TÍTULO: Las Tormentas No Vistas (The Unseen Storms)

AUTOR: Alleyson Phoenix

RATING: R - NC - 17; no se ilusionen, todo el Fanfic no es una Orgía ni nada por el estilo. No soy seguidora del sexo sin motivación... y mucho menos con estos dos angelitos de Dios.

SPOILERS: Éste Fic se sitúa luego de los eventos de Per Manum (recuerden que este capítulo se sitúa alrededor de la temporada 5, cerca de Christmas Carol y Emily), tiene algunos Spoilers de Trust N° 1 y otros capítulos, no debería presentar ninguna sorpresa a aquellos que ya han visto la novena temporada, pero como hay algunos X-philos que no han visto los capítulos, están advertidos que hay detalles que se mencionaron en Trust N° 1.

ADVERTENCIAS: Como ya lo saben, los FanFics NC-17 son bastante reservados para ciertas audiencias, así que ojitos jóvenes, no deben leer estas profanas líneas, por favor no lo hagan, no quiero ser la responsable de la desmoralización de la Juventud en estos días.

ARCHIVOS: Autorizado para archivarlo en ForeverXfiles, los demás por favor pregunten así se a donde van a jugar mis hijos.

DISCLAIMERS: Yo lo se, si los personajes de los X Files fuesen míos, Mulder y Scully no estarían corriendo por alguna parte del desierto de Arizona o Nuevo México, probablemente Mulder estaría atado a la pata de mi cama, esperándome cada día a que vuelva de mi cansada jornada universitaria y que podamos, ahem, probar mi nueva cámara grabando formas novedosas de hacer pretzels; por Scully ni me preocupo, porque ella y yo somos Altas Panas, y como tal lo compartimos TODO! ;)

COMENTARIOS: Este FanFic fue realizado para un challenge y/o concurso convocado en ForeverXfiles, pero pudo haber estado en mi mente cualquier noche mientras sueño con mis amados personajes de la mejor serie televisiva del mundo. El título viene, a mi modo, por todas las vicisitudes que pudieron atravesar estos personajes y que fueron negadas para nuestros ojos en el momento en el que estos hechos que nos informaron en Per Manum sucedieron. Las Tormentas No Vistas son entonces partes de estas vidas que no disfrutamos y/o compartimos y mi interpretación de cómo pudieron haber sido.

- (I) -

No se cuantas veces me he detenido a pensar en esto, en los años en los cuales que tenido que cambiar mi vida y adaptarla a una nueva realidad en cada momento. Sin pensarlo, he estado pendiendo de un hilo, arrastrada por los miles de acontecimientos y miedos que plagan mi existencia, y que han hecho de mi mente, una telaraña cada vez más compleja. A veces desearía que las cosas fueran más simples, pero qué sería de mí día a día sin un poco de caos.

Si hubiese sabido aquel día que al abrir esa puerta y estrechar su mano, todo mi pasado solo sería un preámbulo a un nuevo despertar, a una nueva vida, a un nuevo proyecto de existencia, a su lado y solo con él, quizás hubiese dado media vuelta y me hubiese refugiado en la mediocridad de mis días sin emoción, sin dolor, sin alegrías, y... sin amor.

Hoy sentada en la orilla de mi cama, y viendo su rostro plácido y tranquilo, me siento orgullosa de haber crecido de esta manera, de haber decidido averiguar que tan profunda es la caverna en la cual me he sumergido.

Scully caminaba por las calles aledañas al edificio J. E. Hoover. Todavía no se sentía con ganas de volver a los lúgubres y oscuros pasillos del sótano de las oficinas de los expedientes X.

Aquel día había acudido a otra consulta con su médico ginecólogo; desde aquella ocasión en la que descubrió que no podría concebir un hijo, y aunque nunca había puesto especial cuidado en el deseo de tener una descendencia, ahora que no tenía la posibilidad, algo dentro de ella había despertado para no encontrar la oportunidad de un nuevo chance en su vida: la maternidad. La consulta de hoy lo había confirmado una vez más.

Cómo es cierto que no se aprecia algo hasta que se pierde pensó y continuó su lenta caminata observando las personas que pasaban a su lado y eran ignorantes de cualquiera de los sacrificios que ella y su compañero habían hecho en una pelea silenciosa por buscar la Verdad.

De momento se detuvo y se encontró frente a una pequeña tienda de juguetes artesanales. Observó en el aparador una bella colección de caballos de madera de muchos colores y tamaños, soldados y carros de diferentes formas y al lado de estos una linda muñeca de trapo que parecía sonreírle con su rostro risueño y sus ojos almendrados. Scully no pudo resistir la tentación de entrar a echar un vistazo, total, ya iba tarde a la oficina, llegar un poco más tarde no haría ninguna diferencia.

Unas campanillas sonaron al abrir la puerta de la tienda, y dentro de ella, un anciano detrás del mostrador zurcía a mano los ojos de una muñeca de trapo de cabellos rubios. Aquel era un lugar de ensueño, el aroma a madera y a pintura inundaba el ambiente, a juguetes, pero no al plástico recién moldeado si no a la madera recién tallada; un lugar de esos que te llevan inmediatamente a tu infancia, a momentos felices y sin preocupaciones, en los cuales el peor momento pudo haber sido el día que te caíste de tu bicicleta o el que tu mejor amigo no quiso compartir su galleta Oreo contigo y te sentiste rechazado.

Aquellos eran tiempos pensó mientras tomaba un trompo colorido de uno de los estantes y lo hizo girar entre sus manos, viendo como los tonos se iban fundiendo formando un arco iris.

Scully se había preguntado muchas veces durante todos estos años cuál era la prisa que todos tenían por crecer; antes todo era maravilloso, tranquilo y sin embargo en su caso, al crecer, las cosas buenas venían acompañadas de cosas igualmente muy malas.

Si tan solo pudiese tener un día que no tuviese que preocuparse por una recaída del Cáncer que la había atacado y postrado en una cama, o que no tuviese que preocuparse por los enemigos que habían creado a través de los años y que solo buscaban el momento más sádico en el cual disfrutar acabarlos lentamente; a veces, esta vida no era vida, no podía recordar cuando fue la última vez que fue completamente feliz.

"¿Buscaba algo en especial?" dijo el anciano sacando a Scully de su momento de reflexión. "Tenemos muchos juguetes como ve; estoy seguro que por aquí habrá algo que le guste..."

El anciano se acerco a un baúl que parecía no poder guardar un juguete más. Scully se acercó a él sin decir una palabra. Aquel lugar era verdaderamente el paraíso de los juguetes, como una visita a una sucursal del Polo Norte.

"En realidad solo estaba curioseando" Dijo Scully mientras veía interesada al anciano que buscaba en el baúl, moviendo todos los carritos, perinolas, osos de felpa y otros juguetes que lo hacían ver como un niño buscando su juguete favorito en el fondo de aquel arca de tesoros.

"Pues ha venido al lugar ideal, señorita." Dijo el anciano levantándose algo trabajosamente "La curiosidad es lo que hace que todos juguemos. Sabe, cuando un niño juega lo hace por curiosidad, su imaginación quiere desarrollar las miles de posibilidades que un evento le plantea, lo bueno y lo malo... por eso tenemos soldados y lindas muñecas, la guerra y la belleza."

Scully lo miraba algo atónita, había tanta verdad en ese simple planteamiento, cada cosa tenía su verdad. El anciano le tomo la mano y en ella le puso un pequeño angelito tallado en madera y pintado en colores pasteles.

Ella observó al anciano y lentamente bajo su mirada al ángel que ahora reposaba en su mano; éste parecía mirarle con ojos plácidos y serenos, con una paz inigualable que la hacía tenerle hasta envidia. Él la miraba con ojos curiosos, y luego le dirigió una sonrisa sabia.

"¿Ve?" le dijo, tocándole el brazo de forma amistosa, que Scully ni notó "Siempre se encuentra algo en ese baúl" Scully se dio media vuelta dispuesta a pagar por el ángel, pero el anciano le hizo señas con la cabeza.

"No, hija. Ese angelito la anda buscando a usted; sería entonces un delito que yo le cobrase por algo que no me pertenece" El anciano le sonrió. "Vaya, y guárdelo donde le cuide de todo lo que le preocupe" Scully le dirigió una sonrisa que mezclaba confusión y agradecimiento y salió del local dispuesta a dirigirse al sótano que ya la esperaba.