Hola de nuevo a todos y todas, aquí les traigo un nuevo capitulo de esta historia y espero recibir mas reviews que en el ultimo capitulo ( :-( solo uno, por cierto muchiiiiiissssiiiiiimaaaaasss gracias Lolo -para responder a tus preguntas, Harry no se desmayo, le lanzaron el hechizo antes -que no perdiera mucha sangre - no es Moody el que lo vigilaba, en el proximo capitulo volveremos a ver a los miembros de la oredn del fénix y en alguno de los capitulo se averiguara, ya lo veras. Yo estudio Informatica y ya me queda un año solo o eso espero, jeje. Espero que te guste tambien este capitulo, besos).

Espero que este capitulo también sea lo suficientemente interesante para que lo terminen de leer y gasten unos cuantos segundos de su tiempo en dejarme un review, lo agradecería en el alma.

Ehmmm, creo que nada mas, ahora disfruten de la historia.

Capitulo 4_ ¿Volverá a ser todo como antes?

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"- Señor, atacamos esta misma noche, antes de las doce, y el balance es de ocho muertos y de dos prisioneros muy importantes.

- Muy bien, sabia que Malfoy descubriría su paradero y que capturaría a esas dos personas, tienen una información muy importante que darme, descubriré al fin donde se esconde - lo último lo dijo en voz baja, solo los más cercanos a él pudieron oírle."

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De nuevo estaba en la gran estancia blanca, no sabia cuantos días, semanas o meses había trascurrido allí, no podía saberlo pues lo único que percibía a través del inmenso techo era la blanca luz que iluminaba todo. Al principio le costo aceptar el lugar donde estaba, todavía seguía sin saber quien era ni que era esa estancia, ni que hacia allí, lo único que había conseguido averiguar a través de la voz que raras veces se comunicaba con él era que tenia que averiguarlo por si mismo. Poco a poco se fue acostumbrando a pasear por la gran sala, descubriendo asombrado que no tenia limites ni salida, todo era columnas y más columnas, cuando se sentía cansado se ponía a dormir a los pies de alguna de las múltiples columnas que poblaban el lugar, no podía distinguirlas entre si, todas ellas eran iguales, sin distinción, sin marcas que las diferenciara unas de otras, blancas y lisas, de un material parecido al mármol pero no frío como ese sino calido al tacto, por eso dormía al lado de una columna, no era que el suelo fuese frío, no, mas bien era también calido, pero las columnas le daban una seguridad difícil de explicar.

Cuando no se encontraba durmiendo estaba paseando por la gran estancia, esperando, como le sucediera al principio cuando llego, ver alguna imagen que reconociera, pero desde entonces no había visto ninguna, las imágenes, como pequeños cristales algunas, otras como del tamaño de un espejo de mano, paseaban frente a él no pudiendo tocarlas, ya que al intentar tocar alguna, esta se desvanecía al contacto con su mano. Todas las imágenes que veía eran diferentes, no solo en tamaño, sino en el marco que rodeaba la imagen, blanco, el mas corriente, pero también se veía algunas imágenes con el borde dorado, rojo, verde, azul, algunas imágenes que veía traían una escena estática, y en otras en cambio se veía algo que sucedía, como aquella que acaba de ver, se había detenido en medio de su paseo y esa imagen le atrajo poderosamente la atención, era una reunión de personas que se cubrían de pies a cabeza con túnicas negras, pero lo que mas le llamo la atención era ver al hombre que presidía la reunión, sus ojos rojos como dos llamas miraban a los demás con cierta superioridad, había algo extraño en la imagen, no reconocía a nadie, pero algo en su interior le advertía sobre aquel hombre, no era la misma sensación que tuvo al reconocer a alguien, era mas bien algo que le alertaba sobre aquel ser.

En esos instante se encontraba observando la escena, no había podido ver el comienzo de la reunión, las gotas que llevaban las imágenes se paseaban de un lado a otro y él sólo pudo fijarse en aquella escena cuando una fuerza le hizo girarse en aquella dirección, desde entonces había estado observando sin quitar detalle a todo lo que veía, algo le decía que eso era muy importante. Miraba la gota colocada a la altura de sus ojos, era del tamaño de un globo, en esos instantes había observado como alguien entraba en la reunión interrumpiéndola y decía unas palabras, el que presidía la reunión le contestaba, y de pronto la imagen desapareció de su vista, dejando paso a otras muchas. Él se quedo estático en la posición en la que se encontraba, no sabia porque pero esa imagen, pese a no reconocer a nadie, le daba un muy mal presentimiento, se echó hacia atrás hasta apoyarse en la columna que se encontraba a su espalda y resbalo lentamente por ella hasta quedarse sentado en el suelo, sus ojos se perdieron en la inmensidad de la sala, sin enfocar a ningún sitio, algo dentro de él presentía que lo que había visto le afectaría de un modo u otro a él, no lo sabia, pero algo le decía que era así y, ciertamente, no se equivocaba.

Recogió sus piernas, el recuerdo de esa imagen le había afectado muy fuerte, cogio sus piernas con sus brazos, y escondiendo su cabeza entre el hueco que dejaban sus piernas comenzó a llorar, algo le decía que le afectaría de alguna manera todo eso que había podido ver, pues no sabia como, pero sabia que a partir de entonces nada seria igual en él. Lloró mucho rato en esa posición hasta que se quedo dormido a los pies de esa columna. Al despertar, tumbado en el suelo pudo ver que enfrente de él veía otra gota de cristal, no era corriente que las imágenes se parasen, normalmente iban de un lado a otro libremente, pero esta se había detenido ante él. Se incorporo del suelo y se fue acercando de rodillas a la imagen, no podía tocarla, pero se acerco lo mas que pudo a ver la escena, esta era pequeña, y como la otra de la reunión, también sentía una gran fuerza que le atraía para ver lo que pasaba. La gota era de un tamaño pequeño, como de un palmo de diámetro y mostraba la escena de un muchacho debatiéndose entre tres hombre en una habitación muy oscura, el muchacho luchaba contra ellos, y en un momento dado logró dar una patada a uno de ellos a lo que este le respondió con un puñetazo en el estomago del muchacho, a pesar de estar en desventaja se veía al muchacho debatiéndose con uñas y dientes de sus captores.

Se quedo mirando la imagen como hipnotizado, había algo en ella que impedía que pudiese apartar los ojos, no le gustaba como estaban tratando al muchacho y algo en su interior le decía que le conocía, y aunque quería apartar esa visión de su vista no podía, tenia que ver todo hasta el final.

*****

- ¡Soltadme! ¡Soltadme malditos! - un muchacho de unos quince años se debatía entre los brazos de tres personas que le sujetaban fuertemente, se había despertado de repente al sentir que lo empujaban a una pared y le intentaban enganchar algo en los brazos. Todavía estaba un poco aturdido, pero al abrir los ojos y encontrarse cara a cara con tres hombres cubiertos de capas negras y con mascaras blancas cubriéndoles el rostro intuyo que algo iba muy mal y que tenia que escapar de ese lugar. Por eso luchaba por librarse de los hombres que le sujetaban fuertemente.

Los tres hombres le habían arrastrado hasta esa celda inconsciente, sabedores de que era un prisionero muy importante para su señor. Lo habían capturado hace muy poco en un gran ataque en que hubo también victimas mortales, solo el muchacho y otra persona habían sido capturados con vida, los demás fueron exterminados hasta que no quedo alma con vida en ese lugar. El deber de los tres hombre era ahora sencillo: encadenar al muchacho en una de las múltiples celdas que tenían para poder sacarle mas tarde una información muy importante que tenia, y si, para ello tendrían que torturarlo, pues lo harían, de eso no tenían dudas ninguno. Pero les había surgido un problema mayor, el muchacho se había despertado de repente y ahora estaban los tres recibiendo golpes, pues el muchacho, a pesar de ser mas joven que ellos, poseía una excelente agilidad y sacaba las fuerzas de no se sabia donde con tal de escapar de esa prisión.

- ¡Sujetarle fuerte! ¡Ponerle los grilletes, inútiles! - el que parecía que mandaba más de los tres hombre se encontraba gritándoles ahora a los otros dos, se agarraba fuertemente el brazo, había recibido un mordisco muy fuerte de parte del muchacho, y, aunque la capa le tapaba el brazo, sabia que parte de la carne había sido desgarrada, el muchacho se había aferrado fuertemente a su brazo y no lo soltó hasta que recibió varios golpes en el cuerpo.

Los otros dos hombres intentaban hacer lo que les había mandado el otro, pero por mas que lo intentaban, solo recibían golpes y mas golpes de parte del muchacho, y este por su parte también los recibía de los tres hombre, ya se encontraba exhausto, tenia la cara llena de golpes y arañazos, le dolía todas las extremidades y el estomago lo que mas, allí había recibido un tremendo golpe por parte del jefe de todos que le dolía muchísimo, pero no por ello dejaba de luchar, tenia que librarse de aquellos hombres y salir de ese lugar, solo esa idea era la que le impulsaba a luchar, esa y otra mas, una con cara de una muchacha que se le aparecía una y otra vez en la mente, él sabia que ella estaba viva, y tenia que ir a rescatarla, tenia que salvarla.

Con un ultimo esfuerzo empujo fuertemente al hombre que le sujetaba en el lado izquierdo, consiguió que este tropezara, cayera y acto seguido se desmayase al darse con el suelo, ahora solo faltaba deshacerse de los otros dos, con un impulso se dirigió hacia el hombre que daba ordenes, arrastrando con él al otro que le sujetaba el lado derecho del cuerpo, al ver que se acercaban y como adivinando las intenciones del muchacho, el jefe se aparto dejando ver tras él una pared, el muchacho al ver esto dio una especie de giro y logro que el hombre que le sujetara se diese contra ella, quedando al instante inconsciente y librando a su presa. El muchacho, feliz por sentirse libre, corrió hacia la única puerta que tenia la celda, pero una sombra le bloqueó la salida, era el jefe de los dos hombres que había dejado inconscientes.

- ¡Me las vas a pagar! - le grito agarrándose fuertemente uno de sus brazos, el muchacho vio que este hombre era mas corpulento que los otros dos y sabía, por el puñetazo que le había pegado en el estomago, que tenia una gran fuerza, tenia que pensar en algo para escapar de ese lugar, y tenia que hacerlo rápido.

El hombre, al ver la indecisión del muchacho, se adelanto un poco, dejando ver un poco de la puerta que ocultaba bajo su enorme figura (aunque cabe decir que la puerta era más bien pequeña, y que habían tenido problemas para pasar los tres hombres cargando al muchacho). En ese instante, al muchacho se le ocurrió como poder salir de allí, tenía que ser rápido y confiar en que su plan saliera a la perfección porque de lo contrario quedaría allí prisionero. El hombre se acercaba cada vez mas al joven que estaba parado, sonreía, sabia que ese estúpido muchacho no podría vencerle, no podría ganar a la mano derecha del señor oscuro, una sonrisa de orgullo se dibujo en sus labios bajo la mascara blanca que llevaba, sabia que el muchacho estaba agotado, solo era cuestión de darle otro golpe y vería como caería desmayado a sus pies, con estos pensamientos se acerco al muchacho, y si hubiera estado mas atento, hubiera visto que tras esa mascara de terror que parecía tener el muchacho se ocultaba otra de autentica valentía.

Se encontraba ya a menos de dos metros del muchacho, de pronto este sonrió y corrió hacia el hombre, que cogido de improviso no pudo reaccionar, el muchacho se abalanzo sobre él propinándole un empujón que le hizo caerse al suelo aunque pudo asir una de las piernas del muchacho, este cayo también al suelo, pero la rabia que este tenia acumulaba y la oportunidad de salir de esa prisión pudieron mas y sacando fuerzas de donde podía se levanto del suelo a la par que el hombre. Otra vez estaban los dos frente a frente, dispuestos a no ceder cada uno en su empeño de derribar al contrario.

Empezó una pelea entre ambos, el muchacho atacaba al hombre propinándole toda clase de patadas y puñetazos como si antes no hubiera estado peleándose y no tuviera daño alguno en el cuerpo, cosa que no era verdad pues se encontraba agotado físicamente, pero las ganas de escapar de allí hacia que sacara fuerzas desde lo mas profundo de su interior, y el hombre defendiéndose como podía, no podía ser que un muchacho de apenas dieciséis años pudiese ganarle a él, pero eso estaba haciendo, no podía atacarle, pues ya tenia suficiente con aguantar todos los golpes que recibía sin tiempo a propinar ninguno. Al final uno de los puñetazos del muchacho dio en uno de los puntos débiles del hombre dejando a este sin respiración, lo cual aprovecho el joven para escabullirse por fin de la celda donde le habían llevado, salio por la puerta que separaba la celda del resto de las estancias y apoyándose en una de las paredes descansó un rato, ya era libre.

Solo se dio unos segundos para descansar, sabia que no podría permanecer mucho rato allí, posiblemente alguno de sus captores se despertara y se pusiera a buscarlo, tenia que escapar rápidamente de ese lugar, aunque antes tenia que averiguar donde estaba ella. Reunió las pocas fuerzas que le quedaban y echó a correr por el largo pasillo que se abría ante él. Miraba detenidamente por las pequeñas rejas que tenían las múltiples puertas que se encontraban en el pasillo, la celda donde le habían llevado a él era de las ultimas, lo que le daba la posibilidad de ver que personas había en el resto de celdas. De momento, en las tres celdas a las que se había asomado no vio a nadie, pero todavía quedaban bastantes por mirar. Las celdas estaban bastante separadas unas de otras, pero todas en aquel interminable pasillo, ya había andado un buen trecho y todavía no veía el final.

Se encontró frente a otra celda, abrió la rejilla que le permitía ver lo que había dentro, esta vez si se veía a una persona dentro, esta se encontraba colgada de los grilletes que había en la pared, parecía inerte, pero un movimiento apenas visible de su pecho indicaba que aun vivía, en los brazos descubiertos hasta el codo, ya que la capa que le cubría se había deslizado hasta allí, se veían los resultados de las torturas a las que había sido sometida. Subió hasta la cara del prisionero, entre los pliegues de la capa que le tapaba el rostro se podía ver como varios mechones marrones le salían de la capucha, al muchacho, al distinguirlos, le dio un vuelco al corazón, la había encontrado, pero ella parecía exhausta, como habían podido esos animales hacerle aquello a la persona a la que mas amaba él en el mundo. Dejando la rejilla abierta intentó abrir la puerta de la celda donde estaba la prisionera, tenia que liberarla costase lo que costase, al no poder abrir de forma normal la puerta empezó a dar golpes contra ella, intentando derribarla, la visión de lo que le habían hecho hacia que sacara todavía mas fuerza de su interior. Hizo un ultimo esfuerzo para derribar la puerta de la celda, pero esta no se movió ni un milímetro, el muchacho quedo agotado por el esfuerzo, no podría sacarla de allí, no podría liberarla, acercándose a la rejilla intento comprobar como se encontraba ella con lagrimas en los ojos, allí estaba todavía prisionera, inmóvil, con la cabeza agachada y saliéndole varios mechones de debajo de la capa, pelo que a él siempre le había fascinado.

Se quedó en esa posición, al otro lado de la puerta, contemplándole, viendo como su pecho subía y bajaba débilmente, como si le faltase la respiración, él se aferraba a los barrotes de la rejilla, al fin la había encontrado, ella, su razón de vivir, y una puerta les separaba a ambos y a la posibilidad de escapar de allí. Largo rato estuvo apoyado en la puerta mirándola, no se acordaba que en el fondo del pasillo sus tres captores podían despertar de un momento a otro y que podían atraparle de nuevo, él solo estaba contemplando a su amor secreto a través de unos barrotes. De repente la muchacha pareció recuperar la conciencia, levanto sus ojos lentamente y, como si percibiera que la estaban observando, miro en dirección a la puerta hasta encontrarse con los ojos del muchacho, se alegro de verle allí, con ella, ambos se miraron largo rato manteniendo la mirada, hasta que de pronto unas voces provenientes del fondo del pasillo arruinaron la magia del momento, el muchacho miró en la dirección en que venían los gritos y vio como se aproximaba uno de sus captores, el mas fuerte de todos y el que mas le había constado vencer, poco le había durado ese golpe en las costillas, se volvió a mirar a la muchacha y vio que esta pronunciaba algo que el comprendió enseguida: ¡Escapa!, este a su vez murmuró "te quiero" la muchacha entendió lo que él le decía y sonrió a pesar de las heridas que tenia en su rostro, no podía pronunciar nada mas ya que las fuerzas se la habían ido en la última palabra, pero con sus ojos le reflejo que ella también sentía algo por él, lo cual también entendió el muchacho. Los gritos se escuchaban cada vez mas cerca, y de pronto el muchacho desapareció de su vista, todo se volvió negro y ella se desmayó.

La conexión que había mantenido con la muchacha se rompió al sentir que su perseguidor se encontraba muy cerca, y a pesar de que no quería abandonarla en ese lugar, tenia que escapar de allí, con mucho dolor en su corazón abandono la puerta que le separaba de esa celda y comenzó a correr a través del largo pasillo con lagrimas en los ojos al dejarla atrás, buscaría una salida y ayuda y volvería a rescatarla cuanto antes, juró que no la dejaría allí abandonada a su suerte.

Los pasos del otro hombre cada vez de escuchaban mas cerca, aceleró el paso, no se veía ninguna salida, pero una brisa de aire fresco le indicaba que esta se encontraba cerca. Corrió mas fuerte y de pronto vio a un lado del pasillo como entraba un poco de luz, un pasillo lateral que aparecía en esos momentos y que era donde se encontraba la salida, con este pensamiento se impulsó un poco mas y logró llegar a ese pasillo, por fin escaparía de esa prisión, por fin buscaría ayuda y vendría a liberarla, por fin..

Su escapada se vio truncada de repente, ya que chocó contra algo inesperado, al llevar la cabeza agachada no se dio cuenta de que alguien entraba en esos instantes en los corredores de las celdas, al sentir el choque contra esta persona, el muchacho levanto la cabeza para ver contra que se había chocado, al llegar a la altura de la cara el muchacho retrocedió varios pasos completamente aterrado. En la cara del otro se dibujaba una cruel sonrisa en sus labios, y sus ojos, rojos como el fuego reflejaban una terrible satisfacción. El muchacho no podía creer lo que estaba viendo, ante él se encontraba el mago mas temible de la historia, mas despiadado y él que había ordenado el ataque donde le capturaron a él y a la otra muchacha. Desesperado vio como Lord Voldemort levanto su varita y apuntándole a él pronunció algo, el rayo le dio justamente en el pecho y cayo al suelo bruscamente. En ese instante el hombre que le había estado persiguiendo apareció por la esquina, y solo pudo ver como caía al suelo el cuerpo del muchacho.

- Sólo esta desmayado - dijo el otro hombre - veo que no cuidas muy bien de tus prisioneros, Malfoy, la próxima vez quizás tome represalias contigo, pero ahora de momento te necesito de una pieza - este ultimo comentario hizo que al perseguidor se le fuese la angustia que llevaba desde el momento en que vio contra quien había chocado el muchacho - quizás si fuese en otras circunstancias te mataría, a ti, y al prisionero, pero los necesito a ambos vivos, ya sabes lo que esta en juego.

- Si, mi señor - dijo en tono de haber comprendido a la perfección todo y sintiéndose afortunado en ese momento, nadie nunca había podido escapar de los castigos de señor y ganarse solo una pequeña reprimenda era todo un milagro - no se volverá a escapar, se lo aseguro.

- Eso espero - y acto seguido dio media vuelta y se metió en una de las puertas que se encantaba a lo largo del pasillo. El hombre se inclino con cierta dificultad, todavía le dolía el golpe recibido, y se echó al muchacho en los hombros, esta vez se aseguraría de que no pudiese escapar de su celda.

*****

Despertó, sentía como el pecho le dolía al respirar, no quería abrir los ojos pues sabia que le esperaba la visión de una celda, pese a su increíble escapada, estaba prisionero de nuevo, y esta vez no le dejarían escapar de ninguna manera. Sintió como en sus muñecas se apretaba fuertemente unos grandes grilletes de hierro, sus brazos le dolían terriblemente, pues estaba colgando de ellos, eso y que todavía le dolía el cuerpo de la paliza que le propinaron en la inútil escapada. Sentía su cuerpo apoyado en la fría roca, le dolía todos los músculos del cuerpo, pero el que mas era el corazón, la imagen de la muchacha en la celda le había hecho añicos el alma, y no poder ni siquiera rescatarla le había sumido en un estado de angustia. Ahora él se encontraba quizás mil veces mas grave que ella, pero eso ni lo pensaba, solo tenia en la cabeza su imagen, no le importaba morir, pero ella, ella no merecía esa tortura a la que le habían sometido.

Sintió como algo caliente se deslizaba desde su frente, pasaba por encima de uno de sus ojos y se deslizaba lentamente por su mejilla hasta depositarse unas gotas en las comisuras de sus labios, sacó la lengua lo mínimo posible para confirmar que eso era lo que pensaba, si, ese liquido que le caía desde la frente era sangre, posiblemente producto de alguno de los golpes recibidos, no lo sabia, no se había dado cuenta de lo malherido que posiblemente se encontrara.

Oyó abrir la puerta, sintió como varias personas entraban en su celda, todavía estaba con los ojos cerrados, no quería ver nada.

- Miren, si esta aquí el valiente prisionero - dijo alguien en tono despectivo.

- Malfoy, no hables así, ¿quieres que se levante y te de otro mordis...? - comenzó a decir alguien en todo de burla, pero un golpe en el estomago le corto la respiración - ¡Serás ...!

- ¡Cállate! - le ordeno otro hombre que entro, en total eran tres, pero solo el primero que hablo era de los que le había hecho prisionero. - Tenemos que despertarle para interrogarle. - El muchacho hizo un movimiento involuntario con la cabeza, intentando apartar de la boca la sangre que le caía - Creo que no hará falta, ya esta despierto. Ve a buscarle - ordeno a uno de los hombres.

Seguidamente se oyó pasos de uno de los hombres que abandonaba la habitación.

- Veo que ahora no eres tan valiente - escucho y acto seguido recibió una patada en un costado, se encogió, esperando a recibir otra, pero esta no llego.

- Clámate, tiene que durar hasta que le saquemos esa información, después ya le mataras.

Al abrir un poco los ojos pudo ver como uno de los hombres sujetaba al otro encapuchado por uno de los brazos, impidiéndole que asestara al muchacho un puñetazo como era la intención del hombre, después los volvió a cerrar fuertemente.

- ¿Qué es lo que está pasando aquí? - se escucho una voz proveniente de la puerta, sonaba autoritaria y no admitía quejas.

- Nada, no pasa nada maestro - contesto uno de los hombres soltándose del agarre del otro.

- Bien, no quiero peleas ahora. ¿El prisionero está despierto? - pregunto el hombre acercándose al muchacho encadenado en la pared. Este, al reconocer la voz, intento apartarse de su camino, pero al estar agarrado con los grilletes en la pared, lo único que consiguió fue hacerse unas heridas en las muñecas - Veo que si, veamos si nos responde a unas preguntas. ¡Abre los ojos! - le ordeno este, pero el muchacho mantuvo los ojos fuertemente cerrados, no quería abrirlos, no quería ver de nuevo aquel rostro terrorífico.

Sonaron unos pasos acercándose hacia él, de pronto noto como alguien le cogia de la barbilla y le levantaba la cabeza hacia arriba, en ese instante, a pesar de tener los ojos cerrados, noto como dos ojos rojos como el fuego le miraban.

- ¡Abre los ojos! - volvió a repetir el jefe, y esta vez la voz la notaba excesivamente cerca.

Noto como unos dedos se clavaban en su cuello, no le dejaban respirar.

- ¡Abre los ojos! - esta vez, como si obedeciera a un impulso superior abrió los ojos encontrándose cara a cara con aquel ser, intento cerrar los ojos de nuevo, pero por mas que lo intento no pudo, algo le impedía cerrarlos - Muy bien, ahora quiero que me digas donde se esconde - el muchacho sabia de quien hablaba, pero nunca, nunca traicionaría la confianza de esa persona, en un acto reflejo cerro la boca fuertemente, sentía la sangre en su boca, posiblemente se hubiera mordido algo, pero no la iba a abrir, no diría nada. - Con que esas tenemos - el que le sostenía el cuello sonrió de forma macabra - Veremos si esto te hace hablar ¡Crucio! - pronuncio apuntándole al cuerpo con la varita.

El muchacho se retorció en el suelo, sentía clavarse en su cuerpo miles y miles de cuchillos, atravesándole cada uno de sus huesos, el dolor era inhumano, pero a pesar de sentir como cada músculo y hueso de su cuerpo se rompía en mil pedazos, no abrió la boca, no pronuncio ni una palabra de queja, de sus labios no salio sonido alguno.

- ¡Crucio! - volvió a escuchar, esta vez la vista se le nublo, pero no podía cerrar los ojos, algo se lo impedía. - ¡Crucio! - una y otra vez escuchaba esta palabra, perdió la cuenta de cuantas veces recibía esa maldición imperdonable, solo sentía el cuerpo hecho pedazos, sus huesos deshechos, pero a pesar de todo el dolor, no abrió la boca, la mantenía fuertemente cerrada - ¡Crucio! - volvió a escuchar.

El joven se encontraba exhausto, lo sabia, pero por mas que le lanzase esa maldición una y otra vez no obtenía resultado, había intentado lanzarle la maldición imperius, pero esa tampoco funcionaba, miro la figura que se retorcía en la pared de la mazmorra, ¿que hacer para que hablase? De repente se le ocurrió como hacerlo y en las comisuras de sus labios apareció una sonrisa, se volvió a los dos hombres que le acompañaban - ¡Traerla! - en ese momento vio que el muchacho reacciono levantando la cabeza, en sus ojos leía la desesperación, le mantuvo la mirada indicándole quien era el mas fuerte, al final, el joven aparto la vista derrotado.

Al cabo de un rato aparecieron los dos hombres arrastrando a una muchacha, esta se encontraba con la cabeza mirando al suelo, estaba sin fuerzas. Al llegar a la celda, los hombres la arrojaron a los pies de su jefe, quedando la muchacha en medio de los dos, de él y del joven.

- Mírala, tan joven, ¿quieres que viva? - el muchacho giro la cabeza hasta encontrarse con la visión de la muchacha a sus pies, estaba en peor estado que antes. - ¡Dime donde está!

- No... no.. se... lo.. digas... - una voz apenas audible provenía de la muchacha.

- ¡Crucio! - esta vez el hechizo no iba dirigido al joven, sino a la muchacha tendida en el suelo.

El joven se debatía entre los grilletes que le sujetaban las muñecas, quería ayudarla pero no podía, tenia que quedarse ahí viendo como la torturaban. En un momento, las miradas de ambos se cruzaron, como en ese instante en el pasillo, ella sabía que iba a morir y le suplico con los ojos que no cediese, él asistió con los ojos inundados de lágrimas, era el último deseo de la muchacha y lo iba a cumplir, aunque eso le costase a él también la muerte. Después de sentir como el muchacho aceptaba su deseo, la joven quedo tumbada en el suelo sin signo alguno de vida, los ojos que miraban al muchacho perdieron su brillo, estaba muerta.

- ...¡Dime donde lo esconden! - en ese instante se dio cuenta de que el hombre le hablaba a él, no iba a fallar la promesa que había realizado, no iba a decírselo, el hombre, al ver la negativa del muchacho, volvió a aplicarle hechizos cruciatus, pero el joven ya no los sentía.

En un esfuerzo supremo abrió la boca, tenia que decirlo, era su ultima oportunidad - ¡NUNCA LO DIRE! A la vez que dijo esto, escucho como el hombre decía fuertemente unas palabras "Avada Kedrava", sintió como un destello de luz verde se dirigía hacia él y como un ruido de torrente algo basto e invisible planeaba por el aire, después no sintió nada mas. Él, Ronald Weasley, murió sintiéndose orgulloso de haberse enfrentado a Lord Voldemort y haberle vencido.

Lord Voldemort dio una patada de rabia al cuerpo de la muchacha al abandonar junto a los otros hombres aquella celda, el cuerpo de aquella joven quedo boca arriba, era.. Hermione Granger, la mejor amiga, y posiblemente algo más, del muchacho que colgaba muerto de la pared.

*****

- ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO! - un joven se despertó en la cama de su habitación, había visto morir a sus dos mejores amigos, la frente le ardía terriblemente en la cicatriz en forma de rayo que tenia desde que a la edad de un año derrotara a un mago oscuro muy poderoso, el mismo que vio renacer hace casi dos años y el mismo que en esos instantes había asesinado a sus amigos.

Las cosas en su habitación empezaron a volar, muestra de toda la rabia que tenía acumulada en su interior, todo iba de un lado a otro destrozándose contra las paredes, estrellándose en el armario, en el techo, en el suelo, la habitación se volvió un caos total.

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Fin del capitulo.

Amenazas de muerte, cartas con dardos envenenados y todo lo que se les ocurra (se que voy a recibir muchos, jeje) a mi correo = LadyLily1982@hotmail.com o dejen un review.

Por cierto, espero poder actualizar cuanto antes, mientras escribía este capitulo me surgieron varios problemas familiares que ya están arreglados (menos mal), pero que me impidieron ponerme a escribir, ahora todo esta solucionado y puedo escribir cuando quiera (eso si, sin descuidar mis estudios, jeje). Así que ya sabéis, creo que en menos de una semana tendrán con ustedes el siguiente capitulo que ya esta comenzado a escribir (este si, se llamara "Sin noticias de.. ¿malos augurios?", cambie el nombre a ultima hora, quedaba mejor)

Muchos besos y hasta el próximo capitulo.

Lady Lily