TORMENTAS NO VISTAS - EL FINAL
Por Alleyson Phoenix
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- XI >-
Lev llevó a empujones a Brenda al interior del laboratorio, mientras ella gritaba con todas sus fuerzas que la soltara. Los presentes se asombraron de lo que pasaba y Parenti se acercó a ellos, y tomó a Brenda por un brazo.
"¿Qué haces aquí?" Su voz expresaba la gravedad de la situación. "¿Por qué me has seguido?" Ella se soltó de las manos de Parenti y se alejó de él.
"Porque quería averiguar en qué te habías metido" Ella miró a su alrededor y se acercó al monitor que habían estado utilizando. Lizzie trató de detenerla, pero Lev le hizo señas de que la dejara. Brenda observó con horror lo que habían hecho, todo explicado con detalle en los exámenes que mostraba la computadora. Además, viendo a su alrededor, terminó de comprender qué era lo que se llevaba a cabo en ese lugar.
"¿Tu…¿Ustedes están haciendo experimentos de clonación?" Lizzie bajó la mirada y Haskell se dirigió a la pequeña oficina del fondo. "¿Cómo? Esto es una aberración. Están usando gente inocente para sus experimentos" Dijo señalando en la pantalla los datos de Scully y se acercó a Parenti.
"¡No puedo creer que hayas caído tan bajo y pensar que mi admiración por ti era mucho más que tus habilidades, te creí hombre, ser humano… no… esto!" Él la tomó del brazo de nuevo y la miró a los ojos.
"Tienes que comprender, por eso me negué a contártelo e involucrarte en esto." Dijo Parenti desesperado. "Por favor, Brenda, prométeme que no dirás nada sobre esto." Ella negó con la cabeza, cerrando los ojos para ocultar su dolor y se separó de él.
"No me puedes pedir esto, me das asco, de todas las cosas que me hubiese imaginado que estabas haciendo, esto era lo que menos me esperaba." Lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y él trató de acercarse para secarlas, pero en ese momento escuchó la explosión seca de un arma y luego la expresión de dolor en el rostro de su amante.
"Brenda,… ¡No!" El llanto no se hizo esperar cuando trató de sostenerla mientras se desplomaba en el piso. Ella aun lo veía con ojos vidriosos y trataba de pronunciar algunas palabras ininteligibles. "¡Por favor, no; Brenda, tu no! Por favor, no mueras. Perdóname" Pedía una y otra vez, pero su herida era muy grave, la sangre salía a borbotones de su cabeza. Lizzie se volvió hacia Haskell, que estaba parado en el medio del lugar, aun sosteniendo la pistola.
Parenti dejó caer sus lágrimas en el rostro inmóvil de Brenda, que lentamente dejó de respirar y sus pupilas se dilataron, expirando por última vez. Él rompió en un llanto desesperado. El rostro de ella permanentemente dibujado con una expresión de miedo y dolor.
"¡NO!" Gritó sorprendiendo a Lev y a Lizzie, pero no así a Haskell. "¿Por qué lo hiciste?" Dijo él al hombre con el arma. "Ella era inofensiva, no tenías por que hacerlo" Su voz entrecortada con el llanto. Haskell aseguró de nuevo la pistola y se la ajustó en la banda de sus pantalones.
"A diferencia de ti, yo estoy entrenado para cumplir órdenes y así lo hago" Dijo Haskell con una voz fría y calculadora. Lev se acercó a él y se colocó a su lado. "Ella hubiese sido una piedra de tranca para ti por el resto de tu existencia, que hubiese sido muy corta si Spender se entera que había visto todo y la dejamos ir" Lizzie no podía creer lo que había sucedido, pero al mismo tiempo sabía que esos hombres eran capaces de cualquier cosa.
"Es mejor así. Ya no la someterás a la vergüenza que le tienes a lo que hacemos y nuestras vidas ya no corren tanto peligro" Dijo Lev, menospreciando los sentimientos de Parenti, quien no pudo aguantar más y se tiró sobre el cuerpo de Brenda que descansaba inerte sobre el frío suelo de concreto del laboratorio.
Mulder corrió por el pasillo del edificio de Scully hasta llegar a su puerta y entró usando su llave. Afuera había comenzado a llover y las ventanas dejaban pasar el olor húmedo de la tierra mojada.
Cerró la puerta tras él y lentamente se acercó hasta la habitación, donde la encontró estática, esperándolo. Había estado llorando, sus ojos estaban hinchados y su rostro estaba manchado de lágrimas. Él bajó la mirada, no queriendo ver el dolor que había en su expresión.
"Perdóname por haberte gritado de esa forma esta mañana" Solicitó él, acercándose un poco más, pero sin tratar de tocarla. "Pero es que no puedo verte así. Tu eres lo que me sostiene, lo que me llena este vacío" Dijo llevando una mano ausente sobre su corazón. "No puedo dejar que te cierres de nuevo, no después de que sabemos… que aunque el mundo se acabe, tu y yo podemos permanecer en nosotros" Ella dejó salir unas cuantas lágrimas que habían estado represadas en sus ojos desde el momento en que él entró a su habitación.
"Yo lo se, y discúlpame tu también por ser tan estúpida y no darme cuenta que solo me quieres ayudar" Dijo ella, sentándose en la cama e invitándolo a que hiciera lo mismo. "Es que a veces, me es muy difícil dejarme llevar; reconocer que no soy de hierro y que las cosas me afectan" Él asintió con la cabeza, cuidadoso de no romper el momento, de dejar que ella se desahogara.
"Ayer, cuando llegué y… tu estabas aquí, me sentí aliviada de que podía dejar salir todo lo que me ahogaba en ese momento," Mulder esbozó una leve y triste sonrisa. "pero luego me sentí mal por haberme dejado doblegar por mi dolor y haberte arrastrado a él, conmigo" Él negó con la cabeza y se acercó a ella para levantar su mirada que se había clavado en los cobertores de la cama.
"Yo quise que me arrastraras, Scully. Nadie me obligó." Su voz era calmada y pausada. "Cuando decidí aceptar tu proposición lo hice por ti, porque no puedo ni podré nunca decirte que no y no debes sentirte mal por eso" Él buscó en su mirada y, luego de un momento, ella suavizó la expresión de su rostro, a una mucho más calmada.
"Y el hecho de llorar, de rabiar y de doler, no tiene porqué avergonzarte, debería aliviarte." Ella no entendió sus palabras y lo miró con incomprensión.
"No me mires así" Dijo él, dejando salir una pequeña carcajada. "Es solo que eso es lo que te hace humana, la posibilidad de doler y de sentir" Él tomo su mano, su semblante mucho más serio e intenso; ella asintió y estrechó su mano fuertemente en aprobación.
"Aunque no nos guste, prefiero doler el resto de mi existencia, que no sentir nada en mi vida" Él se acercó a ella, lentamente, y acarició su rostro mientras ella exploraba su mirada, incesantemente; podía sentir su cálida respiración en su rostro y sus labios los separaba solo una corta distancia que ella observó.
Ella no podía creer la grandeza de sus sentimientos que lo hacían completo, gigante ante ella.
Tentativa, abandonó su pesimismo y su miedo por un momento y las arrojó al olvido, dejando que sus labios rozaran los de él en un beso liberado. Labios suaves acariciando labios cálidos y necesitados. Fue en ese momento que se dio cuenta lo mucho que necesitaba a este hombre, a Mulder, a su complemento.
Mulder dejó salir un suspiro en los labios de ella, disfrutando el momento y acercándola mucho más a él, dejando que sus manos acariciaran sus brazos y que las de él comenzaran a rozar lugares que nunca se habría atrevido a decir que la excitaban.
El beso se hizo más profundo, dejando que sus lenguas se acariciasen entre ellas, delineando el arco de sus dientes y tocando sus labios que ya estaban rojos e hinchados de pasión. Scully dejó salir un gemido cuando él levantó su ligero peso y la posó sobre su regazo, mucho más cerca, sintiendo el calor y la necesidad de tenerla cerca de él.
Mulder no podía creer que esto estuviese sucediendo; hacía solo unos instantes, creía que todo estaba arruinado para siempre, encerrado en el olvido; pero ahora la mujer que tanto había ansiado tener entre sus brazos había dejado caer todas sus paredes y lo estaba recibiendo en un abrazo interminable.
No podía contenerse, sus manos tocando todo lo que podía alcanzar. Había sacado la camisa de la pretina de su falda y su mano se había deslizado por su espalda, acariciando cada centímetro, mientras ella dejó salir un gemido y pasó sus dedos por su cabello. Le pareció sentir que sus besos la estaban haciendo caer en una espiral que nunca terminaba, todo daba vueltas en su cabeza y a su alrededor, su respiración haciéndose mucho más entrecortada y sintiendo que entre sus piernas el calor se había hecho casi imposible de soportar.
Mulder se separó para ver el rostro sonrojado de Scully; pensó que nunca se había visto tan bella, su respiración se aceleró y comenzó a besar la piel blanca como crema de su cuello, acomodándola mejor en su regazo, lo cual hizo que sus caderas se juntaran y aún así, a través de varias capas de ropa pudo sentir el deseo y el calor, la necesidad del momento.
Su falda estaba arremolinada alrededor de sus caderas y él deslizó su mano por su muslo, mientras sintió como se le erizaba la piel a través de la pantimedia, le dio un leve apretón a su trasero y bajó el cierre de su falda. Abrazándola fuertemente, la acostó en la cama y tomó la pretina y con un movimiento rápido, la despojo de la falda, las medias y los zapatos altos que siempre vestía.
Ella lo miró, sus pupilas dilatadas y su respiración entrecortada y agitada, su cuello rojo por la excitación y su cabello algo desarreglado. Él, con una mirada hambrienta, trató de grabar esa imagen en su mente para siempre mientras se despojo de su abrigo y la chaqueta. Comenzó a soltarse la corbata cuando ella se arrodillo en la cama frente a él y lo detuvo; ella quería participar también.
Lentamente, lo despojó de su corbata y le desabrochó los botones de su camisa, besando toda la piel que quedó al descubierto. Él se despojó de su camisa, mientras ella soltó la hebilla de su correa y el botón de sus pantalones, dejándolos caer en el suelo con el resto de la ropa.
Mulder se despojó de sus medias y zapatos con urgencia y se metió a la cama con ella, besando sus labios una vez más, pero con pasión irrefrenable, dejando libres todas sus represiones. Sobre ella, sentía que pertenecía, que su vida había sucedido solo para la anticipación de este momento, temiendo que cualquier cosa que sucediera podría arruinar la inspiración.
Scully lo abrazó y acarició su espalda hasta llegar a los boxers, metiendo una mano entre la elástica, tomándolo por el trasero y empujándolo hacia ella, sintiendo su erección apuntándola en su estómago; en cualquier momento podía dejar de respirar.
Desabrochando el seguro de su brasier, bajó las tiras lentamente, mientras besaba su cuello y sus hombros, dejando húmedos caminos por donde pasaban sus labios y descubriendo sus senos, cuyos pezones se encontraban imposiblemente contraídos. Él siguió besando, lamiendo y mordiendo suavemente, para aliviar luego con besos mojados que empezó a hacer alrededor de sus pechos, haciendo que Scully pensara que podría llegar al clímax solo con la atención que le estaba prestando a sus pechos.
No podía pronunciar palabras, solo gemidos y suspiros que parecía excitarlo aun más, sintiendo que su miembro estaba cada vez más duro, casi saliéndose de la tela que lo mantenía aun alejado de ella. Él siguió lamiéndola, como si su piel estuviese hecha de azúcar, apretando entre sus dedos sus pezones y dándole leves pellizcos que enviaban ondas de placer a su centro. Podía sentir la humedad en sus panties, y comenzaba a percibir el olor a sexo en la habitación, en su piel, en la suave tersura de la de él.
Él bajó por su abdomen, besando cada centímetro, acariciando suavemente sus costillas y bajó sus manos hasta la elástica de sus panties y, lentamente, las bajó hasta despojarla de ellas, besando sus muslos y sus tobillos, comenzando su camino de regreso a ella.
"Scully, no te imaginas cuantas veces soñé con este momento" Dijo él entre besos entrecortados, besando sus muslos y esquivando su centro, levantó la mirada y buscó sus ojos con cierta picardía, mientras siguió su camino a sus labios y la abrazó fuertemente, sintiendo piel contra piel, calor humano, aliento y aroma.
Ella le dio la vuelta sobre su espalda y se sentó sobre él, tocándolo a través de la tela, mientras él aspiró rápidamente, la sensación demasiado excitante; todo parecía parte de una alucinación, el cuerpo de ella, perfecto sobre el de él, mientras sigilosamente lo despojaba de sus boxers y los arrojó al piso. Ella lo miró fijamente a los ojos como asegurándose de que esto realmente estaba sucediendo y él trató de incorporarse un poco, haciendo que su erección rozara levemente su centro y provocando un estremecimiento entre los dos.
Podía sentir su calor mientras la besaba, y su humedad hacía que su mente se imaginara lo bien que debía sentirse estar dentro de ella; la volvió sobre su espalda y acarició su cuerpo mientras con sus labios hacía que todos los gemidos y suspiros se acallaran en su garganta.
Ella lo empujó hacia su centro y él llevó su mano hacia ella, separándose un poco para poder ver su rostro mientras la tocaba. Estaba increíblemente húmeda, haciendo que la emoción lo embargara cuando pensó que esto lo había causado él; sus dedos exploraron los pliegues, haciendo que ella separara aun más sus piernas para recibir sus atenciones. Sus miradas fijas uno en el otro, sin dejar que ninguna emoción se escapara.
Con un dedo, masajeó su botón hinchada de sangre e introdujo otro en su centro, haciendo que se contrajera y su mirada se perdiera en la suya, tragando en seco, pero no podía esperar más. Tomó su miembro, hinchado y a la expectativa, mientras ella le dio su aceptación para entrar en ella, deslizándose lentamente en su humedad, delicado pero enérgico, comunicación silente entre ellos, como siempre.
Todo pareció perderse a su alrededor en el momento en que entró en ella, rodeándolo con su emoción, sintiendo la presión de su interior alrededor de él, haciendo que su respiración se perdiera y un sonido como un gruñido escapara de su garganta, mientras ella dejó salir un gemido y se aferró de las sábanas de la cama, tratando de acostumbrarse a la extraña, pero familiar sensación.
El momento de unión eterno entre ellos, hasta que la pausa se hizo demasiado grande y ella le indicó que debía moverse, la espera inaguantable. Él empezó a moverse lentamente, fuera y dentro de ella; trataba de aguantar la sensación de placer demasiado fuerte para sus sentidos, mientras ella sentía el familiar temblor que embargaba todo su cuerpo; se acercaba al clímax y él podía sentirlo, en el desespero de sus gemidos y la urgencia de las palabras que no podía entender mientras salían de su boca como respiros exaltados.
El cuarto se había tornado excesivamente caliente, el sudor corriendo por su espalda y por el valle de sus senos, goteando de su frente y de su cabello. La piel de ella brillaba bajo él; tuvo que hacer su mejor esfuerzo para no dejarse llevar por el momento y terminar en un momento embarazoso, hasta que sintió un temblor violento y los músculos de ella lo apretaron, exclamando su nombre en un grito ahogado por su orgasmo. Esto bastó para que perdiera todo su auto control, su nombre nunca había sonado tan maravilloso en sus labios y se dejó llevar, terminando dentro de ella con una explosión de calor continuado, dejándose caer; trató con todas sus fuerzas de no embargarla con su peso, apoyándose en sus codos.
Recuperaron el aire en sus pulmones que de pronto se había hecho muy poco, y la brisa que entraba por las ventanas comenzó a enfriar sus cuerpos sudorosos. Ella no pudo contenerse más y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, mientras él la abrazó, aferrándose a ella y besándola, encerrando en ellos la felicidad del momento, que se había convertido en uno de pasión, en uno de encuentro con ellos mismos.
Mulder tomó el cobertor que habían descartado en algún momento de la cama y tiernamente cubrió sus cuerpos hasta que los sollozos de Scully terminaron entre sus brazos, sedados por el agotamiento.
Parenti estaba en el medio de su sala, aun devastada por el desastre que Brenda no había logrado recoger. No había parado de llorar por un instante, sintiéndose vacío y culpable por la muerte de ella. Sonó el timbre, pero no se molestó en contestar; seguidamente escuchó la puerta abrirse lentamente.
"Es un hombre de nobles sentimientos, Dr. Parenti" Dijo Spender, pateando levemente la basura del piso. "Pero en los años que tengo en este negocio, los sentimientos solo han sido razón para cometer errores, como el de hoy..." Parenti no levantó la mirada del piso y el fumador se acercó a él, soltando una bocanada de humo grisáceo que solo pudo ver al reflejo de la débil luz que entraba por la ventana.
"Sabe Dr. Parenti, de nada sirve que se niegue; mientras más se enfrente al futuro, más será el tiempo que pierda" Él levantó la mirada y vio la sonrisa irónica que esbozaban sus decrépitos labios. "El futuro es inevitable; ya todo está escrito. De nosotros depende que sea un poco diferente, pero solo un poco" Parenti se levantó del piso y se paró frente a Spender.
"Por favor, tenga piedad de mi. ¡Máteme, máteme ya!" Dijo Parenti en medio del llanto, pero el fumador negó divertido con la cabeza.
"No, Dr. Parenti" Dijo alejándose y dirigiéndose a la salida del apartamento. "Usted es un recurso, y hasta que no hayamos terminado con su potencial, no nos desharemos de usted,…todavía" Parenti se tiró en el piso, sollozando sin control, mientras el fumador salió del apartamento. Mientras esperaba por el ascensor, sonó su teléfono. Spender lo atendió con calma, aspirando otra bocanada.
"Spender" Del otro lado pudo escuchar el sonido electrónico de la protección de la línea confidencial.
"Señor, debería acercarse al punto de vigilancia" Dijo el joven, escondido en las sombras del sedán oscuro aparcado frente al edificio de Scully.
"No tengo mucho tiempo para juegos. Dígame lo que tenga que decir…" A través del auricular pudo escuchar al joven aclararse la garganta.
"Señor, ellos han… tenido…, ellos se han ido a la cama" Dijo el joven algo sonrojado. Spender soltó una risotada al entrar al ascensor.
"¿Alguna vez ha presenciado la atracción de dos imanes?" Preguntó Spender.
"No se a que se refiere, señor; claro que la he visto" Dijo el joven algo desorientado.
"Pues, joven; usted la acaba de presenciar de nuevo" Spender salió del edificio y la lluvia estaba arreciando. "¿El clima está igual de deprimente en su área?" Dijo Spender apretando su impermeable.
"Si, no ha dejado de llover por horas" Dijo el joven observando las lagunas que se habían formado en la calle.
"Váyase a su casa, yo lo llamaré si se presenta alguna otra eventualidad que deba ser supervisada" Spender cortó la llamada, entró en su auto y respiró profundamente, con una sonrisa en su rostro.
La luz tenue que se filtraba por las cortinas, ha pintado mi cuarto de un tono azuloso casi etéreo y la brisa que entra mece mi cabello suavemente, mientras me tomo este Té y lo veo a él, placidamente dormido en mi cama, junto a mí. Su rostro nunca estuvo tan tranquilo, tan feliz, y yo me siento completa al ser la razón de su alegría.
No puedo dejar de pensar en el mañana, en lo que ha de suceder, pero también se que en este momento, en este lugar, solo quiero que seamos los dos, nada más que los dos.
Afuera, la lluvia ha acunado nuestro amor, llenando con su música mi contemplación y poniéndole un acompañamiento a mi propia diatriba, a nuestras propias tormentas internas, a las tormentas no vistas.
En esta habitación, solo somos él y yo, y nuestro corazón. Nada más hace falta cuando me siento tan completa al verlo sonreírme en su sueño. Un leve movimiento y él se ha despertado, apoyándose en un codo para observarme y regalarme una sonrisa.
No puedo de ninguna manera negarme al pulso acelerado de mi corazón, que me dice que en sus brazos estoy mejor que lejos de él; dejo la taza en la mesa de noche, al lado del ángel que ha sido el testigo de este encuentro, y una vez más, rozando sus labios, me pierdo en mis sentimientos y en sus caricias para siempre.
Un 'Te Amo' salió de sus labios, y entre mis besos y la sonrisa de los suyos, lo miré a los ojos y le susurré al oído mi amor. No hago promesas de mantener mi decisión, porque no hacen falta; en este lugar, en mi corazón, solo existe esto… mañana ya veremos, cuando debamos enfrentarnos a la realidad de nuestras vidas.
-.-FIN-.-
> - Alleyson Phoenix -> -
ESTE FANFIC FUE GANADOR DEL CONCURSO DE FANFIC EN EL FORO DE FOREVERXFILES DE VENEZUELA
Agradecimientos a mis maravillosos beta-readers: MaritaJFranco, Chinese234 y Xplosive001.
Agradecimientos varios a Loly Román por su apoyo incondicional.
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