Disclaimers/Credits: Ni Harry Potter ni ningún otro personaje, ubicación o alguna otra cosa mencionada en las obras de J.K. Rowling me pertenecen.


La lectora Beta de Realizations es Bored Beyond Belief. Los datos adicionales fueron proporcionados por jakeg1967 y eirik ulfhendar.


Capítulo 25 - ¿Viste Lo Que Creo Que Vi?

Domingo 23 de Julio de 1995

Stephen Wright se despertó momentáneamente asustado, y se quedó quieto un momento, incapaz de identificar inmediatamente dónde estaba y qué lo había despertado.

Frunciendo el ceño, se apoyó en un codo, y echó un vistazo alrededor del cuarto desconocido, y se relajó casi de inmediato cuando reconoció los muebles del dormitorio y vió a su esposa durmiendo. Es cierto. Estoy en Londres, pensó, cuando los acontecimientos acudieron a su memoria. Hmm. Definitivamente ya no estamos en Kansas, Toto...

Riéndose ligeramente entre dientes, movió la cabeza. Siempre era lo mismo después de una mudanza. Estaba más acostumbrado a eso que la mayoría de la gente, debido a sus años en la milicia, pero la rehubicación lo trastornaba y desorientaba en el mejor de los casos. Siempre le llevaba un tiempo conocer a la gente del lugar, conocer el área y establecer nuevas rutinas. Dependiendo de cómo fueran las cosas, podía tomar días, semanas o incluso meses, antes de que se disipara la extrañeza inicial y la nueva casa se sintiera como un hogar.

Aunque, pensó Steve, reclinándose otra vez y admirando el dormitorio, esta vez eso no debe tardar. Janet había estado demasiado cansada para hacerle un recorido por la casa la noche anterior, pero de lo que había visto, el lugar se podía considerar casi "listo". Echando un vistazo a su esposa, volvió a mover la cabeza, esta vez maravillado por el dramático avance en la colocación de sus pertenencias, nuncua había soñado que su pequeña Janie podría avanzar tanto antes de que él llegara.

Cuidando de no despertarla, Steve pasó un brazo por debajo de su esposa y la acercó a sí, por supuesto, a lo largo de los años habían tenido sus altibajos, pero no podía pensar en ninguna otra persona con la que le hubiera gustado hacer equipo. Depositando un suave beso en su pelo, recordó cómo ella le había contado la noche anterior, toda llorosa, el día en que conoció a Sparky.

dosamente, evitar de despertarla, Steve resbaló un brazo debajo de su esposa y tiró de ella cerca. tenían su suben y tragan sobre los años, por supuesto, solamente él no podría pensar en cualquier persona que él tendría algo en su equipo. Presionando un beso suave en su pelo, él recordó cómo ella conseguido todo el ayer por la noche teary-teary-eyed, diciéndole sobre el día que ella resolvió Sparky.

¡Fué terrible, Steve, tan sólo les quité los ojos de encima por un segundo, y cuando volvía a mirarlas, se habían ido! Afortundamente se metieron a lo de Tom. Él las dejó a salvo en el interior y envió a Sparky a buscarme. Me aguanté junto a él, hasta que me llevó al interior, y entonces grité todo lo que se me ocurrió...

De hecho, prácticamente podía verlo. Era la clásica Janet. En Procedimiento de Operación Estándar. Podía hacer frente notablemente a casi cualquier situación, pero estaba cari garantizado, que tan pronto como estuviera solucionado -- prorrumpiría en lágrimas.

Era una reacción que siempre había encontrado desconcertante. ¿Por qué destrozarse después del hecho? Pasada la Crisis. Con el problema resuelto. Ahora, sonriendo un poco con pesar, Steve recordó una ocasión cuando la había atraído hacia sí y le preguntó precisamente eso. Pensó que era una pregunta razonable, y con ello había pretendido reanimarla, pero en vez de alzar la vista y de decir "tienes razón, querido¿cómo he podido ser tan tonta?" Janet simplemente había gritado más y le había tomado el doble de tiempo calmarse. Desde entonces, había aprendido a simplemente aceptarlo. Su tarea era ofrecer ayuda y confortarla y esperar que pasara la tormenta.

Todavía inseguro de qué lo había despertado, escuchó atentamente por algunos segundos, esperando que lo que fuera se repitiera. Aunque la casa permanecía silenciosa, así que se encogió de hombros y volvió a cerrar los ojos, gozando de la paz y la proximidad mientras podía antes de que el circo de la familia Wright volviera a abrir sus puertas. Casi nunca se despertaba antes que Jannie, así que eso era un acontecimiento raro. Ella y Becky eran personas de día. Kitty, bendita fuera, era más una lechuza nocturna como él. Curioso, echó un vistazo a su reloj, y alzó las cejas sorprendido. ¡Eran casi las diez! Jan y las niñas realmente debían haberse agotado el día anterior, especialmente si Becky todavía estaba durmiendo.

Ah, bueno, no durará, musitó Steve, decidiendo que lo que debió haberlo despertado algún ruido desconocido. Si no se han levantado a las diez, las despertaré. Aunque probablemente no será necesario, pensó, adormilado. A menos que estuviera tristemente equivocado, no tardaría mucho antes de que Kitty y Becky irrumpieran en el cuarto. Sonrió otra vez, decidiendo que la intrusión sería algo aceptable... tan sólo por esta vez.

Realmente, era difícil creer que realmente estaban en Inglaterra -- o en alguna otra parte además de los Estados. Nunca le habían asignado a una base de ultramar como soldado, y había creído que no tendría ocasión una vez que regresara a la vida civil. Afortunadamente, había estado equivocado.

Obtuvo su licenciatura en historia antes de alistarse, pero Janet todavía iba a la universidad cuando se casaron. Le había tomado un tiempo, con las frecuentes mudanzas y la llegada de Kitty, pero finalmente había logrado obtener su grado en informática. Cuando ella se graduó y obtuvo un empleo, pronto descubrió que las oportunidades en ultramar también allí estaban disponibles, y lo discutieron como una futura posibilidad, pero había sido un punto muerto mientras él todavía estaba en servicio.

Una vez que salió, se lo tomaron un poco más en serio. Janet comenzó a observar de cerca los trabajos que se abrían, y comenzaron a ahorrar dinero y tiempo de vacaciones, pero de alguna forma nunca se resolvió. Los trabajos disponibles a veces no estaban en su esfera de habilidades. Otras veces, era la sincronización la que apestaba. Becky era el más reciente obstáculo que se había presentado en los empleos. Janet había estado considerando seriamente un par de aperturas para la época en que descubrió que estaba embarazada. No era asombroso que ese pequeño detalle aplastara eficientemente su entusiasmo para empacar todo y viajar a tierras desconocidas.

El retraso había sido frustrante en aquél entonces, pero al final, Steve encontró que no había importado mucho. Realmente había trabajado en su favor. Tuvieron un poco más de tiempo para ahorrar, y mientras tanto, terminó su maestría y fue empleado en una de las universidades locales como profesor de historia.

Esta vez, cuando se había presentado una posición de ultramar, la sincronización y la ubicación no habría podido ser mejor. Ya tenía algo de tiempo de enseñanza en su haber, y había llegado al punto donde realmente necesitaba investigar y publicar un artículo. Inglaterra era simplemente el lugar perfecto para hacer eso.

Metió los papeles que anunciaban su año sabático cuando decidieron que podían mudarse y todo parecía ir bien. Todo lo que tenía que hacer era enseñar un par de clases durante la primera parte del verano. Planeaban viajar juntos, cuando él terminara de calificar exámenes y de despejar el departamento.

Fue en ese momento cuando los acontecimientos se salieron de control. La fecha del reporte de Janet se había adelantado inesperadamente, y era demasiado tarde para que él se retirara de las clases. Su esposa no había estado demasiado entusiasmada por la idea de marcharse sin él, pero ya había hecho frente a eso antes. También, estaba determinada a tener suficiente tiempo para desempaquetar y ordenar las cosas antes de comenzar su nuevo trabajo. Un par de mudanzas anteriores había comenzado a trabajar inmediatamente a su llegada, y había tomado una eternidad poner la casa en orden. Janet, en especia, había estado traumatizada por esa dura prueba, de ahí su insistencia respecto a marcharse para ordenar las cosas inmediatamente.

Volviendo a reírse entre dientes, le dio otro beso a Janet, colocándose de forma más confortable sobre la almohada, esperando que su familia despertara. Debió de volver a dormirse en algún momento, porque pronto se encontró como que volvía a emerger a la superficie de un sueño ligero. Sin embargo, esta vez no había duda respecto a qué lo había despertado. Era débil, pero definitivamente oía murmullos de voces abajo. También había ligeros tintineos y traqueteos, y un agradable aroma a chorizo en el aire.

¡Maldición! pensó irritado. Jannie debe haberse levantado y fue escaleras abajo -- se interrumpió precipitadamente cuando se dio cuenta de que Janet estaba, de hecho, todavía inmóvil y alegremente dormida en sus brazos. Eso significaba...

¡Las niñas!

Deseando evitar un desastre, intentó cuidadosamente bajar la cabeza de Janet de su pecho sin disturbarla, pero ella se movió, y comenzó a dar muestras de despertar.

"Hey, tú," le dijo él, con una sonrisa de broma cuando ella abrió los ojos. "Pensé que planeabas dormirte todo el día."

"Hmm. No hay mucha oportunidad de algo así con Becky cerca, " bostezó Janet, estirándose. Ella olió el aire con curiosidad y preguntó, "¿qué es eso?"

"No estoy seguro, pero creo que Kitty y Becky pudieron intentar traernos el desayuno a la cama otra vez," le contestó él.

Los ojos de Janet ensancharon de horror, imaginando las cosas malvadas que se hacían en su cocina. Con un movimiento remarcablemente rápido para alguien que acababa de despertarse, hizo las mantas a un lado y movió las piernas a un lado de la cama. "¡Vamos!", animó, apresurando a abrir la puerta y abalanzándose a las escaleras, dándole a su marido pocas opciones aparte de seguirla.

Mientras que bajaban, Steve observó que su conclusión anterior acerca de la casa había sido correcta. Era más obvio ahora que había salido el sol, pero tuvo poco tiempo para admirarla mientras que apresuraba a avanzar. Alcanzando a Janet, se sorprendió de encontrarla parada al lado del umbral que presumió que conducía a la cocina.

Confundido por su comportamiento, se acercó y se paró detrás de ella. "¿No vamos a entrar?" le preguntó.

"Sí, en un momento," susurró ella en respuesta, señalando con la cabeza a la actividad en la cocina.

Steve miró en la dirección que indicó ella, y vió al chico de la noche anterior parado delante de la estufa. Becky le tiraba de los pantalones de una pierna, y Kitty ponía la mesa y parecía decepcionada.

"Todavía creo que deberíamos llevarles el desayuno en cama," decía Katrina mientras que Rebecca miraba en forma suplicante hacia arriba a -- John...no Jim -- y decía "Becky quiere ayudar también, ' Parky!"

"Creo que estarán más cómodos en la mesa," respondió el muchacho, lanzando una sonrisa por encima del hombro. Cuando ella siguió enfurruñada, dijo, "mira, pregúntales cuando bajen. Si dicen que está bien, les serviremos el desayuno en la cama otro día. ¿De acuerdo?" Esperó el poco – agraciado – asentimiento de ella, y entonces volvió su atención a la nena de cabellos oscuros a su lado.

Después de revisar lo que fuera que freía -- tocino por el olor -- y bajar el fuego, Jim se inclinó y alzó a Becky. "Pobre cosita," dijo conmiserativamente. "Todo en el mundo es filoso, o caliente o frágil¿no es cierto?" Se quedó pensando un momento, mirándola seriamente, después chasqueó los dedos. "Sé qué puedes hacer. Vamos. Lavémonos las manos."

Steve y Janet intercambiaron una mirada de curiosidad cuando vieron que Sparky llevaba a Becky al fregadero. "Esos dos son brotes de la misma planta," explicó Janet por lo bajo, mientras que él jalaba una silla, para que el bebé pudiera alcanzar la llave. "A todos nos gusta Sparky, pero Becky lo ha reclamado para sí."

"Así lo veo," respondió Steve, mirando cómo Sparky lavaba y secaba cuidadosamente las manos de Becky, entonces sacó cuatro tazas de plástico de la alacena, y el envase re hielo del congelador. Puso esos artículos en la mesa, ante la silla de Becky, y entonces la empujó para que quedara en frente de ellos.

"Ahora, allí," le dijo cuando terminó. "¿Sabes cuántos son tres?"

Becky asintió, entusiastamente y mostró tres dedos, haciendo que el muchacho se riera por lo bajo.

"Muy bien," le dijo sonriento. "Ahora si pones tres cubos de hielo en cada taza, sería una gran ayuda."

Kitty que había acabado de poner la mesa, se había acercado a observar, y frunció ligeramente el ceño cuando vio las tazas. "Necesitamos otra, Sparky," dijo ella, sacando otra de la alacena. "Yo, Becky, Mamá, Papá y tú hacemos cinco," dijo ella, señalando la mesa donde había puesto cinco sitios.

Sparky, notó Steve, pareció sorprendido ante su anuncio, pero se recuperó rápidamente. Tomando la taza que le ofrecían con un tranquilo 'gracias', la puso con las otras sin más comentarios. Extraño, pensó con un ligero fruncimiento de cejas. ¿Se olvidó de mí, o no esperaba quedarse?

"¿Qué más puedo hacer?" preguntó Kitty, emanando impaciencia, mientras que su hermana contaba cuidadosamente los cubos del hielo.

Jim miró a su alrededor por un momento, después se encogió de hombros. "Nada, realmente -- ¡oh, espera! Puedes poner esto en la mesa si quieres," dijo, alargándole el azucarero. "Creo que por lo demás ya todo está listo. Acabo de poner la sartén, dejamos que los bollos terminen de cocinarse, y esperamos a que su mamá y papá se despierten."

"Si no se levantan pronto, iré a despertarlos," indicó Kitty con confianza, alzando una mano en posición de "alzar los dedos", y se la llevó al pecho, mientras que movía la otra.

¡Dos manos! casi gritó Steve, pero era demasiado tarde. Kitty no había estado prestando la debida atención, y tiró el azucarero cuando Sparky se lo dio. A su lado, Janet hizo un pequeño sonido como pidiendo auxilio, claramente esperando que el envase de China se rompiera en el piso de la cocina mientras que se deslizaba de los dedos de su hija...

¡CLACK!

¡ Wow¡Buenas manos! Pensó Stephen admirativamente. Casi más rápido de lo que él podía verlo, el muchacho lo había alcanzado y había cogido el azucarero en medio del aire. Janet abrió los ojos, y pasó de una involuntaria mueca de dolor que ya tenía, a una expresión de felicidad cuando se dio cuenta que el sonido que hizo el envase chino no era de haberse roto. "Quizá, cogerlo con las dos manos sería mejor," sugirió simplemente el muchacho, impresionando aún más a los Wright adultos cuando recolocó la tapa en el azucarero y volvió a ofrecérselo a Kitty.

La muchacha se mordió el labio y asintió sombríamente. "Lo siento," dijo ella, mirando pesarosamente el azúcar que se había derramado.

Jim la tranquilizó. "No te preocupes. Arreglaremos esto pronto. Tú pon más azúcar en el azucarero, y yo barrerè el piso. ¿Podrías volver a decirme dónde pone Janet la escoba?"

"¡Sí!" exclamó Rebecca antes de que su hermana pudiera contestar. Había acabado su tarea y estaba impaciente por seguir ayudando. "¡Becky consigue!" dijo ella, bajando de la silla, fue a la puerta del sótano y sacó la escoba de su sitio en la pared. Desafortunadamente, cuando ella volvía, no calculó bien el largo del mango. Se adelantó hacia Sparky, y se disponía a darle la escoba, pero de alguna forma, en vez de eso lo golpeó fuertemente en la nariz.

La exclamación de sorpresa y dolor de Jim cubrió el ligero grito de asombro e Janet. Inmediatamente comenzó a entrar en la cocina, pero Steve le puso una mano en el hombro, deteniéndola. "Espera", le pidió, cuando ella se volvió y lo miró interrogativamente, le dijo. "Quiero ver cómo soluciona esto."

Los ojos de Janet abrieron y lo miró con su mejor mirada de No- Puedo – Creer – Que – Estás – Haciendo – Esto. "¡Déjame ir, Steve¡Está lastimado!" silbó ella, pero él mantuvo su decisión. Ellos estaban ahí, y podían entrar inmediatamente si era necesario. Además, Janet se había estado jactando sobre este niño caso desde que lo conoció, y Steve tenía curiosidad por saber lo que haría.

"Tan sólo otro par de minutos, Jannie. Por favor." Realmente, dado lo que acababa de ver de los reflejos del chico, Stephen estaba sumamente impresionado e incrédulo de que Jim, por instinto, no hubiera evitado el golpe de Becky. Sabía por experiencia personal lo doloroso que era un golpe en la nariz, e incluso mejor que bien, el daño que podía hacer.Lo más común era una reacción dando un grito, echarse hacia atrás y volver el aire de color azul con unas cuantas maldiciones selectas.

Hasta ahora Jim no había hecho nada de eso. Realmente se controlaba notablemente bien. Sin embargo, la verdadera prueba vendría cuando consiguiera restablecer su respiración lo suficiente para hablar.

Volviendo a dirigir su atención a la cocina, Steve hizo una mueca de dolor en condolencia. Jim se cubría la mitad inferior de su rostro con una mano, y se agarraba a algo con la otra. Sus ojos estaban firmemente cerrados, y respiraba pesadamente por la boca.

Kitty se recobró primero y se acercó cautelosamente. "¿Sparky¿Estás bien?" le preguntó, recibiendo un asentimiento con la cabeza como respuesta. Tranquilizada, sonrió ligeramente, después empujó la Silla en la que había estado Becky hacia él. "Siéntate aquí un momento," le sugirió ella, recordando cómo su mamá había hecho que su papá se sentara, una vez, cuando se rompió el pulgar con el martillo. "¿Quieres algo de hielo?"

"Estoy bien, sólo dame un momento," masculló Jim, con su voz levemente amortiguada por su mano. Aunque aprovechó el ofrecimiento de la silla, dejándose caer en ella sin preámbulo y apoyando sus codos en sus rodillas.

Momento después, cuando alzó la vista y quitó su mano, Steve no se sorprendió de ver que los ojos del chico estaban húmedos. Ouch, Becky realmente lo golpeó, él sonrió, observando la marca roja que parecía como que fuera a descolorarse. "Tendremos que darle algo de dinero extra por las condiciones de trabajo azarosas," le murmuró a su esposa.

Ahora más tranquila, Janet le dio una suave mirada de reprensión. "Y hacernos el desayuno," agregó ella, comenzando a sonreír.

Steve asintió, "y disuadir a Kitty de llevárnoslo a la cama..." sonrió, girando los ojos y haciendo que su esposa casi se ahogara por la risa contenida.

Estaban a punto de anunciar su presencia, cuando un chillido horrorizado los hizo brincar a ambos. que ambos saltan. Abrumada por la herida de Sparky, Becky había salido repentinamente de su estado de estupor. Cuando él alzó la vista y se limpió la cara con ambas manos, ella dejó caer la escoba estruendosamente y comenzó a llorar inconsolable.

Al principio Jim pareció un poco aturdido, entonces comenzó a mover negativamente la cabeza como si negara una declaración. Alzándose, la acomodó en su regazo, cogiéndola en un flojo abrazo, y comenzó a decirle palabras de consuelo al tiempo que le acariciaba el pelo. "Shush, amor, eso no es cierto," la calmó, cerrando los ojos como si recara algo desagradable. "No estoy enojado y todavía me agradas. Sé que fue un accidente, y no creo que pretendieras golpearme a propósito."

Los gritos de Becky pronto perdieron su tinte histérico y disminuyeron a sollozos y quejidos ligeros, pero Steve se encontró frunciendo el ceño, confuso. ¿Cómo se las había arreglado Sparky para encontrar tan certeramente la causa del llanto tan rápida y correctamente? Él se había oído como si se dirigiera a una aflicción específica, pero por lo que podía deducir Steve, Becky simplemente estaba llorando. Ella no había dicho nada. ¿Era algo instintivo¿Una afortunada conjetura¿Un poder telepático? Giró los ojos cuando esa posibilidad le pasó por la cabeza. Síii, , Wright, obviamente necesitas olvidarte de las novelas de la ciencia ficción...

Tomó algunos momentos más de los esfuerzos combinados de Sparky y de Kitty antes de que Becky se tranquilizara. Mientras observaba, volvió a echar un vistazo a la herida del muchacho, y le agradó ver que la rojez comenzaba a desaparecer. Bueno. Quizá después de todo, no fue una contusión, pensó, sonriendo ligeramente cuando Kitty trajo un trapo y limpió la cara de su hermana.

Ahora más tranquila, pero todavía preocupada, Rebecca se incorporó y pasó sus dedos por la marca en la cara de Sparky, y le dijo. "¿Duele?" preguntó, con una mirada muy seria en su cara de bebé.

"No," le aseguró él con un encogimiento de hombros y una sonrisa. "Estaré bien, ya verás, pero es por eso que tu mamá siempre te dicen que tengas cuidado en la casa."

Era un buen punto, pero probablemente no era lo mejor que se podía decir bajo las circunstancias, decidió Steve sinceramente. Jim hizo una mueca de dolor ante su error, y echó un vistazo desamparado hacia Katrina cuando Becky desgraciadamente, pareció como si fuera a comenzar a llorar de nuevo. Hmm. Era probablemente hora de dejar de estar al acecho y de prestar una mano. Había visto suficiente.

"Dejemos de observar y démosles una advertencia de nuestra presencia antes de entrar," le murmuró a Janet, apretando su hombro. Ella asintió rápidamente, pero la vos de Kitty los hizo volver a detenerse, y volvieron a centrar su atención en la cocina. "Aquí, Becky," dijo ella, obviamente intentando distraer al bebé.

Steve frunció el ceño confundido cuando su hija mayor alargó su mano vacía. Lo que más lo asombró fueron las miradas de anticipación que compartieron los otros dos, pero lo que lo descolocó por completo fue la pequeña bola blanca que apareció venida de ninguna parte. ¿Qué demonios? se preguntó, mirando con fijeza, con completa incredulidad.

"Oh!" dijo repentinamente Jim, atrayendo la atención de los Wright adultos, "pensé en eso esta noche, después de que ustedes dos se durmieran. ¡Creo que me he figurado un truco nuevo!" sonrió él, tocando la bola con los cinco dedos. Ambas, Kitty y Becky sonrieron cuando diversos colores aparecieron en la superficie brillando intensamente, después rieron complacidas cuando él empujó la bola con el dedo índice y los revolvió, haciendo que los colores giraran en un loco remolino de gran efecto. Rebecca estaba especialmente impresionada. "¡Becky pueba¡Becky pueba!" clamó ella, olvidando su trauma anterior.

"Jugaremos más tarde, te lo prometo," dijo Kitty, haciendo desaparecer la esfera multicolor con un aire de furtivo nerviosismo. "Ahora sonríe antes de que Papá y Mamá bajen," dijo ella, cogiendo los rizos de su hermana y sacando eficazmente a sus padres del shock.

"¿Qué fue eso?" Steve cró, volviéndose hacia Janet buscando una explicación, pero ella levantó las manos en ademán desamparado, y parecía tan desconcertada como se sentía él.


Severus Snape se apresuró hacia la oficina del director, con una hoja de pergamino fuertemente sujeto en su mano, y su túnica ondeando detrás suyo.

Era hora. Acababa de recibir instrucciones del propio Señor tenebroso, y tenía fuertes sospechas de que iba a suceder algo en cuestión de días. Severus no era lo bastante tonto para cuestionar sus órdenes, claro, y Voldemort no era lo bastante considerado para indicar en qué utilizaría las cosas, pero le había ordenado que hiciera varias pociones volátiles. Todas serían útiles en un ataque, y todas tenían que usarse dentro de una semana a partir de la elaboración de la mezcla para conseguir su máxima potencia.

Snape sonrió sombríamente al llegar a la gárgola de piedra que custodiaba la entrada a la oficina del Director. Con suerte, todo aquel fiasco terminaría pronto. Una vez que los mortífagos supieran que los parientes de Potter se habían mudado, la necesidad de guardar secreto total habría desaparecido, y la Orden podría seguir su búsqueda del pequeño busca problemas en forma más abierta.

Cuando susurró la contraseña y subió por la escalera en espiral, la sonrisa del Maestro de Pociones se volvió positivamente viciosa. Esperaba que le dejaran encargarse del muchacho. Cualquier otro miembro de la Orden sería muy blando con él. El propio Dumbledore probablemente dejaría que el pequeño pilluelo se saliera con la suya, algo que nunca ocurriría con él. No, decidió Severus cuando llamó a la puerta y entró en la oficina de Albus, él y Potter definitivamente tendrían unas palabras, y cuando él hubiera terminado con el muchacho, éste se lo pensaría largo y tendido antes de volver a repetir esta clase de comportamiento.

Echando un vistazo a su alrededor, el profesor de pociones pronto vislumbró a Dumbledore. Estaba de pie ante la chimenea, contestando a una llamada. No deseando interrumpir, Snape se quedó de pie a un lado, buscando las sombras como un hábito, y observado cómo el profesor Dumbledore conversaba con Arthur Weasley.

"... asumí que podría confiar en él y le dije más de lo que habría sido prudente antes de cerciorarme. No tengo excusa para mi estupidez," decía Weasley. El auto reproche en la voz del mago pelirrojo atrajo la atención de Snape inmediatamente. Se preguntaba qué habría sucedido. ¿Todo el plan se habría venido abajo?

Dumbledore suspiró cansadamente, atrayendo su atención. Su lenguaje corporal algo abatido no inspiraba confianza, ni tampoco sus palabras. "Simplemente tendremos que hacer lo mejor que podemos, Arthur," contestó. "Quizás, puesto que lo considera un asunto frívolo, no querrá atraer hacia ello la atención del Ministro," agregó, claramente tratando de atenuar los temores del otro hombre.

Arthur, sin embargo, no parecía desear que calmaran sus temores, ni tampoco estaba trastornado por completo. "¿Podemos correr ese riesgo?" presionó, sonando aún mas tenso que antes. "Le dije que no se molestara¡pero si envía a alguien a supervisar a Harry se descubrirá todo!"

"Eso ocurrirá de todas formas," precisó Dumbledore. "Había esperado mantener a nuestro huésped de honor en la obscuridad hasta después de la fiesta sorpresa, pero un buen plan debe ser flexibles y permitir lo inesperado." Él se detuvo un momento para reflexionar en todo aquello antes de volver a hablar. "Los procedimientos que se pusieron en el lugar cuando ocultaron a Harry, todavía deben tener efecto," dijo al fin. "Cualquier mago o bruja que llegue de visita, deberá llegar con Arabella Figg. Quizás podamos usar eso en nuestra ventaja."

"Quizás," convino Weasley, asintiendo y ahora oyéndose un poco más feliz. "¿Debo contactarla?"se ofreció.

"Sí, por favor," dijo Albus agradecido. "estaré en el puesto de observación para un buho de los Amos -- cuando es el servicio de Cedric programar otra vez?"

"A finales de Agosto. Justo antes de que los niños vuelvan a Hogwarts."

"Hmm. Bien, es decisión de Harry, por supuesto, pero creo que se puede enviar una aceptación tentativa," especuló el Director. "Quisiera pensar que este asunto se solucionará antes de que comience el nuevo curso," agregó, en una indirecta muestra de la vuelta de su buen humor usual.

" Secundo eso," convino sinceramente Arthur.

Dumbledore asintió, entonces suspiró y volvió a parecer apesadumbrado. "Lamento cualquier fricción que pude haber causado, Arthur," se disculpó sinceramente. "Nunca fue mi intención."

"Gracias, Albus, pero creo que esto tan sólo fue el catalizador. Es obvio que ha estado guardando muchas cosas encerradas dentro de sí por largo tiempo. Cosas que nunca supe que le molestaran tanto. Espero que, cuando ambos nos hayamos tranquilizado, podamos arreglar las cosas," aseguró el otro mago, entonces se despidió y desapareció con un ligero estallido.

Snape se había olvidado por completo de que no había anunciado su presencia hasta que Dumbledore se dirigió a él sin volverse. "Desearía que no acecharas en las sombras, Severus," fue el tenue regaño del Director, haciendo saltar al profesor con aire culpable.

¡Odio cuando hace eso! gruñó Snape, maldiciendo su propio descuido. Se había sentido tan cautivado por la conversación, a quién se le habría dicho algo, y las posibles consecuencias que podrían derivarse de esa acción, que se permitió distraerse. Algo que no podía permitirse hacer bajo ninguna circunstancia en una reunión de mortífagos. Sofocando un suspiro molesto, se deslizó hacia delante, a donde estaba de pie Dumbledore. "Mis disculpas, Director."

Albus las aceptó con un asentimiento de cabeza. "Lo escuchaste¿supongo?"

"En parte," admitió Snape. "¿En quién fue lo bastante tonto como para confiarse?"

"Su hijo del medio, Percy. Arthur creyó que el muchacho pudo ayudarnos a acceder al archivo de Harry, pero desafortunadamente, estaba equivocado. Percy está inclinado a creer la versión de los acontecimientos del Ministro," resumió Dumbledore, pareciendo preocupado y decepcionado.

Snape hizo ligero ruido de condescendencia. "Láncenle un Oblíviate," recomendó, "No podemos arriesgarnos a que no pueda mantener la boca cerrada."

"No estoy seguro de que la preservación del plan acredite que el Ministro sepa que han tratado de forzar al joven Sr. Weasley," dijo Albus rápidamente. "Obliviarlo le daría mayor fuerza y un crédito indebido a sus palabras. Sin embargo, estoy seguro de que no viniste a discutir sobre el Sr. Percy Weasley. ¿Qué puedo hacer por tí, Severus?"

"Me convocaron esta mañana y pensé que le gustaría saber los detalles de inmediato," dijo Snape, después de detenerse y momento a reunir sus pensamientos. Se sentió inexplicablemente molesto y enfadado cuando Dumbledore frunció ligeramente el ceño y le dirigió una mirada determinada tan pronto como dio su aviso.

Negando con la cabeza impacientemente, desestimó la preocupación del anciano mago. "No te preocupes, Albus. Fue una reunión corta, informal, con el expreso propósito de dar órdenes. No le conviene dejarme con las manos temblorosas o con mi ingenio menguado cuando estoy trabajando, así que casi nunca me maldice cuando quiere que elabore pociones para él." Regresando a su asunto, mostró el pergamino que tenía entre sus manos. Hemos tenido indirectas de que el Señor Tenebroso está planeando un ataque a corto plazo. Todos, incluido yo mismo, pensábamos que iría detrás de Potter, pero ahora no estoy tan seguro."

Dumbledore asintió seriamente, tomando asiento en una de las cómodas sillas junto a la chimenea e indicando con un gesto a Severus que lo imitara. "¿Entonces has entrado en su confianza?" le preguntó.

"No, está siendo muy cauteloso. Parece confiar en Pettigrew hasta cierto punto, probablemente porque ese pequeño gusano tiene demasiado que perder si se expone, pero incluso eso tiene sus límites. Ni siquiera creo que alguno en su círculo interno conozca algún detalle," continuó Snape, alzando una ceja especulativamente. "Hasta ahora, las pistas parecían apuntar a un ataque contra la residencia de Potter en su cumpleaños. Poro ahora no estoy seguro del tiempo, o del blanco," confesó él, dándole la lista a Albus. "Estas pociones parecen sugerir un tipo de plan muy distinto."

Las cejas de Dumbledore alzaron agudamente mientras leía cuidadosamente la lista: Veritaserum, debilitadores de barreras, bombas de fuego, gas paralizante... "Repugnante," comentó, frotándose distraídamente la barba. "De hecho, es completamente asqueroso. Hace que uno incluso se pregunte porqué está usando pociones en lugar de hechizos. Eso parece agregar un nivel innecesario de complejidad."

"Yo mismo me lo preguntaba," admitió Severus, inclinándose hacia adelante e indicando un artículo en particular. "También la elección de este debilitador de barreras es extraña. Está más indicada para explotar las estructuras dentro de la barrera, no en ella. De hecho," agregó, resoplando un poco al nombrarla, "su nombre común es 'jugo Jailbreak'".(1)

"¿Piensas que Azkaban podría ser su primer blanco?" preguntó Albus, frunciendo el ceño ante la idea.

"No sé, aunque creo que efectuará un asalto allí más pronto o más tarde. Desea atraer a su lado a los Dementotes y varios mortífagos todavía están encarcelados allí. Respondería a un propósito doble," especuló Snape, deseando con todo su ser que no se esperara que participara en ello. Si dibujar nunca tenía que volver a ver ese sitio olvidado de Dios otra vez, siempre sería demasiado pronto.

Albus suspiró y se pasó una mano por los ojos. "Voldemort siempre ha sido difícil de predecir con exactitud," comentó, frunciendo el ceño ante la chimenea por algunos minutos, después movió la cabeza con frustración. "En este momento, no veo la conexión, pero me temo que tampoco me has encontrado en la mejor forma."

Snape frunció un poco el ceño, notando por primera vez que eso era completamente cierto. El director parecía tener un aire descuidado a su alrededor, como si no hubiera dormido lo suficiente la noche anterior. Había una cierta fatiga en sus movimientos, sus túnicas estaban arrugadas, y había sombras oscuras debajo de sus normalmente centellantes ojos azules. "Albus¿te sientes bien?" Preguntó, inseguro.

"¿Qué? Oh, sí. Claro, " respondió Dumbledore, intentando sin éxito sofocar un pequeño bostezo. "Tenía problemas para dormir, así que repasé el contenido de los Pensaderos que Molly, Arabella, y el joven Ronald fueron lo bastante amables de proporcionar. No mucho después de eso, Dobby el Elfo Doméstico, y Kingsley Shackelbolt volvieron de una tarea a las que los envié a traer aún más evidencia para repasar," dijo él, indicando distraídamente hacia su escritorio.

Severus siguió automáticamente el barrido de la mano del otro mago con los ojos, y notó un extraño surtido envases en y a un lado de su escritorio. Varios Pensaderos pequeños, de la reunión de ayer por la noche probablemente estaban allí, junto con otros que parecían levemente más grandes de lo estándar. Lo que capturó la atención de Snape, sin embargo, fue más un envase bastante largo en el piso al lado del escritorio. Tenía un cucharón de madera largo que asomaba por la boca, y se parecía notablemente a un barril de piedra.

"Me temo que me quedé inmerso en mi búsqueda y nunca me acosté," terminó Dumbledore con una mueca desaprobatoria.

Severus levantó una ceja reprobatoria, aterrado de que el Director no cuidara mejor de sí mismo, pero no expresó su desaprobación. Cualquier cosa que dijera sobre ese tema en particular sería sumamente hipócrita, y probablemente animaría más a Albus a reprenderlo la próxima vez que él se desvelara elaborando una poción difícil, o investigando ingredientes.

"¿Los Pensaderos revelaron algo de utilidad?" preguntó en vez de eso, deseando cambiar el tema.

Dumbledore no contestó inmediatamente. En lugar de eso, se levantó y caminó hacia su escritorio, pasando una mano alrededor del borde del barril de piedra. "He podido contestar a algunas preguntas, y verificar algo de Sirius, Arabella, y las conjeturas de Remus," dijo él, cuando Snape se le unió, "pero por cada pregunta que logré contestar, otras diez vinieron a tomar su lugar."

"Pude verificar la cadena de acontecimientos de Remus. Él acertó más de lo que cree. Harry viajó a Surrey solo, y descubrió que la propiedad estaba en venta. Eso es lo que vio Arabella cuando su reloj localizador indicó que él estaba en la casa de Privet Drive y asumimos erróneamente que todo estaba bien. Trató de buscar abrigo o ayuda con Arabella poco después de eso, pero ella ya había vuelto a Hogwarts. Cuando él encontró la casa vacía, cogió el autobús noctámbulo, proponiéndose ir al Caldero Chorreante. ¡Es enloquecedor!" se quejó con movimiento de frustración de su cabeza. "¡Pensar que lo perdimos por media hora, quizá menos!"

Snape no podía creer lo que acababa de oír. Siempre había sido una posibilidad, por supuesto, tan sólo que él nunca la creyó realmente. Simplemente tenía que haber otra explicación. "¿Los parientes muggles de Potter realmente lo abandonaron?" preguntó él incrédulo. "¿Él no se rehusó a acompañarlos?"

Albus negó con la cabeza, pareciendo estar profundamente cansado y muy, muy triste. "No, Severus. Él no se rehusó. Realmente, creo que podría ser que habría preferido eso. Harry es joven y se le habría podido perdonar un poco de testarudez descuidada. Pero resulta que no le dieron una opción, o incluso el lujo de una advertencia. Su tía y su tío se aterraron y huyeron cuando recibieron mi carta advirtiéndoles del regreso de Voldemort y el resultado del Torneo de los Tres Magos."

"¿Entonces interrogaste a sus parientes?" preguntó confundido Snape. Dumbledore había pedido específicamente que dejaran en paz a los Dursley, por el momento, de cualquier forma. Generalmente él no contradecía sus propias instrucciones.

"No, conseguí esta información de un testigo independiente," contestó Albus, indicando con la cabeza a los dos Pensaderos sin etiqueta. Estaban colocados en su escritorio, al lado de los marcados como "Molly Weasley, ", "Arabella Figg", y "Ronald Weasley". Snape frunció ligeramente el ceño cuando notó que los dos últimos envases no parecían contener los filamentos de plateados característicos de los pensamientos humanos. En lugar de eso, contenían una sustancia más densa, más pesada que se parecía mucho al estaño líquido.

"¿Qué es eso, Albus?" preguntó, después de fallar en identificar el contenido de los Pensaderos a pesar de sus mejores esfuerzos.

"Recuerdos... realmente, más bien impresiones," dijo Albus, corrigiéndose. "Tendré que pedirle a Dobby que me ayude a clasificarlo más adelante una vez que haya descansado. Este proceso es terriblemente ineficaz para la magia humana, especialmente cuando hay tanto, " dijo, indicando distraídamente el barril de piedra por su escritorio. Con un respingo, Snape se dio cuenta de que estaba lleno de la misma sustancia. ¡MERLIN¡Incluso si eso vino de más de una persona, debe haber contenidos años de memorias en esa cosa! pensó, horrorizado.

"¿Recuerdas la conversación que tuvimos el día quince, cuando Arabella descubrió que los parientes de Harry se habían mudado?" Severus parpadeó cuando la pregunta de ALbus se abrió paso en sus pensamientos.

"Sí, claro," contestó. "¿Cómo podría olvidarlo? Ése fue el día que descubrí que las pociones de memoria y las pociones calmantes no deberían mezclarse. "

Albus se rió entre dientes, después se ensombreció otra vez. "Tienes un don para percibir las más sutiles pistas, Severus," dijo él, recuperando su varita y apuntándola a las memorias de Molly Weasle. "Desde que recibí la primera carta de Harry, tuve algunas suspicacias un tanto desagradables, y nuestra reunión de ese día hizo poco para disiparlas," dijo él, extrayendo una memoria de la fuente. "Dime lo que piensas de esto."

Snape hizo como le ordenaron, y pronto se encontró inmerso en la visión de Molly Weasley, sus cuatro hijos más jóvenes y Harry Potter. "Muy bien, queridos. Entonces vámonos," dijo Molly Weasley se movió por entre la multitud de la estación de King's Cross. Miró distraídamente cómo ella se volvía para cerciorarse de que todos la seguían, y se detuvo cuando notó que Harry se retrasaba. Fue con ella cuando ésta lo llamó, y él le informó que su tío acababa de llegar.

"Alto," ordenó Dumbledore, congelando la memoria. "En este punto, observa a Harry cuidadosamente," le mandó cuando Snape lo miró interrogadoramente. "Observa su expreción facial y escucha lo que dice. Es muy sutil."

Severus se preguntaba qué pretendía Albus, pero hizo como le ordenaro, y se concentró en observar al Mocoso – Que – Vivió cuando continuó el recuerdo. Observó la obvia renuencia de Potter a separarse de la familia de pelirrojos, y le pareció un poco extraño cuando Molly finalmente le puso una mano apaciguadora sobre el hombro del muchacho y le preguntó si quería que lo acompañara.

"No, gracias de todas formas," rechazó Potter, negando con la cabeza. "Me temo que el tío Veronon probablemente estará enfa – uh, con prisa por irse..."

Severus parpadeó ante la imagen. "Una vez más," ordenó, acercándose más al recuerdo que flotaba en el pequeño Pensadero, y mirando atentamente cuando Albus lo complació, repitiéndolo otra vez.

"Ahora, rápidamente¿qué iba a decir Harry antes de que cambiara de opinión?" Preguntó Dumbledore, calibrando su reacción cuidadosamente.

"Enfadado," dijo Severus, expresando su primera impresión. Apostaría dos medidas de cuerno de Unicornio a que Potter había estado a punto de decir 'el tío Vernon estará enfadado' antes de detenerse. El muchacho también parecía estar horrorizado ante el simple pensamiento de que la señora Weasley lo acompañara.

Snape era lo bastante honesto como para admitir que probablemente habría desestimado ese episodio como la típica mentalidad adolescente de 'cómo te atreves a tratarme como a un niño', si Albus no le hubiera llamado la atención sobre ello. Evidentemente Molly pensó que todo estaba bien, porque después de una breve chispa de preocupación que cruzó por su cara, simplemente abrazó al muchacho, diciéndole que lo vería pronto y mandándole mantenerse en contacto.

Snape se frotó la barbilla mientras miraba la interacción. Potter claramente no deseaba ser tratado como un niño, de un modo que era innegable que ella lo estaba tratando, pero algo en el lenguaje corporal y el aura del muchacho sugería que allí podía haber algo más. Extraño. Casi era como si él tratara de protegerla a ella. ¿Pero de qué¿Y por qué?

Dumbledore movió la cabeza en respuesta a su opinión de la oración interrumpida de Potter. "Esa fue también mi reacción," dijo él, mirando como los chicos Weasley le decían adiós, y a Harry de pie, agitando la mano antes de perderse de vista. "Tan sólo quería una segunda opinión," continuó, y parecía que no le habría molestado que le probaran que estaba equivocado. "Esa fue la última vez que fue visto Harry -- por un ser humano, debo decir. Este pájaro obstinado conoce la localización del Sr. Potter pero no la divulgará," dijo él, dirigiendo la última parte de la frase a Fawkes que tenía colocado encima y lo puso en su percha. "He amenazado con desplumarlo, pero como puedes ver, está lejos de decirme nada."

"¿Usted sabe hablarle?" preguntó Snape curioso, mirando alternativamente a Albus y a Fawkes. Era algo que se había preguntado en el pasado, pero de alguna forma nunca había logrado preguntarlo. El pájaro de fuego notó la atención que atraía, y se detuvo en el acto de arreglarse las plumas. Albus sonrió cariñosamente y negó con la cabeza en apacible exasperación cuando Fawkes favoreció a los dos magos concediéndoles una mirada, y después continuó con lo que hacía, obviamente sin hacerles mayor caso.

"He aprendido a interpretar sus sonidos y a leer sus expresiones y lenguaje corporal," contestó Dumbledore, indicando al Fénix. "La comunicación es suficiente, pero no tan efectiva como sería la de un Parseltongue con una serpiente o un Basilisco."

"Ah," respondió Snape, el ejemplo de Dumbledore trajo a su mente las botellas de veneno de Basilisco que tenía en sus alacenas privadas. Eso había sido un trabajo bien hecho, incluso si lo decía él mismo. Como Gilderoy Lockhart se había probado ser un incompetente incluso antes de quelo golpearan con su propio encantamiento de memoria, había recaído en el Maestro de Pociones residente, la tarea de recoger cualquier ingrediente utilizable y disponer de la caparazón del Basilisco. La cosa había sido enorme, así que el haber conseguido librarse de él no había sido ninguna pequeña hazaña. Con todo aquello, era un maldito milagro el que nadie hubiera salido muerto.

"Hablando de Basiliscos, Potter y la Srta. Weasley fueron muy afortunados de escapar sin daños de la Cámara de los Secretos," comentó largamente, saliéndose un poco del tema. "Era un magnífico espécimen. Fácilmente era el más grande que he visto nunca, y su veneno era tan potente que tuve que poner encantamientos reforzadores en los encaves de almacenamiento."

"Oh, no diría que escaparon sin daños, Severus. El recuerdo de Tom Riddle casi drenó completamente la vida de la Srita. Weasley, y Harry --" Dumbledore se interrumpió de repente, con una expresión arrebatada en el rostro. Ante la mirada de asombro de Snape, todos los rasgos de fatiga se borraron. El director parecía que estaba en peligro de estar a punto de quedarse dormido, pero evidentemente se le había ocurrido algo, porque sus ojos perdieron su mirada soñolienta y se animaron considerablemente detrás de sus lentes de media luna. "Severus," preguntó lentamente Albus, con la actitud de un hombre que se acerca a la respuesta a un problema, "dada la fuerza del veneno¿cuándo tiempo estimas que le tomaría matar a una persona?"

Snape fue ligeramente sorprendido por la pregunta, pero igualmente la consideró cuidadosamente. Si le fuera inyectada a alguien una suficiente cantidad por una aguja o por el diente del Basilisco, estimo que el veneno podría matar a un hombre adulto en cinco minutos o menos," teorizó.

"¿Y qué me dices de un niño¿Uno de primero o de segundo año?" presionó Albus, mirándolo atentamente.

"¿Un niño?" repitió Severus incrédulo. "Un niño probablemente moriría instantáneamente, o en cuestión de segundos. Tendría un minuto, o quizá dos, si fueran particularmente robustos. ¿Por qué?"

"Porque el Basilisco mordió a Harry. Uno de sus colmillos le perforó la parte superior del brazo cuando le metió la espada de Godric Gryffindor a través del cráneo."

Severus frunció el ceño, haciendo cálculos. "¿Cuán profunda era la herida?" Si fuera ligera, o simplemente un rasguño, habría tenido más tiempo."

"No estoy seguro, no vi la herida real. Fawkes le asistió a tiempo y lo curó en la Cámara," respondió Dumbledore, quien todavía se oía muy preocupado. "Sin embargo, Harry trajo el colmillo consigo cuando regresó. Si la memoria no me falla, de hecho, Harry parecía haber sido mordido muy profundamente. A juzgar por las visibles manchas de sangre, el colmillo probablemente le perforó el húmero."

No muy seguro de haber oído correctamente, Severus parpadeó de manera casi cómica, y buscó la confirmación a la absurda aserción de Dumbledore. ¿Un Basilisco mordió a Potter hasta el hueso, en su segundo año y él todavía siguió vivo?" exigió saber, con la incredulidad remarcada en cada sílaba.

"Sí. Parece inverosímil¿no?" especuló Dumbledore, frunciendo profundamente el ceño y juntando sus dedos delante de sí. "Supongo que no ahondé más en ello en ese entonces, porque lo descubrí hasta mucho después del hecho, y Harry obviamente estaba bien. Pude haber supuesto que el veneno de este Basilisco en particular era más débil de lo normal, pero dada la vehemencia de tu reacción, ese no es el caso."

Severus resopló a pesar suyo. "Absolutamente, pero ¿desde cuándo Potter ha seguido las reglas?"

Albus le dirigió una suave mirada de reprensión, entonces volvió a fruncir el ceño y a concentrarse. "¿Pero cómo es posible para un niño de segundo año sobrevivir a una mordedura de Basilisco, Severus?"

"¿Cómo es posible que un bebé sobreviva a la maldición asesina?" apuntó Severus, elevando ambas manos. "Quizás el chico es inmortal," sugirió, solamente bromeando a medias. "Si es inmune al veneno del Basilisco, quizás no es posible matarlo."

"No, según la Srta. Weasley, Harry parecía muy débil y enfermo antes de Fawkes le ayudara. Ella estaba comprensiblemente preocupada por su bienestar," contradijo Albus. Se levantó y se dirigió precipitadamente a la chimenea. "Permíteme un momento, Severus," le pidió, desapareciendo por la chimenea con la orden de "Enfermería de Hogwarts," y reapareciendo unos minutos después con una carpeta.

"¿Es de Potter, presumo?" preguntó Snape, cuando Dumbledore volvió a su escritorio y abrió de prisa el archivo.

"Sí," dijo Albus distraídamente, pasando un dedo por los registros. "Hmmm. A excepción de su encuentro con los Dementores, el resto de estos registros se refiere solamente a lesiones… aunque, supongo que el efecto de los Dementotes se podría considerar como algún tipo de herida. ¿No estás de acuerdo, Severus?"

A Snape lo tomó un momento captar el significado de aquello. Cuando lo hizo, sus ojos se abrieron. "¿Ninguna enfermedad?"

Dumbledore negó con la cabeza. "Ninguna. Además, la señora Pomphrey ha hecho varias notas sobre cuán rápidamente se recupera de sus heridas físicas."

"... entonces¿Potter no se enferma?"

"No, él..." dijo cuidadosamente Albus. Él se volvió hacia los dos Pensaderos llenos del líquido de extraño color de estaño, y le dio al más pequeño un ligero golpecito con su varita. "dio vuelta a los dos Pensieves llenado del líquido estaño-coloreado extraño, y golpeó ligeramente el más pequeño con su varita. "Sostente, esto puede ser un poco rudo."

Antes de que Snape pudiera preguntar qué ocurría, se encontró hundido en un recuerdo de fuerza impactante. La oficina del director desapareció y se encontró de pie en el umbral de una casa.

Una casa oscura, vacía, y muy Muggle.

En medio de una tormenta de época, nada menos.

Encantador.

¿En qué me ha metido ahora Potter? gruñó internamente, tratando de protegerse de la lluvia automáticamente, antes de recordar que aquello era un recuerdo, y la lluvia fantasma caía sin tocarlo.

El ulular de una lechuza, era apenas audible debido al ruido del viento y la lluvia, pero atrajo su atención. Volviéndose hacia el sonido, vio a un muy empapado Harry Potter y a una lechuza blanca igualmente mojada. Sorprendido, Snape valoró al muchacho ante só. U decidió que la apariencia de 'patético – gatito – medio – ahogado' no le quedaba nada bien a Potter. La lechuza volvió a ulular, esta vez con más insistencia, y alargó una pata como si exigiera entregar un mensaje. Parece que por lo menos, su pájaro tiene un poco de sentido común, pensó retorcidamente, mirando al muchacho abrir cuidadosamente los labios para responder a su petición.

"Gracias, Hedwig, pero realmente no quiero mandarte en esta tormenta a menos que no tenga otra salida," dijo Potter, obviamente respondiendo a la sugerencia de la lechuza. No volvió a hablar por varios minutos, pero era bastante fácil leer la riada de emociones que pasaban por su rostro. Snape sentía como si pudiera oís los engranajes de su cerebro comenzar a chirriar y a moverse cuando el muchacho frunció en ceño, muy concentrado. Pareció considerar y desechar varias opciones antes de soltar un gran estornudo y quejarse. "¡Lo que me faltaba!"

"Ésta fue la noche del primero de Julio, cuando Harry se las arregló para ir a Surrey. No parece estar muy bien¿o no?" comentó Dumbledore, hablando por primera vez. Snape frunció el entrecejo considerando aquello, mientras que finalmente Potter pareció tomar una decisión, alzando los hombros y alzando la barbilla. Esa actitud en particular lo hizo parecerse más al Gryffindor obstinado y arrogante al que estaba acostumbrado a tratar, pero Albus tenía razón. No había duda de que el muchacho daba muestras de enfermedad. Estaba pálido, empapado, estornudando y en medio de una tormenta, podía suponer que por lo menos tendría un mal resfriado.

"Creo que es aquí cuando él tiene la idea de tratar de contactar a Arabella," comentó Dumbledore, cuando Potter alzó una ceja especulativamente, y miró atentamente en dirección a la calle de Histeria Walk.

Los dos magos adultos miraron a Potter envolver su lechuza, agarrar su baúl y lanzarse a la tormenta. "Espera," barbotó Severus, parpadeando cuando una idea lo asaltó repentinamente. "Esta memoria ocurre después de que Molly Weasley viera a Potter en la estación de King's Cross¿o no? "

"Así es," verificó Albus.

"¿Y esta memoria es de un testigo independiente?"

"Correcto."

"¡Entonces Molly no fue la última persona que vio a Potter la noche del primero de Julio¿Por qué este testigo no habló antes?" exigió saber Severus, con sus oscuros ojos destellando airadamente al pensar en todas las horas perdidas y el innecesario esfuerzo realizado.

Los hombros de Dumbledore se abatieron un poco, como si el peso del mundo entera cayera sobre ellos. "Porque, Severus, hasta ayer por la noche, este testigo no tenía voz. ¿No puedes verlo? Estamos completamente sumergidos en el recuerdo y no hay punto de vista. No hay ninguna persona extra en la escena." Snape se le quedó mirando, sin comprender, así que Dumbledore lo intentó de nuevo. "Estamos viendo las impresiones de la propiedad conocida como el número cuatro de Privet Drive."

¿Quéeeeee? Snape sacudió la cabeza incrédulo antes de que resolver fijar la vista en Dumbledore. "Albus, te tengo mucho respeto como mago y erudito, pero no creo que ni siquiera tú puedas leer la mente de una casa. ¡Particularmente puesto que no hay mente a leer!"

"Cierto, muy cierto," estuvo rápidamente de acuerdo el Director, haciendo que la memoria se alejara con un movimiento de varita. Snape apenas tuvo el tiempo suficiente para irritarse ante el talento sin precedente de Dumbledore para confundir a los otros antes de que el anciano mago dejara caer otra pista informativa"Yo no puedo, pero Dobby el Elfo Doméstico sí puede."

"¿Elfo Doméstico?" preguntó Snape débilmente, todavía lidiando con el concepto. Albus notó su confusión y se explicó.

"El método es muy complejo, y comúnmente no se utiliza," explicó pacientemente. "Los Elfos Domésticos generalmente guardan muy celosamente los secretos de sus amos, pero el estado 'libre' de Dobby y su devoción a Harry Potter hacen de él un caso especial. Él pudo 'comunicarse' exitosamente con la anterior residencia de Harry, y reunir las impresiones de su vida allí. Se lo pedí esperando obtener una mejor idea de la desaparición de Harry cuando se volvió irrastreable."

"¿Y Shackelbolt?"

"Era un testigo creíble, y comprobable," dijo Dumbledore, encogiéndose de hombros. "Su palabra de que Lobby hizo bien las cosas será bastante buena para la mayoría si esta evidencia es necesaria en una corte. Había estado planeando tratar de extraer algo de la casa incluso desde antes, cuando me esforzaba por encontrar evidencia suficiente para sacar a Harry del cuidado de los Dursley, pero lo agudo del problema garantizó la cooperación de Kingsley."

Caldeándose en el tema, Snape señaló el Pensadero más pequeño. "¿Qué es ese otro?"

"La casa de Arabella Figg en la calle de Histeria Walk. Como puedes ver, Harry pasó usted puede ver, Harry pasó considerablemente menos tiempo allí, " explicó. "Los mecanismos están más allá de mi comprensión, pero de lo que entiendo, esto no siempre se puede hacer con el éxito garantizado. La estructura se debe forzar ' recuordar ' a persona que mora, o ha morado dentro de ella. La edad de la estructura y del número de habitantes que ha tenido a lo largo de su vida complica el proceso. Por ejemplo, sería casi completamente imposible forzar Hogwarts a recordar a un estudiante específico."

"¿Has encontrado alguna… evidencia de Potter siendo maltratado?" preguntó Snape renuente, no gustándole la fría esfera de pavor que se tomaba forma en su estómago.

"No lo he procurado hasta ahora," admitió Dumbledore. "como he dicho, el proceso de buscar en las memorias sin - sentimientos es difícil. Acababa lograr reunir los movimientos de Harry la noche del primero de Julio cuando Arthur me llamó por el Flú. "

Indicando el cucharón de madera de largo mango que asomaba por la boca del barril de piedra, Dumbledore continuó. "Dobby me dijo que me ayudaría más adelante, pero me dejó esta herramienta para hacerlo yo mismo. Es un pequeño y querido compañero," dijo el Director cariñosamente. "Antes de irse me dijo que no me preocupara, que él sabía que Harry Potter estaba bien." Volviendo al problema actual, cogió el cucharón. "Se supone que esto sirve para poder encontrar las impresiones que específico," explicó, observando el interés de Snape.

"¿Planeas buscar evidencias de maltrato?"

"Sí," dijo Albus tristemente, transfiguró varios pensaderos adicionales en su escritorio. "¿Fue Harry Potter golpeado alguna vez por Vernon o Petunia Dursley?" preguntó, dando un ligero golpecito al cucharón con su varita, y deslizándose en el líquido de color metálico. Revolvió unas cuantas veces, después la extrajo, y pareció sorprendido de que estuviera totalmente vacío

"Hmm. Intenta ' maltratar ' en vez de lo otro, es más general. E incluye al primo en tus preguntas, " aconsejó Snape. Dumbledore intentó otra vez, '¿Fue Harry Potter maltratado alguna vez por sus parientes muggles?' esta vez extrajo una generosa cucharada. Frunciendo el ceño, lo vertió en uno de los restantes pensaderos.

Cuando fue a volver a meter el cucharón, Snape lo detuvo. "Espera Albus. Primero echa un vistazo. Cerciórate de que Potter y su primo no estén haciendo tonterías infantiles."

"Muy bien," dijo el anciano mago, dejando el cucharón a un lado y alzando su varita con obvia renuencia. Cuando tocó el contenido del Pensadero, su oficina se alejó, y fue substituida por la misma casa Muggle que habían visto momentos antes. Mientras que él y Albus estaban de pie, curiosamente en la parte del frente, un medio de transporte muggle llegó, llevando a un Harry Potter mucho más joven, a una mujer de cara de caballo, y a otro muchacho que tenía que ser el primo de Potter. Snape resopló desdeñosamente cuando vió al obviamente gordo muchacho. Otro mocoso desagradable, observó amargamente. Debe ser cosa de familia.

Reenfocando su atención, notó que la mujer estaba obviamente enfadada por algo. Sus movimientos eran desiguales e irritados mientras abría la puerta del frente y metía a los dos niños en la casa. Él y Albus siguieron a la familia al interior de la casa, y de nuevo a la cocina, Snape estaba sorprendido por la gran cantidad de fotografías en la chimenea y las paredes. Por todas partes a las que mirara, el mocoso rubio desagradable le dirigía sonrisas insípidas detrás de los marcos. No fue sino hasta más tarde que se dio cuenta de que no había ni una sola fotografía de Potter a la vista.

Mientras tanto, la tía de Potter, puso sus bolsas de compras en la mesa de la cocina. Su expresión se ablandó por un segundo cuando le ofreció al otro muchacho que "se fuera a jugar," entonces ella se volvió a su sobrino, dándole una bofetada lo más fuerte que pudo. Snape y Dumbledore miraron en silencio, terriblemente sorprendidos, cuando el Joven Harry perdió el balance y cayó por la fuerza del golpe. Cuando el muchacho intentó defenderse, su tía procedió a regañarlo y zaherirlo a tal grado, que incluso el Maestro de Pociones se encontró aterrado.

Por supuesto que si él estaba aterrado, entonces Dumbledore estaba sumamente furioso. Snape sabía que Albus no mostraba la característica tristeza mientras se desarrollaba la escena. La tía de Potter probablemente era muy afortunada de estar fuera de su alcance en ese momento en particular. Había dejado una fea marca roja en la cara del niño -- "espera!" Sacando su varita, la alzó inmediatamente, el recuerdo de congeló a su orden.

"¿Qué ocurre, Severus?" preguntó Dumbledore, frunciendo el ceño, cuando percibió el lenguaje corporal del hombre. "¿Qué has visto?"

Sin contestar, Snape se acercó y se arrodilló al lado del congelado recuerdo de Harry Potter. La mirada niño miraba fijamente a su tía con sus ojos verdes completamente abiertos, y estaba en el acto de limpiarse las lágrimas. "Mira aquí, Albus," dijo Snape, indicando la piel perfectamente normal que quedaba a la izquierda de los pequeños deditos del niño, y la marca roja más allá.

"Bendito sea el cielo," murmuró Albus. "No es extraño que nadie notara nunca lesiones. ¡Tiene alguna especie de habilidad curativa latente!"

"Mmm," convino Snape. "Pero ¿es su contacto o las lágrimas?" preguntó pragmáticamente.

"No sé. Quizás podremos hacer una determinación cuando lo encontremos, " suspiró Dumbledore, dejando que la impresión se alejara. Se sentó pesadamente en su silla y por una vez parecía estar completamente perdido. "¿Cómo voy a decírselo a Sirius?"


(1) Jugo RompeJaulas.

Esto estaba atrás, en el capítulo 12: Lo Que Tenemos Aquí Es Una Falta de Comunicación.

Cuando Snape interrogó a Wormtail en el capítulo 15: Sra. Wrong.

Si lo de Petunia abofeteando a Harry suena familiar, es verdad, en realidad debería serlo. Dubledore extrajo en forma aleatoria de los recuerdos sobre Harry la escena del capítulo 14: Sra. Wright.


Gracias a Azera, Fweasley, Remus – lupin – black – darkq, Marina - Potter, DValle, Lodder y Ariadna Black por sus reviews.

También quiero agradecerles por su paciencia, lo lamento, pero no me fue posible hacer nada antes, estuve muy ocupada en el trabajo... de todas formas, les reitero que no pienso abandonar la traducción.