamente improbable, su destreza para la manipulación y la crueldad casi se emparejaban a la suya. Jareth no disfrutaba el ser desafiado y ya era tiempo que el Rey de los Goblins hiciera su aparición, incluso si era de manera sutil.
