- VI -
Mulder estaba sentado en su cama cambiando de canales tras sufrir un grave caso de insomnia; no era extraño, pero esta noche, el televisor, la cerveza y el control remoto debían apartar de su mente un debate que no quería enfrentar.
Scully le había pedido ser el padre de su hijo.
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Así de sencillo y sin introducciones, Dana Scully, ha decidido que yo, Fox Mulder, sea esa "persona". Bueno, ha "rogado" que yo sea el padre, cayendo de nuevo en mi dilema; porque a simple reflexión, no hay manera de que pueda negárselo. De hecho, cualquier día, en cualquier momento, Scully solo debía decir las palabras y yo inmediatamente diría que si. Incluso sin tener que acudir a agujas, ni intervenciones ni médicos. Pero todos sabemos que no ha sido así.
Mulder, te estás desviando del tema.
Si tan solo todo hubiese sido distinto, pero de todos los acontecimientos en nuestras vidas, a esto es a lo que hemos llegado. No cambiaría ni un solo momento, es solo que con ella, me hubiese gustado que todo fuese perfecto; porque ella es perfecta, por lo menos ante mis ojos.
¿Cómo es que una persona como ella acabó varada a mi lado?
Ya has estado en este punto anteriormente, Mulder, y sinceramente esto no te está ayudando a decidir... como si hubiese algo que decidir; pero tienes que verlo del lado práctico y no dejar que tus discernimientos de media cerveza te afecten.
Si le dijera que No, probablemente ella tendría que buscar a otra persona, porque seamos sinceros, no creo que ella sacrifique su sueño por no poder tener mi aprobación. Aparte, con el tiempo me lo sacaría en cara y... ¿a quien engañas? No soportarías el hecho que ella tuviese un hijo con otra persona; ella misma lo dijo, esa "persona" eres Tú.
Ok, entonces le dices que Si, y pues, esto no será a la usanza, sino con invitados... docenas de doctores, enfermeras y exámenes que sabrán que tendremos un hijo; ¡Oh, por dios! ¿"tendremos"? Ojalá que este calambre en mi brazo no sea una mala señal. Esto es pensando, claro, que todo dará resultado y Scully tendrá un bebé en sus brazos en algún momento del año próximo..., me sorprende tu optimismo, Spooky.
Sin embargo, ¿Te has puesto a pensar en las consecuencias? Claro, que lo has pensado, de la forma más egoísta que pudiste encontrar: tu miedo a quedarte sin ella.
Pero si hay sus contras; es cierto, traer un bebé a "nuestro" mundo es bastante arriesgado, por no decir, terrible y egoísta. Ya con cuidarnos a nosotros mismos tenemos, ni hablar de otro ser humano. Ambos hemos demostrado que somos especialistas en poner en peligro a nuestros seres queridos.
¿Quién nos asegura que esta no será la misma situación? ¿Quién nos asegura que algún bastardo enfermo no vendrá el día menos pensado a acabar con lo que tanto ha costado? Como ya ha sucedido.
No podría, aun queriendo, permitir que eso pasase de nuevo, no después de todo lo que hemos pasado; y tampoco puedo prometer proteger a esa pequeña persona si no he podido protegerme a mi mismo, pero en realidad ¿Qué padre ha podido? Ni siquiera los insignes padres de Scully pudieron salvarla del Apocalipsis que ha sido su vida en los últimos 5 años.
¡Ay, decídete ya!
Estas perdido, Mulder. Sabes que no hay manera de decir No, mucho menos cuando tú también lo deseas.
Scully se despertó alrededor de las 10 a.m. Tenía que hacer unas cuantas cosas que había programado con anterioridad, como lavar su ropa y organizar el closet.
'Estar ocupada me ayudará a despejar mi mente' Pensó, pero estaba muy lejos de la verdad.
Después del postergado baño de burbujas, que debió relajarla, pero que no pudo disfrutar por el constante asalto de pensamientos y preocupaciones; se vistió y decidió comenzar con sus labores.
Mientras organizaba la ropa para lavar no podía dejar de pensar en el hecho de que Mulder debía estar reflexionando acerca de su petición. Sacudió su cabeza como tratando de deshacerse del pensamiento, pero no logró nada con eso. Lo mismo sucedió en el cuarto de lavado, y en su habitación mientras colgaba sus abrigos y en la cocina mientras trataba de encontrar algo tan dulce o tan amargo que le ocupara los sentidos.
Cansada ya de tanto registro mental se sentó en su cama y respiró profundamente, tratando de relajarse, pero cuando abrió los ojos vio al angelito que reposaba en su mesa de noche. Aquel pedacito de madera la veía sonriente, como rodeado de un halo de esperanza, de alegría y de gracia. Lo tomó entre sus manos y lo examinó.
"Tu eres una muy buena compañía" Dijo en voz alta. Lo devolvió a su lugar, algo más tranquila, cuando en ese mismo momento escuchó un golpeteo en la puerta del apartamento. Ella acudió rápidamente, asegurándose que su cabello no estuviese desordenado y que no había ningún desorden en el lugar, abrió la puerta, para revelar a un nervioso Mulder parado en el pasillo. Ambos cruzaron sus miradas nerviosas e incómodas antes de que Scully lo dejara entrar.
"Hola" Ella fue la primera en hablar.
"Hola" Le respondió Mulder con una pose algo infantil y tímida.
"Pasa adelante" lo apuró Scully, aun nerviosa, como si fuese la primera vez que Mulder estuviese frente a su puerta, como una primera cita.
"Gracias" Mulder entró lentamente y se detuvo mientras ella cerraba la puerta detrás de él.
"¿Puedo tomar tu abrigo?" Ofreció Scully tratando de ocultar su anticipación e incomodidad.
"No, no me puedo quedar. Tengo que volver a la oficina por algún tiempo." Se lamentó Mulder haciendo una mueca de disgusto.
"Obviamente, has pensado en mi propuesta" Comenzó Scully, abordando el tema. Mulder inmediatamente cambió su expresión a una mucho más nerviosa que la anterior, que intentó ocultar deliberadamente tras una sonrisa.
"Hmmm, es... no es algo que me piden todos los días." Comenzó Mulder. "Hmmm, pero me siento absolutamente halagado." Scully lucía avergonzada parada frente a Mulder discutiendo acerca de algo tan serio de una forma tan mecánica.
"No, de verdad" Continuó él, inmediatamente notando un cambio drástico en la actitud de Scully.
"OK, Si... si estas tratando de encontrar una manera amable de decir "no" está bien. Yo, Yo entiendo." Ella le evadió la mirada.
"Ves, lo que es extraño es... esto suena, y esto suena realmente extraño," Mulder estaba luchando por encontrar las palabras perfectas para lo que sentía, pero era extremadamente difícil cuando Scully esperaba ansiosa frente a él. "lo se, pero Yo, Yo solo quisiera que esto no interfiriera entre nosotros." Scully estaba devastada, pero trataba de disimularlo sin éxito.
"Si, lo se... Yo," Dijo ella bajando la mirada. "Yo entiendo. Lo se." Dándose cuenta que ella no lo había comprendido, Mulder trató de acariciarle la mejilla pero ella se alejó de él.
"La... la respuesta es "Si"" Confesó el nervioso Mulder ante las muchísimas emociones que cruzaron la cara de Scully en cuatro segundos.
Ella no podía estar más feliz; ambos se sonrieron con una picardía risueña, finalmente se acercó a él sus ojos llenos de lágrimas y se abrazaron por un momento antes de separarse, aun incómodos con lo que acaban de decidir.
"Hmm, bueno, llamaré al Dr. Parenti y..." Dijo ella mientras Mulder asintió, sonriendo a una embelesada Scully. "Yo asumo que el querrá hablar contigo y guiarte a través de, hmmm, el procedimiento de donación." Mulder se sonrió aun más al escucharla.
"En esa parte, soy un profesional." Agregó él mientras compartían sonrisa tras sonrisa, hasta que el tímidamente dejó el apartamento cerrando la puerta tras de él.
Scully observó la puerta que se acababa de cerrar y no pudo contener las lágrimas un minuto más, lentamente se sentó en su sofá y se llevó las manos a su rostro, como queriendo detener el llanto incontenible y la mezcla de felicidad y nerviosismo que la embargó.
Mulder conducía en su auto hacia la guarida de los Pistoleros Solitarios; una parada antes del sótano.
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¡Allí está, Mulder!, no hay manera de negarle nada; tu propio experimento lo demostró. Aun cuando ibas con todo un argumento construido y un discurso ensayado, no hubo manera que esos ojos azules y tu propio corazón, pudieran darle la razón a la racionalidad.
Ya no vale la pena seguir negándolo, esta mujer puede verte a los ojos y mover todo lo que está allí adentro y volverlo papilla si quisiera; ¿es Scully, que más te falta saber?
Pero me siento bien, me siento cómodo, me siento como si esta fuese una de las cosas que están correctas en mi vida... y de esas no hay tantas, si acaso alguna otra aparte de ella.
Ahora solo queda comenzar con el proceso, que en otra situación tomaría planeación y detalle, pero como en todo lo que hacemos, siempre hay cosas imprevistas...
¿Cómo será esto? ¿Cómo será tener un hijo con ella? Aunque siendo sincero, no me gusta mucho la idea de saltarme lo divertido de toda la hazaña...
¡Ay, basta! Mulder. No haces más que torturarte, aunque mañana o pasado comiences este tratamiento, esto no implica que te de derecho a apropiarte de ella de esa manera. Acéptalo, aun cuando no hay más nadie para ti sino ella, y ella te ha repetido algunas veces que tu lo eres para ella, tal vez no signifique que debas tirarla contra el archivo y arrancarle todas sus ropas y hacerla completamente tuya de una vez.
Debes dejar de soñar por ahora, Mulder.
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Mulder estacionó su auto afuera de la guarida de los Pistoleros Solitarios. Había prometido pasar por aquí buscando su ejemplar del periódico y además probar la más nueva adquisición de los muchachos: un Espectrógrafo.
Toco el timbre y esperó a que los paranoicos secuaces hicieran su chequeo rutinario de identidad, mientras grandes gotas caían sobre su cabeza. La lluvia se había desatado en los últimos minutos, humedeciendo todo a su alrededor.
"¡Me van a salir arrugas en los pies si me hacen esperar más!" Gritó Mulder. "Ya dejen de pasarme el láser, ustedes saben que una nariz como la mía es irrepetible en cualquier Cyborg..." De repente se sintieron numerosos seguros abrirse y la cara de Frohike salir sigilosamente por el resquicio que dejó abierto.
"Nunca se sabe, amigo" Dijo con una sonrisa el siniestro hombrecillo. "Pero a decir verdad, ¿Qué Cyborg querría esa nariz?" Riéndose, dejó pasar a Mulder, quien le dirigió una mirada de advertencia.
"¿Cómo andas, amigo de conspiración?" Preguntó Langley, estrechando su mano. "¿Has vuelto por la señorita que dejamos pendiente el otro día? O... ¿Quieres una nueva esta vez? Tenemos una gran variedad; ¡Nada como las suscripciones interceptadas de las lecturas predilectas de la Casa Blanca!" Dijo pícaramente el rubio Hacker y Mulder se sonrió ante este comentario.
"Si solo las mujeres fueran así de simples..." Comentó Mulder con un suspiro. "Dios sabe que la composición de tinta y papel es muchísimas veces más simple que lo que podría ser una sola e ínfima neurona del cerebro de ellas..." Langley le dirigió una mirada confundida.
"¿Problemas femeninos, Mulder?" Intervino Frohike desde atrás, entre sus manos una computadora de mano. "¿Alguna dama está revolviéndote los pensamientos? ¿No es Scully, verdad? Porque Scully es mía..." Atropelló Frohike algo paranoico pero sonriente.
"Ah ya déjalo así. Atormentas el día de hoy" Dijo Byers saliendo de las sombras del depósito. "Hola Mulder, ¿Cómo va todo?" Mulder le asintió su saludo y tomó la taza de café que le ofreció.
"Confuso, inquieto, irritante, pero ¿Cuándo ha sido diferente?" Tomo un sorbo del líquido humeante y continuó. "Un poco bastante de trabajo por hacer, pero decidí pasar por aquí un momento para refrescarme la mente,... o para ensuciármela, dependiendo de la perspectiva." Dijo señalando la montaña de revistas pornográficas que había a un lado de la computadora y que Langley estaba revisando con una sonrisa tatuada en su rostro.
"Sabes que estas damas solo prestan un honorable servicio publico, por el cual muchas veces no les pagan lo suficiente" Comentó Langley. "Si fuese yo el empleador, Mulder; le pagaría tu sueldo a ellas con tal de mantenerlas felices frente a la cámara" Dijo mientras abría las páginas centrales de una revista llamada 'Pechos Armados'. Mulder lo miró divertido.
"Créeme," Dijo Mulder ladeando su cabeza para poder ver lo que Langley observaba. "no creo que mi sueldo le aportara mucho a los ingresos de esta 'Señorita'."
"Entonces, ¿Cuál es tu problema, Mulder? ¿Económico o Femenino?" Preguntó Frohike algo exasperado con la conducta de Langley.
"Definitivamente 'Femenino'" Se lamentó Mulder prestándole atención. "Lastima que sea muy profundo para ustedes." Dijo con la mirada algo perdida frente a él.
"Pruébanos" Continuó Frohike, desafiante. "Yo soy un experto en el trato con las féminas" Dijo pavoneándose.
"Si, es por eso que estas rodeado de mujeres" Dijo Byers, irónico, provocando la risa de Mulder y Langley, pero la furia de Frohike. Mulder disminuyo su risa.
"Es solo que algunas veces nuestro mundo es tan distinto al de ellas" Dijo Mulder entre un suspiro. "Con todas sus locuras, sus actitudes, sus puntos de vistas, sus ilusiones, sus planes... y al mismo tiempo vivimos en un mismo mundo, solo que el de nosotros a veces es tan... 'monotemático'"
"Yo no se acerca del tuyo, Mulder," Dijo Langley levantándose y dirigiéndose al baño con una de las revistas bajo el brazo. "Pero el mío es bastante variado; hoy una rubia, mañana una morena."
"¿Qué vas a hacer con esa revista?" Dijo Byers. "¿Lectura reflexiva?"
"Se podría decir..." Dijo Langley mientras cerraba la puerta del baño detrás de él.
"Bueno, continuando con el tema" Abordó Frohike. "Aunque las mujeres vivan en otro mundo, siempre hay una que otra estación donde nuestro tren se detiene para encontrarse con el de ellas... es solo que esas estaciones usualmente tienen que ver con niños o planes de retiro a geriátricos..." Dijo Frohike acercándose a Mulder.
"Créeme, a veces desearía que esas estaciones solo fueran para verlas y que no trajeran tanto trabajo..." Se lamento Frohike.
"Habla la voz de la experiencia" Se burló Byers, dándole a Mulder uno de los ejemplares de su publicación. Mulder la tomó y chequeó su reloj, que indicaba que ya era muy tarde para seguir charlando sobre un tema que él mismo no quería realmente discutir.
"Por muy agradable que les haya sido recibirme, muchachos" Dijo Mulder levantándose del taburete en el que se había sentado. "Tengo que irme a terminar algo en la oficina para mantener al Tio Sam feliz." Mulder estrechó la mano de Frohike y Byers.
"Bueno, espero que mis consejos 'sabios y experimentados' te hayan ayudado..." Dijo Frohike sonriéndole.
"Si, sus consejos 'Sabios y Experimentados'" añadió Byers. Mulder se sonrió y salió del lugar. Cuando ya se acercaba a su auto, Byers salió lentamente y se acercó.
"Mulder" Dijo en voz relativamente baja y con un tono mucho más serio que el que había adoptado en el interior de la guarida. "No se por lo que puedas estar atravesando en este momento para que en estos últimos días hayas estado tan pensativo y perdido en tus reflexiones, pero solo debes saber que estamos aquí para ayudar y que cualquier decisión que tomes debes tomarla de corazón, como todo lo que haces..."
Mulder lo observó mientras su amigo se acercó más a él, como para susurrarle.
"Atrévete, Mulder" Dijo casi como un débil respiro. "No dejes que tu manía secreta de cerrar puertas deje que se vayan muy buenas oportunidades" Se alejó de él y comenzó su camino de regreso a la guarida.
"Nunca sabes" Dijo Mulder con una sonrisa interna. "Pero tal vez haya empezado a dejar hasta las ventanas de par en par..." Mulder entró en el carro y lo encendió mientras Byers se acercaba una vez más.
"Pues entonces..." Dijo con una sonrisa en los ojos. "Me alegro por ti... y por nuestra pelirroja secuaz" Guiñándole un ojo, se dio media vuelta y haciéndole una señal de despedida con la mano, entró de nuevo a la guarida.
Mulder, un poco sorprendido y algo sonriente, dejó el lugar mientras el escape de su carro emanaba un azul grisáceo que se fundió en el igualmente nublado y gris cielo.
En el interior de un sedan negro aparcado, suena el timbre de un teléfono celular. La mano blanca de un hombre joven lo toma apresurado y contesta sigilosamente.
"¿Si?" Dijo el joven, que se ocultaba en el asiento del auto.
"¿Qué ha sucedido el día de hoy?" se escuchó la voz de Spender a través del auricular.
"Hoy ha habido movimiento, señor" Dijo el nervioso espía. "El Agente Mulder llegó a la casa de la Agente Scully alrededor del mediodía, sin paquetes o material de trabajo y luego abandonó el lugar minutos después"
"¿Cuál era la expresión en su rostro?" Preguntó el fumador.
"Lucía complacido" Confirmó el espía. "¿Debo continuar en vigilancia?"
"No hace falta, abandone su puesto y trate de no levantar ningún tipo de sospechas. Luego me comunicaré con usted."
El Fumador colgó la llamada y encendió el cigarrillo que llevaba entre los labios. Se recostó del sillón en el que estaba sentado y dejó salir algo de humo de su boca. Observó cómo ésta neblina gris azulada se desvanecía formando espirales.
'Todo va por buen camino' Pensó. 'Solo un poco más, un poco más'. Recogiendo su chaqueta, se levantó de su asiento y salió de la habitación.
