REALIZATIONS by Wishweaver.

Traducido por Ianthe.


Disclaimer: Ni Harry Potter, ni ninguno de los otros personajes, locaciones, o cualquier otra cosa mencionada en las obras de J. K. Rowling me pertenecen.


Capítulo 16: Tiempo de Sueños.

Sábado 15 de Julio de 1995.

Harry se frotó los ojos mientras estaba sentado en su escritorio, tratado de terminar con la correspondencia que había empezado antes de la cena. Su carta de "ejemplo", había sudo muy útil, aunque tuvo que contenerse para no copiarla palabra por palabra y enviársela a todos.

Su viaje de regreso al Caldero Chorreante desde la casa de Janet, había transcurrido en su mayor parte sin contratiempos, si se tomaba en cuenta que estaba como a una cuadra de su destino. Harry resopló un poco cuando terminó la carta para Hermione, decidiendo que probablemente no debería dar esa pequeña noticia. Sería difícil explicar por qué había estado en la calle, en Londres, después de obscurecido, y probablemente sus amigos no le creerían, de todas formas.

Una vez que Harry estuvo de vuelta en el Caldero Chorreante, había vuelto a entrar discretamente por la puerta de Londres. Otra vez la habían dejado ligeramente entornada, así que la había empujado suavemente para abrirla, sin hacer sonar las campanas. Distraídamente, había observado que el comedor estaba vacío. Una mirada al reloj le confirmó que Tom había dejado de servir la cena mientras que se había ido. Ahora todos los clientes estaban en el área de la barra.

Harry se había dirigido hacia la cocina, permaneciendo cerca de la pared, según su costumbre, pero Tom evidentemente había estado esperándolo. El Gryffindor se había propuesto volver a ponerse el delantal y comenzar a poner las cosas en orden esa noche, pero su jefe lo interceptó.

"No te molestes."

La voz del mesonero había sorprendido a Harry, haciéndolo congelarse en el acto de alcanzar la ropa. Por un momento horriblemente cómico, el muchacho se preguntó si lo estaban corriendo, pero el otro mago no parecía enojado.

"No queda mucho qué hacer," había continuado Tom, encogiéndose de hombros. "Hiciste un buen trabajo en mantener barrido el piso, y las mesas limpias esta tarde, y puesto que bajaste temprano, creo que has cubierto tus horas requeridas. Además, hay cerca de media docena de personas en la barra, que te vieron irte con las Wrights, y piensan que te has ido por ésta noche. Parecería extraño si aparecieras otra vez.

"Oh. Lamento eso."

"No pasa nada. Tengo que regresar a la barra, pero necesito hablar contigo de algunas cosas. No es nada horrible," le aseguró Tom rápidamente, cuando Harry alzó la vista agudamente. "¿Te importaría bajar un poco más temprano por la mañana?"

"No, para nada," había respondido el joven mago, y para su propia sorpresa, había sido sincero. Tenía una furtiva sospecha de que sabía qué era lo que Tom quería discutir, y encontró que no le molestaba darle al hombre algunas respuestas. El viejo mesonero había sido más que paciente con él.

Soltando la pluma, el muchacho estiró brevemente sus dedos, antes de coger un biscocho. Tom parecía sentirse mal por enviar a Harry a su cuarto, así que le había dado algunos panecitos de gengibre, y un poco de leche en un vaso encantado para permanecer frío, antes de hacerlo subir escaleras arriba.

No estando realmente de humor para hacer tarea, Harry había decidido intentar acabar sus cartas, y después hurgar un poco más en la caja de la casa de la señora Figg. Ahora comenzaba a preguntarse si podría permanecer despierto lo bastante para hacer algo. Era avergonzante estar cansado tan temprano -- si estuviera en La Madriguera, lo embromarían sin piedad -- pero mirando todo imparcialmente, había sido un día algo ocupado. Probablemente era seguro decir que había excedido la recomendación diaria de shocks: Fawkes, el paquete de Dumbledore, la caja de la casa de la señora Figg. el Sr. Malfoy, el Sr. Reed, la señora Wright y sus niñas... por no mencionar todo el desempaque, y estirones, y levantamientos y carreras que había hecho. ¡No era extraño que su cuerpo estuviera muerto de cansancio! Estentóreamente, trató de reunir fuerzas, pero nada parecía funcionar. Acababa de decidir abandonar todo e irse a la cama, cuando sintió un pinchazo familiar que lo hizo detenerse. ¡Uh-oh!

Harry hizo una mueca y se frotó distraídamente la cicatriz. Pensándolo mejor, no era el mejor momento para dormirse. Probablemente también estaba muy bien que Tom lo hubiera enviado a su cuarto. Después del par de semanas pasados, había aprendido a reconocer cuando su lazo con Voldemort estaba activo, y ahora era una de esas veces.

Hasta ahora, Harry había tenido suerte. Sabía, por reciente experiencia, que su cicatriz en forma de relámpago era capaz de infligirle un dolor cegador, en las circunstancias adecuadas. Habiendo experimentado ambas, a Harry le sería difícil decidir qué era peor -- el dolor de su cicatriz, o estar bajo la maldición Cruciatus. Afortunadamente, no había tenido que lidiar con ambas desde la noche de la Tercera Prueba. El "Espionaje" a su archienemigo no parecía producir más que un dolor como una quemadura en su frente. La intensidad variaba de acuerdo al humor de Voldemort, por supuesto, pero hasta ahora, no había sido nada que no pudiera soportar. En el mejor de los casos, apenas se sentía, en el peor, podía compararse con un dolor de cabeza provocado por una severa sinusitis, o a una gran tensión.

Harry había notado una cosa desde que comenzó a prestar atención, era que los síntomas iban acentuándose gradualmente, casi como si su lazo con Voldemort necesitara "calentarse", antes de funcionar correctamente. Pensando en el pasado, cuando trabajaba por las noches, no había sido tan molesto, pero ciertamente ahora se sentía agradecido por el retraso. Le daba tiempo para irse tácticamente si estaba hablando con alguien, y buscar algún lugar apartado donde pudiera pasar lo peor, y apuntar cualquier cosa que pudiera descubrir en relativo aislamiento.

Hablando de lo cual... Harry sacó su cuaderno, y anotó la fecha, la hora, y lo que podía percibir del estado emocional de Voldemort, mientras que sentía que el lazo se tensaba y comenzaba a vibrar de energía. Había considerado por un momento escribir directamente sobre los pergaminos encantados de Dumbledore para ahorrar tiempo, pero rápidamente desechó esa idea. Sus notas generalmente era alcanzó para su cuaderno, y anotó la fecha, tiempo, y qué él podría percibir de estado emocional de Voldemort mientras que sentía que su lazo con él comenzaba a tensarse y a vibrar por demasiada energía. Consideró brevemente escribir directamente en uno de pergaminos encantados Dumbledore para ahorrar tiempo, pero rápidamente desechó la idea. Sus notas generalmente eran demasiado desordenadas y sin sentido para que pudieran ser comprendidas por alguien además de él. Tan sólo terminaría desperdiciando una hoja del pergamino encantado, y terminaría teniendo que pasar todo, de todas formas.

Haciendo a un lado los pensamientos sobre el pergamino en su cabeza, el muchacho volvió a concentrarse en Voldemort. El mago tenebroso prácticamente se estaba relamiendo de anticipación, mientras que hablaba con alguien. Harry percibía las voces, pero las palabras, seguían siendo indistintas.

Un Voldemort satisfecho podía ser peor que un Voldemort enfadado, así que el muchacho se calmó, cerrando los ojos y frunciendo el ceño, concentrándose mientras que trataba desesperadamente de "oír", o lo que fuese. Ahora podía comprender las palabras, pero iban y venían. Era como escuchar una estación de radio que no captara la señal correctamente.

"Hora... Wormtail. Sev -- sss...activ...traslador," decía Voldemort. Un momento después, Harry atestiguó la parte del tartamudeante asentimiento de Peter. Ah. Entonces, Snape debía haber terminado la poción de memoria. No era extraño que Voldemort estuviera tan excitado. Si todo iba bien, pronto tendría la información que había estado esperando, Harry observó mientras que se le aceleraba levemente el pulso. Apoyó los codos en el escritorio y reclinó su cabeza contra sus puños apretados, deseando poder ser capaz de oír.

"¿Debo preparar el salón para la llegada de Snape?"

Harry no pudo contener un pequeño grito de asombro por el shock. Su conexión era más clara de lo que lo había sido nunca. Era como si Pettigrew estuviera en la habitación con él. El adolescente se quedó quieto en la habitación por un momento, pensando... sintiendo.

Extrañamente, se encontró recordando a Hermione, y la manera en que ella estudiaba con Ron y con él mismo, cuando estaban haciendo alguna tarea. A veces, Hermione les daba las respuestas, pero esas preciadas ocasiones eran raras. Lo más común era que ella les lanzara una serie de preguntas rápidas, destinadas a hacerlos pensar. ¿Qué está pasando? Se preguntaba frenéticamente. ¿Qué es distinto esta vez? ¿Es una falla? ¿Soy yo el que lo controla? ¿Puedo hacerlo de nuevo?

Voldemort no estaba respondiendo inmediatamente, así que Harry se aprovechó de esos pocos segundos de que disponía para determinarse. Había hecho algo, eso era claro. Estaba empapado por un ligero sudor, y el agotamiento le pesaba como si fuera de plomo. Ya desde antes se había sentido cansado, y había estado considerando la idea de irse a la cama temprano. Ahora, todo lo que se sentía capaz de lograr, era inclinarse hacia delante, y colocar su cabeza en el escritorio. Levantarse no era una opción. Su cicatriz, que tan sólo había sido levemente dolorosa hacía algunos minutos, le quemaba mucho más intensamente. Pensando en ello, Harry observó que una pequeña parte de su cerebro seguía siendo capaz de pensar lógicamente, siempre parecía dolerle más cuando la conexión era más clara.

¿Entonces eso era una pista? ¡Era tan difícil pensar! Generalmente, tan sólo... le dolía así cuando Voldemort estaba gritando, echando espumarajos de rabia, o bien, estaba cerca. Medio aturdido, Harry intentó seguir esa línea del razonamiento, sabiendo por instinto que él estaba muy cerca del borde.

O de un desmayo,

Harry resopló a pesar de su malestar, y se esforzó en seguir la pista. O sea, que tan sólo le dolía así, cuando el enlace funcionaba con la eficiencia máxima.

¿Máxima...? Espera. ¡Sí! Los ojos de Harry se abrieron de golpe cuando finalmente se dio cuenta de lo que debía hacer. De alguna manera, había aumentado el flujo de... ¿de qué? ¿Magia? ¿Energía? Lo que fuera. Hacía el enlace más fuerte, o bien una brecha.

O una interrupción.

Harry resopló a pesar de su malestar, y se forzó detrás en pista. Es decir lastimó solamente como esto cuando el enlace funcionaba en la eficacia máxima...

¿Máximo...? Espera. ¡Sí! Los ojos de Harry's volaron abierto cuando él finalmente realizó lo que él debe hacer. ¿De alguna manera, él había aumentado el flujo de... qué? ¿Magia? ¿Energía? Lo que. Él hacía el más fuerte en enlace, o bien extrayendo energía de Voldemort y llevándola, por la conexión, hacia sí mismo.

Precipitadamente Harry recordó algo que Dumbledore le había dicho el pasado curso. Había estado en la oficina del Director después de haber tenido aquél sueño en la clase de adivinación que había proporcionado el material para el artículo de Rita Skeeter de "Perturbado y Peligroso". Le había preguntado al profesor Dumbledore, si sabía por qué le dolía la cicatriz. La respuesta de Dumbledore, pareció confirmar sus propias sospechas.

(1) Me da la impresión de que te duele la cicatriz tanto cuando Voldemort está cerca de ti como cuando a él lo acomete un acceso de odio especial­mente intenso.

Realmente, tenía un cierto sentido retorcido. En el pasado, Harry no había nunca tratado de dejarse llevar cuando la conexión se volvía activa. Era más natural que luchara y se resistiera, o intentara bloquear o desalojar al intruso, especialmente cuando sentía como si su cabeza se le fuera a partir en dos.

¡En el pasado, había tenido que esperar hasta que el mago tenebroso había emitido energía suficiente para aprovisionar completamente la conexión!

Hablando de quién... Lord Voldemort finalmente estaba respondiendo al tímido pedido de instrucciones de Peter. Harry garabateó unas cuantas líneas en su cuaderno de notas, y después volvió nuevamente su atención a lo que decía el mago tenebroso.

"Severus no vendrá aquí. Nos reuniremos con él una localización alterna," dijo Voldemort, cortante. "Intenta relajarte, Wormtail. Si translador no lo llevará por la ruta más corta a su destino. Todavía tenemos tiempo."

Harry pasó saliva, y sintió una desacostumbrada punzada de condolencia por el gruñón profesor de pociones. Por cualquier razón, era claro que Snape no era afecto a viajar en translador. También era claro que Voldemort lo sabía, y prolongaba el viaje, simplemente porque podía hacerlo.

Espera. '¿Tenemos tiempo? ¿Trata de relajarte?' ¿Quién es éste y qué ha hecho con Voldemort? Harry estaba pensando que la amabilidad de su enemigo hacia Pettigrew parecía totalmente fuera de su carácter, cuando Voldemort habló de nuevo.

"La poción de memoria no será tan efectiva si estás tenso," comentó él. Hubo una pausa, durante la cual, Harry percibió que el señor tenebroso se inclinaba, hasta quedar casi nariz -con- nariz con el hombre más bajo, antes de gruñir, amenazadoramente. "Y saber cuánto detesto los retrasos."

Ah, bueno. Supongo que eso lo explica, pensó Harry borrosamente, haciendo una mueca de dolor cuando su cicatriz le dio un pinchazo particularmente fuerte. Su cabeza se sentía imposiblemente pesada, y apenas podía mantener sus ojos abiertos. Seguramente no le haría daño si se reclinaba por un momento, pensó fatigado, mientras doblaba los brazos sobre la mesa del escritorio y apoyaba la cabeza en ellos. Cerraría los ojos por un momento, después vería si podía averiguar cómo era que había logrado oír tan claramente...


"Entonces, ¿qué es eso de que Harry tiene un buen derechazo?" dijo traviesamente Arabella, mientras ella y sus huéspedes comían lentamente su pudín de melaza.

Sirius y Remus intercambiaron una mirada irónica, y los dos se rieron entre dientes, antes de que Sirius comenzara a contar la historia de cómo Harry y Hermione habían ido detrás de Ron Weasley, cuando Sirius lo había arrastrado hacia el pasadizo que había debajo del Sauce boxeador.

"Tengo que admitir que me sorprendió que me atacara de esa manera," dijo Sirius cuidadosamente, después sonrió. "Puedes decir que tuve una reacción muy pobre."

"Eso es un poco duro, ¿no Paddy? Aunque sea sólo porque casi lo noqueaste, y después trataste de estrangularlo..."

Black miró a Lupin, sus ojos indicaban claramente que 'veremos-si-te-vuelvo-a-contar-nada-otra-vez.' "Mira, no estaba pensando con claridad. Afortunadamente, los amigos de Harry, intervinieron antes de que se hiciera ningún daño a nadie." Arabella se sentó, aturdida, mientras que el merodeador continuó, contando todo el desbarajuste que había seguido.

"Pasé algunos momentos malos, cuando Harry estaba parado ante mí, con su varita," admitió Sirius. "Honestamente, creí que estaba lo bastante furioso como para matarme... o intentarlo cuando menos, Afortunadamente, el profesor, aquí presente, no incluyó la maldición asesina como parte de su plan de estudios para tercer año. De todos modos, afortunadamente al final no pudo hacerlo. Fue en ese momento cuando el calavera aquí apareció," sonrió, indicando nuevamente a Lupin.

Captando la indirecta, Remus siguió la historia.

Para cuando terminó, los ojos de Arabella estaban abiertos de par en par, y tenía la boca ligeramente abierta. "¿Dominó el encantamiento patronus a los trece?" preguntó débilmente, "¿Y ésa era la forma de animago de su padre?"

"Sí," dijo Remus, especulativamente, frotándose la barbilla. "Era un alumno excepcional, por lo menos en mi clase. Snape generalmente tenía algo poco halagador que decir sobre él en las reuniones del personal, pero nadie más parecía tener problemas con él."

Sirius resopló, y giró los ojos. "No hay sorpresas por ahí, Moony," le dijo, refiriéndose al profesor de pociones.

Remus se encogió de hombros. "No, eso no fue inesperado," convino, "siendo Harry el hijo de James y todo eso, pero a veces..." su voz se apagó, pensativamente. "Algunas veces, no tenía ningún sentido."

"¿Harry o Severus?" dijo con una mueca Arabella.

"Harry. No creo que ni siquiera Albus comprenda realmente a Snape." Dijo Lupin, girando los ojos y volviendo a sonreí. "Por ejemplo, Harry aprendió el encantamiento Patronus, una magia muy avanzada, en su tercer año. Dominó la maldición Imperios en su clase de DADA antes de Navidad, y otra vez, hace apenas dos semanas. Casi no se ha oído algo así. Todo lo que tienes que hacer es hablar con el niño por cinco minutos, y te das cuenta de que es brillante. Me atrevería a decir que tiene un talento mágico que excede al promedio, si no es que es excepcional, y vuela condenadamente bien, es el mejor que he visto."

"¿Entonces?" lo incitó Sirius, haciendo impacientes gesto de 'Y-entonces-cuál –es- tu-punto.'

"¿Entonces cómo es que Flitwick mencionó que inicialmente, él tenía problemas con el encantamiento convocador ayer, cuando hablábamos de la Primera Prueba? Comparado con lo otro, eso es cosa de niños. Harry debió haber podido hacerlo sin pensar."

"En ese entonces estaba pasando por un momento difícil," dijo Sirius, quitando un gato de su regazo, mientras que recordaba una carta de Harryn en la que le detallaba los eventos de la primera prueba. "Tenía miedo de que un lagarto enorme lo asara vivo, y Ron estaba siendo un pesado."

"De acuerdo, ése pudo ser un mal ejemplo," concedió Remus. "Pero ése no es un incidente aislado. El expediente escolar de Harry está lleno de inconsistencias como ésa. Algunas veces, hay cosas que lo detienen, como si hubiera perdido la pista, como si tuviera un bloqueo mental o algo. La cosa es, que muchas de ellas son relativamente simples -- cosas que pensarías que podía hacer incluso si lo distrajeran, o si su corazón no estuviera en ello."

"Eso es un asunto serio, Remus," lo desafió Sirius, no muy convencido. "Todos tienen sus fuerzas y debilidades. Harry puede tener problemas con algunas cosas que a ti te parecen fáciles."

"Tal vez," dijo el hombre lobo, sin parecer totalmente convencido. "Pero todavía me gustaría tener con él una pequeña charla, cuando hayamos podido traerlo de regreso."

"Creo que todos estamos haciendo cola para tener ese privilegio," dijo Black, severamente, también pareciendo insatisfecho. Se sacó de encima a otro gato. "Arabella, ¿no puedes hacer algo con éstos malditos felinos?"

Los labios de la señora Figg se crisparon, divertidos. "Me temo que no, Sirius. Les agradas, por alguna razón desconocida."

El ex - convicto gruñó en forma muy parecida a la de un perro, antes de transformarse precipitadamente, y dispersar a la media docena de gatos, ladrando en alta voz.

Remus y Belle se le quedaron mirando fijamente pro algunos segundos, cada uno sin creer en lo que Black acababa de hacer, entonces Remus prorrumpió en una franca carcajada, mientras que Arabella se sonrojaba, indignada. Padfoot, el perro negro y grande como un oso, ahora estaba sentado en el sofá, donde había estado Sirius, tenía la lengua de fuera, en una sonrisa canina.

"¡Realmente Sirius!" Lo regañó la señora Figg, echando un vistazo a la cocina, adonde la mayoría de los gatos habían huido. "¿Tenías que aterrorizar a las pobres cositas?" Esperando que Sirius regresara a su forma humana, se sorprendió un poco cuando al darse la vuelta encontró a Black todavía en su forma de perro. "¿Sirius?" Preguntó ella dubitativamente. Toda la postura del perro había cambiado. Su boca estaba cerrada, sus oídos estaban atentos, y tenía toda la actitud y postura de una alarma.

Remus, asimismo, notó el repentino cambio en el comportamiento de Padfoot. Calmadamente, colocó una mano sobre el enorme hombro del perro. "¿Paddy?" preguntó, inconscientemente oliendo el aire. El olor de Padfoot era el más claro, por supuesto. Moony casi podía sentir su repentina agitación. Aparte de eso, no estaba seguro de cuál era el problema. Los olores predominantes en la casa de la señora Figg eran el repollo, y los gatos.

Sin advertencia, Padfoot saltó repentinamente del sofá y se lanzó hacia la puerta del frente. Arabella y Remus miraron cómo olisqueaba la perilla de la entrada, y después bajaba la cabeza al suelo y olía la entrada, iba a la cocina, y de nuevo al cuarto. Deteniéndose un momento, se transformó. "Harry estuvo aquí... recientemente," dijo concisamente, antes de volver a transformarse, e ir pasillo abajo.

Remus y Arabella se miraron, preocupados. "¿Cuándo, Sirius?" exigió saber, mientras Black volvía a seguir el rastro de Harry, por el pasillo, al baño, a la cocina, y de regreso al primer cuarto. El animago no le hizo caso, inmerso en su tarea. Se detuvo delante de una mesita, y buscó algo con la pata. Gruñó, frustrado, después se detuvo brevemente y sacudió la cabeza. Transformándose, se inclinó con facilidad con su forma humana, y recuperó la nota que Harry había dejado para Arabella.

"Aquí," dijo, poniéndosela en las manos. "Los gatos debieron haberla tirado."

Arabella le echó un rápido vistazo al frente, antes de abrirlos, y sacar la nota. Sirius y Remus se colocaron de forma que pudieran leer por encima de sus hombros.

Querida señora Figg,

No creo que esperara oír de mí. Lamento no haberla encontrado. Me vine aquí sin aviso previo, cuando encontré que mis parientes habían puesto la casa en venta.

Probablemente se esté preguntando qué hacía aquí dentro, dado que usted está ausente, y todo eso. No puedo explicarlo muy bien. La puerta pareció reconocerme, y me dejó entrar, si es que eso tiene algún sentido.

Esto suena terriblemente estúpido, pero la razón principal por la que le escribo, es que aquí hay una caja en su sala con mi nombre en ella, que... bueno, quiere venir conmigo. Intenté rechazarla, pero no acepta un no por respuesta. No la abriré por un tiempo, por si incurrió en alguna equivocación. Si hay algún problema, por favor, envíeme una lechuza, y veré la forma de regresársela.

Sinceramente,

Harry Potter.

El trío se quedó quieto por unos momentos, antes de que Sirius hablara finalmente. "¿Echaste encantamientos de reconocimiento en la caja y la puerta?"

Arabella asintió. "Sí. Él no lo recuerda. No tenía dieciocho meses de edad cuando los puse. ¿Puedes decir cuánto tiempo ha pasado de que vino?"

"Un par de semanas, con un día o dos de diferencia," contestó Sirius, encogiéndose de hombros. Se pasó los dedos por el pelo, entonces abrió la puerta. Cambiándose nuevamente en Padfoot, siguió el olor de Harry a la calle, donde desapareció.

Mientras que él estaba afuera, Remus, subrepticiamente recuperó el olvidado sobre, y lo olió. Olía en gran parte a gatos, pro supuesto, y a Padfoot, y Sirius, y Arabella, puesto que eran los que lo habían tocado recientemente... pero, debajo de todo eso estaba el débil, y atormentado olor que Hocicos había identificado como de Harry. Remus lo olió de nievo, frunciendo el ceño. El olor de Harry no era exactamente como lo recordaba, pero eso era de esperarse. Sabía, a partir de su propia época en Hogwarts, que los olores de las personas cambiaban sutilmente a medida que creían y maduraban. Ahora que sabía lo que buscaba, y tenía una idea aproximada de dónde había estado el chico, podía también seguir los débiles rastros del olor de Harry en la casa de Arabella, y...

Remus se congeló. ¿Era ese Harry, el que había percibido en el Caldero Chorreante? Olió el sobre de nuevo, considerándolo cuidadosamente. Se parecía mucho. Muchísimo, maldición. ¿Pero cuándo Habría tenido Harry ocasión de visitar el lugar mágico? Si sus parientes le tenían fobia a la magia, como decían los demás, probablemente no querrían acercase.

"¿Qué pasa Remus?," preguntó la señora Figg, mirándolo de cerca.

Remus se dio la vuelta para mirarla de frente, todavía claramente, tratando de procesar algo. "¿Recuerdas ese olor que percibí en el Caldero Chorreante?"

"¿Sí?"

"Creo que era de Harry."

¿Qué sobre Harry?" Remus dio un brinco ante el sonido de la voz de Sirius. Había estado tan atento en el sobre, que no había notado cuando Black había vuelto a entrar, y había cerrado la puerta detrás de sí.

"Percibí un olor que no pude identificar de inmediato en el Caldero Chorreante, cuando fuimos por la comida." Remus señaló el sobre. "no estoy 100 seguro, pero creo que puede ser que haya sido Harry."

"¿Supongo que es esperar demasiado el que pudieras determinar la antigüedad del olor?"

"Me temo que sí."

"Bueno, bueno, Padfoot tendrá que darse una vuelta," indicó Sirius, andando a grandes zancadas hacia la chimenea.

"Espera Sirius. Harry habría podido visitar el Caldero Chorreante a su salida de la ciudad, por lo que sabemos, y su nombre no estaba en el registro de huéspedes. Yo miré," dijo Arabella, cogiéndolo del brazo.

"¿Qué encontraste afuera?" preguntó Remus cuidadosamente, dividiendo la atención de su amigo.

Black frunció el ceño, echando un vistazo hacia la puerta. "Seguí la trayectoria que siguió calle abajo, después, su rastro simplemente desaparece. La ruta que siguió para llegar aquí desde Privet Drive era esporádica, y difícil de seguir. El olor parecía y desaparecía. ¿Cómo ha estado el clima?"

"La agente de ventas con la que hablé, mencionó que Little Whinging ha tenido mucha lluvia últimamente," se apresuró a proporcionar Arabella, sorprendida por el repentino cambio de conversación. "Evidentemente, interfirió con sus muestras de la casa."

Padfoot y Moony asintieron secamente. Eso explicaba muy poco. "La molestia de la lluvia puede haber desperdigado un poco el rastro," explicó Remus amablemente cuando Belle pareció confusa. "Si a Harry lo sorprendió un chaparrón repentino, o al darse prisa por alguna razón, habría podido pasar por algunos charcos en su camino hacia aquí."

"Aunque no entiendo la forma en que su olor desaparece en la calle," dijo Sirius, pareciendo perturbado. "Debería haber podido percibir rastros de su olor, incluso si se subía a un auto."

"¿No es un poco demasiado, Paddy? Bajo circunstancias normales, sí, ¿pero con la lluvia?"

"No dije que pudiera seguirlo. Dije que habría podido percibirlo," aclaró Sirius, poniéndose delante de la chimenea. "¡Es como si se hubiera aparecido o desaparecido!" Se detuvo con una mirada sospechosa en su cara. "¿No puede aparecerse todavía, o sí?"

"No que yo sepa."

"¡Espera, lo tengo!" Exclamó Arabella. "Justamente estábamos hablando de ello en Hogwarts. ¡El Autobús Noctámbulo! Quizá venía a decir adió. ¡Quizá cogió el Autobús Noctámbulo para echarle un último vistazo a todo!"

O quizá no se fue con sus parientes," dijo Black, seriamente. "Pero si eso es cierto, ¿por qué no se puso en contacto con nadie?" Movió la cabeza, impacientemente. "¡No tiene ningún sentido!"

La sala de la señora Figg se quedó en silencio durante algún tiempo, mientras sus inquilinos trataban de figurarse qué hacer. Finalmente, Remus habló. "Parece que no tenemos evidencia lo bastante sólida para probar nuestra teoría, de ninguna forma. Albus se está encargado del asunto de Australia. Contactemos a Arthur por la mañana, y trabajaremos en la otra posibilidad." Se encogió de hombros. "Si tenemos razón, ya estaremos trabajando en ello. Si estamos equivocados, no causaremos ningún daño. Podemos comenzar en King's Cross. Veamos si podemos seguir sus movimientos. Comprobemos los destinos del Autobús Noctámbulo. Quiero decir que, ¡él es Harry Potter, por decirlo así! ¡Alguien debe haberlo notado!"

Arabella Figg asintió con la cabeza, después se dirigió hacia la puerta. "Eso me suena factible, Remus. Mientras tanto, debo ir a poner esos encantamientos que quería Albus en el antiguo hogar de los Dursley. ¿No quisiéramos que la vieja casa de vendiera ahora, o no?"


Harry realmente no había pretendido quedarse dormido. Tan sólo había querido reclinar la cabeza, y cerrar los ojos por un momento. Mantener la conexión era más difícil de lo que pensaba, y su cicatriz protestaba ante sus esfuerzos, ardiéndole furiosamente.

Realmente, cuando puso la cabeza entre sus brazos, la presión contra su frente le había ayudado algo. Harry había considerado que ayudaría a enfriar la cicatriz apretándose el vaso encantado con la leche contra sí, pero no estaba seguro de que podría coger el vaso con firmeza.

Ciertamente era una sensación extraña. Harry había pensado que quedarse dormido interrumpiría su espionaje de Voldemort y Wormtaul, pero ése no había sido el caso. Las voces que escuchaba, habían bajado de intensidad, pero ahora, su mente inconsciente le proporcionaba imágenes.

La misma sensación de viajar que había experimentado en otro sueño, la sintió ahora. Antes había soñado que montaba en un enorme búho real, pero esta vez, se elevó en el cielo hacia la ahora familiar casa cubierta de hiedra en la cima de la colina, sobre la espalda de algo que parecía una versión agrandada de Fawkes el fénix. ¡Ahí es donde está Voldemort! Observó Harry repentinamente, cuando circundaron la casa. ¡Ahí debe tener sus cuarteles generales!

Sí, novato, ésa es la guarida de la Serpiente. No nos quedaremos mucho, indicó una voz que tan sólo podía pertenecer al pájaro de fuego, escarlata y dorado.

Antes de que Harry pudiera atinar a responder, Fawkes se lanzó en picado hacia la casa. Como fantasmas, se deslizaron a través de la pared, y observaron, asomándose cerca del techo, mientras que Voldemort y Wormtail se preparaban para irse. Los otros magos no estaban haciendo nada inusual, así que Harry echó un vistazo a su alrededor, buscando alguna pista en cuanto a su ubicación. Tan sólo se detuvo cuando le llegó el débil sonido de un Translador activándose.

Parpadeando, Harry se quedó mirando el lugar donde había estado el par. ¡Hey! Pensó irracionalmente. ¡Regresen! ¿Cómo voy a espiarlos si se van así! Haciendo rechinar sus dientes, de frustración, Harry se movió en la espalda de Fawkes, mientras que el pájaro, se lanzó hacia el suelo. Eso nunca había pasado antes. Era muy extraño. Bueno, supongo que podría dar una vueltas por el lugar, ya que estoy aquí...

Podrías, novato, pero, ¿con qué propósito? ¿No crees que observar al mago tenebroso es mucho más importante en ésta juntura?

"Bueno, sí, pero no sé dónde ha ido,"dijo Harry, encogiéndose desamparadamente de hombros. "Usualmente el sueño me lleva a donde él está, y me quedo ahí hasta que sucede algo que me despierta."

Te ayudaré con la segunda parte de tu viaje, novato, Informó Fawkes al aturdido mago que tenía a su espalda, aleteando sus poderosas alas, y saliendo de la misma forma en que había entrado.

Harry encontró con que podía hacer poco más que aferrarse a la espalda del pájaro de fuego, pues Fawkes giró y se dirigió bruscamente hacia el sureste. "Erm, discúlpame, pero ¿adónde vamos?" aventuró finalmente, notando que la tierra pasaba a una velocidad demasiado rápida para poder verla.

Te llevo a tu siguiente medio de transporte, contestó Fawkes, sonando divertido. Y aquí est.

Frunciendo el ceño, Harry miró con fijeza hacia abajo, y sintió lo que parecía ser una corriente de viento visible, o la estela de un jet. No le gustaba su apariencia. Para nada, en lo más mínimo. Pasando saliva nerviosamente, aventuró. "Fawkes, ¿exactamente qué es esa cosa?"

Él sintió, más que oyó, el suspiro compasivo del fénix. Es un rastro del Translador, novato. Te llevará a su destino final.

"¡Espera!" dijo Harry, mirando el brillante rastro debajo de él con desconfianza. "¡Tiene que haber otra forma!" gritó frenéticamente. "¡Por favor, Fawkes! ¡No!"

Hasta la próxima vez, Harry Potter, dijo el fénix tristemente, antes de desaparecer en una explosión de llamas.

Demasiado aterrorizado para gritar, Harry se encontró cayendo libremente cuando los últimos restos de Fawkes desaparecieron en el aire. ¡Despierta! Se dijo, cuando se encontró con el rastro del Translador que lo rodeaba. ¡DESPIERTA!

Obviamente, su cuerpo no hizo caso de la sugerencia, y siguió durmiendo en el Caldero Chorreante, porque antes de lo que hubiera querido, puso un pie en la magia que tenía debajo de él. Al principio pensó que se caería junto con ella, y continuaría hasta que diera contra la tierra, pero al segundo que la tocó, la corriente lo cogió y fue barrido a lo lejos en acometidas de color y sonido. Mientras que lo arrastraba desamparadamente hacia Quién-Sabe-Dónde, Harry apretó los dientes, resuelto a no grita, o quizás a elevarse. Generalmente no era propenso a marearse, pero ésta brusca caída, girando, con la cabeza colocada donde deberían estar los talones, era bastante para poner a prueba el estómago más fuerte.

Era incluso peor que viajar por polvos Flú.

Débilmente, se percató de que no estaba sólo. De vez en cuando, cuando miraba en la dirección correcta, y tenía los ojos abiertos y no demasiado húmedos, podía percibir a una figura delante de él. Estaba demasiado lejos para establecer la identidad de su misterioso compañero, pero a juzgar por los trajes que usaba, Harry estaba dispuesto a aportar que estaba siendo arrastrado detrás del profesor Snape.

De acuerdo, esto es una pesadilla oficial, pensó Harry, cuando él falló al tratar de colocarse en forma correcta, y alejar su mente de su revuelto estómago. Ya sabía que Snape estaba dando un rodeo con el translador, en su ruta hacia algún destino desconocido. Tan sólo era la justa ley de Murphy que él, Harry, se viera "invitado" a ir a lo largo del paseo.

El viaje continuó de forma similar por varios minutos, antes de terminar en forma muy repentina. Un momento, Harry estaba hundido en el ondeante, ajetreante remolino que era la estela del translador, y al momento siguiente... Nada. Harry giró unas cuantas veces más, antes de detenerse, y abrir los ojos cautelosamente.

Al principio, se dio cuenta de que flotaba algunos metros sobre la tierra oscura. Las estrellas y la luna sobre su cabeza, proporcionaban poca luz, pero donde él estaba, era lejana. La única muestra de habitación humana, era una pequeña cabaña, desmantelada, con una luz en la ventana. Con suerte, era ahí donde terminaba el viaje.

Bien, entonces, pensó Harry, reuniendo su valor, y preparándose para acercarse a la cabaña. ¿Vamos a ver qué es lo que está haciendo Lord Voldemort?

Le tomó algunos momentos darse cuenta de que no estaba yendo a ninguna parte. Evidentemente, cuando uno está flotando, el caminar deja de ser un método de locomoción eficaz.

Harry alzó una ceja, ante este nuevo descubrimiento, después movió la cabeza con impaciencia. ¡No tenía tiempo para eso! Snape y Vordemort probablemente ya estaban interrogando a Pettigrew. Alzó la mano, pretendiendo pasársela por el pelo, pero se detuvo, distraído, cuando notó algo, la, erm, condición transparente de ese miembro de su cuerpo. ¡Eso nunca le había sucedido antes! Bueno, no lo había pensado, de todos modos.

Harry frunció el ceño, mientras que miraba fijamente a través de la parte posterior de su mano. Tenía la sensación de haber volado y viajado a la ubicación de Voldemort en el pasado, pero esta vez era diferente. Por una cosa, se sentía despierto. Era como estar en dos lugares a la vez. Se percataba de sus actuales alrededores, por supuesto, pero al mismo tiempo, sabía que su cuerpo estaba todavía dormido en Londres.

Harry se frotó las sienes, complacido de que pudiera hacerlo, y decidiendo que todo era más que extraño.

Por supuesto, era posible que realmente estuviera soñando, y por lo tanto preocupándose por los detalles conjurados por su propia imaginación retorcida. Aliviado por lo que parecía ser una explicación racional, Harry se aferró a ese pensamiento. Estaba soñando. Era obvio, realmente. Acababa de ver a Fawkes, y Fawkes había aparecido también con un translador, ya que pensaba en ello. En cuanto, al rastro, alguien -- ¿Hermione? ¿O tal vez el Sr. Wealey? -- le había explicado una vez el funcionamiento de los transladores. El viento y los colorea que se experimentaba, eran tan sólo un efecto, de verse llevado a gran velocidad por el dispositivo mágico.

La única cosa que el adolescente no podía explicar era la misteriosa sensación de estar, de alguna manera, ausente de su cuerpo. Después de estudiar la sensación por algunos momentos, Harry se dijo que eso era probablemente algo similar a lo que los astronautas muggles experimentaban al caminar en el espacio. Estaba flotando, al parecer ingrávido, y parecía haber algo, como una soga de seguridad, anclándolo a su forma física.

Girándose para mirar sobre su hombro Harry podía apenas percibir una ligera luz plateada que parecía originarse a su espalda, y se extendía por detrás, antes de desaparecer en la noche.

¿Era ese misterioso halo lo que le impedía moverse¿ Harry no estaba seguro, pero no lo creía así. De hecho, no podía quitarse la absurda idea de que debería reconocer era sensación. Algo importante que debería saber. ¿Era algo que había leído? ¿Algo que había sido mencionado en clase?

Dando un profundo suspiro, Harry finalmente decidió que era algo de lo que se preocuparía más tarde. Quizá, si se acordaba cuando despertaba, podría averiguarlo. Ahora tenía problemas más acuciantes -- como tratar de figurarse cómo se suponía que debía moverse ahora que era transparente, estaba flotando, y tenía una cierta clase de extraña luz mágica.

Pasando su mano por el revuelto cabello negro, el chico consideró el problema. ¿Si no podía caminar, quizás... nadar? ¿Saltar? ¿Arrastrare? Harry intentó todo, sin éxito, y sentía que su frustración aumentaba. La cabaña parecía llamarlo con su proximidad. Si esto ocurriera bajo circunstancias normales, y él tuviera ambos pies apoyados firmemente en la tierra, habría podido cruzar la escasa distancia en unos segundos.

"¡Oh, es para ponerse a gritar!" Estalló finalmente. "¡Tan sólo quiero llegar ahí!"

Y así fue.

Parpadeando, sorprendido, y sintiéndose un poco desorientado, Harry descubrió que se había movido. ¡Hombre, se había movido!

Ahora se asomaba por la ventana de la cabaña, con al cara muy cerca del vidrio. Distraídamente, se preguntaba si así era como se sentía el aparecerse. Un brazo, con el cual había señalado la dirección deseada, ahora atravesaba el vidrio. ¡Whoa! Pensó Harry, doblando el brazo de forma que su mano fuera visible y moviendo los dedos. Se sintió satisfecho al observar que no había daños visibles en la ventana, o en su piel. De hecho, le recordaba a cuando pasaba por la barrera encantada en la plataforma 9¾.

Solamente que ésta vez él era el transparente y la pared era sólida.

Por lo menos, ahora podía ver el interior. Voldemort estaba sentado en una silla, y Snape se arrodillaba a sus pues. Le llevó un momento al muchacho el ubicar a Pettigrew. Estaba acurrucado en una esquina, a un lado. Tratando no ser notado, pensó Harry, interpretando correctamente el comportamiento de Peter. Vagamente, se preguntó si él habría parecido tan asustado y patético cuando todavía vivía con los Dursley. Por lo menos igual, probablemente peor, decidió, arrugando su nariz.

Bufando impacientemente, alejó rápidamente sus pensamientos de Privet Drive, y volvió a concentrarlos en su profesor de pociones La voz de Snape eran murmullos indefinidos, igual que la de Voldemort. Su cicatriz todavía le ardía ferozmente, pero la conexión no parecía estar activa en ese momento. Naturalmente se quejó Harry malhumoradamente, girando los ojos. Cuando uno quería que la maldita cosa sirviera...

Entonces tendría que lograr acercarse más. Todo lo que tenía que hacer era figurarse cómo lo había hecho antes.

Realmente, observó Harry, al principio, no había hecho nada. Había estado tratando de figurarse cómo moverse... nada de lo que intentó funcionó... había estado flotando como un enorme globo de helio... hasta... hasta...

Hasta que perdí la compostura. Harry alzó una ceja, reconsiderando. No, hasta que me concentré en la cabaña y deseé estar all. ¿Era eso todo lo que se necesitaba? Seguramente no. Parecía demasiado simple.

Bueno, nunca lo sabría a menos que lo intentara. Encogiéndose de hombros, Harry se concentró en la pared, y vacilante, se concentró en moverse hacia delante. Complacientemente, comenzó a atravesar la pared, pero a una velocidad sumamente lenta. ¡Maldita sea! Pensó Harry, cuando miró a Snape convocar y transformar algunos trozos de leña. Había visto orugas más rápidas en el jardín. ¡Adelante! Pensó, más insistentemente. ¡Más rápido!

Asombrosamente, funcionó. Al minuto en que su cabeza atravesó la pared, Harry pudo una vez más oír la conversación. "Bébete esto," dijo Snape, tratando con un Peter claramente renuente, sus palabras eran abruptas y concisas. Harry giró otra vez los ojos. Lindo, pensó sarcásticamente. Obviamente el profesor de pociones de Hogwarts no creía en perder el tiempo con cumplidos, o palabras tranquilizantes.

Realmente, observó Harry. Realmente no estaba en la mejor posición de ventaja. Antes de eso, cuando tenía sueños o visiones, o cualquier cosa que Voldemort le facilitara, tan sólo había tenido que coger lo que conseguía. En uno de esos sueños, nunca había visto en ninguno de ellos al mago tenebroso, tan sólo lo había oído al hablar. Ahora, que parecía poder moverse alrededor, de cualquier forma casual. Aunque era extraño. Parecía tener que enfadarse para moverse a cualquier velocidad. ¡Seguramente eso no era lo correcto!

Decidiendo intentarlo de nuevo, se concentró en donde quería estar, y se ubicó. Esta vez, las cosas fueron más fáciles. En vez de sentirse arrastrado lentamente hacia delante, o de materializarse repentinamente en una ubicación distante, se estaba acercando a un ritmo que se asemejaba a su paso normal, se alguna manera le recordaba a Sir Nicholas de Minsy-Porpington, y a los otros fantasmas de Hogwarts. Así que entonces no necesariamente tenía que estar enfadado, tan sólo... confiado. El pensamiento de moverse tenía que ser una orden segura, no una vacilante súplica.

Interesante, pensó Harry, guardando esa pequeña información para referencias futuras, mientras se movía hacia donde podría ver mejor, y se metió en el interior, para observar.

(1) Extracto de Harry Potter y el Cáliz de Fuego de J.K. Rowling.


Gracias a Xela, Caroline Holish , así como a Remus-Lupin-black-darkq, Maniática Lovegood y a Gandulfo por alertarme de errores en el archivo que creía completo, lo guardé en unidad de disco de 3 y medio, y al parecer no se guardaron todos los cambios por falta de espacio.