REALIZATIONS por Wishweaver

Traducido por Ianthe

Disclaimer: Harry Potter y ninguno de los otros personajes, hubicación o cualquier otra cosa mencionada en los libros de J. K. Rowling son míos. El inicio de este capítulo es un extracto del Cáliz de Fuego. También hay más adelante otras dos líneas del último capítulo. También están marcados con una

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Capítulo 1: Llegada a King Cross

Sábado 1 de Julio, 1995.

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La confusión y el alboroto usuales llenaron los pasillos mientras los estudiantes se apeaban. Ron y Hermione pasaron con dificultad los baúles por encima de Malfoy, Crabbe y Goyle. Harry, en cambio, no se movió.

—Fred... George... esperad un momento.

Los dos gemelos se volvieron. Harry abrió su baúl y sacó el dinero del premio.

—Cójanlo —les dijo, y puso la bolsa en las manos de George.

—¿Qué? —exclamó Fred, pasmado.

—Que lo cojáis —repitió Harry con firmeza—. Yo no lo quiero.

—Estás mal del coco —dijo George, tratando de devolvérselo.

—No, no lo estoy. Cójanlo y sigan inventando. Para la tienda de artículos de broma.

—Se ha vuelto loco —dijo Fred, casi con miedo.

—Escuchad: si no lo cogéis, pienso tirarlo por el inodoro. Ni lo quiero ni lo necesito. Pero no me vendría mal reírme un poco. Tal vez todos necesitemos reírnos. Me temo que dentro de poco nos van a hacer mucha falta las risas.

—Harry —musitó George, sopesando la bolsa—, aquí tiene que haber mil galeones.

—Sí —contestó Harry, sonriendo—. Piensa cuántas galletas de canarios se pueden hacer con eso.

Los gemelos lo miraron fijamente.

—Pero no le digan a su madre de dónde lo han sacado... aunque, bien pensado, tal vez ya no tenga tanto empeño en que os hagan funcionarios del Ministerio.

—Harry... —comenzó Fred, pero Harry sacó su varita.

—Mira —dijo rotundamente—, si no se lo llevan les echo un maleficio. He aprendido algunos bastante buenos. Pero háganme un favor, ¿quieren? Cómpreble a Ron una túnica de gala diferente, y díganle que es regalo vuestro.

Salió del compartimiento sin dejarlos decir ni una palabra más, pasando por encima de Malfoy, Crabbe y Goyle, que seguían tendidos en el suelo, con las señales de los maleficios.

Harry Potter y el Cáliz de Fuego – J.K. Rowling

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La señora Weasley los esperaba al otro lado de la barrera, junto con la madre de Hermione, la Dra. Granger. Abrazó muy estrechamente a Harry cuando lo vió, y le susurró al oído, "Creo que Dumbledore te dejará venir un poco más avanzado el verano."

Harry asintió y murmuró un "Gracias, Sra. Weasley." Ella lo liberó después de un momento, y se dirigió a saludar a sus otros niños.

Harry tristemente lanzó un pequeño suspiro, mientras miraba los Weasley y los Granger. Por millonésima vez, se preguntó cómo sería su vida si sus padres hubieran sobrevivido. ¿Sería un hijo único como Hermione? ¿Tendría un montón de hermanos como Ron? Sonrió suavemente ante el espectáculo de la señora Weasley rodeada por su locuaz progenie, y la Dra. Granger, quien abrazaba estrechamente a Hermione. Ese tipo de especulación era algo mucho más agradable de lo que lo habían sido los últimos días, así que Harry permitió que su mente vagabundeara. ¿Cómo se sentiría la perspectiva de las vacaciones de verano? ¿Sus dos padres estarían esperando la llegada del Expreso de Hogwarts? ¿Qué harían juntos?

Después de algunos minutos, Molly Weasley regresó, sacándolo de la Tierra de lo Que- Podría – Haber – Sido de sopetón. "¿Por dónde está tu familia Harry, querido?" le preguntó, poniendo una mano protectora en su hombro.

Harry parpadeó, y se dio una bofetada mental. Avergonzado porque lo hubieran cogido soñando despierto, echó un vistazo por los alrededores inmediatos, entonces se encogió de hombros impotente. Los alumnos de Hogwarts y sus familias se mezclaron con los usuarios y viajeros muggles. El área alrededor de la barrera que conducía hacia la plataforma 9 y ¾ se había vuelto bastante atestada mientras había estado en su ensimismamiento. "Erm, ellos no parecen estar por aquí, señora Weasley," admitió Harry, estudiando a la muchedumbre. "Estoy seguro de que deben estar escondido un poco más atrás," añadió prontamente, cuando la expresión de la bruja se ensombreció, y ella lo agarró de su hombro con un poco más de fuerza.

"¿Está todo muy bien, Harry?" le preguntó Hermione, caminando con su madre.

"Así lo creo," contestó Harry de forma distraída. "Tan sólo no he podido avistar a los Dursley..."

"Bueno, no puedo decir que me sorprende," comentó Hermione como un asunto sabido. Ella indicó a la muchedumbre. "Será un poco difícil el avistar a alguien por aquí."

"Ah, pero Harry no es cualquiera," dijo George, moviéndose para colocarse al otro lado de Harry.

"Es cierto," se le unió Fred dramáticamente, pues él y Ron se movieron para colocarse al lado de George. "Él es..."

"¡El buscador más joven en un siglo!" corearon los tres hermanos de Weasley, rodeando a Harry y empujándolo naturalmente.

Harry sonrió, sabiendo que estaban haciendo su mejor esfuerzo para distraerlo de los infelices acontecimientos de hacía una semana. Harry y otro alumno de Hogwarts, Cedric Diggory, habían sido participantes en el torneo de los Tres Magos. Voldemort, el mago Tenebroso que había asesinado a los padres de Harry, había utilizado el torneo para atraparlo. Harry, entonces, se había visto forzado a participar en una ceremonia que había devuelto a Voldemort a su cuerpo. Harry apenas había escapado con vida. Cedric no había sido tan afortunado. Su compañero de equipo, no había sido de ninguna utilidad para Voldemort, y lo habían matado sin pensarlo dos veces.

Molly se rió entre dientes, cariñosamente. "Está bien, todos ustedes," dijo, dirigiéndose a los muchachos. "Ustedes dos, les dijo a Fred y George, "hagan algo útil y traigan algunas carretillas. Y usted dos," ella se dirigió a Harry y Ron," empuja los baúles contra la pared. No tiene sentido estarnos aquí de pie, de ésta manera."

Ron intercambió una mirada de diversión con Harry, mientras que los cuatro muchachos se apresuraron a obedecer. Molly Weasley era una mujer agradable, de buen corazón, pero la gente cuerda no se arriesgaba a ser el receptor de su genio. Hermione y Ginny también ayudaron, y entre los cuatro de empujaron rápida y fácilmente baúles contra la pared.

"Hay toneladas de gente aquí hoy, " se quejó George pocos minutos más tarde, cuando él y Fred volvieron con cuatro carretillas. "No podumos encontrar bastantes para cada uno, pero creo que podremos arreglarnos con éstos."

Agradeciendo con la cabeza, Harry miró largamente las carretillas y dijo, "desearía que pudiera llevarme una a Surrey conmigo." Cuando vió las interrogadoras miradas de sus acompañantes, se encogió ligeramente de hombros y elaboró, "No es nada, realmente... tan sólo estoy un poco adolorido. No puedo decir que me veo acarreando mi baúl escaleras arriba."

Molly iba a estallar diciendo que el baúl era casi tan grande como el propio Harry, y que no tendría que intentar acarrearlo solo, y que además esos horribles muggles con lo que vivía debían ayudarle, pero logró sujetar su lengua. En vez de eso, se concentró en algo que pudiera hacer para facilitarle un poco la vida a Harry un poco más fácil. Dándole al chico de cabello oscuro una tranquilizadora sonrisa, le dijo, "Bueno, eso se arregla fácilmente, querido. Todos, rodéen el baúl de Harry," ordenó ella, sacando subrepticiamente su varita de su bolsillo.

Cuando estuvo esencialmente oculta a la vista, golpeó ligeramente el baúl de Harry con su varita y susurró un encantamiento aligerador. Como pensándolo después, golpeó ligeramente la jaula de Hedwig ya que estaba en ello, entonces guardó su varita. "Aquí tienes, querido," le dijo a Harry amablemente. "Deberías ser capaz de llevar tu baúl sin ningún problema, y la jaula de Hedwig doblará completamente para guardarse fácilmente, si deseas que se adelante volando. Quitaré los encantamientos cuando te vea, más avanzado el verano. "

Levantando el baúl experimentalmente, Harry lo puso en la carretilla, junto con Hedwig y su jaula. "¡Wow! Gracias, señora Weasley," dijo agradecido Harry. El baúl no era totalmente ligero como una pluma, pero era mucho más fácil de levantar y llevar. Le sonrió a la bruja pelirroja. "No tiene idea de cuánto simplificará esto las cosas. "

"No es nada, querido."

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Poco a poco, la muchedumbre disminuyó. La estación estaba todavía muy animada, pero ya las personas de Hogwarts se habían dispersado. La Sra. Weasley y la Dra. Granger charlaban con familiaridad, mientras que Hermione y los hermanos Weasley estaban agrupados alrededor de Harry, y hablaban acerca de varios asuntos triviales, incluyendo visitas y viajes al Callejón Diagon.

Harry asentía y sonreía, y trató de contribuir a la conversación al tiempo que miraba si llegaban los Dursley. No podía imaginar por qué no habían llegado todavía, y estaba comenzando a sentirse ligeramente incómodo, así como aterido y cansado. También tenía una preocupante ligera disminución de su agudeza visual. Impacientemente, Harry se quitó sus lentes y se frotó los ojos. Se sentían fatigados, como si se hubiera pasado toda la noche despiesto, estudiando..

Sus compañeros intercambiaron miradas de preocupación. La Sra. Promfrey, la medimaga de Hogarrts, había curado todas las heridas que había sufrido Harry durante la Tercera Prueba, pero todavía no era él mismo. Estaba más delgado y tranquilo de lo normal, y todavía tenía la apariencia de estar un poco enfermo.

"¿Todo bien por aquí, Harry?" Preguntó Ron cuando vió a su amigo limpiar sus lentes con un extremo de su camisa.

"Sí. Sólo cansado, " dijo Harry, volviendo a colocarse sus lentes y dándole a Ron una pequeña sonrisa. El frotarse los ojos y la limpieza parecían haber ayudado algo, notó con alvio. Harry miró a su alrededor, buscando a sus familiares otra vez, y entonces se dio cuenta de que los otros habían dejado de hablar. Alzó una ceja cuando notó que los otros chicos lo miraban fijamente. "¿Qué?"

"Oh, nada Harry," dijo rápidamente Hermione, sabiendo que Harry odiaba verlos preocupados. "Es sólo que tú... uh... te ves distinto sin tus lentes." Los otros asintieron rápidamente, manifestando estar de acuerdo. Era una aseveración que era cierta, después de todo, y mucho más amable que el Bueno Harry, pareces un poco débil y enfermo, y nos estábamos preguntando si ibas a desplomarte entre nosotros... Estaban a punto de continuar con la charla intrascendente cuando la Dra. Granger se les acercó.

"Hermione, detesto hacer esto amor, pero tenemos que irnos. Se supone que vamos a vernos con unos familiares del pueblo para celebrar tu regreso, y tengo que recoger a Papá en la oficina. Me temo que si no nos vamos ahora llegaremos tarde."

"Mamá--!" comenzó a oponerse Hermione, pero Harry asintió y dijo, "Aprecio que se esperara, Dra. Granger."

"Es posible que se hayan quedado atrapados en el tráfico," ofreció la Dra. Granger. "Era un absoluto desastre cuando venía hacia aquí." Ella miró al muchacho especulativamente por un momento, considerando a su no tan complacida hija, entonces sacó una tarjeta de presentación de su monedero. Garrapateando e la parte posterior de ésta, se la tendió a Harry. "Son los números de teléfono de nuestra casa, la oficina y los celulares. Molly me ha dicho que se ocupará de ti, pero simplemente no se siente bien dejarte aquí así. Llámanos si necesitas algo," le instruyó, dándole a Harry la tarjeta. "Podemos regresar y recogerte si es necesario, o puedes tomar un taxi hasta nuestra casa."

"Gracias señora," le dijo Harry con una sonrisa de agradecimiento. Metió la tarjeta en el bolsillo de su camisa y después, se volvió hacia su amiga. "Adiós Hermione. Espero que te diviertas esta noche."

"¡Adiós, Harry!" le dijo Hermione, e hizo algo que no había hecho nunca: le dio un beso en la mejilla.

Harry y los Weasley miraron cómo se alejaban las Granger, después, la atención de Molly Weasley regresó hacia Harry. "Nosotros también tenemos que irnos Harry, querido." Dijo ella, pareció entonces tomar una decisión. "Supongo que tendrás que venir con nosotros."

Harry sintiño que su corazón se hundía cuando ella había comenzado a hablar, aunque era algo que había estado esperando hacía rato. Seguramente los Weasley tenían mejores cosas que hacer que quedarse de pie en la estación de King Cross con él. Después de todo, ellos y las Granger se habían quedado por más de una hora. Iba a comenzar a agradecerle por haberse esperado, cuando su cerebro comenzó a procesar la última parte de su declaración.

Una enorme oleada de alivio y alegría se abatió sobre él, porque deseaba desesperadamente no tener que volver a la casa de su tío. Aunque estaba renuente a admitirlo, Harry había sido profundamente agitado por los acontecimientos de la Tercera Prueba. Se había apoyado pesadamente en la paciencia de Ron y Hermione y en su compañía sin presiones desde que había salido de la enfermería hacía cinco días, y no estaba ansioso por ir a un lugar en el que era obvio que no lo querían. Vernon y Petunia Dursley y su hijo Dudley odiaban a Harry simplemente porque era un mago, y un "anormal" en su opinión.

Molly miró cariñosamente, cómo los ojos verdes de Harry comenzaron a brillar, pero después éste frunció el ceño, y una sombra pasó por su cara. Alzó la vista, inseguro. "El profesor Dumbledore me dijo que podía poner a todos ustedes en peligro," dijo suavemente, su decepción y preocupación se mostraban claramente. "No puedo –"comenzó a decir, pero ella no iba a escuchar nada de eso.

"¡No seas tonto niño!" gritó, y sus ojos marrones lo brillaban furiosamente. "¿has perdido todo tu sentido común? ¡No podemos dejarte aquí solo! ¡No sería seguro, incluso si Quien – Tú – Sabes no estuviera al acecho!" continuó ella, moviendo enérgicamente un dedo acusador. "¿Qué estás pensando? ¡No es posible decir qué podría pasar! ¡Podías sernos arrebatado debajo de nuestras propias narices y verte sujeto a quién sabe qué cosas!" Molly se detuvo por un momento, y le dirigió a Harry una mirada que usualmente reservaba sólo para los gemelos. "¡Y tan sólo para el caso de que lo hayas olvidado, es el deber de los adultos proteger a los niños, no al revés! ¿De dónde sacas tales ideas?" le exigió, dejando caer los brazos, exasperada.

Harry, por su parte, se encontró incapaz de hacer otra cosa más que mirar tontamente a la Sra. Weasley mientras que la fiera pelirroja expresaba su descontento con él. No estaba precisamente feliz de ser reprendido, especialmente enfrente Ron y los demás, pero esto era algo distinto a las reprimendas de tío Vernon y tía Petunia. Los Dursley a menudo declaraban en forma exagerada, el cómo lo habían dejado con ellos para ser una carga, y le decían regularmente cuan inútil y despreciable era. La diatriba de la Sra. Weasley, aunque no era precisamente agradable, definitivamente era mucho más fácil de acepta. Incluso aunque su tono amenazante lo hizo estremecer, Harry se maravilló de la calidez que sentía, tan sólo porque a ella le preocupaba.

"Bueno, supongo que esto lo hace oficial," anunció George, antes de que su madre pudiera continuar. Cuando el resto del grupo lo miró interrogadoramente, esbozó una sonrisa maliciosa y dijo, "Justo lo que esta familia necesitaba... ¡a OTRO hermanito!" El resto de los Weasley lo miró con sorpresa por algunos instantes, antes de prorrumpir en risitas.

Harry sonrió traviesamente a George, honestamente impresionado. Por lo que podía ver, interrumpir a la Sra. Weasley cuando estaba inspirada, era como tratar de detener una avalancha con las manos desnudas. Era obvio que George tenía mucha práctica en este arte.

"Parece que has perdido tu status de huésped, compañero," gritó Ron, dándole a Harry un golpecito en la espalda. "¡Ahora ella te dará tareas qué hacer y te regañará por tus notas!"

Harry se ruborizó un poco, y sonrió tímidamente, pues Ron y los gemelos comenzaron a especular animadamente sobre lo que se esperaría de él como nuevo miembro "oficial" de la familia. Incluso Giny hizo algunas sugerencias, para gran sorpresa de Harry, y las suyas eran las más creativas de todas.

Molly finalmente los calló, cuando las expectativas comenzaron a rayar en lo ridículo. "Creo que ya es bastante por hoy," dijo cortantemente, después de que Fred le dijo a Harry que lo encerrarían en el ático con el fantasma si se atrevía a poner un pie fuera de la línea. "Tenemos que terminar de cargar las carretiles e irnos. Arthur estará preocupado."

Harry miró a los Weasley apilar sus pertenencias en las dos carretillas restantes, que se veían atestadas e inestables. Normalmente se abalanzaría sobre cualquier excusa para pasar el tiempo con su familia mágica preferida, pero con Voldemort de vuelta...

Pese a lo mucho que deseaba ir, a Harry lo aterrorizaba la idea de poner a sus amigos en peligro. Podía lidiar con el asunto de que su propia vida estaba en riesgo, pero no las de ellos. Nunca las de ellos. Además, Harry había prometido a Albus Dumbledore que esperaría a que se 'hubieran hecho preparativos', antes de visitar a sus amigos. En qué consistían esos preparativos, Harry no estaba seguro, pero no había ni sombra de duda en su mente de que el astuto viejo mago sabría si lo desobedecía. El chico se encogió ante el pensamiento de desilusionar al Director. Tan sólo lo había hecho una vez, al principio de su segundo año. La grave expresión del profesor Dumbledore, y el reservado "Por favor, explícate por qué hiciste esto" de alguna manera era peor que los gritos más estruendosos.

Por otra parte, Harry no estaba seguro de poder convencer a la madre de Ron de dejarlo atrás, promesa o no promesa al profesor Dumbledore. Con toda honestidad, no podía descartar el que Molly Weasley podía simplemente echarle un encantamiento aturdidor y llevarse su cuerpo inconsciente encima de una de las carretillas si intentaba discutir. Ella tenía razón, después de todo. Probablemente ahora no era seguro para él quedarse solo, pero aún así...

Harry se pasó una mano por su ingobernable cabello negro con frustración. ¡Tenía que ser ése el día en que el tío Vernon llegara tarde!

"Está bien, queridos, entonces vamos," dijo la señora Weasley, dirigiendo a los cinco adolescentes hacia la salida.

Harry asintió distraídamente y agarró la manija de la carretilla. Echó una mirada por la plataforma antes de seguir a Ron... y divisó una figura familiar que caminaba hacia el punto en que se encontraba generalmente con los Dursley. Aparentemente, el tío Vernon había llegado, después de todo. Harry sonrió con alivio, entonces se detuvo brevemente y resopló ante lo absurdo de la situación. Nada como un pequeño dilema moral para llevar la molestia de regresar a Privet Drive. Al presente, estaba feliz de ver a su tío, por quizás la primera vez en su vida. Una ocasión histórica.

"¿Harry? ¿Estás con nosotros, querido?" Lo llamó Molly, dándose cuenta de que se había quedado atrás.

Oh. Oops. Harry corrió hacia la bruja regordeta. "M tío acaba de llegar, señora Weasley," dijo, sus emociones conflictivas se veían claramente. "Gracias por todo. Fue realmente amable de su parte el quedarse..." logró barbotar Harry, y bajó la vista.

El corazón de Molly siguió al del chico. Reprimió un suspiro, y se esforzó por sonreír alegremente. "Bueno, parece que se quedó atorado en el tráfico, después de todo."

Harry le dio una pequeña sonrisa. "Supongo," convino sin mucho entusiasmo.

La señora Weasley colocó nuevamente su mano sobre el hombro de Harry. "¿Quieres que te acompañemos?" Ofreció amablemente,

Harry negó rápidamente con la cabeza. "No, de todas formas gracias," rechazó cortésmente. Probablemente tío Vernon estará enfa- uh, apurado por irse." Harry no quería que los Weasley se vieran sujetos al mal geno del hombre. Además, Ron y los otros ya habían presenciado una reprimenda pública. Harry no estaba impaciente de que vieran otra. Incluso si tío Vernon no reprendía a Harry, ciertamente sería grosero con la señora Weaslwy y su familia por ser "fenómenos mágicos."

Los ojos de Molly centellearon peligrosamente.pareció que ella estaba a punto de decir algo, pero entonces cambió de opinión. "Bueno, te veremos pronto, hasta entonces Harry, querido," le dijo, abrazándolo otra vez. Mañana, si tengo algo que decir sobre ello. "Estaremos en contacto, y haznos saber si necesitas algo."

"Adiós Harry," dijo Ginny, girando su carretilla. "Te veré después, compañero," Ron le dio a Harry una leve palmadita en el hombro antes de seguir a su hermana. Fred y George se acercaron. "¡Adiós Harry, y gracias!" musitó George, mientras Fred, a su lado, asentía fervientemente con la cabeza. Harry les guiño un ojo, y despidiendo con la mano a los Weasley, continuar su camino. Miró hasta que dieron vuelta una esquina, entonces, se dio al vuelta y se dirigió a donde su tío Vernon estaba esperando.

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La primera cosa que Harry advirtió, cuando se aproximaba, era que Vernon Dursley estaba notablemente compuesto. Esto le pareció al muchacho muy extraño. En general, tío Vernon odiaba los retrasos, y reaccionaba en forma explosiva si tenía que hacer la más pequeña espera. Puesto que ya estaba retrasado una hora, Vernon debería haber estado tenso e impaciente, y no de buen humor. Realmente, Harry había esperado que irrumpiera como una tormenta mientras que les decía adiós a los Weasley. Cualesquiera que fuesen las razones de Vernon, Harry estaba contento de que eso no hubiera ocurrido. Ver a la señora Weasley contra el tío Vernon no era un espectáculo que quisiera atestiguar.

Deteniéndose a una respetuosa distancia del hombre, Harry esperó a que Vernon se diera por enterado de su presencia. Sin embargo, Vernon sacó el periódica de debajo del brazo y lo abrió de un tirón para leerlo, desentendiéndose del muchacho de cabello oscuro.

Esto no encajaba con la experiencia de Harry con su tío. En el mejor de los casos el hombre estaría mirando a Harry con odio por la molestia ocasionada en primer lugar. En el peor de los casos, estaría lanzando amenazas e insultos por entre los dientes apretados. La griterío vendría más adelante, después de que estuvieran en la seguridad del coche o en casa. Después de todo, no de podía hacer una escena en público. En cualquiera de los dos casos, debería estarse dirigiendo hacia la salida, no estar de pie, no quedarse de pie de esa manera. Harry alzó las cejas confundido, y se aventuró a acercarse un poco más.

Vernon echó un vistazo por encima de su periódico cuando Harry se aproximó hacia él. Le dio al muchacho un saludo cortés, antes de regresar a su lectura. Harry, mientras tanto, estaba casi al borde del shock. El hombre era aproximadamente del tamaño y coloración de Vernon, pero definitivamente no era Vernon. Era ovbio ahora que estaba más cerca, pero de lejos, no se había percatado de los detalles.

Cómo en el mundo había podido... ¡Mis lentes! ¡Mi prescripción debe haber cambiado! Pensó Harry con dificultad ¿Cuándo fue la última vez que me revisaron la vista? ¿La última revisión en la escuela muggle? ¿Qué edad tenía, de todos modos? ¿Ocho? ¿Diez? Al sentir los ojos de Harry sobre él, el lo miró por encima de su periódico. "¿Estás perdido muchacho?" le preguntó amablemente.

"¿Qué? Oh. N-no señor," Balbuceó Harry, saliendo de su aturdimiento. "Se supone que mi tío vendrá a recogerme. Usted se le parece, de lejos," intentó explicar, antes de terminar abruptamente, "Lamento molestarlo, señor." Le dio vuelta la carretilla e intentó una precipitada huida.

"No pasa nada," le dijo el hombre, antes de regresar a su lectura. Furioso consigo mismo por cometer un error tan estúpido, Harry caminó de regreso a la plataforma 9 ¾. Pensé brevemente en tratar de alcanzar a los Weasley, pero probablemente ya estaban muy lejos. Espero que tío Vernon esté aquí pronto, pensó Harry cansadamente, sentándose a esperar.