De Amor y Dolor.

Fanfiction por Lita Kino.
Todos los personajes originales de Rurouni Kenshin pertenecen a Nobuhiro Watsuki.

Capítulo 9: Mentira

Una mañana de tantas, en las que Misao y Kaoru se tomaban un descanso entre la ajetreada hora del desayuno y la comida en el Aoiya, llegó Sae al lugar a dejar unas cuantas cosas que Kaoru llevaría para su hermana Tae cuando regresara a Tokyo. Y ella les contó algo muy curioso: Una de sus empleadas le comentó que se rumoraba que Aoshi tenía ahora una novia. Una de las servidoras del templo zen donde meditaba. Y todo gracias a una de las chismosas locales, que fue quien se lo dijo.

Ya Aoshi le había comentado alguna vez que estaba tratando a una de las servidoras del templo zen. Pero una cosa era decir que la trataba y otra ponerla como novia.

Esa misma tarde, cuando Misao llevó el té a Aoshi, le comentó sobre lo que Sae le había dicho. Aoshi esbozó una especie de sonrisa irónica (que bien se podría interpretar como si no comprendiese por qué todo Kyoto andaba de pronto tan interesado en su vida) y Misao sólo sacó en claro una frase:
- No es mi novia. Aunque podría ser...

Y más tardó él en pronunciar estas palabras, que su corazón en ensombrecerse de nuevo...

Y como desde que empezó ese lío con la mocosilla de Mitsuki, los sentimientos de Misao estaban muy... como decirlo... "expuestos" (léase que ahora era incapaz de ocultar lo que sentía, así que cuando algo le impactaba o le entristecía, en seguida su expresión se tornaba sombría, muy a diferencia de antes que podía ocultar su tristeza tras su habitual jovialidad), Aoshi se dio cuenta inmediatamente de que algo le sucedía...

Dejando de lado que, de ser eso verdad, por quincuagésima novena vez en su existencia la misma vida le restregaba en su inocente carita que ese hombre se unía a las filas de Kamatari antes que enamorarse de ella, le sentó fatal que tuvo que ser Sae, alguien que no tenía nada que ver con el asunto, quien le dijera eso y no él quien se lo contara directamente...

Ya estaba acostumbrada a oír las cosas de sus propios labios y esto era como volver a los tiempos de antes... en los que él y ella no eran ni tan siquiera amigos, en los que ella no tenía su confianza y su única meta era alcanzarla.
- ¿Porque cambiaste de pronto? -preguntó él esa noche a Misao, luego de la cena.
- ¿Ah¿Cómo? -fue lo único que atinó a decir Misao, al salir de su ensimismamiento.
- A media tarde cambiaste tu actitud.
- Yo sólo... balbuceó.- Sólo estaba pensando.
- Solo te confirme acerca de ese asunto y cambiaste. Te pusiste seria - Precisamente... Me lo "confirmó." -dijo Misao, su voz adoptando un tono sumamente triste.- Y me tuve que enterar por alguien más de las cosas. En vez de que me lo dijera usted.
- Yo ya te lo había dicho.
- Me dijo que la había estado tratando. Pero no puso las cosas en ese plan a como me lo vino a plantear Sae.
- Tú sabes que la gente exagera todo. La verdad si me agrada, es una mujer muy atractiva, pero por ahora podría decir que es mi amiga. Ya, lo de que es mi novia todavía no... pero muy pronto tal vez.
- Pero a ver si para esa vez sí me lo dice usted y no me toca contarle que me llegó un rumor de que se ha casado con ella para ver si así me dice.
- Espero que no te enojes conmigo... -Misao lo miró extrañada. ¿A qué venía esto?- Sólo eso espero y que me comprendas, que lo que hago lo hago porque no me queda de otra.

¿Perdón¿Qué significaba eso¿A qué se refería él con que no quería que se enojara con él, que lo comprendiese, que hacía lo que hacía porque no le quedaba de otra? Mejor aún¿Qué era lo que estaba haciendo porque no le quedaba de otra y que podría hacerla enojar?
- ¿Cómo que lo que hace lo hace porque no le queda de otra?
- A su tiempo lo entenderás... -sus ojos se tornaron levemente nostálgicos.- Solo te digo que estoy sufriendo mucho... y que ojalá todo pase rápido... Por favor, pide a Kami-sama por mí.
- Yo siempre rezo por usted... -contestó Misao, sorprendida.- Nada de esto tenía sentido para ella.- Aunque claro que podría entenderlo mejor si me explicara qué es lo que pasa.
- Por ahora sólo te pido eso... y que sepas comprenderme a su debido tiempo... que no te vayas a molestar ni a sentir que no te tengo confianza.
- Es que ese es el problema... que no puedo dejar de sentir que no confía en mí... -aunque sus pensamientos agregaban:- Más ahora que lo que me ha dicho no tiene sentido para mí... Si no me dice las cosas, es porque en verdad ya no confía.
- Pues si confío aunque no lo creas. A su tiempo lo comprenderás.

Y cambió de tema. Y Misao ya no pudo contestarle más, porque además de que su pobre corazón se sintió peor de lo que estaba, su mente se encontraba atando cabos a mil por hora. "Comprende que lo que hago lo hago porque no me queda de otra." "Estoy sufriendo mucho." "Ojalá todo pase rápido." "No te vayas a molestar."

Estas frases y otras cosas más (como el hecho que se había contradicho muchísimas veces en las últimas semanas.) la llevaron entonces a una conclusión: él le estaba mintiendo. Mintió cuando dijo que esa mojigata era sólo una confusión y lo estaba haciendo por el hecho de que el rumor que se extendió por los alrededores lo afectó mucho, aunque no lo admitiese nunca. Además que él la conocía y sabía que no hay nada por lo que ella se pudiese poner más furiosa que por una mentira; Misao misma le comentó alguna vez sobre haber terminado amistades por causa de mentiras (y se lo dijo la primera vez que se le pasó por la mente que podía estarle mintiendo, para que quedara advertido.) y seguro era por eso que me repite y vuelve a repetir que no se fuera a enojar con él y que a su debido tiempo lo comprendería. Era por eso que no le había dicho el asunto de la "servidora del templo", (que no sabía si en verdad existía...), porque quizás originalmente no quería incluirla en su plan, sino que era para los demás se lo creyeran y frenaran los rumores al respecto, pero como Misao le preguntó sobre ello le mintió también a ella...

Eran sólo conjeturas, pero a su manera de ver las cosas, esa era la más grande posibilidad. Lo que quería saber ahora era... ¿por qué¿Por qué le mentía también a ella? En verdad no había nada que la pusiese más furiosa y que la lastimara más que una mentira... y si de verdad le estaba mintiendo era decir automáticamente que incluso su amistad se perdería...

Debía comprobarlo o enloquecería...

XXX

Como todo lo bueno llega a su fin, su amiga Kaoru tuvo que regresar a Tokyo. A Kenji le había dado una enfermedad en las vías respiratorias y, aunque leve, quería a su mamá con él.
- Misao... -dijo la kendoka observando a su amiga.- Debes ser fuerte. Aoshi no es el único hombre en el mundo... Recuérdalo.
- Yo lo sé... -sonrió irónicamente Misao.
- Cualquier cosa que suceda, escríbeme.

Ambas amigas se dieron un abrazo, en el cual Misao sintió que se le iba el alma... Su amiga Kaoru era la única que en cierto modo la comprendía y trataba de ayudarla... ¿Qué haría ahora sin ella?

Lo único que quedaba: Sobrevivir... aunque sintiese tanto dolor en su alma...

XXX

¡Aoshi! -se escuchó la voz, con ciertos tonos infantiles, tras el joven ninja. Era una noche en la que él y Misao había coincidido en el camino a casa, por lo que iban juntos.

Misao se volvió y vio a Mitsuki, con su madre y su hermana. Dando saltos llegó frente a Aoshi y, actuando como si Misao no existiese, dijo al joven ninja:
- ¿Te dieron los últimos mensajes que te mandé?

Manteniendo su frío temple, Aoshi se dirigió con Mitsuki hacia donde se encontraban aguardándola su madre y su hermana, mientras Misao, quien se había parado en seco, observaba a lo lejos cómo él las saludaba educadamente. "Aoshi-sama... Él me dijo... que ya no la trataba..."

Sin embargo, ya lo había oído: Aunque ya nadie los viese juntos, seguían comunicándose. Entonces ¿por qué él le había dicho que ya no tenía nada que ver con ella? Las últimas ocasiones en las que habían tomado juntos el té, él le había dicho reiteradas veces que ya no tenía trato alguno con ella.
"Entonces es cierto... Me mintió..."

Si alguna vez creyó imposible el hecho de que su frágil corazón pudiese dolerle más de lo que le dolía, ahora comprobaba que no era cierto. Sintió sus ojos nublarse levemente ante las lágrimas que amenazaban con brotar de él... Aunque en realidad no sabía si eran lágrimas de tristeza o de rabia...

Si Aoshi había querido guardar las apariencias ante todos... ¡Pues bien! Esa era su vida y podía hacer lo que se le plazca con ella. Sin embargo, Misao no podía asimilar que ese "guardar las apariencias" la abarcase también a ella... A ella que había pasado los últimos años a su lado, luchando poco a poco por vencer el gélido hielo de su corazón... A ella, que se había considerado ya como su amiga...

Cuando Mitsuki retomó su camino, Aoshi se volvió hacia Misao. Sus ojos chocaron intensamente, pudiendo ver en ella esa mirada que no sabía definir entre furia y pena. Fue entonces que Misao no pudo más: Salió corriendo con todas sus fuerzas hacia el Aoiya, sin siquiera volverse a ver a pesar de haber escuchado su nombre siendo pronunciado por aquella masculina voz...

XXX

Misao... ¿Estás ahí? -preguntó Okon, llamando a la puerta de la joven. Al no obtener respuesta, abrió la puerta y observó a Misao acostada en su futón. La joven Okashira no pronunció ni una tan sola palabra...- Aoshi-san ha llegado hace un momento... ¿sabes?
- ¿Y...? -fue todo lo que pronunció Misao, sin siquiera volverse.
- Me preguntó si te habías enojado con él. -esperó una respuesta que no llegó.- Me comentó lo que sucedió cuando venían hacia acá, aclarándome que él no hizo nada malo, sino que fue Mitsuki quien se acercó a saludarlo... Que quiso buscarte, pero comprendió que sería en vano...

Así que Aoshi pensaba que Misao estaba furiosa porque había hablado con Mitsuki... ¡Si sería idiota! Misao no era tan ridícula como para molestarse por ese hecho en sí... sino porque era simplemente la comprobación de que la persona que más amaba en esta vida le había mentido... ¡A ella, que hubiese dado su vida mil veces por él!
- ¿Sabes qué más me ha dicho? Que no era su intención lastimarte... Y que si prefieres mantener lejos de él, él lo comprenderá...

¿Alejarse de él? Ni con Aoshi ni sin Aoshi, las penas de Misao tenían remedio alguno... Estando con él, él la mataba... Y estando sin él, sentía que moría... Pero había llegado a una conclusión: Ya no tendría ningún cuidado acerca de él... nunca más... Ya no le importaría...

Sentía... que ya no lo conocía. Que trataba con él, pero él ya no era el mismo hombre del que se enamoró cuando era a penas una niña... Él no era SU Aoshi, Aoshi que ella amaba... El Aoshi por el cual había sufrido, había llorado, pero a la vez había seguido firme al saber que era un hombre a quien valía la pena amar. El hombre que los Onniwabanshuu e incluso el Kenshin-gumi respetaban y por la cual sentían cierto aprecio, además de estar conscientes de que se trataba de una persona en verdad buena... Y sus amigos mismos eran los que ahora le decían que desconocían la actitud que él había tomado...

Estaba enamorada de un fantasma, entonces... Misao solamente veía en él a la persona que era antes, no quien era ahora... Y no podía dejar de sentir que dentro de ese cuerpo amado, aún quedaba algo de aquella persona a la que ella amaba...

Ella sabía que era IMPOSIBLE que de verdad ya no se preocupara por él ni tuviese cuidado con él... ¡Porque lo amaba, a pesar de todo! Porque él era su vida, su cielo, su todo... ¡Porque al mirar sus ojos, aún se sentía capaz de llegar tan lejos como se lo propusiera!

Fin del Capítulo 9


Discúlpenme haberme tardado tantísimo en actualizar, pero... Es que es tan difícil para mí acordarme de eso T.T

Las cosas en realidad no pasaron así. Lo que sucedió esa noche en la que me di cuenta de que me había mentido (y yo caí como una bebé, pero nunca más...), le dediqué una de las mejores serenatas que he cantado en mi vida:
"Mentira, mi vida, lo que se da y no se mira;
mentira escondida, flagelo que mi corazón no olvida;
mentira, el vino y pan de cada día;
mentira, mi vida, no quiero más mentir...
Amor, solamente encontré
El necio precio de volverte a ver"
Luego de eso acerqué mi mano a penas unos centímetros su cara, haciendo la señal de despedida, y con mi peor tono de cinismo-sarcasmo-furia-frialdad, sumado a una mirada encendida del coraje, le dije: "Adiós" Y me fui sin mirar atrás. El tipo se quedó en una pieza... Claro en en Meiji no existía La Ley, jeje. Así que suprimí eso. Y en vez de Okon, fue mi evil hermana menor que se quedó con él y luego aprovechó para hablarle por tel. T.T (Ella siempre arruina mi vida!)

Reviews:

Lady Ai Shinomori: Pues no lo te puedo decir si quedarán o no quedarán juntos. Tú nada más sigue leyendo y verás, que ya tengo completamente planeada la parte 2 de esta historia, jeje.

Alexia: Veo que el mal que sufre Misao y que sufrí yo, es un mal bastante común. Pero bueno, no queda más que seguir adelante y consolarse escribiendo fics.

Veronikita: ¡Siete años¡Dios! Y yo que llevo a penas seis meses... (de puro sufrir, porque enamorada de él ya van cinco años...) Aunque de unas semanas para acá, quizás se me ha bajado un poco el dolor (gracias a una conversación telefónica de dos horas y media...), aún lo siento. Pero si tú has resistido 7 años, entonces yo también puedo! Lo que sí es que hay que continuar con la vida, aunque duela.

Angel Nemesis: Pues sí, la quería engañar... (Más bien me mintió T.T) Pero bueno, a ver si con el tiempo llega a darse cuenta que nadie nunca lo amará como Misao... Suspiro...

alma: No creo que se escape con ella. Me parece que Aoshi es un tipo demasiado formal como para hacer esas cosas. Y sí, si yo fuera Misao haría lo mismo XD Lo hago sufrir primero y luego me lo quedo :P

pau: Bueno, aquí ya dije más o menos en qué sentido lo hizo. Y bueno, ustedes saben como son las niñas... Un día aman y al otro no. Quien sabe si la Mitsuki real si sienta verdadero amor, pero la de este fic... Lo dudo muchísimo.

DarkShadow: Pues sí, la verdad me está ayudando mucho. Porque yo escribo este fic con mi diario abierto y releyendo las cosas que me sucedieron en ese reciente pasado, aprendo de mis errores y especialmente a no cometerlos de nuevo.
¿Sabes? Es cierto que lo que no te mata, te da fuerzas. Y todo esto me ha dado fuerzas para ver la vida de otra manera.

misao shinomori-12: Pues espera sentada, hija mía... Porque esta situación seguirá y seguirá...

HADA: Es que incluso hasta las personas de quien menos lo piensas, se derriten como manteca al sol cuando se enamoran... Yo lo he visto perfectamente... Las personas comienzan a actuar de maneras que nunca hubieses sospechado que lo harían.
Y ya que hablas de la época y las diferencias de edad, en una de mis novelas favoritas, "Memorias de una Geisha", aunque está ambientada cerca de cincuenta años después, una de las personajes dice a una aprendiza de geisha que un hombre no cultiva una relación con una aprendiza quinceañera a menos que tenga en mente su mizuage. (Léase desvirgación, por muy crudo que se oiga) Imagino que el pensamiento en general debe ir por el mismo lado... ¿Qué hace a un hombre tener una relación con una niña? Es poco probable que sea su conversación casi infantil lo que le interese... Claro que en el caso de Aoshi no es eso, pero más de alguno lo podría pensar¿no?

giuliana: Pues gracias por tus ánimos y me alegra comunicar que me encuentro infinitamente mejor que antes. Y todas las confusiones ya se han aclarado en este capítulo, jeje.

gabyhyatt: Pues yo creo que para un hombre de honor como Aoshi no debe ser muy fácil mentir... Así que le sucedería eso: cometería algún error como contradecirse y así Misao podría comenzar a pensar que es mentira.

hana faiya fujimi: Pues llegará un momento en el que sucederá eso y a Aoshi le dolerá... Pero aún no es tiempo, aunque ya pronto, jeje.

Y eso es todo.

Lita Kino.