Aclaraciones/Creditos: Ni Harry Potter ni ningún otro personaje o ubicación mencionada en los trabajos de J.K. Rowling me pertenecen.
Bored beyond Belief es la lectora beta de Realizations.
Capítulo 23 - Pensamientos Nocturnos (un interludio)
Sábado, 22 de Julio de 1994
Harry cogió su almohada y las mantas que Janet le había dejado. Después de una película, seris cuentos, dos rondas de besos ya abrazos de buenas noches, un poco da agua para cada una, tres "arrullos" y bastantes dudas y mucha charla a medio terminar, Kitty y Becky finalmente estaban metidas en sus camas y dormían profundamente.
Tenía que admitir que habían dado una buena pelea. Al final, ambas apenas habían podido mantener los ojos abiertos. Por supuesto, Harry no podía decir que eso lo sorprendía mucho. Estaban excitadas por la llegada de su padre, y realmente deseaban permanecer despiertas y validarlo, pobrecitas.
Las complació por un rato, leyéndoles historias y cediendo a sus súplicas de quedarse despiertas "sólo un rato más." Desafortunadamente, Janet y su marido no aparecieron, y conforme se iba haciendo más y más tarde, los párpados se les habían ido cerrando más y más.
Para cuando finalmente las había llevado al piso superior, amas desarrollaron un severo caso de "último vistazo nocturno". Becky, especialmente, se había puesto gruñona y fuera de sí, queriendo ser abrazada y gritando temerosamente. Harry había estado un poco desorientado en esto, hasta que recordó la advertencia final de Janet de que no dejara que Becky se cansara demasiado. Dándose una palmada mental, decidió que probablemente había hecho justamente eso. Después de todo tuvieron una tarde muy ocupada, y se habían pasado muuuucho de su hora usual de irse a la cama.
Kitty habría sido realmente más fácil de manejar que Becky, cosa que Harry encontró sorprendente. Una vez que las escoltó a su dormitorio, esperaba que la niña mayor se quejara por irse a dormir, y tratara de hacer que se quedaran levantadas un tiempo más que su hermana, en términos generales. Ambas niñas eran muy dulces, pero Kitty tenía una naturaleza más intensa que su hermana. Ocasionalmente podía ser casi controvertida. Becky, por otra parte, aunque estaba en mitad de los "terribles dos años" generalmente era más tranquila y tolerante.
Generalmente… pero no siempre.
No había habido nada tolerante y tranquilo en la pequeña Wright esa noche.
Harry giró los ojos cuando recordó esa escena, agradecido por no haber tenido un gran público. Kitty había sido suficiente, bien gracias, y no había sido de ayuda en absoluto. Si acaso le había dirigido una mirada de impaciencia desde la cama, cuando trataba de calmar a Becky con, estoy cansada¿no puedes hacer algo para callarla? escrito en su cara. Aunque ella no había dicho nada en voz alta y Harry estaba agradecido por ello. Obviamente ella había pasado por eso antes. Cuando él no pudo calmar a Becky de inmediato, ella simplemente ocultó la cabeza bajo la almohada en un intento de amortiguar los sollozos de su hermana.
Así pues, esencialmente Harry se había encontrado solo, sosteniendo a la llorosa Becky con un brazo y murmurándole cosas absurdas, mientras que exploraba frenéticamente en el papel que le había dejado Janet y preguntándose si sería un buen momento para pedir ayuda. Se sintió aliviado y horrorizado cuando finalmente encontró un consejo: "si tienes problemas para lograr que Becky se duerma, muévela, frotale la espalda y cántale…"
�¿Que le cante? Había parpadeado incrédulo, seguro de haber leído mal. Lo de acunarla, y frotarle la espalda probablemente podía hacerlo, pero¿cantarle?
Sí.
Bien.
Traumaticemos a la pobrecita más allá de toda esperanza de recuperación¿o no?
Por otro lado, nada más parecía dar resultado, y el papel todavía no se había equivocado hasta ahora…
Cogiendo un cojín con una parte superior mullida, se sentó cerca del pie de la cama de Becky. Se le acercó nervioso, temiendo que cualquier tentativa por calmarla tan sólo la haría llorar más, pero ¡realmente había funcionado! A Becky no había parecido importarle en lo más mínimo cómo cantaba, probándole a Harry que realmente no era cuestión de gusto. De hecho, una vez que se dio cuenta de que "frotarla" era mover suavemente la mano hacia arriba y abajo por la espalda, y detuvo sus torpes caricias ("¡Becky no es un perrito!"), ella se acomodó sin demasiadas quejas. Totalmente agotada por los acontecimientos de la tarde, no había tardado mucho antes de que se relajara y respirara profundamente.
Harry sonrió suavemente, recordando cómo ella se había acomodado alegremente en su hombre, después de detuvo e hizo ruiditos de impaciencia. Volviendo su atención nuevamente a las mantas, se regañó por convertirse en un sapo gigante. ¡Voldemort había resurgido y ahora él podía estar en una audiencia con el Ministerio en cualquier momento¡No tenía tiempo para ponerse tonto y sentimental, por demasiados gritos!
Todavía... Harry acabó de alisar las mantas y alzó una ceja. Ya habían pasado dos horas o más desde la "visita" de Dobby. Si el ministerio iba a enviarle una lechuza por el "uso indebido de la magia", ciertamente se estaban tomando su tiempo. Indeciso, cogió su bolsa, entonces bajó nuevamente la vista, preguntándose si era seguro ponerse sus pijamas y alistarse para ir a la cama.
Frunciendo levemente el ceño, Harry fue a la ventana de la sala, y exploró el cielo a la búsqueda de lechuzas. No había sabido nada del departamento del Uso incorrecto de la magia, eso era cierto, pero todavía no se sentía como para relajarse. Si iban a llevárselo al Ministerio o a Hogwarts, sería mejor que lo hiciera en sus ropas normales, gracias.
Suspirando otra vez, Harry cruzó los brazos sobre el pecho y continuó explorando el horizonte. Esa falta de respuesta era malditamente confusa. Cuando Dobby había hecho su encantamiento de levitación el verano anterior a su segundo año, el ministerio pareció saberlo de inmediato, y respondió en cuestión de segundos. ¡Simplemente no tenía sentido! Incluso si se decidían por tan sólo darle otra advertencia, ya debería haber sabido algo de ellos¿o no?
Bien, muy bien, quizá no, admitió el adolescente, recordando cuando había inlafo a la tía Marge, la hermana de tío Vernon, el verano anterior a su tercer año. El ministerio había estado demasiado ocupado después de lo de Sirius y tratando de asegurarse de que la huida de Harry no terminaría en algo peor para él. Su pequeño estallido de magia accidental había sido una cosa insignificante comparada con la enorme maraña que reinaba en el estado actual de las cosas, y no le habían hecho caso.
¿Podía ser ése ahora el caso¿Alguien en el Ministerio (además del Sr. Weasley) creía que Voldemort había vuelto? Harry torció la boca hacia un lado. Era posible, pero no. Teniendo en cuenta la actitud del Ministro Cornelius Funge hacía unas cuantas semanas, eso no parecía del todo probable. Quizás la lechuza no podía llegarle porque actualmente estaba en la residencia de un muggle. ¿Quizás tenía una carta de la querida Sra. Hopkirk esperándolo a su regreso en el Caldero Chorreante?
Frustrado, Harry se pasó una mano por el pelo. Todavía tenía miedo de tener una pesadilla, y habría querido echar un encantamiento silenciador en el sof�, pero hasta que supiera qué ocurriría, no se atrevía. La magia de Lobby podía haber pasado inadvertida esta vez, pero ciertamente no deseaba probar los límites de su suerte.
Aunque…
Harry se volvió de la ventana y alzó las cejas especulativamente. Dobby no era el único que había hecho magia esa tarde. ¡Kitty y Becky también lo habían hecho¡Demonios, incluso él lo había hecho! Se preguntó brevemente si el Ministerio no lo había notado porque era magia sin varita, después desechó ese pensamiento. Dobby nunca había tenido una varita. Y en cualquier caso, Harry no había utilizado su varita cuando finalmente la tía Marge lo había llevado a sobrepasar sus límites de resistencia. ¡El Ministerio ciertamente se había enterado perfectamente de esos incidentes con bastante prontitud¿Entonces qué sucedía¿Era porque no estaba en la casa de Privet Drive?
El chico frunció nuevamente el ceño, considerándolo. Eso, realmente tenía mucho más sentido. ¡Las barreras protectoras alrededor de la casa de su tío probablemente se habían puedo para vigilarlo! Brillante. Harry hizo un ruido indefinido con la garganta, entonces volvió a caminar hasta el sofá y se dejó caer en él silenciosamente.
Realmente, echar un encantamiento silenciador probablemente no era una buena idea, de todas formas. En resumen, tenía más sentido arriesgarse a la indignidad de una pesadilla. Por lo menos los malos sueños se explicaban más fácilmente que la magia. Incluso si su encantamiento fuera pasado por alto por el Ministerio, seguramente Janet tendría preguntas qué hacer si volvía y lo encontraba mascullando sen el sof�, sin que emitiera ningún sonido.
Además, siempre había la posibilidad de que no tuviera pesadillas o visiones en absoluto. Voldemort había estado extrañamente silencioso esa tarde, y el cansancio físico siempre ayudaba a mantener a raya a sus pesadillas normales. Si la forma en la que se sentía en ese momento era un indicador, no creía tener muchas pesadillas "normales" esa noche. Eso era una ventaja secundaria que había descubierto cuando trabajaba tan duramente esos primeros días en el Caldero Chorreante.
Sonriendo ligeramente, Harry se reclinó y pasó los dedos por detrás de su cabeza. El fregar suelos no parecía nada retador después de Becky. Ella ciertamente se había ganado el apodo de "Snidget. " Un pequeño objeto relampagueante que era.
Kitty también era desafiante, pero de un modo distinto. Ella era la que tenía las preguntas. Se había quedado algo silenciosa después del incidente de la bola, y había dicho muy poco durante la película y el subsecuente ritual para ir a la cama. Había estado tan quieta, de hecho, que pensó que se había quedado dormida mientras que arrullaba a Becky. Pero resulto no que no estaba. Cuando había acabado de meter a Rebeca en la cama y había ido a revisarla antes de irse, descubrió que en algún momento había sacado la cabeza de debajo de la almohada, y lo había estado mirando.
"Necesitas dormir, señorita," le había dicho, acomodándole las mantas, y después se sentó en el borde de su cama. "Podrás ver a tu mamá y a tu papá por la mañana."
Kitty había bajado la vista por un largo momento, después había vuelto a alzar la vista. "¡Vas a decirles?" preguntó reservadamente, con una extraña mezcla de esperanza, miedo y y resignación en sus soñolientos ojos cafés.
Harry se le había quedado mirando por un largo rato, sin saber cómo responder. ¿Qué en el nombre del cielo, se suponía que debía decir a eso¡ No tenía sentido hacerse el tonto. Sabía exactamente de lo que ella estaba hablando. Tan sólo no sabía cuáles eran las reglas en ese caso.
Gimiendo internamente, había afrontado el problema, maldiciendo su propia tendencia a postergar las cosas. Había pretendido preguntarle a Tom cómo se contactaba e integraba a los niños de origen muggle en la sociedad mágica durante días, pero no había sabido sacar el tema. Antes de esa noche, simplemente había sospechado que las niñas Wright pudieran ser brujas. El asunto nunca había parecido tan urgente, así que se cuidó de sacarlo a colación. Ahora que sus sospechas habían sido comprobadas, realmente necesitaba alguna orientación, pero aquí estaba, pareciendo como un tonto por no haberse molestado en hacer ni una pequeña pregunta.
Misericordiosamente, Tom había ido en su ayuda nuevamente, aunque indirectamente, Cuando Harry estaba buscando algo que decir, se encontró recordando una conversación misteriosamente similar. Parecía que también él, había estado confuso, desorientado, y necesitando que lo tranquilizaran un poco había no mucho tiempo…
"¿Vas a decirles que estoy aquí?" Harry todavía se estremecía cuando pensaba en cuán temerosa había sonado su voz cuando había preguntado eso. Había sonado a punto de derrumbarse. Afortunadamente el otro mago no lo había tenido en su contra.
"Porqué primero no me dices qué sucedió?" Había preguntado Tom en vez de responder. Aunque no entendía claramente la renuencia de Harry en contactar el director, el viejo posadera no había hecho ningún juicio o acusación precipitada. Simplemente había demostrado una buena voluntad para escuchar, y le había ofrecido a Harry la oportunidad de explicarse. Ahora eso parecía la mejor manera de proceder.
"¿Por qué primero no me cuentas sobre ello?" preguntó con una media sonrisa, esperando facilitarles las cosas. Sin embargo Kitty había parecido frustrada, evidentemente temerosa de hacer el ridículo.
"Pensarás que es algo tonto," declaró ella, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño obstinadamente.
"Pruébame", la animó, y al fin, ella aceptó
Como Harry había esperado, ella tenía miedo de perder la aprobación de sus padres, pero no por las razones que él se imaginaba. Kitty no estaba nerviosa por admitir su magia. De hecho ella pensaba que su papá y su mamá probablemente encontrarían que todo era sumamente maravilloso.
¡No, el problema estaba en la luz en la noche, por sobre todas las cosas! Cuando había descubierto su magia, Katrina había estado durmiendo con una lámpara grande prendida toda la noche, no tan sólo una minúscula luz de pared. Eso evidentemente había sido una concesión que hasta entonces le había hecho su madre.
Por lo tanto, cuando Janet descubrió que Kitty se había despertado en un cuarto obscuro y había logrado volver a dormirse sin hacer un excándalo, había estado encantada. Había hecho un esfuerzo especial para elogiar a su hija y hacerle saber lo contenta y orgullosa que se sentía de ella. No queriendo desilusionar a su madre, Kitty había accedido renuentemente a abandonar la lámpara grande a cambio de las dos lamparitas nocturnas que usaba ahora. "Pensé que si tenía la bola, estaría bien," dijo ella, bostezando ostentosamente, y comenzando a arrastrar las palabras. "Tenía miedo de que si lo decía, a mamá y a papá que todavía quería mi luz grande, ellos ya no estarían felices."
Harry tocó con la punta del pie a sus tirados pantalones, y se hundió más profundamente en el extremo del sof�, cruzando los brazos sobre el estómago y subiendo los pies. Kitty había estado aliviada de tener a alguien en quien confiarse. Ella le había dicho cuánto odiaba las pequeñas luces de la noche, y las espeluznantes sombras que proyectaban en el piso y las paredes, y admitio que casi había perdido la compostura la primera noche que durmió sin su lámpara. La magia había sido puramente accidental. No tenía idea de qué había hecho para producir la bola em primer lugar, y no estaba segura de que pudiera hacerlo otra vez. Incluso se preguntaba si no lo habría soñado. Para el final, ella balbuceaba al borde del sueño. "Tan sólo tenía que practicar," masculló ella antes de dormirse. "Fue algo así como… como cuando aprendí… a silbar…"
Bostezando él mismo, Harry movió la cabeza mientras recordaba la conversación. "Pequeña niña tonta," murmuró cariñosamente. Se quedó unos minutos junto a Kitty, cerciorándose de que se había dormido y mirándola con una especie de divertido asombro.
Que Kitty le hubiera dicho a Becky cuando no se había confiado en sus padres parecía extraño. Becky era una dulce cosita, pero estaba casi garantizado que iría a farfullar cualquier cosa que supiera. Sin embargo, después de pensar en ello por algunos minutos, Harry comenzó a tener la fuerte sospecha de que Kitty había sido sorprendida en el acto por su hermanita bebé. Las dos habían compartido el dormitorio casi todo el tiempo, desde que Becky había sido llevada a la casa del hospital. Habría sido difícil que Kitty le ocultara su magia indefinidamente especialmente si la usaba para calmarse cuando se apagaban las luces. Y puesto que Becky llamaba al juego "pelota", Janet no sospecharía nada fuera de lo común, incluso si Becky se lo hubiera dicho.
Harry sonrió, profundizando en esa idea. ¿Era el nombre un afortunado accidente o Kitty sle hab�a dicho de "pelota" a propósito?
Todo realmente tenía una especie de sentido tergiversado. Lo único que no entendía, era por qué Kitty creía que su madre le estaría resentida o que usaría algo tan nimio en su contra. Cualquiera que tuviera ojos podía ver que Janet estaba loca por sus dos niñas. Obviamente, a Janet podía no haberle gustado el dejar una lámpara encendida toda la noche, pero Harry no tenía ninguna duda de que lo hubiera hecho, si Kitty lo necesitaba realmente.
Quizá tan sólo proviene del deseo de no decepcionar a alguien que quieres, murmuró Harry cerrando los ojos, y dejando que sus pensamientos comenzaran a divagar. Casi inmediatamente, su "discusión" con Sirius y las otros otros le vino a la mente. Él era muy culpable de algo parecido.
Era difícil describir las acometidas de aprensivo pánico que sintió anteriormente, cuando entró en su cuarto y atisbó el mensaje de Dumbledore. Su primer (y obviamente infantil) instinto había sido fingir como si no lo hubiera visto. En resumen, se dio cuenta de que estaba siento estúpido. Además de enviarle el pergamino encantado, en primer lugar, Dumbledore no se había molestado en escribirle anteriormente. Probablemente lo que su Director quisiera era algo importante. Los latidos del corazón de Harry se habían acelerado anticipadamente. ¿La Orden se había figurado el siguiente movimiento de Voldemort¿Finalmente era seguro que visitara a sus amigos?
No precisamente seguro de qué poner, había escrito, "¿Profesor Dumbledore?" y había pueso el icono del fénix. Parecía un derroche el utilizar toda una hoja de pergamino encantado de ese modo, pero era lo único en que podía pensar Harry. Realmente no esperaba una respuesta inmediata, pero obviamente Dumbledore había estado cerca. Había sido ligeramente tomado por sorpresa cuando el anciano mago había escrito. "¿Dónde has estado?"
Harry había parpadeado una vez, sintiéndose como si lo estuvieran reprendiendo por haberse escapado después de un toque de queda.
Puesto que era imposible decir por aquellas simples palabras si la pregunta era simplemente curiosa o si la otra persona estaba enfadada, no había estado seguro de cómo proceder. Esperaba que fuera más bien lo primero, había vacilado un poco antes de coger la pluma y escribir "en el trabajo." Dumbledore sabía que él tenía un trabajo ese verano, pero Harry no creía haberle icho exactamente el horario exacto en que lo estaba haciendo. Su propia curiosidad había tirado de él, así que había agregado, "¿ocurre algo, señor?" antes de activar el icono del Fénix nuevamente.
A partir de ahí, las cosas habían ido tomando un mal cariz. Había tratado de asegurar a Dumbledore de que todo estaba bajo control y se había enzarzado en una discusión con su padrino.
Harry frunció levemente el ceño, entonces hizo el pensamiento a un lado. Realmente no quería pensar en eso ahora. Mañana le escribiría a Sirius una carta intentando explicarse… asumiendo, por supuesto, que su padrino y el resto de la Orden no estuvieran esperándolo en masa a su regreso al Caldero Chorreante.
Mientras tanto, no parecía que fuera a ocurrir algo esa noche. Considerando todas las cosas, probablemente era seguro ponerse el pijama y acostarse, pero Harry estaba demasiado cómodo para moverse. Se quedó allí, dormitando a medias, se preguntaba distraídamente a qué sería el asunto para el que el profesor Dumbledore había enviado a Dobby.
Dobby.
Harry sonrió medio adormilado. No podía olvidarse de Dobby. Realmente era asombroso cuán poderoso era el pequeño elfo doméstico. Había limpiado todo el desorden en la sala de Janet literalmente en un momento.
También había sellado la entrada que conducía a al andén 9¾...
Y había hecho que una bludger se volviera loca...
Todo firmemente con el bienestar de Harry en su mente, claro.
Sí, Dobby había ido a verlo en la casa de Privet Drive...
Y en la enfermería de Hogwarts...
Y nadie...
Lo había...
¡notado!
Con un grito de asombro, los ojos de Harry se abrieron por completo y se sentó de de golpe. ¡Era verdad¡Nadie había sospechado nada¡Por todas las evidencias, la pequeña criatura podía incluso aparecerse dentro de Hogwarts, donde la Aparición y la Desaparición se suponía que era imposible!
¡De hecho, la única vez que la magia de Lobby había sido detectada, había sido en la casa de Privet Drive, el verano anterior al segundo curso de Harry! Lobby había aparecido mientras los Dursley habían estado recibiendo al Sr. y a la señora Mason, unos clientes potenciales de Grunnings, y por supuesto, habían enviado a Harry a que se quedara encerrado en su habitación mientras duraba la cena, a fin de que no hiciera algo "monstruoso" o "anormal." Encontró al pequeño elfo doméstico en su cuarto una vez que lo enviaron al piso superior, y las cosas se habían salido rápidamente de control.
Dobby había advertido a Harry sobre un complot (del cual no podía decirle los detalles) y había intentado hacer que Harry le prometiera que no volvería a Hogwarts (algo qué Harry no haría.) Cuando no había podido arrancar una promesa de Harry, Dobby había recurrido a medidas más drásticas. ¡Antes de que Harry pudiera detenerlo, se había lanzado escaleras abajo y descargó el pastel de tía Petunia sobre la cabeza de la señora Mason¡Y puesto que Harry había sido el único ser mágico (conocido) en el lugar, labia sido culpado de todo aquél lío por los Dursley y por el Ministerio de Magia!
¡Porqué ese sucio truco! Harry ardía de indignación, incredulidad, y una especie de creciente admiración que pujaba por imponerse a las otras emociones. ¡No podía creerlo¡Las barreras anti - aparición de Hogwarts no eran suficientes, pero el Ministerio se había enterado del encanto que había hecho Lobby en la casa de Privet Drive¿Por qué no habían notado las idas y venidas del pequeño elfo doméstico?
¿Por qué no lo habían notado en la estación del tren, o en Hogwarts?
Harry se levantó nuevamente, y otra vez fue a la ventana y se quedó inmóvil mirando el cielo libre de lechuzas.
Dobby siempre le había parecido que era un poco más… creativo que los otros seres de su clae. La mayoría de los elfos domésticos que Harry había visto eran criaturas tímicas, aparentemente felices en su servidumbre, completamente devotos a sus amos, y se acobardaban fácilmente. Dobby, aunque no precisamente desafiante, parecía estar dispuesto cuando menos a considerar el mejorar su situación. Por supuesto, teniendo en cuenta cuán horriblemente lo trataban los Malfoy, probablemente no podía hacer otra cosa más que mejorar.
Uno podía pensar que su actitud sería aplaudida y emulada, pero realmente era mirado como algo extraño por los demás elfos domésticos de Hogwarts. La mayoría veían su condición de "elfo doméstico libre" como algo vergonzoso, y no como un honor. La mayoría de ellos nunca se habrían atrevido a hacer lo que hizo Dobby.
Harry nunca había pensado en eso antes, pero todo aquello realmente era muy extraño. La mayoría de los magos apenas notaban a los elfos domésticos, si la actitud de Ron era un buen indicador. Eso le parecía un poco… imprudente, dado de lo que las pequeñas criaturas eran capaces.
Movió la cabeza distraídamente. La libertad de los elfos domésticos era una de esas cosas donde los conceptos de lo que estaba "bien" y "mal" eran difíciles de definir. El cielo sabía que sus dos mejores amigos habían dado muchas vueltas alrededor de eso en aquel año pasado. Ron no lo veía como un problema; Hermione pensaba que todo el asunto era horrible. Personalmente, Harry no estaba muy seguro de cuáles eran sus sentimientos. Normalmente estaría de acuerdo con que la esclavitud estaba mal, pero después de ver la manera en que había reaccionado Winky cuando la liberaron, no estaba tan seguro. Quizás sería mejor considerar a cada elfo doméstico sobre una base de casos individuales.
Volviendo al problema actual, como los elfos domésticos típicamente no eran considerados como una amenaza por la mayoría de los magos¿entonces estaban en una especie de estado 'por debajo del radar'¿Las barreras de protección normales no eran capaces de detectarlos?
Harry se partió la cabeza, pensándolo. Era posible, suponía, y ciertamente explicaría por qué todavía no había sido abordado por el Ministerio. ¡No lo habían notado porque Dobby no había pretendido ponerlo en apuros!
Por lo que parecía, la magia que hicieron Kitty, Becky y él mismo, probablemente era demasiado débil para que la detectaran si alguien no estaba poniendo atención específica a ella. La bola de luz era linda y todo, pero no había mucho poder mágico detrás de ella.
Whau. Harry se sentía un poco sobrepasado. Eso lo decide todo. ¡Definitivamente necesito hablar con Hermione! Probablemente ella sabe muchísimo sobre elfos domésticos, considerando la P.E.D.D.O. y todo eso. Mientras tanto, probablemente debería prepararme para irme a la cama, pensó, después de notar la hora. Fué a recuperar su pijama, el cepillo y la pasta dental de su bolso, haciendo lo que había planeado. Si se iba lo bastante tarde mañana por la mañana, podría detenerse y llamarla en el camino de regreso al Caldero Chorreante. Si no, suponía que podría probar más adelante, o enviarle una lechuza.
Mientras se cepillaba los dientes, Harry se encontró especulando en la tarea que tenía que hacer Dobby para Dumbledore. Había sido un poco extraño cuando se había aparecido así… ¿y qué fue lo que dijo?
"¡A Dobby le alegra ver que el señor Harry Potter se encuentra bien¡El señor Harry Potter está siendo muy travieso causando mucha preocupación en Hogwarts!"
Sí, eso era. Causando mucha preocupación. ¿Pero por qué? Se preguntabaHarry, mirando fijamente el espejo que estaba sobre el lavamanos. Les dije que todo estaba bien. ¿Por qué no me creyeron? Frunciendo el ceño, Harry sin embargo, se encontró recordando la "conversación" mediante el pergamino encantado con Dumbledore y Sirius otra vez. Él faltaba algo, en alguna parte.
"Harry, sabemos que no estás en Australia con los Dursleys. Dínos dónde estás, y haré que te traigan a Hogwarts, hasta que podamos solucionar todo esto."
¡Espera! Harry casi se ahogó con la paste dental. ¡Cuando le había escrito a Dumbledore que la casa de su tío estaba en venta, el director debía haber hecho lo que el mismo Harry no se había molestado en hacer, y había descubierto que los Dursley se habían ido del país! Si eso era cierto, probablemente Dumbledore asumió que él había ido con ellos, observó Harry con un gemido de pesadumbre. ¡De verdad que eres un idiota, Potter¡Es un milagro que lograras vestirte por la mañana!
Otra vez era esa tendencia a dilatar las cosas. O tal vez eran los sentimientos difíciles. Con Kitty y Becky, realmente había sentido el impulso de tomar una acción. Con sus parientes… Harry lavó su cepillo de dientes y se encogió de hombros. Dado que no pensaba volver a ensombrecer su umbral, simplemente no se había molestado. Ahora, era obvio que esa no era la mejor decisión que había tomado. Si se hubiera molestado en descubrir adónde habían ido su tía y su tío probablemente, eso habría podido evitarse, de algún modo.
Se preguntaba si tan sólo debía quedarse tranquilo, pero incluso eso no era ninguna garantía. ¡Con el regreso de Voldemort, Dumbledore probablemente lo habría vigilado aunque se hubiera opuesto el Ministerio, y la señora Figg! Ella siempre se daba una vuelta de vez en cuando durante el verano generalmente quería que la ayudara con alguna pequeña tarea. ¿Era esto tan sólo una excusa para que la tía Petunia no sospechara? Quizás no había estado tan solo como había creído.
Volviendo nuevamente al problema actual, claramente, alguien había ido al nuevo hogar de los Dursley, ya fuera para colocar nuevas barreras, o para traerlo de nuevo de regreso a Gran Bretaña, y había descubierto que no estaba allí. Harry sonrió traviesamente, gozando ante la imagen mental del tío Vernon y de tía Petunia mientras trataban de dar una explicación creíble a su ausencia, después gimió otra vez. Solamente quería proteger a sus amigos. Pensó que estaba haciendo lo que le habían dicho. Ahora parecía que lo único que había logrado hacer era molestar a todos y causar muchos problemas. ¿Había escapado con éxito de que su director lo descubriera todo ese tiempo simplemente porque había buscado en el sitio equivocado¿Era por eso que todos estaban tan enfadados?
¡Y Dobby¡Dobby sabía donde estaba! Ahora que lo pensaba, Fawkes también, pero Harry no estaba seguro realmente de cómo podía comunicarse un fénix. Ahora Dobby era el problema más grande. Él había encontrado la casa de Janet, después de todo. ¿El pequeño elfo doméstico le habría dicho al alguien¿Era por eso que no había ido nadie? Pensando rápido, Harry trato de recordar exactamente lo que le había dicho Dobby...
"Dobby no ha venido llevarse a Harry Potter. Dobby está haciendo un encargo para el profesor Dumbledore."
¿Qué significaba eso? Dobby había ido a verlo sin que se lo ordenaran? Harry frunció el ceño, calcuándolo. ¿Lobby se sentiría obligado a contarle a Dumbledore sobre la casa de Janet por su propia voluntad? Posiblemente, aunque no le parecía probable. Harry no tenía la sensación de que los elfos domésticos discutieran rutinariamente sus vidas personales con sus amos.
Por supuesto éstos eran Dobby y el profesor Dumbledore en los que había que pensar. Si Dumbledore le preguntaba directamente a Dobby, entonces sí. Harry giró los ojos. Ya podía imaginarse esa conversación...
(Sonidos excitados, enorme sonrisa) Sí, profesor Dumbledore, señor, Dobby sabe donde está Harry Potter. Harry Potter está muy bien, profesor Dumbledore. Dobby acaba de ver al señor Harry Potter esta misma tarde.
(Una sonrisa benévola, y con los ojos brillantes) Espléndido, Dobby, ahora, por favor ¿podrías decirme donde está Harry?
(Agachando las orejas, y expresión dolorida) El señor Harry Potter está en Londes, señor, pero Harry Potter ha dicho que tiene que quedarse. Harry Potter le ha dicho a Dobby que no podía irse, porque Harry Potter está cuidando bebés...
Oh, genial. ¿Ahora qué hago? Harry sentía un poco tembloroso de pavor, cuando sacó su cepillo de dientes, repentinamente sintiéndose mucho menos seguro de sí mismo. La idea de que Dumbledore pusiera todo su formidable poder y a su red de colegas en contra suya no lo atemorizaba poco. ¿Qué sucedería cuando lo encontraran¿Se convertiría en un protegido del Ministerio¿Cómo tal, Cornelius Funge, el Ministro de magia, podía hacerlo encerrar en San Mungo¿Su abandono sería publicado mañana en el diario El Profeta, de modo que todos los magos y brujas pudieran leer cada sórdido detalle?
Harry comenzó a pensar que regresar al Caldero Chorreante cuando volviera Janet, cada vez sonaba mejor. Tal vez ella no estaría de acuerdo, pero podría decirle algo. Quizás que no se sentía bien. Realmente, eso no estaba muy lejos de la verdad. Su estómago se retorcía fuertemente, probablemente por toda su nerviosa preocupación.
Pensó en ponerse nuevamente sus ropas, entonces decidió no molestarse. Después de todo no había nada indecente en sus pijamas. ¿Y a quién iba a importarle lo que usara, de todas formas? Confundido, movió la cabeza distraídamente, no muy seguro de qué hacer después. Quizás podría disculparse con los comerciantes del Callejón Diagon y el Señor Lancaster, y entonces reasumir el "turno nocturno", en el Caldero Chorreante.
Siento la cabeza demasiado nublada para pensar ahora en eso, lo pensaré por la mañana. Fué a la ventana para echar un último vistazo, y se sentó a esperar en el sofá.
Sirius Black suspiró secamente mientras echaba un vistazo a los artículos dispersos en la mesita de café de Arabella. Nymphadora Tonks, otra Auror del Ministerio en la orden, había sido lo bastante amable para vigilar el lugar mientras él, Arabella y Remus iban a Hogwarts.
Asombrosamente, todo lo que habían dejado fuera todavía estaba en ese mismo lugar. No era que no confiara en Tonos, pero podía ser un poco alocada. Por lo menos esperaba que el recipiente con polvos flú se hubiera movido, ero todavía estaba en la mesa, lista para las llamadas por el fuego. Un pedazo del pergamino de Flitwick y una pluma puestas a un lado, (ya con un mensaje escrito) y el espejo en la sala de Arabella habría podido confundirse con un cuadro paisajista del la casa del número cuatro de Privet Drive.
Todo estaba listo para el ataque que seguramente vendría. Cuando los magos tenebrosos aparecieran, toda la Orden sería advertida en cuestión de segundos.
Ahora venía lo difícil. Ahora seguía la espera.
Sirius suspiró otra vez, sintiéndose inquieto. Siempre había odiado esperar. James también. Remus, quizás debido a sus especiales circunstancias, era más paciente, y al parecer y lo aceptaba, parecía tolerarlo mejor.
Eso, o fingía malditamente bien.
Recordando la época de Hogwarts, cuando los merodeadores habían colocado varias bromas furtivas, favorecían el acercamiento directo. Las bromas que se colocaban para alguna desgraciada persona desprevenida, eran divertidas, pero era una agonía quedarse quieto y esperar la acción.
"¿En qué estás pensando?" preguntó una voz grave, sorprendiéndolo. Girándose hacia la fuente del sonido, vio que Remus estaba despierto en el sof�, apoyado en un codo, y mirándolo con curiosidad.
"Se supone que estás durmiendo," lo regañó. El hombre lobo se encogió de hombros.
"Un poco," le dijo, incorporándose y estirándose. "Supongo que todavía estoy aguzado por lo de antes. Así pues¿en qué pensabas?"
"En la espera. Y en James. Y en Hogwarts," dijo Sirius, dando una versión sumamente resumida.
Remus sonrió cariñosamente. Comprendía. "Sí, nunca pude imaginar cómo se las arreglaban, con lo impacientes que eran los dos." Fijó su divertida mirada en Sirius. "Y todavía lo sigues siendo."
Sirius paró de pasear por un segundo, y lo miró sombríamente. "Cállate."
Remus se rió entre dientes repentinamente, haciendo que Sirius alzara una ceja inquisidora. "¿Qué es lo gracioso?" preguntó.
Remus movió la cabeza. "Nada, realmente," dijo, indicando el espejo donde la casa del Número Cuatro de Privet Drive todavía permanecía, inalterada y sin atacantes. Observó distraídamente que un jardinero debía haber pasado por ahí la hierba había sido cortada en un cierto punto. "Todo esta espera nerviosa simplemente me recuerda a cuando Lily estaba esperando a Harry. Pobre James, nunca lo vi en un estado como ése."
Sirius sonrió, recordando con cierto esfuerzo. Pese a todo lo que deseaba quedarse con Harry, una pequeña parte de él realmente lo temía. Harry naturalmente querría que le contara todo lo que recordara sobre James y Lily, su amistad, y su época en Hogwarts.
Desafortunadamente, incluso ahora, todavía sufría de huecos en su memoria. Era un efecto secundario de Azkaban, suponía. Doce años con los Dementotes. Podía recordar los malos momentos en un segundo, casi como si los tuviera grabados a fuego en el cerebro. Los buenos momentos eran más difíciles de recordar, y aún cuando lo lograba, parecían corrompidos con pensamientos negativos.
Su recuerdo más claro del día de la Boda de James y Lily, por ejemplo, no era el entusiasmo de la ocasión, o la ceremonia en sí misma, o la fiesta después. Si se concentraba, podía recordar eso, pero la cosa era que más permanecía venía después, cuando James y Lily ya se habían ido de luna de miel y todos los invitados de habían ido. Se había quedado, preguntándose qué hacer con el resto de la tarde, cuando repentinamente lo golpeó la conciencia de cuánto los acontecimientos del día habían alterado su vida como la conocía.
Para decir la verdad, había sido un poco desconcertante. No tenía miedo de perder la amistad de James en sí misma, habían compartido demasiadas cosas para eso, pero no podía negar que había habido un sutil cambio en la estructura de su relación. Con tanto como desearía que fuera distinto, las cosas nunca serían igual nuevamente.
Tan feliz como él estaba para James, y tan encariñado como él estaba de lirio, su unión había terminado un capítulo acariciado en su vida y lo había anunciado el principio de un nuevo. El apuro era, Sirius había tenido gusto de la manera que habían sido las cosas, y era un poco inseguro sobre este nuevo e inexplorado territorio que se extendía ante él. Por algunos minutos, mientras nadie lo veía, se había permitido condolerse por su "pérdida" y llegar a términos con la idea de "compartir" a su mejor amigo.
Lo malo era, que ese pequeño episodio había durado a lo sumo veinte minutos. Media hora cuando más. Eso era lo que debería tener problemas en recordar, pero no. Gracias a Azkaban, había sido forzado a reproyectarlo, extendiéndolo, mientras que un día sumamente glorioso se había sumido en las sombras.
Por fortuna, parecía ir mejorando con el tiempo. Había notado mejoras después de escapar de la prisión. Después de ser el conejillo de indias de Snape hacía algunos días, también había parecido ayudarle a adelantar el proceso. No que planeara decírselo al grasoso bastardo, claro. Bueno, muy bien. Quizá anónimamente. Dentro de diez o veinte años.
Ahora podía recordar cómo James había enviado vociferadores con las nuevas de su inminente paternidad. Éstos habían gritado alegremente su mensaje antes de disolverse en confeti y de desaparecer en un despliegue de fuegos artificiales de celebración. Él, Remus, y Peter habían estado contentos y felices, en una especie de "mejor tú que yo." Hablando sinceramente después de eso, y convinieron entre ellos que si que si alguno podía hacerlo, Prongs podía. Siempre había sido el tipo de persona que prefería "pasar a la acción", después de todo. Además de ser de hecho el líder de los Merodeadores, generalmente era era muy bueno en hacerse cargo de cualquier reto escolar, o de trabajo, o que la propia vida en sí misma pudiera lanzarle.
Desafortunadamente, la tendencia de James a abordar las cosas no lo había servido muy bien en este caso, especialmente cuando Lily se puso realmente mal varias veces durante su embarazo. Sirius suspiró otra vez. Nuevamente, eran los momentos estresantes lo que recordaba con gran claridad. Los primeros problemas, cuando Lily descubrió que estaba esperando un bebé, y en general, los sentimientos de felicidad eran menos claros como si tratara de verlos a través de una ventana sucia.
James una vez le había confesado en privado a Sirius, que todo el proceso era incomprensible y aterrorizante, y que él se sentía como la persona más inútil del planeta. Esto no era un juego que ganar, un oponente al que abatir, o un blanco que pudiera alcanzar con una maldición bien lanzada. Era, de hecho, sobre todo trabajo de Lily. Se había encontrado indeseadamente en el papel de "observador inútil", que detestaba por completo. Podía ofrecer consuelo, o apoyo cuando ella estaba cansada o enferma, o dolorida, pero allí no había nada que él pudiera hacer realmente.
La pobre Lily había hecho su mejor esfuerzo para tranquilizarlo, diciéndole repetidas veces, que su presencia y ayuda eran provechosas, que hacía algo. Había sido bastante paciente con casi toda su preocupación fuera de lugar, pero conforme pasaba el tiempo, se le iba acortando el genio. Una vez, cuando se acercaba a su fecha de parto, James le había preguntado demasiadas veces en el espacio de cinco minutos si estaba bien, y se encontró huyendo de una feroz lluvia de maldiciones.
Sirius sonrió suavemente ante el recuerdo, después observó a Remus, que todavía lo miraba. "Sí, pobre James," convino, moviendo la cabeza cariñosamente. "El pobre tonto no tenía ni idea de en lo que se estaba metiendo."
El hombre lobo hizo un ruidito manifestando que estaba de acuerdo con él. "La frase 'como un pez fuera del agua' me viene a la mente," dijo con una sonrisa. "Aunque ellos lo lograron, creo."
"Sí, ..." dijo Sirius, antes de volver a sumirse en sus pensamientos. Harry no había sido precisamente planeado. Por alguna razón inexplicable, los encantamientos preventivos de los Potter habían fallado, así que había tomado a todos por sorpresa. Dado que los encantamientos generalmente eran muy confiables, nadie había sospechado la verdad. Cuando la fatiga severa y los vómitos continuos finalmente llevaron a Lily al medimago, ella había estado completamente segura de que tan sólo era "algún sido absolutamente segura él era justa un "descontrolado malestar estomacal."
James había sido comprensiblemente aturdido por las noticias, pero se recobró rápidamente. El momento no era el mejor, con él y Lily en los estudios de post – graduados, y con todo el alboroto de Voldemort, pero estaba seguro de que las cosas se resolverían. Después de todo siembre habían sabido que querían niños. Tan sólo estaban comenzando antes de lo planeado.
Para el momento en que envió sus "anuncios", ya se había reconciliado totalmente con la idea. Lily dijo que había salido a mirar las escobas de juguete (no puede comprar nada tan pronto¡podría salir algo mejor para el momento en que él pueda usarlo!) y hacía su mejor esfuerzo en convencerla para adornar un cuarto de niños con el tema del Quidditch.
"¿Recuerdas algo de esa época?" preguntó Remus finalmente, mirando a su amigo no muy seguro, como si temiera entrometerse en algo privado.
Sirius asintió lentamente, sonriendo al darse cuenta de ello. El embarazo de Lily y la más tierna infancia de Harry habían sido recuerdos que se habían quedado con él, a pesar de Azkaban. Parecía extraño, puesto que Harry había sido el centro absoluto de su mundo. Realmente, lo seguía siendo. Quizá era porque las circunstancias que lo habían rodeado habían tenido su parte de momentos tensos. Incluso si no lo hubieran enviado a Azkaban, nunca se había olvidado del día en que una prueba prenatal rutinaria había arrojado una "inexplicable anomalía en el feto."
El medimago había sido rápido en asegurarles que su bebé estaba sano, y se desarrollaba normalmente, pero el daño se había hecho. James y Lily trataron de presentar un frente valiente, y dijeron que la "anomalía" no necesariamente significaba "malo", tan sólo Sirius había sabido que ambos estaban terriblemente asustados. No se habían sentido realmente tranquilos hasta tres meses después, cuando nació su hijo. Minúsculo, con el cabello alborotado, y absolutamente perfecto, Harry había tenido el número usual de dedos en las manos y los pies, y no parecía distinto de ninguno de los otros bebés en los cuneros del hospital. Bueno, aparte del hecho de que era el ahijado de Sirius, y por lo tanto, el más dulce, el más inteligente y el más maravilloso niño que había nacido.
Como no había ningún problema obvio, la "anomalía" había sido anotada y dejada para "un estudio posterior", cuando Harry fuera mayor. Sirius frunció el ceño, preguntándose si algo habría salido de eso. Por lo que él podía decir, Harry estaba perfectamente bien. Quizás el laboratorio había cometido algún error, o se habían encargado del asunto.
"Sabes que él está bien," dijo Remus, de ninguna parte, casi como si leyera la mente de Sirius.
Sirius parpadeó, cuando era arrojado de vuelta al presente. "Eso supongo," masculló entre dientes, todavía un poco molesto por el comportamiento de Harry.
"Sirius." La voz de Remus ahora era grave. "Tu mismo lo dijiste. Sin importar lo que Harry sea, no es estúpido. Vamos, Snape tan sólo estaba tratando de sacarte de tus casillas," dijo respecto a su amigo con los ojos ambarinos brillando divertidos. "Y de lo que puedo ver, está teniendo mucho éxito."
"¿Qué¡De ningún modo!" negó vehementemente Sirius.
"Ah-aj�," respondió Lupin, mirándolo y sonando no muy convencido. "Mira, no pretendo entender exactamente cuál es el razonamiento de Harry, pero si Dumbledore le dijo que permaneciera alejado…" Remus dejó flotando el resto de la frase y se encogió de hombros. "Probablemente se oculta porque piensa que nos está protegiendo."
Bueno, sí, eso tiene sentido concedió Sirius, asintiendo. Casi podía imaginare a Harry alzando la vista y mirándolo seriamente con esos enormes ojos verdes suyos.
"Mira, lamento haber sido brusco contigo, pero si realmente necesitara ayuda, la habría pedido. Estoy bien¿de acuerdo?"
Las palabras de su ahijado habrían sido una súplica de confianza que Sirius encontraba difícil de conceder. Soltó un sonido de frustración de su garganta, y se pasó una mano por el pelo. "Él dice que está bien, yo quiero creerle…" dijo arrastrando la voz y abriendo las manos en ademán indefenso, incapaz de expresar sus sentimientos en palabras.
Los hombros de Lupin cayeron, derrotados. Sí, pensaba que de alguna forma entendía lo que trataba de decir Sirius. ¿Cómo podían creerle al muchacho cuando había ocultado noticias de tal importancia¿Qué más podía ser que se estuviera guardando? Y quizás lo más preocupante de todo, exactamente¿cómo definía Harry el "estar bien"?
"Mira," dijo finalmente, tratando de tranquilizar a Black, "admito que las acciones de Harry este verano han sido un poco maduras, pero le d� clase por un año¿recuerdas? Su acercamiento a la solución de un problema puede no ser tan ordenada y metódica como su amiga Hermione, pero su razonamiento es igualmente sólido. Incluso cuando daba una respuesta incorrecta, siempre podía seguir su línea de razonamiento. Y a decir verdad, creo que hay más aquí que una simple rebelión de adolescente, aunque pueda ser parte de ello."
"Tan sólo me temo que se esté quedando en algún lugar inabitable, o bien que se esté matando a trabajar para arreglárselas," admitió Sirius dolorosamente, "¡Y no tiene sentido Moony¿Qué niño no considera el que lo dejen solo en una estación del tren como una emergencia para pedir ayuda a gritos!"
La expresión de Remus se ensombreció. "Un niño que ha estado en situaciones similares o peores," gruñó enojado. "Lo que hemos encontrado respecto a su tía y su tío puede muy bien explicar eso." Resopló y volvió a tomar aire, moviendo negativamente la cabeza, después parpadeó, cuando pensó en algo. "Espera… ¿recuerdas lo que dijo Arthur hace unos días¿Sobe cómo Harry estaba solo en la estación del tren y que Molly tuvo que mostrarle cómo llegar al expreso de Hogwarts¿Quién dice que entonces, ellos simplemente lo dejaron ahí para que se las arreglara solo? Quizá se fue pro sí solo a Surrey cuando Dursley no fue a recogerlo simplemente porque no consideró extraño ese tipo de comportamiento."
Los ojos de Sirius obscurecieron, y destellaron furiosos. Realmente era una suerte que los Dursley estuvieran en Australia, porque si todavía vivieran en Privet Drive… "Si eso es cierto¡tuvimos surte de que se encontrara con los Weasley, dijo un poco entrecortadamente. "¡Once años y solo en King's Cross…, pudo haberle sucedido cualquier cosa!"
Remus no contestó inmediatamente, así que Sirius se vlvió a verlo para cerciorarse de que su amigo no había vuelto a dormirse. No era hací, pero Sirius observó que tenía una mirada triste y distraída en sus expresivos ojos ámbar. "¿Moony?" preguntó finalmente. "¿ocurre algo malo, compañero?"
"¿Algo más, quieres decir?" preguntó Remus con el fantasma de una sonrisa en sus labios. "No, tan sólo estaba pensando. Consideré el tratar de obtener la custodia de Harry¿saías eso?"
Sirius negó con la cabeza.
"Sí," Remus continuó con una risa hueca. "Pensé un poco en ello, después de que finalmente comenzara a salir de mi propio dolor. Incluso fui a hablar con un abogado. Sabía cuan resentida y celosa podía ser Petunia."
"¿Y qué sucedió?" preguntó Sirius, frunciendo el entrecejo, confundido.
Remus se encogió de hombros. "Dejé que me disuadiera de ello. Había varias razones buenas. Habían colocado a Harry en un hogar muy cómodo, mientras que yo apenas sobrevivía. No podía jurar que le podría proporcionar un buen hogar, porque siempre me es difícil obtener o conservar un trabajo. Ninguna queja o cargo contra los Dursley había sido llevado ante el Ministerio. Soy casi inútil cerca de la luna llena, y peligroso cuando me transformo. Además, no tenía ningún reclamo legal sobre él." Se interrumpió y arqueó un ceja irónica. "Francamente, mi caso no tenía ninguna oportunidad, e incluso si hubiéramos encontrado alguna evidencia. El ministerio no tiene una muy alta opinión de los monstruos de sangre media, ya sabes."
Quiso decirlo de forma humorística, pero desgraciadamente falló. Levantándose se acercó al espejo, frunciendo en ceño enfadado ante la casa que ahí se veía. "Parecía tan inútil que cedí sin pelear. No sabes cuánto quisiera haber seguido adelante," masculló con tristeza. "Incluso si perdía, habría habido una investigación. ¡Quizás las circunstancias de Harry habrían salido a la luz¿Quién sabe¡Incluso sus parientes podían haber estado deseosos de entregar su tutela¡Harry podía no haber sido dejado a mi cargo, pero por lo menos habría estado lejos de ellos!
A la larga, Sirius se acercó y puso una mano reconfortante sobre el hombro de Remus. Se sentía decepcionado al descubrir que se había desperdiciado otra oportunidad de "salvar" a Harry, pero con todo, realmente no podía enfadarse con Moony. Tenía razón, después de todo, los idiotas del Ministerio habrían luchado con todo lo que tuviera, para evitar que "el – Niño – Que – Vivió fuera a vivir con un hombre lobo. Y realmente, no había garantías de que habrían colocado a Harry con una familia de magos amorosa. ¿Si el caso de Moony no se hubiera dado, habrían forzado a Harry a quedarse con su pariente, o el pleito habría mejorado su situación, o la habría empeorado?
"Deberíamos, podríamos, hubiéramos, Moony," dijo con un suspiro, sorprendido de encontrarse con el papel de "persona razonable que trata de calmar al otro", para variar. "no eres el único que cometió errores. ¿crees que me siento orgulloso de la forma en que manejé el asunto de Pettigrew? Cuando ví que Harry estaba vivo esa noche, nunca debía haberme ido de su lado. Debía haber ido con Hagrid, haberle confesado todo a Dumbledore, haber hecho lo que tenía que hacer, pero me cejó el dolor y la cólera, alejando la razón. Lo único que deseaba era encontrar a Peter y arrancarle su inútil pellejo," suspiró nuevamente. "Pero ahora, todo eso es agua pasada¿o no?"
"Sí," convino Remus. "No podemos cambiar el pasado. Todo lo que podemos hacer es encontrarlo, y comenzar a tratar de mejorarle las cosas… procurar que de alguna forma nos perdone por ser tan malditos idiotas."
"Y él comenzó a hablar de antorchas, y yo estaba totalmente perdida, porque para mí una antorcha es un gran pedazo de madera con fuego en la punta¿cierto? Él finalmente se dio cuenta de que no tenía ni la menor idea, 'Tú sabes. Esa cosa que se sostiene en la mano y arroja luz, y funciona con pilas.' ¡Resulta que él se refería a una linterna, por todos los cielos! Me sentía como una perfecta idiota."
Stephen Wright sonrió, divertido por la animada historia de su esposa, mientras transitaban por la calle. Con su maleta en una mano, pasó el otro brazo por encima de los hombros de ella, sintiendo que las preocupaciones del día comenzaban a disiparse.
Su viaje desde los Estados Unidos no había sido precisamente fácil. Retrasos, turbulencia, y lo que parecía ser un millón de pequeñas molestias y dolores de cabeza que habían perseguido todo su vuelo por el Atlántico. Para cuando finalmente llegó, se había sentido cansado, entumecido e irritable, y francamente, sin ningunas ganas de encontrarse con sus dos niñas cansadas e irritables.
De esa forma, fue a la Terminal con una extraña mezcla de impaciencia y agitación. Había extrañado a Jannie y a las niñas, por supuesto, y estaba ansioso de verlas otra vez, pero con lo tarde que era, Kitty y Becky probablemente estarían cansadas y gruñonas, por el sueño.
Se imaginó que se las en la puerta se encontraría a Janet enterrada debajo de una pila de niñas lloronas, o que estuvieran durmiendo, pero para su sorpresa, había estado sola. Se quedó de pie en el aeropuerto por quizá dos minutos, antes de que ella lo viera, y se encontró con su esposa que lo abrazaba alegremente. La besó y la abrazó, haciéndola girar, antes de darse cuenta de que nadie más reclamaba su atención.
Las niñas no estaban.
Jannie, tan increíble y pensativa persona como era, había logrado encontrar una niñera. Seguro, se sentía un poco desilusionado, pero honestamente, todo fue mucho más fácil. Una vez que recogieron su maleta, se marcharon para tomar un tren de regreso a la ciudad.
Realmente, ése era el ajuste más grande que podría prever al que tendría que acostumbrarse. Estar sin auto le iba a costar acostumbrase un poco. Nunca había sido un usuario activo del transporte público en el pasado. En ese caso, decidieron que el coche sería un coste del que probablemente podrían prescindir. Razonando que siempre podían rentar un auto si querían viajar, o comprar uno, si decidían que no podían pasar sin él.
Steve sonrió, recordando cómo su esposasorprendiendo, persona pensativa que ella fuera, había manejado encontrar a una ninera. Seguro, él era haber decepcionado poco, pero honesto, todo iba mucho más liso. Una vez que recuperaran su bolso, ellos fijaran apagado para encontrar un tren nuevamente dentro de la ciudad.
Ése era el ajuste más grande que él podría prever, realmente. El estar sin un coche iba a llevar poco conseguir utilizado. Él nunca sido patrón activo del transporte público en el pasado. En este caso, decidido que el coche sería probablemente un costo que podrían hacer fuera. razonado que podrían alquilar siempre un coche si desearon tomar un viaje, o compran uno si decidían que no podrían hacer fuera.
Steve hizo muecas, recordando de cómo su esposa había hecho el viaje de vuelta a Londres como algo rutinario. Janet parecía estarse ajustando bien, y el paseo en tren desde el aeropuerto no había ido del todo mal. Quizá esto estaría bien.
Aunque tenía curiosidad sobre la niñera. Jannie generalmente era muy particular respecto a con quién dejaba a las niñas. No habría creído que hubiera tenido el tiempo suficiente para confiar en dejárselas a alguien todavía. Ella y las niñas no habían estado mucho tiempo en el país, y por como parecían estar las cosas, ella había estado la mayor parte del tiempo desempacando.
"Así pues¿cuando la conociste?" preguntó, cuando su esposa acabó su historia.
Janet frunció el ceño, sin comprender. "¿A quién?"
"A la niñera."
Janet sonrió. "Ya te conté sobre él. Es Sparky el mismo niño que trabaja en ese pequeño pub y posada, por allá."
Steve escudriñó las sombras. "¿Dónde?"
"All�," señaló Janet vagamente pro la calle, a la derecha. "El Caldero Chorreante." Cuando Steve siguió mirándole perplejo, se encogió de hombros. "No parece que Tom tenga iluminación nocturna. Lo verás en la mañana. De todas formas no es un lugar precisamente visible. Simplemente te advierto, no parece muy bien por fuera, pero el interior es agradable. También la comida es buena."
Steve asintió. Había estado en algunos sitios como ése. "Me sorprende que se permita entrar a las niñas," comentó francamente, mientras trataba de ver el misterioso edificio.
"Tom tiene su área principal dividida entre el comedor y la barra," dijo Janet, describiendo su disposición con las manos. Steve se preguntaba, no por primera vez, si era posible que su esposa hablara sin hacer gestos. "Él deja que Kitty y Becky estén en el comedor, pero no las deja acercarse a lo que considera 'el área del pub'"
Steve asintió si más comentarios. "¿Por dónde est�?" preguntó curioso.
"Por esa esquina, y bajas un poquito," contestó Janet, señalando a continuación. "Todavía no termino de desempacar por completo, pero está hecha la mayor parte. Tenemos un montón de cosas que arreglar, y hay que ir a algunos lugares antes de que tenga que comenzar mi nuevo trabajo."
"Te dije que te esperaras y te ayudaría," la reprendió.
"Sí, pero tuve que instalas los dormitorios y la cocina, y no es como si tuviera muchas y acuciantes demandas de mi tiempo," dijo Janet encogiéndose de hombros. "Verdaderamente, mi única salida verdadera ha estado consistiendo ir ir al Caldero Chorreante cada dos días para comprar jugo de calabaza."
"Me lo mencionaste", dijo Steve, recordando los últimos e-mails que había recibido. "no puedo creer que quisieran tal cosa. "Suena rara como calabaza líquida."
"Sabe bien, es similar a un pastel de calabaza," aclaró Janet. "Tom la hace en casa. También hace un preparado llamado Cerveza de Mantequilla, que es muy bueno. Nunca he probado nada como eso, pero de algún modo me recuerda a una especie de refresco. Hasta ahora sólo lo hemos tomado frío, pero Sparky dice que también se sirve caliente en tiempo de frío. Será interesante probar."
"Parece que ustedes dos realmente se llevan bien."
"Sí, él es muy dulce. Me está ayudando a aprender 'inglés' y me ha enseñado las cosas," dijo Janet encogiéndose de hombros. "Es difícil de explicar. ¿Recuerdas cuando nos conocimos?" preguntó ella repentinamente, pareciendo como si cambiara de tema.
"¿Cómo podría olvidarme?" respondió, sonriendo.
"No, me refiero, a cómo casi inmediatamente nos sentimos cómodos uno con el otro. Cómo nos saltamos por entero, toda esa fase del 'conocimiento torpe'"
Oh, no diría eso. Estoy seguro de que hay un montón de parejas que discuten la divisón de las tareas de la casa y la aceptable disciplina para niños hipotéticos en su segunda cita…"
Eso le ganó un codazo en las costillas.
"Eres muy inteligente."
"Ése soy yo," convino alegremente.
Janet se encogió de hombros. "Es algo muy parecido. Congeniamos enseguida. Yo. Él. Las niñas. No puedo explicártelo, más de lo que puedo explicármelo a mí misma, pero ha sido una bendición. Ya llegamos. Ah. Bien. Parece que se las arregló," dijo observando la tranquilidad y el silencio que reinaba en la casa.
"¿Pensaste que tendría problemas?"
"¿No me has oído¡Tus niñas han estado subiéndose por las paredes todo el día, querido! Los tranquilizantes comenzaban a parecer una buena idea."
"Ah¿así que ahora son mis niñas?" dijo, falsamente indignado.
"Así es. Yo tan sólo las reclamo cuando son dulces y maravillosas."
"No debes reclamarlas mucho."
"Ja, ja¿no somos ingeniosos?" masculló Janet distraídamente, mientras abría la puerta, hasta que finalmente la abrió. "¡Hogar, dulce hogar! La casa estaba limpia cuando me fui, pero no puedo garantizar su condición actual."
Realmente, pensó Steve, cuando entró y miró curiosamente a su alrededor, la casa se veía bastante bien. Al suave resplandor de una lámpara, podía ver que Janet había arreglado los muebles de la sala de forma muy parecida a como habían estado en su antigua casa, en los Estados Unidos. Había algunas cajas apiladas a un lado, cosas que esperaban para colocarse sobre todo cosas de él observó agudamente.
"No quería que te sintieras dejado de lado," sonrió Janet, cuando percibió lo que miraba. "Nuestro cuarto está arroba al final del pasillo, a la izquierda oh¡por todos los cielos!"
"¿Qué preguntó Steve en vos baja, mirando con curiosidad cómo su esposa se apresuraba a ir al sofá. Dejando la maleta, fue con ella. Sus ojos se abrieron un poco cuando se percató de que había alguien sentado en un extremo del sofá. Hecho una bolita, y acurrucado en una esquina, mientras que tenía su cama hecha a un lado.
"Parece que alguien se quedó dormido leyendo," susurró Janet, sacando cuidadosamente una de sus novelas preferidas de la mano de Harry. "Aquí tienes," dijo, dándole el libro a su marido. "Va a tener el cuello torcido si se duerme así toda la noche."
Steve aceptó el libro, automáticamente sacando su boleto de avión del bolsillo y usándolo a manera de separador de libros. Tenía que admitir, que el chico era mucho más joven de lo que había esperado. Cuando Janet dijo que trabajaba en un pub, había esperado que cuando mucho, estuviera en sus últimas etapas de la adolescencia. ¡A este niño todavía ni le salía barba!
Aunque ella tenía razón. La cabeza del chico estaba inclinada en un ángulo muy torpe. Si lo dejaban así, estaría seriamente adolorido a la mañana siguiente.
Dejando el libro en la mesita, miró distraídamente como su esposa chasqueaba la lengua, y le hablaba suavemente al muchacho en el sofá. Trataba de despertarlo tan sólo lo suficiente para que se moviera, y volviera a quedarse dormido inmediatamente.
Todo fue bien, hasta que ella le sacudió levemente del hombro. Tan pronto como lo tocó, él soltó un jadeo y se tensó en un reflejo.
Janet manifestó su clásica expresión de "maldición, no pretendía hacer eso", cuando él abrió los ojos asustado. Aún medio dormido, parpadeó torpemente, mientras su cerebro trataba de movilizar su cuerpo. Rápidamente, comenzó a hablar otra vez, tratando de tranquilizarlo antes de que se despertara por completo.
"Todo está bien, Sparky, tan sólo soy Janet, lo calmó ella. "No quería asustarte, pero necesitas acomodarte. Vas a amanecer con el cuello tieso si te quedas así. ¿Podrías moverte por favor, querido?"
Sparky hizo un pequeño ruido de protesta, pero pareción entender lo que quería ella. "Lo siento, te desperté?" preguntó adormilado.
"Sshh. No despertaste a nadie, acabamos de llegar a casa. Ahora, ven ac�," lo engatusó Janet. "Ponte aquí, en la almohada. Muy bien. Hiciste un bien trabajo haciendo tu cama. Parece tonto no usarla."
Mientras que Steve miraba, divertido,ella dulcemente colocó al niño en una posición para dormir más normal. Entonces lo cubrió con una manta. "¿Crees que estaba esperándonos?"
"Quiz�," dijo Janet, distraída, frotando la espalda de Harry. "Simplemente puede haberse quedado interesado en el libro." Ella lo examinó con mirada crítica, entonces asintió con la cabeza. "Creo que ha vuelto a dormirse."
"Estoy sorprendido", comentó francamente Steve cuando subía las escaleras. "No habría creído que estuvieras hablando de alguien tan joven."
"Es bastante maduro para su edad, en muchas formas," respondió Janet. "Cuando hablo con él, a veces me olvido de que es tan sólo un niño. Otras veces, dice o hace algo que me hace preguntarme si tiene alguna carencia en su educación social."
Steve resopló. "Es bastante típico. ¿Qué edad tiene, de todas formas?"
"Cumplirá quince al final del mes," dijo Janet, echando un vistazo a Kitty y a Becky al pasar. Steve notó que las niñas dormían pacíficamente, cuando vio como su esposa entraba en el cuarto, les arreglaba las mantas y las besaba en la mejilla. Cuando continuaron por el pasillo, y entraron en el dormitorio principal, Janet expresó sus pensamientos. "Becky me dijo que iba a dejarme ayudarla a hacerle un paste." Ella sonrió traviesamente.
"Oh¿ahora es ella?"
"Mmm, hmm. Pero que quede entre tú y yo, creo que ella está más interesada en 'ayudarle a apagar sus velas'"
Steve sonrió. Oh, sí. Su hija menor adoraba las velas. "Y no nos olvidemos de su maestría en el fino arte de abrir regalos," embromó él. Volvió su atención a la habitación por unos momentos, echando sus ropas sucias en la cesta, y reuniendo sus artículos de tocador, antes de poder prepararse para acostarse. Acababa de cepillarse los dientes cuando notó que Janet se había quedado profundamente callada. Se preguntó si se habría quedado dormida, pero no. Miraba fijamente hacia el exterior por la ventana y parecía preocupada por algo. "¿Qué ocurre?" preguntó, acercándosele por detrás y abrazándola.
Janet se encogió de hombros. "Tan sólo estaba pensando en algo que ocurrió hace algunos días. Supuse que Sparky ya tenía plabes para su cumpleaños, así que le pregunté si le importaría un pastel extra."
"¿Y?"
"Bueno, tan sólo eso. No hubo nada que él dijera o hiciera explícitamente. Tan sólo pareció sorprendido por un momento, como que él realmente no esperaba eso. Al principio pensé que otra vez me habría equivocado, y que quizás aquí en Inglaterra los chicos no tenían pasteles de cumpleaños, después él me sonrió."
"A mí me parece una respuesta completamente normal," dijo Steve, sin ver cuál era el problema. "¿Qué se suponía que hiciera¿Qué te dijera te ocuparas de tus asuntos?"
Janet arrugó la nariz. "Claro que no. Pero él sonrió¿de acuerdo? Realmente sonrió. Después se retrajo y me desconcertó por completo. Estaba curiosa por su reacción, pero cuando le pregunté, se encogió de hombros y dijo que su tía y su tío nunca habían sido afectos a celebrar sus cumpleaños, o los de él."
Tomó un par de los segundos para que Steve comprendiera lo que quería decirle ella. Cuando lo hizo, se le quedó mirando, incrédulo. "¿Crees que nunca ha tenido una fiesta de cumpleaños?"
"Sospecho que así es, sí", se corrigió Janet meticulosamente, inconscientemente poniendo el asunto en su lista de 'cosas pendientes'. "También sospecho que se siente demasiado mayor para desear algo tan 'infantil' y de ahí su vergüenza."
Ella buscó la mirada de su esposo, pareciendo un poco insegura. "No tenemos mucho tiempo para planear, pero pensé en hablar con Tom ver quiénes son sus amigos. Podríamos tener una pequeña fiesta sorpresa aquí, o en una de las habitaciones del Caldero Chorreante si no podemos contactar a nadie." Ella de detuvo por un momento, después se encogió de hombros, y finalmente prosiguió, pasando a la parte del 'por qué'. "Me ha ayudado más de lo que se imagina en estos días, y me gustaría hacerle algo lindo."
"Cuando lo pones de esa manera¿cómo puedo decir que no? No que planeara hacerlo, de todas formas." Steve que quedó pensando un momento y después preguntó, "¿qué hay de la tía y el tío¿No sabrán quiénes son sus amigos y cómo contactarlos?"
Janet se encogió nuevamente de hombros. "Posiblemente, nunca los he conocido, así que no lo sé de seguro. Es como si fueran una especie de paranoicos reclusos anti – sociales o algo así. Sparky parece ir y venir a su antojo con poca o ninguna intervención por parte de ellos." Ella se detuvo y resopló desdeñosamente. "A lo que puedo ver, Tom es más un guardián para él que lo que son ellos."
Steve comenzaba a preocuparse a pesar suyo. Jannie era de temperamento apasionado, sin duda, pero generalmente no hacía un escándalo por nada, y casi nunca hablaba mal de otra gente a la que no conocía. Frunció ligeramente en entrecejo y estudió valorativamente a su esposa. Obviamente aquello la había estado preocupando por largo tiempo.
"Si crees que algo está mal¿no hay alguien a quien con quien puedas contactarte?" preguntó finalmente. "¿Quizá los Servicios de protección infantil?"
"No tengo ninguna prueba. ¿Qué se supone que diga, que tengo una 'mal presentimiento de todo esto'?" Indicó Janet, que parecía bullir de frustración, antes de calmarse y hacer un esfuerzo visible por contenerse. No era con Steve con quien se sentía molesta. "Tom y yo hablamos un poco esta tarde en que fui a recoger a Sparky, pero las niñas estaban allí, así que no quise decir demasiado," continuó ella, más tranquila. "Quizás, ahora que estás aquí, pueda e ir y terminar la conversación. Podría no ser nada. Podría estar malinterpretando la situación por completo."
Es posible, pero no crees en eso ni por un segundo ni tampoco yo pero eso es un problema que abordaremos mañana, pensó Steve, cuando apagaron las luces y se fueron a la cama. "Ven," le dijo, extendiendo un brazo y acercándola hacia sí. "Ya verás cómo se arregla todo," le dijo, dándole un beso. "Y tan sólo por si acaso me olvidé de decírtelo, me hiciste falta."
"A mí también."
Para cualquiera que no lo sepa, un Snidget es un pájaro pequeño. La moderna pelota de Quidditch lo tomó como modelo. Referencia en: Quidditch a través de los tiempos de Kennilworthy Whisp (J.K. Rowling)
Gracias a Gandulfo y remus-lupin-black-darkg. Creo que la siguiente actualización se tardará un poco, porque tengo un compromiso en Abril, pero si puedo, acaso traduzca algo antes de la primera semana de Abril.
