Escrito por Cormak3032 (Traducida Por BlazeVein)
Nota del Autor: Este capítulo ha sido editado para debido a su contenido adulto en la versión original. La versión sin editar puede ser encontrado en la información de mi página.
Capítulo 28: "Resoluciones..."
Jareth estaba parado en la entrada y observó cuando Sarah salía del granero. Él dio un suspiro de frustración y se fue a aclarar sus propios pensamientos.
Sarah ayudaba a la señora Henry con unos pocos menesteres y la mujer mayor pudo notar que algo andaba mal.
"¿Jareth y tu tuvieron una pelea?", preguntó enseguida la señora Henry.
Sarah no contestó.
"Debe haber sido una grande", continuó la señora Henry. "Éstas solamente se multiplicarán con el tiempo, tu sabes. Si tu te casas con ese hombre, te casaras con el problema".
Sarah, que había estado cortando las verduras, bajó de golpe el cuchillo sobre la mesa y miró airadamente a la señora Henry. "Sabe, no recuerdo haberle pedido su opinión".
La señora Henry no pareció impresionada por su despliegue. "No necesitas ser cortante. Yo sólo busco tus mejores intereses".
Sarah gruñó ante la provocación. Ella estaba cansada de la señora Henry intentando juegos mentales. Desatando su delantal, Sarah dejó la casa. Ella fue al exterior dando largas zancadas y se sentó junto a una roca en el césped delantero. No le preocupó si la señora Henry estaba parada en la puerta o en la ventana mirando, lo que ella estaba haciendo.
La mujer mayor sonrió para sí. Si Jareth y Sarah estaban peleando sin siquiera haberse casado, entonces quizás el matrimonio no se llevaría a cabo en lo absoluto.
Sarah dejó caer su cabeza en sus manos mientras se sentaba con las rodillas hacia su pecho. Ella estaba tan alterada que ni siquiera podía pensar correctamente. Le tomó varios minutos detener los pensamientos que giraban en su cabeza. Una vez que comenzó a pensar, esos pensamientos inmediatamente se dirigieron hacia Jareth. Ella recordó como solamente hace unos cuantos meses atrás ellos eran enemigos y como rápidamente habían cambiado las cosas entre ellos. Recordó la noche en que ellos hicieron el amor cerca de la laguna y lo especial que había sido.
Ella dio un suspiro profundo; no le gustaba estar en desacuerdo con Jareth. En el pasado le había hecho sentir bien el enfrentar al Rey de los Goblins, pero ahora ella no se sentía de igual modo. El pelear con Jareth le hacia sentir francamente horrible. Ella lo amaba, pese a su temor de que él se volviera alguien que no conocía y amaba, le causaba aumentar su inquietud mientras ella intentaba protegerse a sí misma de un futuro incierto.
Jareth se apoyaba contra un roble, con los brazos cruzados en el pecho, observando a Sarah. Él la miró fijamente por varios minutos antes de caminar hacia ella.
Sarah estaba tan perdida en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta de que Jareth estaba parado junto a ella hasta que notó que el sol había desaparecido y que ella estaba sentada en su sombra.
Ella alzó la vista hacia él rápidamente y luego apartó la mirada.
"¿Podríamos hablar, le preguntó él con calma. Cuando ella no contestó, él continuó, "no deseo discutir contigo. Yo quiero reconciliar estas diferencias entre nosotros antes de que se intensifiquen."
Sarah no lo miró.
"¿No accederás a mi petición?", Jareth se escuchó herido.
Finalmente Sarah alzó la mirada hacia él. "¿Qué quieres que te diga, hmm?". Su voz estaba llena de ira.
Jareth se forzó a permanecer calmado. "Deseo una explicación en cuanto a por qué estas tan enojada conmigo. ¿Eso es mucho pedir?"
Ella miró a lo lejos. Ella no quería hablar acerca de esto porque temía que si las cosas no marcharan bien ellos se pelearían. Temía lo que podría pasar con ambos temperamentos.
Jareth suspiró. "Sarah, no podremos reparar la grieta entre nosotros si tu no me dices qué pasa."
Sarah se mordió el labio y luego bajó la cabeza.
Jareth se puso en cuclillas delante de ella, con el codo sobre su propia rodilla y con el mentón apoyado en su mano. Sus ojos buscaron los de ella, pero Sarah seguía rehusándose a mirarlo. "¿Por qué estás tan enojada conmigo por actuar como yo mismo?".
Ella suspiró profundamente y se tomó unos minutos para responder. Sus ojos tuvieron que encontrarse con los de él. Ella se preguntó si contárselo a él sería lo correcto, pero se dio cuenta que si ellos no hablaban, no habría ninguna posibilidad de arreglar las cosas.
"Porque estoy asustada...", ella susurró. "Y el enojo fue la manera de ocultarlo."
Los ojos de Jareth se agrandaron. "¿Asustada¿Tu no estas asustada de mi, no es así?"
"No exactamente". Sarah miraba hacia el suelo.
"Explícate."
Jareth estaba mirándola fijamente con atención y con profunda ansiedad en el rostro.
A pesar de la expresión en el rostro de Jareth, Sarah aún lucía enfadada y alterada. " Tu pasaste de ser este cretino intimidante, arrogante y mágico que yo no podía soportar, a alguien que era amable y cariñoso a quien yo no podía esperar a ver cada mañana al despertar. Nadie me ha demostrado el amor excepto tu, pero ahora... ahora tu magia está regresando y tú eres diferente." Ella se mordió el labio, su rabia se había desvanecido ligeramente y su expresión se tornaba en una de preocupación.
Jareth exhaló. Él se sintió como un idiota por no reconocer antes los motivos de su miedo y su enojo. "Oh, Sarah. Yo no soy diferente. Todavía estoy actuando de la misma manera como yo era antes."
Sarah negó con la cabeza. "No... no es así. Tu estas jugando todas esas travesuras sobre la señora Henry sin cuidado por tu seguridad o la mía. Tu no hacías esas travesuras antes".
"Sarah, lo que tu llamas travesuras son una segunda naturaleza en mí. Mi raza gusta de juegos y artimañas. Esa es la manera del Fae."
Jareth se sentó en el suelo y extendió sus largas piernas ante él cruzándolas en los tobillos. Él miró a Sarah a los ojos. "¿Recuerdas cuando estábamos afuera en los bosques y yo estaba en mi forma de búho y atrapé un ratón para ti?"
Sarah asintió. "¿Cómo podría olvidarlo? Eso fue asqueroso. ¡Tu lo arrojaste directamente enfrente de mi y esperabas que me lo comiera crudo!"
Jareth sonrió ante el recuerdo, sus labios se curvaron revelando sus dientes. Luego la sonrisa se desvaneció y él se puso serio. "Nosotros sentíamos aversión el uno por el otro en ese momento y no conocíamos quien era el otro realmente. Nosotros probamos los limites de lo que podíamos y no podíamos hacer. Yo te estaba embromando con el ratón. Tenia el presentimiento de que te repugnaría y encontré tu reacción muy divertida."
Sarah lo miró con enojo. "Entonces tu te reíste de mi mientras tu masticabas ese pobre ratón desvalido."
"No, no lo hice. Aunque el observar tu reacción me levantó el ánimo. Yo estaba muy lejos de mi hogar y sin mi magia. El seguir actuando como yo mismo sin mi magia me ayudó a comprender que yo podría sobrevivir sin ella. ¿Y qué hay acerca de Elizabeth? La arrojé en la porqueriza porque ella se rió de tu accidente".
"Pero eso fue diferente. Esa fue una travesura entrelazada con la venganza como lo que le estás haciendo a la señora Henry."
Jareth negó con la cabeza. "¿Una travesura es pensada y planeada, estoy en lo correcto?"
Sarah asintió.
"Yo no planee ninguna de las cosas que le he hecho a la señora Henry. Estas ocurrieron naturalmente y, como es siempre, no me preocupé por mi seguridad o las consecuencias si yo era descubierto. Molestarla era una forma de diversión para mí, y quizás un poco de retribución pero nada más."
Sarah enarcó una ceja. "¿Eso fue diversión?"
Él asintió. "¿No estás de acuerdo que ver a la señora Henry cubierta de harina blanca de la cabeza a los pies no fue algo divertido?"
Sarah sonrió con satisfacción. "Ahora que lo pienso, es gracioso. Pero no lo fue entonces."
"Ah, pero eso solamente porque tu tenías miedo de ser atrapada".
Ella asintió.
Él inclinó la cabeza. "Yo no tenía tal miedo"
"Lo cual es peligroso, Jareth".
"Puede ser, sí, pero estoy acostumbrado a eso. Yo soy Fae", le recordó.
Sarah sabia que él decía la verdad. Los Fae eran estafadores, amaban los juegos y el glamour. Y ellos corrían riesgos por lo que sabía de ellos. ¿Por qué ella no había recordado eso?.
'Sin la magia él actuaba de manera similar a como lo haría un mortal. Yo he olvidado que él NO es un mortal...', comprendió ella.
Jareth miró a Sarah pensativamente. "Si yo te prometo ser más cuidadoso en el futuro¿tu te comprometes a no ponerte furiosa conmigo por actuar como verdaderamente yo soy?"
Sarah lo consideró cuidadosamente y no dijo nada por un momento. ¿Quién era el hombre sentado junto a ella¿Y a quién amaba¿Al Jareth que actuaba como un mortal o al Jareth que era el Rey de los Goblins?
Ella levantó la cabeza. Ella tenia que saberlo... "¿Quién es el verdadero tu, Jareth?"
Las cejas de Jareth se unieron y él lució lastimado. "¿Sientes que tienes que preguntar eso?"
Sarah luchó contra las lágrimas que escocían sus ojos. "Pensé que yo lo sabía, pero no estoy segura. Primero, tu eres este poderoso Rey de los Goblins que es tan duro como el cuero, y luego eres este hombre dulce y cariñoso que está dispuesto a comprometerse para mantener la paz entre nosotros. Tu sigues cambiando." Ella estaba nítidamente nerviosa.
"El estar sin mi magia me ha cambiado, Sarah. No te mentiré. Esto me ha humillado y me ha hecho apreciar la vida en una manera que nunca vi antes. Yo fui de ser un Rey poderoso a un hombre ordinario en dos ocasiones y fue difícil acostumbrarse a eso. La segunda vez fue más difícil que la primera vez. Yo vivo entre mortales en su mundo y estoy forzado a actuar y a trabajar como uno de ellos."
"¡Exactamente! Tu tienes que actuar como un mortal y eso es lo que me molesta", le dijo Sarah. "¿Quién es el verdadero Jareth¿El hombre que actúa como mortal y me ayuda con los animales y las otras labores o el Rey poderoso que no acepta ninguna estupidez de nadie?"
"Soy ambos", contestó Jareth simplemente.
Sarah resopló. "¿Cómo puedes ser ambos?"
"Tan fácilmente como que tu puedes ser obstinada y desafiante y luego cariñosa y dulce. ¿No se me permite tener una personalidad complicada o siempre debo actuar igual?", explotó él.
Sarah se retrajo ante su tono.
Jareth se calmó y suspiró pesadamente. "Es evidente que tu temes que yo vaya a cambiar la manera en que te trato y lo que siento por ti. Yo creo que eso es por lo que estas enojada y asustada. Yo comprendo por qué sientes eso, pero déjame preguntarte ésto: desde que tu y yo nos declaramos nuestro amor¿te he tratado de manera diferente?. No quiero saber si he tratado a otra gente de forma diferente. ¿Te he tratado yo de alguna manera diferente en tanto tu has sido mi amante?"
Sarah bajó la cabeza y luego negó lentamente. "No".
Jareth le levantó la barbilla con sus dedos y la miró a los ojos. "Yo no voy a cambiar como te trato o como yo siento. Yo puedo no estar de acuerdo con todo lo que tu dices y haces e indudablemente tu sentirás lo mismo sobre mi, pero eso nunca significará que no te amo. Nunca."
Los ojos de Sarah se llenaron de lágrimas. "Nunca es mucho tiempo, Jareth".
Jareth liberó su barbilla y alcanzó su mano. Él giró el anillo que había hecho para ella en el dedo de ella y frotó su pulgar sobre la piedra. "Entonces es para siempre, Sarah, y es exactamente el tiempo que quiero que estés a mi lado. Mi deseo de tenerte como mi esposa no cambiará."
Sarah se cubrió la boca con su otra mano y comenzó a llorar.
Jareth avanzó al instante y la jaló hacia sus brazos, abrazándola apretadamente contra sí.
"Lo lamento... lo lamento tanto...", ella murmuró.
"Sshh." Jareth la meció con cuidado en sus brazos.
Sarah sollozó por varios minutos hasta quedarse sin lágrimas. Jareth la sostuvo amorosamente contra él.
"Yo estoy permitiendo que mis inseguridades y mi inexperiencia para estar involucrada en esto de nuevo... Lo siento tanto," ella susurró contra su pecho.
"Todos tienen inseguridades e inexperiencia en algo."
Sarah levantó la cabeza y miró a Jareth a los ojos. "Pero yo dejé que los míos tomaron el control. Yo pude haber arruinado las cosas entre nosotros porque tuve miedo y no lo comprendí. Yo actué tan infantilmente. Tus cristales no me molestan. No realmente. Pero ellos me recordaron al viejo Jareth con quien yo estaba en desacuerdo. Y tuve miedo que él pudiera resurgir de nuevo."
Jareth acarició su cabello. "Yo comprendo tus preocupaciones y miedos, pero espero que los veamos ahora con los mismos ojos".
Sarah asintió.
"Te prometo ser más cuidadoso con mi magia." Él arqueó la ceja sobre su ojo azul y le brindó una pequeña sonrisa, "Aunque a veces pueda necesitar un recordatorio. Con mi magia regresando a mí, los viejos hábitos emergen de nuevo y de vez en cuando olvido en donde estoy."
Sarah cabeceó. Una lagrima bajó por su mejilla y Jareth la limpió con su pulgar.
Sarah sonrió y sólo lo miró fijamente.
"¿Qué pasa?", él preguntó.
"Tu paciencia." Ella se rió. "Pensé que tu no tenías ninguna paciencia"
Jareth se rió entre dientes. "Por lo general no tengo".
"Pero tu has sido tan paciente y tan comprensivo conmigo y todos mis errores"
"Tu eres lo bastante sabia para aprender de ellos. Ambos estamos aprendiendo de esta relación y cualquier error de cualquiera de los dos deberá ser corregido con amor y paciencia. Estoy dispuesto a intentarlo y ser paciente contigo y solamente contigo. Si la situación hubiera implicado a la señora Henry o a alguno de mis súbditos mi reacción hubiera sido muy diferente."
Sarah sonrió y luego se rió suavemente. Ella se tranquilizó y tomó la mano de Jareth en las de ella. "Lamento haber dudado alguna vez de ti. He sido tan tonta."
"Dudar es natural, Sarah. No puedo culparte por eso"
"Pero tu no has dudado de mí." Como Jareth no contestó enseguida ella preguntó: "¿O lo has hecho?"
Jareth vaciló acerca de decirle la verdad, pero se figuró que seria mejor si se la decía. "He tenido dudas de las cosas entre nosotros".
Sarah agrandó los ojos de sorpresa. "¿Las has tenido? Pero nunca lo has demostrado".
"Quizás porque soy mejor en ocultar cosas que tu. El ser un Rey así como los cientos de años de experiencia me han enseñado a ocultar mis emociones."
"Tu padre...". Sarah replicó comprendiendo.
Jareth asintió. "He dudado que funcionen las cosas entre nosotros, pero cada vez que te veo esas dudas se desvanecen." Él acarició su mejilla con sus dedos.
Nuevamente los ojos de Sarah se llenaron de lágrimas. "Lo estás inventando".
Jareth sacudió la cabeza, y su cabello rubio se movió a su alrededor. "Lo digo totalmente en serio."
Sarah notó la expresión reservada en su rostro y se dio cuenta que él estaba diciendo la verdad. Ella se inclinó adelante lentamente con sus labios cerca de los de él.
Jareth la miro fijamente a los ojos y apoyó su frente contra la de ella. "Por mucho que yo disfrutaría besándote en este momento, no creo que este sea el lugar apropiado." Ante la expresión sorprendida de Sarah él continuó, "La señora Henry conseguiría un espectáculo con vista a su ventana".
Los ojos de Sarah s ensancharon. Ella se había olvidado de la señora Henry. Sarah mantuvo su cara girada hacia Jareth, pero usó sus ojos para echar un vistazo al costado de la casa. Era bastante seguro que la señora Henry estaba parada en la ventana mirándolos.
Sarah sonrió con picardía. "Pero tu me besaste la otra noche enfrente de ella".
Jareth sonrió mostrando sus dientes afilados. "Ah, lo hice, pero no con la intensidad que quisiera hacerlo ahora." Sus ojos brillaron con picardía.
Sarah se ruborizó y agachó la cabeza.
La sonrisa de Jareth se hizo más amplia. Su tono se tornó seductor. "Nos sentaremos aquí y nos comportaremos bien y más tarde cuando estemos solos...", su voz se acalló y la imaginación de Sarah se disparó.
Sarah se apoyó contra Jareth y ambos se sentaron al calor del sol pensando en lo que vendría más tarde.
.-.-.-.-.-.-.-
La señora Henry había visto a Jareth aproximarse a Sarah y ella estaba medio esperanzada que ocurriría una pelea, incluso cuando ellos dos habían demostrado su mejor comportamiento cuando estaban juntos, la señora Henry aun tenia la esperanza de que Sarah se olvidara de Jareth y buscaría a otro hombre. Había algo sobre de Jareth que no le gustaba. Él parecía elusivo sobre ciertas cosas.
Mientras ella observaba a los dos seguir hablando, la señora Henry se dio cuenta que a veces también Sarah parecía evasiva sobre algunas cosas. El pasado y su familia parecían un tema delicado, aunque si su madre había muerto y su padre estaba en casa mientras ella estaba con Jareth, quien sabe que podía haber pasado. La señora Henry no sabía que pensar de Jareth y Sarah. Ellos habían llegado juntos a su casa, pretendiendo ser padre e hija, y luego se había descubierto que ellos no estaban emparentados para nada. Luego ellos parecieron ser amigos y después de ir y venir entre la amistad y las peleas, ellos se habían enamorado. Una parte de la señora Henry creía que ellos habían sido amantes o que quizás Jareth había querido eso y Sarah no había estado de acuerdo. Ella suspiró mientras Jareth se sentaba en el pasto al lado de Sarah. Ellos conversaron más y de pronto ellos dos se estaban abrazando de una manera inocente.
Era muy evidente ahora para la señora Henry que no importando los obstáculos que se cruzaran entre Jareth y Sarah ellos dos encontrarían una manera de reconciliarse. Ella frunció el ceño. Lo cual significaba que este no era ningún encaprichamiento tonto entre los dos. Ellos estaban muy enamorados.
Ella esperó a que ellos hicieran algo inapropiado allí afuera en el pasto a la vista de todos, pero eso nunca sucedió. Los dos se sentaron lado a lado en el sol y finalmente se levantaron y caminaron hacia el granero. Ella observó como Jareth salía al campo y como 'Dan' venia galopando hacia él. El caballo castrado permitió que Jareth le pusiera un cabestro y que lo condujera fuera del campo hacia el granero. Sarah los siguió de cerca.
La señora Henry dio un suspiro mientras ellos desaparecían en el granero. Lo más probable es que ellos fueran a cepillar al caballo castrado hasta que brillara. Un atarea que a menudo realizaban juntos. Quizás ella estaba equivocada al asumir que ellos actuarían otra vez de manera inapropiada. Ellos se habían escabullido alejándose de noche en el pasado, pero ahora que habían sido confrontados acerca de ellos, ellos se habían comportado bien. La señora Henry suspiró otra vez y abandonó la ventana para ir a realizar sus quehaceres.
.-.-.-.-.-.-.-
'Dan' fue olvidado tan pronto Jareth y Sarah tropezaban adentro de su casilla con él. Al caballo esto no pareció importarle mientras mascaba felizmente su heno.
Jareth no podía mantener sus labios o sus manos fuera de Sarah y ella tenia el mismo problema. Manos vagaban sobre tela, apretando e imaginando la carne pareciendo que la tela no estaba allí. Las bocas se encontraban juntas repetidas veces y las lenguas saboreaban cualquier carne descubierta que podían encontrar.
Jareth se inclinó hacia delante y capturó la boca de Sarah con la suya. Ellos se besaron hasta quedar ambos sin aliento y tuvieron que separarse para recuperar la respiración.
Jareth apoyó a Sarah en la esquina trasera del establo, besando su cuello y su oído. Él recorrió con la lengua el escote de su vestido y emplazó pequeños besos a lo largo de éste. Él estaba deleitado con las reacciones de ella.
Sarah suspiró con felicidad, disfrutando de las atenciones de Jareth, pero ella también estaba ansiosa por tocarlo. Momentos después, ella jaló la camisa de los pantalones de Jareth. Ella recorrió con las manos su estómago plano, y sus palmas se deslizaron sobre su cuerpo delgado. Él se acercó más a ella, desesperado por sentir el calor del cuerpo de ella contra el suyo.
Sarah notó que la respiración de Jareth se había acelerado, sus ojos estaban vidriosos con el deseo y que una más que persistente erección ya estaba presionando su estómago. Ella aplastó su cuerpo contra la muralla, intentando poner una pequeña distancia entre ellos dos.
"Jareth, pienso que deberíamos parar"
Jareth no pareció escucharla y se le acercó, las manos de él la agarraron de la cintura mientras la presionaba contra él.
"Jareth, para por favor"
La voz suplicante de Sarah rompió el deseo nebuloso que nublaba su mente. Él dio un profundo suspiro.
Sarah se inclinó hacia delante y retiró unos cabellos rubios que habían caído sobre el rostro de Jareth. "Este no es lugar indicado. Tenemos que esperar"
"Detesto esperar. ¿Por qué tenemos que hacerlo?", gruñó Jareth.
Sarah acarició su cara con los dedos.
"Sé que odias esperar... desearía que no tuviésemos que hacerlo, pero no podemos arriesgarnos a ser atrapados. No me gusta esto más que a ti, pero mientras vivamos en la casa de los Henry nosotros deberíamos tratar de respetar por lo menos algunas de las reglas. ¿Quién sabe cuánto tiempo tenemos aquí solos? Nos llevaría mucho tiempo quitarnos toda esta ropa y volver a colocárnoslas para pretender que nada pasó. Tengo como tres capas encima...", le dijo ella intentando hablar con algo de sentido.
Finalmente ellos voltearon su atención a 'Dan' y comenzaron a cepillar el caballo hasta hacerlo brillar.
Ellos estaban muy callados hasta que Sarah preguntó: "Jareth¿cómo piensas que debería ser nuestra boda?"
Jareth sonrió ante la pregunta. Si Sarah estaba pensando acerca de la boda era una buena señal. Él levantó una ceja.
"¿Qué tipo de boda tu preferirías?"
"Bueno, yo conozco como son las bodas mortales, pero ¿cómo son las bodas de los Fae? Quizás podamos tener una de esas."
"Me temo que las bodas de los Fae son muy largas y aburridas excepto para quienes se casan y a veces incluso ellos aborrecen las ceremonias tradicionales. Muchas de ellas están llenas de política y no son eventos alegres".
"¿En serio?"
Jareth asintió.
"Bueno¿qué deberíamos hacer nosotros entonces? No estoy segura del tipo de boda que deberíamos tener. Yo nunca he tenido que planear una antes."
"Yo sugeriría una boda sencilla".
Los ojos de Sarah se agrandaron. "¿Sencilla¿Tu?"
Jareth dejó de cepillar a 'Dan' y miró a Sarah inclinando la cabeza. "¿Por qué mi deseo de una boda sencilla parece impresionarte?"
"Porque tu no eres sencillo. Tu usaste tantos atavíos diferentes en el curso de 13 horas cuando yo estaba en el Laberinto. La gente sencilla usa uno o dos conjuntos de ropa al día. ¡No 5 ó 6!"
"Tengo un buen sentido de la moda. ¿Qué puedo decir?", sonrió Jareth con una mueca.
"Bien¿y en cuanto al hecho de que tu eres un Rey?"
"¿Qué pasa con eso?"
Sarah pareció ligeramente frustrada de que Jareth no la entendiera. "Tu deberías tener una enorme boda real".
"¿Por qué¿Porque eso es lo que se espera de mí? Yo sería más que feliz de escribir mis votos para nosotros y leerlos enfrente de unos pocos testigos antes que ser unidos enfrente de una muchedumbre. ¿Preferirías esperar a que mi magia regresara y así nos casaríamos delante de todo el reino?"
Sarah pensó en la idea y luego negó con la cabeza. "Bien, esa es una cosa que me molesta"
Jareth dio un paso hacia ella y colocó el cepillo sobre el lomo de 'Dan'. "¿De qué se trata?"
"Yo no sé nada acerca de ser una reina, mucho menos de tratar con goblins".
Jareth sonrió. "Con tu naturaleza amistosa, tengo pocas dudas de que trabarás amistad con el reino completo y gobernarás mejor que como yo lo hago"
Sarah intentó sonreír. "Dejando las bromas de lado, tu dijiste que seria difícil de gobernar".
Jareth asintió. "Lo será. Los goblins no son la raza más fácil de ordenar. Pero con una dirección firme eso puede hacerse." Jareth se acercó más y bajó la voz. "Tu eres una mujer fuerte que aprende las cosas con facilidad. Nosotros volveremos al Laberinto y lo restauraremos de modo que sea mejor de lo que era antes. Yo he escuchado las historias de cómo era cuando mi abuelo y abuela gobernaban. Podemos hacerlo hermoso otra vez."
Sarah sonrió y luego la sonrisa se le borró. "Tu estas tan confiado de que podemos arreglarlo. ¿Pero y si no podemos? Tu piensas que puede ser restaurado, pero yo no poseo ninguna magia."
"El Laberinto nunca había sido derrotado hasta que llegaste tu. Se cree que solamente aquel que lo derrotó puede restaurarlo. Con nosotros dos casados y trabajando por el mismo objetivo, asumo que puede hacerse."
Sarah frunció el ceño. "Tu asumes¿pero no estas seguro?"
Jareth negó con la cabeza con lentitud. "La verdad es que yo no sé que pasará. Si mi magia no se hace más fuerte tu y yo podríamos nunca poder regresar. O podríamos regresar y tener que reconstruirlo pedazo a pedazo con nuestras manos desnudas. O regresar y que restaurar el Laberinto sea "pan comido" como tu dices."
Jareth miró a Sarah a los ojos y se puso muy serio. "Tu debes estar segura de que deseas casarte conmigo, Sarah. El futuro es incierto en todos aspectos excepto en como me siento respecto a ti"
"¿Por qué estamos hablando de esto otra vez?"
"Yo quiero estar seguro de que una vida conmigo en el Laberinto es lo que en verdad deseas, y que tu comprendas lo que podría o no podría pasar."
"Jareth, mira, yo he cometido muchos errores últimamente"
Jareth pareció preocupado. "Sarah, preguntar si estas segura no tiene nada que ver con cualquier error que hayas cometido. Eso esta en el pasado."
"Permíteme terminar", demandó Sarah y Jareth asintió.
"Yo he cometido muchos errores. Soy nueva en esto de las relaciones, pero lo estoy intentando. Me permití creer que tu eras mortal en vez de comprender que tu eres un Rey Fae y es por eso que hubo problemas, pero eso no sucederá de nuevo. Y la razón es que estoy dispuesta a tener un criterio amplio y a estudiar las cosas detenidamente en vez darlas por hecho. Tu eres Fae y yo soy mortal, pero eso no cambia el hecho de que yo te amo y que quiero casarme contigo sin importar que pase."
Jareth sonrió y la besó. Cuando él se retiró, Sarah lo observó con cuidado. Él era muy diferente al hombre que había confrontado hace 3 años. Él había parecido poderoso y en control y ella le había quitado eso. Ella lo había cambiado. Repentinamente sus ojos se llenaron de lágrimas.
"¿Qué pasa¿Qué anda mal?" Jareth acunó su rostro en sus manos.
"Si yo no hubiera dicho esas palabras atroces... yo destruí tu reino y te cambié... Yo no sé como puedes perdonarme". Las lágrimas escaparon de sus ojos mientras intentaba alejarse de Jareth, pero él no la dejó ir.
"Te perdono porque tu no tenias una intención malévola. Tu no intentabas destruir mi reino o cambiarme. Tu intentabas reclamar a tu hermanito y regresar a casa y eso hiciste. Contigo a mi lado, estoy más en paz de lo que creí posible." Él la besó en la nariz y sus labios se cernieron sobre su boca. "Yo creo que en verdad volveremos al Laberinto y lo restauraremos y viviremos felices para siempre."
"¿El Rey de los Goblins cree en finales felices?", preguntó Sarah, con la voz temblando.
"Sí..." Jareth susurró. "Lo hace". Él bajó su boca a la suya y la besó profundamente.
Sarah no se contuvo y devolvió sus besos. Jareth se refrenó antes de llegar a repetir los eventos que ocurrieron más temprano. Él se retiró y luego sostuvo a Sarah contra él. Las lágrimas todavía caían por la cara de Sarah, ella enterró la cara en el cuello de él, saboreando el calor de su cuerpo.
"Te amo, Sarah", susurró él en su cabello.
Ella se agarró más fuerte de él. "Yo también te amo"
Jareth la acunó en sus brazos y Sarah se preguntó que habría hecho en la vida para merecer el amor que Jareth sentía por ella.
Ya desaparecidas la rabia y la duda, ella supo exactamente lo que quería que sucediera. "Quiero casarme el próximo sábado", ella bisbeó.
Jareth dejó de mecerla y la miró detenidamente. "¿Tan pronto¿Estás segura?"
Ella lo abrazó más apretadamente. "Yo nunca he estado más segura en toda mi vida. Eso todavía nos dará tiempo para escribir nuestros votos, hacer cualquier arreglo necesario y decírselo a los Henry."
Jareth se rió entre dientes. "Quizás deberíamos decírselo a los otros, pero no decirle a la gente Henry hasta el viernes por la tarde o el sábado en la mañana."
"¡Jareth!" Sarah lo golpeó juguetonamente.
"Bueno¡al menos a ella no le seria posible el intentar detener nuestro casamiento!"
Ella se rió.
Volviéndose seria, los ojos de ella se llenaron de lágrimas mientras decía: "Quiero casarme contigo... ser tu esposa y que tu seas mi esposo". Ella se inclinó hacia delante. "Y mi Rey," susurró dándole un beso rápido en los labios. Ella sonrió y luego se rió a través de las lágrimas. "Mi Rey de los Goblins aun cuando no hay ningún goblin alrededor".
Ante sus palabras, Jareth la apretó con fuerza contra sí. Ella estaba dispuesta a casarse con él inclusive si el futuro era tan incierto y esto hizo volar alto a su corazón.
"Entonces así se hará, mi amor, mi futura reina." Él la besó en lo alto de la cabeza y acarició su espalda con cariño. Él se separó y quitó el cepillo del lomo de 'Dan'.
"Liberaremos a Dan en el campo y le daremos la noticia a los Henry en la cena."
Sarah asintió con regocijo. Ella se iba a casar el próximo sábado con Jareth... Jareth el rey de los Goblins. ¿Quién hubiera pensado que eso seria posible?
Nota del Traductor: Para la versión completa (hay una escenita censurada por el autor), solicítenla en mi mail que esta en mi perfil.
N.T.2¡Quiero dar las GRACIAS a Jenny Flint por todo su apoyo! Gracias, chica, eres lo máximo.
