Consecuencias Inesperadas
Escrita por Cormak3032
Traducida pro BlazeVein.
Nota del Autor: Este capítulo ha sido editado para ffnet. La versión completa está disponible en mi sitio web.
Capítulo 34: "Duda e Incredulidad"
La mandíbula de Sarah cayó y sus ojos se agrandaron. "¿Un... un año?", ella tartamudeó.
Su padre asintió y pasó sus dedos por el largo pelo sedoso de ella. "Sarah, estuvimos enfermos de preocupación."
Sarah apartó la vista de los ojos de su padre. "Un año...", ella susurró para sí. ¿Cómo era eso posible? Jareth y ella no habían pasado un año en el pasado. Ella alzó la vista y notó la expresión preocupada de su padre. Ella suspiró. "Ese fue un año rápido", le dijo a él con una débil sonrisa.
"Dios, Sarah, ¿en dónde has estado?"
Ella abrió la boca y luego la cerró. ¿Qué iba a decirle? ¿Que un enemigo de los cuentos de hadas accidentalmente la había llevado al pasado hasta la guerra de la revolución? ¿Que ellos se habían enamorado, casado, y que ella estaba esperando a su hijo? Ella no podía decirle eso.
"Robert, ¿con quién estás hablando?"
Karen entró a la habitación y sus ojos se agrandaron ante la impresión. "¿Sarah? Pero... ¿de dónde viniste?"
Sarah suspiró. "Es una historia realmente larga".
Sarah sintió la mano de su padre sobre su hombro.
"Pienso que deberías decírnoslos," sugirió él. "Nosotros hemos hecho todo lo posible para encontrarte sin ninguna suerte y tu apareces de la nada en tu dormitorio actuando como si nada hubiera pasado. Pienso que nos merecemos una explicación".
Sarah se mordió el labio y suspiró. "No me creerían si se los contara."
Robert frunció el ceño, pero le dio un apretón al hombro del Sarah. "Por supuesto que sí".
Sarah tomó una gran bocanada de aire. "Apareció alguien de mi pasado cuando yo no lo esperaba. Pasaron algunas cosas fuera de nuestro control y yo terminé a mucha distancia de casa."
"¿Qué tipo de cosas? ¿En dónde estabas y quien era esta persona?", presionó Karen.
"Yo..." Sarah comenzó, pero no podía decirlo.
"Nosotros no deberíamos presionarla," le dijo Robert a su esposa. "Sea lo que sea por lo que ella haya pasado deber haber sido difícil".
Karen inspeccionó a Sarah como si estuviera inspeccionando una libra de carne en el supermercado. "Ella a mí me parece sana. Sin rasguños ni moretones".
"No todas las heridas son físicas," le recordó Robert a Karen.
"Pareces estar bien alimentada", soltó Karen. "De hecho, parece como si hubieras estado comiendo muy bien."
Las manos de Sarah inmediatamente se dirigieron a sostener su estómago. Ella solamente tenia 3 meses de embarazo y no se notaba demasiado, pero ella había ganado algo de peso. Ella dio un suspiro de cansancio.
"He estado bien alimentada, pero no he subido de peso debido a la comida." Ella hizo una pausa y luego apartó la mirada. Cautelosamente volvió a mirarlos. "Yo tengo tres meses de embarazo".
Robert y Karen se quedaron en silencio. Robert se había puesto blanco. "Sarah, no puedes hablar en serio. ¿Fuiste... violada?".
Sarah negó con la cabeza. "Este bebé fue creado con amor", le aseguró Sarah.
"¿Con amor? ¿Qué puede saber una niña acerca del amor? Tu te escapaste con algún muchacho que habías estado viendo, ¿no es así?. Quedaste embarazada y te has estado escondiendo con él," acusó Karen.
Robert le dio una mirada de incredulidad a su esposa. "Esto es más que eso, Karen. Todos sus amigos de la escuela fueron interrogados. Ninguno de ellos conocía su paradero." Robert se volteó hacia su hija. "Sarah, solamente tienes 18 años de edad. Ni siquiera te has graduado de secundaria ¿y esperas criar y mantener a un bebé?"
"El padre del bebé nos mantendrá", le dijo Sarah con seguridad.
"¿En serio?", Karen interfirió. "¡Me sorprende que todavía esté por aquí! En estos días cada vez hay más hombres que abandonan a sus novias cuando averiguan que ellas están embarazadas."
"¿Quién es el padre, Sarah?" La voz de Robert era severa. Él no estaba tomando para nada bien las noticias de que sería abuelo.
Sarah apretó los dientes y apartó la vista. "De todos modos no me creerías, ¿así que para qué decírtelo?"
"Pienso que deberías decírnoslo, Sarah. Nosotros merecemos saber quién engendró a nuestro futuro nieto", presionó Robert.
"Bien," espetó Sarah. "Él es el Rey de los Goblins."
Su voz hizo eco en la habitación, seguida por la risa de Karen.
"Oh, en serio, Sarah. ¿El Rey de los Goblins? Esto se está poniendo cada vez mejor."
Robert se puso de pie. "Sarah, no inventes historias. Si alguien te embarazó sólo dilo. Y por piedad, si fuiste violada, por favor no lo ocultes de nosotros. Alguien deber ser arrestado."
"¡No fui violada! ¡Tu me preguntaste acerca del padre de mi bebé y te contesté!" La voz de Sarah comenzó a subir de volumen.
"Sarah." La voz de su padre tomó un tono de advertencia. El mismo tono que usaba con ella cuando ella era una niña.
"Papi, te estoy diciendo la verdad. El Rey de los Goblins es el padre de mi bebé. Yo voy a ser la Reina de los Goblins y nuestro bebé será el heredero del trono."
Karen puso las manos en las caderas y miró a su esposo. "Robert, te dije que ella era propensa a mentir y a inventar historias. Pero ésta se lleva el premio. La niña tiene un problema serio para diferenciar lo que es real de lo que es fantasía."
"¡Yo no soy una niña y no estoy mintiendo!", replicó Sarah. Estaba empezando a perder la paciencia. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Ellos no le creían, y ella sabia desde el principio que no lo harían. Así que, ¿para que molestarse tanto?
"Oh, esto es precioso. La 'reina del drama' va a llorar para nosotros. O ella va a llorar para que su Príncipe Goblin pueda llevársela lejos de este horrible lugar", se burló Karen. "¿No estoy en lo correcto, Sarah? ¿Él te llevará lejos de la malvada bruja de tu madrastra?"
Sarah apretó los dientes en un intento de evitar que sus lágrimas cayeran.
"¡Suficiente!" La voz masculina llenó la habitación en todas direcciones. Un viento azotó alrededor, secando las lágrimas de Sarah y haciendo que su corazón se remontara.
Robert y Karen se miraron uno al otro confundidos.
De súbito un hombre estaba parado junto a la ventana. Una capa azotaba a su alrededor y se ubicó obedientemente detrás de él cuando el viento se extinguió.
Sarah se precipitó hacia él, y él la recibió colocando sus brazos alrededor de ella de manera protectora.
"¿Qué significa esto?", preguntó Robert.
"¿No es obvio?", preguntó Karen. "Esta es una puesta en escena, Robert. Este tiene que ser uno de sus amigos raros disfrazado con ropa excéntrica", le dijo Karen.
Robert observó la reacción de Sarah ante el hombre, como ella parecía tan en paz en sus brazos. Luego Robert lo miró de arriba a bajo. "¿Este es el hombre que engendró a tu hijo? ¿Sarah, estás loca? Él debe estar en sus treintas y obviamente es un actor fracasado que te ha tomado bajo su ala. Él te está utilizando y es imposible que te ame. ¡Tu tienes que ver eso!", él espetó.
"Presumir saber lo que yo siento por mi esposa es una cuestión peligrosa," dijo Jareth con frialdad.
Robert casi se ahogó. "¿Es-esposa?"
Jareth acarició la mejilla de Sarah y luego su cabello con sus dedos enguantados. "Correcto. Mi esposa y mi Reina", él ronroneó.
"¡Esto es absurdo!", gritó Karen.
Jareth giró para examinar a la mujer. Ella era pequeña, y rubia, pero el fuego quemaba en sus ojos.
"Lo que es absurdo es su incredulidad," dijo Jareth con calma. "Sarah les dijo la verdad, y aun ahora conmigo parado delante de ustedes, ustedes dudan de ella."
"Los cuentos de hadas no existen, y ellos no caminan por ahí en el mundo cotidiano. Con seguridad, ellos no se casan con mi hija y crean un hijo con ella," dijo Robert con firmeza.
Jareth no contestó con palabras. Simplemente, colocó sus manos sobre Sarah, acercándola más a él.
Robert le dio otro vistazo a Jareth y su cólera comenzó a aumentar. Este hombre era muchos años mayor que Sarah, y evidentemente le había contado algunos cuentos para meterla en su cama. Los ojos de Robert se estrecharon. "¿Quién demonios es usted? ¿En realidad?"
Jareth sonrió con afectación e inclinó su cabeza en un saludo fingido. "Jareth, el Rey de los Goblins, pero usted puede referirse a mi como Su Majestad o Señor."
"¡Con un demonio que lo haré!", estalló Robert. "Usted no es ningún rey. ¡Usted es algún actor que obviamente ha embaucado a mi hija hasta su cama con promesas de un futuro espléndido! ¡Haré que lo arresten por eso! ¡Tal vez algo de tiempo en la cárcel le enseñe una lección para no meterse con jovencitas!"
La ira de Jareth aumentó a un nivel peligroso. Haciendo a Sarah a un lado, él fustigó su capa hacia atrás y apareció una esfera de cristal en la punta de sus dedos.
"Trucos baratos de magia", le dijo Robert.
Jareth lanzó el cristal al suelo y la casa completa comenzó a temblar. Las cosas se desplazaron hasta el final de los estantes y finalmente se quebraron al estrellarse contra el piso. Él hizo aparecer otro cristal, el cual salió flotando por la ventana y creó una tormenta terrible. La lluvia caía a cántaros, los relámpagos brillaban intensamente y el trueno retumbaba con tanta fuerza que hacia daño en los oídos.
Durante unos momentos, Robert y su esposa parecieron aterrorizados.
Jareth hizo un gesto con su mano y la casa dejó de temblar, y afuera la tormenta aclaró, revelando las estrellas y la luna.
"Creo que no," contestó Jareth sencillamente. Él atrajo a Sarah de nuevo hacia él, y sus manos vagaron por la parte plana de su espalda antes de asentarse firmemente en su cintura.
"Esto es una locura", contestó Robert finalmente. "Yo debo estar loco. Esto no puede ser verdad... aun así". Él miró a Jareth otra vez y advirtió cosas acerca del hombre que no había notado antes. Sus cejas estaban inclinadas en un ángulo extraño, y tenía unas marcas extrañas en los ojos. Lo que parecía ser maquillaje y un disfraz, no parecían serlo ahora.
"No es verdad", se metió Karen. "Te lo dije, este es uno de los amigos de Sarah. Él se escurrió por una ventana cuando no estábamos prestando atención, y utilizó ilusionismo o algo así."
Robert miró a su esposa y pareció dudoso. "Entonces, ¿cómo logró que la casa temblara y la tormenta en el exterior?"
"Oh, Robert, no seas tan crédulo. Él debe haber oído que se aproximaba una tormenta y lo usó para su provecho."
Jareth dio un suspiro de cansancio. Una de sus manos dejó la cintura de Sarah, e hizo que otro cristal apareciera en la punta de sus dedos. Dos más se unieron al primero y comenzó a hacerlos girar. "¿Debo demostrar quien soy otra vez? La mayoría de los mortales son cabeza dura"
Robert negó con la cabeza y levantó una mano. "No, eso no será necesario. Yo le creo que usted es quien dice que es."
Karen resopló.
"¿Es verdad que el niño que Sarah espera es suyo?"
"Eso es correcto y habrá muchos más en el futuro", alardeó Jareth con ojos centelleantes.
"¡Jareth!" Sarah lo pinchó juguetonamente.
Robert se sentó en el borde de la cama antes de que sus piernas le fallaran. Esto era demasiado para que él lo asimilara. Él alzó la mirada hasta Jareth con ojos suplicantes. "Mi hija solamente tiene 18 años de edad. Ella no tiene edad suficiente para criar a un hijo o tan siquiera para ser una... una Reina."
"Evidentemente usted no conoce a su hija tan bien como debería", lo reprendió Jareth. "Sarah es suficientemente madura y sobrepasa a muchos que son de su edad. Ella no es una niña."
"¡Por supuesto que ella no lo es para usted! Usted la atrajo a su cama y le dio la falsa impresión de que ella era una persona adulta.
"Por favor, papá. Deja de decir eso. Yo no soy una niña. Nosotros nos casamos antes de que yo quedara embarazada, y yo lo amo."
Los ojos de Robert se dilataron y luego se achicaron. "¿En serio, Sarah?"
"¡Por supuesto que ella no lo ama!", intervino Karen. "Él le dio la atención que ella deseaba".
Robert frunció el ceño. "¿Es por eso que lo amas, Sarah? ¿Porque él te ofreció algo que deseabas? ¿Siquiera sabes cómo es el amor?"
Sarah encontró los ojos de su padre sin vacilación. "Nunca lo supe. No hasta conocer a Jareth. Él me demostró lo que es el amor verdadero, ¡y es mucho más de lo que mamá y tu alguna vez me mostraron! Él me hace sentir deseada, me hace saber que valgo algo. Él me protege."
Robert no contestó.
"Si él no me amara y yo no lo amara, yo no me habría casado con él." Con nerviosismo ella jugueteó con los dos anillos en su mano izquierda y su padre frunció el ceño al verlos.
Robert suspiró. "¿Y por cuánto tiempo estuviste enamorada antes de casarte? ¿Unas pocas semanas? ¿Quizás un mes?"
"¿Y eso qué importa? Lo amo lo suficiente para querer pasar el resto de mi vida con él. ¿No es eso suficiente?"
"Yo te conozco, Sarah", le dijo Robert. "Tu vives para el momento, ¿pero qué sucederá cuando el momento termine? ¿Entonces qué?"
"Nunca terminará," añadió Jareth. "Por el tiempo que ella sea mi esposa, ella será amada y protegida. Sarah nunca tendrá dudas de lo que yo siento por ella. Ella tendrá todo lo que desee y todo lo que ella se merece. Además, como mi esposa, ella vivirá por muchos años más que el número normal de años que ustedes los mortales existen."
"Oh, ¿muchos años más?", preguntó Robert sarcásticamente.
"Sarah, vivirá por mucho más tiempo que usted o que cualquiera de su raza. Una vez en mi reino, la magia extenderá su vida más allá que la vida más larga registrada por cualquier mortal."
Sarah lució sorprendida ante la noticia. Jareth nunca le había dicho que su vida se alargaría.
"¿En su reino? ¿El cuál está dónde?" Robert cruzó sus brazos sobre su pecho.
La sonrisa de Jareth fue predatoria. "El Laberinto, por supuesto."
"¿Un laberinto? ¿Ella va a vivir en un laberinto?", preguntó Karen. "¿Ese es su mundo de cuento de hadas? ¿Un laberinto?". La mujer rubia se rió.
Robert sacudió la cabeza. "Usted no se va a llevar a mi hija de mi lado para llevarla a vivir en algún laberinto."
"Usted no tiene nada que decir al respecto", enunció Jareth con frialdad. "Sarah ha tomado su decisión. Y además, el Laberinto es mucho más que un laberinto."
Robert miró a su hija. "Sarah, ¿es verdad lo que él dijo? ¿Te vas a ir con él?"
Sarah asintió. "Papá, yo lo amo, y para estar con él yo debo vivir en su mundo. Nunca podré regresar."
"Tienes que estar bromeando."
Sarah negó con la cabeza. "Te estoy diciendo la verdad."
Robert fue hacia adelante para tender su mano a Sarah y Jareth la atrajo más cerca de él. Su gesto fue feroz y protector.
"Sarah, no puedo permitir que esto suceda".
"Lo siento, papá, pero ya he tomado mi decisión. La hice cuando me casé con Jareth." De repente ella dio un gran bostezo y se vio sorprendida de que ella hubiera hecho eso. Los acontecimientos de los días pasados asimismo como su embarazo comenzaban a sentirse en ella, con rapidez ella se cubrió la boca.
"Sarah esta cansada", le dijo Jareth a su familia. "Ella necesita descansar".
"Estoy cansada", concordó Sarah. "Papá, podremos hablar otra vez por la mañana. Podremos desayunar y yo podré ver a Toby, y podremos actuar como adultos acerca de esto." Ella dio un paso hacia delante dejando el abrazo de Jareth, y besó a su padre en la mejilla. "¿De acuerdo?"
Súbitamente Robert pareció cansado. Él no lo había tomado bien, y, de repente, se dio cuenta cuanto debía haber lastimado esto a Sarah. Ella le había estado diciendo la verdad y él no le había creído. Él avanzó y acarició su rostro. "Lamento haber dudado de ti... esto... es sólo esto que parece irreal".
Ella sonrió. "Lo sé. Ve a descansar un poco y puede que las cosas se vean mejor en la mañana."
Robert asintió y permaneció parado. Le dio una mirada severa Jareth. "Usted puede dormir en el dormitorio en desuso."
"Yo dormiré con mi esposa", dijo Jareth con firmeza.
Robert abrió la boca para protestar, pero la cerró de golpe ante la mirada fulminante que Jareth le lanzó. "Bien, pero será mejor que nada pase en esta habitación." Jareth y él se miraron el uno al otro. Él le dio un abrazo a Sarah. "Buenas noches".
"Buenas noches, papi".
Él abandonó la habitación y Karen le siguió. Ella parecia estar satisfecha ante la idea de Sarah marchándose para siempre.
Tan pronto como la puerta se cerró detrás de ellos, Sarah vio que los hombres de Jareth se desplomaban y que súbitamente él parecía estar muy cansado.
"Tu estas exhausto y el haber usado más magia no te ayudó", le dijo a él.
"Yo no podía dejar que ellos creyeran que tu les estabas mintiendo".
Ella se encogió de hombros, rehusándose a demostrarle lo mucho que su padre la había herido. Él no le había creído acerca de Jareth, y él no parecía estar emocionado acerca del bebé. Ella se obligó a hacer a un lado los pensamientos depresivos y a concentrarse en Jareth. Él aún la estaba sosteniendo en sus brazos, sus dedos enguantados peinaban su cabello sedoso.
"¿Jareth?"
"¿Sí?"
"¿Cómo es que terminamos regresando un año después de cuando nos marchamos?"
"Siento no haberte advertido acerca de la diferencia de tiempo. Yo estaba demasiado agotado para concentrarme en traernos al presente en el tiempo correcto. No tuve la intención de hacer las cosas más difíciles con tu familia."
"Todo esta bien. Pienso que las cosas se aplacarán en la mañana... eso espero."
Él no contestó, pero en cambio, hundió la cara en su cabello y aspiró su aroma. Él la sostuvo así por varios minutos antes de soltarla.
De repente Sarah se sintió incómoda parada junto a Jareth en su habitación de apariencia infantil, repleta con sus ositos de peluche y sus cortinas rosadas llenas de vuelitos.
Ella dio un vistazo a la cama y frunció el ceño al ver lo pequeña que era. "¿Por qué no duermes tu en la cama y yo conseguiré algunas mantas y dormiré en el suelo?", ofreció ella.
"Tu te reunirás conmigo en la cama", le dijo a ella, ordenándoselo con su tono. Él chasqueó los dedos y ambos estuvieron vestidos en ropa de dormir. Sarah en uno de sus camisones y Jareth en unos pantalones sueltos y sin camisa.
Sarah vio que el gesto lo extenuó aun más.
Jareth alcanzó las manos de Sarah y tiró de ella hasta la cama con él. Ellos se acomodaron en ella juntos, el viejo colchón delgado protestó por el peso de ambos cuerpos.
Ellos se miraron uno al otro mientras yacían sobre su costado.
Jareth cambió su peso mientras se levantaba ligeramente sobre sus codos, mirando a Sarah a los ojos. Él lucia increíblemente vulnerable. "Te amo," le dijo a ella y la besó en los labios con gentileza.
Ella sonrió mientras él se echaba hacia atrás y pasó los dedos por el largo cabello dorado de él. "Yo también te amo."
Inclinándose hacia adelante, Jareth enterró una mano en la cabellera de ella y luego le acarició el rostro. "No importa lo que cualquiera te diga, yo siempre te amaré, te protegeré y proveeré para ti y nuestros hijos."
Sus palabras hicieron que aparecieran lágrimas en los ojos de Sarah, y una de ellas cayó y descendió por su mejilla. Jareth se apoyó hacia adelante y besó su lágrima para borrarla antes de descender hasta la cama y atraerla hacia él una vez más.
Sarah escuchó que la respiración de él se estabilizaba, y se dio cuenta que el agotamiento finalmente lo había vencido. Jareth dormía profundamente.
Ella sonrió y luego suspiró. Mañana por la mañana ella tendría que encarar a su padre y a su madrastra, y asimismo decirle adiós a Toby. Ella sabía que seria difícil, pero era algo a lo que ella tendría que hacer frente. Ella amaba a Jareth y estaba esperando a su hijo. A pesar de lo difícil que sería dejar a su familia, ella tendría que hacerlo y seguir adelante.
De repente ella tuvo una idea, y salió de la cama con cautela. Jareth cambió de posición levemente mientras dormía, pero no despertó.
Sarah se colocó su camisón y luego rebuscó en su armario. Ella se encontró un bolso de lona y luego fue a revisar el cajón de su escritorio. Se detuvo con el cajón a medio abrir cuando notó el libreto de teatro abandonado que ella había dejado un año atrás. Habían sido tan sólo como seis meses más o menos para ella, pero aquí había estado intacto y sin mover por un año.
Ella lo dejó en donde estaba y abrió el cajón por completo. Sacó 3 álbumes de fotos y los colocó adentro del bolso de lona. Aunque ella nunca podría visitar a su familia de nuevo, ella juró que nunca los olvidaría.
Ella se movió alrededor de la habitación y recogió más cosas que deseaba llevarse. Un unicornio de cristal que su madre le había dado, algunos de sus libros y otras fotos, así como algo de ropa. El bolso pronto estuvo lleno, y ella comenzó a llenar otro.
Después de algún tiempo, todas las cosas que ella deseaba llevarse estaban empacadas. Exhausta después de los eventos del día, por hacer el amor con Jareth, y por su embarazo, ella se recostó sobre la cama con él y dejó que el sueño también la reclamara.
