Aclaraciones y Créditos: Ni Harry Potter y ni ninguno de los otros personajes, hubicación o cualquier otra cosa mencionada en los libros de J. K. Rowling son míos. Pasar los cerdos es un juego producido por MB. Copyrighted en 1995 por las empresas de David Moffat. Los derechos de copyright fueron adquiridos en 1995 por la Hasbro International inc..
Gracias especiales a mi talentosa y dotada lectora Beta, Bored Beyond Belief.
REALIZATIONSpor Wishweaver.
Traducido por Ianthe.
Capítulo 22 Cuidado de niños 101¿Esta Cosa Viene Con Instrucciones?
Harry alzó la vista de la lista que estaba leyendo, y sonrió al oír los sonidos de salpicaduras y chillidos que llegaban del cuarto de baño. En ese momento, estaba sentado en el sofá de la sala de las Wright, esperando a tener "vía libre" para subir y tener una lección práctica del fino arte de cambiar pañales. El muchacho movió la cabeza cariñosamente, a medida que continuaba leyendo. A primera vista, el cuidar niños le había parecido bastante simple, pero rápidamente estaba descubriendo que había mucho más de lo que pensaba.
Todo había comenzado el día anterior, cuando las Wirght se detuvieron en el Caldero Chorreante. Harry esperaba que tan sólo tendría que sentarse a arreglar algunos detalles de último momento, pero Janet lo había sorprendido. Obviamente, ella y Tom se habían puesto de acuerdo en algún momento, así que en vez de vérselas con algunos detalles sueltos, lo que le habían presentado a Harry esencialmente era un itinerario.
El adolescente giró los ojos ante el recuerdo. Parecía que sus planes, eran completamente demasiado simplistas. Esperaba caminar a lo de Janet, quedarse un rato, y nuevamente regresar caminando al Caldero Chorreante. La versión de ellos de los acontecimientos era un poco más detallada. Primero, Janet iría a recogerlo y los llevaría a todos a comer, antes de volver a su casa. Una vez allí, bañaría a las niñas y las dejaría listas para ir a la cama antes de dejarlas a su cuidado y de salir para el aeropuerto. En vez de regresar al Caldero Chorreante cuando ella volviera, le habían informado a Harry, que se quedaría esa noche, y además, puesto que el día siguiente era generalmente el "día libre" de Harry, Tom le dijo que no tenía que darse prisa en volver.
Atrapado entre la diversión y la exasperación, había alzado a los dos una ceja, y les había preguntado secamente si necesitaban consultarle algo. Janet había parecido un poco contrita, pero Tom se había dado teatralmente una palmada en la frente, y lo interrumpió rápidamente, antes de que Harry pudiera decir otra cosa.
"Es culpa mía, Sparky," declaró, aparentemente avergonzado. "Janet estaba preocupada acerca de cómo podrías llegar con seguridad a tu casa, si no querías pasar la noche en la casa de ella. Ella no sabe cuánto tiempo se tardarày no está segura de a qué horas podrían ir a recogerte tus guardianes."
Oh. Sin decir palabra, Harry simplemente parpadeó por la sorpresa. Nunca se le había ocurrido que Janet se preocuparía de cómo él regresaría a "su casa". Había asumido que se esperaba que se las arreglara a su modo, igual que había esperado caminar hasta el Caldero Chorreante. Mirando la agenda que tenía en sus manos, Harry se sintió repentinamente agradecido por los extremos a los que Tom debía haber llegado para asegurarse que Janet se sintiera cómoda con los arreglos para cuidar de las niñas sin revelar nada que Harry no quisiera que la gente supiera.
"Todos somos conscientes de que puedes cuidarte solo, y si el marido de Janet se esperara que llegara más temprano, eso no sería un problema," continuó Tom con suavidad, como si estuviera refutando una discusión que hubiera expresado Harry. "Si recuerdas, discutimos la posibilidad de que caminaras de regreso al Caldero Chorreante y pasaras aquí el resto de la noche, pero en vista de lo tardío de la hora, simplemente tenía más sentido que te quedaras con los Wright y caminaras de regreso por la mañana. Se suponía que tenía que habértelo dicho, solamente que se me fue de la mente por completo," terminó él, disculpándose.
Harry se había visto forzarse a morderse el interior de la mejilla para evitar el echarse a reír ruidosamente. En vista de que nunca habían tenido ninguna discusión, su respeto por las habilidades de Tom para inventarse historias creció diez veces más.
"Tom dijo que lo tarde de la hora era motivo de preocupación, y tus guardianes preguntaron si todavía pasarías la noche en mi casa. Pensé que lo sabías, Jimmy," agregó Janet seriamente, alargando su mano. "No quisimos lastimar tus sentimientos o dejarte fuera. ¿Nos perdonas?"
Tan pronto como se dio cuenta de que Tom había estado tratando de evitar que Janet descubriera incómodos hechos, Harry se había pacificado. La historia de Tom realmente era lindamente precisa, ya que pensaba en ella. Si se hubiera procurado el trabajo mientras todavía estuviera con los Dursleu, tío Vernon y tía Petunia ciertamente querrían que se quedara en la noche. El hecho de que se habrían preocupado más por su propio descanso que por su seguridad no necesitaba ser sacado a colación.
No obstante, hizo el papel del "adolescente disgustado," girando los ojos dramáticamente, y murmurando un "de acuerdo", en su mejor tono de "condescendencia", antes a aplacarse y estrechar la mano de Janet con una sonrisa.
Frunciendo un poco el ceño, Harry se pasó una mano por el pelo, y dejó escapar un suspiro. No podía negar que el "plan" había tenido mucho sentido, y había bordeado algunos de los puntos más sensibles, pero todavía se sentía incómodo de engañar a su nueva amiga de ese modo. Tratando de hacer caso omiso de su conciencia que le regañaba, el muchacho se re enfocó en el papel. Sabía que Janet encontraba extraña la manera algo rigurosa en que evitaba hablar de su 'familia'. Aunque no había forzado el asunto, y por eso se había sentido agradecido. El hecho era, que era muy fácil y rápido hablar con ella y hablar de más. Si se iba de la lengua y le contaba la verdad, no estaba seguro de que ella guardaría su secreto. De hecho, le parecía mucho más probable que ella pretendiendo ser amable lo delatara a las autoridades.
Frustrado por dar vueltas en círculo en torno a ese problema, Harry movió la cabeza y se rió entre dientes, cuando un muy indignado grito de Becky diciendo "¡Patito, mi patito!" lo trajo de nuevo a la realidad. Estaba siendo estúpido. Le caía bien a Janet y todo, pero probablemente, ella no se involucraría en sus asuntos. Ella tenía su propia familia de qué preocuparse, y de todos modos hasta ahora había sido una tarde agradable. No tenía sentido meterse en problemas.
Relajándose un poco, Harry continuó repasando nuevamente los acontecimientos de esa tarde en su mente. La cena había sido rápida y casual. Después de una corta discusión, (¡en la que se le había permitido votar!) se habían detenido en uno de los restaurantes de hamburguesas situados entre la casa de Janet y el Caldero Chorreante. Harry había gozado inmensamente. Casi no había tenido oportunidad de probar la comida rápida muggle, desde que Hagrid lo había llevado al Callejón Diagon en su onceavo cumpleaños. Aparte de eso, con muy pocas excepciones, no había tenido más que comida de pub en el Caldero Chorreante desde el inicio de las vacaciones de verano. Se sintió culpable y con la sensación de ser el mocoso más egoísta del planeta, pero después de tres semanas de comidas sólidas, Harry se encontró anhelando un poco de variedad. La comida de Tom era buena, e infinitamente mejor de la que acostumbraba alimentarse en el verano, pero no obstante se sentía agradecido por el cambio de escenario.
EL regreso a la casa de los Wright también había sido una agradable sorpresa. La primera vez que había ido, Janet había sido amable y hospitalaria, pero precisamente no se había ocupado mucho de él. Por supuesto, el hecho de que trataba de desempacar tantas cajas como fuera posible en ese entonces, podía haber tenido algo que ver con ello. Po cualquiera que fuera la razón, esa visita fue ligeramente distinta.
Cuando Janet le mostró los alrededores, cerciorándose de que recordaba la ubicación de la casa y de precisar dónde estaban cosas como dónde se guardaba el botiquín de primeros auxilios, Harry notó que ella se había tomado algún tiempo para prepararse para su llegada. No era nada llamativo o evidente, pero no obstante las pequeñas muestras de bienvenida estaban presentes; desde la acogedora cama preparada a un lado del sofàel nuevo paquete recién comprado de sus galletas preferidas en la mesa de la cocina.
Harry hizo el papel a un lado con una alegre media sonrisa. Janet sabía que él no tenía ninguna experiencia anterior, y que estaba un poco nervioso de ser la única "persona mayor en la escena." Ella le había aligerado el humor y lo había calmado perceptiblemente al darle a leer una colorida hoja impresa. Era un pequeño e ingenioso papel titulado "La cobija de la cuna de Las niñeras," que tenía espacios para que los padres pudieran los números de contacto, las instrucciones de rutina y las de emergencia, y cualquier información adicional que quisieran compartir.
"Lindo¿no?" Encontré esos hace un par de años, y a todas mis niñeras les ha gustado," le había dicho ella, sonriendo ante su reacción cuando leyó el título. "Echa un vistazo a eso mientras que baño a las niñas y veré si tienes alguna pregunta." Ella comenzó a irse, pero después se detuvo brevemente y lo miró con una desconcertada sonrisa." Lo siento si me excedí un poco," dijo, señalando el papel que estaba lleno en la parte superior, la parte del frente y la de atrás con letra cursiva. "No estaba segura de qué necesitabas saber, así que calculé que demasiado era mejor a que no fuera suficiente," dijo ella con un encogimiento de hombros. "Sólo coge lo que necesites y deja el resto."
Obviamente ella había temido que pudiera sentirse insultado, pero Harry habría podido besarla. Tenia una tonelada de preguntas que quería hacer, pero cada vez que lo intentaba, las palabras se le enredaban desesperadamente en la garganta. Ni siquiera habría sabido expresar correctamente algunas de ellas. Ese papel se había encargado de muchas de sus preocupaciones bien, de cualquier forma esperaba que fuera lo bastante como para sacar adelante la tarde- Todavía mejor, las instrucciones eran claras y detalladas sin meterse con él o patronizar. Simplemente definiendo cosas.
Ahora podía oírse una fresca ronda de risitas y salpicaduras se podía oír de arriba. Harry alzó la vista al techo y sonrió de nuevo. Evidentemente se había resuelto el asunto del pato, y por lo que se oí, todos estaban disfrutando un buen rato.
Muy bien, casi todos, Harry enmendó una sonrisa burlona cuando Janet lanzó un grito de sorpresa, y dijo a sus hijas que fueran tan amables de mantener el agua en la tina. La escena de arriba estaba lejos de ser lo que él recordaba de la hora del baño cuando era pequeño.
Tía Petunia siempre había evitado tocarlo todo lo posible, así que el baño siempre había sido una tarea que ella detestaba especialmente. Había sido áspera, aparte del puro resentimiento que tenía, y era una maravilla que no lo ahogara en el proceso. Con toda honradez, era difícil decir quién se había sentido más aliviado cuando finalmente lo habían juzgado lo "bastante mayor" como para bañarse sin ser supervisado.
Revolviéndose impacientemente, el muchacho sacó resueltamente ese pensamiento de su cabeza. Se detuvo un momento y miró otra vez las escaleras cuando escuchó algunos sonidos: caída de agua, seguida a continuación por el zumbido de un secador de pelo. Ya no deberían tardar mucho, pensó dando un vistazo al reloj.
Buscando una nueva distracción, se levantó del sofày vagó sin rumbo por su alrededor. Janet ciertamente había estado ocupada desde la última vez que había ido. Todavía había algunas cajas apiladas a un lado, pero en conjunto parecía que abajo todo estaba en orden. Éste es un sitio agradable pensó Harry distraídamente, leyendo al azar los títulos de la colección de videos de los Wrights y mirando los artículos decorativos a la vista. No me molestaría tener un lugar como éste algún día...
Sorprendido por su propia admisión subconsciente, Harry inclinó su cabeza a un lado, tratando de determinar qué había pulsado esa suposición. Antes de ahora, tan sólo había sabido lo que no le gustaba, específicamente la congestionada formalidad y la perfección implacable que siempre había favorecido su tía. Sus habitaciones, aunque estéticamente correctas, tenían una atmósfera de "exhibición", que exigía tácitamente propiedad y decoro. Sencillamente todo tenía que "estar ahí", siempre.
Tal vez es porque la magia es aceptada aquí, o la fantasía al menos, pensó Harry, mirando fijamente a través de la puerta de cristal del gabinete de Janet y sonriendo ante la algo variada colección de su interior. Probablemente a sus parientes muggles no les había importado el hallazgo de las muñecas rusas, conchas de mar y demás artículos, pero tía Petunia habría resoplado desdeñosamente antes el viejo y "muy querido" osito de felpa que estaba orgullosamente sentado en el estante superior, y el surtido de figuras de dragones y unicornios de Janet probablemente habrían llevado a Dudley a salir huyendo de la habitación.
No, decidió Harry. No era eso. Janet podría haber tenido un puñado de rocas en su gabinete y no habría importado. Era más bien la sensación general de su hogar en vez de las cosas en él. Había un cálido y acogedor ambiente de bienvenida en el cuarto que era totalmente opuesto al pequeño y remilgado salón que había conocido en Privet Drive. La sala de Janet aunque tractiva y de buen gusto, se pretendía que fuera usada y no simplemente admirada.
De alguna extraña manera, se encontró recordando La Madriguera. Janet Wright y Molly Weasley ambas favorecían los muebles cómodos en vez de los vistosos, y había un cierto aire ecléctico en ambas casas que encontraba encantadores. Simplemente, la casa de Janet era… más tranquila. La Madriguera, aunque no menos amistosa e invitadora, tenía un frenético aire de estar siempre en movimiento del que este otro lugar carecía. Y enfrentémoslo, Kitty y Becky tenían sus momentos, pero no eran rival para los hermanos Weasley.
Hablando de quién...
Más risitas y pasos hicieron que Harry volviera a alzar la vista al techo, entonces se detuvo brevemente y giró los ojos con repugnancia. Definitivamente, esperar no era su fuerte. ¡Vamos, Potter, tranquilízate" se regañó silenciosamente, impaciente con su propio vagabundear nervioso.
"¡Hey¿Listo?"
Aunque lo esperaba, Harry dio un brinco ante la alegre frase de Janet. Se movió de golpe para verla de frente, y vió que estaba en la parte superior de la escalera, y parecía estar sorprendida y avergonzada. "Lo siento, Sparky, pensé que nos habías oído. No quise " comenzó a decir ella, pero él la acalló.
"Te oí," admitió, subiendo las escaleras y reuniéndose con ella. Abrió la boca para explicarse y después volvió a cerrarla y esbozó una avergonzada sonrisa cuando las palabras le fallaron. "No te preocupes por mi, es simplemente algo tonto," dijo en vez de lo que iba a decir.
Janet no respondió, simplemente le pasó un brazo por encima del hombro y lo acarició, divertida y con un poco de condolencia en sus oscuros ojos. "Es realmente agradable saber que te preocupas," indicó ella finalmente. "Creo que estarás bien. Estoy tan sólo a una llamada telefónica si tienes preguntas, y si las cosas realmente se te salen de control, Tom dijo que podían regresar al Caldero Chorreante y los pondría a los tres en un cuarto para pasar la noche."
Es verdad, pensó Harry, asintiendo y ofreciéndole una media sonrisa. También tengo el espejo de Silas y el número de la Dra. Granger si los necesito. Realmente era una sensación extraña. Esperaba que no tendría que utilizarlos, por supuesto, pero tenía más "ayuda" potencial a su alcance para ese pequeño trabajo que la que se había procurado nunca para ninguna otra cosa.
"Gracias, " dijo él en voz alta.
"Noy hay problema, pero si te vas, asegúrate de dejar una nota," dijo Jan, guiándolo a una de las puertas de los dormitorios. Golpeando con la otra mano, ella llamó, "Hey¿están decentes ahí adentro?"
Minerva McGonagall se apresuró a ir hacia la oficina del Director de Hogwarts, con la pluma encantada en la mano, y un leve ceño de confusión en su rostro. Albus no había sido muy preciso cuando la había contactado por la red Flú, pero ella había aprendido a descifrar sus sutiles manierismos a través de los años.
Él no dijo mucho, pero estaba ocurriendo algo.
Algo que no se sentía cómodo de discutir por la red flú.
Minerva movió la cabeza distraídamente. Eso nunca era una buena señal.
"Ratones de hielo", dijo ella, al llegar a la estatua de la gárgola que guardaba la entrada a la oficina de Dumbledore. Mientras que subía la escalera de caracol y llamaba a la puerta, se preguntaba qué calamidad se habría presentado¡y por qué en la tierra le había pedido que llevara su pluma encantada de registro, de entre todas las cosas! Nadie respondió a su llamada, algo que Minerva encontró extraño. Albus normalmente parecía disfrutar de coger desprevenidos a sus visitantes. ¡Los invitaba a entrar llamándolos por su nombre antes de que hubieran tenido ocasión de tocar! McGonagall frunció el ceño, preguntándose si el director habría salido por un momento, pero no, podía oír los murmullos y voces que venían del interior. Cuando volvió a llamar insistentemente, y no contestó nadie, la profesora de Transformaciones, empujó cuidadosamente la puerta abierta, y se encontró en una verdadera colmena de actividad.
Dumbledore estaba en la chimenea hablando con uno de los elfos domésticos de Hogwarts y un miembro de la Orden que Minerva reconoció como Kingsley Shackelbolt. Shackelbolt era un Auror, y muy convenientemente, le asignaron el caso del fugitivo Sirius Black.
El profesor Snape estaba sentado a un lado, hurgando en varias hojas de pergamino.
Remus Lupin escribía en lo que parecía ser una enorme pizarra, mientras que Sirius, detrás de él, le dictaba.
Muy extrañamente, Arabella Figg, Molly Weasley, y el Sr. Ronald Weasley estaban sentados en una mesa con tres pequeños pensaderos ante ellos. Arabella y Molly vertían delgados filamentos plateados de pensamientos en los suyos, mientras que Arthur Weasley entrenaba suavemente a su hijo más joven en el procedimiento, para que pudiera hacer lo mismo.
Mientras que Minerva asimilaba todo aquello con una cada vez mayor sensación de inquietud, la chimenea ardió, y Filius Flitwick, el profesor de los encantamientos de Hogwarts, salió de ella. Miró a la gente en el interior, pareciendo estar tan desconcertado como se sentía ella, antes de divisarla y apresurarse a acercarse.
"¡Minerva!" dijo a modo de saludo, después señaló la enorme habitación. "¿Qué ocurre?"
McGonagall labrió las manos en un ademán de impotencia. "Acabo de llegar, Filus, pero creo que lo sabremos pronto," dijo ella, señalando en dirección al Director. El profesor Dumbledore había terminado su conversación y se dirigía en dirección a ellos. Shackelbolt y el elfo asintieron ambos cortésmente hacia ellos antes de retirarse. ¡Shackelbolt lanzó un puñado de polvo de Floo en la chimenea, y el elfo doméstico desapareció con un estruendoso crack!
"Gracias por venir tan rápido, " saludó Dumbledore a los dos profesores mientras se aproximaba. Convocó un sobre de su escritorio, entonces dirigió su atención a la directora adjunta. "Minerva¿serías tan amable de mandar esto a la dirección del Sr. Harry Potter?" solicitó, dándole el sobre.
McGonagall levantó una ceja, pero ella se conformó sin comentarios. Todos en el cuerpo docente estaban acostumbrados a recibir órdenes algo raras y confusas del director de Hogwarts de vez en cuando. Era una especie de broma interna entre los miembros del facultativo, y a menudo charlaban en que tendrían que agregar el seguir órdenes extrañas sin vacilar o quejarse a la lista de los requisitos para profesores nuevos. Ahogando un suspiro, Minerva aceptó el sobre y puso lo puso con la pluma sobre una mesa. Generalmente era mejor actuar primero y preguntar después, así que alzó su varita e hizo lo que le pedía. Obedientemente, en respuesta a su encantamiento, la pluma se colocó en el sobre y comenzó a escribir, Sr. H. Potter
Entonces se detuvo.
Se quedó en el sitio donde debería escribirse la dirección por varios segundos, antes de escribir, Paradero Desconocido, y saltar a la siguiente línea. Flitwick y McGonagall intercambiaron miradas confusas, después miraron a su patrón por una explicación. Fueron levemente sorprendidos al ver a Dumbledore que mirando la pluma con lo que parecía ser una indebida anticipación. Incluso ahora, miraba fija y atentamente la lucha de la pluma, como si tratara de obligarla a dar información útil.
Pensando que lo mejor sería no decir nada todavía. Minerva volvió su atención al papel. La pluma escribía otra vez, pero parecía luchar con alguna fuerza desconocida. Rasgueó laboriosamente Inglaterra, y entonces se dejó caer sobre la mesa y parecía estar agotada.
Minerva se percató de que Dumbledore parecía decepcionado, pero no excesivamente sorprendido por el comportamiento de la pluma. Intercambió otra mirada con FIlius, después aventuró otra pregunta. "¿Albus, qué pasa aquí?" Sirius, mientras tanto, había advertido a los dos recién llegados y se había apresurado a acercarse a investigar. "¿Nada?" preguntó tensamente, haciendo brincar a los tres profesores.
"Me temo que no es mucho, Sirius, pero tenemos otra pequeña pista", contestó Albus, recuperándose rápidamente e indicando el sobre.
Sirius echó un vistazo a donde señalaba Albus. "¡Oh, brillante!" resopló burlonamente, cuando lo vio. "¡Ciertamente nos dice mucho!"
"Es mejor que 'El Reino Unido', o 'Europa'." Precisó Dumbledore suavemente.
"O el planeta tierra, sí, lo sé…" Sirius suspiró, después visiblemente se esforzó por recomponerse y dirigió una media sonrisa a los recién llegados. "Profesores," los saludó, antes de apresurarse a volver a la dirección de la que había venido.
Albus lo miró irse, moviendo negativamente la cabeza con ligera exasperación, antes de volver su atención a sus dos aturdidos miembros del personal. "Como probablemente han deducido," explicó reservadamente, "han ocurrido unas cuantas cosas respecto al Sr. Potter. Envié por el Sr. Weasley por la red flú, y una lechuza a la Srita. Granger. Espero que ellos puedan proporcionar algunas pistas adicionales. Hasta este punto, todo lo que sabemos, es que el Sr. Potter no está con sus parientes muggles."
McGonagall echó un vistazo a donde Ronald Weasley estaba sentado con sus padres, después miró el sobre y movió la cabeza, confundida. "¡Albus, esa pluma debió haber podido establecer claramente su localización en un instante!" silbó alarmada.
"Sí, lo sé," reconoció Dumbledore, pareciendo honestamente perplejo. "De algún modo, el Sr. Potter, se ha vuelto… irrastreable. Hemos tratado varios encantamientos de localización sin éxito," les compartió, completando con recientes acontecimientos. "Aunque es posible que sea el joven Harry quien lo está haciendo, la cantidad de energía que se necesita para producir este tipo de defensa es enorme. No sabemos si cualquier mago o bruja podría lograrlo simplemente por un cierto periodo de tiempo. El fenómeno también parece haber comenzado repentinamente en las últimas horas. Un colega mío, de la Confederación Internacional de Magos pudo hacer un encantamiento localizador antes de hoy, pero ese mismo encantamiento no le sirvió ahora."
El director se detuvo brevemente un momento, para dejar que lo asimilaran, antes de continuar. "Dicho esto, parece mucho más probable que una especie de magia protectora se haya activado accidentalmente. Había esperado que la pluma de registro de Minerva sería a prueba de cualquier magia, pero parece que las cosas no van a ser tan simples." Se dio vuelta y fijó su mirada en el desconcertado profesor de encantamientos. "Ahí es donde entra usted, Filius. Fuiste parte del equipo que colocó las medidas de protección adicionales en el lugar, después de que se realizara en encantamiento de sangre, y se colocaran las barreras alrededor del hogar Muggle de Potter¿o no?"
Flitwick parpadeó, después asintió lentamente. "Sí, Albus, ahora que lo dices¡tan sólo que eso fue hace casi catorce años!" protestó, después de salir del shock. "Es cierto que era parte del equipo, pero no recuerdo todo lo que se hizo," admitió, volviendo a recordar esos confusos y salvajes días.
Para el momento en que el equipo hubo acabado de encantar la carpeta de Harry Potter, nadie podría jurar que sabía cada encantamiento que se había ejecutado. Les dijo a sus colegas todo lo que pude, después agregó. "Puede no ser todo, pero tengo las notas que tomé, y sé de varios buenos materiales de referencia para identificar Encantamientos desconocidos."
"Bien. Obviamente los necesitaremos, dijo Dumbledore, dándole una pequeña sonrisa a su profesor de encantamientos., si de verdad estaban lidiando con magia protectora, los encantamientos que rodeaban a Harry tendrían que ser identificados antes de poder romperlos o evitarlos. Afortunadamente para ellos, Filius Flitwick casi no tenía igual como especialista en encantamientos. Él por encima de ninguna otra persona, estaba en la mejor posición para solucionar ese lío de forma rápida y conveniente.
"Muy bien," convino Flitwick, pareciendo un poco inseguro. "Tendré que ir a mi oficina, y a la biblioteca, para coger los materiales," dijo, disculpándose.
"Puedo ayudarte, Filius, " se ofreció McGonagall, finalmente saliendo de su estado de deslumbrada incredulidad. "Puedo traer los materiales de referencia de la biblioteca si quieres."
"Gracias, Minerva," contestó Flitwick contestó con una sonrisa de agradecimiento. "¡Eso sería muy útil!"
"Excelente, " dijo Albus, juntando las manos, y volviéndose para examinar la habitación. "No creo que sea éste el mejor lugar para tener esta discusión – está un poco apretado. Daremos tiempo a que todos terminen lo que están haciendo y nos veremos en el salón de encantamientos en... ¿media hora?"
"¡Albus¡Eso apenas es tiempo suficiente para recoger los materiales!" protestó Minerva.
Dumbledore alzó las manos apaciguadoramente. "Me temo que el tiempo es esencial. Ambos son buenos para leer y escuchar a la vez, y completaré cualquier detalle que les falte. Lleven los materiales consigo, y dejaremos que los otros empiecen."
"¡Cerdo hacia afuera¡Cerdo Hacia afuera! Cerdo hacia afuera!"
Harry levantó una arrogante ceja a las dos hermanas que cantaban como él, moviendo dos minúsculos cerdos de goma en una mano, entonces los dejó volar como si estuviera tirando un par de dados. "¡Vamos, vamos! Alentó, mientras caían en la mesa después de haberse elevado. Cuando cayeron, los dos pequeños cerdos aterrizaron en sus pies. "Hah¡Doble puntaje!" cantó, agregando veinte a su cuenta y volviendo a alzar los cerdos.
Él, y Kitty y Becky estaban jugando a un simple pero extrañamente competitivo juego, que se llamaba Pasar los Cerdos. Realmente no se hacía mucho. Uno simplemente giraba los cerdos de goma y ganaba o perdía puntos dependiendo de cómo se caían. EL objetivo del juego era lanzar los cerdos y anotar tantos puntos como fuera posible en una vuelta. Según las instrucciones, el primer jugador en conseguir 100 puntos era el ganador.
Sonaba simple, pero Harry pronto descubrió que no era tan fácil. Había entonado el infame "Cerdo hacia fuera" y al lanzarlos había perdido todos sus puntos más de una vez esa tarde. Aunque realmente no le importaba. A las Wrights les gustaba jugar una versión ligeramente modificada en la cual cada jugador presentaba todos los puntos que podía antes de que saliera el "Cerdo hacia fuera" o un "Oinker". Quienquiera que tuviera la cuenta las alta antes de perder todos los puntos ganaba en esa "mano".
Sonriendo a sus acompañantes, Harry volvió a lanzar los cerdos. Habían jugado a eso más de lo que había esperado, aunque la verdadera "competencia" estaba principalmente entre Kitty y él mismo. La niña mayor era bastante justa, pero se desesperaba ante la incapacidad de su hermanita bebé de jugar "bien", y que quejaba un poco por la forma en que tenían que acoplarse a la niña.
Becky tenía un repertorio numérico algo limitado, así que ella realmente no entendía las cuentas. A ella le gustaba jugar con los pequeños cerdos, y generalmente tenía que ser engatusada para lanzarlos cuando le tocaba el turno. Todavía tenía también la desafortunada tendencia de llevarse las cosas pequeñas a la boca. Harry había aprendido rápidamente a mantenerla vigilada siempre que tenía en su poder las piezas del juego.
Jugaron algunas más manos antes de que Kitty hiciera un alto. "Ahora vamos a hacer otra cosa."
También Becky parecía etarse cansando del juego, así que Harry se manifestó conforme. "De acuerdo," dijo, recogiendo las piezas del juego y guardándolas en su delgada caja negra. Puede ser que me compre uno de éstos, especuló, mirándolos apreciativamente. Estaba hecho de plástico duro y no era más grande que un talonario de cheques muggles. Harry no se había comprado muchas frivolidades, porque el tamaño de su baúl lo limitaba, pero probablemente esta pequeña cosita estaría bien. Demonios, si las cosas se hacían bien, siempre podría llevarlo en su camisa o en el bolsillo de los pantalones vaqueros.
Un vistazo en el reloj le recordó algunas de las instrucciones de Janet. Cuando se empiece a hacer tarde, trata de interesarlas en una actividad tranquila, lo había aconsejado ella. ¡Será más fácil lograr que se duerman si han tenido tiempo para darse cuenta de que están cansadas!
Buen punto, pensó Harry, entonces se enfrentó a las pequeñas. Entonces¿qué quieren hacer ahora?" preguntó. "¿Les leo otra historia?" se ofreció.
"¿Podemos jugar a las muñecas'" preguntó Becky esperanzadamente. "Porfa?" agregó, dándole su mejor y más adorable mirada.
¡Aw, cielos! Gimió internamente Harry, cogiéndose la frente. Eso era lo último que quería hacer, pero era realmente difícil decirle que no a esa cara. ¡Y probablemente ella también lo sabe! Pensó despiadadamente.
En retrospectiva, si accedía a jugar a las 'muñecas' otra vez, podía escribirle a Ron una carta muy interesante…
Querido Ron:
El día de hoy fue muy educativo. Desnudé a una hermosa rubia, y sostuve a una nena desnuda en mis brazos…
Harry se llevó la mano a la cara, cubriéndose la boca hasta que venció el impulso de reírse nerviosamente. Aunque era tentador, no estaba muy seguro de que podría escapar de Ron lo bastante rápido, una vez que el pelirrojo descubriera que de hecho, Harry había puesto a una bebita en una mesa para cambiarle los pañales, y había cambiado de ropa a una muñeca.
Y a cambio de eso …
Harry hizo una ligera mueca de dolor ante la bromita en la que estaba pensando¡si Ron y sus hermanos descubrían en lo que había estado realmente! Hmmm. Quizás escribir una carta en broma no sería tan buena idea… ¡pero había sido divertido mientras lo pensaba!
Afortunadamente, Kitty vino en su rescate. "A Sparky no le gustan las muñecas, Becky," dijo ella autoritariamente. "Piensa en otra cosa."
Ah, vamos, ahora es una orden de una jerarquía superior, pensò Harry, mirando divertido cómo Becky se cruzaba de brazos y se mordía el labio inferior un poco exageradamente. Jugar con muñecas podía ser la única cosa que todavía no habían hecho, ahora que lo pensaba. Harry movió la cabeza y sonrió. Se habían divertido mucho coloreando, leyendo, teniendo fiestas para tomar el té, haciendo desastres con toneladas de juguetes, y jugando a Pasar los Cerdos.
Desafortunadamente, todo eso comenzaba a notarse. Harry echó un vitazo a su alrededor, y se sorprendió. La una vez encantadora sala de Janet, ahora parecía una zona de desastre, porque Kitty y Becky habían bajado un montón de cosas. "Ya sé," dijo alegremente, tratando de hacerlo sonar como algo muy divertido. "¡vamos a ordenar todo esto para poder ver una película después!"
"¡Recoger!" Protestó Kitty, mirando los artículos dispersos con hastío. "¿Tenemos que hacerlo?" preguntó, haciendo una gran demostración de cansancio al estirarse y bostezar. "¡Estoy cansada!"
Ah, así que así es como quieres jugar. Harry bajó la vista hacia la jovencita y arqueó una ceja. Lo siento, pero no me engañas. Viví con el rey de las manipulaciones la mayor parte de mi vida, pensó, recordando como Dudley intentaba y lograba no hacer ese tipo de tareas. Con los ojos chispeando de travesura, Harry se encogió de hombros y trató de parecer comprensivo antes de dejar caer su bomba. "Por supuesto que no. Amor. Yo limpiaré, pero si realmente estás tan cansada, entonces tendrías que irte a la cama ahora mismo. Anden, vamos, las dos, las veré en la mañana."
Kitty parpadeó sorprendida, no contando con esa táctica, pero Becky no tenía ganas de eso. "¡NO!" se opuso ella inmediatamente. "¡No quiero ir a la cama¡Quiero ver peícula!" impulsivamente, cogió un gatito de felpa y lo puso en la mano de su hermana.
Como Su Majestad ordene, Harry se rió para sus adentros, entonces sonrió conocedoramente cuando Kitty masculló algo acerca de no estar tan cansada, y se inclinaba para recoger un puñado de cosas. ¡Lo logré! Pensó el, antes de unirse a ayudar. Desafortunadamente, ellas habían bajado más de lo que había creído, e iba a tomar múltiples viajes para llevarse todo. "Necesitamos un contenedor," musitó en voz alta. "Ahorraríamos tiempo si tuviéramos algo dónde meter todo esto," continuó, mirando esperanzadamente a su alrededor. Janet parecía haberse deshecho de todas las cajas de la mudanza vacías, pero seguramente había otra cosa…
"¿Qué tal la cesta de la lavandería?" sugirió Kitty.
Harry se alegró. ¡Buen plan! "¡Perfecto!" dijo sonriendo, disfrutando de cómo reaccionaba ella ante la alabanza. "¿Dónde estÿ Podríamos meter todo ahí dentro, y después yo se los subiría."
Kitty asintió, entusiasmándose más con el proyecto. "¡La traeré!" dijo ella entonces, saliendo a toda prisa con Becky pisándole los talones.
Harry sonrió cuando se fueron. Podía decir que Kitty se cansaba de que su hermana bebé fuera siempre tras ella, pero la mayor parte del tiempo lo toleraba muy bien. Miró a su alrededor, tratando de figurarse qué debería meter en la cesta primero, cuando un sonoro crack, lo hizo brincar. ?Qué era eso! Se preguntó enojado. Le sonaba familiar, como el sonido de un disparo, o de un coche que petardeaba, o…
No.
Oh, no.
Harry pasó saliva firmemente, sintiéndose como si alguien lo tuviera cogido por la garganta. No esperaba que lo encontraran tan pronto. Pero definitivamente había llegado alguien. Podía sentir que lo miraban por detrás. Con el corazón latiéndole furiosamente, temeroso, Harry se dio vuelta lentamente, y se encontró mirando a un par de ojos de color verde intenso del tamaño de pelotas de tenis, que brillaron con evidente adoración.
Dobby el elfo doméstico, estaba parado ante él, y parecía satisfecho y aliviado. "¡Harry Potter, señor¡Lobby se alegra de ver que Harry Potter no está lastimado!" dijo excitadamente, después agachó las orejas y su expresión se volvió dolorita. "¡Harry Potter está siendo muy travieso causando mucha preocupación en Hogwarts!"
?Qué! Harry parpadeó mirando al pequeño elfo. ¡Pero si acabo de hablar con el profesor Dumbledore y con Sirius y con un montón de gente esta misma tarde! Explotó indignado. "¡Les dije que estaba muy bien¡Además, no puedo irme¡Estoy cuidando a unas niñas!"
"Dobby no ha venido a llevarse a Harry Potter. Dobby está cumpliendo un encargo para el Amo Dumbledore," explicó. "Doby tan sólo se detuvo para ver que estuviera bien, puesto que el Amo Dumbledore está preocupado," explicó el elfo doméstico. Harry estaba a punto de contestarle, pero un riodo sonoro en la cocina los asustó a ambos.
"¡Becky¡No... estás ... ayudando!"
Harry escuchó el exasperado grito de Kitty, y las indignadas quejas de su hermana. ¡Oh, Dios¡Regresarán en cualquier momento!
"¡Dobby, tienes que irte de aquí antes que te vean!" silbó entre dientes desesperadamente, haciendo pequeños gestos de que se marchara, con las manos.
Asintiendo su comprensión, el elfo doméstico hizo chasquear los dedos, y desapareció con otro ¡crack!
Harry soltó un gran suspiro de alivio, después cerró los ojos y se frotó las sienes. Realmente me gustaría estar sin tantas cosas que me ocurrieran en la vida, pensó irónicamente, con la cabeza entre las manos.
Se quedó parado ahí, por unos momentos, antes de que se le ocurriera que todo se había quedado sumamente silencioso. Era extraño. Kitty y Becky generalmente se tardaban más en arreglar las cosas una vez que comenzaban a pelearse y gritar. Bajando las manos, las vio paradas en el umbral de la cocina, pareciendo totalmente atontadas. Harry alzó una ceja, después se puso las manos en las caderas. "bueno, comencemos," las incitó, haciendo un gesto con la cabeza a la cesta que sostenía Kitty. "El trabajo no va a hacerse solo."
"Pero…" lo miró Kitty, pero no hizo ningún intento de acercarse. Su atención parecía capturada por algo detrás de él. Becky, con los ojos enormemente abiertos, se acercó más inconscientemente a su hermana mayor.
Ahora preocupado, Harry frunció el ceño. "¿Qué pasa?" preguntó, comenzando a sentirse intranquilo. En vez de responder, Kitty señaló detrás suyo. Suspirando, Harry se dio vuelta y miró, y sintió que se quedaba con la boca abierta por la sorpresa. Parecía que el pequeño y bienintencionado elfo doméstico le había dejado un "regalo" antes de irse.
La sala estaba completamente impecable.
De vuelta en Hogwarts, en la improvisada reunión de la Orden del Fénix, ésta había sido reconvocada en el salón de encantamientos. La pizarra en la que había Remus estado escribiendo, fue llevada adelante, y Remus, Sirius, Arabella y Arthur estaban de pie, delante del escritorio de Flitwick, preparándose para compartir lo que habían descubierto.
"Esto es lo que sabemos", indicó Remus Lupin, señalando algunos puntos enumerados en la pizarra. "Según la familia de Weasley, Harry llegó a la estación de King's Cross con el resto de sus compañeros el primero de Julio. Su tío tardaba en llegar, y Molly tenía que irse. No se sentía cómoda dejando solo a Harry, así que lo invitó a ir a con ella a su casa hasta que pudieran arreglarse las cosas.
"Cuando se iban, Harry vio, o dijo haber visto a su tío. Le dio las gracias a los Weasley por quedarse, declinó el ofrecimiento de Molly de escoltarlo, y las dos partes siguieron por distintos caminos."
"Hay un espacio de algunas horas, las cuales no pueden considerarse con seguridad, pero eventualmente, Harry llegó a Surrey," continuó Lupin, golpeando ligeramente la pizarra con su varita. "Arabella Figg notó que su manecilla del reloj localizador todavía señalaba a "viajando" antes de la reunión de la Orden del primero de Julio. Esto era inusual, pero no parecía estar en ningún peligro, así que ella echó un encantamiento de obre julio primero. Esto era inusual, pero él no aparecía estar en ningún peligro, así que ella realizó un encantamiento notificador, y vino a la reunión. Cuando algunas horas después, el estado de Harry estaba todavía en "viajando", comenzó a preocuparse. Cuando el profesor Dumbledore hizo una pausa, ella fue a su casa a investigar.
"Mientras estaba allí, la manecilla de Harry se movió finalmente hacia el número 4 de Pruvet Drive. Estimamos que llegó como a las once de la noche – perceptiblemente más tarde de lo usual. Supusimos que simplemente habpia llegado a la casa más tarde por algún motivo y no investigamos más. Harry ha estado con contacto por carta con varias personas en intervalos regulares. Mencionó que tenía un empleo de verano, y parecía estar muy bien. No sospechamos que algo podía estar mal hasta el décimo quinto día de Julio."
Remus se detuvo brevemente para tomar un sorbo de agua, después continuó. "Arabella, apenas volvió de una misión, fue inmediatamente a comprobar el estado de Harry. Cuando llegó a la residencia de los Dursley, se encontró con que la propiedad estaba a la venta. Hizo algunas investigaciones, y encontró que al tío de Harry, Vernon, lo habían transferido a Australia.
Naturalmente, pensamos que esto indicaba que Harry también estaba en Australia. Nos pusimos en contacto con Albus inmediatamente. Él contactó a un colega suyo, Nathaniel Baker, de la Confederación Internacional de Magos. Le pidió a Baker que encontrara a Harry, de modo que pudiéramos tomar medidas para traerlo nuevamente a Gran Bretaña.
"Sirius, Arabella y yo volvimos a la casa de ella en Surrey, después de dejar la oficina del director. Sirius se convirtió en Padfoot, y percibió el olor de Harry. También encontró una nota que Harry le había escrito a la señora Figg," dijo Remus, señalando una parte más lejana del tablero. "No sabemos el propósito de la visita, pero sabemos que en algún momento entre el primero y el décimo quinto día de Julio, Harry fue a Wisteria Walk. La nota en sí misma no contenía ninguna información útil. No tenía fecha y parecía apresurada. Al principio pensamos que debía haberla escrito mientras lo esperaban sus parientes, pero puede que simplemente estuviera impaciente por seguir su camino."
Sirius y Arabella se adelantaron, y Remus se hizo a un lado. Sirius recorrió la habitación con sus ojos azul pálido, pero por una vez, no había en ellos el humor característico de su comportamiento. "Remus dijo lo que sabemos", indicó. "Ahora, Arabella y yo diremos lo que pensamos. Son cosas que anotamos cuando se nos ocurrieron, así que al contrario de lo expuesto por el profesor, nuestra parte no está necesariamente en un orden cronológico perfecto."
Asintió y Arabella captó su señal. "Comenzamos en King's Cross, e interrogamos a varios empleados de la estación que estaban trabajando en ese cuando Harry debió haber estado allí, y bastantes personas recuerdan haber visto a un chico de la descripción de Harry. Esos ojos verdes suyos evidentemente permanecen en la memoria de la gente," dijo ella con una triste sonrisa. Ella se detuvo por un momento breve para recogerse, y notó que no era la única que se sumergía en el pasado. Finalmente, salió de su ensueño y siguió.
"De lo que pudimos averiguar, él espero por largo rato. Varias personas recuerdan haberse acercado a él y haberle preguntado si necesitaba ayuda." Nadie recuerda haber visto irse a Harry, pero comprobé los horarios cuando estaba allí," continuó la anciana bruja. "Hay un tres que sale de la estación King's Cross hacia Little Whinging alrededor de las 9:00 P.M.," dijo ella, señalando otra línea en la pizarra. "Puesto que sabemos que Harry estaba en Privet Drive aproximadamente a las 11:00 P.M., parece que probablemente cogió ese tren, y se las arregló por su cuenta para llegar a la casa de su tío desde la estación de Little Whinging."
"Fue por accidente que descubrimos que Harry había ido a la casa de Arabella," señaló Sirius. "Me convertí en Padfoot, y encontré un rastro bastante reciente. Remus también piensa que pudo haber percibido el olor de Harry en el Caldero Chorreante, pero no está seguro. Lo seguí hasta el borde de la calle, donde se detuvo repentinamente. A menos que Harry aprendiera cómo aparecerse, pensamos que pudo haber convocado al Autobús Noctámbulo."
"Realmente, estamos bastante seguros de qué es lo que pasó. Hice una cita para comprobar los registros del Autobús Noctámbulo cuando estuve ausente," agregó Arabella. Se detuvo por un momento y después siguió como un asunto sabido. "Es parte de mi deber el monitorear a magos o brujas no autorizados en el vecindario. El personal del Autobús Noctámbulo está acostumbrado a que les caiga de vez en cuando, así que nadie me miró dos veces cuando aparecí hace algunos días. Sus registros de recorrido indican que respondieron a una llamada en Whistaria Walk a hora muy tardía del primero de Julio. No tenemos una evidencia irrefutable el apoyar de lo que decimos, pero creemos que Harry debe haber convocado el autobús. Yo estaba en Hogwarts en ese entonces, y Harry y yo somos los únicos mago y bruja que viven en esa vecindad."
"El Callejón de Diagon era una de las paradas en el registro del Autobús Noctámbulo, después de la parada en Whisteria Walk," agregó Sirius. "Ese pudo haber sido el destino de Harry. Hasta la fecha el Autobús Noctámbulo no ha vuelto a Histeria Walk o a Privet Drive." Se detuvo y lanzó un gran suspiro. "Después de eso, Harry simplemente desaparece," movió su mano describiendo un círculo. "No está en el registro en el Caldero Chorreante, pero tenemos razones para creer que ha estado allí. También ha estado manteniendo correspondencia regular con varias personas Ron, Hermione, Albus, Remus, y yo mismo." Él suspiró otra vez, y pareció exasperado. "No ha pedido ayuda en absoluto, de hecho, ni siquiera ha hecho alusión a que algo estaba mal. Sabemos por sus cartas que está empleado en alguna parte, pero no sabemos dónde."
"Hablamos con la compañía de Taladros Grunnings, con el agente de bienes raíces encargado de vender la casa de Privet Drive, y algunos de los vecinos, pero no encontramos mucho," indicó Remus, arrugando molesta la nariz. "Sabemos de varias fuentes que los Dursley se fueron a toda prisa. Originalmente planeaban quedarse ese verano, y marcharse cerca del inicio del nuevo año escolar, pero ocurrió algo y cambiaron de planes precipitadamente. Sabemos que Vernon y Petunia se fueron al mismo tiempo en que se suponía que debía volver Harry." Ella se detuvo por un momento breve, y después continuó con un ceño de preocupación. "Por otra parte, los vecinos parecen creer que Harry va a un lugar llamado Centro de Seguridad San Bruto, para Delincuentes Juveniles Incurables, y nadie recuerda haber visto a Harry para nada. Pienso que podemos decir con seguridad que no se acercó a pedir ayuda a ninguno de los vecinos la noche del primero de Julio."
Dumbledore asintió. "Gracias Arabella, Remus, Sirius. Su iniciativa nos ha ahorrado mucho tiempo, aunque desearía que hubieran compartido sus sospechas anteriormente."
"Lo siento, Albus. Tan sólo no puedo creer que Harry pueda andar por ahí sin ser reconocido," dijo tristemente Arthur. "He visto cómo lo aborda la gente…" dijo encogiéndose de hombros, entonces se volvió para mirar de frente hacia el hombre de cabello oscuro. "Lo siento Sirius. Supongo que tenías razón, después de todo."
"Simplemente encontrémoslo¿de acuerdo?" Respondió Black con un gruñido, pero no sin amabilidad. Frunció el ceño pensativamente, entonces volvió a hablar a la asamblea. "Tan sólo estamos conjeturando, pero pensamos que alguien puede estar ayudándole. También sospechamos que está utilizando un alias, y puesto que no lo han reconocido, presumimos que ha encontrado una forma de disfrazarse, y también de ocultar esa cicatriz suya."
"¿En serio?" Albus alzó una ceja y movió los dedos de sus manos entre sí.
"Tan sólo es un razonamiento, director," dijo Remus un poco a la defensiva.
"No, no, tienen toda la razón," convino Dumbledore. "Tan sólo quiero decir, que si el Joven Harry ha dado con una forma de ocultar su cicatriz, ha superado a algunos de los mejores especialistas actuales incluyendo a Filius y a mí mismo," explicó, intercambiando una mirada de pesar con el pequeño profesor de encantamientos.
"Oh, vaya sí," dijo Flitwick, alzando la vista de las notas que leía y poniendo sus dos Knuts. "Nunca he visto una cicatriz tan obstinadamente resistente. Intentamos encantamientos de disfraz, Hechizos Ocultadores y cuanto Encantamiento Curativo en el que pudimos pensar..." se detuvo, y entonces bajó la voz como si estuviera diciendo algo ilícito. "Incluso probamos con el Removedor de Cicatrices."
Snape alzó la vista desde su asiente cerca del fuego, picado en su interés. "¿El Removedor de Cicatrices falló?"
"No exactamente," apuntó Minerva. "El producto cubrió su cicatriz según lo prometido, pero el Sr. Potter era alérgico a ella."
"Sí," dijo Dumbledore, con la mirada perdida en el pasado. "Ésa fue una de las razones principales por las que nos decidimos en contra de tratar de ocultarlo con una familia de magos después del encarcelamiento de Sirius. Eso y la fuerza de la protección de la sangre, por supuesto. No teníamos manera de saber que las fuerzas tenebrosas de Voldemort se derrumbarían tan fácilmente sin él. Ocultar a Harry lo más lejos posible con la protección más fuerte que pudimos encontrar parecía lo mejor por hacer en ese entonces. "
"La parte en la estación del tren parece rara," aventuró a decir Arthur, rompiendo el silencio en que había caído cada uno, rememorando sus propios recuerdos de esos tiempos oscuros. Movió tristemente la cabeza. "¡Todavía no puedo creer que Harry le mintiera a Molly acerca de su tío!"
Ron y Molly, que habían estado inusualmente silenciosos durante el informe de Arabella y Remus, casi hablaron a la vez.
"No lo hizo, Arthur," insistió Molly.
"¡Vio a alguien, papá" dijo Ron seriamente. "Yo también lo ví, por un momento…" Se calló y se encogióde hombros. "Estaba a algunos metros de distancia, pero ciertamente parecía el tío de Harry."
"Pero ninguno de ustedes pensó en verificar la identidad del hombre antes de irse," sijo Snape con desprecio condescendiente.
Ron se sonrojó furiosamente mientras que su madre parecía contrita. Era verdad que ellos habían aceptado la palabra de Harry sin vacilar, pero¿por qué? La estación había estado muy concurrida, y el hombre ciertamente no estaba cerca. En parte había sido por su propio deseo de hacer las cosas más fáciles para Harry. Todavía se sentía mal por haberlo acusado de mentir a Principios de año, pero había más que eso.
Frunciendo pensativamente el ceño, Ron dejó que su mente divagara, y se encontró recordado su primer año. Específicamente hacia el final de ese año, cuando él, Hermione y Harry habían llegado a la Cámara de las Llaves, cuando trataban de encontrar la Piedra Filosofal. Un extremo de su boca se alzó. ¿Qué había dicho Hermione?
"—Esos pájaros... no pueden estar sólo por decoración...;"
Sí. Eso era. Al principio habían pensado que una multitud de pájaros estaba con ellos en la cámara. Miraron por un rato, después su amigo de cabello oscuro había tenido esa mirada que siempre tenía cuando se le ocurría algo. Ron sonrió suavemente. Si cerraba los ojos, casi podía verlo…
"—¡No son pájaros! —dijo Harry de pronto—. ¡Son llaves! Llaves aladas, miren bien. Entonces eso debe significar... —Miró alrededor de la habitación, mientras los otros observaban la bandada de llaves—. Sí... miren ahí. ¡Escobas¡Tenemos que conseguir la llave de la puerta!"
Lentamente, Ron abrió los ojos y alzó la cabeza, con una mirada de comprensión en su rostro.
" ¡miren bien!"
"...¡Sí miren ahí¡Escobas!"
Miren...
¡Eso esl! Ron se lanzó de un salto directamente a su Pensadero, sin molestarse en pedir permiso, o si estaba haciendo algo fuera de lugar. Arthur y Molly comenzaron automáticamente a llamarlo de vuelta, pero los profesores en la habitación, reconociendo a un estudiante que acaba de descubrir algo, les indicaron que guardaran silencio.
Alcanzando la pequeña fuente, Ron alzó su varita y echó al interior la brillante masa plateada. ¡Nunca dudó ni una momento de cualquier cosa que él viera, porque Harry generalmente tenía una vista tan aguda! Todos en su familia lo habían notado, incluso su madre. Al contar historias de las hazañas de Quidditch de su buscador, a los gemelos les gustaba bromear con que Harry podía ver un mosquito que revoloteara en la estera a los pies del vecino de al lado y generalmente no estaban muy lejos de la verdad. Desafortunadamente, recordó Ron, suprimiendo apenas una mueca, Harry había estado muy lejos de su estar en su mejor forma cuando el Expreso de Hogwarts había llegado a la estación de King's Cross.
Intentando recordar las instrucciones su padre le había dado, Ron rebuscó en los recuerdos que había echado en el Pensadero. "A nadie se le ocurrió dudar de Harry, porque usualmente es muy bueno en atisbar las cosas," explicó distraídamente mientras trabajaba. "Pero ese día ese día en la estación… ¡aquí está Dijo cuando encontró lo que deseaba y lo mostró para que los otros lo vieran.
Ron, Fred, George, Ginny y Hermione estaban de pie casi protectoramente alrededor de Harry en la estación de King's Cross. Estaban hablando acerca de ir al Callejón Diagon más avanzado el verano. Harry sonrió, y asintió, pero parecía distraído. Y entonces, de vez en cuando, fruncía levemente el ceño y exploraba la estación, probablemente buscando a su tío. Esto siguió por algunos momentos, pero después el rostro de Harry adquirió una expresión levemente molesta, parpadeó rápidamente unas cuantas veces, después se quitó los lentes y se frotó los ojos con impaciencia.
"¿Está todo bien, Harry?" preguntó la imagen de Ron, cuando Harry dejó de frotarse los ojos, y comenzó a limpiar los cristales de los lentes con un extremo de su camisa. Harry le sonrió.
"Sí, sólo cansado, " le aseguró.
Ron detuvo el recuerdo, después miró a los otros interrogativamente, inseguro de si habían percibido lo que trataba de mostrarles. Si no otra cosa, Harry parecía pálido y cansado. Lo bastante cansado para cometer un error, ya que pensaba en ello, pero Ron estaba más interesado en el comportamiento de su amigo respecto a sus lentes.
No tenía que haberse preocupado. Cuando todos hubieron visto el pensadero, fue evidente que los miembros de la Orden habían percibido el mensaje claro y fuerte. Ambos, Dumbledore y McGonagall y Dumbledore se ajustaros inconscientemente sus propios lentes antes de intercambiar una significativa mirada.
"Gracias, Sr. Weasley," indicó al fin Dumbledore. "Eso aclara algunas cosas."
"¡Demonios!" discrepó Sirius, resoplando. "¡Eso no explica nada! De acuerdo, Harry cometió un error. ¡Ve un poco más lejos y asume que su tío nunca apareció¿Por qué molestarse en ir a Surrey para nada¡Seguramente se le ocurrió que algo estaba mal¿Por qué no simplemente mandó a Hedwig con un mensaje para alguno de nosotros?"
"Me temo que es culpa mía, Sirius," suspiró Albus arrepentido. "Harry se había puesto impaciente de estar con sus parientes muggles, y había dejado la seguridad de sus barreras protectoras en el pasado. Quería evitar esto si era posible, así que le dije que sus amigos estarían más seguros si se iba con su tía y su tío, al menos inicialmente. También le hice prometer que sólo los contactaría en la más desesperada de las emergencias."
¡Yo diría que quedarse solo, varado en una estación del tren califica!" barbotó Arthur casi acusadoramente.
"Yo también, Arthur," convino Albus. "Harry, por otra parte, no parece haberlo considerado así. Prácticamente ni me escribió hasta una semana después, y entonces, tan sólo menciono su nuevo empleo y su cicatriz."
Ron frunció el ceño, preocupado. "¿La cicatriz de Harry le ha estado doliendo, señor?"
Dumbledore hizo una breve pausa, como si considerara cuándo podía hablar. "Es una forma de decirlo," dijo. "Harry no se ha quejado de que su cicatriz le doliera, pero el regreso de Voldemor parece haberla afectado de algunas formas ineperadas."
Por la mirada de Ron era evidente que no había quedado satisfecho con la respuesta, pero el director no le ofreció ninguna información adicional. Suspirando, el pelirrojo trató una táctica distinta. "¿Se ha puesto en contacto con Hermione, señor?"
Dumbledore asintió. "Sí, le envié una lechuza a la señorita Granger momentos antes de comunicarme por la red flú con La Madriguera, pero olvidé mencionarlo antes, gracias por su ayuda, señor Weasley. Sus aportaciones han sido muy útiles."
Ron sabía reconocer un despido cuando lo oía, pero trató de obtener permiso para quedarse de todas formas. Se trataba de su mejor amigo, después de todo. Conocía los caprichos de Harry mejor que cualquier otra persona, excepto quizá Hermione. Desafortunadamente, los adultos no querían nada más de él. Después de que se le advirtiera que no dijera nada de la situación actual de Harry con nadie, su padre había escoltado a Ron de regreso a La Madriguera, a pesar de sus protestas.
Suspirando, Ron dirigió una última mirada a la chimenea, antes de ir a su cuarto. Tenía un par de cartas que escribir, y la primera iba a ser para ese pedazo de tonto al que llamaba su mejor amigo.
En cierta casa urbana de Londres, tres niños entre los tres años a casi los quince, se miraban fijamente unos a otros, en un silencio que comenzaba a volverse opresivo.
Harry estaba horrorizado de las posibles consecuencias de las acciones de Lobby. Estaba esperando recibir, en cualquier momento, una carta de Mafalda Hopkirk del departamento del Uso Incorrecto de la Magia, después, los Magos del Ministerios, de la Escuadrilla de Reversión de la Magia llegarían irrumpiendo en el interior poco después. Él sería expulsado… y a Kitty y Becky les modificarían la memoria, le romperían su varita…
Estaba tan sumido en ese estado de preocupación, que casi dio un salto y se le erizó la piel cuando sintió que alguien le cogía el brazo. Parpadeando, bajó la vista y se encontró mirando los suaves ojos cafés de Kitty. Ahora que ella se había repuesto de su sorpresa, parecía asombrosamente tranquila. Más tranquila de lo que se sentía él, de cualquier forma. "No te preocupes, todo está bien," le aseguró ella, imitando inconscientemente a su madre. "Algunas veces ocurren cosas como ésta cuando lo deseas verdaderamente."
Frunciendo un poco el entrecejo, Harry la miró con curiosidad. "¿A qué te refieres?" le preguntó finalmente con cautela.
Kitty y Becky se miraron entre sí, después, parecieron tomar una decisión.
"Queremos mostrarte algo¿de acuerdo? Tan sólo no te asustes, y no el digas a mamá."
Más tarde, cuando Harry tuvo ocasión de pensar racionalmente, no podía creer que había reaccionado como lo hizo. Todo parecía estar de cabeza. ¡Se suponía que él era quien habría debido de estar confortándolas porque lloriquearan ruidosamente y no lo opuesto! Todo el asunto parecía irreal como si no pudiera estar pasando.
Asintió con la cabeza.
Becky, que era la más cercana, pero no lo había tocado, se le acercó y se abrazó a sus piernas. "Nosotras jugamos pelota, Parky", sonrió ella, tratando que él la imitara. "¿A Parky le gusta la pelota?"
Harry le correspondió con una media sonrisa. "Sí," convino. "A Parky le gusta la pelota."
Entonces Kitty asintió, entonces alargó una mano. Momentos después, ella sostenía lo que parecía ser una esfera perfecta de luz blanca.
Impresionado a pesar suyo, preguntó con curiosidad. "¿Cuándo aprendiste a hacer eso?" Kitty se encogió de hombros.
"Hace mucho tiempo," dijo ella. "Tan sólo era una niña pequeña. El foco de mi lámpara de noche se quemó, y me desperté sola en la oscuridad. Vaciló, como si pensara que él pudiera burlarse de ella, pero eventualmente, siguió hablando. "Estaba asustada. No me gusta la oscuridad," confesó ella reservadamente. "Deseaba desesperadamente que mi lámpara de noche todavía funcionara, y esto es lo que ocurrió."
Asintiendo, Harry echó un vistazo a la niña de cabello negro. "¿Becky también puede hacer cosas como esa?"
"Algo así. Ella todavía no puede hacer su propia esfera, pero puede cambiar la mía. A ella le gusta cambiarla de color," dijo Kitty. "Mamá estaba realmente sorprendida de cuan rápidamente aprendió ella los colores," le confió ella con una sonrisa travieza, ofreciéndole la esfera que brillaba intensamente a su hermana.
Becky aprovechó la oportunidad. Evidentemente éste era uno de sus juegos preferidos. "¡Azul!" ordenó ella, tocando el globo blanco. Obedientemente, cambió de color, y ante los asombrados ojos de Harry se volvió azul. Lanzando risitas ante la reacción de él, ella señaló otra vez a la bola. "¡Vede!" Harry sonrió cuando la bola se volvió verde, pero Becky todavía no había terminado con él. "¿Vez?" le preguntó, alzando la vista para mirarlo con seriedad. Harry indicó que sí. "Bien. Ahora Parky," dijo ella con una sonrisa, impaciente porque él participara en el juego.
Harry la miró dudando. "¿Qué Sparky haga qué?"
Rebeca le dio una mirada apreciativa. "Hacer cambio," le sugurió.
"Realmente no sé su pueda," admitió Harry. Becky se encogió de hombros, pero no lo dejó renunciar.
"Peba," lo animó.
"¡De acuerdo, " accedió él, vacilante, alargó la mano para tocar la bola. Se sentía muy extraña, y le hacía vibrar los dedos. La cosa tenía una forma aparente, pero no tenía una consistencia sólida. También brillaba como un foco, pero no emitía ningún calor sensible. Ambas niñas lo miraban expectantes, así que se encogió de hombros y decidió intentarlos. Ella quiere Rojo, murmuró distraídamente. Rojo. Cerró los ojos y pensó en las Quaffles, las fresas… sus ropas de Quidditch… Supo que algo había ocurrido cuando oyó a las dos reír felizmente. Abrió un ojo con cautela, entes sonrió orgulloso cuando miró la ahora roja bola.
"¡Lindo!" exclamó Kitty, examinando la esfera de color rojo rubí. "¡Eso es genial!"
"¿Qué creen que es'" preguntó Harry con curiosidad.
Ambas niñas lo miraron como si él simplemente estuviera fingiendo no saberlo. "Magia," contestaron como si fuera obvio.
"Justo como en las películas," Kitty sonrió, después recordó algo. "Entonces," dijo ella señalando a la sala, "¿ahora podemos ver nuestra película?"
Albus esperó hasta que Arthur regresó de llevar a su hogar al joven Ronald, después reconvocó la reunión. "¿Qué es lo que han descubierto, Minerva, Filius?" preguntó, dirigiéndose a sus profesores de Transformaciones y Encantamientos. "¿Han encontrado el porqué Harry se ha vuelto repentinamente inmune a los hechizos de rastreo?"
Flitwick y McGonagall compartieron una mirada seria, antes de que el pequeño profesor de encantamientos respondiera. "Pues creo que sí, Albus," admitió con una manifiesta renuencia que hizo que Sirius deseara estrangularlo. Mirando a su alrededor, el animago se sintió satisfecho al observar que no era el único impaciente. Molly, Arthur y Arabella estaban al borde de sus asientos, y Remus se agarraba al escritorio, tan fuertemente que lo hacía crujir.
"Y…" finalmente lo animó Dumbledore.
"Por todas las apariencias, se ha activado un mecanismo de seguridad de último recurso," dijo Flitwick, pareciendo preocupado. "Pero no estoy seguro de por qué, si los parientes del Sr. Potter todavía están vivos…" Se detuvo, y movió la cabeza, frunciendo el ceño.
"Lo siento Filius, pero ¿podrías explicarte un poco?" le pidió Remus, ganándose las miradas agradecidas de Sirius y Arthur. "¿De qué mecanismo de seguridad estás hablando, y qué tienen los Dursley que ver con ello?"
Entonces el Profesor Flitwick se lanzó a contar una versión editada de los hechos de principios de Noviembre de 1981. Habló de la magia defensiva que se había realizado, y de cómo se había tomado la decisión de usar el archivo de Harry para vigilarlo,
"Si estuviera en alguna clase de peligro mientras que estuviera bajo la tutela de sus parientes, y necesitara ayuda, su carpeta estaba encantada para dar la alarma," explicó el profesor de encantamientos. "El mecanismo de seguridad fue colocado por si el Sr. Potter volvía a quedarse sin guardianes nuevamente. Cuando le echamos, creímos que solamente se activaría en el acontecimiento de sus muertes. Puesto que su familia muggle está bien viva, debemos considerar otras circunstancias… por ejemplo, si lo desheredaron o lo abandonaron, o si el Sr. Potter se rehusó a ir con ellos…" dijo lenta y con excepcional gravedad.
"Entonces¿el encantamiento protector basado en la sangre que lo ha protegido todos estos años se ha roto?" preguntó Albus reservadamente. Flitwick asintió, y el anciano director, suspiró pesadamente.
"Pero¿por qué¡Por qué ahora?" preguntó Molly, pareciendo muy afligida. "Todavía recuerdo cuando él y Ron nos devolvieron a Ginny… ¿por qué no entonces?"
"Sí, y ¿qué de cuando dejó a su tía y su tío el verano anterior a su tercer año¡" agregó Arthur.
"Y precisamente el mes pasado, cuando fue trasladado a ese cementerio," agregó Sirius.
Flitwick negó enérgicamente con la cabeza, y alzó las manos pidiendo silencio. Cuando éste se logró, continuó. "Están confundiendo al Sr. Potter estando en peligro y el Sr. Potter sin tener ningún guardián. La seguridad no se activó mientras estuvo bajo la tutela de sus parientes muggles, pero su carpeta debió habernos alertado cuando estuviera en peligro físico."
"Sí, debió hacerlo," lo interrumpió Dumbledore pensativamente como si recordara algo. "Arabella," dijo, volviéndose hacia la bruja de cabellos grises, "le escribiste al Ministerio con respecto al incidente del auto volador¿o no?" esperó a que la señora Figg asintiera, entonces la animó, "¿Y qué respondieron?"
"No mucho," admitió Belle, pasando las hojas en una carpeta que había llevado consigo y sacando lo que parecía ser una carta formal del Ministerio. "Inicialmente, me escribieron para decirme que habían recibido mi carta y me aseguraban que se investigaría el problema." Ella se detuvo brevemente por un momento, moviéndose nuevamente por la carpeta, entonces sacó otra carta. "Un par de semanas después, recibí esta carta de la oficina del Ministro. Me aseguraron que la carpeta de Harry parecía estar bien, y especulaba que no había habido alarma porque había salido de la casa de su tío por voluntad propia."
"Ya veo," dijo Dumbledore, frunciendo el ceño pensativamente, y juntando los dedos delante de él. Alzó la vista hacia Flitwick. "¿Estarías de acuerdo con lo que dicen, Filius?"
"De hecho, no, " admitió Flitwick. "A menos que los encantamientos se modificaran drásticamente, la voluntad no debería haber importado. Eres parte del Wizengamot, Albus, sé que hubo una petición de modificación hace mucho. ¿Hubo otras?"
Dumbledore no tuvo que pensar para responder a eso. "No, Filius. Tan sólo hubo una petición, y según recuerdo, fue resuelta antes de que el especialista en encantamientos pudiera incluso acceder a la carpeta.
El pequeño profesor de encantamientos asintió, entonces se detuvo brevemente para reordenar sus pensamientos, y continuó. "El mecanismo de seguridad es magia condicional. El mechón de pelo que colocamos en el interior de la carpeta del señor Potter permite que sea "consciente" de su estado físico, o tan enterado como un objeto inanimado puede estarlo. Si hubiera sido o se hubiera puesto seriamente herido o enfermo, por ejemplo, el mecanismo de seguridad se habría activado inmediatamente."
"Entonces¿eso quiere decir que ahora se encuentra muy enfermo o seriamente herido?" preguntó Remus, medio levantándose, alarmado, y expresando lo que Sirius no podía animarse a preguntar.
"No necesariamente," advirtió Filius. "Hay un mecanismo de sintonización que se incluyó. Si el señor Potter perdiera a sus guardianes, el archivo determinaría su estado. Si esencialmente estuviera bien, alarmaría igual que siempre, y el Ministerio tendría diez días para recogerlo y ubicarlo con otra familia."
"¿Y si no lo hacen?" preguntó Sirius, tenso, ya sospechando la respuesta. Habian pasado exactamente tres semanas desde el final del curso.
Flitwick suspiró. Aquí era donde las cosas se volvían un poco grises. "Debo recordarles, que cuando se colocaron estos encantamientos, el señor Potter era poco más que un bebé. Él, absolutamente, no podía estar sin un guardián. Contábamos por completo con que la situación se resolviera inmediatamente, siempre que llegara a ocurrir, y que las otras precauciones no serían necesarias. Sin embargo, puesto que técnicamente todavía estábamos en guerra, planeamos para lo peor, de todas formar. Desafortunadamente, eso requirió muchos calificativos condicionales, me temo que el comportamiento del archivo puede ser ligeramente imprevisible una vez que se haya sobrepasado la marca de los diez días.
"Si no se ha encontrado un guardián al final de dos semanas, la carpeta estaba encantada para comenzar a recopilar información sobre posibles candidatos, como una especie de ayuda para el Ministerio. Si no se hubiera asignado un guardián al final de tres semanas, éste sería un indicador de que el Ministerio, por cualquier razón, no podía realizar la tarea. La magia defensiva se activaría para ocultarlo y a quienquiera que pudiera estarlo ayudando, sin importar su estado físico, y es muy probable que la carpeta comience el proceso de asignar un posible candidato por sí misma."
Los ojos de Sirius se agrandaron de horror. ?Unos descerebrados pedazos de pergamino iban a asignarle un guardián a su ahijado arbitrariamente? "¿Cómo lo detenemos?" exigió saber, cuando finalmente encontró su voz.
"No podemos, al menos no fácilmente, " dijo Albus, frunciendo el ceño muy concentrado. "Estoy en el Wizengamot, pero incluso nosotros necesitamos el permiso de la oficina del Ministro antes de que la carpeta de Harry pueda ser acezada. Desafortunadamente Cornelis Funge, el Ministro, en este momento no está en modo alguno de humor para concederme favores."
La cara de Arthur se iluminó repentinamente y chasqueó los dedos. "¡Perxy!" exclamó. Recibió algunas miradas extrañadas, así que Arthur se explicó. Recientemente, su hijo del medio había conseguido un trabajo como subsecretario de la oficina del ministro. No lo habían visto mucho últimamente, porque había estado muy ocupado, y todos se habían estado yendo directamente a La Madriguera para ayudar con las barreras. No obstante, Arthur estaba confiado en que Percy les ayudaría. Después de todo, Harry era prácticamente de la familia.
Albus asintió, se volvió nuevamente hacia Flitwick. "¿Cómo se realizará el procedimiento?"
Filius consideró cuidadosamente antes de contestar. "Muy probablemente, compilará una lista de probables candidatos entre la gente al que el señor Potter ve regularmente. Debe haber una cierta muestra de buena voluntad por parte de la familia huésped, debe preguntárselo a Sr. Potter, y una muestra de aceptación de él hacia ella. No puedo, por ejemplo, obtener la tutela simplemente indicando mi buena voluntad. Debo hacer mi oferta al señor Potter personalmente, y él debe aceptar mi oferta. Ahora, qué constituye exactamente era oferta y la aceptación, es determinado por la carpeta, y puedo decir muy probablemente llegara a ser menos exacta y exigente conforme pase le tiempo."
Los magos y brujas en la habitación se quedaron sentados en silencio durante algunos minutos, antes de que Dumbledore saliera precipitadamente de sus pensamientos "Muy bien, " dijo, aplaudiendo enérgicamente con sus manos. "Tenemos algo de tiempo, pero no mucho. ¿alguno de ustedes tiene alguna idea de dónde puede estarse quedando?"
"No puede ser ningún lugar lujoso," especuló Sirius después de pensarlo un momento. M"e dijo en una carta reciente que estaba haciendo cosas como fregar pisos y acomodando cosas. No hay nada de malo en eso, pero ese tipo de trabajos no están precisamente en la cima en la escala de salarios. A menos que esté trabajado a tiempo completo, no puede estar ganando más que lo necesario, e incluso eso es dudoso."
"Es verdad, Black, a menos que esté complementando sus ingresos."
Sirius y los otros se volvieron para mirar de frente al experto en pociones de Hogwarts, que estudiaba el mensaje anterior. "¿De qué hablas?" preguntó Sirius con impaciencia.
"Tan sólo encuentro interesante esta elección de palabras de aquí, " dijo Snape, golpeando ligeramente y con cuidado el pergamino. " ¡Engorgio! " ordenó, agitando su varita sobre pergamino. Cuando el papel era bastante grande para que todos lo vieran, él transfigured un soporte, y sujetó la transcripción a él "Here, " él dijo, golpeando ligeramente el papel con su varita.
Ahora, si me disculpan, la dama que solicitó mis servicios esta tarde debe estar por llegar en cualquier momento, y realmente tengo que irme.
El silencio reinó por quince segundos completos, entonces todos comenzaron a hablar a la vez.
"¡Cómo te atreves! " rugieron Arthur y Sirius.
"Vamos, Severus, realmente no era necesario apuntar algo así," regañó Remus.
"Harry es un buen muchacho," apuntó" Arabella.
"Si su familia lo ha abandonado, como parece haberlo hecho¡Potter pudo no tener mucha opción en el asunto!" gritó Snape. "Y puesto que ha decidido seguir las instrucciones por primera vez en su miserable vida, sus opciones no son exactamente variadas. Claro que puedes tener razón, " él dijo sonriendo maliciosamente a Black. "Probablemente no hay un próspero mercado para los muchachos delgados y bajitos. Quizás simplemente está experimentando con la venta de las drogas recreativas muggles, o convirtiéndose en un pequeño ladronzuelo."
"¡Suficiente, Severus!" Albus dijo secamente, antes de que Sirius terminara por farfullar, y las cosas se salieran completamente de control. "Estoy segurote que todos esperamos que Harry consideraría eso como una emergencia, y se habría puesto en contacto con alguien si se encontrara en tales apuros. Desafortunadamente, " agregó con una mueca, "aún con todo lo desagradable que puede ser ese panorama, hasta que encontremos a Harry, no podemos descartarlo."
"¡Albus!" protestó Sirius. "¡No puedes creer que Harry haría algo así!"
"No, Sirius, no lo creo. Sin embargo, tampoco creí que Harry pudiera sentir que necesitaba esconderse de mí, y hasta hoy, creí que estaba con su familia muggle. Admito que no es la mejor pista que tenemos, pero no podemos dejar ninguna posibilidad sin revisar. Esta posibilidad se comprobará junto con todas las otras."
"Además, paddy, casi tiene quince. Prongs comenzó realmente a notar a las chicas a los quince," lo instigó Remus desvergonzadamente, gozando de la mirada horrorizada en los ojos de su amigo. Era muy fácil sacar a Sirius de sus casillas.
"Sí, bueno. Sugiero que dejemos eso por esta noche," dijo Albus, sacando un reloj de bolsillo de su túnica y mirando a hora. "Todos traten de irse a dormir algo y comenzaremos nuestra búsqueda por la mañana."
Líneas de Harry Potter y la Piedra Filosofal, de J. K. Rowling.
¡Uf! Realmente, el capítulo 22 estaba maldito, casi lo terminé de traducir en varias ocasiones, y siempre pasaba alguna cosa, como que se echaba a perder el disco. Pero por fin, está terminado, o eso creo. Si se me pasó algo, por favor, avísenme.
Gracias a Gandulfo, Amy Etchard, remus- lupin – black- darkq, Ginger, DValle y Hermione567 por sus reviews, apoyo y paciencia en la espera.
Espero que el siguiente capítulo no me tome tanto tiempo, pero no puedo prometer nada, puesto que ahora estoy trabajando, pero lo continuaré.
